Acerca de lo explicado sobre “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”

Artículo Nº 7, 1984

 

 

Acerca de lo explicado sobre “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”, todos los detalles de estas 612 Mitzvot (preceptos), están incluidos en esta regla. Como dijeron nuestros sabios: “El resto; ve y estúdialo”. Significa que al cumplir las 612 Mitzvot seremos recompensados con la regla “Amarás a tu prójimo”, y luego, con el amor a Dios. Así pues, ¿qué nos brinda el amor por los amigos? Está escrito (Artículo Nº 5, 1984-5) que cuando se reúnen unos amigos, puesto que ninguno de ellos tiene más que una pequeña fuerza de amor al prójimo, es decir, que pueden llevar a cabo el amor al prójimo sólo en forma potencial, cuando lo ponen en práctica, entonces se acuerdan que decidieron renunciar al amor propio en favor del prójimo. Pero en la práctica, uno ve que no es capaz de renunciar a ninguno de los placeres del deseo de recibir, en favor del prójimo, ni siquiera un poco. Pero al reunirse unas personas, que están de acuerdo, en que es necesario alcanzar el amor al prójimo, y cuando se anulan una ante la otra, entonces, cada una se incluye en las demás. Así, va acumulándose una gran fuerza en cada persona, según sea el tamaño del grupo. Y entonces, realmente tienen el poder de poner en práctica el amor al prójimo. Sin embargo, ¿qué nos agrega el cumplimiento detallado de las 612 Mitzvot, sobre las cuales dijimos que estaban para cumplir la regla, si la regla se cumple mediante el amor a los amigos? Y vemos que en la realidad, también existe amor a los amigos entre los seculares. Ellos también se reúnen en toda clase de círculos para obtener el amor a los amigos.

Entonces, ¿cuál es la diferencia entre los religiosos y los seculares? Dice el verso (Salmos 1): “Ni en silla de escarnecedores se ha sentado”. Debemos entender cuál es la prohibición de la “silla de escarnecedores”. ¿Esto se refiere a la difamación o por hablar cosas vanas? Entonces la prohibición no proviene de la “silla de escarnecedores”. ¿Qué nos aporta entonces la prohibición de “silla de escarnecedores”? Significa que cuando se reúnen varias personas con el propósito del amor a los amigos, con la intención de que cada uno ayude a su amigo a  mejorar su estado material, cada uno espera que al participar en más reuniones saque provecho del grupo, y mejore así su estado material. Y después de todas las reuniones, cada uno hace sus cuentas, sobre cuánto ha recibido del grupo a cambio del amor propio; es decir, qué es lo que el deseo de recibir ganó con ello, ya que él está invirtiendo tiempo y esfuerzo en beneficiar al grupo. Y ¿qué ganó con esto? Seguramente, podría haber tenido más éxito si se hubiera dedicado a su beneficio personal, al menos en cuanto a sus propios esfuerzos. Pero dice “Y yo ingresé al grupo porque pensé que a través de este, sería capaz de ganar más de lo que podría ganar sólo. Pero ahora veo que no gané nada”.

Entonces se lamenta, diciendo “hubiera sido mejor para mí usar mi pequeña fuerza, en lugar de haber entregado mi tiempo al grupo. Sin embargo, ahora que invertí todo mi tiempo en el grupo para poder obtener más bienes con su ayuda, finalmente me doy cuenta de que no solo no gané nada del grupo, sino que incluso salí perdiendo lo que podía haber ganado con mis propias fuerzas”. Cuando hay alguien que desea decir, que hay que dedicarse al amor de los amigos con la intención de otorgar, o sea, que todos trabajen para el bien del prójimo, todos se ríen y le ridiculizan. Y les parece como una especie de chiste. Y esta es una reunión de seculares. Y acerca de ello dijeron “Los actos de gracia de los pueblos son pecado, porque todo el bien que hacen lo hacen para sí mismos”. Tal tipo de grupo aleja al individuo de la santidad y arroja al hombre hacia el mundo de escarnio. Y esta es la prohibición de la  “silla de escarnecedores”. Nuestros sabios dijeron sobre tales grupos: “Dispersa a los malvados; mejor para ellos, y mejor para el mundo”. En otras palabras, es mejor que no existan. Sin embargo, con los justos es lo contrario: “Reúne a los justos; mejor para ellos, y mejor para el mundo”. ¿Cuál es el significado de “justos”? Son aquellos que quieren cumplir la regla “ama a tu prójimo como a ti mismo”, ya que toda su intención es la de salir del amor propio y adoptar una naturaleza distinta, la de amar al prójimo. Y aunque es una Mitzvá que hay que cumplir, y el individuo podría obligarse a cumplirla contra su voluntad, sin embargo el amor, es algo que pertenece al corazón, y el corazón, por naturaleza, no está de acuerdo. Entonces, ¿qué puede hacer el individuo para que lo del amor al prójimo le toque el corazón? Para eso nos asignaron el cumplir con las 612 Mitzvot, que contienen el poder que permite llegar a sentirlo en el corazón.

