vender tu alma

¿Qué se siente cuando vendes tu alma?

La naturaleza humana es el deseo de disfrutar y se divide en varios niveles: deseos individuales por comida, sexo y familia; deseos sociales por dinero, honor, control y conocimiento y un diminuto deseo por espiritualidad.

Nuestra alma es donde sentimos satisfacción.

Si nos dedicamos a satisfacer los deseos corporales: comida, sexo, familia, dinero, honor, control y conocimiento, tendremos satisfacción pasajera de esos deseos y al hacerlo, no logramos nuestra alma eterna. Es considerado vender nuestra alma a Satán, pues la raíz hebrea de la palabra Satán es “Hasatá” (“desviación”), es decir, que esos deseos nos desvían del camino de nuestra alma eterna.

Pero, si nos dedicamos a satisfacer nuestro deseo espiritual, podremos alcanzar y descubrir nuestra alma eterna, mientras vivimos en nuestro mundo.

Inicialmente el deseo espiritual surge como un deseo diminuto entre los deseos corporales, en Cabalá se llama “punto en el corazón”. Este deseo es sentido cómo vacío e incomodidad, la sensación de que los otros deseos no pueden satisfacernos por entero y eso nos lleva preguntar por el significado y propósito de la vida. Mientras más fuerte sentimos ese deseos, buscamos enseñanzas y entornos hasta que, eventualmente, encontramos el método para alcanzar el alma estando vivos en este mundo. La sabiduría de la Cabalá es el método para lograr tu alma. Está abierto para todos, pero los que tienen el deseo sincero por descubrir el significado de la vida, serán los que cosechen el máximo beneficio del método.

Basado en la lección virtual 3/abr/16.  Escrito/Editado por estudiantes del cabalista, Dr. Michael Laitman.

2 comentarios
  1. Antonia de Fatima Naranjo Haldon
    Antonia de Fatima Naranjo Haldon Dice:

    Ojalá encuentre el sentido de mi vida en la Kabalá y este lugar sea mi sitio para estudiar, comprender y sentir el Amor en la Unidad

    Responder

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Responder a Antonia de Fatima Naranjo Haldon Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *