Cuatro Fases de Luz Directa
Fase de Shóresh (raíz)
El Plan de la Creación es el pensamiento del Creador de crear al creado con el fin de beneficiarle. Este plan lo conocemos con el nombre de “Luz” o “Fase de Shóresh” (ver Diagrama anterior), y es la raíz de toda la realidad.
Los cabalistas dicen que antes del Plan de la Creación había algo imperceptible llamado “Su Esencia”. No podemos alcanzar esta esencia, está sellada para nosotros. No sabemos nada claro respecto a “Su Esencia”, fuera de que existe.
Probablemente en el futuro, en estados más avanzados, el creado logre acercarse a “Su Esencia”, conocerla y conseguirla. Pero, por ahora, los cabalistas describen al individuo el camino de la corrección sólo hasta su final, hasta equipararse con el Plan de la Creación, y no se ocupan en absoluto de lo que está por encima de esto.
Fase 1
La Luz, Plan de la Creación, es conocida también como “carencia o “deseo de recibir satisfacción y placer”. Esta es la “Fase 1” (ver Diagrama N° 4). El motivo de crear el deseo de disfrutar es el deseo de la Luz de complacer a alguien. Dado a que desea complacer a alguien, debe crear a ese “alguien” que quiera recibir de ella el placer. Por lo tanto, si en la fase deShóreshdel Plan de la Creación, el creado existe solo en pensamiento y se considera aún perteneciente al Creador, en la Fase 1, la Luz ya es el comienzo del creado.
En la fase 1, el creado no está aún desarrollado. Su deseo proviene del Creador. No se siente deseoso de disfrutar de la Luz, de adherirse a ella. No siente que le falta algo. Por lo tanto, en la fase 1 se denomina a la carencia como “inanimada”. En esta fase, la carencia no exige nada del creado, porque el origen de esta carencia no se encuentra en el propio creado, sino fuera de él. Aún es imposible atribuírselo. No se puede indicar el estado 1 como un creado que existe fuera del Creador, que todo lo que existe en la fase 1 proviene directamente del Creador. En la fase 1, el creado se encuentra en total dominio de la Luz.
Diagrama No. 4
La Luz llena el deseo que existe en la fase 1 y despierta en él la sensación del Plan de la Creación que es beneficiar a Sus creados. Es decir, la Luz aporta al deseo dos elementos:
- Llenado
- La sensación del Dador.
La Luz provee al deseo de llenado, la sensación de la Luz, pero el creado casi no logra percibirlo, porque la Luz es buena. En la fase 1, el creado no siente deseos de la Luz antes de recibirla, y por lo tanto, el recibir la Luz no despierta en él una mejor sensación de la que tenía en su estado anterior, sino que, aparte de sentir esa mínima sensación positiva, la Luz que se expande dentro del creado, le proporciona también la sensación del Dador (ver Diagrama N° 5). El creado comienza a sentir la existencia del Creador. Este percibe que el Creador es el que otorga y el que le brinda lo bueno.
La Luz proviene del Creador de forma directa, aunque la sensación del Dador llega a la fase 1 en forma indirecta, como envestida dentro de la Luz (ver Diagrama No 6).
Esto es semejante a recibir un regalo: al principio, uno se entusiasma con el regalo en sí. Luego, en una inspección más detallada del mismo, descubre que el presente se ajusta totalmente a su deseo. Como resultado, deduce que quien se lo entregó, lo conoce, lo ama, lo comprende y desea su bien. A partir del regalo, comienza a alcanzar a quien le entregó el presente; es decir, no a quien se lo entrega, sino su actitud hacia él.
Resulta que la primera acción en la creación es alcanzar al Creador, y es la que conduce al ser humano a desarrollarse. Cada uno de los estados del desarrollo del creado, cada cambio, sin importar cuál, es un paso más hacia el logro de un mayor acercamiento al Creador. Es el juicio respecto a los estados de desarrollo en este mundo, a pesar de que en este mundo, uno es inconsciente de sus estados de desarrollo. La raíz de esto se remonta, como hemos dicho, ya desde la primera acción al principio de la Creación.
