Vergüenza

Igualdad de forma

La familia y la espiritualidad

“Todo el mundo es una sola familia” – Baal HaSulam, Escritos de la ultima generación.

¿Por qué es importante la familia para el desarrollo espiritual? ¿Cómo se puede usar la familia como un “laboratorio” para el avance espiritual? Trataremos de averiguar esto a continuación.  

Pero antes, veamos juntos un extracto de la clase matinal de Rav Laitman Clip – La corona de la familia

  • Pregunta 1: ¿Por qué existe la necesidad de la familia?

Recordar brevemente lo que estudiamos en la lección anterior referente a las mujeres y hombres, macho y hembra. 

  • En cada uno de nosotros existen estas dos partes.
  • En la espiritualidad es imposible que exista uno sin el otro, los dos son igualmente importantes y los dos son partes del mismo sistema.
  • En el trabajo mutuo entre ellos, se puede avanzar – “traer hijos al mundo”.

De ello se deriva de la necesidad de una familia en nuestro mundo. Según la ley de la raíz y la rama, también en nuestro mundo tenemos la necesidad natural de pareja y vida familiar. La institución matrimonial no fue creada por las personas de modo artificial, sino que fue creado en base a nuestras cualidades naturales. Nosotros vemos un estado similar en el matrimonio también en el mundo animal, cuando existe la conexión entre los sexos con el fin de crear la siguiente generación.

  • Pregunta 2: ¿Cuáles son las razones de la ruptura del núcleo familiar?

Sobre las razones de la crisis en el núcleo familiar, según la sabiduría de la Cabalá:

La sabiduría de la Cabalá explica sobre toda la evolución de la humanidad y el núcleo familiar como parte de ella, como un proceso de evolución del deseo de recibir. Si en la antigüedad éramos mucho más sociales, hoy en día, que el ego llega a su máxima potencia, las personas no desean comprometerse más.

Sobre el deterioro del núcleo familiar: el crecimiento del ego explica el crecimiento de la cantidad de divorcios en el mundo, puesto a que la historia humana es la historia constante y continua del ego, que en nuestros tiempos ha crecido exponencialmente de modo que no se puede ya contener en ningún marco. Hoy en día las personas no quieren sentirse atadas. Quieren movilizarse en el mundo de forma libre, llenar sus deseos efímeros, sin sufrir de restricciones ni presiones. Por lo tanto, es imposible mantener la institución del matrimonio. El individuo ha cambiado increíblemente en los últimos 100 años. No es capaz de aceptar ninguna presión extraña o límite alguno. La consolidación de una familia, traer hijos al mundo y educarlos ya no constituyen tendencias naturales o propósitos en la vida.

  • Pregunta 3: ¿Qué cosas pueden ayudarnos a mantener una vida familiar espiritual?

Según la sabiduría de la Cabalá:

Mi pareja es mi espejo: debemos aprender a mirarnos en nuestra pareja a través de los anteojos de una madre que mira a su hijo, y entonces veremos su belleza y la reflexión de nuestro ego en ella. Generalmente vemos en nuestra pareja nuestras cualidades más negativas, que en la realidad no nos pertenece, sino fueron creadas por nosotros. El ego que yo le atribuyo y transfiero a mi pareja, me ilustra estas formas negativas. Yo trabajo sobre mí mismo y  todo lo que veo está enfrente de mí como un espejo que refleja mi egoísmo, porque no puedo ver más que esa reflexión.

Vemos en nuestro interior una visión nueva del mundo: ya hemos estudiado que las cualidades naturales del individuo y las tendencias adquiridas de la sociedad, quedarán en él sin cambio para toda su vida. Por eso, es tonto exigir de nuestra pareja que cambie algo. Solo tenemos que preocuparnos de utilizar nuestras cualidades en la mejor forma. No para beneficio propio, sino para beneficio de la familia, puesto a que nuestra felicidad depende de ella. O sea, aquí se necesita formar un vínculo entre los miembros de la familia por encima del egoísmo (los cálculos personales), a través de renuncias comunes y graduales.

Elevarse por encima del egoísmo: siento todas mis cualidades naturales, mis pasiones, mi enojo, mi orgullo, mi ambición, mi demanda y odio todo eso en mi pareja. Debo exigirme a mí mismo y no presentar exigencias a mi pareja, debo ver las deficiencias del otro como mías (usar simulaciones con el fin de entrar al estado de mi pareja), entender que cuanto mayor sea la diferencia en las tendencias naturales, más cualitativa será la conexión en la familia. Al principio de este trabajo se revelan los cálculos egoístas más bajos, y luego se elevan por encima de ellos y se llega a la sensación de amor. El amor hay que construirlo mediante las renuncias mutuas.

Se cambia el viejo programa: en mis relaciones con los demás tengo que entender:

1. La fuerza positiva se encuentra fuera de mí y la fuerza negativa está en mí.

2. Nosotros percibimos el mundo de forma natural como corrupto y a nosotros mismos como corregidos.

3. Nosotros nos ocupamos de nosotros mismos, pensamos que nos irá bien y lo vemos todo desde el beneficio propio: ¿cómo beneficiarme a mí mismo? El programa interior que actúa en nosotros constantemente es nuestro ego; todos los deseos y pensamientos, todo lo que está incluido en nosotros, está dirigido a una sola dirección, usar el mundo para nosotros mismos. Me han instalado un programa interno de llenado propio. Mis cualidades son neutrales, pero el programa egoísta me maneja y me obliga a usar mis cualidades en beneficio propio, y también para hacer daño a los demás, ya que esto me ayuda para que me sienta superior a ellos. Yo tengo que querer cambiar este programa de una punta a la otra, del pensamiento sobre mí mismo al pensamiento sobre el prójimo.

Resumen: los principios básicos que forman la base en la formación de las relaciones familiares: bajar la división interna en la pareja, la actuación es un medio que conecta en casos cuando la relación está muy cargada, analizando los problemas familiares, pues es muy importante hablar sobre ellos de forma abierta, aun exponiéndose y presentándose tal como hemos sido creados por el Creador, y así sacamos los problemas al debate mutuo según las normas de la mesa redonda.

Herramienta de trabajo práctica –la mesa redonda.

Las normas:

  • todos somos iguales,
  • nos escuchamos mutuamente,
  • hablamos y ponemos atención sin critica,
  • no hay preguntas personales y conversaciones que no sean relevantes al tema,
  • se trata de formar un ambiente cálido, de amor y seguridad, hablando honestamente, y cada decisión que se toma, se hace en unanimidad.

Estas situaciones se pueden implementar en varios juegos de simulacros para incluirse mutuamente mejor. Debemos aceptar las deficiencias de los demás miembros de la familia como si fueran nuestras y aceptar sus puntos de vista para poder realizarlos y corregir. Cada uno se observa a sí mismo y a su pareja de costado, como si se observara una mesa de laboratorio. Hablar sobre el tema como sicólogos. No alabamos ni culpamos a nadie, sino presentamos los hechos de forma objetiva, tal como hace un médico en un análisis, con el fin de descubrir el problema y encontrarle solución. Nombramos las cualidades positivas y negativas sin referencia personal. Es necesario entender que nuestras cualidades no se pueden cambiar y provienen del Creador, solo hay que aprender a utilizarlas de forma corregida. Mediante la charla sobre los problemas, mi pareja me ayuda a entender mis cualidades egoístas. La conversación no se debe hacer con cinismo, sino con amor.

No podemos mantenernos en este estado mucho tiempo, por eso se llega a la necesidad de recibir ayuda del entorno a través de medios de comunicación y ejemplos de la sociedad.

Sobre la obligación de contraer matrimonio según la sabiduría de la Cabalá: en las generaciones anteriores, los cabalistas obligaban a sus estudiantes a casare para poder estudiar Cabalá.   ¿Por qué?

  • Según la Ley de raíz y rama
  • El cabalista debe estar conectado en todas las formas al mundo en el que vive (trabajo, familia, etc.) La sabiduría de la Cabalá no apoya la idea de diferenciarse del público, sino lo contrario. Según la sabiduría de la Cabalá, no hay nada en la creación que esté de más, y todo lo que nos sucede en la vida es parte de la corrección. La pregunta es cómo utilizarlo.
  • El núcleo familiar puede servirnos como un magnifico “laboratorio” para el avance espiritual. En el entorno familiar, se puede ejercitar los principios más importantes del trabajo espiritual (como lo hemos ampliado anteriormente), y generalmente es más fácil hacerlo allí que en la sociedad, y desde la experiencia familiar que sirve de “laboratorio”, se recibe más experiencia y más discernimientos también para el trabajo grupal.
  • Aparte que si los dos en la pareja estudian Cabalá, la familia provee de apoyo mutuo e importancia. Y la vida de toda la familia y la relación de pareja reciben un significado mucho más profundo y una base mucho más solida para mantener una vida familiar sana y feliz.

Clip de Rav Pareja feliz

El Partzuf espiritual

El Partzuf espiritual

Tal como se había dicho, el primer paso de la fase 4 es el rechazo de la Luz que llega a ella. De esta manera ella expresa su deseo de no utilizar el deseo de recibir, no recibiendo la Luz tal como la recibía antes del Tzimtzum. Luego del rechazo de la Luz, la fase 4 puede empezar a recibir con el fin de otorgar,  solo que al principio ella  debe examinase a sí misma a fin de medir cuanta intención tiene de asemejarse al otorgante  Creador.

De momento, la fase 4 entiende que en la medida que su deseo sea más grande, así podrá otorgar más, por eso, desde este nivel en adelante se acostumbra ilustrar a la fase 4 en forma de línea y no como círculo. Arriba, a la cabeza de la línea, se encuentra el Creador; el atributo de otorgamiento. En la base de la línea se encuentra el creado; o sea, la cualidad de recepción. La fase 4 por sí misma divide sus deseos en el grado de Shóresh (Raíz), Álef (1), Bet (2), Guimel (3) y Dálet (4). Deseos con los cuales ella es capaz de otorgar, están ubicados más alto, cercanos al Creador y viceversa: deseos con los que solamente puede otorgar un poco o que definitivamente no puede otorgar con ellos al Creador están ubicados lejos del Creador. El creado encuentra su lugar en los peldaños de la escalera que está entre su naturaleza y la naturaleza del Creador, según su capacidad de asemejarse al Creador, así es como la fase 4 se mide a sí misma: según su intención de otorgar y asemejarse al Creador, ella se ve a sí misma más cercana a Él, más elevada (porque así es como ella estima el atributo de otorgamiento como elevado y sublime), o más lejana de Él, baja e inferior.

La fase 4 siempre debe medir su intención, debe realizar Tzimtzum a fin de sopesar exactamente si es capaz o no de otorgar antes de realizar el acto de la recepción. Para ello, se forma en ella un estado nuevo que es llamado “Rosh” (Cabeza). Primero que nada el Rosh rechaza toda la Luz que llega hacia la fase 4 luego de lo cual establece el cálculo de la Luz (Ver Diagrama No. 5).

La Luz que se extiende desde el Creador hacia la fase 4 es llamada “Or Yashar” (Luz directa); en tanto que la Luz que la fase 4 no quiere recibir en forma directa, rechazándola, es llamada “Or Jozer” (Luz retornante).

Por consiguiente, la fase 4 rechaza toda la Luz que llega a ella por parte del Creador, luego de esto ella mide hasta cuánto es capaz de recibir, de forma que la recepción se considere otorgamiento. Esta revisión ella la realiza en relación a los Reshimot (reminiscencias) que quedaron en ella luego del Tzimtzum: 4 de Hitlabshut (vestidura) y 4 de Aviut (espesor) (4/4). Aquellos Reshimot son los registros existentes en ella desde el estado en el Mundo de Ein-Sof (Infinito): las impresiones del placer que hubo en ella son (Dálet de Hitlabshut), y las impresiones del deseo que hubo en ella (Dálet de Aviut). La fase 4 analiza la posibilidad de otorgar en relación a los Reshimot 4/4. Ella siente que la intención de asemejarse al otorgante será posible en fase de Shóresh, Álef (1), Bet (2) y Guimel (3) que están en ella, solo que en la misma fase 4 no podrá recibir con el fin de otorgar, y por eso decide recibir la Luz solamente en parte de sus deseos.

Luego de los cálculos en el Rosh, la fase 4 recibe la Luz en sus deseos Shóresh, Álef, Bet, Guimel, y el deseo de la fase misma; es decir Dálet, permanece vació. El sitio en que la fase 4 recibe el placer es llamado “Toj” (Interior), en tanto que el lugar que no puede recibir placer es llamado “Sof” (Final). El Sof de la fase 4 en su generalidad es llamado “Sium Raglin/Raglaim” (Terminación de las piernas), o abreviando: “Sium” (terminación). El Toj y el Sof juntos son la suma de todos los deseos que se encuentran en ella llamados “Guf” (Cuerpo). El lugar en que a partir de él, finaliza Rosh y empieza el Guf, el deseo, es llamado “Pe” (Boca); el lugar en el que cesa la recepción de la Luz es llamado “Tábur” (Ombligo). La totalidad de los actos de la fase 4, desde el Rosh hasta el Sium es denominada “Partzuf” (Ver Diagrama No. 6)

A continuación, cuando aclaremos los estados de la fase 4, en su camino a la semejanza absoluta a la cualidad de otorgamiento, veremos que unos cuantos de sus estados son las raíces del cuerpo del hombre en éste mundo. De estos estados es que se derivan los nombres de los conceptos de “Partzuf”, “Pe”, Tabur”, “Sium Raglin”, y otros, llamados según las partes del cuerpo material.

El Lenguaje de las ramas

Explicaremos brevemente el lenguaje de la sabiduría de la Cabalá, “el lenguaje de ramas”. Los cabalistas que descubren el Mundo Superior sienten fuerzas; ellos investigan el deseo y los tipos de llenado que existen en él, sin embargo no saben cómo denominar todas las impresiones, los hechos y las relaciones entre los estados que van conociendo, ya que la impresión espiritual es una sensación descubierta, sin ningún tipo de señales exteriores. La revelación espiritual es la revelación del deseo y la clase de llenado en él, y no existe nombre para tales revelaciones. Es por eso que los cabalistas utilizan nombres y apelativos que solemos dar a los resultados corporales de los estados espirituales en nuestro mundo.

Todo lo que existe en nuestro mundo, también existe en el Mundo Superior, pero con otra materia, por eso cuando la persona alcanza el Mundo Superior, lo investiga y quiere nombrar al estado o el acto, llamándolo con el nombre del estado corporal del cual deriva. Cada estado corporal tiene un nombre, y es posible utilizar los nombres corporales para describir los estados, los actos, los fenómenos y las conexiones espirituales.

Nos compete saber, que el cabalista alcanza el mundo espiritual mediante este mundo, y desde su punto de vista, los dos mundos se visten el uno en el otro. Este  mundo  es  considerado a  sus ojos como un diagrama transparente con números y nombres, puesto sobre el diagrama del Mundo Superior. Estos diagramas se revelan a los ojos de los cabalistas exactamente como si estuvieran vestidos el uno en el otro, solamente que los detalles en cada mundo son sentidos por él de forma distinta. A través del diagrama transparente con los números y nombres que el cabalista conoce de este mundo, él ve y siente los fenómenos en el mundo espiritual. Si quisiera precisar mucho más se diría, que a partir   de los fenómenos que son vistos en el diagrama transparente de este mundo, el cabalista discierne las raíces que determinan los acontecimientos en este mundo. “El lenguaje de las ramas” es   un lenguaje que tiene la posibilidad de denominar cada término espiritual con nombres reconocidos por nosotros en este mundo. La mayoría ciertamente están basados en un vocabulario que es familiar para nosotros, pero al igual que cualquier otro lenguaje científico, también en el lenguaje de las ramas hay términos profesionales tal como los nombres de las Sfirot, los mundos y acciones especiales que existen solamente en la espiritualidad. La sabiduría de la Cabalá utiliza el lenguaje de las ramas así como cada una de las otras ciencias utilizan su lenguaje único.

La acción del Partzuf

Volvamos  a  la  descripción  de   los   estados   del   desarrollo del creado. Aprendimos que Maljut de Ein Sof (Fase Dálet) se restringió y decidió recibir en la medida  en  que  ella  pueda  otorgar. Además aprendimos que de todas maneras los actos de Maljut que van desde el “Rosh” (cabeza) hasta el “Sium Raglin” (terminación de las piernas) son llamados “Partzuf”. Este Partzuf incluye tanto al “Rosh” como al “Guf” (cuerpo). El Guf se divide en “Toj” (interior) y “Sof” (final), mientras que Toj se extiende desde “Pe” (boca) hasta el “Tabur” (ombligo), y el “Sof” –desde el Tabur hasta Sium Raglain (Ver Diagrama No.  6).

La Luz que se extiende hacia el Partzuf y se detiene en Pe es llamada “Or Yashar” (Luz directa). El Partzuf rechaza toda la Luz directa, denominando la Luz rechazada con el nombre de “Or Jozer” (Luz retornante). Luego del rechazo de la Luz, el Partzuf calcula cuánto es capaz de recibir con el fin de otorgar, siendo   la medida de la posibilidad del Partzuf para otorgar llamada también “Or Jozer”.

Después del cálculo hecho en el Rosh del Partzuf, el Partzuf recibe el placer que se viste en la Luz retornante, con la intención   de otorgar. Estas dos  luces,  Or Yashar  (Luz  directa) vestida en Or Jozer (Luz retornante), juntas son llamadas “Or Pnimí” (Luz interior). Esta Luz se expande en el “Toj” del  Partzuf. La parte  del Partzuf  que  no  tiene  la  posibilidad  de  recibir  la  Luz  con  la intención de otorgar; es decir, la fase Dálet, es llamada “Sof HaPartzuf”  (Final  del  Partzuf).  Esta  parte  del  Partzuf queda vacía. Para dar un ejemplo, que supongamos que  el  Partzuf  calculó que  tenía la posibilidad de  recibir  con  el  fin de  otorgar 20% por ciento de la Or Yashar que se extiende hacia él. Consecuentemente a la decisión recibida en el Rosh del Partzuf, recibió la Luz que se desprende hasta el Tabur. El 80% de Or Yashar que llegó permanece fuera del Partzuf (Ver  Diagrama No 7). La Luz que queda por fuera del Partzuf es llamada “Or Makif” (Luz circundante). Su nombre  hace  referencia  a  la imposibilidad de ingresar al Toj del Partzuf. El Partzuf la capta, la separa y la rechaza.

La acción del Partzuf es una acción compleja. Tiene más que la Luz que ha sido atraída hacia el Partzuf e ilumina en él. En   la Luz rechazada, a la que se denomina como “Or Makif” (Luz circundante), se encuentra la relación del creado, el cual entiende que el 80% de esta Luz se encuentra opuesta a su fase 4, la cual no puede llenar. Dentro de la Luz circundante se incluye el trabajo, el esfuerzo y el rechazo del creado. Esto se debe a que la Luz circundante es el resultado del rechazo del Masaj (Pantalla); es decir, la Luz que ha sido rechazada por el creado que entiende los grandes placeres existentes en la Luz que él rechaza, sintiéndolos y decidiendo que no es capaz de recibirlos. Aquellos placeres  son demasiado grandes como para recibirlos con el propósito de otorgar.

En este punto es importante indicar, que la fase 4 que se encuentra en el Sof del Partzuf no permanece vacía de forma absoluta como resultado del rechazo de la Luz. La fase 4 rechaza la Luz motivada por su deseo de asemejarse al Creador, de manera que este es su acto de otorgamiento. Ella no es capaz de recibir con la intención de asemejarse al Creador, sin embargo en el rechazo de la Luz, ella expresa su capacidad máxima de estar en otorgamiento.

El vacío de la fase 4 en el Partzuf no se asemeja al vacío de Maljut de Ein Sof restringida. Maljut de Ein Sof solamente se deshizo de todo el llenado, y la fase 4, al contrario, se queda vacía debido a su deseo de asemejarse al Creador. Por eso, la fase 4 siente dentro de sí un llenado denominado como “Or Jasadim” (Luz de la Misericordia), cuyo estado se parece un tanto a la fase 2 luego de que rechazó la Luz que llenaba la fase 1. De la misma manera en la fase 2 fue sentido el placer de cierta semejanza con el Creador; es decir, el placer del deseo por ser como el otorgante. No obstante, ella aun no otorga, prácticamente, sin embargo quiere hacerlo.

La satisfacción sentida como resultado del deseo por asemejarse al Creador es llamada “Or Jasadim” que se extiende al final del Partzuf, desde el Tabur hasta el Sium (Ver Diagrama No 7). Or Jasadim se extiende como resultado del acto de rechazo, dentro del deseo, por estar adherido al acto de otorgamiento a pesar de la imposibilidad de recibir con el propósito de otorgar. La Luz interior es la que se extiende hasta el Tabur del Partzuf llamada “Luz de Jojmá”. Al decir que el Sof del Partzuf permanece vacío, significa que se vacía de la Luz de Jojmá.

Cuando el Partzuf o el creado realizan algún acto, dicho acto se ejecuta siempre en su fase 4, no en la fase 1, 2, o 3, ni en las tres juntas, puesto que es imposible realizar acto alguno que no esté dentro del deseo. De esto surge la pregunta: ¿cómo puede   ser posible que desde el Pe hasta el Tabur el creado actúe en las tres fases precedentes a la misma fase 4 y no en ella misma? (Ver Diagrama No 7).

La respuesta es que también desde el Pe hasta el Tabur el creado actúa en la fase 4, solo que lo hace en la medida que puede trabajar con las fases precedentes a ella. También debajo del Tabur, el trabajo se lleva a cabo con la fase 4, no obstante aquí, a diferencia de lo que ocurre por sobre el Tabur, el creado trabaja no solamente con la fase de Shóresh, 1, 2 y 3, sino también con la misma 4.

