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La elección del entorno

Lección N° 4 Unidad 1 – ¿Tenemos Libre Albedrío?

En esta lección estudiaremos: ¿ Tenemos libre albedrío? / El “programa” del deseo de recibir / Influencia del entorno sobre   el  individuo .

Confusiones Cerebrales

Marcus Peter Francis du Sautoy es profesor de matemática en la Universidad de Oxford. En el año 2008, emprendió du Sautoy un viaje televisivo hacia sí mismo. Acompañado por las cámaras del canal de TV BBC, el profe- sor fue sometido a una serie de numerosos y diferentes exámenes cerebrales, cuyo objetivo era explorar los límites de su conciencia y resolver de una vez por todas la sencilla y aún inexplicable pregunta: ¿Quién es realmente el Profesor Marcus du Sautoy?

En uno de los experimentos se colocó al profesor, respetuosamente, dentro de un escáner de ondas cerebrales, y se le pidió presionar aleatoriamente uno de los dos botones que sostenía en sus manos. El escáner registró cuándo se recibió en la mente del profesor la decisión de presionar el botón, y la computadora registró cuándo se presionó el botón realmente. El propósito del experimento, era comprobar cuánto tiempo transcurre, si en realidad transcurre, desde el momento en que se toma la decisión en el cerebro, hasta que se realiza la acción en la práctica.

Los resultados deslumbraron al profesor. No pasaron menos de seis segundos desde el momento en el que se recibió en el cerebro la decisión de presionar un botón determinado, y hasta que su mano presionó el botón. “El saber que John (el investigador que dirigió el experimento) observa mi cerebro y sabe 6 segundos antes qué estoy por hacer, antes de que yo sea consciente de lo que voy a hacer”, dijo el profesor ante las cámaras de la BBC con un asombro muy bien actuado, “es sencillamente  sorprendente».

No menos sorprendente, e incluso más, es la siguiente pregunta que surge también a partir del experimento: si la decisión de presionar el botón se tomó inconscientemente, sin preguntarle al profesor, 6 segundos antes de decidir realmente presionar el botón, ¿quién presionó el botón en definitiva? En otras palabras, ¿tenemos libre albedrío o somos el resultado de reacciones neurológicas previstas de antemano?

El Contador

En la segunda parte de esta unidad de estudio, nos ocuparemos del tema del libre albedrío. Un tema de suma importancia en el estudio de la sabiduría de la Cabalá y en la vida de la persona. También si a primera vista el tema tiende a escucharse filosófico o alejado de la realidad cotidiana, en poco tiempo ve- remos que se trata de lo contrario.

Para el recién nacido no existe el libre albedrío. Él solo es capaz de realizar acciones simples, como alimentarse, dormir y evacuar, y todas las realiza automáticamente. Si tiene hambre, llora; si está cansado, se duerme. Está manejado, sin ser consciente de ello, por un sistema de atributos internos con los que nació (sin elección alguna) de modo permanente y predeterminado.

Cuando el niño crece, adquiere nuevas capacidades. Puede gatear, y pasado un tiempo, también puede caminar; desea ciertos juguetes y no se interesa por otros. Aparentemente, ya comienza a realizar elecciones conscientes. Pero una mirada más profunda revelará, que en realidad, nada ha cambiado. El niño, que aún está en crecimiento, está manejado por un sistema de atributos internos innatos (sin elección de su parte). Y debido a que comenzó a estar consciente del entorno, también el entorno comienza a influir sobre él (también esto sin elección de su parte).

Y, ¿ qué pasa con la persona adulta? Intuitivamente, tendemos a pensar que la persona adulta tiene libre albedrío, que tiene sus propios deseos y pensamientos. Pero también aquí, si observamos más profundamente, descubrimos que también el adulto está manejado exactamente de la misma forma que el niño. La diferencia radica en el hecho que el sistema que toma sus decisiones es mucho más complejo, y esta complejidad, genera una ilusión de libre albedrío.

Nadie elige cuándo nacer y de quién nacer. Nadie elige sus genes, que de acuerdo a ellos se determinan nuestros atributos internos, que definen nuestro carácter e inclinaciones, y que en definitiva, influyen indiscutiblemente en nuestras decisiones. Ninguno de nosotros eligió el entorno en el que creció y se educó, el entorno que verdaderamente nos forma como personas adultas, según sus atributos internos. Resulta, que la respuesta a la pregunta: ¿sobre qué nosotros decidimos?, no está clara en absoluto.

Si esto no fuera suficiente, ninguno de nosotros eligió seguramente nacer con la naturaleza del deseo de recibir, que de hecho, nos dirige desde nuestro interior de manera determinante, de acuerdo a un simple cálculo: máximo placer y mínimo esfuerzo. Como una mano dentro de un guante, el deseo de recibir hace de nosotros lo que quiere. De acuerdo a su naturaleza, quiere llenarse de placer, y sin preguntar su origen, siempre elegirá la acción que le asegure el máximo placer con el mínimo esfuerzo.

En el entrenamiento militar básico nos dijeron: “Si te dan algo, tómalo; si te golpean, escapa”. Ciertamente este es un cliché, pero como todos los clichés, tiene algo de verdad. La búsqueda de placeres y el escape de los sufrimientos, son dos características básicas en todo ser humano. Si bien es cierto, que a veces pareciera que hay personas que persiguen el sufrimiento, o que ningún placer les interesa, pero eso es sólo en apariencia.

En cada uno de nosotros existe un pequeño contador, llamado “deseo de recibir”, y una calculadora. Para cada acción, incluso la más pequeña, siempre saca la cuenta de ganancia o pérdida: el nivel de inversión requerido (sufrimiento) contra el nivel de ganancia esperado (placer). Cuando la cuenta es positiva, el contador ordena la acción; cuando la cuenta es negativa, ordena abandonar la acción.

A veces, las cuentas pueden ser complejas. En ciertas circunstancias, el tenedor de libros está dispuesto a considerar una pérdida por un tiempo determinado a cambio de una ganancia futura. Por ejemplo, impulsa a la persona a estudiar ingeniería en el Instituto de Tecnología durante cuatro años, realizar trabajos ocasionales y vivir en un departamento de estudiantes. Pero al final de los estudios, tendrá una profesión respetada y más adelante – altos ingresos, honor y reputación para toda la vida. En definitiva, parece un negocio lucrativo. Resumen intermedio: no elegimos nuestros atributos internos; no elegimos el entorno en el que crecimos y nos educamos; no elegimos nuestra naturaleza del deseo de recibir, que nos maneja desde adentro. En tal caso, surge una gran duda respecto a si tenemos realmente libre albedrío. Así escribe Baal HaSulam en el artículo “La Libertad”: “Ese concepto que se manifiesta a través de la palabra ‘libertad’, es muy difuso para nosotros. Y si profundizamos en el interior de esta palabra, no quedará casi nada de ella”.

