La elección del entorno

Lección N° 4 Unidad 1 – ¿Tenemos Libre Albedrío?

En esta lección estudiaremos: ¿ Tenemos libre albedrío? / El “programa” del deseo de recibir / Influencia del entorno sobre   el  individuo .

Confusiones Cerebrales

Marcus Peter Francis du Sautoy es profesor de matemática en la Universidad de Oxford. En el año 2008, emprendió du Sautoy un viaje televisivo hacia sí mismo. Acompañado por las cámaras del canal de TV BBC, el profe- sor fue sometido a una serie de numerosos y diferentes exámenes cerebrales, cuyo objetivo era explorar los límites de su conciencia y resolver de una vez por todas la sencilla y aún inexplicable pregunta: ¿Quién es realmente el Profesor Marcus du Sautoy?

En uno de los experimentos se colocó al profesor, respetuosamente, dentro de un escáner de ondas cerebrales, y se le pidió presionar aleatoriamente uno de los dos botones que sostenía en sus manos. El escáner registró cuándo se recibió en la mente del profesor la decisión de presionar el botón, y la computadora registró cuándo se presionó el botón realmente. El propósito del experimento, era comprobar cuánto tiempo transcurre, si en realidad transcurre, desde el momento en que se toma la decisión en el cerebro, hasta que se realiza la acción en la práctica.

Los resultados deslumbraron al profesor. No pasaron menos de seis segundos desde el momento en el que se recibió en el cerebro la decisión de presionar un botón determinado, y hasta que su mano presionó el botón. “El saber que John (el investigador que dirigió el experimento) observa mi cerebro y sabe 6 segundos antes qué estoy por hacer, antes de que yo sea consciente de lo que voy a hacer”, dijo el profesor ante las cámaras de la BBC con un asombro muy bien actuado, “es sencillamente  sorprendente».

No menos sorprendente, e incluso más, es la siguiente pregunta que surge también a partir del experimento: si la decisión de presionar el botón se tomó inconscientemente, sin preguntarle al profesor, 6 segundos antes de decidir realmente presionar el botón, ¿quién presionó el botón en definitiva? En otras palabras, ¿tenemos libre albedrío o somos el resultado de reacciones neurológicas previstas de antemano?

El Contador

En la segunda parte de esta unidad de estudio, nos ocuparemos del tema del libre albedrío. Un tema de suma importancia en el estudio de la sabiduría de la Cabalá y en la vida de la persona. También si a primera vista el tema tiende a escucharse filosófico o alejado de la realidad cotidiana, en poco tiempo ve- remos que se trata de lo contrario.

Para el recién nacido no existe el libre albedrío. Él solo es capaz de realizar acciones simples, como alimentarse, dormir y evacuar, y todas las realiza automáticamente. Si tiene hambre, llora; si está cansado, se duerme. Está manejado, sin ser consciente de ello, por un sistema de atributos internos con los que nació (sin elección alguna) de modo permanente y predeterminado.

Cuando el niño crece, adquiere nuevas capacidades. Puede gatear, y pasado un tiempo, también puede caminar; desea ciertos juguetes y no se interesa por otros. Aparentemente, ya comienza a realizar elecciones conscientes. Pero una mirada más profunda revelará, que en realidad, nada ha cambiado. El niño, que aún está en crecimiento, está manejado por un sistema de atributos internos innatos (sin elección de su parte). Y debido a que comenzó a estar consciente del entorno, también el entorno comienza a influir sobre él (también esto sin elección de su parte).

Y, ¿ qué pasa con la persona adulta? Intuitivamente, tendemos a pensar que la persona adulta tiene libre albedrío, que tiene sus propios deseos y pensamientos. Pero también aquí, si observamos más profundamente, descubrimos que también el adulto está manejado exactamente de la misma forma que el niño. La diferencia radica en el hecho que el sistema que toma sus decisiones es mucho más complejo, y esta complejidad, genera una ilusión de libre albedrío.

Nadie elige cuándo nacer y de quién nacer. Nadie elige sus genes, que de acuerdo a ellos se determinan nuestros atributos internos, que definen nuestro carácter e inclinaciones, y que en definitiva, influyen indiscutiblemente en nuestras decisiones. Ninguno de nosotros eligió el entorno en el que creció y se educó, el entorno que verdaderamente nos forma como personas adultas, según sus atributos internos. Resulta, que la respuesta a la pregunta: ¿sobre qué nosotros decidimos?, no está clara en absoluto.

Si esto no fuera suficiente, ninguno de nosotros eligió seguramente nacer con la naturaleza del deseo de recibir, que de hecho, nos dirige desde nuestro interior de manera determinante, de acuerdo a un simple cálculo: máximo placer y mínimo esfuerzo. Como una mano dentro de un guante, el deseo de recibir hace de nosotros lo que quiere. De acuerdo a su naturaleza, quiere llenarse de placer, y sin preguntar su origen, siempre elegirá la acción que le asegure el máximo placer con el mínimo esfuerzo.

En el entrenamiento militar básico nos dijeron: “Si te dan algo, tómalo; si te golpean, escapa”. Ciertamente este es un cliché, pero como todos los clichés, tiene algo de verdad. La búsqueda de placeres y el escape de los sufrimientos, son dos características básicas en todo ser humano. Si bien es cierto, que a veces pareciera que hay personas que persiguen el sufrimiento, o que ningún placer les interesa, pero eso es sólo en apariencia.

En cada uno de nosotros existe un pequeño contador, llamado “deseo de recibir”, y una calculadora. Para cada acción, incluso la más pequeña, siempre saca la cuenta de ganancia o pérdida: el nivel de inversión requerido (sufrimiento) contra el nivel de ganancia esperado (placer). Cuando la cuenta es positiva, el contador ordena la acción; cuando la cuenta es negativa, ordena abandonar la acción.

A veces, las cuentas pueden ser complejas. En ciertas circunstancias, el tenedor de libros está dispuesto a considerar una pérdida por un tiempo determinado a cambio de una ganancia futura. Por ejemplo, impulsa a la persona a estudiar ingeniería en el Instituto de Tecnología durante cuatro años, realizar trabajos ocasionales y vivir en un departamento de estudiantes. Pero al final de los estudios, tendrá una profesión respetada y más adelante – altos ingresos, honor y reputación para toda la vida. En definitiva, parece un negocio lucrativo. Resumen intermedio: no elegimos nuestros atributos internos; no elegimos el entorno en el que crecimos y nos educamos; no elegimos nuestra naturaleza del deseo de recibir, que nos maneja desde adentro. En tal caso, surge una gran duda respecto a si tenemos realmente libre albedrío. Así escribe Baal HaSulam en el artículo “La Libertad”: “Ese concepto que se manifiesta a través de la palabra ‘libertad’, es muy difuso para nosotros. Y si profundizamos en el interior de esta palabra, no quedará casi nada de ella”.

Y a pesar de todo, una persona sin libre albedrío es como un pájaro sin alas. Debe haber un punto de elección, de lo contrario, ¿qué sentido tiene todo este alboroto llamado “vida”?! Si una fuerza buena y benefactora nos creó – según escriben los cabalistas, que alcanzaron esa fuerza – es imposible que nos creara como marionetas, sin la posibilidad de liberarnos. Esto no es un beneficio.

En definitiva, este no es un asunto sencillo, o como bien lo describe el conocido escritor judío Isaac Bashevis Singer, que dice: “Nosotros debemos creer en el libre albedrío. No tenemos alternativa”.

Ponte a prueba:
  • Indicar tres factores que influyen, sin saberlo, en nuestra toma de decisiones.

Dime con Quién Andas y Te Diré Quién Eres

Los músicos callejeros, que ofrecen su mercancía musical a todo el que le interese, son un espectáculo común. Por lo general, no les prestamos atención. Raramente tiramos una moneda dentro de sus cajas como muestra de agradecimiento. Así sucedió también en una estación de metro de Washington en una mañana de enero de 2007, cuando un joven, con una gorra de visera, se paró en la entrada de la estación y se puso a tocar el violín. Miles de personas pasaron frente a él, apurados hacia sus trabajos. La mayoría ni siquiera le prestó atención. Muy pocos se detuvieron por un momento para escuchar atentamente los sonidos. Algunos de ellos, pusieron la mano en el bolsillo y arrojaron una moneda en el estuche abierto del violín.

Ninguna de las miles de personas que pasaron por la estación de trenes sabía que el joven que tocaba el violín era Joshua Bell, uno de los mejores violinistas del mundo. Sus ingresos anuales por tocar este instrumento alcanzan varias decenas de millones de dólares. El violín que sostenía en sus manos está cotizado en tres millones y medio de dólares. Unos días antes del “concierto” que dio en la estación del metro, se concentró gran cantidad de público en una de las salas más prestigiosas de la ciudad para escuchar a Bell. Durante el concierto, el público se puso varias veces de pie para aplaudirle largamente.

La actitud hacia Bell en la estación del metro fue totalmente diferente. Durante la hora en que Bell tocó en el metro, arrojaron en el estuche del violín 32 dólares y varios centavos. Nadie lo alentó, a pesar de que las obras ejecutadas eran las más complejas para violín.

El espectáculo de Joshua Bell en el metro, fue parte de un experimento encabezado por uno de los redactores del “Washington Post”, para demostrar hasta qué punto influye la opinión pública en nuestra actitud referente al arte prestigioso. La respuesta es clara: la influencia de la opinión pública es decisiva. La presentación de Bell en la estación del metro, es un magnífico ejemplo para el tema que tocaremos en esta parte de la lección: la influencia del entorno sobre la persona, en relación al libre albedrío.

En la parte anterior de la lección, aprendimos que la persona es el resultado de los atributos con los que nació y del entorno en el que creció y se educó. También aprendimos, que el deseo de recibir es semejante a un programa interno, que dirige a la persona de acuerdo a un cálculo simple: máximo placer con mínimo esfuerzo.

Uno no puede elegir sus atributos; no puede elegir el entorno en el que nació; por supuesto que no puede elegir ser manejado por el deseo de recibir, el cual siempre preferirá el máximo de placer con el mínimo esfuerzo. No podemos elegir nada de eso, pero al menos, podemos decidir qué es placentero para nosotros, qué es bueno y qué es malo. ¿Es ese nuestro libre albedrío?

Para recibir una respuesta, recordaremos nuevamente cómo se desarrolla un niño. Los padres lo ponen sobre el vientre para que desarrolle el tono muscular. Luego le colocan enfrente distintos juguetes para inducirlo a gatear. Cuando se para, ellos aplauden con entusiasmo para animarlo. Los padres, todo el tiempo utilizan diferentes medios para desarrollar al niño. Sin ellos, y sin los estímulos ambientales, el niño no desarrollaría su potencial.

Los padres son quienes deciden por el niño qué es bueno y qué es malo para él. Ciertamente, el niño se esfuerza por sí mismo para gatear y él solo aprende a pararse, pero sin la intervención del entorno, sin su aliento y apoyo, no se desarrollaría adecuadamente.

¿Y cómo se desarrolla un adulto? ¿Cómo determina los valores del bien y el mal? Exactamente de la misma manera, por medio del entorno. Si el entorno considera que algo es bueno, nosotros también lo consideraremos bueno. Y si el entorno no aprecia algo como bueno (aunque sea realmente el mismo objeto) tampoco lo haremos nosotros. Una prueba decisiva de esto, (una de muchas) es la actitud de la mayoría en la estación de metro, respecto a los acordes del violín de Joshua Bell.

Baal HaSulam explica, que la sociedad humana (Artículo «La Libertad») es para el individuo como la tierra para la semilla de trigo. Así como la semilla contiene en su interior todas las cualidades posibles del vegetal, y la tierra que la nutre es la que determina cómo crecerá, así, la carga genética del individuo contiene todos los atributos e inclinaciones de la persona, y la sociedad, o más precisamente, la escala de valores de la sociedad, es quien determina cómo desarrollará sus atributos. Por ejemplo, un individuo con tendencia a pintar, que nace en una sociedad que no aprecia a los pintores, probablemente no será pintor. La persona desarrolla sus inclinaciones de acuerdo a los valores del bien y el mal en la sociedad.

Siendo así, uno tampoco tiene elección en la determinación de los valores del bien y el mal. El entorno humano en el que vive el individuo es el que determina los valores del bien y del mal (ver Gráfico Nº 2). Baal HaSulam describe esto muy bien en el artículo “La Libertad”:

“Yo me siento, me visto, camino, como, todo eso – no porque quiero sentarme así, y quiero vestirme de ese modo, o hablar o comer así, sino porque los demás quieren que me siente o me vista o hable o coma de ese modo. Todo esto lo hago de acuerdo al deseo y gusto de la sociedad – y no por mi libre albedrío. Es más, todo esto lo hago en contra de mi voluntad, porque me resulta más cómodo comportarme con simpleza, sin ninguna carga, pero estoy oprimido en todos mis movimientos y encadenado con grilletes de hierro, a los gustos y modales de los demás, que son la sociedad”.

Nuevas investigaciones revelan que la influencia de la sociedad sobre la persona es mucho mayor de lo que suponemos. En el libro “Conectados”, los profesores Nicholas Christakis y James Fowler, investigadores expertos de las universidades de Harvard y California, describen que existe un sistema de comunicación íntimo y extenso entre todas las personas del mundo. Sistema que nos obliga, sin nuestro conocimiento, a comportarnos, pensar y actuar de una manera determinada.

Ambos científicos, investigaron, entre otras cosas, fenómenos relacionados con la salud y el comportamiento en las redes de comunicaciones sociales, y descubrieron, que la probabilidad de que una persona gane peso es mayor, si su amigo cercano lo hace. Los investigadores hallaron, que la decisión de comenzar a fumar que tomó el amigo de un amigo de un amigo, es decir una persona absolutamente desconocida, aumenta por encima de un diez por ciento la posibilidad de que comencemos a fumar. Otra prueba, demostró que también la felicidad es contagiosa: cuando una persona se halla entre personas felices – sube su nivel de felicidad.

