El alma del primer hombre

Lección No. 7 Unidad 1 – Cinco mundos

En esta lección estudiaremos: Las cuatro fases de la Luz directa / Los cinco mundos espirituales / Dónde se hallan los mundos espirituales

La Luz Crea el Kli (Vasija)

En las lección anterior, nos ocupamos de la pregunta del libre albedrío. Clarificamos el tema a partir de la realidad de la vida en nuestro mundo, desde el especial punto de vista de la sabiduría de la Cabalá. En la lección 6, dejaremos de lado por un momento la realidad de la vida en nuestro mundo y profundizaremos en la estructura de los mundos espirituales. El conocimiento de la estructura de estos mundos y del proceso de su creación, nos permitirá comprender con mayor profundidad la realidad en la que nos desempeñamos y la cuestión del libre albedrío. Comencemos por el principio – El Plan de la Creación es beneficiar a Sus creados. De la corrección del deseo, los cabalistas perciben que el Creador es el deseo de otorgar, la fuerza de otorgamiento, donde todo Su propósito es entregar a los demás el bien que hay en Él. Por consiguiente, el Creador crea al creado, deseo de recibir, para que reciba toda Su bondad. Si es así, el principio de la creación es el Plan del Creador de beneficiar a los creados. Este Plan, es la razón y el programa de la creación entera.

El deseo de otorgar se llama “Luz”, el deseo de recibir se llama “Kli” El deseo de recibir fue generado por el deseo de otorgar en el proceso de desarrollo de cuatro fases -“cuatro fases de la Luz directa”. En estas etapas, la Luz construye el Kli, de manera que esté preparado para recibir la abundancia.

El proceso comienza en la Fase 1 – en el punto donde el Kli es creado y se llena de Luz, y termina en la Fase 4 – en el deseo del creado de ascender al nivel del Creador y alcanzar el mayor placer que existe en la Creación (ver Gráfico Nº4). En cada una de sus etapas de desarrollo, el Kli acumula un discernimiento determinado, hasta que en la Fase 4, se convierte en un Kli adecuado para la recepción de la Luz.

Antes de las cuatro fases, existe un programa de acción, llamado “Plan de la Creación de beneficiar a Sus creados”. Este es el plan que existe en la raíz de la Creación, por lo tanto es llamado “Fase de Shóresh (raíz)”. La Fase de Shóresh, es en realidad el deseo de otorgar, que va sacando de su interior el deseo de recibir en sus cuatro fases de evolución.

 

La primera etapa de la evolución del deseo es llamada “Fase 1”. En esta fase, fue creado un deseo de recibir lleno de Luz. La Luz crea el Kli, el deseo de recibir (ver Gráfico Nº 4), que es totalmente compatible con la Luz que lo ha creado, de modo que la Luz llena el Kli y le proporciona placer.

Cuando el deseo en la Fase 1, siente que la Luz le llega de alguien que le otorga la Luz, comprende que el placer verdadero no se halla en la recepción, sino en el otorgamiento. Como resultado, comienza a desear dar. Esta nueva etapa de la evolución del deseo se denomina “Fase 2” (ver Gráfico Nº 4). En esta fase, el deseo de recibir quiere recibir placer del otorgamiento y no de la recepción. Si en la Fase 1 fue creado el deseo de recibir, en la Fase 2 es creado el deseo de otorgar. El deseo de recibir en la Fase 2 quiere otorgar. La pregunta es, si puede hacerlo. La respuesta es no, debido a que no tiene qué otorgar, no tiene qué dar. La única fuente de otorgamiento en la Creación es el Creador. El creado, sólo puede recibir la abundancia, pero no tiene la capacidad de dar nada de sí mismo. El deseo de otorgar en la Fase 2, es por lo tanto sólo deseo, no está claro cómo es posible implementarlo.

La solución al problema se halla en la naturaleza del Creador. El Creador quiere dar, y para llevar a cabo su deseo de otorgar, creó el deseo de recibir – porque sin el deseo de recibir, el Creador no puede otorgar. Resulta, que lo que el creado desea recibir, es en definitiva, lo que puede brindarle al Creador. La única manera que el creado puede otorgar, es recibiendo del Creador el beneficio que quiere darle. Sólo que debe recibirlo no para su propio beneficio sino para beneficio del Creador, para permitirle realizar Su deseo de otorgar.

Y así lo hace. El deseo de recibir, recibe del Creador con el fin de otorgarle, y esta recepción se denomina Fase 3 (ver Gráfico Nº 4). En esta fase, el deseo de recibir recibe, y de ese modo, le devuelve (otorga) a la Fase de Shóresh, al Creador. Ahora se genera un círculo perfecto en el que todos otorgan: la Fase de Shóresh (el Creador) otorga al deseo de recibir (Fase 1), y el deseo de recibir, luego de pasar por las Fases 1, 2 y 3, le devuelve (otorga) al Creador, de modo que Él recibe del deseo de recibir. En la Fase 3, la acción es de recepción, como en la Fase 1, pero su intención es de otorgamiento, como en la Fase 2.

En la Fase 3, el deseo de recibir otorga realmente, y por primera vez siente qué es ser como el Creador, qué es otorgar. Recuerden, “Creador”, en la sabiduría de la Cabalá, es el “deseo de otorgar”, y el único camino que el creado tiene de sentir al Creador, conocerlo y comprenderlo, consiste en hacer acciones de otorgamiento como Él. Esta acción, se realiza por primera vez en la Fase 3.

La Fase 3 siente qué es ser como el Creador, y como resultado, se despierta en ella un nuevo deseo, quiere recibir el placer que se revela en la condición del Creador, quiere disfrutar de todo lo que existe y del Creador mismo. Este nuevo deseo, se llama Fase 4, y es el último deseo que se crea (ver Gráfico Nº 4).

A diferencia de la Fase 3, el deseo en la Fase 4 no quiere otorgar y no calcula sus movimientos en la medida en que puede otorgar. Sólo le interesa una cosa- disfrutar de todo – también, y principalmente, del propio Creador, del placer que se revela al estar en Su condición. Imagínense que se les revela la posibilidad de conocer todos los secretos de la Creación, todos los lazos que unen todas las partes de la realidad, dominar cada detalle, y dirigir toda la Creación en vuestro beneficio. El primer premio de la lotería, sería “dinero chico” comparado a las posibilidades que se abrirían frente a ustedes. ¿Quién de nosotros no aceptaría esto?