Y a pesar de todo, una persona sin libre albedrío es como un pájaro sin alas. Debe haber un punto de elección, de lo contrario, ¿qué sentido tiene todo este alboroto llamado “vida”?! Si una fuerza buena y benefactora nos creó – según escriben los cabalistas, que alcanzaron esa fuerza – es imposible que nos creara como marionetas, sin la posibilidad de liberarnos. Esto no es un beneficio.

En definitiva, este no es un asunto sencillo, o como bien lo describe el conocido escritor judío Isaac Bashevis Singer, que dice: “Nosotros debemos creer en el libre albedrío. No tenemos alternativa”.

Ponte a prueba:
  • Indicar tres factores que influyen, sin saberlo, en nuestra toma de decisiones.

Dime con Quién Andas y Te Diré Quién Eres

Los músicos callejeros, que ofrecen su mercancía musical a todo el que le interese, son un espectáculo común. Por lo general, no les prestamos atención. Raramente tiramos una moneda dentro de sus cajas como muestra de agradecimiento. Así sucedió también en una estación de metro de Washington en una mañana de enero de 2007, cuando un joven, con una gorra de visera, se paró en la entrada de la estación y se puso a tocar el violín. Miles de personas pasaron frente a él, apurados hacia sus trabajos. La mayoría ni siquiera le prestó atención. Muy pocos se detuvieron por un momento para escuchar atentamente los sonidos. Algunos de ellos, pusieron la mano en el bolsillo y arrojaron una moneda en el estuche abierto del violín.

Ninguna de las miles de personas que pasaron por la estación de trenes sabía que el joven que tocaba el violín era Joshua Bell, uno de los mejores violinistas del mundo. Sus ingresos anuales por tocar este instrumento alcanzan varias decenas de millones de dólares. El violín que sostenía en sus manos está cotizado en tres millones y medio de dólares. Unos días antes del “concierto” que dio en la estación del metro, se concentró gran cantidad de público en una de las salas más prestigiosas de la ciudad para escuchar a Bell. Durante el concierto, el público se puso varias veces de pie para aplaudirle largamente.

La actitud hacia Bell en la estación del metro fue totalmente diferente. Durante la hora en que Bell tocó en el metro, arrojaron en el estuche del violín 32 dólares y varios centavos. Nadie lo alentó, a pesar de que las obras ejecutadas eran las más complejas para violín.

El espectáculo de Joshua Bell en el metro, fue parte de un experimento encabezado por uno de los redactores del “Washington Post”, para demostrar hasta qué punto influye la opinión pública en nuestra actitud referente al arte prestigioso. La respuesta es clara: la influencia de la opinión pública es decisiva. La presentación de Bell en la estación del metro, es un magnífico ejemplo para el tema que tocaremos en esta parte de la lección: la influencia del entorno sobre la persona, en relación al libre albedrío.

En la parte anterior de la lección, aprendimos que la persona es el resultado de los atributos con los que nació y del entorno en el que creció y se educó. También aprendimos, que el deseo de recibir es semejante a un programa interno, que dirige a la persona de acuerdo a un cálculo simple: máximo placer con mínimo esfuerzo.

Uno no puede elegir sus atributos; no puede elegir el entorno en el que nació; por supuesto que no puede elegir ser manejado por el deseo de recibir, el cual siempre preferirá el máximo de placer con el mínimo esfuerzo. No podemos elegir nada de eso, pero al menos, podemos decidir qué es placentero para nosotros, qué es bueno y qué es malo. ¿Es ese nuestro libre albedrío?

Para recibir una respuesta, recordaremos nuevamente cómo se desarrolla un niño. Los padres lo ponen sobre el vientre para que desarrolle el tono muscular. Luego le colocan enfrente distintos juguetes para inducirlo a gatear. Cuando se para, ellos aplauden con entusiasmo para animarlo. Los padres, todo el tiempo utilizan diferentes medios para desarrollar al niño. Sin ellos, y sin los estímulos ambientales, el niño no desarrollaría su potencial.

Los padres son quienes deciden por el niño qué es bueno y qué es malo para él. Ciertamente, el niño se esfuerza por sí mismo para gatear y él solo aprende a pararse, pero sin la intervención del entorno, sin su aliento y apoyo, no se desarrollaría adecuadamente.

¿Y cómo se desarrolla un adulto? ¿Cómo determina los valores del bien y el mal? Exactamente de la misma manera, por medio del entorno. Si el entorno considera que algo es bueno, nosotros también lo consideraremos bueno. Y si el entorno no aprecia algo como bueno (aunque sea realmente el mismo objeto) tampoco lo haremos nosotros. Una prueba decisiva de esto, (una de muchas) es la actitud de la mayoría en la estación de metro, respecto a los acordes del violín de Joshua Bell.

Baal HaSulam explica, que la sociedad humana (Artículo «La Libertad») es para el individuo como la tierra para la semilla de trigo. Así como la semilla contiene en su interior todas las cualidades posibles del vegetal, y la tierra que la nutre es la que determina cómo crecerá, así, la carga genética del individuo contiene todos los atributos e inclinaciones de la persona, y la sociedad, o más precisamente, la escala de valores de la sociedad, es quien determina cómo desarrollará sus atributos. Por ejemplo, un individuo con tendencia a pintar, que nace en una sociedad que no aprecia a los pintores, probablemente no será pintor. La persona desarrolla sus inclinaciones de acuerdo a los valores del bien y el mal en la sociedad.

Siendo así, uno tampoco tiene elección en la determinación de los valores del bien y el mal. El entorno humano en el que vive el individuo es el que determina los valores del bien y del mal (ver Gráfico Nº 2). Baal HaSulam describe esto muy bien en el artículo “La Libertad”:

“Yo me siento, me visto, camino, como, todo eso – no porque quiero sentarme así, y quiero vestirme de ese modo, o hablar o comer así, sino porque los demás quieren que me siente o me vista o hable o coma de ese modo. Todo esto lo hago de acuerdo al deseo y gusto de la sociedad – y no por mi libre albedrío. Es más, todo esto lo hago en contra de mi voluntad, porque me resulta más cómodo comportarme con simpleza, sin ninguna carga, pero estoy oprimido en todos mis movimientos y encadenado con grilletes de hierro, a los gustos y modales de los demás, que son la sociedad”.

