La esencia de la Sabiduría de la Cabalá
La esencia de la sabiduría de la Cabalá
Antes de que vaya esclareciendo la historia de la sabiduría de la Cabalá, la cual ya fue repasada por muchos, consideré necesario comenzar con una clarificación concienzuda de la esencia de esta sabiduría, la cual yo creo, muy pocos conocen. Y naturalmente, es imposible hablar de la historia de algo sin antes conocer tal cosa.
Aunque este conocimiento es más amplio y más profundo que el océano, de todas maneras me esforzaré con toda mi fortaleza y conocimiento, los mismos que he adquirido en este campo, para explicar con una explicación genuina e iluminarlo por todos los lados, de tal manera que sea suficiente para cada alma, para sacar de ellas las conclusiones correctas, de la manera que verdaderamente son, no dejando margen para error, siendo esto muy común en tales cuestiones
¿En torno a qué gira la Sabiduría?
Esta pregunta viene a la mente de toda persona sensata. Y para dar una respuesta satisfactoria a esta pregunta, proporcionaré una definición confiable y perdurable, pues: Esta sabiduría es, ni más ni menos que una secuencia de raíces, las cuales penden a razón de causa y efecto, en reglas fijas y determinadas, entrelazándose en un único y elevado fin que se describe como “la revelación de Su Divinidad a Sus criaturas en este mundo”.
Y aquí están las reglas de general y particular:
“General” — Es decir toda la humanidad está obligada en su final, absoluta y conscientemente, a llegar a este desarrollo avanzado, como está escrito, “porque la tierra será llena del conocimiento del Señor, como las aguas cubren el mar” (Isaías 11.9). “Y no enseñará más el hombre a su prójimo, ni el hombre a su hermano, diciendo: Conozcan al Señor; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande” (Jeremías 31.33). “Y no se esconderán más tus maestros, sino que serán tus ojos los que vean a tus maestros”. (Isaías 30.20).
“Particular”—Es decir, que aún antes de la perfección de toda la humanidad, esta regla es implementada en unos cuantos individuos elegidos en cada generación. Porque aquellos son los particulares, los dotados en cada generación, con ciertos grados en el asunto de la revelación de Su Divinidad. Y éstos son los profetas y los hombres de Dios. Tal como nues- tros sabios dijeron: “No hay generación en la cual no haya alguien como Abraham y Jacob”.
Ahora puedes notar que la revelación de Su Divinidad es implementada en cada generación, según las palabras de nuestros sabios, quienes están acreditados para hablar de esto y nos son confiables.
La Multiplicidad de Partzufim, Sfirot y Olamot (Mundos)
Sin embargo, de acuerdo a lo dicho, surge una pregunta: Ya que la sabiduría no tiene más que una sola, clara y especial función, si es así, ¿Cuál es el asunto de la multiplicidad de Partzufim, Sfirot y todas las conexiones permutables, las cuales son tan abundantes en los libros de Cabalá?
En efecto, si tomases algún cuerpo de un pequeño animal, cuya única tarea no es sino nutrirse a sí mismo, para que pueda existir en este mundo por el tiempo suficiente para engendrar y propagar su especie, verás y encontrarás en él una estructura compleja de millones de fibras y tendones, como lo han descubierto fisiólogos y anatomistas. Y hay más de un millón allí, que aún no han sido conocidas por la humanidad.
Y de aquí podrás concluir unos cuantos tipos de variedades de asuntos y canales que necesitan conectarse con el fin de lograr y revelar aquella meta sublime.
Dos Ordenes: De Arriba hacia Abajo y de Abajo hacia Arriba.
Esta sabiduría generalmente se divide en dos órdenes paralelos e idénticos el uno del otro, como dos gotas de agua. Y no hay diferencia, solamente que el primer orden es atraído de Arriba hacia abajo, hasta este mundo, y el segundo orden empieza de este mundo y va de aba- jo hacia Arriba, precisamente por las mismas rutas y combinaciones que han sido impresas en su raíz cuando se descubrieron de Arriba hacia abajo.
El primer orden es denominado “El orden del descenso de los Olamot (Mundos), Partzufim y Sfirot” para todos sus acontecimientos, ya sean duraderos o pasajeros. El segundo orden es denominado “Alcances o grados de profecías y Espíritu Santo”. La persona que es recompensada con esto está obligada a dirigirse por los mismos caminos y entradas, y gradualmente alcanzar cada detalle y cada grado, adecuado precisa- mente conforme a las mismas leyes que fueron impresas en ellos en el momento de su emanación de Arriba hacia abajo.