De este modo, desde el punto de vista limitado de nuestro mundo, podemos imaginar el placer de ser como el Creador. En espiritualidad, las cosas en verdad se sienten totalmente diferentes, sólo cuando las alcancemos, sabremos de qué se tratan. Pero de todos modos, este ejemplo imaginario nos puede ayudar a comprender en algo, cuál es el deseo que se revela en la Fase 4.

Para finalizar, repasemos brevemente todo el proceso: la Fase de Shóresh, el deseo de otorgar, saca de sí la Fase 1, el deseo de recibir, y la llena de Luz. La Fase 1 siente que existe alguien que le da la Luz y quiere parecerse a Él y otorgar, de ese modo, se crea la Fase 2. Para que la Fase 2 pueda realizar su deseo de otorgar, recibe en la Fase 3, sólo para permitirle a la Fase de Shóresh realizar su deseo de otorgar. Y cuando la Fase 3 siente realmente qué es ser como el Creador, quiere recibir dentro de ella también todo el placer que se revela en la condición del Creador. Este nuevo deseo es la Fase 4, llamada también “Maljut”. La Fase 4, es el deseo de recibir que se ha creado. Todas las fases anteriores no se consideran deseo de recibir, sino discernimientos de la Luz anteriores a la aparición del deseo de recibir. El deseo de recibir en la Fase 4 es la Creación que creó el Creador: dentro de ella distinguimos los niveles de inanimado, vegetal y animado en nuestro mundo y los niveles de inanimado, vegetal y animado en los mundos espirituales. Cada elemento de nuestro mundo y cada elemento de los mundos espirituales son, en su esencia, deseo de recibir (ver Gráfico Nº 5).

En este punto es importante aclarar que el deseo de recibir en la Fase 4 aún no es un ser que pueda corregirse a sí mismo y alcanzar la adhesión con el Creador. Aún debe atravesar muchas etapas de evolución para que se cree en su interior un ser semejante.

Ponte a prueba:
  • Resumir brevemente las cinco etapas de la formación del deseo de re-

Cinco Mundos

La primera condición para la creación de un ser que pueda recibir el beneficio que el Creador desea brindarle, es que el creado desee independientemente recibir el beneficio. Por lo tanto, no es posible beneficiar a alguien por coerción, sin que lo desee. El deseo de recibir, debe querer por sí mismo el beneficio que el Creador desea brindarle. Supuestamente, un deseo como este se creó en la Fase 4, pero la creación del deseo en la Fase 4 (como todo el proceso de evolución del deseo de recibir) se realizó sin que el creado sea consciente de ello. En las cuatro fases de la Luz directa, la Luz saca de su interior el deseo de recibir mecánicamente, sin la intervención del deseo.

Un deseo independiente por parte del creado, es posible solamente en una realidad en la que el Creador se oculta del creado. Si el Creador se revelara ante el creado, éste se anularía frente al Creador. Esto es similar a las relaciones padres e hijos en nuestro mundo – mientras los hijos están bajo la protección de los padres, ellos no pueden ser realmente independientes.

Y existe otro modo de describir la necesidad del ocultamiento. Para despertar en el creado un deseo independiente por el placer, el cual le fue asegurado en el Plan de la Creación, la sensación de placer debe llenarlo una vez y luego evaporarse. Sólo bajo esas condiciones puede producirse el deseo de placer. También en nuestro mundo (de acuerdo a la ley de raíz y rama) existen condiciones parecidas. Por ejemplo, para que se despierte en nosotros el deseo por una comida determinada, debemos sentir su sabor una vez, y sólo luego que el gusto desaparezca, se despertará en nosotros un deseo propio por ese gusto. 

Por lo tanto, después de la salida del deseo de recibir en la Fase 4, el Creador aleja de Sí el deseo de recibir mediante un sistema de cinco mundos. El sistema de los mundos, oculta gradualmente al Creador del deseo de recibir. La palabra mundo, “Olam”, proviene del término hebreo “He´elem” (desaparición). Y así hasta la realidad de este mundo, en el cual no existe en el deseo de recibir ninguna sensación del Creador, el Creador está completamente oculto de nosotros.

Los cinco mundos salen de acuerdo a la estructura de las cuatro fases de la Luz directa. Frente a la Fase de Shóresh sale el mundo de Adam Kadmón, frente a la Fase 1 sale el mundo de Atzilut, frente a la Fase 2, el mundo de Briá, frente a la Fase 3 el mundo de Yetzirá, y frente a la Fase 4 sale el mundo de Asiyá (ver Gráfico Nº 6). Por debajo del mundo de Asiyá se encuentra este mundo.

Los cinco mundos, son, como ya se ha dicho, cinco fases de ocultamiento de la Luz del Creador (placer) del deseo de recibir. En el mundo de Adam Kadmón, el deseo de recibir siente el 100% del placer, en el mundo de Atzilut siente el 80% del placer, en el mundo de Briá el 60%del placer, en el mundo de Yetzirá el 40% del placer, en el mundo de Asiyá siente el 20% del placer, y en este mundo el 0%. En nuestro mundo, no sentimos al Creador en absoluto, y justamente, dentro de esta situación, se puede producir en nosotros el deseo independiente de conectarnos con Él.

Es importante destacar que la Luz en sí, no cambia, tal como escriben los cabalistas: “la Luz infinita (Ein Sof) se halla en reposo absoluto» (Escritos de Baal HaSulam, Talmud Eser Sefirot, parte A, Luz interior, pág. 9, punto 2.). Sólo el Kli (vasija) – el deseo de recibir – es el que se modifica, y de acuerdo a eso, siente la única Luz simple de maneras diferentes.