De allí, los investigadores continuaron examinando redes mayores, compuestas por millones de personas, y llegaron a una conclusión tomada del mundo animal: la humanidad, como red social, se comporta como un súper-organismo, como una criatura que crece y se desarrolla, en donde diversos y distintos contenidos fluyen en su interior e influyen sobre todos los miembros de la red. Parece ser que nuestro entorno tiene una influencia decisiva sobre nuestra evolución y nuestra toma de decisiones.

Conclusión: Pareciera, que en nuestro mundo la persona no tiene elección. No elegimos los atributos con los que nacemos; ni el entorno en el que nacemos y nos educamos; no elegimos el deseo de recibir, que nos dirige interna- mente de acuerdo al cálculo de máximo placer con el mínimo esfuerzo (ver Gráfico Nº 2). Y si eso no fuera suficiente, tampoco elegimos los valores de lo bueno y lo malo. El entorno lo hace por nosotros.

Ponte a prueba:
  • ¿Con qué compara Baal HaSulam la influencia del entorno sobre la per- sona, y por qué?

Ironía del Destino

Antes de explicar en detalle en dónde sí hallamos el libre albedrío, aclararemos otro tema importante, concerniente a la libertad de elección en nuestro mundo – la cuestión del destino.

La sensación de que todos los acontecimientos en nuestras vidas son predeterminados, acompaña a la humanidad probablemente desde los albores de la historia. La cuestión del destino, ocupó a filósofos, pensadores y religiosos, a la ciencia y la cultura en todas las generaciones, y mucho se escribió sobre ello. Hay quienes argumentaron que el destino de cada persona está predeterminado y no puede cambiarse, y hay quienes infirieron, que le fue dada a la persona la posibilidad de determinar su destino, al menos en algunos puntos de elección.

¿Qué opina al respecto la sabiduría de la Cabalá? En grandes rasgos, siete palabras (Talmud Bavlí, Pirkey Avot, 3): “Todo está predeterminado y el permiso concedido”. Es cierto que para la mayoría de nosotros, esta expresión de Rabí Akiva enfatiza la contradicción entre la predestinación y el libre albedrío, pero según lo explica la sabiduría de la Cabalá, las palabras de Rabí Akiva, colosal cabalista por sí mismo, describen exactamente la combinación correcta entre ellos. Para comprender sobre qué estamos hablando, primero explicaremos cuál es el significado cabalístico de las palabras “Todo está predestinado” y luego, aclararemos cuál es el propósito de Rabí Akiva al decir “el permiso concedido”.

Según la sabiduría de la Cabalá, la creación completa, y en ella se incluye también nuestro mundo, está incluida en un solo pensamiento que generó la creación– el plan de beneficiar a sus creados. Cada criatura, pensamiento o acontecimiento, que sucedió, sucede o sucederá en nuestro mundo o en los mundos espirituales – todos, se desprenden y provienen del Plan de la Creación, como parte de la realización del programa.

Cada etapa del desprendimiento del deseo, desde el Plan de la Creación hasta nuestro mundo, es conocida de antemano. Todas las etapas de la evolución del deseo en nuestro mundo a lo largo de miles de millones de años, están predeterminadas, como así también, todas las etapas del ascenso de abajo hacia arriba, en la corrección de la intención hasta el final de la corrección. Es imposible omitir alguna de ellas. Es evidente, que también la meta final está predeterminada y no existe otra meta (Ver Gráfico Nº 3).

El Creador, a diferencia de nosotros, no necesita de tiempo para implementar Sus planes. Por lo tanto, por extraño que parezca, cuando surge el Plan de la Creación para beneficiar a sus creados, este se hace realidad inmediatamente. Los cabalistas escriben, que de hecho, ya nos hallamos en el final de la corrección, y todo lo que debemos hacer es descubrirlo. Y no sólo existe el estado final, sino que también existen las etapas para su implementación ya ahora, sólo que debemos descubrirlas.

He aquí otra explicación al fenómeno desde un punto de vista diferente: nosotros estamos acostumbrados a captar nuestro mundo según un orden cronológico. Por ejemplo, ahora surge en mí el deseo de cruzar hacia el otro lado de la habitación, pronto cruzaré la habitación y entonces, estaré parado del otro lado. La perspectiva de la sabiduría de la Cabalá es completamente diferente. De acuerdo a esta sabiduría, la situación de encontrarme al otro lado de la habitación ya existe y ella despierta en mí el deseo de cruzar la habitación y estar del otro lado.

Otro ejemplo: estamos acostumbrados a pensar que nuestro padre y madre se conocieron, se casaron, decidieron traer un niño al mundo y aquí estamos ahora. Según la sabiduría de la Cabalá, la situación en la que nos hallamos en el mundo, como hijos de nuestros padres, ya existe, y el hecho de que eso debe realizarse, es lo que motivó que nuestro padre y madre se encontraran, se casaran y nos trajeran al mundo.

Todos los estados evolutivos, desde el Plan de la Creación hasta el final de la corrección, están predeterminados. A nosotros nos parece que causamos que algo suceda. En realidad, un programa evolutivo, conocido de antemano, es el causante de la revelación de las diferentes situaciones, una tras otra.

El total de nuestros estados de desarrollo, ordenados y revelados unos tras otros, de acuerdo a un programa predeterminado, se llaman en la sabiduría de la Cabalá “Reshimot” (reminiscencias). En otras palabras, las Reshimot, son datos informativos en los cuales se define el programa evolutivo personal de cada uno de nosotros. Cada “Reshimó” define un estado evolutivo determinado que debemos pasar. En todo momento se despierta en nosotros un nuevo Reshimó, que produce una nueva sensación. Toda nuestra vida, toda la realidad, son Reshimot que vienen a nosotros y se implementan, de acuerdo al Plan de la Creación.

Conclusión: Todos los acontecimientos en la realidad están predeterminados, como etapas de un programa que debe realizarse. En realidad, ellos ya existen, nosotros sólo debemos descubrirlos. Todo lo que aconteció en nuestras vidas, y en la vida de cada persona, cada pensamiento, cada deseo que se despierta en nosotros o en cualquier otro creado, todos, son sabidos de antemano y serán implementados necesariamente como parte del programa de realización de las Reshimot. Como dijo Rabí Akiva: “Todo está predeterminado”.

Siendo así, ¿qué significa “el permiso concedido”? La respuesta es simple: todas las etapas de nuestra evolución, hasta el final de la corrección, están predeterminadas. Lo que no se sabe es de qué modo las atravesaremos, si lo cumplimos lentamente y con sufrimiento o aceleradamente y con alegría. Ese es el permiso que nos fue dado. En este punto se encuentra nuestro libre albedrío.

¿Cómo, exactamente, aceleramos la evolución y la convertimos de una travesía en andas a una aventura gozosa? Esto lo trataremos en la próxima lección.

Ponte a prueba:
  • Según la sabiduría de la Cabalá, ¿qué está predeterminado y qué se nos ha concedido?

