Haciendo un buen año
¿Qué debemos hacer para que este nuevo año sea un buen año para nosotros?
Es muy simple. La Torá dice: ‘He creado la inclinación al mal’ Y, de hecho, la división y destrucción de nuestro mundo, todas las contradicciones y oposiciones, el ego, la falta de receptividad y comprensión, todo por lo que la humanidad ha pasado durante su historia, es, por supuesto, obra del Creador. Pero la persona tiene que salir de su propio ego para entenderlo.
La gente débil o muy egoísta, que está dispuesta a pisotear a todos, no es atraída por este tipo de trabajo. Por otra parte, tienen grandes egos, no están satisfechos con este mundo y no les interesa. Quieren controlar toda la creación, saber todo lo que sucede y descubrir todo, para que no haya nada que no sepan, sientan o controlen.
La revelación de un ego así en una persona es realmente un regalo del Creador. Significa que está preparada para la realización y dispuesta a pagar todo lo que tiene para lograrlo. Entonces se encuentra en el grupo correcto, donde se une gente igual.
Este grupo está bajo la influencia del método cabalístico donde la gente viene y, eventualmente, es sometida a estados muy serios para resistir su ego, elevándose por encima de él y conectando entre sí. Aprenden todos los procesos en sí mismos y sienten, descubren, escudriñan, integran y hacer todo lo necesario. Con el tiempo, dentro de ellos se forma la imagen correcta del mundo. Construyen al Creador en la conexión entre ellos, porque esta es la única forma de revelarlo.
Es imposible revelarlo sin esta conexión y sin esta plataforma en la que Él se revela. Es una fuerza que requiere la materia para su revelación interior.
La electricidad, por ejemplo, puede ser revelada en algo como el movimiento de una aguja, cables calentándose o una explosión. Sólo así podremos decir que hay una fuerza allí. Es lo mismo con el Creador, que es simplemente una fuerza sin materia. Nosotros tenemos que proporcionar la materia, para que esta fuerza puede ser revelada de acuerdo con leyes físicas precisas.
Aquí no hay nada irracional ni místico. No es religión, sino la ciencia de la Cabalá. Por lo tanto, toda nuestra atención y esfuerzos se centran en cómo crear las condiciones en las que el Creador puede ser revelado. Tenemos que poner esto junto, combinar los atributos de otorgamiento, garantía e incorporación mutuas para que el espíritu aparezca dentro de esta materia.
Esculpimos durante mucho tiempo y de pronto, nuestra estatua cobra vida. Por lo tanto, el hombre es creado del polvo, de la materia inanimada sale un hombre corregido al que hemos dado vida. Celebramos esta maravillosa oportunidad que nos fue dada durante Rosh HaShaná(año nuevo judío)
Del blog de Laitman.es
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