Nuevas investigaciones revelan que la influencia de la sociedad sobre la persona es mucho mayor de lo que suponemos. En el libro “Conectados”, los profesores Nicholas Christakis y James Fowler, investigadores expertos de las universidades de Harvard y California, describen que existe un sistema de comunicación íntimo y extenso entre todas las personas del mundo. Sistema que nos obliga, sin nuestro conocimiento, a comportarnos, pensar y actuar de una manera determinada.

Ambos científicos, investigaron, entre otras cosas, fenómenos relacionados con la salud y el comportamiento en las redes de comunicaciones sociales, y descubrieron, que la probabilidad de que una persona gane peso es mayor, si su amigo cercano lo hace. Los investigadores hallaron, que la decisión de comenzar a fumar que tomó el amigo de un amigo de un amigo, es decir una persona absolutamente desconocida, aumenta por encima de un diez por ciento la posibilidad de que comencemos a fumar. Otra prueba, demostró que también la felicidad es contagiosa: cuando una persona se halla entre personas felices – sube su nivel de felicidad.

De allí, los investigadores continuaron examinando redes mayores, compuestas por millones de personas, y llegaron a una conclusión tomada del mundo animal: la humanidad, como red social, se comporta como un súper-organismo, como una criatura que crece y se desarrolla, en donde diversos y distintos contenidos fluyen en su interior e influyen sobre todos los miembros de la red. Parece ser que nuestro entorno tiene una influencia decisiva sobre nuestra evolución y nuestra toma de decisiones.

Conclusión: Pareciera, que en nuestro mundo la persona no tiene elección. No elegimos los atributos con los que nacemos; ni el entorno en el que nacemos y nos educamos; no elegimos el deseo de recibir, que nos dirige interna- mente de acuerdo al cálculo de máximo placer con el mínimo esfuerzo (ver Gráfico Nº 2). Y si eso no fuera suficiente, tampoco elegimos los valores de lo bueno y lo malo. El entorno lo hace por nosotros.

Ponte a prueba:
  • ¿Con qué compara Baal HaSulam la influencia del entorno sobre la per- sona, y por qué?

Ironía del Destino

Antes de explicar en detalle en dónde sí hallamos el libre albedrío, aclararemos otro tema importante, concerniente a la libertad de elección en nuestro mundo – la cuestión del destino.

La sensación de que todos los acontecimientos en nuestras vidas son predeterminados, acompaña a la humanidad probablemente desde los albores de la historia. La cuestión del destino, ocupó a filósofos, pensadores y religiosos, a la ciencia y la cultura en todas las generaciones, y mucho se escribió sobre ello. Hay quienes argumentaron que el destino de cada persona está predeterminado y no puede cambiarse, y hay quienes infirieron, que le fue dada a la persona la posibilidad de determinar su destino, al menos en algunos puntos de elección.

¿Qué opina al respecto la sabiduría de la Cabalá? En grandes rasgos, siete palabras (Talmud Bavlí, Pirkey Avot, 3): “Todo está predeterminado y el permiso concedido”. Es cierto que para la mayoría de nosotros, esta expresión de Rabí Akiva enfatiza la contradicción entre la predestinación y el libre albedrío, pero según lo explica la sabiduría de la Cabalá, las palabras de Rabí Akiva, colosal cabalista por sí mismo, describen exactamente la combinación correcta entre ellos. Para comprender sobre qué estamos hablando, primero explicaremos cuál es el significado cabalístico de las palabras “Todo está predestinado” y luego, aclararemos cuál es el propósito de Rabí Akiva al decir “el permiso concedido”.

Según la sabiduría de la Cabalá, la creación completa, y en ella se incluye también nuestro mundo, está incluida en un solo pensamiento que generó la creación– el plan de beneficiar a sus creados. Cada criatura, pensamiento o acontecimiento, que sucedió, sucede o sucederá en nuestro mundo o en los mundos espirituales – todos, se desprenden y provienen del Plan de la Creación, como parte de la realización del programa.

Cada etapa del desprendimiento del deseo, desde el Plan de la Creación hasta nuestro mundo, es conocida de antemano. Todas las etapas de la evolución del deseo en nuestro mundo a lo largo de miles de millones de años, están predeterminadas, como así también, todas las etapas del ascenso de abajo hacia arriba, en la corrección de la intención hasta el final de la corrección. Es imposible omitir alguna de ellas. Es evidente, que también la meta final está predeterminada y no existe otra meta (Ver Gráfico Nº 3).

El Creador, a diferencia de nosotros, no necesita de tiempo para implementar Sus planes. Por lo tanto, por extraño que parezca, cuando surge el Plan de la Creación para beneficiar a sus creados, este se hace realidad inmediatamente. Los cabalistas escriben, que de hecho, ya nos hallamos en el final de la corrección, y todo lo que debemos hacer es descubrirlo. Y no sólo existe el estado final, sino que también existen las etapas para su implementación ya ahora, sólo que debemos descubrirlas.

He aquí otra explicación al fenómeno desde un punto de vista diferente: nosotros estamos acostumbrados a captar nuestro mundo según un orden cronológico. Por ejemplo, ahora surge en mí el deseo de cruzar hacia el otro lado de la habitación, pronto cruzaré la habitación y entonces, estaré parado del otro lado. La perspectiva de la sabiduría de la Cabalá es completamente diferente. De acuerdo a esta sabiduría, la situación de encontrarme al otro lado de la habitación ya existe y ella despierta en mí el deseo de cruzar la habitación y estar del otro lado.

Otro ejemplo: estamos acostumbrados a pensar que nuestro padre y madre se conocieron, se casaron, decidieron traer un niño al mundo y aquí estamos ahora. Según la sabiduría de la Cabalá, la situación en la que nos hallamos en el mundo, como hijos de nuestros padres, ya existe, y el hecho de que eso debe realizarse, es lo que motivó que nuestro padre y madre se encontraran, se casaran y nos trajeran al mundo.

Todos los estados evolutivos, desde el Plan de la Creación hasta el final de la corrección, están predeterminados. A nosotros nos parece que causamos que algo suceda. En realidad, un programa evolutivo, conocido de antemano, es el causante de la revelación de las diferentes situaciones, una tras otra.

El total de nuestros estados de desarrollo, ordenados y revelados unos tras otros, de acuerdo a un programa predeterminado, se llaman en la sabiduría de la Cabalá “Reshimot” (reminiscencias). En otras palabras, las Reshimot, son datos informativos en los cuales se define el programa evolutivo personal de cada uno de nosotros. Cada “Reshimó” define un estado evolutivo determinado que debemos pasar. En todo momento se despierta en nosotros un nuevo Reshimó, que produce una nueva sensación. Toda nuestra vida, toda la realidad, son Reshimot que vienen a nosotros y se implementan, de acuerdo al Plan de la Creación.

