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El más grande propósito de una obra de teatro

Cada uno de nosotros ha visto a un niño pequeño mirar dibujos animados por centésima vez, con la boca abierta con gran emoción. ¿Por qué él mira algo que ya vio previamente ayer y anteayer con tal entusiasmo?

Un adulto mira una película que ha visto antes, mientras que el niño ve  lo mismo como embrujado. ¡La idea es que el niño está cambiando, él es nuevo cada día! Y el adulto ya está determinado.

El niño es renovado día tras día para que una película que ve diez veces sea nueva para él cada vez. El niño está creciendo todo el tiempo, y su intelecto y emoción están desarrollándose de tal forma que lo que vio ayer sea diferente de lo que ve ahora. Después de todo, está viendo la misma película con distintos ojos.

Y un adulto no llega a renovarse como el niño. Hasta la edad de 17-18 está creciendo, pero más tarde alcanza la saturación y absorbe nuevas impresiones con dificultad. Él llega a renovarse cada vez menos hasta que su vida se acaba.

Pero cuando miramos un espectáculo que nos deja una fuerte impresión, absorbemos las impresiones como niños. Una buena película, una obra de teatro, o la ópera nos sacan, estimulan todos nuestros sentidos y penetran en nosotros. Si en realidad es un buen espectáculo, es así como esto influye en la persona.

Pregunta: ¿Puede esto ayudarme en la vida?

Respuesta: Depende del mensaje que haya dentro de la obra, con qué nos impresionemos, y su materia subjetiva. Así, el teatro puede ser un medio de educación muy poderoso, pero no estamos usándolo apropiadamente.

Pregunta: Digamos que durante dos horas soy impresionado por un espectáculo con un mensaje educativo. Después de eso salgo a la calle y regreso a la vida rutinaria. ¿Entonces, qué queda en mí?

Respuesta: No regresan como la misma persona. Si el espectáculo fue construido apropiadamente, ustedes cambian. No están viendo únicamente una obra de Shakespeare sobre algo que ocurrió hace cientos de años.

La obra tocó su oído, y ustedes se relacionaron con ella como parte de su vida actual. Entonces, se queda por dentro de forma permanente y dirige su vida. Todo está construido intencionalmente para dirigir su vida. No se trata de una historia sobre un príncipe y una princesa: más bien, se trata en realidad de la vida que está cercana a la persona. Entonces, pueden identificarse con el héroe y verse a sí mismos en su lugar.

No están viendo simplemente la vida de alguien desde el costado y pensando qué harían en su lugar; más bien, están viviendo este rol. Entonces entran en un teatro como una persona particular y se van como otra persona. Adquieren sabiduría sobre la vida y empiezan a ver la vida de forma distinta. Nosotros necesitamos obras como estas.

Pregunta: ¿Es posible adquirir sabiduría sobre la vida que no sea a partir de la vida actual?

Respuesta: En muchos casos e incluso en la vida real, aprendemos no desde nuestra experiencia personal sino de la experiencia de los demás. ¿Por qué sufrir y aprender todo de nuestros errores si es posible aprender del ejemplo de los demás y no cometer esos errores?

Yo no necesito que un drama teatral  tome lugar en mi propia vida. Quiero aprender de los ejemplo de los demás. Esto es lo que nos hace falta en los jardines infantiles, escuelas y en la familia. Ellos deberían enseñarnos a diferenciar entre el bien y el mal de acuerdo a los buenos y malos ejemplos para que nosotros juguemos nuestro rol en el teatro de esta vida.

Pregunta: ¿Qué es lo principal con respecto al teatro? ¿Qué está preparado para darle a la persona en su vida?

Respuesta: ¡El teatro debe educar a la persona!

( Del Kab.TV «Una nueva vida» del 5/22/14) Laitman.es

¿Qué es el desarrollo humano?

El Desarrollo humano es el desarrollo de conexiones positivas, por encima de nuestras diferencias y divisiones innatas.

Previo a la existencia del humano, se formaron conexiones en los niveles inanimado, vegetal y animal que pavimentaron el camino para que el hombre se desarrolle y conecte.

Por ejemplo, las partículas se conectaron en átomos, y las amalgamas que podían sostener su conexión, continuaron viviendo, mientras que las que fracasaron, se fragmentaron y se volvieron obsoletas.

 

En los niveles inanimado, vegetal y animal, la naturaleza mantiene el equilibrio.

Pero, en el nivel humano, donde tenemos cierta cantidad de responsabilidad para nuestro desarrollo, vemos que cometimos muchos errores y nos hemos provocado mucho sufrimiento y desequilibrio con la naturaleza.

En lugar de enfocar nuestro desarrollo en conectarnos positivamente, por encima de nuestros impulsos de división, hasta hoy hemos dejado que esos impulsos definan nuestro así llamado, “desarrollo”.

Como tal, nos desarrollamos científica, cultural, tecnológica y económicamente, es decir, en numerosos campos superficiales, pero fallamos en desarrollar el aspecto más importante de nuestra vida: nuestras actitudes y relaciones mutuas.

En el proceso, estamos en posición opuesta a la naturaleza y experimentamos sus efectos colaterales. En lugar de vivir como seres sociales más felices, más sanos y con más confianza, experimentamos; depresión, estrés, ansiedad y soledad crecientes.

La naturaleza nos da ejemplo de cómo las células y órganos funcionan en beneficio del organismo en el que habitan y reciben lo que necesitan para funcionar en beneficio de todo el organismo. Si una célula recibe más de lo que necesita para el funcionamiento del organismo, se vuelve cancerosa y provoca enfermedad.

La sociedad humana de hoy, es como un agregado de células cancerosas, cada uno da prioridad al beneficio propio, por encima del beneficio de otros.

Un cambio hacia una sociedad humana más sana, más feliz y con más confianza requiere de un cambio en nuestras prioridades: que todos prefiramos beneficiar a otros por encima del beneficio propio.

También podemos esperar más y más eventos que nos mostrarán hasta dónde llega nuestra interdependencia -entre nosotros y con la naturaleza.

El coronavirus es el evento más reciente.

Por lo tanto, en nuestro avance hacia el futuro, mientras más nos conectemos de forma positiva, mejor estaremos equipados para lidiar con los cambios que tienen lugar en el mundo, pues el grado de nuestras conexiones será el grado de nuestro equilibrio con la naturaleza.

 

Del blog de laitman.es