Puesto que la revelación de la Divinidad no aparece de una sola vez, sino que viene y aparece durante un tiempo determinado, lo cual depende de la purificación del alcance, hasta que se le revelan todos los grados de Arriba hacia abajo. Y para su existencia son ordenados y vienen en alcance, uno después del otro y uno arriba del otro, como el modelo de los peldaños de una escalera, denominados a causa de esto con el nombre de “Peldaños”.
Nombres Abstractos
Muchos creen que todas las palabras y los nombres en la sabiduría de la Cabalá son nombres abstractos. Esto es porque ésta se ocupa de la Divinidad y la espiritualidad, los cuales están por encima del tiempo y el espacio, tanto que incluso el manantial de nuestra imaginación no puede alcanzar.
Y debido a esto decidieron, que todo lo hablado respecto a tales cuestiones seguramente no tiene sino nombres abstractos, o aún más sublimes y elevados que los nombres abstractos; puesto que están completamente desprovistos desde su comienzo, de fundamentos semejan- tes.
Sin embargo esto no es verdad, sino completamente lo contrario: la Cabalá no utiliza nombres y denominaciones fuera del aspecto de la realidad y autenticidad. Esta es una regla inflexible para todos los sabios de la Cabalá: “Todo lo que no alcancemos, no lo definiremos por nombre ni palabra”.
Y aquí es necesario que entiendas, que el significado de la palabra Hasagá (alcance espiri- tual) es: El grado final en el entendimiento. Esto ha sido tomado de la frase “Ki Tasig Yadjá” (pues tu mano alcanzará); es decir, antes que algo se esclarezca ante los ojos con completa determinación, como que fue agarrado con las manos, los cabalistas no lo consideran con el nombre de “alcance espiritual”, sino que lo llaman con distintas denominaciones como “Havaná” (entendimiento), “Haskalá”2 (conocimiento), etc. (La palabra Haskalá se entiende también como: cultura, erudición, aprendizaje, etc.)
La autenticidad en la sabiduría de la Cabalá
Sin embargo en la realidad corporal, la cual está preparada en contra de nuestros sentidos, también encontramos cosas auténticas, a pesar que no tenemos ninguna captación o imaginación de su esencia. Tal como la electricidad y el magnetismo, las mismas que son denominadas con el nombre de “Fluidum”.
A todo esto, ¿Quién dirá que estos nombres no son reales, de momento que conocemos sus acciones satisfactoriamente, y no nos preocupamos en lo absoluto, ya que de hecho no tenemos ninguna captación del tema; es decir, de la electricidad en su esencia?
Este nombre nos es tan real y cercano a nosotros, no menos de lo que fue captado completamente por nosotros en nuestros sentidos. Hasta los niños pequeños conocen la pala- bra, “electricidad”, de la misma manera que conocen las palabras pan, azúcar, etc.
Y no se diga más, excepto si quisieres ejercitar un poco tus herramientas de escrutinio; comúnmente te habría dicho que, como en el Creador no hay ninguna percepción ni alcance en lo absoluto, en esta magnitud en realidad no hay ningún alcance en el aspecto de la esencia que está en Sus creados. Incluso los cuerpos que están en nosotros son palpados por nuestras manos.
De tal forma que todos nuestros conocimientos con nuestros amigos y parientes en el mundo de la acción ante nosotros, no son más que “la familiarización de las acciones”, que son impulsadas y engendradas por la asociación de su encuentro con nuestros sentidos, lo cual nos deja una satisfacción plena, a pesar que no tenemos ninguna percepción en la esencia del objeto.
Y aún más que esto, pues incluso de tu propia esencia tampoco tienes percepción o alcance en ella, y todo lo que te es conocido de tu propia esencia, no es más que una serie de acciones extendiéndose desde tu propia esencia.
Y desde ahora podrás tener éxito fácilmente, ya que todos los nombres y denominaciones que aparecen en los libros de Cabalá son efectivamente reales y auténticos, aunque no tengamos ningún alcance en el objeto. Debido a que los que se ocupan en ellos tienen la plena satisfacción del completo conocimiento de la perfección final; es decir, no solamente del conocimiento de las acciones, que son impulsadas y engendradas entre la participación de la Luz Superior con los que la alcanzan.