Conclusión: Todos los acontecimientos en la realidad están predeterminados, como etapas de un programa que debe realizarse. En realidad, ellos ya existen, nosotros sólo debemos descubrirlos. Todo lo que aconteció en nuestras vidas, y en la vida de cada persona, cada pensamiento, cada deseo que se despierta en nosotros o en cualquier otro creado, todos, son sabidos de antemano y serán implementados necesariamente como parte del programa de realización de las Reshimot. Como dijo Rabí Akiva: “Todo está predeterminado”.

Siendo así, ¿qué significa “el permiso concedido”? La respuesta es simple: todas las etapas de nuestra evolución, hasta el final de la corrección, están predeterminadas. Lo que no se sabe es de qué modo las atravesaremos, si lo cumplimos lentamente y con sufrimiento o aceleradamente y con alegría. Ese es el permiso que nos fue dado. En este punto se encuentra nuestro libre albedrío.

¿Cómo, exactamente, aceleramos la evolución y la convertimos de una travesía en andas a una aventura gozosa? Esto lo trataremos en la próxima lección.

Ponte a prueba:
  • Según la sabiduría de la Cabalá, ¿qué está predeterminado y qué se nos ha concedido?

Resumen de la lección

Puntos principales

  • Nuestros atributos innatos, el entorno en el que nacimos y nos educamos, y el deseo de recibir, que siempre preferirá el máximo de placer con el mínimo de esfuerzo, influyen en cada decisión que tomamos, sin ser conscientes de
  • La escala de valores de la sociedad, influye sobre la persona, inconscientemente, en la determinación de su escala de valores personal, y por lo tanto, también influye en la toma de
  • Cada etapa evolutiva del deseo de recibir está Cada pensamiento, deseo o suceso que ocurre en este mundo, están escritos en el programa de evolución del deseo de recibir, y se revelan de acuerdo al programa de evolución predestinado en un orden dispuesto de antemano. El permiso que se nos ha dado, es de elegir cómo se revelarán los estados de nuestra evolución en el ascenso desde nuestro mundo hasta el mundo espiritual: con sufrimiento y lentitud o con alegría y rapidez.
  • El total de nuestros estados evolutivos ordenados que se revelan uno tras otro según un programa predeterminado, en la sabiduría de la Cabalá se llaman “Reshimot ”(reminiscencias o registros).

Términos

Reshimot – Datos informativos en los cuales se define el programa de desarrollo personal de cada uno de nosotros. Cada “Reshimó” delimita un estado evolutivo determinado que debemos atravesar.

Preguntas  y respuestas

Pregunta: Indique tres factores que influyen en nuestra toma de decisiones sin que seamos conscientes.

Respuesta: a) Nuestros atributos innatos; b) El entorno; c) El cálculo del deseo de recibir: máximo placer con el mínimo esfuerzo.

Pregunta: ¿Con qué compara Baal HaSulam la influencia del entorno sobre la persona, y por qué?

Respuesta: Baal HaSulam compara la influencia del entorno sobre la persona con el efecto de la calidad de la tierra sobre el crecimiento del vegetal. Así como la calidad de la tierra determina cómo se desarrolla el vegetal, así también, la escala de valores de la sociedad determina cómo la persona desarrollará los atributos innatos y realizará sus deseos.

Pregunta: Según la sabiduría de la Cabalá, ¿qué está predeterminado y qué nos fue dado?

Respuesta: Todas las etapas de la evolución del deseo de recibir están predeterminadas, en su desprendimiento de arriba hacia abajo, en su evolución en nuestro mundo, y en su ascenso de abajo hacia arriba hasta el final de la corrección. Se nos ha dado la elección del modo de desarrollarnos en el ascenso de abajo hacia arriba: con sufrimiento y lentitud o con alegría y rapidez.

Lección No. 4 Unidad 2 – Elección del  Entorno

Es esta lección estudiaremos sobre: los factores que forman nuestra evolución

/ La importancia del entorno en la evolución espiritual de la persona / Cómo elegimos el entorno adecuado para el desarrollo espiritual / Qué significa “libertad del Ángel de la muerte”

Cuatro Factores

Después de aprender que el libre albedrío se encuentra en la forma en que participamos en el proceso de nuestra evolución – con sufrimiento y lentitud o con alegría y rapidez – llegó el momento de precisar aún más la descripción del punto de elección, y explicar cómo aceleramos la evolución de hecho y la convertimos en una aventura.

Para describir con mayor precisión dónde se halla el punto del libre albedrío, nos detendremos en principio sobre cuatro factores que rigen la evolución de todas las criaturas, según los describe Baal HaSulam en el artículo “La Libertad”. El modelo de desarrollo presentado arriba, es válido para todas las formas de existencia en la realidad: inanimada, vegetal, animal y humana. Familiarizarnos con estos cuatro factores, nos facilitará comprender en qué exactamente tenemos libre albedrío.

Primer factor – Plataforma.   En  nuestro  mundo  no  existe  nada que haya sido creado de la nada. Nuestro mundo es el mundo de los resultados (mientras que el mundo espiritual, es el mundo de las causas), y por esta razón, cada cosa en nuestro mundo se forma a partir de otra. El hielo se forma a partir de moléculas de agua, el vegetal a partir de la semilla y nosotros,

La formación de una cosa a partir de otra es, en realidad, el proceso en el cual una sustancia se despoja de su forma anterior y recibe una nueva forma. Así por ejemplo, las moléculas de agua (la esencia) se convierten de líquido (agua) a sólido (hielo). La esencia que pierde su forma anterior y se reviste de una nueva forma, es semejante a una unidad de información, que contiene en su interior toda la información de las futuras etapas de evolución del ser creado, que se desarrolla a partir de ella hasta su estado final. Por ejemplo, la semilla del tomate, contiene en su interior toda la información sobre la planta y el fruto que se desarrollarán a partir de ella. Este fundamento, que se encuentra en la base de todo proceso de desarrollo, y lo define, se denomina “plataforma”

Nuestra plataforma como seres humanos, es la carga genética que recibimos de nuestros padres, abuelos y bisabuelos. El “paquete”, que adquirimos como regalo de nuestros padres, define no sólo nuestra forma exterior, sino también la estructura de nuestra personalidad. Todas las ideas, pensamientos, opiniones y conocimientos que recibieron nuestros padres, pierden sus formas anteriores, y aparecen en nosotros como potencial que espera su realización, como tendencias interiores que con el tiempo, se convertirán, también ellas, en la percepción de nuestra vida.

Segundo factor – Atributos invariables. Cada plataforma, es, en realidad, un compendio de atributos determinados, destinados a salir a la práctica. Parte de estos atributos son imposibles de cambiar; su programa de evolución, está predeterminado, y define precisamente la forma que adquirirán en el futuro. Por ejemplo, la semilla de trigo, crecerá y se convertirá inevitablemente en trigo, jamás en avena. Y el feto de una jirafa, se convertirá en jirafa y no en león.

Así como lo inanimado, vegetal y animado, también las inclinaciones interiores que recibimos como herencia de nuestros padres se desarrollarán necesariamente en una percepción de vida compatible, y no en dirección diferente. Por ejemplo, una persona que nace con tendencia a escribir música, no evolucionará, en virtud de esta tendencia, a ser político. Puede ser, que cuando crezca sea finalmente músico, o puede ser que no, puede ser un músico exitoso, o tal vez no, pero una cosa es clara, su vocación por la música no lo empujará a la carrera política. El desarrollo de un atributo determinado en nuestra forma de vida, depende principalmente del entorno en que la persona crece y evoluciona. Similar a una semilla de trigo que fue plantada en la tierra: es claro que de ella sólo crecerá trigo, pero la calidad y cantidad del trigo, depende necesariamente del entorno en que se desarrolla, es decir, de la calidad del suelo. Lo mismo sucede con el hombre. Las tendencias con las que nacemos, se desarrollarán en una sola dirección. Una inclinación al conformismo, por ejemplo, desarrollará en el individuo una percepción de vida moderada y tolerante, pero su desarrollo, depende directamente del entorno en el que crecemos y nos educamos. Y esta dependencia, nos conduce directamente al tercer factor.

Tercer factor – Atributos variables. Así como en toda plataforma existen atributos cuyo programa evolutivo está determinado de antemano y no es posible modificar, así en toda plataforma existen también atributos cuyo programa evolutivo no está predeterminado, y pueden cambiar en el transcurso de su evolución, como consecuencia de la influencia del entorno sobre ellos. Por ejemplo, la altura o calidad del trigo que crece a partir de la semilla, puede variar de acuerdo al entorno en el que crece la planta, es decir, según la calidad del suelo, la cantidad de agua, la luz del sol, etc.

Como hemos dicho, también las inclinaciones internas que recibimos como herencia de nuestros padres, pueden desarrollarse de diferentes formas o no desarrollarse en absoluto, como resultado de la influencia del medio sobre ellas. Por ejemplo, si una persona determinada nace con tendencia a la avaricia, el entorno en el que crece, puede desarrollar en ella diferentes tipos de avaricia y modelarla como una persona más o menos avara.

Pero uno es más capaz que eso. A diferencia de cualquier otra criatura, el hombre puede también erradicar completamente una inclinación determinada. Por ejemplo, esta persona que nació con tendencia a la avaricia, puede erradicarla, con la condición de que la sociedad en la que crece le proporcione suficiente seguridad para su existencia, y no aprecie la avaricia como característica positiva.

Cuarto Factor – Factores externos. Otro factor que determina el desarrollo y las etapas evolutivas de cada ser, es la influencia de factores externos en el desarrollo de la plataforma. Cada plataforma se desarrolla en un entorno determinado que influye directamente en su desarrollo. Así aprendimos al enumerar los factores anteriores. Pero el entorno inmediato de la plataforma en desarrollo, se encuentra también dentro de un entorno más amplio que influye sobre él, y como consecuencia, también en el desarrollo de la plataforma misma. Así por ejemplo, el cambio climático como resultado del calentamiento global, puede dañar el desarrollo correcto de la semilla de trigo.

También nosotros, los seres humanos, estamos expuestos desde luego a la influencia de nuestro entorno inmediato, que a su vez, también está expuesto a un entorno más amplio, que influye de modo indirecto en nuestro desarrollo. Por ejemplo, la situación económica mundial o las diferentes modalidades de costumbre en el público, pueden influir sobre el desarrollo de las tendencias que recibimos como herencia de nuestros padres. La inclinación a la avaricia, que trajimos como ejemplo, puede pronunciarse en tiempos de crisis económica.

Estos son los cuatro factores que determinan el desarrollo y las etapas evolutivas de cada ser. Con respecto al primer factor, la plataforma, no tenemos elección alguna. Nuestra plataforma está grabada en nosotros aún antes de nacer, y nadie nos pregunta si estamos de acuerdo. En los otros tres factores, que se resumen todos en la elección del entorno adecuado para el desarrollo, tenemos libre albedrío. Podemos elegir el entorno apropiado para nuestro desarrollo, y convertirlo en una aventura apasionante en lugar de un camino de sufrimientos.

¿Cómo elegimos exactamente el entorno, y en qué condiciones? Sobre eso tratan las siguientes partes de la Unidad.

Ponte a prueba
  • Detallar los cuatro factores que moldean el desarrollo de cada

El Camino Hacia el Placer

Ocurrió en horas tempranas de la noche, cuando la oscuridad comenzaba a descender sobre la costa oriental de Estados Unidos. Esos fueron los años dorados de la radio – fin de los años ’30 del Siglo XX. Las voces que se escuchaban esa tarde de las emisiones de la estación de radio de la CBS, sonaban al principio como otro soñoliento noticiero, transmitido según las reglas de ceremonia, con una voz un poco más dramática de lo necesario. Aparentemente, esa noche era como todas las demás, pero a medida que el locutor continuaba con su informe, el miedo y la alarma se propagaban por todo Estados Unidos, y una noche aparentemente cándida, se convertía en uno de los acontecimientos más importantes de la historia del pueblo americano.

¿Qué sucedió esa noche? La estación de radio CBS emitía el montaje de una serie radial sobre una invasión particularmente violenta de extraterrestres provenientes de Marte. El radioteatro, fue transmitido como una serie de flashes  informativos, que se escuchaban tan creíbles, que la audiencia se convenció de su autenticidad. El resultado fue el de una alarma masiva. Muchos ciudadanos fueron presa del terror por los inesperados invasores y comenzaron a huir de sus hogares. Las mujeres se desmayaban al oír las noticias. En muchas ciudades, los residentes salían a las calles pidiendo ayuda desesperadamente. En Nueva York, corría el rumor de que los extraterrestres están por atacar la ciudad con gases, y toda la ciudad estaba atacada de pánico. No pasó una hora, y la historia se propagó como un reguero de pólvora por todo el continente. Aun cuando la radio anunció (de acuerdo al guión escrito de antemano) que los extraterrestres habían sido exterminados por gérmenes, no se calmó la conmoción. Sólo después de varias horas, al aclararse que las noticias eran ficticias, la vida volvió gradualmente a la normalidad.