Resumen de la lección

Puntos principales

  • Nuestros atributos innatos, el entorno en el que nacimos y nos educamos, y el deseo de recibir, que siempre preferirá el máximo de placer con el mínimo de esfuerzo, influyen en cada decisión que tomamos, sin ser conscientes de
  • La escala de valores de la sociedad, influye sobre la persona, inconscientemente, en la determinación de su escala de valores personal, y por lo tanto, también influye en la toma de
  • Cada etapa evolutiva del deseo de recibir está Cada pensamiento, deseo o suceso que ocurre en este mundo, están escritos en el programa de evolución del deseo de recibir, y se revelan de acuerdo al programa de evolución predestinado en un orden dispuesto de antemano. El permiso que se nos ha dado, es de elegir cómo se revelarán los estados de nuestra evolución en el ascenso desde nuestro mundo hasta el mundo espiritual: con sufrimiento y lentitud o con alegría y rapidez.
  • El total de nuestros estados evolutivos ordenados que se revelan uno tras otro según un programa predeterminado, en la sabiduría de la Cabalá se llaman “Reshimot ”(reminiscencias o registros).

Términos

Reshimot – Datos informativos en los cuales se define el programa de desarrollo personal de cada uno de nosotros. Cada “Reshimó” delimita un estado evolutivo determinado que debemos atravesar.

Preguntas  y respuestas

Pregunta: Indique tres factores que influyen en nuestra toma de decisiones sin que seamos conscientes.

Respuesta: a) Nuestros atributos innatos; b) El entorno; c) El cálculo del deseo de recibir: máximo placer con el mínimo esfuerzo.

Pregunta: ¿Con qué compara Baal HaSulam la influencia del entorno sobre la persona, y por qué?

Respuesta: Baal HaSulam compara la influencia del entorno sobre la persona con el efecto de la calidad de la tierra sobre el crecimiento del vegetal. Así como la calidad de la tierra determina cómo se desarrolla el vegetal, así también, la escala de valores de la sociedad determina cómo la persona desarrollará los atributos innatos y realizará sus deseos.

Pregunta: Según la sabiduría de la Cabalá, ¿qué está predeterminado y qué nos fue dado?

Respuesta: Todas las etapas de la evolución del deseo de recibir están predeterminadas, en su desprendimiento de arriba hacia abajo, en su evolución en nuestro mundo, y en su ascenso de abajo hacia arriba hasta el final de la corrección. Se nos ha dado la elección del modo de desarrollarnos en el ascenso de abajo hacia arriba: con sufrimiento y lentitud o con alegría y rapidez.

Lección No. 4 Unidad 2 – Elección del  Entorno

Es esta lección estudiaremos sobre: los factores que forman nuestra evolución

/ La importancia del entorno en la evolución espiritual de la persona / Cómo elegimos el entorno adecuado para el desarrollo espiritual / Qué significa “libertad del Ángel de la muerte”

Cuatro Factores

Después de aprender que el libre albedrío se encuentra en la forma en que participamos en el proceso de nuestra evolución – con sufrimiento y lentitud o con alegría y rapidez – llegó el momento de precisar aún más la descripción del punto de elección, y explicar cómo aceleramos la evolución de hecho y la convertimos en una aventura.

Para describir con mayor precisión dónde se halla el punto del libre albedrío, nos detendremos en principio sobre cuatro factores que rigen la evolución de todas las criaturas, según los describe Baal HaSulam en el artículo “La Libertad”. El modelo de desarrollo presentado arriba, es válido para todas las formas de existencia en la realidad: inanimada, vegetal, animal y humana. Familiarizarnos con estos cuatro factores, nos facilitará comprender en qué exactamente tenemos libre albedrío.

Primer factor – Plataforma.   En  nuestro  mundo  no  existe  nada que haya sido creado de la nada. Nuestro mundo es el mundo de los resultados (mientras que el mundo espiritual, es el mundo de las causas), y por esta razón, cada cosa en nuestro mundo se forma a partir de otra. El hielo se forma a partir de moléculas de agua, el vegetal a partir de la semilla y nosotros,

La formación de una cosa a partir de otra es, en realidad, el proceso en el cual una sustancia se despoja de su forma anterior y recibe una nueva forma. Así por ejemplo, las moléculas de agua (la esencia) se convierten de líquido (agua) a sólido (hielo). La esencia que pierde su forma anterior y se reviste de una nueva forma, es semejante a una unidad de información, que contiene en su interior toda la información de las futuras etapas de evolución del ser creado, que se desarrolla a partir de ella hasta su estado final. Por ejemplo, la semilla del tomate, contiene en su interior toda la información sobre la planta y el fruto que se desarrollarán a partir de ella. Este fundamento, que se encuentra en la base de todo proceso de desarrollo, y lo define, se denomina “plataforma”

Nuestra plataforma como seres humanos, es la carga genética que recibimos de nuestros padres, abuelos y bisabuelos. El “paquete”, que adquirimos como regalo de nuestros padres, define no sólo nuestra forma exterior, sino también la estructura de nuestra personalidad. Todas las ideas, pensamientos, opiniones y conocimientos que recibieron nuestros padres, pierden sus formas anteriores, y aparecen en nosotros como potencial que espera su realización, como tendencias interiores que con el tiempo, se convertirán, también ellas, en la percepción de nuestra vida.

Segundo factor – Atributos invariables. Cada plataforma, es, en realidad, un compendio de atributos determinados, destinados a salir a la práctica. Parte de estos atributos son imposibles de cambiar; su programa de evolución, está predeterminado, y define precisamente la forma que adquirirán en el futuro. Por ejemplo, la semilla de trigo, crecerá y se convertirá inevitablemente en trigo, jamás en avena. Y el feto de una jirafa, se convertirá en jirafa y no en león.

Así como lo inanimado, vegetal y animado, también las inclinaciones interiores que recibimos como herencia de nuestros padres se desarrollarán necesariamente en una percepción de vida compatible, y no en dirección diferente. Por ejemplo, una persona que nace con tendencia a escribir música, no evolucionará, en virtud de esta tendencia, a ser político. Puede ser, que cuando crezca sea finalmente músico, o puede ser que no, puede ser un músico exitoso, o tal vez no, pero una cosa es clara, su vocación por la música no lo empujará a la carrera política. El desarrollo de un atributo determinado en nuestra forma de vida, depende principalmente del entorno en que la persona crece y evoluciona. Similar a una semilla de trigo que fue plantada en la tierra: es claro que de ella sólo crecerá trigo, pero la calidad y cantidad del trigo, depende necesariamente del entorno en que se desarrolla, es decir, de la calidad del suelo. Lo mismo sucede con el hombre. Las tendencias con las que nacemos, se desarrollarán en una sola dirección. Una inclinación al conformismo, por ejemplo, desarrollará en el individuo una percepción de vida moderada y tolerante, pero su desarrollo, depende directamente del entorno en el que crecemos y nos educamos. Y esta dependencia, nos conduce directamente al tercer factor.

Tercer factor – Atributos variables. Así como en toda plataforma existen atributos cuyo programa evolutivo está determinado de antemano y no es posible modificar, así en toda plataforma existen también atributos cuyo programa evolutivo no está predeterminado, y pueden cambiar en el transcurso de su evolución, como consecuencia de la influencia del entorno sobre ellos. Por ejemplo, la altura o calidad del trigo que crece a partir de la semilla, puede variar de acuerdo al entorno en el que crece la planta, es decir, según la calidad del suelo, la cantidad de agua, la luz del sol, etc.