Resulta que, el trabajo siempre es con la fase 4. En el “Toj” del Partzuf, la fase 4 está incluida en las fases Shóresh, Álef, Bet y Guimel, en las fases del otorgamiento del Creador, restringiéndose a sí misma. Ella no trabaja con su gran deseo, sino solamente apoyando a las fases que le preceden. El trabajo de la fase 4 en       el “Toj” del Partzuf es llamado “Inclusión de la fase 4 en las tres fases precedentes”. No obstante, en el “Sof” del Partzuf, la fase 4 trabaja también con las fases precedentes y también con su misma fase; por tal razón en el Sof del Partzuf ella no es capaz de recibir. En  cada una  de  las partes del  Partzuf  (Rosh, TojSof)   existen diez Sfirot, y el cálculo siempre se hace sobre el deseo, sobre la décima Sfirá; es decir, sobre la última fase que siente el deseo como propio. Solo ella siente que decide y es independiente. Sin embargo, solamente la última Sfirá se siente a sí misma como creado.

El “Partzuf” es aquella Maljut de Ein-Sof con todos sus deseos. El cálculo es hasta cuanto ella es capaz de trabajar con los deseos que se encuentran en ella con la intención de otorgar llamada “Rosh”. La medida en que ella es capaz de recibir con el fin de otorgar en todos los deseos que se encuentran en ella es llamada “Toj”; en tanto que los deseos restantes que no pueden recibir con el fin de otorgar y que se incorporan al acto de otorgamiento en una forma pasiva por medio del Tzimtzum, son llamados “Sof”.

Es así que la estructura, producto de las treinta Sfirot compuestas de RoshTojSof, es denominada “Partzuf”. No podría ser de otra manera, sino cuando se acepte la decisión de recibir con el fin de otorgar en un 100% con toda la capacidad del Kli, se anulará el “Sof” del Partzuf y toda la Luz se recibirá en el “Toj” (Ver Diagrama No 8). Dicho estado se denomina “Gmar HaTikún” (Final de la corrección), donde Maljut de Ein Sof será llenada tal como lo fue antes del Tzimtzum, solo que su recepción será con el fin de otorgar. En el final de la corrección, Maljut de Ein Sof será complementada por “Rosh”, la intención con el propósito de otorgar, entonces ella recibirá toda la Luz con este fin dentro del Partzuf; es decir, toda ella será como “Toj

El Masaj (Pantalla)

Luego del Tzimtzum Álef (primera restricción), la fase 4 decidió rechazar la Luz, y luego del rechazo de la Luz, ella revisa hasta cuanto puede recibir con el fin de otorgar, recibiendo en la misma medida. Luego de la recepción en la fase 4 queda una parte vacía, en la que no está capacitada para recibir con el fin de otorgar. Es en esta parte en la que ella rechaza la Luz, mediante el “Masaj”. El Guf del Partzuf en su totalidad es, en realidad, “deseo”. El deseo se manifiesta por medio de la atracción de la Luz – placer para sí mismo, debido a que el deseo es atraído hacia el placer, siendo este el lugar del Masaj: el Masaj se coloca entre el placer y el deseo deteniendo el placer. Este no permite que el placer se extienda dentro del deseo en forma directa así como era antes del Tzimtzum.

Cuando la Luz directa llega al Partzuf, el Masaj la rechaza y analiza hasta cuánto puede recibir con el fin de otorgar, la capacidad del Partzuf para recibir con el fin de otorgar se denomina “Or Jozer” (Luz retornante). El Partzuf viste la Luz directa con la Luz retornante, y la Luz se extiende en su interior como Luz interna. Para dar un ejemplo, supongamos  que el Partzuf  tiene la capacidad de recibir el 20% de  la Luz que viene con la intención de otorgar. Luego del análisis y la decisión, el 20% de la Luz directa, vestidos en la Luz retornante dentro del Partzuf a nivel de Luz interior, desde el Pe hasta el Tabur, se expanden. El 80% de Luz directa que han sido rechazados permanecen por fuera del Partzuf y se denominan “Or Makif” (Luz Circundante) (Ver  Diagrama No 9).

LaLuzinteriorseextiendegradualmentedentrodelasdiezSfirotquese encuentran en el “Toj” del Partzuf (según lo mencionado anteriormente, las diez Sfirot pueden ser contadas  como  cinco,  dependiendo  del  tema que se trate). Las Luces que se extienden dentro del Partzuf son llamadas “Néfesh”, “Ruaj”, “Neshamá”, “Jaiá”, “Yejidá”, (NaRaNJaY). El Partzuf se llena de aquellas Luces hasta cierto límite llamado “Tabur”. Este sabe, no tiene la posibilidad de recibir más que esto. Luego de que  el Partzuf se llena con las cinco Luces de NaRaNJaY hasta el Tabur, la Luz circundante queda por fuera del Partzuf presionando sobre el límite donde se encuentra el Tabur. Esta presiona sobre el Tabur debido a que el Creador desea que el creado reciba el placer sin ninguna limitación;   ya que el motivo del Plan de la Creación es hacer el bien a Sus creados,  a fin de llenar la  fase 4 con placeres en forma directa.

Si el objetivo del Plan de la Creación es llenar la fase 4 de placer en forma directa, la respuesta del creado respecto al Plan de la Creación es el resultado de otorgamiento indirecto; es decir, “detrás de los telones”, el Creador le permite al creado sentir cuál es el significado de ser el que otorga, en tanto que el creado, como respuesta, empieza a desear asemejarse a Él. Con esto, debido a que la Luz quiere llenar al Kli en forma directa, la Luz circundante que fue rechazada del Partzuf presiona sobre él queriendo ingresar en su interior (Ver Diagrama No 9).

El Partzuf no puede resistir la presión de la Luz circundante. Él es capaz de enfrentarse con la Luz directa que se encuentra en el Rosh del Partzuf decidiendo recibir cierto porcentaje de la Luz con la intención con el fin de otorgar y la recibe como Luz interior. También puede enfrentarse a la Luz interna del Partzuf. Pero la presión ejercida sobre él por la Luz directa no tiene la capacidad de tolerar.

Para explicar las razones de esto volvamos a la parábola del Dueño de casa y el invitado. El invitado se sienta ante el dueño de casa y se rehúsa a comer, en tanto que el dueño de casa lo presiona rogándole que lo honre, es así que toda su molestia no fue sino para el anfitrión.

Supongamos que el Dueño de casa confiere al anfitrión cinco porciones; es decir, en correspondencia a las cinco Luces de NaRaNJaY que se visten en cinco Kelim (vasijas): Kéter, Jojmá, Biná, Zeir Anpin y Maljut. El invitado hubiese querido recibir del Anfitrión todas las Luces a fin de llenar su Kli, siendo esto un acto esperado.

Pero por cuanto además de las Luces él también siente la esencia del Dueño de casa, es decir al Dador,  siente vergüenza. Él se siente   a sí mismo como el que recibe y al Dueño de casa como el que da, siendo incapaz de resistir la diferencia. Por lo tanto se restringe a sí mismo y coloca un Masaj (pantalla) sobre su Kli de recepción (Ver Diagrama  No 10).