En el desprendimiento de los cinco mundos de arriba hacia abajo, el deseo de recibir va descubriendo cada vez más cuán opuesto es en su naturaleza a la naturaleza de la Luz. La Luz es deseo de otorgar, mientras que él es deseo de recibir. Y esta oposición, que se revela más y más con el desprendimiento de los mundos, oculta la Luz en escala ascendente, hasta la completa ocultación. En cada mundo, el deseo de recibir se hace más tosco, más denso, más inmerso en la naturaleza de la recepción. Y al llegar a este mundo, la naturaleza de recibir lo controla absolutamente y le oculta la Luz por completo (Ver Gráfico  Nº 6).

Como se ha dicho, la salida de los cinco mundos se realiza de acuerdo a la estructura de las cuatro fases de Luz directa. En realidad, cada elemento en la Creación, está construido de acuerdo a la estructura de las cuatro fases de la Luz directa. Las cuatro fases, y la Fase de Shóresh que las precede, son como un modelo básico, que de acuerdo a él está construida toda la Creación y cada elemento dentro de ella.

Por lo tanto, cada mundo está dividido también en cinco partes interiores, llamadas “Partzufim”, y cada Parztuf (cierto estado espiritual) está dividido también en cinco partes, llamadas “Sefirot”. Resulta, que los mundos espirituales están divididos en 125 partes, según el siguiente cálculo: cinco mundos por cinco Partzufim en cada mundo por cinco Sefirot en cada Partzuf. Estas 125 partes, son los 125 escalones espirituales que se desprenden de arriba hacia abajo, los cuales subiremos en nuestro camino de regreso de abajo hacia arriba.

Ponte a prueba:
  • Detalla la estructura de los mundos espirituales, y escribe cuál es motivo de la salida de los

Todo Está por Dentro

Uno de los pensamientos que inquietan a las personas que estudian la sabiduría de la Cabalá, y principalmente a los alumnos nuevos, es que es imposible de alcanzar la espiritualidad, que su seguimiento se asimila al de Sísifo persiguiendo a la virtuosa princesa en los libros de cuentos. Pero la espiritualidad está mucho más cerca de nosotros de lo que suponemos. Precisamente porque está tan próxima a nosotros, es que no la percibimos. Es como el polvillo sobre el cristal de las gafas, que está oculto a nuestra vista, precisamente, por estar tan cerca de nuestros ojos.

La verdad es que los mundos espirituales están mucho más cerca de nosotros que ese polvillo. Para alcanzar la espiritualidad, no necesitamos viajar a ninguna parte, ni siquiera caminar, o extender la mano ni tampoco hacer algún movimiento microscópico hacia el exterior. Los mundos espirituales, sencillamente, no se hallan fuera de nosotros. Como toda la estructura espiritual, y como la espiritualidad misma, los mundos espirituales están en nuestro interior.

No existe un mundo fuera de nosotros. También el mundo material, es en realidad, una imagen interior que se dibuja dentro de nosotros (como aprendimos en la primera unidad de estudio). Cada uno de los cinco mundos espirituales, es un discernimiento interior de nuestro deseo, un estado en el cual nos encontramos en mayor o menor medida de conexión con el prójimo y de comunicación con el Creador. Si nos conectamos con el prójimo, en vínculos de amor verdadero, descubrimos los mundos espirituales, y ascendemos a los mundos de Asiyá, Yetzirá, Briá, Atzilut y Adám Kadmón, hasta el final de la corrección. Si nadie descubre los mundos, los mundos no existen.

“Nosotros no innovamos nada”, dijo el gran cabalista del Siglo XVIII, el Rabino Menajem Mendel de Kotzk, “Todo nuestro trabajo únicamente consiste de iluminar lo que se esconde en el interior de la persona”. Todos los niveles de conexión corregida con el prójimo, de la más pequeña a la más grande, ya se hallan como potencial en cada uno de nosotros. Sólo esperan ser revelados. Igual que un niño, que de acuerdo a su desarrollo descubre las capacidades ocultas en su interior: sentarse, caminar y hablar, así, la persona se desarrolla en la espiritualidad, descubre en cada etapa de su desarrollo lazos más estrechos de otorgamiento entre él y el prójimo, y en consecuencia, sube los escalones espirituales, y alcanza en su interior la conexión con el Creador con mayor fuerza.

Los cabalistas nos escriben, que todos nos hallamos ya en un estado corregido. Solo nos resta descubrirlo. Nos resulta difícil comprenderlo, pero el Creador no es preso de las cadenas del tiempo, movimiento y lugar, y por lo tanto, no tiene límites de tiempo, movimiento o lugar para concretar Su Plan de beneficiar a los creados. En el mismo instante que surgió el plan de beneficiar a los creados, también se concretó. Nosotros ya nos hallamos en el estado corregido, pero se nos ha ocultado, para que podamos descubrirlo en todo su poder y magnificencia. Los cabalistas resumen todas las fases del desarrollo de la Creación en tres etapas principales: Etapa A – el Plan de la Creación: Etapa B – corrección de la Creación: Etapa C – final de la corrección, la Meta de la Creación (ver Gráfico Nº 7). En el final de la corrección, estamos conectados unos a otros con vínculos de amor y otorgamiento, y en un solo deseo común, que al unirse juntos, brilla la Luz del Creador. Para que podamos alcanzar este estado en toda su intensidad, este se oculta de nosotros, y nosotros debemos descubrirlo dentro del ocultamiento, en lo que se llama “corrección de la Creación”.

El cabalista Baruj Shalom Ha Levy Ashlag, hijo primogénito de Baal HaSulam, hace una bonita descripción sobre este tema. Imagínense, escribe, que un tío rico de América depositó en el banco un millón de dólares a vuestro nombre, pero pidió que no les revelasen esta importante noticia hasta que se den las condiciones adecuadas para recibir esa información. Ustedes viven sus vidas sin saber nada sobre el dinero. Y entonces, un buen día, llaman desde el banco y les informan sobre los fondos ocultos. El dinero estaba allí todo el tiempo, lo único que cambió es vuestro conocimiento. Como el dinero, salvando las diferencias, también el final de la corrección – nosotros ya estamos allí, sólo que no lo sabemos. Debemos descubrirlo.