Resumen: La fase 1 es el mero deseo – deseo de disfrutar denominado “materia”. Esta fase incluye dos partes: la primera, es la sensación del regalo, y la segunda, la sensación de quien lo entrega. En la primer parte, una situación determinada; en la segunda, el motivo por el cual se produjo esa situación. Es decir, en la segunda parte se define la existencia del estado de la raíz de la cual sale el estado 1. Como resultado, comienza el desarrollo.
Fase 2
Cuando la fase 1 identifica las dos partes que hay en su interior, comienza a distinguir cuál de ellas es la parte preferida – la segunda, claro está, que posee atributos más elevados. En la segunda parte, la fase 1 siente al que otorga, al primero en concebir, y como resultado, se despierta en ella el deseo de ser como él.
Por lo tanto, el primer deseo que se despierta dentro del creado es el de la equivalencia de forma – asemejarse al Creador. El deseo de asimilarse al Creador, otorgar, se denomina “fase 2” (ver Diagrama N° 7). Si al final de la fase 1, el Plan de la Creación era aún forzado, en la 2 se realiza en la práctica. El deseo de la fase 2 es asemejarse en la práctica a la fase de Shóresh(raíz), es decir, ser el otorgante.
Ahora aclararemos cómo puede la fase 2 ser “otorgante”. La fase 2 se desarrolló a partir de la fase 1 – del primitivo deseo de disfrutar. Este deseo es todo el material de la creación. La sensación del Creador dentro del deseo de disfrutar y de asemejarse a Él, son suplementos de ese material, del deseo de gozar que creó el Creador. O sea, que todos los desarrollos y las adiciones al deseo, al material amorfo, el inicial, provienen del reconocimiento del Creador, y del deseo de desarrollarse y ser como Él.
Como resultado de conocer al Creador, la materia comienza a crecer y a expandirse. La fase 2, es opuesta a la fase 1 – la fase 1 en su principio desea recibir, y la fase 2 desea otorgar – pero la fase 2 no permite adiciones sobre la fase 1. La fase 2, es del mismo material que la fase 1 (deseo de recibir) que se ha vestido de la forma de otorgamiento. Dentro de la fase 2 se encuentra la fase 1, y dentro de ésta se halla la fase de Shóresh; las fases se van sumando una a la otra. Cuando la fase 2 desea otorgar y ser como el Creador, comienza a pensar: “¿Cómo puedo ser como el Creador? ¿Cómo puedo otorgar, y a quién?” Esta penetra en su estructura interna, evalúa quién es y de qué manera puede asemejarse al Creador. Como resultado, siente que incluye dentro de sí la fase 1 y también la de Shóresh. Pero la fase 2 es de hecho deseo de recibir, y este deseo puede recibir solamente.
Diagrama No. 7
Es decir que aunque en la fase 2 se despierta un deseo de otorgar, no está capacitada a otorgar como el Creador. El propio Creador es el Dador, y el creado, no tiene para dar. Con estas evaluaciones, el creado comienza a comprender que puede utilizar el Plan de la Creación para otorgar al Creador. El Creador lo ama, ya que el Plan de la Creación es beneficiarle. Por eso, todo lo que el creado debe hacer es recibir, porque el Creador desea darle. Por lo tanto, dentro del deseo de otorgar, se despierta en la segunda parte de la fase 2 el pensamiento de otorgar al Creador recibiendo Su Luz. Justamente recibiendo la Luz del Creador, es como el creado va a otorgar al Creador.
Fase 3
En la fase 3, el creado va a realizar su plan de otorgar al Creador a través de la recepción. Del mismo modo que en la fase 1, recibe la Luz del Creador. Él sabe que el Creador creó el deseo y lo llenó de Luz para entregárselo. Pero ahora, él recibe la Luz porque desea asemejarse al Creador como en la fase 2 (ver Diagrama N° 8). La recepción de la Luz para otorgar al Creador se denomina “fase 3”.
Como resultado de la recepción de la Luz para otorgar al Creador, el creado se siente a sí mismo semejante al Creador. En la recepción de la Luz del Creador, el creado, de hecho, otorga al Creador. El creado se siente que otorga como el Creador – siente el nivel del que otorga.