Como hemos dicho, también las inclinaciones internas que recibimos como herencia de nuestros padres, pueden desarrollarse de diferentes formas o no desarrollarse en absoluto, como resultado de la influencia del medio sobre ellas. Por ejemplo, si una persona determinada nace con tendencia a la avaricia, el entorno en el que crece, puede desarrollar en ella diferentes tipos de avaricia y modelarla como una persona más o menos avara.

Pero uno es más capaz que eso. A diferencia de cualquier otra criatura, el hombre puede también erradicar completamente una inclinación determinada. Por ejemplo, esta persona que nació con tendencia a la avaricia, puede erradicarla, con la condición de que la sociedad en la que crece le proporcione suficiente seguridad para su existencia, y no aprecie la avaricia como característica positiva.

Cuarto Factor – Factores externos. Otro factor que determina el desarrollo y las etapas evolutivas de cada ser, es la influencia de factores externos en el desarrollo de la plataforma. Cada plataforma se desarrolla en un entorno determinado que influye directamente en su desarrollo. Así aprendimos al enumerar los factores anteriores. Pero el entorno inmediato de la plataforma en desarrollo, se encuentra también dentro de un entorno más amplio que influye sobre él, y como consecuencia, también en el desarrollo de la plataforma misma. Así por ejemplo, el cambio climático como resultado del calentamiento global, puede dañar el desarrollo correcto de la semilla de trigo.

También nosotros, los seres humanos, estamos expuestos desde luego a la influencia de nuestro entorno inmediato, que a su vez, también está expuesto a un entorno más amplio, que influye de modo indirecto en nuestro desarrollo. Por ejemplo, la situación económica mundial o las diferentes modalidades de costumbre en el público, pueden influir sobre el desarrollo de las tendencias que recibimos como herencia de nuestros padres. La inclinación a la avaricia, que trajimos como ejemplo, puede pronunciarse en tiempos de crisis económica.

Estos son los cuatro factores que determinan el desarrollo y las etapas evolutivas de cada ser. Con respecto al primer factor, la plataforma, no tenemos elección alguna. Nuestra plataforma está grabada en nosotros aún antes de nacer, y nadie nos pregunta si estamos de acuerdo. En los otros tres factores, que se resumen todos en la elección del entorno adecuado para el desarrollo, tenemos libre albedrío. Podemos elegir el entorno apropiado para nuestro desarrollo, y convertirlo en una aventura apasionante en lugar de un camino de sufrimientos.

¿Cómo elegimos exactamente el entorno, y en qué condiciones? Sobre eso tratan las siguientes partes de la Unidad.

Ponte a prueba
  • Detallar los cuatro factores que moldean el desarrollo de cada

El Camino Hacia el Placer

Ocurrió en horas tempranas de la noche, cuando la oscuridad comenzaba a descender sobre la costa oriental de Estados Unidos. Esos fueron los años dorados de la radio – fin de los años ’30 del Siglo XX. Las voces que se escuchaban esa tarde de las emisiones de la estación de radio de la CBS, sonaban al principio como otro soñoliento noticiero, transmitido según las reglas de ceremonia, con una voz un poco más dramática de lo necesario. Aparentemente, esa noche era como todas las demás, pero a medida que el locutor continuaba con su informe, el miedo y la alarma se propagaban por todo Estados Unidos, y una noche aparentemente cándida, se convertía en uno de los acontecimientos más importantes de la historia del pueblo americano.

¿Qué sucedió esa noche? La estación de radio CBS emitía el montaje de una serie radial sobre una invasión particularmente violenta de extraterrestres provenientes de Marte. El radioteatro, fue transmitido como una serie de flashes  informativos, que se escuchaban tan creíbles, que la audiencia se convenció de su autenticidad. El resultado fue el de una alarma masiva. Muchos ciudadanos fueron presa del terror por los inesperados invasores y comenzaron a huir de sus hogares. Las mujeres se desmayaban al oír las noticias. En muchas ciudades, los residentes salían a las calles pidiendo ayuda desesperadamente. En Nueva York, corría el rumor de que los extraterrestres están por atacar la ciudad con gases, y toda la ciudad estaba atacada de pánico. No pasó una hora, y la historia se propagó como un reguero de pólvora por todo el continente. Aun cuando la radio anunció (de acuerdo al guión escrito de antemano) que los extraterrestres habían sido exterminados por gérmenes, no se calmó la conmoción. Sólo después de varias horas, al aclararse que las noticias eran ficticias, la vida volvió gradualmente a la normalidad.

Las noticias fraguadas, transmitidas por Orson Welles como parte de una obra radiofónica basada en “La Guerra de los Mundos”, es presentada hasta hoy como ejemplo del poder de los medios de comunicación masiva y la contagiosa influencia del entorno sobre la persona. Si el medio en el que vivimos difunde pánico, sin alternativa alguna, también nosotros seremos víctimas del pánico. Y por el contrario, si el entorno creara un ambiente de alegría, estaríamos “sentenciados” a estar alegres.

Hemos ampliado mucho en esta parte de la unidad de estudio sobre el poder del entorno, , sobre la manera en que el entorno influye de modo decisivo en el desarrollo espiritual del humano. En realidad, nuestro libre albedrío se halla en la elección del entorno. Sólo por medio de él podremos cambiar el proceso evolutivo en el que nos encontramos, de un largo camino de sufrimientos a otro desafiante y placentero. Todo lo demás está predestinado, y no hay lugar para el libre albedrío. Así estudiamos en las clases anteriores. Mientras no se despierte en el individuo el punto en el corazón, este será manejado hasta el nivel del átomo por el deseo de recibir, y no es consciente de ello; persigue placeres que el entorno define como valiosos. Sólo después que se despierta en él, el punto en el corazón, este comienza a desarrollar en su interior el deseo de conectarse con el Creador, se le abre una brecha para comenzar a trabajar en la implementación del libre albedrío. Con el despertar del punto en el corazón, se le revela un espacio vacío que no tiene la capacidad de llenar. Todos los placeres que el deseo de recibir ha perseguido hasta el momento, ya no le son suficientes. Busca algo más allá de eso. ¿Qué precisamente? Todavía no le es claro. Aunque la sensación de vacío que se le revela con el punto en el corazón no es agradable, pero precisamente, esta sensación infunde la posibilidad de implementar por primera vez el libre albedrío, liberarse del dominio del deseo de recibir.

El punto en el corazón borra todos los valores previos que la sociedad inculcó al individuo. Todo lo que en su entorno se estimaba como bueno, no es suficientemente bueno para él. En cierta forma, él se asemeja a un niño que acaba de nacer, “una hoja en blanco” preparada para absorber en su interior nuevos valores de su entorno. Solo que ahora, por primera vez en su vida, en contra de todo lo que ocurrió anteriormente, se abre ante él la posibilidad de determinar por sí mismo los nuevos valores conforme a los cuales se desempeñará. La única posibilidad de hacerlo, es eligiendo un entorno en donde el logro espiritual sea su valor supremo. De aquí se comprende por qué nuestro libre albedrío es la elección de un entorno.

