¿Por qué la la gente se odia?
Odiar es un atributo sólo de humanos.
La naturaleza humana es el deseo egoísta de autosatisfacción, considera su propio beneficio antes que el beneficio de alguien más.
Mientras más nos desarrollamos, más crece nuestra cualidad egoísta y más intentamos beneficiarnos a expensas de los demás y de la ecología.
En otras palabras, mientras más nos desarrollamos, más se incrementa nuestro odio hacia los demás.
Aunque aparenta ser una característica negativa, hay un lado positivo en el odio creciente que se despliega en la humanidad: la sensación negativa en aumento, nos llevarnos a un autoexamen serio,en el que descubrimos que necesitamos cambiar nuestra naturaleza humana egoísta para sobrevivir, prosperar y ser felices.
Fuera de nuestra naturaleza egoísta, está la naturaleza en su forma positiva, altruista, amorosa y otorgante, que piensa y actúa en oposición a la forma en que pensamos y hacemos.
Por eso, si actuamos desde el odio, sólo es muestra de nuestra falta de conciencia de las leyes de la naturaleza y de nuestra incongruencia y desequilibrio con ella.
Así, el odio genuino se revela conforme nos acercamos al amor. Es decir, si ponemos un pie en el camino al amar a los demás como nos amamos a nosotros mismos, que es la ley final de la naturaleza, podremos ver la superficie del odio en como la cualidad que se necesita corregir para amar verdaderamente a los demás.
¿Y por qué querríamos amar a los demás?
Ya sea que lo queramos o no, la naturaleza nos guía al estado de amor absoluto -su cualidad fundamental. Al tratar de amar a los demás de construir un entorno de apoyo en amor mutuo y por encima del creciente odio, nos libraremos de mucho sufrimiento que surgiría en el odio que emerge involuntariamente.
Hoy muchos eventos mundiales expresan el inmenso odio que hay en la humanidad. Tomamos partido contra los demás en muchas áreas de la vida y, salvar nuestras divisiones, parece impensable.
Dado que fallamos al implementar algún tipo de educación que nos ayude a comprender cómo opera nuestra naturaleza egoísta que nos divide, para desarrollar lazos de apoyo por encima de la separación, caemos una y otra vez en las demandas del ego y el odio continúa incesantemente .
Necesitamos aprender a arreglar nuestra fuente de odio -el ego humano- para que sepamos cómo cubrirlo con amor.
Si revisamos lo que pasa en el mundo justo ahora, veremos que estamos en una era de transición muy importante: una en la que gradualmente nos volvemos conscientes de la perversidad del ego.
Nos sentimos peor y peor, más deprimidos, estresados, ansiosos e inciertos acerca del futuro, pero seguimos siendo inconscientes de las causas y efectos de nuestras sensaciones negativas y de lo que podemos hacer al respecto.
Sin embargo, eventualmente nos habremos dado cuenta de que nuestra naturaleza humana egoísta es una palanca que podemos “jalar” para convertirla en amor.
Sin odio y sin la sensación negativa que llenan cada vez más nuestra vida, no podremos sentir la gran sensación plena del gozo del amor, pues el mal que se revela en nosotros agrega más apetito y anhelo porque surja la sensación genuina de amor.
Sin embargo, no necesitamos esperar a que el dolor y el sufrimiento nos impulsen a reconocer nuestra naturaleza egoísta para quererla cambiar.
Existe un método de conexión que podemos implementar para construir vínculos de apoyo, sentir amor mutuo y comenzar ya a conectarnos de forma positiva y a acelerar la revelación de nuestra fuente de odio -el ego que habita en cada uno de nosotros- dentro de una envoltura poderosa de amor y conexión positiva que construimos con la guía del método.
En resumen, se nos envió el odio para que con nuestro esfuerzo activo por la construcción de una sociedad que busque amor mutuo, podamos reparar el odio, cubrirlo con amor y al hacerlo, experimentar una nueva sensación de armonía y dicha que se extienda a toda la sociedad.
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