Después de la salida de la fase 3, y las fases 2, 1 y Shóresh que se incluyen en su interior, el creado vuelve a analizar su estado también en la fase 3. El creado es deseo. En la fase 1 su deseo es de recibir – este deseo es su naturaleza. En la fase 2, se le agrega el deseo de otorgar, y en la fase 3 él otorga. El deseo de recibir que existe en el creado proviene del Creador, y su deseo de otorgar, de la sensación del Creador. Resulta que todas las acciones del creado hasta el momento proceden directamente del Creador. El creado en sí, no era más que un activado. Con esto se aclara el motivo por el cual, en la sabiduría de la Cabalá, se conoce al Creador como “la fuerza que actúa en el activado”.
Como resultado de todos estos cálculos, el creado comienza a pensar quién es él realmente. Ya que no es él quien recibió ni tampoco el que se asemeja al Dador. Él sintió solamente en su deseo asemejarse al Creador, pero es el Creador quien implantó en él ese deseo. Es así como el creado descubre que “yo” significa sentir como siente el Creador – es la sensación del creado cuando es independiente.
Fase 4
La sensacióndel “yo” – deseo del creado de disfrutarde la sensación del Creador – comienza a estabilizarse en la parte inferior de la fase 3 y se representa en la práctica en la última fase del desarrollo del deseo, en la fase 4. Esta fase desea en su integridad recibir todo lo que proviene del Creador. No anhela la Luz que procede del Creador en la fase 1, sino que desea disfrutar de ser como el Creador, el que otorga (ver Diagrama N° 9). Al final de la fase 3, esta fase descubre cuál es el significado de estar en el nivel del Creador, y es por eso que ahora, en la fase 4 propiamente dicha, su deseo es el de disfrutar del otorgamiento.
El deseo en la fase 4, es el primer deseo independiente del creado. En todos los períodos anteriores de desarrollo, ya sea directa o indirectamente, los deseos provenían necesariamente del Creador. Pero el deseo en la fase 4, procede del creado. Este comienza a formarse y revelarse al creado a finales de la fase 3, y se establece finalmente en la fase 4. Comparando con las demás fases, sólo la 4 se considera independiente, y por lo tanto, sólo ella merece ser llamada “creado”.
Cuando la fase 4 está completa totalmente se denomina “Ein Sof” (Infinidad) o “Olam Ein-Sof”. En la sabiduría de la Cabalá, “Olam” (mundo) significa estado o sensación del deseo. Por lo tanto, la fase 4 que llena todos los deseos ilimitadamente, se denomina “Olam Ein-Sof”.
A veces, los cabalistas describen las fases del desarrollo del deseo a modo de círculos concéntricos, como bulbos de cebolla (ver Diagrama N° 10). El círculo más interno de todos es la fase 4, y el más externo señala a la fase de Shóresh, y el Creador se encuentra por fuera de todos los círculos.
La adición en la fase 4
Entonces, para que el creado alcance una carencia independiente y se sienta como si existiera en ese deseo, debe atravesar cuatro fases de desarrollo del Plan de la Creación. El creado en sí, es la última fase. La fase de Shóresh es el pensamiento del Creador en relación a los creados, y por eso, los cabalistas no la consideran como parte de la Creación propia y tampoco la toman en cuenta junto con las fases 1, 2, 3 y 4 que representan el desarrollo del creado. Además, desde una perspectiva inversa, podemos decir que la fase de Shóresh, 1, 2 y 3 son las fases en las cuales el Creador desarrolla el deseo de recibir con el fin de traerlo a su forma independiente denominada “creado”. Es decir, a veces se enfatiza la fase de Shóresh y otras la fase 4. La fase de Shóresh es el Creador, la fase 4 es el creado, y las intermedias son las fases de desarrollo. Estas fases, desde el Creador hasta el creado, se atribuyen también al Creador – ya que el creado no fue en ellas activo en absoluto. Pero el creado, el cual anhela alcanzar al Creador, logra conseguir también las fases de desarrollo del Creador mismo, la forma en la cual el Creador dio a luz al creado y lo desarrolla (ver Diagrama N° 11), y conociendo las acciones del Creador, él logra conseguirlo. Alcanzar al Creador mediante Sus acciones se denomina en la sabiduría de la Cabalá “Mediante Tus acciones Te conoceremos” (canción de la unidad). Es así como los cabalistas investigan la realidad y llegan a comprender al Creador.