En una sociedad que determina que recepción = placer, y otorgamiento = dolor, no tenemos dominio sobre nuestra vida, porque es exactamente lo que nos dice el deseo de recibir. No existe quien pueda contrariar esas determinaciones. En una sociedad como ésa, que se halla en una carrera sin fin tras los placeres físicos, reemplazan placer por placer y corren inconscientemente detrás de cada placer que determine la sociedad.

Cuando la sociedad dice que otorgamiento = placer, se crea una controversia entre el deseo de recibir, que se opone a esa determinación, y los valores de la sociedad. Es una buena controversia, porque ahora, la persona tiene dos opciones. Aquel que estaba sometido como un esclavo a su deseo de recibir, ahora está frente a una posibilidad adicional: preferir el otorgamiento a la recepción. Ese conflicto, crea el lugar de nuestra independencia, el lugar del libre albedrío. En ese espacio, cada uno es libre de expresar dentro de sí, su deseo de otorgar.

Imaginen que reciben un auto nuevo. Suben a la carretera y comienzan a viajar. En la ruta, hay señales que orientan hacia el “placer” o el “vacío”, de manera natural, eligen solamente los caminos que conducen al “placer”. Para ustedes, es inconcebible visitar el “vacío”. También, todos los demás automóviles, eligen visitar el “placer”. Ninguno se dirige hacia el “vacío”.

Después de haber estado años viajando tras las señales del “placer”, llegan a la conclusión, de que no existe hay en esos lares un verdadero placer. Ustedes buscan una solución. Pero como todos los vehículos de la carretera continúan eligiendo el camino del “placer”, y al no ver otro camino hacia dónde dirigirse, deben elegir igual que ellos. Ustedes se hallan en un punto muerto. En “placer” no hay verdaderamente placer, y no tienen la posibilidad de viajar a “vacío”.

La única manera de irrumpir en ese punto muerto es cambiando el entorno. Si pudieras encontrar un entorno en donde otros conductores se dirijan a “vacío” y les explicasen que las señales que apuntan hacia “vacío” son una ilusión, y de hecho, se dirigen hacia un lugar maravilloso, nuevo y especial, que no hay otro igual, un lugar de placer infinito, entonces, también ustedes tendrían la opción de llegar allí.

Ponte a prueba:
  • ¿A partir de qué momento se abre ante la persona la opción del libre albedrío? Expliquen por qué.

Porque Estamos en un  Entorno

La parábola que selló la parte anterior de la lección, ilustra muy bien la situación en la que nos hallamos con el despertar del punto en el corazón, pero en todo lo atinente a la elección del entorno, puede crear confusiones. La parábola indica que la persona debe cambiar el entorno en el que se halla y elegir uno nuevo. La verdad es – y en este caso es muy importante destacarlo que no tenemos que cambiar nada.

Para elegir un entorno correcto, no debemos trasladar nuestra casa a un nuevo lugar, o desconectarnos de ninguna manera del medio cercano a nosotros. Nuestro trabajo está en construir paralelamente al entorno en el que vivimos, uno adicional, cuyo valor más importante sea la espiritualidad. Tal como un trozo de hierro es atraído hacia el imán, así la persona que se despierta en ella el punto en el corazón, es atraída hacia el entorno de otras personas que también desean la espiritualidad, hacia los libros correctos y hacia el maestro, que le guiará en la manera de estudiar. Esta persona aun no eligió ese entorno y seguramente, no se ocupa de su construcción; fue encaminada hacia él sin que se lo preguntaran. Solo que ahora, después de llegar al lugar donde puede desarrollarse, se le otorga la posibilidad de construir su entorno espiritual y hacerlo crecer, dentro de su libre albedrío.

El trabajo de construir un entorno espiritual se divide en dos niveles:

  1. La construcción de un entorno interno.
  2. La construcción de un entorno externo.

Como en cualquier otro terreno del estudio de la sabiduría de la Cabalá, el trabajo interior es más importante que el trabajo exterior, pero el exterior es necesario para tener éxito en el interior. En primer lugar, describiremos el trabajo que debemos hacer en la construcción del entorno interno, y a continuación, describiremos el trabajo externo.

Conforme a la sabiduría de la Cabalá, cada persona es, en su esencia, deseo de recibir, y el grupo social en el que nos encontramos no es ni más ni menos que una recopilación de deseos. Nuestro objetivo, al construir el entorno espiritual, es acrecentar nuestro deseo por la espiritualidad. En la medida que nuestro deseo por la espiritualidad sea mayor, podremos elevar la importancia por lo espiritual en relación a lo material. El tema es, que cada uno de nosotros comienza su viaje espiritual con el punto en el corazón, que como su nombre lo dice, es un punto pequeño, un pequeño deseo. Para agrandarlo y construir en nuestro interior el anhelo y la importancia por la espiritualidad, debemos adquirir los deseos de los demás; construir en nuestro interior un entorno espiritual, que prefiera lo espiritual a lo material.

Es un trabajo sutil, que exige mucha atención. Debemos localizar al deseo interno que guía a nuestros amigos hacia el camino espiritual e impresionarse justamente de él, elevar la importancia de ese deseo por encima de la imagen externa que es captada por nuestros cinco sentidos. Ese trabajo se realiza totalmente en nuestro interior. Para implementarlo, no se nos exige ninguna acción externa, sino mucha sensibilidad, que se va adquiriendo con el estudio de la sabiduría de la Cabalá.

En resumen: debemos acumular en nuestro interior un gran deseo por la espiritualidad, y lo vamos construyendo al conectarnos con los deseos de los amigos en el camino espiritual. De esa manera, erigimos el entorno espiritual en nuestro interior, y elegimos el entorno correcto.

Y existe también un trabajo en la elección del entorno exterior. El aumento del deseo por la espiritualidad lo podemos adquirir también con el estudio ordenado de la sabiduría de la Cabalá, en cada uno de los marcos de estudio de “Cabalá Laam”, con la lectura de los libros de Cabalá, mirando el canal de televisión “Cabalá Laam”, en la página web. Tanto los libros, como la televisión y la página web, son partes de nuestro entorno espiritual. Y en las horas libres, tenemos la posibilidad de optar por ellos.

Sobre la importancia de la elección del entorno, escribe Baal HaSulam (artículo “La libertad”) con sus palabras precisas: “Quien se esfuerza durante su vida, y elige cada vez un entorno mejor – es digno de alabanza y recompensa… no por sus buenos pensamientos ni acciones, que surgen inevitablemente, sin elegirlos, sino por su empeño en adquirir un buen entorno para esos pensamientos y prácticas. Y esto es lo que dijo Rabí Yeoshua ben Perahia: Hazte de un maestro y cómprate un amigo”. Otro de los caminos para la construcción de un entorno espiritual es la participación en la diseminación de la sabiduría de la Cabalá. Está escrito: “en la multitud del pueblo resplandece el Rey”(Proverbios 11:28). Cuánto más cuantioso sea nuestro entorno espiritual, más aumentará su influencia sobre nosotros, y paralelamente, aumentará nuestra importancia por la espiritualidad. La participación en la diseminación de la sabiduría de la Cabalá como medio para el avance espiritual, es exclusiva para nuestra generación, por primera vez en la historia, la humanidad entera tiene que comenzar a elevarse hacia la espiritualidad.