Las noticias fraguadas, transmitidas por Orson Welles como parte de una obra radiofónica basada en “La Guerra de los Mundos”, es presentada hasta hoy como ejemplo del poder de los medios de comunicación masiva y la contagiosa influencia del entorno sobre la persona. Si el medio en el que vivimos difunde pánico, sin alternativa alguna, también nosotros seremos víctimas del pánico. Y por el contrario, si el entorno creara un ambiente de alegría, estaríamos “sentenciados” a estar alegres.

Hemos ampliado mucho en esta parte de la unidad de estudio sobre el poder del entorno, , sobre la manera en que el entorno influye de modo decisivo en el desarrollo espiritual del humano. En realidad, nuestro libre albedrío se halla en la elección del entorno. Sólo por medio de él podremos cambiar el proceso evolutivo en el que nos encontramos, de un largo camino de sufrimientos a otro desafiante y placentero. Todo lo demás está predestinado, y no hay lugar para el libre albedrío. Así estudiamos en las clases anteriores. Mientras no se despierte en el individuo el punto en el corazón, este será manejado hasta el nivel del átomo por el deseo de recibir, y no es consciente de ello; persigue placeres que el entorno define como valiosos. Sólo después que se despierta en él, el punto en el corazón, este comienza a desarrollar en su interior el deseo de conectarse con el Creador, se le abre una brecha para comenzar a trabajar en la implementación del libre albedrío. Con el despertar del punto en el corazón, se le revela un espacio vacío que no tiene la capacidad de llenar. Todos los placeres que el deseo de recibir ha perseguido hasta el momento, ya no le son suficientes. Busca algo más allá de eso. ¿Qué precisamente? Todavía no le es claro. Aunque la sensación de vacío que se le revela con el punto en el corazón no es agradable, pero precisamente, esta sensación infunde la posibilidad de implementar por primera vez el libre albedrío, liberarse del dominio del deseo de recibir.

El punto en el corazón borra todos los valores previos que la sociedad inculcó al individuo. Todo lo que en su entorno se estimaba como bueno, no es suficientemente bueno para él. En cierta forma, él se asemeja a un niño que acaba de nacer, “una hoja en blanco” preparada para absorber en su interior nuevos valores de su entorno. Solo que ahora, por primera vez en su vida, en contra de todo lo que ocurrió anteriormente, se abre ante él la posibilidad de determinar por sí mismo los nuevos valores conforme a los cuales se desempeñará. La única posibilidad de hacerlo, es eligiendo un entorno en donde el logro espiritual sea su valor supremo. De aquí se comprende por qué nuestro libre albedrío es la elección de un entorno.

En una sociedad que determina que recepción = placer, y otorgamiento = dolor, no tenemos dominio sobre nuestra vida, porque es exactamente lo que nos dice el deseo de recibir. No existe quien pueda contrariar esas determinaciones. En una sociedad como ésa, que se halla en una carrera sin fin tras los placeres físicos, reemplazan placer por placer y corren inconscientemente detrás de cada placer que determine la sociedad.

Cuando la sociedad dice que otorgamiento = placer, se crea una controversia entre el deseo de recibir, que se opone a esa determinación, y los valores de la sociedad. Es una buena controversia, porque ahora, la persona tiene dos opciones. Aquel que estaba sometido como un esclavo a su deseo de recibir, ahora está frente a una posibilidad adicional: preferir el otorgamiento a la recepción. Ese conflicto, crea el lugar de nuestra independencia, el lugar del libre albedrío. En ese espacio, cada uno es libre de expresar dentro de sí, su deseo de otorgar.

Imaginen que reciben un auto nuevo. Suben a la carretera y comienzan a viajar. En la ruta, hay señales que orientan hacia el “placer” o el “vacío”, de manera natural, eligen solamente los caminos que conducen al “placer”. Para ustedes, es inconcebible visitar el “vacío”. También, todos los demás automóviles, eligen visitar el “placer”. Ninguno se dirige hacia el “vacío”.

Después de haber estado años viajando tras las señales del “placer”, llegan a la conclusión, de que no existe hay en esos lares un verdadero placer. Ustedes buscan una solución. Pero como todos los vehículos de la carretera continúan eligiendo el camino del “placer”, y al no ver otro camino hacia dónde dirigirse, deben elegir igual que ellos. Ustedes se hallan en un punto muerto. En “placer” no hay verdaderamente placer, y no tienen la posibilidad de viajar a “vacío”.

La única manera de irrumpir en ese punto muerto es cambiando el entorno. Si pudieras encontrar un entorno en donde otros conductores se dirijan a “vacío” y les explicasen que las señales que apuntan hacia “vacío” son una ilusión, y de hecho, se dirigen hacia un lugar maravilloso, nuevo y especial, que no hay otro igual, un lugar de placer infinito, entonces, también ustedes tendrían la opción de llegar allí.

Ponte a prueba:
  • ¿A partir de qué momento se abre ante la persona la opción del libre albedrío? Expliquen por qué.

Porque Estamos en un  Entorno

La parábola que selló la parte anterior de la lección, ilustra muy bien la situación en la que nos hallamos con el despertar del punto en el corazón, pero en todo lo atinente a la elección del entorno, puede crear confusiones. La parábola indica que la persona debe cambiar el entorno en el que se halla y elegir uno nuevo. La verdad es – y en este caso es muy importante destacarlo que no tenemos que cambiar nada.

Para elegir un entorno correcto, no debemos trasladar nuestra casa a un nuevo lugar, o desconectarnos de ninguna manera del medio cercano a nosotros. Nuestro trabajo está en construir paralelamente al entorno en el que vivimos, uno adicional, cuyo valor más importante sea la espiritualidad. Tal como un trozo de hierro es atraído hacia el imán, así la persona que se despierta en ella el punto en el corazón, es atraída hacia el entorno de otras personas que también desean la espiritualidad, hacia los libros correctos y hacia el maestro, que le guiará en la manera de estudiar. Esta persona aun no eligió ese entorno y seguramente, no se ocupa de su construcción; fue encaminada hacia él sin que se lo preguntaran. Solo que ahora, después de llegar al lugar donde puede desarrollarse, se le otorga la posibilidad de construir su entorno espiritual y hacerlo crecer, dentro de su libre albedrío.

El trabajo de construir un entorno espiritual se divide en dos niveles:

  1. La construcción de un entorno interno.
  2. La construcción de un entorno externo.

Como en cualquier otro terreno del estudio de la sabiduría de la Cabalá, el trabajo interior es más importante que el trabajo exterior, pero el exterior es necesario para tener éxito en el interior. En primer lugar, describiremos el trabajo que debemos hacer en la construcción del entorno interno, y a continuación, describiremos el trabajo externo.