No obstante, basta y es completamente suficiente, porque ésta es la regla: “Todo el cálculo y el resultado de Su Providencia para llegar a la regla de la realidad de la naturaleza de la Creación, al fin y al cabo están en Él, debido a que es completamente satisfactorio”. Así como no despertará en la persona ninguna demanda por un sexto dedo en su mano, porque cinco dedos le son completamente suficientes”.
Las relaciones materiales y los nombres corporales en los libros de Cabalá.
Es realmente comprendido por toda persona sensata, que cuando nos ocupamos en una cuestión espiritual, no es necesario decir con la Divinidad, no tenemos ningunas palabras o letras para contemplarlas. Ya que a fin de cuentas todo nuestro vocabulario no es sino una combinación de las letras de la imaginación y los sentidos. Y ¿Cómo es posible ser asistido por ellas en un lugar en el cual no hay la conducta del nombre del aspecto de la imaginación y sentidos en lo absoluto?
Porque incluso si tomásemos la palabra más sutil que pudiese ser utilizada en aquellas circunstancias; es decir, la palabra “Luz Superior”, o incluso “Luz Simple”, después de todo, esto también es una cuestión imaginaria y metafórica de la luz del sol, o de una vela, o la luz sentida de la alegría que aparece en la persona al momento que encuentra algo nuevo de la aclaración de alguna duda. Y ¿Cómo podrá utilizarlas en lugar de la espiritualidad y los caminos de la Divinidad? Porque no ofrecerán al examinador sino palabras de falsedad y engaño. Y de todo lo que sí está en el lugar en el cual necesitamos revelar estas palabras, algunas de las cuales están en aspecto de concesión mutua, usualmente en cuanto a las investigaciones de la sabiduría, tal que acá el sabio debe usar definiciones rigurosamente exactas para los ojos de los examinadores.
Y si el sabio se desviase en tan solo una palabra desafortunada, al fin y al cabo causará por medio de la confusión del conocimiento, un perjuicio a los examinadores, y no entenderán en lo absoluto lo que está diciendo aquí, antes de, después de, y todo lo relacionado con esa palabra, como es sabido para cualquiera que examina libros de sabiduría.
Por lo tanto sorpréndete, ¿Cómo es posible que los cabalistas utilicen palabras falsas para explicar acerca de la similitud de las interconexiones de la sabiduría? Tal como es sabido, que no hay ninguna definición de nombres falsos, pues la mentira no tiene piernas ni firme- za. No obstante, aquí necesito que sepas de antemano la Ley de Raíz y Rama en relación a los mundos unos con otros.
La ley de raíz y rama en relación a los Mundos
Los cabalistas han encontrado, que los cuatro mundos denominados por el nombre de Atzilut, Briá, Yetzirá y Asiyá, comenzando desde el primer mundo, el más elevado, llamado “Atzilut”, hasta este mundo corporal tangible, llamado Asiyá, que sus formas son exactamente iguales la una a la otra en todos sus detalles y acontecimientos; es decir, que toda la realidad de los acontecimientos se encuentran en el primer mundo, así como también en el segundo mundo debajo de él, sin ninguna modificación de algo. Y así es en todos los demás mundos que le preceden, hasta este mundo tangible.
Y no hay ninguna diferencia entre ellos, sino solamente un grado diferente, que es en- tendido solamente por la materia que está en los detalles de la realidad en cada uno de los mundos. Que la materia de los detalles de la realidad que se encuentra en el primer mundo, el más elevado, es más pura que todos los que están debajo de él. Y la materia de los detalles de la realidad que están en el segundo mundo es más densa que la del primer mundo, pero más pura que todas las que están en el nivel debajo de ella.
De esta forma continúa hasta este mundo el cual está ante nosotros, cuya materia de los detalles de la realidad que está en él, es más densa y oscura que en todos los mundos que le preceden. Sin embargo, las formas y los detalles de la realidad al igual que todos sus acontecimientos, llegan equivalentemente en cada uno de los mundos, tanto en cantidad como en cualidad, sin modificación.