El descubrimiento de nuestro estado corregido se realiza gradualmente, ascendiendo de mundo en mundo, desde este mundo hasta el mundo de Adám Kadmón. El ascenso por la escalera espiritual, se realiza por medio de la corrección del deseo de recibir, del uso con la intención con el fin de recibir, al uso con la intención con el fin de otorgar. En la corrección del deseo, adquirimos un Kli adecuado para la recepción de la Luz.

Una y otra vez, corregimos otra parte del deseo de recibir, hasta que todo el deseo esté corregido, e ilumine en él todo el placer que el Creador le destinó al creado en el Plan de la Creación. La corrección de la intención de recepción a otorgamiento, se realiza atrayendo la Luz que reforma durante el estudio de la sabiduría de la Cabalá.

En resumen, con el fin de desarrollar en nosotros un deseo independiente grande y cualitativo, tanto como sea posible, el Creador se oculta detrás de los cinco mundos espirituales. Para corregir la intención de “con el fin de recibir” a “con el fin de otorgar”, mediante la Luz que reforma, nosotros subimos de regreso por los peldaños espirituales y logramos el placer espiritual.

Ponte a prueba:
  • ¿Dónde se encuentran los Mundos espirituales, y cómo asciende el in- dividuo por sus peldaños?

Resumen de la Lección

Puntos Principales

  • La Luz crea al deseo de recibir en un proceso de cuatro etapas denominado “Cuatro fases de la Luz directa”.
  • La Fase 4, de las cuatro fases de la Luz directa, es el deseo de recibir que se creó, y todas las fases anteriores a la misma, son discernimientos de la Luz.
  • Para permitir al creado tener un deseo independiente, el Creador aleja de Sí el deseo de recibir a través de cinco mundos espirituales (Adam Kadmón, Atzilut, Briá, Yetzirá y Asiyá) hasta este mundo, lugar en el que el Creador está totalmente oculto de nosotros.
  • Todos los mundos espirituales se encuentran dentro de la Los mundos espirituales son revelados ante nosotros mediante la corrección del deseo de recibir con la intención con el fin de otorgar. En la corrección del deseo, paso tras paso, ascendemos por la escalera de los mundos espirituales hasta la corrección final.

Términos

Luz – Deseo de otorgar.

Kli (vasija) – Deseo de recibir.

Cuatro fases de Luz directa – Proceso de crear un Kli a partir de la Luz.

Maljut – El deseo de recibir que fue creado en las Cuatro fases de Luz directa.

Respuestas a las Preguntas

Pregunta: Resume brevemente las cinco etapas de la creación del deseo de recibir.

Respuesta: Fase de Shóresh: Deseo del Creador de otorgar a los creados. Fase 1: Deseo de recibir. Fase 2: Deseo de otorgar. Fase 3: Deseo de recibir con el fin de otorgar. Fase 4: Deseo de disfrutar de la posición del Creador.

Pregunta: Detalla la estructura de los mundos espirituales, y explica la causa de la salida de los mundos.

Respuesta: El mundo más superior es el de Adam Kadmón, le sigue el mundo de Atzilut y los mundos de Briá, Yetzirá y Asiyá. Debajo del mundo de Asiyá, se encuentra este mundo. La causa de la salida de los mundos, es la necesidad de ocultar al Creador del creado. Los cinco mundos espirituales, son de he- cho, niveles de ocultamiento, que se van incrementando, del Creador hacia el creado.

Pregunta: ¿Dónde se encuentran los mundos espirituales y cómo asciende la persona por sus peldaños?

Respuesta: Todos los mundos espirituales se encuentran dentro de la perso- na. Estos mundos son distintos niveles del deseo corregido con la intención con el fin de otorgar. En la corrección del deseo, paso tras paso, subimos por las escaleras de los mundos espirituales.

 

Lección N° 7 Unidad 2 – Almas en los Mundos

En esta lección estudiaremos sobre: El Alma del Primer Hombre / El pecado del Árbol del Conocimiento del Bien y el Mal

El Alma del Adam HaRishón (Primer Hombre)

En la lección anterior, estudiamos cómo la Luz saca de su interior el deseo de recibir en las cuatro fases de la Luz directa. También estudiamos, cómo de acuerdo a la estructura de las cuatro fases, se desprendieron de Arriba hacia abajo los cinco mundos espirituales, que ocultan la Luz al deseo de recibir.

Aparentemente la imagen es clara, el Creador se oculta a Sí mismo en cinco mundos espirituales, para que el creado, en este mundo, lo descubra mientras va ascendiendo por esos mundos. El tema, es que la realidad del creado en este mundo, que anhela la espiritualidad, requiere, necesariamente, la realidad de un creado espiritual en contraposición a él. Como oposición a la rama material en nuestro mundo, que se expresa como un deseo de espiritualidad, debe haber una raíz espiritual. Y esa raíz, aún no ha sido revelada en la salida de las cuatro fases de la Luz directa y los cinco mundos espirituales. Sobre la salida de esa raíz espiritual, llamada “Alma del Primer Hombre”, estudiaremos en esta segunda unidad.

En la creación del Kli (vasija), a partir de la Luz en las cuatro fases de la Luz directa, aún no se encuentra el creado. En estas cuatro fases, fue creado solamente el deseo de recibir, que es la materia de la Creación. Aun no salió de su interior el creado en sí. Tampoco en el desprendimiento de los mundos de Arriba hacia abajo, existe aún la presencia del creado. En la salida de los cinco mundos espirituales, fue creado solamente el entorno adecuado para la creación del creado, para que pueda corregirse a sí mismo por medio del estudio de la sabiduría de la Cabalá. El creado en sí, aún no se ha creado. Los cinco mundos espirituales, no son más que un entorno inanimado, que en su interior será posible crear al creado.

Y efectivamente, después de la salida de los mundos espirituales, se creó al creado. No se trata por supuesto de la persona de nuestro mundo, sino de un discernimiento espiritual – parte especial del deseo de recibir, cuyo propósito es alcanzar la equivalencia de forma con el Creador. Éste fue creado en el mundo de Atzilut y se llama “Alma del primer hombre” (Ver Gráfico Nº 8).

