¿Qué buscar en la reunión de los amigos?

Artículo Nº 30, 1987-88

 

 

Nuestros sabios dijeron (Avot, Capítulo 1, 6): “Hazte de un Rav (maestro), cómprate un amigo, y juzga a toda persona bajo la balanza de mérito (favorablemente)”. Debemos entender el vínculo entre “Juzga a cada persona favorablemente” y “Cómprate un amigo”. Asimismo, en Matán Torá (La entrega de la Torá en el Punto 30) está escrito que la Mitzvá (precepto) “ama a tu prójimo como a ti mismo”, es para lograr el amor al Creador, lo cual es Adhesión con Él. Allí está escrito: “Es razonable pensar que la parte de la Torá que se ocupa de las relaciones del individuo con su amigo es la más indicada para conducir al hombre a la meta deseada.

Esto se debe a que el trabajo con las Mitzvot (preceptos) entre el hombre y el Creador es fijo y específico y no hay quién las exija, y a la vez, uno se acostumbra fácilmente a ello, y se sabe que todo lo que se hace por costumbre no es útil. Pero las Mitzvot entre una persona y otra son cambiantes e irregulares, y las exigencias le rodean por todos lados. Por lo tanto, su efecto es mucho más seguro y su meta es más cercana”. Hasta aquí sus palabras. Significa que el hombre debe llegar a ser recompensado con la equivalencia de forma, esto es, que todos sus pensamientos y deseos sean únicamente en beneficio del Creador y no para su propio beneficio. Esto se origina en la corrección del Tzimtzum (la restricción). Significa que desde la perspectiva del Creador, Él creó los mundos con la intención de querer hacer el bien a Sus creaciones, como explican nuestros sabios, que el Creador dijo a los ángeles a Su servicio, que la creación del mundo es como un rey que tiene sobre abundancia pero no tiene huéspedes.

En otras palabras, Él siente placer cuando el huésped come en Su casa, pero para evitar la vergüenza se hizo la corrección de que ellos deben recibir satisfacción y placer con la intención de deleitar al Creador. Pero el primer grado es otorgar con el propósito de otorgar. Uno debe disfrutar cuando otorga, al igual que el Creador lo hace. Es como nuestros sabios dijeron (El Zóhar, Parte 1; Bereshit, pág. 115): “No había alegría tal ante el Creador desde el día en que el mundo fue creado, como la alegría con la que Él está destinado a regocijarse con los justos en el futuro”.

Vemos que en el día en que el mundo fue creado, hubo gran alegría ante del Creador. En otras palabras, Él sintió una gran alegría al querer otorgar. De esto se deduce que si una persona quiere llevar a cabo actos de otorgamiento pero si no siente alegría, no hay aquí equivalencia de forma. Aun cuando está otorgando y ocupándose en el amor a los demás, el acto debe ser con alegría, la misma como la que el Creador tiene.

De este modo, aquí falta la equivalencia en la alegría. Por lo tanto, hay dos cosas que la persona debe hacer.

1. A pesar de que el cuerpo no desee trabajar bajo el régimen del otorgamiento, se le debe obligar. Pero es una norma que cuando una persona hace algo por la fuerza, no puede ser feliz, pues sería más feliz si no tuviera que realizar esas acciones. De cualquier forma, el hombre debe trabajar bajo coacción. A esto se le llama “ejercer coacción y subyugar al mal dentro de él”. Sin embargo, como hemos dicho anteriormente, la alegría que debe provenir de cada acto de otorgamiento, aquí se encuentra ausente, y uno no se puede forzar a sentirse feliz en una circunstancia en donde existe un acto de coacción. La alegría es el resultado del deleite de la persona y cuando existe el placer, no corresponde la “coacción”. Por lo tanto, ni la alegría ni el placer surgen de la coacción.

