amor verdadero

¿Cómo se descubre el amor verdadero?

Primero debemos entender que no tenemos idea de qué es el verdadero amor. Mientras no sintamos amor verdadero, interpretreamos el amor en todo tipo de formas corporales y egoístas, es decir, donde nos beneficiamos de todo lo que imaginamos como amor.

El verdadero amor, sin embargo, es completamente diferente. El amor verdadero es la capacidad de beneficiar a los demás, sentir sus deseos y disfrutar de su satisfacción. El amor verdadero es, por naturaleza, contrario a cómo definimos el amor en términos corporales.

El verdadero amor es, en última instancia, la unidad de la humanidad en un solo sistema común. Actualmente experimentamos este sistema en su forma opuesta, a través de lentes egoístas, donde constantemente tratamos de beneficiarnos a nosotros mismos a expensas de los demás y de la naturaleza y al hacerlo, sentimos un cierto grado de separación y distancia en nuestra actitud hacia los demás.Al tratar de unirnos por encima de este estado egoísta en el que nos encontramos, descubrimos nuestro rechazo mutuo y finalmente, llegamos a darnos cuenta de que necesitamos elevarnos por encima de las diferencias y formar lazos de amor verdadero.  Mientras nos sintamos cada vez más distanciados, más desarrollaremos el deseo sincero de salvar esa distancia con una actitud genuina de amor y cuidado.

El verdadero amor es la unidad de los opuestos, cuando el odio y el rechazo quedan cubiertos por un paraguas común de amor. Mientras más busquemos la unidad por encima de nuestra distancia egoísta innata, más sentimos una nueva atmósfera en nuestra vida, con una sensación de plenitud mucho más grande que todo lo que hemos disfrutado hasta hoy.

El descubrimiento del amor verdadero que entra en nuestra vida será una apertura para descubrir la perfección y la integridad que existe en la realidad. En lugar de sentir la vida estrecha y desapegada de nuestras cualidades egoístas innatas, percibiremos y sentiremos una realidad similar a la función de células y órganos y dentro del organismo del que forman parte. En ese estado, sentiríamos fluctuaciones constantes entre los polos negativo-egoísta y positivo-altruista de la realidad y cubriremos continuamente nuestras diferencias y divisiones con una fuerza de unidad mucho mayor. Así, nos sentiremos en un mundo eterno donde la vida fluye y refluye constantemente.

Cuando pasamos de nuestro modo egoísta innato de querer beneficio a expensas de los demás, a un modo altruista de querer beneficiar a otros, sentiremos nuestros impulsos egoístas instintivos como fuerzas negativas y las superamos. Al elevarnos por encima del ego, sentiremos las fuerzas de conexión, generosidad y amor -las fuerzas positivas y eternas que habitan en la naturaleza- y nos complementaremos en una tendencia común para hacer ese cambio.

Ese cambio depende sólo del alcance de nuestra unión, donde nos elevamos por encima de nuestras diferencias y divisiones y comenzamos a ayudarnos unos a otros. El sentimiento de satisfacción mutua nos dará un sentido de vida eterna.

Para descubrir este amor verdadero, sólo necesitamos aprender a mejorar nuestras conexiones, a complementarnos y satisfacernos mutuamente y a reemplazar nuestros lentes egoístas donde vemos faltas en los demás, por unos en los que sentiremos cualquier impulso egoísta como una invitación a unirnos por encima de las diferencias.

Basado en la lección diaria de Cabalá con el cabalista doctor Michael Laitman 22/dic/20. Escrito / editado por estudiantes del cabalista doctor  Michael Laitman.

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