Pero puesto que  esto está en contra de nuestra naturaleza, entonces esa sensación es demasiado leve como para que tenga la capacidad de mantener el amor de los amigos, de facto, aunque tenga la necesidad de ello. Por eso, ahora tiene que buscar consejos que le ayuden a cumplir en la práctica. El consejo para que uno pueda incrementar su fuerza con la regla “Amarás a tu prójimo”, es el amor de los amigos. Si cada uno se incluye y se anula ante su amigo, se vuelven una masa única, en donde todas las partes pequeñas que quieren el amor al prójimo se integran en una fuerza general, incluida de muchas partes. Y cuando tiene gran fuerza, entonces tiene la habilidad de llevar a la práctica el amor al prójimo. Y entonces, puede llegar al amor a Dios. Pero esto es sólo bajo la condición de que cada uno se anule ante el otro. De no ser así, cuando se separa de su amigo, no puede recibir la parte que debiera recibir de su amigo. Así pues, cada uno tiene que decir que uno mismo es un cero (es nada) comparado con su amigo. Y esto se parece a cuando escribimos números. Cuando escribimos la cifra 1 al principio, y luego agregamos el 0, se multiplica por diez, o sea, equivale a 10.

Y cuando escribimos dos ceros, entonces se multiplica por cien, o sea, que equivale a 100. Es decir, que si su amigo es el número uno, y le sigue el cero, entonces el individuo es considerado que recibe diez veces más de su amigo. Y si dice que él equivale a dos ceros ante su amigo, recibe entonces de su amigo cien veces más. Sin embargo, si uno dice que su amigo es cero y él mismo es uno, entonces resulta diez veces menor que su amigo, o sea, 0.1. Y si puede decir que él es uno, y tiene dos amigos que son ceros comparados con él mismo, entonces se considera cien veces menos que ellos, o sea, 0.01. Resulta entonces que su grado disminuye según el número de ceros que tiene de los amigos. Aun cuando ya posee este poder y puede cumplir el amor al prójimo en la práctica, y siente que el beneficio propio es malo para él, aun así, “jamás creas en ti mismo”. Debe tener temor, de caer en el amor propio en mitad de trabajo. En otras palabras, que si le dieran un placer aun más grande de lo que él acostumbraba a recibir –aunque ya tuviera la intención de otorgar en los placeres pequeños, estando dispuesto a renunciarlos, aun así, vive con miedo de los placeres mayores. A esto se le llama “temor”, y esta es la puerta para recibir la Luz de la fe, llamada “La inspiración de la Shejiná (Divinidad)”, como está escrito en El Sulam “La medida de la fe es según la medida del temor”.

Por eso hay que recordar que la cuestión “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”, hay que cumplirla porque es una Mitzvá; es decir, porque Dios ordenó dedicarse al amor a los amigos. Y Rabí Akiva sólo interpreta esta Mitzvá que el Creador ordenó, porque tenía la intención de hacer una regla de esta Mitzvá, para que así pudieran cumplirse todas las Mitzvot por orden del Creador, y no para el beneficio propio. Es decir, no es que las Mitzvot deban ampliar nuestro deseo de recibir, es decir, que al cumplir las Mitzvot el individuo sea generosamente recompensado. Por el contrario, al cumplir las Mitzvot llegaremos a la recompensa de poder anular nuestro amor propio y alcanzar el amor al prójimo y, después, el amor a Dios. Ahora podemos entender lo que dijeron nuestros sabios sobre el versículo VeSamtem (y pusieron), de la palabra Sam (poción). “Si se le concedió, es la poción de la vida; si no se le concedió, es la poción de la muerte” (Masejet Yomá, 72, 72). Es decir que “no se le concedió” significa que se dedica a la Torá y las Mitzvot para aumentar su amor propio y que su cuerpo adquiera bienes a cambio de su labor. Si “se le concedió” significa que se anuló su amor propio y su meta es recibir una recompensa que es la fuerza del amor al prójimo, por medio de la cual llegará al amor al Creador y su único anhelo será otorgar placer al Creador.

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