La fase 4 disfruta de dos llenados que existen en su interior: de la Luz proveniente del Plan de la Creación, y de la posición del Creador – su comprensión del significado de ser como el Creador. En el mundo Ein Sof, estas dos formas de llenado la llenan completamente. Estos llenan el deseo de recibir que hay en ella y el deseo de disfrutar por encontrarse en el nivel de otorgante. El deseo de la fase 4 es comparable a un niño que disfruta con lo que recibe de su madre, y de que es ella quien se lo da y se preocupa por él. Él no desea recibir vanamente, sino que sea ella precisamente quien lo llene y lo sirva. En la fase 4, el creado descubre el amor del Creador hacia él, y siente no sólo el llenado sino también el amor, y de ese amor desea disfrutar. Este placer es infinitamente más grande que el propio placer del llenado, el cual se siente en la fase 1 y es el más pequeño. Todos los placeres añadidos provienen de reconocer al otorgante, de la sensación de la importancia del Creador. Si el creado reconoce al Creador como lo más grande e importante, recibirá entonces un suplemento de placer. Por lo tanto, el deseo de recibir que se desarrolló en la fase 4, por encima del deseo de recibir que había en la fase 1, es un agregado que procede del reconocimiento del Creador – de reconocer la brecha que existe entre el nivel del creado en la fase 1 y el nivel del Creador en la fase de Shóresh.
Cuatro fases de la Luz directa
El desarrollo del deseo en sus cuatro fases se denomina “Cuatro fases de la Luz directa”. Cada creado o cada parte del mismo, cada deseo o entidad en toda la creación, deben contener en su interior estas cuatro fases.
La Luz directa, también llamada “Plan de la Creación”, desarrolla la existencia de la ausencia del deseo que se encuentra como si fuera un punto, como un material primitivo. Los cabalistas denominan al deseo que se encuentra en el Plan de la Creación con el nombre: “Existencia de la ausencia”, por ser el punto de partida y no existir ningún estado anterior. Y ese punto se va desarrollando.
Cada pensamiento, cada deseo, cada carencia, cada movimiento o impulso percibidos por el hombre como “soy yo”, son el resultado del desarrollo de cuatro fases que preceden al deseo. Estas cuatro fases no aparecen vanamente en el creado y despiertan en él cualquier deseo, sino que provienen de Arriba, del Creador. De hecho, todo pensamiento que surge en el hombre es el resultado del desarrollo de ciertos estados anteriores, del origen de la Luz, del Creador.
El Nombre HaVaYaH
Entonces, en el creado están incluidos aparte de la fase de Shóresh, los cuatro niveles de desarrollo denominados “1, 2, 3 y 4”. Se acostumbra señalar los cuatro niveles y la fase deShóreshcon las letras hebreas Yud, Hey, Vav, Hey y la punta de la letra Yud (ver Diagrama N° 12). La punta de la letra Yud representa la fase de Shóresh, la letra Yud nos indica la fase 1, la siguiente letra Hey indica la fase 2, la letra Vav indica la fase 3, y la última Hey indica la fase 4.
La letra Yud, describe el placer que llena el Kli (vasija), y es sentido en el primer deseo de la fase 1. La Letra Hey (o Key), representa el atributo de otorgamiento. La Vav, indica la acción de otorgamiento por parte de la fase 2 en la fase 3. La última letra Hey de la fase 4, se asemeja en su forma a la Hey en la fase 2, al atributo de Biná, ya que a lo largo del proceso, equipara su forma a la del estado 2. Y es así como logra la equivalencia de forma con el Dador, con la fase de Shóresh.