Y compararon esto a la sentencia de un sello y su impresión, de la cual todas las formas existentes en el sello son transferidas perfectamente en cada detalle e complejidad hacia el objeto impreso. Así es con los mundos, donde cada mundo inferior ha sido impreso del mundo superior a él. Por lo tanto, todas las formas que hay en el Mundo Superior, han sido copiadas completamente con todas sus cantidades y cualidades, llegando también al mundo inferior.
De manera que no tienes un elemento o acontecimiento de la realidad en el mundo inferior, que no encuentres su semejanza en el mundo Superior a él, en forma comparativa a dos gotas de agua; llamados “Raíz y Rama”. Es decir, que se trata del mismo elemento que se encuentra en el mundo inferior, considerado un aspecto de la rama en asociación a su modelo, que existe y se mantiene en el Mundo Superior, el cual es raíz del elemento inferior, porque desde allí este elemento ha sido impreso y ha llegado a existir en el mundo inferior.
Esta fue la intención de nuestros sabios cuando dijeron, “No tienes una brizna de hierba debajo que no tenga una fortuna y un guardia encima que la golpee y le diga, ¡Crece!”. Es decir que la raíz, llamada “fortuna”, le obliga a crecer y a aceptar el atributo del aspecto de su cantidad y su cualidad, como la sentencia del sello con la impresión de él como se dijo arriba. Esta es la ley de Raíz y Rama, que es la conducta de todos los detalles y acontecimientos de la realidad, en cada uno de los mundos, con relación al mundo Superior a él.
El lenguaje de los cabalistas es un lenguaje de ramas
Esto significa, según las instrucciones que las ramas recibieron de sus raíces, las cuales son sus moldes, quienes necesariamente existen en el Mundo Superior. Porque no hay ninguna realidad en el mundo inferior que no sea atraída y salga de su Mundo Superior. Tal como la sentencia del sello con la impresión, que debido a esto, la raíz en el Mundo Superior obliga a su rama en el mundo inferior, para que revele en ella todas sus formas y atributos; como dijeron nuestros sabios: “que la fortuna en el mundo Superior el cual relaciona a la hierba en el mundo inferior, la golpea, obligándola a agrandar su atributo”, ya que dentro de este cada una de las ramas en este mundo se encuentran determinando adecuadamente su molde, el cual se encuentra en el Mundo Superior.
Por consiguiente, los cabalistas han encontrado un vocabulario ordenado y explícito, basto y suficiente en el aspecto del lenguaje hablado entre ellos, el cual ha sido encontrado sorprendente, con el mismo que podrán otorgar y comunicarse uno con el otro con las raíces espirituales que están en los mundos superiores; es decir, por medio de los que recuerdan a sus amigos solamente la rama inferior que es sentida en este mundo, la cual está adecuada- mente definida para nuestros sentidos corpóreos.
A causa de su conocimiento los oyentes entienden la Raíz Superior, ya que ésta rama corpórea es esclarecida sobre él, porque él se relaciona con ella, siendo su impresión. De tal manera que todos los detalles de los seres de la creación son tangibles, y todos sus acontecimientos fueron hechos para ellos como palabras y nombres completamente definidos, explicando acerca de las Grandes Raíces Espirituales Superiores. A pesar que es imposible el pronunciarse alguna palabra o expresión en su lugar espiritual, debido a que están por encima de toda imaginación, que de todo lugar adquirieron para ellos el mérito de la pronunciación de los dos lenguajes por medio de sus ramas, las mismas que son arregladas ante nuestros sentidos aquí en el mundo tangible.
Esa es toda la naturaleza del lenguaje hablado entre cabalistas, mediante el cual ellos revelan sus alcances espirituales de persona a persona y de generación en generación, tanto oralmente como por escrito. Ellos se entienden totalmente el uno al otro con plena satisfacción, de acuerdo a todas las medidas exactas que les obligan a constituir concesiones mutuas en la investigación de la sabiduría; es decir, con definiciones precisas en las cuales es imposible fallar. Esto es así porque cada una de las ramas tiene su propia definición natural especial para ella determinantemente. Desde cualquier punto de vista con esta su definición absoluta, también lo es sobre su raíz en el Mundo Superior.
Y sabe, que el Lenguaje de las Ramas de la sabiduría de la Cabalá, es el más conveniente para explicar los términos de la sabiduría que todas nuestras lenguas ordinarias. Es conocido de la teoría del nominalismo que los lenguajes han sido muy trastocados en las bocas de la muchedumbre; es decir, que a partir del uso excesivo de las palabras, después de todo éstas han sido vaciadas de sus contenidos exactos; y por lo tanto, se han producido grandes dificultades para comunicar las deducciones precisas de uno hacia su amigo, por medio de la expresión o lo escrito como es sabido.