2. Decimos que necesitamos alegría para servir al Creador, y a la vez que la alegría es sólo el resultado de algo que la persona disfruta. Por lo tanto, puesto que el hombre sólo puede realizar actos forzados, y a esto se le denomina “una acción”. “Una acción” es algo con lo que la mente no está de acuerdo. Se considera que cuando uno comienza a ejercer coacción sobre sí mismo, llega a un estado de “El que viene a purificarse”. Así que, ¿qué más falta? Sólo algo que despierte su alegría. Debemos interpretar acerca de eso que la alegría se le entrega desde arriba. A esto se le denomina: “Él es asistido”. ¿En qué es asistido? El sagrado Zóhar dice: “Con un alma sagrada”. Cuando la persona es recompensada con eso, entonces está alegre.

La consecuencia es que cuando decimos que uno debe trabajar con alegría significa que, a través de las acciones de uno, se debe evocar el despertar desde arriba, porque sólo mediante la ayuda de arriba se puede llegar al regocijo por estar ocupándose de actos de otorgamiento. De hecho, surge una pregunta aquí. ¿Por qué es necesario llevar a cabo actos de otorgamiento con alegría? La razón es simple: no hay aquí equivalencia de forma, porque cuando el Creador da, Él siente alegría.

Pero cuando el hombre da y no siente alegría, la equivalencia de forma está ausente. Sin embargo, hay un asunto aun más grave que la equivalencia de forma. Cuando una persona se encuentra en un estado de tristeza, cuando ve que su vida no tiene sentido, porque adondequiera que mira, lo ve todo negro –en la corporalidad así como en la espiritualidad− es como una persona que usa gafas oscuras de manera que dondequiera que mira, sólo ve negro. En ese estado, una persona es considerada en herejía con respecto a la supervisión del Creador, dado que ella no puede decir que el Creador dirige Su mundo con benevolencia. En ese estado, es considerada falta de fe.

Entonces, aquí el asunto ya no es la equivalencia de forma, sino la falta de fe, dado que ella se encuentra en un estado de herejía. De esto se deduce que el hombre siempre debe estar en el regocijo y creer por encima de la razón que todo lo que el Creador hace es sólo con benevolencia. Pero también debemos creer, que lo que necesitamos es la fe por encima de la razón. Según nuestra razón, parece que sería mejor si el Creador nos tratara con una supervisión revelada. Pero hemos debatido acerca de ello varias veces, que Baal HaSulam dijo que no debemos afirmar que el Creador no puede dar todo dentro de las vasijas de recepción, llamadas “dentro de la razón”, es decir, que también el cuerpo material entienda que el Creador trata al mundo entero sólo con benevolencia. Así pues, ¿por qué Él elige específicamente los Kelim (vasijas) de “por encima de la razón”? El Creador eligió esos Kelim porque son, de hecho, los mejores. Ya que mediante ellos logramos la perfección verdadera, y entonces el verso: “Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón”, se volverá una realidad. Nuestros sabios dijeron: “Con tus dos inclinaciones: la inclinación al bien y la inclinación al mal”.

En ese momento, también el cuerpo siente el deleite y el placer que el Creador da a los creados y entonces no hay necesidad de creer por encima de la razón. De esto se deduce que el principal requerimiento es que el hombre sienta regocijo mientras hace el trabajo de otorgamiento, cuando no ve lo que la recepción para sí mismo – llamada “dentro de la razón” − recibiría por ello, dado que de otra manera estaría en estado de herejía. Resulta que uno debe llevar a cabo el trabajo sagrado por encima de la razón, porque esos son los Kelim que son adecuados para llevar al hombre a su perfección. Y como fue dicho arriba que sólo por encima de la razón él puede recibir el placer de la conducción del Creador, la cual está bajo la forma de benevolencia. Y a esto se le llama “derecha”. Como Baal HaSulam dijo, uno debe tratar de caminar sobre la línea derecha, llamada “fe por encima de la razón”, e imaginar que él ya ha sido recompensado con fe completa en el Creador, y que sus órganos ya sienten que el Creador conduce al mundo entero con benevolencia. Por tanto, debemos preguntar: “¿Por qué debemos caminar sobre la línea izquierda también, si la línea derecha es la más importante? ¿Cuál es el propósito de la línea izquierda?” La respuesta es, que necesitamos conocer nuestro estado dentro de la razón −la medida de nuestra fe− cuánta Torá hemos adquirido, y cómo sentimos al Creador durante la plegaria, etc. Y entonces llegamos a sentir que estamos en la absoluta bajeza, en lo más hondo de ella.