En esta etapa del estudio, donde nuestro conocimiento de la sabiduría de la Cabalá no es tan amplio, no podemos comprender cuál es la esencia intrínseca del “Primer Hombre”, de qué parte del deseo fue creado y en qué condiciones. Por ahora, tendremos que conformarnos con la siguiente definición: “Alma del Primer hombre” es una parte del deseo de recibir, donde cada una de sus partes están relacionadas entre sí por lazos de otorgamiento y amor y trabajan juntas, como un solo cuerpo.

 

En términos más simples, el Alma del Primer hombre, es el deseo que trabaja en otorgamiento. Deseo, donde todas sus partes están relacionadas entre sí con la intención con el fin de otorgar y ellas actúan como partes conectadas en un solo sistema. Y en este único sistema, en la conexión entre todas sus partes, se revela la Luz única – el Creador.

El mejor ejemplo en nuestro mundo de un sistema similar, es el cuerpo humano. Tanto el cuerpo humano, como el Alma del Primer Hombre, están compuestos de muchísimas partes, células y órganos, todos conectados juntos y trabajando por el bienestar del cuerpo en general. También en el cuerpo humano, la conexión entre todas sus partes, crean una plenitud maravillosa que no se encuentra en cada parte por separado.

El Alma del Primer Hombre, es de hecho, nuestro estado corregido, estado en el cual todos los seres humanos están conectados en conjunto como un solo cuerpo, en vínculos de otorgamiento y amor. Y surge la pregunta: si el deseo ya se halla en su estado corregido, en el Alma del Primer hombre,

¿cuál es la necesidad de la existencia de la persona en este mundo, que tiene que corregir su deseo mediante el estudio de la Cabalá? ¿Para qué nos impusieron nuestro estado corrupto, si ya nos hallamos en el estado corregido?

Para responder a esta pregunta debemos retroceder un poco atrás, a la Fase 1 de las cuatro fases de la Luz directa. También en la Fase 1 se revelaron condiciones semejantes a las que se revelan en el Alma del Primer Hombre, y también en relación a ella surge una pregunta similar. Si conociéramos mejor el estado revelado en la Fase 1, podríamos comprender por qué con la salida del Alma del Primer Hombre no termina el proceso de la corrección del deseo.

En la Fase 1 fue creado el deseo de recibir. La Fase de Shóresh saca de su interior a la Fase 1 como deseo de recibir, para que pueda materializar su deseo de otorgar. Ella, llena de Luz el deseo de recibir, y así implementa su deseo de otorgar. Como en el Alma del Primer Hombre, también en la Fase 1 se dan aparentemente todas las condiciones para concretar el Plan de la Creación. Existe un Creador que desea otorgar el bien, y un creado que recibe Su beneficio. ¿Qué más falta?

La respuesta es simple: falta independencia. El deseo de recibir en la Fase 1 fue creado en un estado especial, fue creado con Luz en su interior. La carencia y el llenado se revelan juntos, y como resultado, el llenado anula la sensación de carencia. Esto se asimila a la sensación de saciedad que sentimos en nuestro mundo, cuando la comida (el llenado) apaga la sensación de apetito (la carencia). En otras palabras, en la Fase 1 no existe la sensación de carencia, de deseo. La Luz anula a la vasija, y por lo tanto, el deseo de recibir no siente su existencia. No es consciente de sí mismo, y con certeza, tampoco está consciente del Creador que está fuera de él. En ese estado, no es posible implementar el Plan de la Creación, porque todavía no hay un deseo independiente de recibir la Luz, y como ya aprendimos, un deseo semejante, es la condición básica para la implementación del Plan de la Creación.

Lo bueno que el Creador quiere otorgar al creado es elevarlo a Su nivel, al mayor estado de consciencia posible: ser como Él, conocer el programa general de la Creación en cada detalle, el Plan mismo de la Creación. Pero el deseo de recibir en la Fase 1, se halla en estado totalmente inverso a este, no es consciente de sí mismo en absoluto. El placer que lo llena también lo anula, y no siente su existencia. Eso no es asemejarse al Creador. Por lo tanto, el proceso de desarrollo del deseo continúa.

Un estado similar al de la Fase 1, se revela, como dijimos, también en el Alma del Primer Hombre. El Alma del Primer Hombre, fue creada dentro del estado de otorgamiento, cuando está llena de Luz. Ella nunca sintió cuál es el estado inverso al otorgamiento, y por eso, no puede sentir qué es verdaderamente otorgar. En cierto sentido, tampoco ella, como la Fase 1, es consciente de su estado.

El objetivo de la Creación es, como mencionamos antes, elevar al creado al nivel del Creador, en otras palabras, no solo que esté en el estado de otorgamiento, sino que alcance el pensamiento que se encuentra detrás de ese estado y que sepa llevarlo a cabo por sí mismo. Para que el creado pueda llegar a ese elevado nivel, el Alma del Primer Hombre se rompe en el proceso llamado “Pecado del Primer Hombre”. Cuando conectamos juntas todas las partes rotas, no solo reconstruimos el estado corregido de la conexión en cual ya estuvimos, sino adquirimos el intelecto que da existencia a ese estado, el propio Plan de la Creación.

Sobre el rompimiento y sus consecuencias, ampliaremos en la próxima lección.

Ponte a prueba:
  • ¿Qué significa “Alma del Primer Hombre”?

Seiscientas Mil Almas

El individuo es la única criatura en el mundo que no se halla en otorgamiento. Todo inanimado, vegetal y animado, obedecen absolutamente a la ley de la naturaleza, la única, que dirige la Creación. Todos actúan en armonía completa como un solo cuerpo, siempre en beneficio del cuerpo entero – todos, excepto el ser humano. El humano, es la única criatura en el mundo que actúa en contra de las leyes de la naturaleza. Y en consecuencia de esto, sufre.

Es extraño. ¿Por qué precisamente nosotros? ¿Qué sentido tiene crear un ser tan desarrollado como nosotros y arrojarlo a nuestro mundo, solo para que una y otra vez suba con su auto estropeado a la carretera y viaje nueva- mente, sin alternativa, en sentido contrario al tráfico?¡¿Quién disfruta con todo esto?! Yo no, eso es seguro. Es muy probable que ustedes tampoco. Pero si nos detenemos por un momento y tratamos de comprender la lógica que existe detrás de este teatro absurdo, veremos que hubiera sido imposible ordenar las cosas de otra manera. Solamente dentro de esa contrariedad, puede revelarse todo lo bueno y beneficioso que es para nosotros el Plan de la Creación.