Sfirot
Cada una de las fases posee un nombre. Estos se denominan “Sfirot” (plural) – “Sapir” (heb, singular: alumbra), ya que hay luz dentro de su deseo, que ilumina por la Luz que lo llena. Las Sfirot se llaman “Kéter ”, “Jojmá”, “Biná”, “Zeir Anpin” y “Maljut” (ver Diagrama N° 13).
Kéter significa corona, proviene de la palabra hebrea “Koteret” (Título).Kéter es el principio de todo – el Plan de la Creación que corona, que obra y controla toda la realidad, desde el principio hasta el final.
Jojmá se llama así, porque en el estado 1 vemos toda la Luz y el Kli que le asignó el Creador a sus creados. La fase 1 contiene en su interior todo el Kli y la Luz que provienen de la fase de Shóresh, en sus formas primarias. Todas las demás fases, no son más que el desarrollo de la fase 1. Si bien en las fases 2, 3 y 4, el creado adquiere entendimientos, atributos y nuevos estados, pero de hecho, todos ellos existen en potencial ya en la fase 1, y por eso esta es llamada Jojmá: del hebreo, “cierta fuerza“.
“Biná” proviene del verbo hebreo “Habaná” (comprensión). En el estado 2, el creado comienza a comprender en cierta medida quién es quien hizo todo esto, cuál es su naturaleza y cuál es su deseo. El Plan de la Creación se revela por primera vez en Biná. Como resultado de reconocer y comprender al Creador, se despierta en Biná el deseo de otorgar. También el hombre, si desea alcanzar el atributo de otorgamiento, debe comprender primeramente qué es: cuán grande es en relación a su deseo, equivalente al deseo de recibir que existe en Jojmá.
“Zeir Anpin” (ZA) significa “cara pequeña”. “Cara” es decir: iluminación de Jojmá, lo que el Creador expone ante sus creados, Su beneficio. Zeir Anpin se llama “cara pequeña” porque el esmero del hombre de asemejarse al Creador es como el de un niño que desea ser como su padre e imita sus acciones. Maljut (reinado) se llama así porque reina sobre sus deseos. El deseo de Maljut es el primer deseo independiente. Ella misma, en definitiva, es la que llena su deseo, y se siente en él como la receptora y disfruta del regalo y de quien se lo entregó.
Seis Sfirot en Zeir Anpin
Los cabalistas hablan generalmente sobre diez Sfirot y no cinco. Esto se debe, a que la Sfirá Zeir Anpin incluye seis Sfirot denominadas “Jésed”, “Gvurá”, “Tiféret”, “Nétzaj”, “Hod” y “Yesod”. Cuando los cabalistas destacan la existencia de diez Sfirot, ya se toman en cuenta las seis de ellas que están dentro de Zeir Anpin, y es como si el propio Zeir Anpin no fuera incluido en la Sfirá (ver Diagrama N° 14). Y uno se pregunta, ¿Si Zeir Anpin significa “Cara Pequeña”, el esmero del creado de ser como el Creador, ¿por qué es él justamente el que incluye otras seis Sfirot?
En cierta medida, Zeir Anpin es similar a Kéter . Este influye sobre todas las fases inferiores, y Zeir Anpin, en su acción, desea otorgar como Kéter . Pero Zeir Anpin desea otorgar de abajo hacia Arriba, hacia el Creador, y para ello debe construir en su interior un sistema como el del Creador (KaJaB – Kéter , Jojmá, Biná). Este sistema son las tres Sfirot de Jésed, Gvurá y Tiféret que se encuentran en Zeir Anpin: Jésed de Zeir Anpin es similar a Kéter , Geburá a Jojmá, y Tiféret a Biná.
La Sfirá Netzaj de Zeir Anpin es la acción de Zeir Anpin. La Sfirá Hod es la Maljut de Zeir Anpin – el deseo de Zeir Anpin de realizar él mismo la acción de otorgamiento. Y la Sfirá de Yesod es la suma de las cinco acciones de Zeir Anpin (JaGaT NeH- Jésed, Gvurá, Tiféret, Nétzaj y Hod). Cinco acciones de Zeir Anpin hacia el Creador equivalentes a las cinco fases que incluyen (Kéter, Jojmá, Biná, Zeir Anpin, Maljut).