Esta es la razón por la que, cuando más tarde cambiamos a la línea derecha, tenemos el trabajo por encima de la razón. En otras palabras, al mostrarnos la línea izquierda nuestro estado dentro de la razón, hay aquí lugar para ir por encima de la razón. Pero si estuviéramos siempre en la línea derecha, no sería considerada como derecha, sino como una sola línea. En otras palabras, pensaríamos que esto es realmente donde estamos, como si nos encontráramos, de verdad dentro de la razón, en la perfecta Gadlut (grandeza). Pero la verdad es que sólo por encima de la razón estamos en integridad, por lo tanto, cuando tenemos las dos líneas, podemos decir que existe la cuestión de “por encima de la razón”, lo cual es la línea derecha. De esto se deduce que la línea derecha ayuda a la línea izquierda porque una vez que la persona se imagina a sí misma con regocijo, disfrutando de la perfección de su trabajo, cuando cambia a la línea izquierda, ve que está en un mundo de total oscuridad. Es decir, observa y siente que todavía está inmerso en el amor propio y que no tiene esperanza de salir del amor propio. Entonces hay lugar para la plegaria desde el fondo del corazón.

El estado de la derecha fue cuando se imaginó en un estado que ideó para sí misma acerca de lo que es la perfección del trabajo. En otras palabras, creyó por encima de la razón en el precepto de fe en su maestro, que le dijo que entrara en ese estado aun cuando su razón le dijera: “¿Por qué comparas tu situación con la de una persona que ya ha sido recompensada con la fe completa, cuando sabes que estás en la mayor bajeza que pueda existir?” Ella siente que está en un estado humillante que es impropio de una persona que quiera ser, algún día, un sirviente del Creador. Y más adelante él pasa a la línea derecha, y la izquierda le da lugar para trabajar en la línea derecha. Sin embargo, debemos recordar que cualquier cosa que sea en el camino de la verdad, es difícil de realizar sin esfuerzo.

Por lo tanto, después de esas dos líneas, llega a la línea media, la cual es llamada “el Creador le otorga el alma”. Y entonces llega a la fe completa, específicamente a través de la salvación de Dios. Pero, el hombre no lo puede lograrlo por sí sólo, de forma natural. Con todo lo mencionado arriba podemos entender el asunto de la reunión de los amigos. Cuando se reúnen, ¿qué deben discutir? Primero, la meta debe estar clara para todos: esta reunión debe dar como resultado el amor a los amigos, que cada uno de los amigos será despertado para amar al otro, lo que se llama “amor a los demás”. Sin embargo, esto es sólo un resultado. Para que nazca este adorable “hijo”, se deben tomar acciones para producir el amor. Y con respecto al amor, hay dos formas: Amor natural, por el que uno no tiene que esforzarse. Solo se debe tener cuidado de no estropear la naturaleza.