Los niveles inanimado, vegetal y animado en nuestro mundo, aunque se hallan en completo otorgamiento y armonía, no tienen consciencia de ello. El Creador los conduce interiormente, como marionetas, conforme a las leyes de la Creación, y ellos no preguntan por qué. “Ángeles”, así son llamados en la sabiduría de la Cabalá – fuerzas, que con su ayuda el Creador dirige la Creación. Los niveles inanimado, vegetal y animado no tienen independencia, y tienen muy poca consciencia de su estado, si es que la tienen.

“El hombre fue creado para levantar los cielos”, dijo el Rabino Mendel de Kotsk. Como el resto de las palabras de los cabalistas, también las del Rabino de Kotsk son tan profundas como el mar, y para comprender realmente, debemos llegar a su nivel. De todas maneras no nos equivocaremos si llegamos a la conclusión de que no fuimos creados para ser marionetas.

El humano, es el único creado naturalmente opuesto al atributo de otorgamiento, porque precisamente dentro de esa oposición, es posible elevarse al nivel más alto de la Creación. Si aprendemos a elevarnos desde el estado de separación al estado de otorgamiento, no solo estaremos en otorgamiento y armonía con toda la Creación, sino que en nuestro camino hacia el estado corregido, adquiriremos también el intelecto que dirige la Creación, y podremos dar existencia a ese estado por nosotros mismos.

La Meta de la Creación es beneficiar a los creados, y el beneficio que nos fue asignado es ascender al nivel del Creador, conocer el programa de la Creación en todos y cada uno de sus detalles y cumplirlo. Para llegar a eso, debemos contener en nuestro interior toda la diferencia que existe entre la recepción total y el otorgamiento total. Solo estudiando la separación se puede llegar a la integridad. Por lo tanto, la persona tiene que nacer en nuestro mundo bajo el dominio del deseo de recibir, y justamente dentro de esa oposición, elevarse de la separación a la conexión, de la recepción al otorgamiento.

 

Para posibilitar estas condiciones, fue creada el Alma del Primer Hombre en el mundo de Atzilut en el estado corregido, y luego se rompió. Cada uno de nosotros, los seres humanos, somos el resultado del rompimiento del Alma del Primer Hombre. En cada uno de nosotros existe una chispa del Creador, parte pequeña de esa alma rota, y nuestra misión común es unir nuevamente todas esas “chispas” en un solo alma, como estuvimos conecta- dos juntos en el Alma del Primer Hombre.

En el rompimiento del Alma del Primer Hombre, se rompió el contacto del otorgamiento y el amor, que conectaba entre todas las partes. Como consecuencia, también en nuestro mundo, el contacto entre nosotros está roto. Nosotros vivimos en una realidad de separación, y dentro de esa realidad, mediante el estudio de la sabiduría de la Cabalá, tenemos que lograr la conexión que ya teníamos. Solo que esta vez, debemos lograrla a partir de un deseo independiente y consciente.

Para comprender más profundamente el trabajo que debemos realizar en el ascenso desde nuestro mundo hacia la espiritualidad, ampliaremos un poco la explicación sobre el proceso espiritual llamado “Rompimiento del Alma del Primer Hombre”. Comenzaremos con una importante aclaración: el Primer Hombre que fue creado en el mundo de Atzilut, no es el mismo personaje que vivió en nuestro mundo hace 5.774 años y que fue el primero en descubrir la espiritualidad. Se tratan de dos discernimientos totalmente diferentes. El Alma del Primer Hombre en Atzilut, es un discernimiento espiritual, que no tiene, de manera alguna, forma material. El primer hombre en nuestro mundo, era una persona de carne y hueso. El Primer Hombre que fue creado en el mundo de Atzilut, es ese mismo Primer Hombre sobre el cual se habla al principio del Génesis. Todas las historias de la Torá, como todos los escritos sagrados posteriores, son de hecho, narraciones de los discernimientos espirituales. El Pecado del Árbol del Conocimiento del bien y el mal, que figura en la Torá, y el Destierro del Paraíso, describen, en realidad, el proceso espiritual llamado “Rompimiento del Primer Hombre”.

Como hemos dicho, en el rompimiento del Primer Hombre, se ha roto el contacto de otorgamiento que conectaba entre sus partes. Como consecuencia de ello, los cabalistas escriben, se dividió el Primer Hombre en seiscientas mil partes rotas del alma, que descendieron del mundo de Atzilut a los mundos de Briá, Yetzirá y Asiyá (Ver Gráfico Nº 9). Cada alma rota en los mundos espirituales se divide también ella en sendas chispas de alma, que cayeron en nuestro mundo. Esas chispas de alma, son los puntos en el corazón que despiertan en cada uno de nosotros. En cada uno de nosotros hay un fragmento del deseo del Alma del Primer Hombre, que quiere volver a la conexión, al contacto con el Creador, a la espiritualidad. Debemos conectar esos deseos nuevamente, juntos en un solo deseo, del mismo modo que estuvimos co- nectados antes del rompimiento. Y debido a que en la ascensión de abajo hacia Arriba, nos conectaremos dentro de nuestro deseo libre y consciente, lograremos el contacto con el Creador en toda su profundidad.

Así suenan las palabras de boca de Rabash (Escritos de Rabash, parte A, artículo “El hombre siempre venderá las vigas de su casa”,1984, artículo “Según lo explicado sobre el asunto de ‘ama a tu prójimo como a ti mismo,
1984.”): «Hay en cada uno chispas del amor al prójimo, más una chispa no podría encender la luz del Amor… por lo tanto, acordaron que conectándose juntas – de todas las chispas se hará una llama grande… y cuando tenga una fuerza enorme, entonces, en su interior tendrá la fuerza para implementar el amor al prójimo. Y de ese modo, podrá llegar al amor al Creador”.

Ponte a prueba:
  • ¿Por qué se rompió el Alma del Primer Hombre?

De Arriba Hacia Abajo y de Regreso .