El invitado decide no recibir nada, sin embargo el Dueño de casa insiste. Él continúa insistiendo al invitado para que reciba, y como resultado de esto en el Dueño de casa se descubre una carencia; o sea que Él sufre porque el invitado no disfruta. La revelación de  la carencia del Dueño de casa provoca que el invitado se sienta más grande, ya que de momento es él, supuestamente, quien domina al Dueño de casa determinando Su estado. Luego de que el invitado siente que el Dueño de casa sufre y Su sufrimiento le produce dolor; el  que es  denominado como  “El sufrimiento de  la Shejiná (Divinidad)”; el invitado puede empezar a recibir. Este recibe el placer solamente con el fin de beneficiar al Dueño de casa y complacerlo. (Diagrama No 10)

Sin embargo el Kli calcula la medida en la que puede recibir con el fin de otorgar. Él recibe; por ejemplo: un 20% de la Luz y el 80% restante lo rechaza, llenándose parcialmente con el 20% de cada uno de los deseos: Kéter, Jojmá, Biná, Zeir Anpin y Maljut, asemejándose al Dueño de Casa en un 20%.La recepción del placer debilita a los deseos, ya que ahora cada uno de ellos conoce cuál es su propio placer y el del otorgamiento del Anfitrión. Ellos conocen aquellos grandes placeres que se revelan dentro del deseo de recibir. Después de la recepción del placer, el 80% de la Luz circundante continúa presionando sobre el “Tabur” (Ver Diagrama No 9). No obstante la Luz circundante solamente constituye el 80% de la Luz directa que llega al Partzuf, pero al Kli le es muy difícil soportarla. La Luz directa constata la falta de capacidad del Kli de ejecutar el Plan de la Creación y el dolor del Anfitrión. Entonces despierta al creado para que sienta cuán bueno es recibir el placer dentro del Kli impulsándolo para que continúe recibiendo.

Resulta que después de la recepción de una parte de la Luz que va hasta el Tabur, el Kli se encuentra en una duda difícil, ya que sobre él recae el decidir si continúa recibiendo o no. El Kli siente que no tiene la capacidad de continuar recibiendo, ya que si fuese a recibir más, debajo del Tabur, esto sería una recepción con la intención por el fin de recibir y así él no podría estar de acuerdo, por cuanto no es capaz de infringir la ley del Tzimtzum Álef (primera restricción) de no recibir placer para sí de ninguna manera. Por ende, todo lo que se puede hacer es partir de su estado actual, para expulsar de él todas las Luces tal como el Tzimtzum Álef.

Consecuentemente el Kli aparta todas las Luces de NaRaNJaY, puesto que lo llenaron desde el Pe hasta el Tabur, permaneciendo vacío. Es así que él vuelve a su estado anterior, previo al acto de recepción. En este estado tiene Rosh y todo el Guf del Partzuf está vacío.

La raíz espiritual masculina y femenino según la sabiduría de la Cabalá

En esta lección intentaremos comprender cuales son las raíces espirituales de la base masculina y la base femenina en la sabiduría de la Cabalá.

¿Qué son el hombre y la mujer en la espiritualidad? ¿En relación a qué son medidos? ¿Podemos conectar entre lo que hemos aprendido en la parte primera con la parte segunda? Todo esto trataremos de averiguarlo juntos a continuación.

Comencemos esta parte con una historia que ejemplifica de una forma divertida las diferencias de percepción entre hombres y mujeres:

Hilary y Bill Clinton paseaban en su automóvil y pararon en la gasolinera. De pronto Hilary nota que el obrero de la estación fue su amigo hace muchos años atrás. Ella sale a saludarlo, se abrazan, conversan sobre aquellos tiempos. Hilary regresa al coche, y cuando se alejan, Bill le dice: “¿Y? ¡Qué suerte tienes que te casaste conmigo y no con él! Imagínate que serías hoy la esposa de un gasolinero”. Hilary lo mira como a un niño inocente y le dice: “Querido, si me hubiese casado con él, él sería hoy el presidente de los Estados Unidos”…

Para la Sabiduría de la Cabalá, lo primero que el Creador creó fue el deseo de recibir. La Luz, el deseo de otorgar (el atributo de otorgamiento, el Creador) sacó de su interior un punto, en una acción denominada “Presencia (deseo de recibir) de la ausencia (deseo de otorgar)”, y creó un Kli capaz de recibir todo lo bueno y la abundancia que quiere dar. Esta acción también se denomina (Iesh mi ain – Hay de no hay)

Como vimos en la primera lección del curso. Existen dos Principios en la Creación

  • El Creador =  el otorgante = la Luz
  • El creado = el receptor = el Kli

La acción de otorgamiento se llama, en la sabiduría de la Cabalá, “acción masculina” , y la acción de recepción se llama en la sabiduría de la Cabalá “acción femenina” .

Según esta lógica, resulta que el Creador realiza una acción masculina y nosotros, los creados (el alma del primer hombre, Maljut de Ein-Sof, o luego Maljut de Tzimtzum Alef), que recibimos de Él, realizamos una acción femenina, una acción de recepción.

  • Pregunta 1: Según este orden, el Creador – ¿es masculino o femenino?

Si tomamos los Sefirots la sabiduría de la Cabalá nos explica que:

    • Keter – es el deleite oculto en la Luz mientras que Jojmá – es recepción del deleite por nosotros.
    • Biná – es nuestro deseo de asemejarnos a la Luz, y otorgar mientras que Zeir Anpin – es nuestro deseo de recibir con el fin de dar.
    • Maljut – finalmente es el deseo puro de recibir, la base de la creación, nuestra base.

Si estudiamos  la relación entre Zeir Anpin (ZA) y la Nukva (Maljut):

    • ZA se llama en la sabiduría de la Cabalá “Creador” y el sistema de relaciones que tiene con el creado es la que está detallada en los libros de Cabalá.
    • ZA y Maljut – son dos sistemas en el mundo espiritual que gobiernan las partes masculina y femenina de nuestro mundo.
    • Maljut es la concentración de todas las almas, todo el deseo de disfrutar, como ya sabemos se puede describir como “Kli”.
    • ZA existe con el fin de inseminar y desarrollar las almas, transmitir la Luz a ellas, llenar el Kli de Luz.
    • Así pues la base masculina –  es el deseo de recibir con el fin de dar, dominado por ZA.
    • La base femenina – es el deseo de recibir, dominado por Maljut.

La base masculina en relación a la base femenina es el Creador. La base femenina en relación a la base masculina – el Kli.

  • Pregunta 2: ¿Cómo se complementan el macho y la hembra en la naturaleza? ¿Dónde podemos observarlo?

De lo expuesto anteriormente, podemos generalizar la división en todas las partes de la naturaleza entre macho y hembra, y de hecho, la conexión entre dichas partes crea la perfección.  El macho no puede sin la hembra, y viceversa, solo la unión entre los dos crea la perfección. Así es también en la creación.

La división de macho y hembra existe también en cada uno de nosotros. Cada uno está compuesto de una parte masculina y una parte femenina (psicología, etc.)

Todo esto está en nuestros genes, de modo que no podemos obrar en su contra. Las dos bases, masculina y femenina, son iguales en la obra de alcance del plan de la creación, que su objetivo según la sabiduría de la Cabalá, es devolvernos a un mundo pleno de Luz, amor y satisfacción infinita. En cada uno de nosotros, tanto hombres como mujeres, hay partes de estos dos fundamentos, en medidas distintas.