Sobre la importancia de la diseminación de la sabiduría de la Cabalá para el desarrollo espiritual, ampliaremos en las próximas lecciones.

Ponte a prueba:
  • Describe brevemente el trabajo en la elección del entorno, tanto interno como

Sobre la Vida y la Muerte

Al final de la lección, algunas palabras sobre nuestro famoso amigo, cuya cabeza es un cráneo con hendiduras de ojos, sus manos sostienen una guadaña y lleva un turbante en su cabeza – Resulta que él también está relacionado con el libre albedrío.

Para evitar malentendidos innecesarios, comenzaremos inmediatamente por el final: “el Ángel de la muerte” conforme a la sabiduría de la Cabalá, es, ni más ni menos, que “el deseo de recibir”. El famoso personaje que viene a quitarnos nuestra vida vestido con una larga túnica, puede tener cabida, tal vez, en películas de terror, pero no la tiene en la sabiduría de la Cabalá.

“Ángel”, de acuerdo a la sabiduría de la Cabalá, es una fuerza que con su ayuda el Creador dirige la Creación. “Vida”, de acuerdo a la sabiduría de la Cabalá, es la sensación de la espiritualidad, y la “muerte”, que nos aparta de la sensación de la vida verdadera, es, como se ha dicho, el deseo de recibir, o con mayor exactitud, la intención con el fin de recibir.

¿Qué relación hay entre la intención con el fin de recibir (el ángel de la muerte) y el libre albedrío? La relación es simple: nuestra verdadera libertad de elección se encuentra en la salida a la libertad del control de la intención con el fin de recibir. En otras palabras, nuestra verdadera libertad es la liberación de manos del ángel de la muerte. Siempre que estemos bajo el dominio de la intención con el fin de recibir, ella nos manejará desde nuestro interior, sin preguntarnos, como una mano dentro de un guante, y no tendremos libre albedrío. Sólo corrigiendo la intención con el fin de recibir nos hacemos capaces de elegir.

La corrección de la intención con el fin de recibir y la adquisición de la intención con el fin de otorgar, dependen directamente de la elección del entorno, es decir, del entorno espiritual que debemos construir. Con esto se comprende por qué nuestro libre albedrío está en la elección del entorno. En realidad, durante el estudio de la sabiduría de la Cabalá, descubriremos que la elección del entorno no sólo es una condición para adquirir la espiritualidad, sino que ese es el propio trabajo espiritual; que en la elección del entorno se halla nuestro libre albedrío.

Las palabras “libertad de manos del ángel de la muerte”, sería correcto interpretarlas también de manera literal, como la ascensión por encima de la existencia temporaria y sin valor en nuestro mundo, al nivel de la existencia eterna. ¿A qué se refiere esto? Baal HaSulam (Talmud Eser Sefirot, parte A, Introspección, fascículo 21.) escribe, que el método con el cual trabajamos con el deseo de recibir en nuestro mundo, con la intención con el fin de recibir para nosotros mismos, provoca que el placer que se recibe dentro del deseo, anule el deseo. El ejemplo más afortunado para representarlo, es la comida (placer), que anula el apetito (deseo). Pero también el placer conseguido luego de un gran trabajo, como por ejemplo, el placer de un auto nuevo o un trabajo respetable, se disipa después de cierto tiempo, porque el placer anula el deseo, y sin deseo no se siente placer.

Este modelo fijo del placer, que entra en el deseo y lo anula, conduce finalmente a una desesperación general en búsqueda del placer. Como resultado, el deseo de recibir se va apagando gradualmente y nosotros nos extinguimos con él, hasta que él muere y nosotros con él.

Como los niños, estamos llenos de curiosidad, cargados de una inagotable energía para descubrir este mundo. Cada cosa es nueva, todo es emocionante. Como adolescentes queremos devorarlo todo, escalar todas las cumbres, obtener todos los logros, cambiar al mundo. Pero a medida que la persona envejece, llena parte de sus deseos y se desespera por lograr otros. En el sentido espiritual, la persona envejece, es decir sus deseos se debilitan y desaparecen gradualmente, hasta que no le queda deseo ninguno. Así suena en las palabras de Baal HaSulam (artículo “La libertad”, Libertad del ángel de la muerte): “Quizás, cuando pase la mitad de sus años (de la persona), entonces, comenzarán los días de descenso de acuerdo a los días de la muerte, porque la persona no muere hasta que recibe la forma final de la vida, en un instante, pero su candela , es decir su “ego” se va apagando lentamente… porque comienza a renunciar a muchas pertenencias con las cuales ha soñado durante su juventud… hasta que en los días de su verdadera vejez, cuando la sombra de la muerte va flotando por encima, uno se encuentra en momentos en los que no tiene ningún deseo, porque su deseo de recibir, que es el “ego”, se apagó y se le fue.”

La liberación del dominio del ángel de la muerte, es decir, el trabajo con la intención con el fin de otorgar, en lugar de la intención con el fin de recibir, cambia el cuadro totalmente. En vez que el deseo se llene de placer por corto tiempo y el placer apague el deseo, el placer pasa a través del deseo con intención de otorgarlo al prójimo. Con este método de trabajo, podemos pasar a través de nosotros todos los placeres que existen en el mundo, y el deseo no se apagará nunca. Nosotros podemos recibir sin límite, y la corriente de Luz en nuestro interior nos eleva al estado de vida eterna.

La persona que corrigió su intención de recibir, y se encuentra en espiritualidad, ya no identifica su existencia con la existencia de su cuerpo físico. Uno continúa existiendo en el cuerpo físico, pero la espiritualidad que alcanzó significa para él un nivel mucho más alto de existencia, que no depende de su cuerpo físico, y con él se identifica. El individuo continúa viviendo en ese nivel aún después de la muerte física. El Rabino Baruj Ashlag solía decir, que la muerte es similar a cambiarse de camisa, tú te sacas la camisa usada (el cuerpo físico) y te pones una nueva (si tu alma necesita reencarnar nuevamente en este mundo, en un nuevo cuerpo).

Ponte a prueba:
  • ¿Qué significa liberarse del ángel de la muerte?

Resumen de la Lección

Puntos Principales

  • Cuatro factores son los que determinan el desarrollo de toda criatura: plataforma, factores invariables en la plataforma, factores variables en la plataforma y factores
  • Nuestro libre albedrío es la elección del entorno que influye de manera positiva sobre nuestro desarrollo (desarrollo de la plataforma).
  • La posibilidad del libre albedrío se abre ante la persona con la revelación del punto en el corazón. El nuevo deseo de espiritualidad, borra los valores que la sociedad imprimió en el individuo y le posibilita determinar por sí mismo, mediante el entorno, una gama de nuevos valores, donde el otorgamiento es más importante que la recepción.
  • Elección del entorno, significa acrecentar el deseo de espiritualidad impresionándose de los deseos de los demás por lo espiritual, así también establecer un marco de estudio permanente, la lectura de libros de Cabalá, y ver programas televisivos sobre el tema,
  • Nuestra verdadera libertad de elegir, se halla en librarse del dominio del deseo de Y esto depende directamente del entorno en el que elegimos estar.