Con esto nos queda claro el motivo por el cual Zeir Anpin incluye en su interior cinco partes, a pesar de ser pequeño. Es así como realiza su acción de otorgamiento hacia el Creador.
NaRaNJaY
Los deseos en las cinco fases se impresionan de las Luces que los llenan. Kéter es la propia Luz. Nosotros no estamos capacitados para entender qué es la Luz que hay en Kéter, fuera de que es atraída por el Creador. En Jojmá ilumina una Luz llamada “Jojmá”, y en Biná ilumina una Luz llamada “Biná”. En Zeir Anpin, ilumina un poco de la Luz de Jojmá y un poco de la Luz de Biná, ya que Zeir Anpin es el resultado de las fases A y B. Maljut recibe toda la Luz para su propio placer, y la Luz que hay en ella es la de Jojmá. En Maljut, también Biná se transforma en Jojmá, ella realmente desea disfrutar.
De acuerdo a su intensidad, se acostumbra a llamar las Luces con cinco nombres: “Néfesh”, “Rúaj”, “Neshamá”, “Jaiá”, Y “Yejidá” (NaRaNJaY) (ver Diagrama N° 15).
El nombre “Néfesh” deriva de la palabra “Nefishá” (reposo), esta nos sugiere, que el creado aún no siente nada. La palabra “Rúaj” (viento) indica ya algún tipo de cambio, pero este cambio, no se le atribuye al creado. Al igual al viento que pasa y desaparece, es imposible ejercer sobre él, sino sólo sentir el movimiento.
El nombre “Neshamá” (alma) indica algo que existe dentro del hombre y nace en él desde el Superior. El primer contacto del creado con el Creador, según el equilibrio del atributo interno, se efectúa en Biná, y por lo tanto, la Luz que la alumbra se denomina “Neshamá”.
La Luz de “Jaiá” se llama así, porque ilumina cuando la criatura comienza a actuar por sí misma, cuando hace un movimiento independiente. La Luz “Yejidá” alumbra cuando la criatura alcanza la identidad del Creador y desea disfrutar de Su estatus o unirse a Él.
Los cinco nombres de las Luces indican una gama muy amplia de estados y no un solo estado en un solo mundo. Los cabalistas los utilizan para describir estados a lo largo de toda la sabiduría de la Cabalá. Los cinco nombres de NaRaNJaY, nos permiten evaluar en nosotros todos los estados existentes en el desarrollo de las fases de Shóresh, 1, 2, 3 y 4.
Luz de Jojmá y Luz de Jasadim
Como explicamos anteriormente, las Letras Yud (י) – (Hey (ה) – Vav (ו) – Hey (ה) y la punta de la letra Yud, indican la diferencia entre los cinco estados. Los cuatro estados y sus raíces se diferencian entre sí en su forma. Pero si el deseo es diferente, significa que el contenido también lo es, ya que éste depende del deseo. La “Luz directa” que construye las cinco fases: Shóresh, 1, 2, 3 y 4 es atraíada del Creador. Las fases se desarrollan, y de acuerdo a sus deseos, sentirá cada una un llenado diferente al de esa “Luz directa”. La Luz que se extiende del Creador se denomina “Luz simple, circundante o directa”. Ella construye las cinco fases, y en cada una de ellas ilumina su propia luz.
“Luz de Jojmá” ilumina en la fase 1, “Luz de Jasadím” en la fase 2, las Luces de Jojmá y de Jasadím iluminan en la fase 3, y Luz de Jojmá grande ilumina en la fase 4.
El propio Kli es el deseo de recibir y sus atributos principales son dos: recibir u otorgar. En contraposición a estos dos, pueden propagarse en el Kli dos clases diferentes de placeres: el de recepción, llamado “Luz de Jojmá”, y el de otorgamiento denominado “Luz de Jasadim” (ver Diagrama N° 16). Solemos dibujar el placer por el otorgamiento como una flecha saliendo del Kli en dirección hacia arriba. El dibujo de la flecha hacia abajo, representa la dirección de la acción de otorgamiento y no el placer en sí.