Lo cual no es así en “el lenguaje de las ramas de la Cabalá”, el cual es tomado de los nombres de las criaturas y sus acontecimientos determinados, que son puestos delante de nuestros ojos, definidos por las leyes de la naturaleza, las cuales no reciben cambio nunca. Y nunca tendrá lugar para los oyentes ni lectores, los cuales se extraviarán en el entendimiento de las palabras ofrecidas a ellos, porque las definiciones de la naturaleza son completamente constantes y suficientemente rígidas y no desaparecerán.
La revelación de un sabio cabalista a un receptor entendido
Así escribió RaMBaN en la introducción a su comentario acerca de la Torá: “He aquí yo llego con el pacto verdadero a todos quienes escudriñan este libro, de todas las insinuaciones que escribo en los secretos de la Torá, pues vehementemente les informo que mis palabras no serán alcanzadas ni comprendidas por ninguna mente o inteligencia, excepto de boca de un sabio cabalista al oído de un receptor entendido”. De forma similar escribió también Rav Jaim Vital en su introducción al “Árbol de la Vida”. Y en palabras de nuestros sabios (Jaguigá 11) está dicho: “No hay quien interprete acerca de la Merkavá a solas, a no ser luego de que él sea sabio y su mente entienda”.
He aquí sus palabras son entendidas adecuadamente en cuanto a lo que dijeron, que se necesita recibir de boca de un sabio cabalista. Sin embargo, ¿Cuál es la obligación, tanto que también el discípulo necesita de antemano ser sabio y entendido con su propia mente? Y de no ser así, igual le está prohibido ser enseñado, incluso si fuese el justo más grande en el mundo. Además ¿Si él ya es un sabio y entiende con su propia mente; si es así, nuevamente no tendrá necesidad de aprender de otros?
De lo explicado anteriormente, entenderás sus palabras con simple determinación, ya que al fin y al cabo ha sido explicado que con todas las palabras y las declaraciones que llegan a ser pronunciadas por nuestros labios, es imposible explicar por medio de ni siquiera una sola palabra, acerca de los asuntos espirituales divinos, ya que ellos se encuentran por encima del espacio, tiempo e imaginaciones. Excepto que encontramos un lenguaje especial para estos asuntos, el cual es “el Lenguaje de las Ramas” según sus significados en relación a sus Raíces Superiores.
Sin embargo este lenguaje, aunque es muy competente para su tarea de interpretar y entregar los acontecimientos de la sabiduría, más que los otros lenguajes comunes, seguramente todo esto es dicho solamente si el oyente es sabio por sí mismo; es decir, que él sabe y entiende las relaciones de las ramas hacia sus raíces. Puesto que estas relaciones no están para nada claras cuando las vemos de abajo hacia arriba. En otras palabras, que en la observación sobre las ramas inferiores es imposible obtener cualesquier conclusión o similitud sobre algún modelo en sus raíces superiores.
Al contrario, puesto que desde el Superior se enseñará al inferior; es decir, que al comienzo necesitamos alcanzar primero las raíces superiores en cantidad, las cuales están arriba en la espiritualidad, encima de cualquier imaginación, pero con el alcance puro. Y una vez que el bien alcanza las raíces superiores con su propia mente, le es posible examinar las ramas tangibles que están es éste mundo y saber cómo cada rama está relacionada con su raíz en el Mundo Superior, en todas sus órdenes, en cantidad y cualidad.
Y luego que sabe y entiende todo esto adecuadamente, entonces encuentra para él un len- guaje común entre él y su maestro; es decir, “el lenguaje de las ramas”, el cual en boca del sabio cabalista podrá transmitirle los estudios de la sabiduría, que son acostumbrados en los Mundos Espirituales Superiores, los cuales recibió de sus maestros, las cuales son su extensión en la sabiduría que encontró por sí mismo. Pues ahora tienen un lenguaje común para ambos y lo entienden tanto el uno como el otro.