  • Pregunta 3: ¿Qué relación hay entre las raíces espirituales del macho y la hembra y sus ramas corporales?

La diferencia en la estructura del cuerpo humano entre el macho y la hembra proviene de esta raíz espiritual.

Muchos conceptos de la sabiduría de la Cabalá hablan sobre la raíz espiritual y el sistema de relaciones entre ZA (masculino) y la Nukva (femenino) en el lenguaje de las ramas y las raíces, pero tienen paralelismos también en nuestro mundo. Cuando hablamos sobre paralelismos, es importante enfatizar que así como explicamos anteriormente en el tema de la raíz y la rama, no hay relación entre la raíz y la rama, pero existe una adaptación en nuestro mundo al mundo espiritual.

Términos como:

Emparejamiento (Zivug-זיווג) – se refiere al acto en el que la Luz penetra al Kli y lo llena de placer, y esto tiene su paralelismo en nuestro mundo que es el emparejamiento corporal (otra vez recordar que no hay relación entre el acto animal y la raíz espiritual sino solo una comparación). De aquí vemos que es lógico que las relaciones sexuales se consideren un gran placer, por su comparación a las raíces.

Tzim Tzum y Masaj

Registro de la investigación cabalística 

Al igual que las demás ciencias, la investigación cabalística de los estados del creado  requiere  de una definición  de gran dimensión,  de manera que con la ayuda de diagramas y análisis podamos medir el objeto a investigar. Las definiciones exactas posibilitan a los investigadores el poder documentar dichos estados, a fin de pasarlos a los demás adecuadamente. Deben verificar que aquel que haga uso de sus descubrimientos, pueda apoyar sus estudios describiendo con exactitud los estados de acuerdo a lo que le fue entregado. Por tal razón, ahora conoceremos algunos lineamientos sobre los estados del creado según los cuales se conduce la sabiduría de la Cabalá. Sin el entendimiento y conocimiento del formato adecuado de su registro no será posible continuar con la descripción del desarrollo del creado.

Cada estado incluye dentro de sí al creado, el cual es denominado como “Kli” (Vasija) o “Ratzón” (Deseo), en tanto que al llenado que es recibido en el deseo se le describe como placer. El llenado se denomina “Or” (Luz) siendo posible denominarlo también con el nombre de “Boré” (Creador). Cada estado en la realidad está constituido de dos discernimientos: 1) El deseo; y, 2) el placer. Siendo los deseos creados para ser distintos; vimos esto en las cuatro etapas que salieron de Shóresh (fase de Raíz). Conforme a esto, en cada discernimiento existe un llenado singular de la Luz.

De acuerdo a lo mencionado anteriormente, es posible dibujar las cuatro fases también como círculos; cada círculo indica una fase distinta. La forma del círculo indica que no hay discernimiento de abajo y arriba o de grande y pequeño. Es decir, los círculos no muestran las diferencias de las medidas de las respectivas fases, sino el orden de la salida de estas una después de la otra. Así, por ejemplo, fase 1 antecede a fase 2, solamente que no tiene la misma altura (ver Diagrama No. 1).

Todos los círculos tienen un centro común y por eso esta representación describe la relación de causa y efecto. Si nuestro deseo fuese describir lo contrario en las medidas del nivel, dibujaríamos las fases una debajo de la otra, desde Shóresh hasta la fase 4, o de derecha a izquierda, una junto a la otra.

El Reshimó

Ahora explicaremos las formas de registro de los dos fundamentos que existen en cada estado: El Kli y la Luz. El llenado del Kli está condicionado al deseo. El deseo que fue creado desde la fase de Shóresh se creó como deseo de disfrutar sintiendo tanto la Luz como el placer. No obstante, aún no se trata de un deseo independiente, puesto que el deseo en la fase 1 no antecede a la Luz, sino que nace por medio de la Luz misma. De todas maneras, la Luz es sentida por él como un placer de recepción. La Luz que llena el deseo en la fase 1 se denomina “Luz de Jojmá”, en tanto que el deseo de la fase 1 es llamado “deseo de recibir“. Estos dos fundamentos, la Luz que es la fase 1 y el Kli que es la fase 2, son llamados en el lenguaje de la Cabalá como “Reshimó” (reminiscencias) – (ver Diagrama No. 2). El significado de la palabra “Reshimó” se deriva de la palabra “Roshem” (impresión, huella) la cual nos provee de conocimiento acerca del estado del creado.

El signo del Reshimó del Kli y de la Luz en la fase 1 es 1/1. De acuerdo a esto, el signo del Reshimó en la fase 2 es 2/2; en tanto que el signo del Reshimó en la fase 3 es 3/3, y en la fase 4 es 4/4. Con la ayuda del Reshimó es posible describir cada uno de los muchos estados del creado, a pesar de que en la realidad no existe más que Kli y Luz los cuales lo llenan en relación a su deseo.

¿Por qué depende el llenado del deseo? Esto se debe a que existe una ley cuyo origen se encuentra en el Creador, que dice: “No hay coerción en la espiritualidad”. Por tal razón, si el Creador desea hacer el bien a Sus criaturas, forma en ellas un gran deseo, el cual es adaptado exactamente al beneficio que desea otorgarle. Dado a que este beneficio existe desde un principio, el interés del Creador es el deseo que se encuentra en el creado. Cuanto  más se intensifica el deseo del creado más sentirá el placer mismo y a quién da el placer.

Las cuatro fases en la fase 4

Volvemos al tema de los estados del creado según los hemos descrito hasta aquí en las clases anteriores. Desde la fase de Shóresh, el creado llega a la fase 1, de la fase 1 hasta la fase 2, de 2 a 3 y de 3 a 4. Cada uno de los estados incluye en su interior los estados anteriores. Cada una de las fases sale sintiendo las fases precedentes a ella: la fase 1 siente la fase de Shóresh que quiere otorgarle; en tanto que la fase 2 siente la fase de Shóresh y la fase 1; y la fase 3 siente el Plan de la Creación que se extiende desde la fase de Shóresh, a través de la fase 1 y la fase 2 hasta que llega a ella.

De la misma manera, la fase 4 siente todas las fases anteriores. Esta siente que está incluyéndolas. A fin de llegar a su  deseo, la fase 4 debe sentir los deseos anteriores a ella y sus maneras de actuar en relación a la Luz Superior (ver Diagrama No. 3). Se puede decir que en la fase 4 existen cinco partes desde Shóresh hasta 4.

Finalmente, la fase 4 siente que quiere recibir y que recibe del estado que se encuentra en la etapa 3; en tanto que ésta fase recibe para otorgar al Creador. Ella hace esto con la ayuda del deseo de recibir que está incluido en ella desde la fase 1 y con la ayuda del deseo de otorgar que se encuentra presente en ella desde la fase 2. En cambio, la etapa 4 quiere disfrutar del estado que ha sido formado en la etapa 3, volviendo sobre todos los estados que  se encuentran presentes en la etapa 3 añadiendo sobre ella un nuevo deseo. Este nuevo deseo es la fase 4, o más precisamente, la cuarta fase que se encuentra en su cuarto aspecto. Todo lo que resta de esta fase está incluida de las fases anteriores.

El Tzimtzum (Restricción)

La etapa 4 siente tanto el placer del Creador así como las acciones del que otorga, y desea disfrutar de ambos. Luego sucede un desarrollo adicional: como resultado de la sensación de su deseo de disfrutar, la etapa 4 se siente a sí misma como opuesta al que otorga en relación a su deseo de disfrutar. A través de todos los discernimientos que existen en ella, esta alcanza la cualidad de otorgamiento (fase de Shóresh) sintiendo que es contraria a dicha cualidad.