Resumiendo: Si el Kli recibe y siente placer con la recepción, el placer sentido en él se denomina “Luz de Jojmá”; y si el Kli desea ser como el Dador, el placer que hay en él como resultado de equiparar los deseos se denomina “Luz de Jasadim”. En cada una de las fases 2, 3 y 4 existe la sensación del Dador, sensación de otorgamiento por parte del Dador, sensación de recepción del que recibe y sensación de la acción (recepción o entrega) por parte del receptor.
Pero el Klí en sí no puede dar. Puede recibir como en la fase 1 o no recibir y desear dar, como en la fase 2. Aunque la fase 2 desea dar, no da, ya que no está capacitada para hacerlo. Para dar, debe recibir como en la fase 1 y debe hacerlo con intención de otorgar placer al Dador, como en la fase 2. Con esto podemos comprender el motivo por el cual en la fase 3 iluminan en conjunto tanto la Luz de Jojmá como la de Biná.
Resulta que la acción de entrega por parte del creado, de hecho es recepción, pero acompañada de intención. La acción de recepción con intención de otorgar se denomina “otorgamiento” (ver Diagrama N° 17). Solo así el creado puede otorgar, porque fue creado de un principio como deseo de disfrutar, recibir y llenarse a sí mismo únicamente.
Por lo tanto, cuando la fase 4 recibe todo, de acuerdo al deseo de otorgar que siente en las fases anteriores y de acuerdo al deseo de recibir que siente en su propia fase, es denominado “Maljut”. La Maljut domina. Ella desea que todos los estados se revelen ante ella, para poder disfrutar de ellos ilimitadamente. No tiene límites en la recepción de la abundancia, y por lo tanto es llamada “Maljut de Ein Sof” (Infinito).
Estructura de la realidad
La realidad completa es el resultado de cuatro fases de la Luz directa y sus raíces, que son: la punta de Yud, Yud misma–Hey–Vav–Hey, o diez Sfirot – Kéter , Jojmá, Biná, ZA y Maljut, y las Luces, Néfesh, Rúaj, Neshamá, Jaiá y Yejidá que iluminan en su interior.
Más adelante, cuando entremos en cada fase y en cada Sfirá, podremos comprender también sobre todos los seres y criaturas que existen en los cinco mundos, “Adam Kadmón”, “Atzilut”, “Briá”, “Yetzirá” y “Asiyá”. Estos cinco mundos salen de Maljut de Ein Sof, y de Maljut de Ein Sof ylosmundosnacenlasalmasdetodosloscreados. También los creados se dividen en cinco niveles –Shóresh(raíz), inanimado, vegetal, animado y Adam (hombre). Pero el hombre es el único de todas las criaturas que debe corregirse según la equivalencia de forma. El estado en el cual la Maljut es corregida por el hombre atravesando todos los mundos y los creados, se denomina “Gmar Tikun” (fin de la corrección). El hombre corrige también sus estados anteriores, el inanimado, el vegetal y el animado, y en su raíz llega hasta el Creador. No existe otra realidad más que las cuatro fases y sus raíces, Yud –Hey –Vav –Hey, o Kéter , Jojmá, Biná, Zeir Anpin y Maljut. Todo el material de aprendizaje dentro de la sabiduría de la Cabalá, todo lo que se nos revele, está incluido en estas cinco fases (ver Diagrama N° 18), en especial en la última de ellos, en Maljut, la cual incluye todas las últimas fases. El deseo de la Maljut, somos nosotros. Si estudiamos la realidad, nuestro deber de llegar al fin de la corrección y los medios para lograrlo, concretaremos el Plan de la Creación y alcanzaremos la integridad y eternidad equiparando la forma con el Creador.
La sabiduría de la Cabalá incluye en su interior toda la realidad, la Superior y la inferior, todas las criaturas, la manera en que el Creador se manifiesta ante Sus creados, la manera en que los creados comparan sus actitudes con la del Creador, y la actitud del Creador hacia ellos.
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