Finalizaremos esta lección de estudio, como prometimos, uniendo todas “las piezas del rompecabezas” que hemos estudiado hasta el momento, en una imagen lo más amplia y comprensible. Uno a uno, pondremos en sus lugares todos los detalles principales, que conforman la realidad en la cual trabajamos en la elevación de abajo hacia Arriba. Todo esto, haciendo hinca- pié en la importancia del entorno y el tema del libre albedrío.

En el artículo “La esencia de la sabiduría de la Cabalá”, escribe Baal HaSulam:

 

“La sabiduría de la Cabalá es el orden de las raíces, que se desprenden según causa y efecto y continúa en base a leyes fijas y determinantes las cuales se unen y acomodan hacia un objetivo Superior, denominado: revelación del Creador a sus creados en este mundo”. En otras palabras, la sabiduría de la Cabalá es la sabiduría del orden del desarrollo de la Creación desde su comienzo hasta su final. Ella nos enseña qué es el Plan de la Creación, cómo se manifiesta, de qué manera se implementa y cómo nosotros tomamos parte en su implementación.

Los cabalistas, son personas que han corregido su intención de “con el fin de recibir” a “con el fin de otorgar”, y como resultado, alcanzaron la realidad espiritual. Dentro de su alcance, ellos nos escriben que el pensamiento que se halla en la base de la Creación es “Beneficiar a los creados”. Escriben también, que ese beneficio se manifiesta en el estado llamado “adhesión”, cuan- do el creado equipara su forma con la del Creador y ambos se hacen Uno. Lo bueno que nos aseguran en el Plan de la Creación, es por consiguiente, elevarse al nivel del Creador, ser como Él.

La condición fundamental para implementar la Meta de la Creación, es que el creado posea un deseo independiente de implementarla. Aparente- mente, es una cuestión simple, pero tal deseo independiente solo es posible en un estado en donde el creado sea libre (supuestamente) del dominio del Creador. Por lo tanto, para permitir una realidad como esta, el Creador aleja al creado de Sí mediante un sistema de cinco mundos, llamado “ Adám Kad- món”, “Atzilut”, “Briá”, “Yetzirá” y “Asiyá”, hasta la realidad de este mundo, en el cual el creado no siente la presencia del Creador.

En el proceso de alejamiento del Creador, el creado va reconociendo que su naturaleza es opuesta a la del Creador, y la consciencia de esa oposición es la que lo aleja de Él. En cada mundo que se desprende de Arriba hacia abajo, el deseo de recibir se vuelve más burdo y denso, hasta que en este mundo se revela en su forma espesa y gruesa, la más alejada del atributo de otorgamiento. Solamente dentro de esa oposición, el creado puede desarrollar un deseo independiente de adhesión al Creador. El dominio del deseo de recibir y el sentimiento de separación en nuestro mundo son el resultado material del proceso espiritual, llamado “rompimiento del Alma del Primer Hombre”. El Alma del Primer Hombre es la raíz espiritual del creado en nuestro mundo. Esta fue creada en el mundo de Atzilut, con deseo de que todas sus partes trabajen en otorgamiento, y entonces se rompió. El lazo de otorgamiento y amor que unía a todas las partes se rompió. Como resultado de esa ruptura, se dividió el alma única en seiscientas mil almas, que cayeron a los mundos de Briá, Yetzirá y Asiyá.

En cada alma rota de los mundos de Briá, Yetzirá y Asiyá cayeron chispas del alma en nuestro mundo. Estas chispas, son los puntos en el corazón, el deseo de contacto con el Creador, latente en cada persona de este mundo. Durante decenas de miles de años, se despertó el punto en el corazón a un número relativamente pequeño de personas, que fueron los cabalistas de las generaciones anteriores. Actualmente, cuando el deseo de recibir ha agotado todas las etapas de su desarrollo en nuestro mundo, el punto en el corazón comienza a despertar en muchas personas, y es el que las encausa al estudio de la sabiduría de la Cabalá.

Todo el proceso de desarrollo de la Creación, desde el Plan de la Creación, hasta el despertar del punto en el corazón, ocurre de manera mecánica, con- forme al programa escrito de antemano y sin elección por parte de la persona. Durante todo este complejo proceso, el Creador ordena las condiciones para el desarrollo espiritual de la persona y lo hace sin consentimiento alguno.

Y entonces, cuando se despierta en la persona el punto en el corazón, esta es guiada al lugar donde se estudia la sabiduría de la Cabalá. En ese momento, cambian las reglas de juego totalmente. De ahí en adelante, el Creador no promoverá a la persona ni siquiera un paso hacia adelante, sin que el individuo lo desee. Por primera vez, se abre ante él la posibilidad del libre albedrío (Ver Gráfico Nº 10).

Hasta que no se despierta el punto en el corazón, no tenemos elección. Hasta que no se despierte en nosotros el deseo de espiritualidad, seremos conducidos desde nuestro interior por el deseo de recibir, que siempre preferirá el máximo placer con el mínimo esfuerzo, y siempre para su propio beneficio. Este cálculo frío y “económico”, lo hace nuestro deseo conforme a dos determinaciones, que también ellas nos han sido impuestas, sin nuestra elección: nuestras tendencias innatas y la escala de valores de lo bueno y lo malo que determina para nosotros la sociedad.

Cuando llega el momento y se despierta en la persona el punto en el corazón, la ecuación cambia. Los valores que la sociedad estipulaba como buenos ya no son tan buenos para ella. Se revela en la persona un vacío. Ya no se siente atraída por los objetivos que la sociedad estima como buenos y convenientes. El nuevo deseo de espiritualidad que se despierta en ella, no puede materializarse en el marco de este mundo, y el resto de los deseos que le surgen ya no la llenarán. Ese vacío porta obligatoriamente una gran noticia. Precisamente este vacío, permite al individuo clasificar de nuevo los valores de lo bueno y de lo malo, y esta vez, dentro del libre albedrío. A partir de allí, puede elegir entre espiritualidad y materialidad, es decir, si encontrarse en un entorno que eleva el valor de la interioridad y la espiritualidad sobre la exterioridad y el materialismo, o hallarse en un entorno que consagra los valores  opuestos.