Conforme a la sabiduría de la Cabalá, cada persona es, en su esencia, deseo de recibir, y el grupo social en el que nos encontramos no es ni más ni menos que una recopilación de deseos. Nuestro objetivo, al construir el entorno espiritual, es acrecentar nuestro deseo por la espiritualidad. En la medida que nuestro deseo por la espiritualidad sea mayor, podremos elevar la importancia por lo espiritual en relación a lo material. El tema es, que cada uno de nosotros comienza su viaje espiritual con el punto en el corazón, que como su nombre lo dice, es un punto pequeño, un pequeño deseo. Para agrandarlo y construir en nuestro interior el anhelo y la importancia por la espiritualidad, debemos adquirir los deseos de los demás; construir en nuestro interior un entorno espiritual, que prefiera lo espiritual a lo material.

Es un trabajo sutil, que exige mucha atención. Debemos localizar al deseo interno que guía a nuestros amigos hacia el camino espiritual e impresionarse justamente de él, elevar la importancia de ese deseo por encima de la imagen externa que es captada por nuestros cinco sentidos. Ese trabajo se realiza totalmente en nuestro interior. Para implementarlo, no se nos exige ninguna acción externa, sino mucha sensibilidad, que se va adquiriendo con el estudio de la sabiduría de la Cabalá.

En resumen: debemos acumular en nuestro interior un gran deseo por la espiritualidad, y lo vamos construyendo al conectarnos con los deseos de los amigos en el camino espiritual. De esa manera, erigimos el entorno espiritual en nuestro interior, y elegimos el entorno correcto.

Y existe también un trabajo en la elección del entorno exterior. El aumento del deseo por la espiritualidad lo podemos adquirir también con el estudio ordenado de la sabiduría de la Cabalá, en cada uno de los marcos de estudio de “Cabalá Laam”, con la lectura de los libros de Cabalá, mirando el canal de televisión “Cabalá Laam”, en la página web. Tanto los libros, como la televisión y la página web, son partes de nuestro entorno espiritual. Y en las horas libres, tenemos la posibilidad de optar por ellos.

Sobre la importancia de la elección del entorno, escribe Baal HaSulam (artículo “La libertad”) con sus palabras precisas: “Quien se esfuerza durante su vida, y elige cada vez un entorno mejor – es digno de alabanza y recompensa… no por sus buenos pensamientos ni acciones, que surgen inevitablemente, sin elegirlos, sino por su empeño en adquirir un buen entorno para esos pensamientos y prácticas. Y esto es lo que dijo Rabí Yeoshua ben Perahia: Hazte de un maestro y cómprate un amigo”. Otro de los caminos para la construcción de un entorno espiritual es la participación en la diseminación de la sabiduría de la Cabalá. Está escrito: “en la multitud del pueblo resplandece el Rey”(Proverbios 11:28). Cuánto más cuantioso sea nuestro entorno espiritual, más aumentará su influencia sobre nosotros, y paralelamente, aumentará nuestra importancia por la espiritualidad. La participación en la diseminación de la sabiduría de la Cabalá como medio para el avance espiritual, es exclusiva para nuestra generación, por primera vez en la historia, la humanidad entera tiene que comenzar a elevarse hacia la espiritualidad.

Sobre la importancia de la diseminación de la sabiduría de la Cabalá para el desarrollo espiritual, ampliaremos en las próximas lecciones.

Ponte a prueba:
  • Describe brevemente el trabajo en la elección del entorno, tanto interno como

Sobre la Vida y la Muerte

Al final de la lección, algunas palabras sobre nuestro famoso amigo, cuya cabeza es un cráneo con hendiduras de ojos, sus manos sostienen una guadaña y lleva un turbante en su cabeza – Resulta que él también está relacionado con el libre albedrío.

Para evitar malentendidos innecesarios, comenzaremos inmediatamente por el final: “el Ángel de la muerte” conforme a la sabiduría de la Cabalá, es, ni más ni menos, que “el deseo de recibir”. El famoso personaje que viene a quitarnos nuestra vida vestido con una larga túnica, puede tener cabida, tal vez, en películas de terror, pero no la tiene en la sabiduría de la Cabalá.

“Ángel”, de acuerdo a la sabiduría de la Cabalá, es una fuerza que con su ayuda el Creador dirige la Creación. “Vida”, de acuerdo a la sabiduría de la Cabalá, es la sensación de la espiritualidad, y la “muerte”, que nos aparta de la sensación de la vida verdadera, es, como se ha dicho, el deseo de recibir, o con mayor exactitud, la intención con el fin de recibir.

¿Qué relación hay entre la intención con el fin de recibir (el ángel de la muerte) y el libre albedrío? La relación es simple: nuestra verdadera libertad de elección se encuentra en la salida a la libertad del control de la intención con el fin de recibir. En otras palabras, nuestra verdadera libertad es la liberación de manos del ángel de la muerte. Siempre que estemos bajo el dominio de la intención con el fin de recibir, ella nos manejará desde nuestro interior, sin preguntarnos, como una mano dentro de un guante, y no tendremos libre albedrío. Sólo corrigiendo la intención con el fin de recibir nos hacemos capaces de elegir.

La corrección de la intención con el fin de recibir y la adquisición de la intención con el fin de otorgar, dependen directamente de la elección del entorno, es decir, del entorno espiritual que debemos construir. Con esto se comprende por qué nuestro libre albedrío está en la elección del entorno. En realidad, durante el estudio de la sabiduría de la Cabalá, descubriremos que la elección del entorno no sólo es una condición para adquirir la espiritualidad, sino que ese es el propio trabajo espiritual; que en la elección del entorno se halla nuestro libre albedrío.

Las palabras “libertad de manos del ángel de la muerte”, sería correcto interpretarlas también de manera literal, como la ascensión por encima de la existencia temporaria y sin valor en nuestro mundo, al nivel de la existencia eterna. ¿A qué se refiere esto? Baal HaSulam (Talmud Eser Sefirot, parte A, Introspección, fascículo 21.) escribe, que el método con el cual trabajamos con el deseo de recibir en nuestro mundo, con la intención con el fin de recibir para nosotros mismos, provoca que el placer que se recibe dentro del deseo, anule el deseo. El ejemplo más afortunado para representarlo, es la comida (placer), que anula el apetito (deseo). Pero también el placer conseguido luego de un gran trabajo, como por ejemplo, el placer de un auto nuevo o un trabajo respetable, se disipa después de cierto tiempo, porque el placer anula el deseo, y sin deseo no se siente placer.