El amor que proviene de hacer cosas buenas por el otro. Hay una naturaleza en ello también, dado que alguien que da un obsequio a otro suscita que el receptor lo ame. Por lo tanto, cuando un grupo de personas se reúnen y desean trabajar juntos en el amor de los amigos, deben ayudarse una a la otra tanto como puedan. Y hay muchos discernimientos acerca de eso, dado que no todos son iguales, es decir, lo que uno necesita, el otro no. Sin embargo, hay una cosa en la que todos son iguales: todos y cada uno de los amigos necesita de buen ánimo. Esto es, cuando los amigos no tienen buen humor, no son todos iguales en sus necesidades. Es más, cada uno tiene su propia razón para ser infeliz. Por lo tanto, cada uno debe pensar cómo puede lograr el buen estado de ánimo del otro. Entonces, deben ser cuidadosos y evitar discutir sobre cosas que puedan acarrear tristeza al grupo, porque con esto él provoca que todos se sientan mal. Y entonces, al ir a casa, se preguntará: “¿Qué he ganado con ir al grupo? ¿Saber que estoy en un estado de bajeza y que debo arrepentirme? Es como si hubiera ido al grupo para que me condujeran a un estado de tristeza. En ese caso, es una pérdida de tiempo. Probablemente hubiera sido mejor que no fuera”.

Entonces, seguramente dirá: “La próxima vez que tenga que ir al grupo inventaré excusas para evitarlos”. De esto se deduce que cada uno debe tratar de llevar al grupo un espíritu de vida y esperanza, e infundir entusiasmo al grupo. Así, cada uno de los amigos será capaz de decirse: “Ahora puedo hacer borrón y cuenta nueva en el trabajo”. En otras palabras, antes de venir al grupo, se encontraba decepcionado con el progreso en el trabajo del Creador, pero ahora el grupo le ha llenado de vida y esperanza. Así, a través del grupo obtuvo confianza y fuerza para superarse, porque ahora siente que puede lograr la plenitud. Y todos sus pensamientos –que se estaba enfrentando a una gran montaña que no podía ser conquistada, y que esas son en verdad obstrucciones potentes− ahora siente que no son nada. Y él recibe todo del poder del grupo, porque todos trataron de infundir buen ánimo y la presencia de una nueva atmósfera en el grupo. ¿Pero qué puede uno hacer cuando siente que está en un estado de tristeza −tanto en término material como en el estado espiritual −y ha llegado el momento en que debe acudir al grupo? Y aun así, nuestros sabios dijeron: “¿Una preocupación en el corazón del hombre? Que lo hable con los demás”.

En otras palabras, él debe contárselo a sus amigos, tal vez ellos puedan ser capaces de ofrecer ayuda. Pero, si es así, ¿por qué decimos que todos deben traer un buen ánimo a grupo si él no lo tiene? Y más aun, hay una regla según la cual uno no puede dar aquello que no tiene. Por lo tanto, ¿qué debe hacer él para aportar algo que le infunda ánimo al mismo? De hecho, no existe otro camino para el hombre que caminar sobre la línea derecha. Por eso, antes de que vaya hacia el amor de los amigos, debe leer el ensayo de Baal HaSulam (de 1943) donde clarifica qué es la línea derecha, que este es el significado de “por encima de la razón”. Y él debe extraer la fuerza de allí, de manera que cuando vaya al grupo, todos y cada uno serán más o menos capaces de infundir un espíritu de vida, y mediante eso, la sociedad entera sentirá alegría y una confianza más grande. Durante la reunión de los amigos está prohibido evocar la línea izquierda.

Sólo cuando uno está sólo le está permitido usar la línea izquierda, pero no más de media hora al día. Pero la esencia del trabajo del hombre es ir específicamente por la línea derecha, como está escrito (en el ensayo de 1943). Pero dos personas juntas no deben hablar de la izquierda, y sólo así pueden recibir asistencia del grupo.

Pero lo peor es cuando una persona llega al grupo y ve que este grupo está en un estado de descenso, entonces, ¿cómo puede ser fortalecido por ellos? En ese momento, él debe juzgar a todos según la balanza del mérito (favorablemente). Ahora podemos entender lo que preguntamos acerca de la proximidad de “Cómprate un amigo” y “Y juzga a cada persona favorablemente”. Con lo escrito arriba, podemos entender que cuando uno desea adquirir algo del grupo, debe juzgar a todos favorablemente. Entonces él puede adquirir de los amigos, la ayuda en el trabajo, dado que ahora tiene de quien recibir. Pero cuando ve que está muy por encima de todo el grupo, ¿de quién va a recibir? Nuestros sabios vinieron y dijeron acerca de eso: “Juzga a cada persona favorablemente”. De esto se deduce que la razón principal por la que una persona necesita comprar un amigo y trabajar en el amor de los demás, es que mediante eso puede ser recompensado con el amor al Creador. Pero los amigos deben, principalmente, hablar juntos acerca de la grandeza del Creador, porque según la grandeza del Creador que él asume, en esa medida él se anula naturalmente ante Él. Es como vemos en la naturaleza, que el pequeño se anula frente el grande, y esto no tiene nada que ver con la espiritualidad. Es más, esta conducta se aplica incluso entre personas seculares.

En otras palabras, el Creador hizo la naturaleza de esta manera. Así, la discusión de los amigos respecto a la grandeza del Creador despierta un deseo y un anhelo de anularse ante el Creador porque él comienza a sentir añoranza y deseo de unirse con el Creador. Y también debemos recordar que en la medida que los amigos pueden apreciar la importancia y la grandeza del Creador, aun así debemos ir por encima de la razón, es decir, que el Creador es más elevado que cualquier grandeza de Él, que un hombre pueda imaginar dentro de su mente. Debemos decir que creemos, por encima de la razón, que Él conduce al mundo con una guía benevolente, y si uno cree que el Creador desea sólo lo mejor para el hombre, esto hace que una persona ame al Creador hasta que sea recompensado con “Y amarás al señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma”. Y esto es lo que una persona necesita recibir de los amigos. Y sobre el asunto de obtener la grandeza, esta debe obtenerse específicamente a través del grupo. Es como está escrito en Matán Torá (La entrega de la Torá, pág. 141), donde él habla con respecto al Rav y losestudiantes.

Es lo mismo, principalmente en relación a la grandeza del Creador. Él escribe: “Obtener la grandeza depende enteramente del entorno, y una persona por sí sola no puede hacer absolutamente nada al respecto”. Aun así, hay dos condiciones para obtener la grandeza: Siempre escuchar y asumir la apreciación del entorno en la medida de su grandeza. El entorno debe ser grande, como está escrito: “En la multitud del pueblo está la gloria del rey”. Para recibir la primera condición, cada estudiante debe sentir que él es el más pequeño entre los amigos. En ese estado, uno puede recibir la apreciación de la grandeza de todos, dado que el grande no puede recibir del más pequeño, mucho menos ser impresionado por sus palabras. Es más, sólo el pequeño es impresionado por la apreciación del grande. “Y para la segunda condición, cada estudiante debe elogiar las virtudes de cada amigo y celebrarlo como el más grande en la generación. Entonces, el ambiente lo afectará como un ambiente suficientemente grande, dado que la calidad es más importante que la cantidad”. Sin embargo, ¿qué debe hacer un amigo si necesita ayuda de los amigos? Hemos dicho arriba que está prohibido hablar de cosas malas que traigan tristeza en la reunión de amigos. La respuesta a eso es que uno debe decirlo a un amigo cercano, y ese amigo hablará con el grupo, pero no en el momento de la reunión de los amigos. En otras palabras, el amigo que ayuda, puede hablar a todo el grupo reunido, pero no durante la reunión regular de amigos. En cambio, puede organizar una reunión especial a favor del amigo que necesita ayuda. Y con respecto a “Cómprate un amigo”, debemos interpretar que “comprar” significa que él debe pagar y a través del pago, él lo compra. ¿Qué le paga? Podemos decir que el pago es recibido a cambio del esfuerzo. En otras palabras, a veces una persona desea comprar, por ejemplo, un armario nuevo, que cuesta cerca de 2.000 dólares. Él le dice al vendedor: “Como no tengo dinero para pagar, pero escuché que estás buscando un empleado para dos semanas, trabajaré por la cantidad que tengo que pagar a cambio del dinero del armario”, y el vendedor seguramente estará de acuerdo. Así, vemos que el pago puede ser por intercambio. Es lo mismo con al amor de los amigos. Supone un gran esfuerzo el que uno deba juzgar a los amigos favorablemente, y no todo el mundo está preparado para ello.