Nuestro libre albedrío reside en la elección de un entorno adecuado para el desarrollo espiritual. Y nuestro trabajo en ese entorno, es el de conectarse a los otros puntos en el corazón que lo componen y armar juntos, un gran deseo común de espiritualidad.

La conexión de todos los puntos en el corazón en una sola vasija, se hará a través de la Luz que reforma (Ver Gráfico Nº 10). El individuo no puede trascender al cálculo de lo que es bueno para él por sus propias fuerzas y conectarse al deseo del prójimo como si fuera su propio deseo. Solamente la Luz que creó a la vasija, puede corregirla. Como dijeron nuestros sabios, “Creé la inclinación al mal (la intención con el fin de recibir), creé la Torá como condimento”(Talmud Bavlí, Kidushin). La Luz que reforma influye sobre nosotros cuando leemos libros de Cabalá, que describen nuestro estado corregido en el Alma del Primer Hombre. Pero influye sobre nosotros solo con la condición de que exijamos la corrección correcta: la conexión entre nosotros para el des- cubrimiento del Creador en la vasija compartida.

En la conexión de todos los puntos en el corazón juntos, nosotros subimos los 125 peldaños de la espiritualidad (ver Gráfico Nº 10). En cada escalón, corregimos otra parte del deseo de recibir con la intención “con el fin de otorgar” y nos conectamos más, hasta que renovamos la conexión rota en el Alma del Primer Hombre.

Ponte a prueba:
  • Describe los tres ejes centrales en la implementación del Plan de la Creación.

Resumen de la Lección

Puntos Principales

  • La raíz espiritual del deseo de recibir que se despierta en nosotros en este mundo se llama “Alma del Primer Hombre. Fue creada en el mundo de Atzilut, en el estado en que cada una de sus partes están unidas en otorgamiento, conectadas entre sí por lazos de otorgamiento y amor, como un solo
  • Para alcanzar el estado corregido en el Alma del Primer Hombre y el Plan de la Creación que lo respalda, el Alma del Primer Hombre se rompió, y nuestro trabajo en la ascensión desde nuestro mundo hasta el final de la corrección, es conectar nuevamente todas las partes rotas, en conexiones de otorgamiento y
  • El Plan de la Creación es beneficiar a los Para implementarlo, el Creador se oculta del creado por medio de cinco mundos espirituales y rompe el Alma del Primer Hombre. Como resultado del ocultamiento del Creador y del rompimiento, nos encontramos en este mundo en una realidad de separación, sin ningún contacto con el atributo de otorgamiento. Cuando se despierta en el individuo el punto en el corazón, este está dispuesto a comenzar a unir nuevamente el contacto roto con el resto de las partes del Alma del Primer Hombre. Esto lo hace atrayendo la Luz que reforma al estudiar los libros de Cabalá, hasta la conexión de todas las partes rotas del alma en una conexión única, en la cual se revela el Creador.

Términos

Alma del Primer Hombre –discernimiento espiritual – parte especial del deseo de recibir en la que están conectadas juntas todas las partes del alma en conexiones de otorgamiento y amor. El Primer Hombre fue creado en el mundo de Atzilut.

 

Pecado del Árbol del conocimiento del bien y el mal– rompimiento del Primer Hombre. Desconexión de los contactos de otorgamiento que unían las partes.

Seiscientas Mil Almas – partes del alma rotas en los mundos de Briá, Yetzirá y Asiyá.

Torá – la Luz que reforma.

Mitzvá –la corrección de la parte del deseo se denomina “hacer Mitzvá (precepto)”

Respuestas a las Preguntas

Pregunta: ¿Qué es el alma del Primer Hombre?

Respuesta: El alma del Primer Hombre es nuestro estado corregido, estado en el que todos los seres humanos están conectados, juntos, como un solo cuerpo, en conexiones de otorgamiento y amor.

Pregunta: ¿Por qué fue rota el Alma del Primer Hombre?

Respuesta: El alma del Primer Hombre fue rota para permitirnos construir nuevamente la conexión entre sus partes, y alcanzar nuestro estado corregido desde un deseo independiente.

Pregunta: Describir los tres ejes centrales en la implementación del Plan de la Creación.

Respuesta: A) El desprendimiento de Arriba hacia abajo. Para posibilitar al deseo de recibir materializar la Meta de la Creación, el Creador aleja al creado de Sí a través de un sistema de cinco mundos: Adam Kadmón, Atzilut, Briá, Yetzirá y Asiyá; B) El desarrollo de nuestro mundo. El deseo de recibir en nuestro mundo se va desarrollando hasta la revelación del punto en el corazón, el deseo de renovar el contacto con la espiritualidad, con el Creador; A) El ascenso de abajo hacia Ascenso de 125 escalones de los mundos espirituales dentro de la corrección del deseo de recibir de “con intención con el fin de recibir” a “con intención con el fin de otorgar”, mediante la conexión de todas las partes rotas del Alma del Primer Hombre.

Secuencia Lógica

(Orden del Desarrollo del Curso)

Estudiamos que la sabiduría de la Cabalá es el método de revelación del Creador a los creados en ente mundo.

Estudiamos, que para descubrir al Creador, debemos cambiar la intención de con el fin de recibir a con el fin de otorgar.

Aprendimos que en los libros de Cabalá se oculta una fuerza espiritual especial llamada Luz que reforma, que tiene el poder de cambiar nuestra intención, de “con el fin de recibir” a “con el fin de otorgar”.

Aprendimos que solo esclareciendo nuestra relación con el prójimo podemos crear en nuestro interior  una referencia verdadera hacia la Luz que reforma.

Aprendimos que solo eligiendo el entorno correcto para el desarrollo espiritual, podemos aclarar exactamente nuestra relación con el prójimo.

Aprendimos que los puntos en el corazón son las partes rotas del Alma del Primer Hombre, y que en la construcción de un entorno espiritual con los otros puntos en el corazón, creamos el pedido de corrección, de conexión entre las partes rotas, e invocamos la Luz que reforma.

(En la próxima unidad de estudio aclararemos con más detalle cómo creamos el pedido de  corrección.)