La sensación de oposición en la fase 4 se asemeja al estado del creado al final de la fase 1. También entonces el creado recibió placer y sintió dentro del placer la oposición entre su estado y la fase de Shóresh. La fase de Shóresh es más elevada en relación a la fase 1, por eso ésta sintió que su estado es menor en relación a Shóresh. Como resultado de esto se despertó en ella la aspiración de reemplazar su deseo a fin de asemejarlo a Shóresh. De esta forma se produce en ella el deseo de otorgar, el cual es llamado “fase 2”.

Solo que la reacción en la fase 2 proviene del deseo que llega desde Arriba – en el proceso de la creación de la fase 1 se creó primero el deseo y solo después llegó el llenado. Por eso, dado a que tanto el deseo como el llenado que se encuentran en la fase 1 no son de esta fase, ella es capaz de sustituir su deseo fácilmente luego de sentir que le favorece asemejarse a Shóresh. Sin embargo, la fase 4 siente su deseo como propio, como un deseo que nace en su interior, “desde abajo”. Como resultado de la semejanza entre el Creador y la fase 3, la fase 4 decide recibir todo el estado del Creador como placer. En la fase 4 nace por primera vez un deseo independiente. Ella siente que este es su deseo y que es opuesto al Creador. Por tal razón no tiene la posibilidad de sustituirla tal como hizo con la fase 2. La sensación de contraste entre el estado de la fase 4 y el estado del Creador se denomina “Vergüenza” (Bushá).

El deseo en la fase 4 le pertenece a la fase 4, siendo éste su propio deseo. Precisamente con respecto a este es que siente la oposición entre ella y el Creador. A diferencia de la fase 2 que quiso asemejarse al Creador y lo llevó a cabo sin ningún esfuerzo, la fase 4 no tiene la posibilidad de preferir un deseo distinto al suyo propio; en tanto que la fase 2 siente el deseo del Creador y se adhiere a Él, ya que lo adquirió por encima del deseo de recibir de la fase 1. Sin embargo, la fase 4 no puede realizar dicha acción, la fase 4 no quiere permanecer en su nuevo deseo, en el deseo de recibir del creado- más bien prefiere prescindir de él, pero no tiene la posibilidad de hacerlo, puesto que este deseo nace en su interior. El deseo de la fase 4 “de recibir”, nace de sí misma, como resultado de las acciones que la precedieron, por eso en este punto, se requiere una acción especial. Todo lo que la fase 4 puede hacer por ahora es no estar de acuerdo con su deseo, no querer permanecer en su propio deseo. Tal actitud de parte de la fase 4 respecto a su propio deseo es denominada “Tzimtzum” (restricción). Debido a que esta es la primera vez que en ella se siente tal Tzimtzum, este se denomina “Tzimtzum Álef” (primera restricción).

El deseo que nace en el creado es un deseo natural; es decir, un deseo que ha sido recibido en su interior y es percibido como propio, como natural, y por eso no puede deshacerse de él. El creado solamente puede no desear el deseo forzado condicionado por     la naturaleza, pero no existe la posibilidad de sustituirlo por otro. Luego de la salida de la fase 4 no puede llegar otro deseo a cambio, pero es posible una actitud distinta hacia el deseo en ella, y con el Tzimtzum Álef (primera restricción) se revela esta actitud.

El deseo de recibir siempre existe ocasionando que el creado se sienta a sí mismo como quien quiere disfrutar del placer que llega del Creador, y de la presencia del Creador que es sentida por él. La naturaleza del creado es el deseo de recibir y dicha naturaleza antecede a todo. El deseo de recibir es un dato constante. El creado quiere disfrutar de aquello que ha sido revelado en la fase 3, tanto de la entrega como del dador y solamente en relación al deseo de recibir es que el creado puede decidir una actitud tal o distinta a su naturaleza: estar o no de acuerdo con él, determinar la manera en que lo va a usar.

Luego de que el creado decide no utilizar su deseo, expulsa la Luz fuera de las cuatro fases, de lo cual quedan como remanentes vacíos de Luz. En su estado colmado de Luz, las cuatro fases son llamadas “Olam Ein-Sof” (Mundo Infinito). En tanto que, ahora, en su estado vacío, son llamadas “Olam HaTzimtzum” (Mundo de la Restricción).

Resumen: Volveremos a explicar brevemente la cadena de desarrollo por medio de causa y efecto desde el principio. El Plan    de la Creación es hacer el bien a Sus creados, lo cual es la fase de Shóresh (raíz), de la cual salen la primera, segunda, tercer y cuarta fase; la fase 4 es la que se llena con la Luz y es llamada “Olam Ein-Sof”(Infinito). Luego de la salida del Olam Ein Sof la fase 4 se restringe a sí misma en el Tzimtzum Álef (Primera Restricción). En tanto que la fase 4 restringida se denomina “Olam HaTzimtzum” (Ver Diagrama No. 4). El Reshimó de la fase 4 en el mundo de Ein- Sof se determina por el factor 4/4. El primer 4 indica el estado de la Luz, llamado “Reshimó de Hitlabshut” (Reshimó de Vestidura), y el segundo 4 indica el estado del Kli llamado “Reshimó de Aviut” (Reshimó de Espesor). El Kli es medido de acuerdo a su Aviut, el cual representa el tamaño del deseo de recibir que está en él, en tanto que la Luz es medida de acuerdo a su propia intensidad. La intensidad de la Luz depende de la Aviut (espesor) del Kli.

Resumen: Volveremos a explicar brevemente la cadena de desarrollo por medio de causa y  efecto desde el  principio.  El Plan de la Creación es hacer el bien  a  Sus  creados, lo  cual es  la fase  de Shóresh (raíz), de la cual salen la primera, segunda, tercer y cuarta fase; la fase 4 es la que se llena con la Luz y es llamada “Olam Ein-Sof”(Infinito). Luego de la salida del Olam Ein Sof   la fase 4 se restringe a sí misma en el Tzimtzum Álef (Primera Restricción). En tanto que la fase 4  restringida  se  denomina  “Olam HaTzimtzum” (Ver Diagrama No. 4). El Reshimó de la fase 4 en el mundo de Ein-Sof se determina por el factor 4/4. El primer

4 indica el estado de la Luz, llamado “Reshimó de Hitlabshut” (Reshimó de Vestidura), y el segundo 4 indica el estado del Kli llamado “Reshimó de Aviut” (Reshimó de Espesor). El Kli es medido de acuerdo a su Aviut, el cual representa el tamaño del deseo de recibir que está en él, en tanto que la Luz es medida de acuerdo a su propia intensidad. La intensidad de  la Luz  depende  de la Aviut (espesor) del Kli.

En el mundo de la Restricción, los Reshimot (reminiscencias) también se representan como 4/4, excepto que estos son Reshimot de la Luz y del Kli en su estado restringido. En el mundo de restricción no hay Luz, pero está el Reshimó de la Luz que llenó el Kli antes del Tzimtzum. Luego del Tzimtzum, el Kli es el deseo de no utilizar el deseo. En el mundo de la restricción, el Kli es la reacción al estado de la fase 4 que está llena en Ein-Sof.