En ocasiones es incluso peor. A veces, una persona ve que su amigo es irrespetuoso hacia ella. Incluso peor, escucha un rumor difamatorio, es decir, escuchó de un amigo que ese amigo, llamado fulano de tal, dijo acerca de ella cosas que no son agradables que un amigo diga de otro. Ahora tiene que someterse a sí misma y juzgarlo favorablemente. Esto, de hecho, es un gran esfuerzo. De esto se deduce que mediante el esfuerzo, ella da el pago, que es incluso más importante que un pago de dinero. Sin embargo, si esa persona lo calumnia, ¿dónde va a reunir su amigo la fuerza para amarle? Él sabe que él ciertamente le odia, o no lo estaría calumniando, ¿entonces cuál es el motivo de someterse a sí misma y juzgarlo favorablemente? La respuesta es que el amor a los amigos que se construye sobre la base del amor a otros, mediante el cual ellos pueden lograr el amor al Creador, es lo opuesto a lo que se considera normalmente amor entre amigos. En otras palabras, el amor a los otros no significa que los amigos me amarán. Más bien, soy yo quien debe amar a los amigos. Por esta razón, no importa si el amigo está calumniándole y ciertamente lo odia.

En cambio, una persona que desea adquirir amor de otros, esa persona necesita la corrección de amar al otro. Por lo tanto, cuando una persona hace el esfuerzo y lo juzga favorablemente, es una Segulá (remedio, poder, virtud), donde mediante la ardua tarea que una persona hace, la cual se llama “un despertar desde abajo”, se le da fortaleza desde arriba para ser capaz de amar a todos los amigos sin excepción. A esto se le denomina “cómprate un amigo”, pues una persona debe hacer un esfuerzo para obtener el amor al prójimo. Y esto se llama “esfuerzo”, ya que debe esforzarse por encima de la razón.

Pensando racionalmente, ¿cómo es posible juzgar a otro favorablemente cuando su razón le muestra la verdadera cara de su amigo, que este le odia? ¿Qué le puede decir al cuerpo acerca de eso? ¿Por qué debe someterse ante su amigo? La respuesta es que él desea lograr Adhesión con el Creador, llamada “equivalencia de forma”, es decir, no pensar en su propio beneficio. Así que, ¿por qué el sometimiento es algo difícil? La razón es que él debe anular su propio valor, y la totalidad de la vida que él desea vivir, será sólo bajo la consideración de su capacidad para trabajar para el beneficio de otros, comenzando con el amor a los otros, entre persona y persona, hasta llegar al amor al Creador.

De esta forma, además, aquí hay un espacio donde él puede decir que cada cosa que hace, no tiene ningún interés propio, dado que mediante la razón, los amigos son quienes deben amarle, pero él supera su razón, va por encima de la razón, y dice: “No tiene ningún valor vivir para mí mismo”. Y aun cuando uno no está siempre en un grado donde es capaz de decir eso, ese es sin embargo el propósito del trabajo. Por lo tanto, ya tiene algo qué contestarle al cuerpo. De esto se deduce que antes de que cada amigo venga a la reunión de los amigos, debe contemplar qué le puede dar al grupo para así elevar el espíritu de vida en este. En eso, no hay diferencia entre alguien con vastos conocimientos o alguien ignorante, ya que el pensamiento que él piensa, aunque puede no saber nada, igualmente debe rezar al Creador por Su ayuda y tener fe que el Creador escucha las plegarias.

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