Este modelo fijo del placer, que entra en el deseo y lo anula, conduce finalmente a una desesperación general en búsqueda del placer. Como resultado, el deseo de recibir se va apagando gradualmente y nosotros nos extinguimos con él, hasta que él muere y nosotros con él.

Como los niños, estamos llenos de curiosidad, cargados de una inagotable energía para descubrir este mundo. Cada cosa es nueva, todo es emocionante. Como adolescentes queremos devorarlo todo, escalar todas las cumbres, obtener todos los logros, cambiar al mundo. Pero a medida que la persona envejece, llena parte de sus deseos y se desespera por lograr otros. En el sentido espiritual, la persona envejece, es decir sus deseos se debilitan y desaparecen gradualmente, hasta que no le queda deseo ninguno. Así suena en las palabras de Baal HaSulam (artículo “La libertad”, Libertad del ángel de la muerte): “Quizás, cuando pase la mitad de sus años (de la persona), entonces, comenzarán los días de descenso de acuerdo a los días de la muerte, porque la persona no muere hasta que recibe la forma final de la vida, en un instante, pero su candela , es decir su “ego” se va apagando lentamente… porque comienza a renunciar a muchas pertenencias con las cuales ha soñado durante su juventud… hasta que en los días de su verdadera vejez, cuando la sombra de la muerte va flotando por encima, uno se encuentra en momentos en los que no tiene ningún deseo, porque su deseo de recibir, que es el “ego”, se apagó y se le fue.”

La liberación del dominio del ángel de la muerte, es decir, el trabajo con la intención con el fin de otorgar, en lugar de la intención con el fin de recibir, cambia el cuadro totalmente. En vez que el deseo se llene de placer por corto tiempo y el placer apague el deseo, el placer pasa a través del deseo con intención de otorgarlo al prójimo. Con este método de trabajo, podemos pasar a través de nosotros todos los placeres que existen en el mundo, y el deseo no se apagará nunca. Nosotros podemos recibir sin límite, y la corriente de Luz en nuestro interior nos eleva al estado de vida eterna.

La persona que corrigió su intención de recibir, y se encuentra en espiritualidad, ya no identifica su existencia con la existencia de su cuerpo físico. Uno continúa existiendo en el cuerpo físico, pero la espiritualidad que alcanzó significa para él un nivel mucho más alto de existencia, que no depende de su cuerpo físico, y con él se identifica. El individuo continúa viviendo en ese nivel aún después de la muerte física. El Rabino Baruj Ashlag solía decir, que la muerte es similar a cambiarse de camisa, tú te sacas la camisa usada (el cuerpo físico) y te pones una nueva (si tu alma necesita reencarnar nuevamente en este mundo, en un nuevo cuerpo).

Ponte a prueba:
  • ¿Qué significa liberarse del ángel de la muerte?

Resumen de la Lección

Puntos Principales

  • Cuatro factores son los que determinan el desarrollo de toda criatura: plataforma, factores invariables en la plataforma, factores variables en la plataforma y factores
  • Nuestro libre albedrío es la elección del entorno que influye de manera positiva sobre nuestro desarrollo (desarrollo de la plataforma).
  • La posibilidad del libre albedrío se abre ante la persona con la revelación del punto en el corazón. El nuevo deseo de espiritualidad, borra los valores que la sociedad imprimió en el individuo y le posibilita determinar por sí mismo, mediante el entorno, una gama de nuevos valores, donde el otorgamiento es más importante que la recepción.
  • Elección del entorno, significa acrecentar el deseo de espiritualidad impresionándose de los deseos de los demás por lo espiritual, así también establecer un marco de estudio permanente, la lectura de libros de Cabalá, y ver programas televisivos sobre el tema,
  • Nuestra verdadera libertad de elegir, se halla en librarse del dominio del deseo de Y esto depende directamente del entorno en el que elegimos estar.

Términos

Vida –Sensación de la Luz dentro del Kli (vasija).

Ángel – Fuerza mediante la cual el Creador dirige la Creación.

Ángel de la muerte – La intención con el fin de recibir que no nos permite sentir la espiritualidad – la verdadera vida.

 

Preguntas y Respuestas

Pregunta: Enumere los cuatro factores que determinan el desarrollo de toda criatura.

Respuesta: A) Plataforma – parte informativa que clasifica todas las etapas del desarrollo del creado; B) Atributos invariables- características en la plataforma que no están sujetas a cambios; C) Atributos variables – características en la plataforma que están sujetas a cambios; D) Factores extraños – influencia del entorno lejano sobre el desarrollo de la plataforma.

Pregunta: ¿En qué momento se abre a la persona la posibilidad del libre albedrío? Expliquen por qué.

Respuesta: La posibilidad del libre albedrío, se le abre a la persona con el despertar del punto en el corazón. El nuevo deseo por la espiritualidad, borra todos los valores que la sociedad marcó en el individuo y le posibilita determinar por sí mismo, mediante el entorno, una gama de nuevos valores donde el otorgamiento es más importante que la recepción.

Pregunta: Describe brevemente el trabajo de elegir un entorno en su sentido interno y externo.

Respuesta: La elección del entorno en su sentido interno, es la ampliación del deseo espiritual por la impresión recibida de los demás respecto al deseo de espiritualidad. La elección del entorno en sentido externo, es la determinación de un marco de estudio fijo, la lectura de libros de Cabalá y ver programas relevantes, etc.

Pregunta: ¿Qué significa “liberarse del ángel de la muerte”?

Respuesta: La liberación de la intención con el fin de recibir. La intención con el fin de recibir, es la que nos impide tener la sensación de la vida real, la vida espiritual, por lo tanto, se llama en la sabiduría de la Cabalá “ángel de la muerte”. La corrección de la intención de recepción a otorgamiento, nos libera por consiguiente del dominio del “ángel de la muerte” y nos da la sensación de la vida espiritual.

Secuencia Lógica

(Orden del Desarrollo del Curso)

Aprendimos que la sabiduría de la Cabalá es el método para la revelación del Creador a los creados en este mundo.

Aprendimos que para descubrir al Creador debemos cambiar la intención de “con el fin de recibir” a “con el fin de otorgar”.

Aprendimos que en los libros de Cabalá se oculta una fuerza espiritual es- pecial llamada “Luz que reforma”, que tiene el poder de cambiar nuestra intención, de con el fin de recibir a con el fin de otorgar.

Aprendimos que solo esclareciendo nuestra relación respecto al prójimo, podemos crear en nuestro interior una actitud verdadera hacia la Luz que reforma.

Estudiamos, que solo eligiendo el entorno correcto para el desarrollo espiritual, podemos aclarar exactamente nuestra relación con el prójimo.

 

En la próxima parte estudiaremos las raíces espirituales de la elección del entorno.