El Anfitrión y el Invitado – Recibir con el fin de otorgar (MASAJ)

Debido a que el deseo de la fase 4 es para disfrutar del placer y del Dador del placer, despierta en ella un deseo de no utilizar su deseo. La fase 4 se reduce luego de lo cual el Tzimtzum continúa su desarrollo con el fin de asemejarse al Otorgante. Entonces luego que la fase 4 no tiene posibilidad de modificar su deseo natural, lo único que puede hacer es adherir una intención al deseo. Ella lo hace tal como la fase 3. La fase 4 entiende que el Creador ama al creado, ya que todo se extiende de Él, desde la fase de Shóresh (Raíz), ella revela que puede utilizar el amor del Creador con la ayuda de su deseo de recibir, entonces decide que si la Luz va a llegar a ella desde el Creador, ella no la recibiría por causa del deseo de recibir “que está encendido” en ella; puesto que si lo hiciera, sentiría la sensación de vergüenza, por lo tanto se restringe y luego del Tzimtzum decide nuevamente poner en funcionamiento su deseo a fin de recibir el placer, y esto lo hace solamente debido a que el Creador quiere otorgarle, pues solo del resultado de esta acción es que el Creador disfrutará. Resulta, que al final de cuentas, la fase 4 recibe pero al hacerlo, realiza un acto de otorgamiento.

El asunto de la recepción de la Luz desde la intención de satisfacer al Creador es explicado por Baal HaSulam a través de la parábola sobre el anfitrión y el invitado (Preámbulo a la Sabiduría de la Cabalá, punto 15). El dueño de casa (el anfitrión) desea causar placer al invitado, solo que este lo rechaza y no consiente en recibirlo. El rechazo del placer de parte del invitado entristece al dueño de casa.

En nuestro caso el “Dueño de casa” creó al creado con el fin de proveerle placer, solo que el creado rechaza este llenado, desecha el placer. El deseo del Dueño de casa es hacer el bien, y por lo tanto se puede decir, que el Dueño de casa tiene una “carencia”. Si el invitado; es decir, el creado, no recibe este beneficio, el Dueño de casa queda angustiado. El invitado, el creado, decide utilizarel deseodebeneficiar del Dueño de Casa, el amor hacia él por parte del Dueño de casa. El invitado no tiene la posibilidad de detener el placer que llega del Dueño de casa, sin embargo el placer depende del deseo, y es por eso que el invitado restringe el deseo que se encuentra en él, a fin de que este deseo no disfrute del placer otorgado por parte del Dueño de casa, a pesar que él lo desea. El invitado restringe su deseo debido a que conoce la grandeza del Dueño de casa distinguiendo la forma de su otorgamiento (la revelación del Dueño de casa es semejante a la revelación del atributo de otorgamiento en el paso entre la fase 2 y la fase 1). Así, a pesar de que el invitado desea disfrutar por naturaleza, no utiliza su naturaleza de  recibir.

Al comienzo, el invitado tiene un deseo natural – disfrutar- y luego se restringe. En el siguiente nivel, él entiende que le es posible utilizar su deseo de recibir para otorgar, entonces lo lleva a cabo, recibiendo en el mismo deseo con la intención de otorgar, utilizando el deseo que creó en él el Dueño de casa en las tres fases anteriores, y que él mismo alcanzó en la fase 4; él utiliza el reconocimiento del Dueño de casa como dador así como todos los placeres que llegan de parte de Él. De hecho, él utiliza todos los detalles de la Creación, los cuales son él mismo y lo que él percibe del Superior. Aquí no hay ninguna adición sobre las acciones del Creador fuera de una sola cosa –la determinación de la actitud del creado hacia la Creación. El creado empieza a referirse a la Creación a partir de una sola meta – asemejarse al Creador. La recepción con la intención de otorgar al Creador se denomina como “recibir con el fin de otorgar”. La fase 4 llega a esta intención mediante acciones que se le revelan luego del Tzimtzum y de aquí en adelante empezará a implementar su intención en la práctica.

Luego del Tzimtzum (restricción) el invitado quiere otorgar al Dueño de casa, y lo hace recibiendo el placer que le brinda, con la intención que el Dueño de casa disfrute de ello.

Estas acciones del invitado hacia el Dueño de casa, solo serán posible mediante la creación del Masaj o pantalla que es la intención del creado de otorgar por encima de la razón. Es la herramienta con la que el creado puede medir la equivalencia de forma con el Creador: en qué medida me asemejo, puedo beneficiarle, y recibir para beneficiarle. Solo según esto, el creado acepta usar el deseo, Luego del Tzimtzum Alefel Masaj define cuanto recibe en la fase 4 – el placer es recibido solo en el Masaj.

El Masaj se construye de la grandeza de la meta, de la importancia del contacto con el Dador – que es lo que sostiene al creado por encima del deseo.

Podemos preguntarnos aquí ¿Cuál es la diferencia entre el deseo y la intención? – la intención es en el grado del hablante – el deseo es la fuerza que me llevaría a disfrutar del placer del dador completamente en cada momento, y la intención es lo que quisiera hacer con el deseo para darle placer al dador.  La materia que construye los grados inanimado-vegetal-animal es el deseo de recibir crudo en sus 4 niveles. La materia del grado del hablante que quiere asemejarse al Creador, es la intención de otorgar sobre el deseo, allí hablamos únicamente sobre intenciones.

Las acciones del Masaj se realizan sobre el deseo del creado en la fase 4, pero que tiene la intención de ser como el Otorgante. Si llega un placer de acuerdo al deseo, la acción del masaj lo frena, lo restringe y decide que recibirá de Shoresh en la medida que sienta que esta quiere darme – porque disfruta por ello como lo hizo en la fase 3.

Pero, si la Luz se alejó, ¿de dónde vendrá el placer?  La Luz no deja al creado. El creado no quiere sentirlo, pero la Luz, que es el plan de la creación, bueno y benefactor, presiona para entrar al creado y llenarlo, así este lo percibe. Por eso el creado llega a la decisión sobre cómo usarlo.

Para el desarrollo futuro de la Creación, estos tres elementos Vergüenza, Tzimtzum y Masaj son necesarias. El Tzimtzum Alef solo no sirve al plan de la creación ya  que la criatura debe recibir, pero con la intención de otorgar y eso solo se puede realizar a través del Masaj.

En el siguiente diagrama podemos ver los diferentes elementos que componen la acción del Masaj:

Las acciones que realiza el Creado en este momento son las siguientes:

  1. Llega la Luz (Or Yasar-Luz directa).
  2. Rechaza la Luz a través del Masaj (Or Jozer-Luz retornante) expone su deseo de no recibir la Luz como la recibió antes del Tzimtzum, sino no recibirlo con el fin de otorgar.
  3. Finalmente recibe la Luz (Or Pnimit-Luz interna) de acuerdo al cálculo anterior. La recibe con el fin de otorgar.

La medida de la intención se adquiere según los discernimientos que hay en la vasija, de acuerdo a lo que siente en cada fase que es capaz de recibir con el fin de otorgar. Esta sensación o anhelo es un deseo completamente nuevo e independiente de la fase 4 y es desde ese discernimiento que recibirá la Luz.

Estudiaremos más detenidamente este proceso en la próxima clase cuando veamos el Partzuf espiritual.

Salud y Cabalá II

Salud y Cabalá I

Evolución

4 fases de Luz Directa