Sin embargo, en el momento que el discípulo no es sabio y entiende éste lenguaje con su mente; es decir, el significado de las ramas sobre sus raíces, es comprensible que por sí mismo no tiene la posibilidad de que el maestro le transmita ni una sola palabra de esta sabiduría espiritual, y no hay la necesidad de comunicarle ni entregarle los escrutinios de la sabiduría, puesto que no tienen un lenguaje común que puedan usar, y encontramos que se vuelven como mudos. Por lo tanto, no hay la necesidad de la instrucción de Maasé Merkavá, la cual es la sabiduría de la Cabalá, a menos que él sea sabio y entienda con su propia mente.
Y aún hay que preguntar: ¿Según esto, de dónde los discípulos son sabios a tal punto de conocer las relaciones de la rama y la raíz mediante la emulación acerca de las raíces superiores? La respuesta es: que aquí yace la salvación de la persona; ¡es solamente la ayuda del Creador lo que necesitamos! Ya que Él es el que llena de sabiduría y entendimiento a aquellos que se lo merecen y que encuentran misericordia ante Sus ojos, para adquirir alcances sublimes. ¡Y es imposible ser asistido en esto con la ayuda de carne y sangre ni nada!
En efecto, una vez que obtuvo Su misericordia y mereció el alcance sublime; entonces, el discípulo está listo para venir y recibir las grandezas de la sabiduría de la Cabalá, de boca del sabio cabalista, puesto que ahora tiene junto con él, un lenguaje común.
Denominaciones ajenas al espíritu humano
Con todo lo explicado previamente, entenderás que en los libros de la Cabalá a veces encontramos denominaciones y términos completamente ajenos al espíritu humano. Éstas son muy frecuentes en los libros fundamentales de Cabalá, como lo son El Zóhar y los Tikunim, y los libros del ARI. Las cuales son muy desconcertantes: ¿Qué hubo en estos sabios como para utilizar tales denominaciones humildes en expresiones de nociones exaltadas y sagradas?
Sin embargo, luego que adquiriste para ti el conocimiento citado anteriormente, será comprendido por ti su verdadero asunto. Pues ha sido explicado que es completamente imposible utilizar algún lenguaje en el mundo, para explicar esta sabiduría, excepto al ser descrito por un lenguaje especial; es decir, “el Lenguaje de las ramas”, según las relaciones a sus raíces superiores.
Por consiguiente, es comprendido de esto, que es imposible dejar alguna rama o acontecimiento de una rama por causa de su inferioridad, o no ser usadas para expresar el concepto deseado en las interconexiones de la sabiduría, de momento que no hay en nuestro mundo ninguna otra rama que pueda ser tomada en su lugar.
Así como no hay dos cabellos que absorban de un solo conducto, de la misma forma, no tenemos dos ramas que estén relacionadas a una sola raíz. De tal manera que si ha sido dejado atrás algún acontecimiento que no haya sido utilizado, encontramos que adicionalmente perdemos el concepto espiritual que se encuentra opuesto a él en el Mundo Superior, pues no tenemos ni una sola palabra en su lugar para explicar acerca de aquella raíz.
Adicionalmente, tal cuestión perjudicaría a todas las extensiones de la sabiduría y sobre toda su dimensión, ya que hemos perdido un eslabón en la cadena de la generalidad de la sabiduría relacionada con aquel concepto.
Por lo tanto, encontramos que esto arroja un defecto sobre la sabiduría entera, pues no tienes más sabiduría entre las sabidurías del mundo, que estén interesadas en combinar y relacionar un asunto con otro por vía de causa y efecto, lo primario y lo consecuente, como lo es en la sabiduría de la Cabalá, la cual es conectada desde la cabeza hasta su final una tras otra, como una larga cadena en realidad. Lo cual por lo tanto, es un conocimiento que nos es oculto por ahora, ya que incluso en nosotros ha sido oscurecida toda la sabiduría entera, debido a que todas sus cuestiones están fuertemente relacionadas la una con la otra, y combinadas efectivamente en una sola.
Y de ahora en adelante no habrá ningún asombro, con que ocasionalmente utilicemos denominaciones ajenas. Pues no tienen libertad de elección con las denominaciones, para sustituir o convertir lo malo en bueno, o lo bueno en malo. Sino que obligan siempre a traer exactamente la misma raíz o la instrucción según la tutela del maestro acerca de su raíz superior en toda la medida necesaria para el asunto. Además obligan a aumentar las cosas, hasta que alcancen la definición exacta a los ojos de sus amigos observadores.
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