Términos

Vida –Sensación de la Luz dentro del Kli (vasija).

Ángel – Fuerza mediante la cual el Creador dirige la Creación.

Ángel de la muerte – La intención con el fin de recibir que no nos permite sentir la espiritualidad – la verdadera vida.

 

Preguntas y Respuestas

Pregunta: Enumere los cuatro factores que determinan el desarrollo de toda criatura.

Respuesta: A) Plataforma – parte informativa que clasifica todas las etapas del desarrollo del creado; B) Atributos invariables- características en la plataforma que no están sujetas a cambios; C) Atributos variables – características en la plataforma que están sujetas a cambios; D) Factores extraños – influencia del entorno lejano sobre el desarrollo de la plataforma.

Pregunta: ¿En qué momento se abre a la persona la posibilidad del libre albedrío? Expliquen por qué.

Respuesta: La posibilidad del libre albedrío, se le abre a la persona con el despertar del punto en el corazón. El nuevo deseo por la espiritualidad, borra todos los valores que la sociedad marcó en el individuo y le posibilita determinar por sí mismo, mediante el entorno, una gama de nuevos valores donde el otorgamiento es más importante que la recepción.

Pregunta: Describe brevemente el trabajo de elegir un entorno en su sentido interno y externo.

Respuesta: La elección del entorno en su sentido interno, es la ampliación del deseo espiritual por la impresión recibida de los demás respecto al deseo de espiritualidad. La elección del entorno en sentido externo, es la determinación de un marco de estudio fijo, la lectura de libros de Cabalá y ver programas relevantes, etc.

Pregunta: ¿Qué significa “liberarse del ángel de la muerte”?

Respuesta: La liberación de la intención con el fin de recibir. La intención con el fin de recibir, es la que nos impide tener la sensación de la vida real, la vida espiritual, por lo tanto, se llama en la sabiduría de la Cabalá “ángel de la muerte”. La corrección de la intención de recepción a otorgamiento, nos libera por consiguiente del dominio del “ángel de la muerte” y nos da la sensación de la vida espiritual.

Secuencia Lógica

(Orden del Desarrollo del Curso)

Aprendimos que la sabiduría de la Cabalá es el método para la revelación del Creador a los creados en este mundo.

Aprendimos que para descubrir al Creador debemos cambiar la intención de “con el fin de recibir” a “con el fin de otorgar”.

Aprendimos que en los libros de Cabalá se oculta una fuerza espiritual es- pecial llamada “Luz que reforma”, que tiene el poder de cambiar nuestra intención, de con el fin de recibir a con el fin de otorgar.

Aprendimos que solo esclareciendo nuestra relación respecto al prójimo, podemos crear en nuestro interior una actitud verdadera hacia la Luz que reforma.

Estudiamos, que solo eligiendo el entorno correcto para el desarrollo espiritual, podemos aclarar exactamente nuestra relación con el prójimo.

 

En la próxima parte estudiaremos las raíces espirituales de la elección del entorno.

 

Del Amor a los amigos al Amor al Creador

Lección Nº 5 Unidad 1 – Bien y Mal en la Creación

En esta lección estudiaremos sobre: la sabiduría de la Cabalá como ciencia/ la cuestión del bien y el mal en la creación/ ley de recepción y ley de otorgamiento/ globalización y el deber de otorgar

¿Qué Hay de Nuevo en la Ciencia?

Una de las experiencias especiales en el estudio de la sabiduría de la Cabalá es el encuentro con sus puntos de vistas no convencionales. Esta sabiduría sabe sacar conejos de su sombrero, que te sorprenderán de nuevo cada vez. En cada tema que aborda, abre nuevas direcciones de pensamiento. Es como vivir dentro de una película de Hitchcock: muchos puntos de inflexión en la trama, solo que el miedo y la ansiedad, son reemplazados por alegría y sentido de renovación.

Tomen por ejemplo el tema de la Cabalá y la ciencia. Como “cadetes de Cabalá”, que terminaron ya la primera unidad de estudio en el curso, sus discernimientos durante el estudio serán ciertamente, que el enfoque cabalístico está más cerca de la ciencia que de la religión. Pero si preguntamos a una persona que no conoce esta sabiduría si la Cabalá es religión o ciencia, sin vacilar, optará por la primera opción, ¿Está en lo cierto?- ¡Está errado!

La sabiduría de la Cabalá es una ciencia. En la práctica, esta es la raíz de todas las ciencias. Baal HaSulam indica esto en varios de sus artículos. Como por ejemplo, en el artículo “HaShalóm” (La Paz), uno de sus escritos más importantes, describe a la Cabalá como “investigación científica con carácter experimental sobre el deber de servir al Creador”. Si bien el tema de la investigación (el deber de servir al Creador) no es popular, por decir lo menos, entre los científicos, el formato es extraordinariamente científico: investigación. Y si eso no fuera suficiente, la investigación no es una teoría filosófica, sino, como escribe Baal HaSulam, fue realizada con base experimental.

En la próxima lección tomaremos conocimiento de la investigación del deber del trabajo del Creador, como está descrita en el artículo “La Paz”. Veremos que el concepto “Trabajo del Creador” es una ley de la naturaleza en todo sentido, y el deber de cumplirla, no difiere al deber de cumplir cualquier otra ley. La Cabalá es una ciencia que investiga la parte oculta de la realidad. Mientras los científicos investigan al mundo que nos rodea mediante los cinco sentidos corporales y dispositivos que amplían la gama de sensibilidad, así los cabalistas investigan el mundo espiritual a través de un sentido adicional, espiritual, denominado “Masaj” (pantalla) o “Alma”. Ese sentido, es de hecho, el deseo de recibir con que su corrección lo transforma en deseo con intención con el fin de otorgar.

Sobre el carácter científico de la sabiduría de la Cabalá escribe el Rav Kook en su libro “Tesoros del Raiá(22): “Así como el hombre necesita acostumbrarse a la naturaleza física y sus fuerzas, de ese modo y más, debe y tiene que adaptarse a las leyes de la naturaleza espiritual, que son las que gobiernan toda la realidad y de la que forma parte”. Y en el capítulo “La Cabalá y su esencia”, escribe Baal HaSulam: “así como la revelación de la especie animal en este mundo y el orden de su existencia, es una sabiduría maravillosa, así, la revelación de la abundancia divina en el mundo, la existencia de los peldaños y sus formas de actuar, forman juntos una sabiduría maravillosa, increíble- mente más maravillosa que la sabiduría de la Física”.

La Cabalá, es entonces, la ciencia de la investigación de la realidad espiritual. Investigándola, descubrieron que una ley actúa en toda la realidad – la ley del otorgamiento y del amor. Esa ley interconecta todas las partes de la creación y las activa como un solo cuerpo, de modo que cualquier actividad de una de las partes del cuerpo general afecta al resto de las partes y al cuerpo entero. Y más que nada, las acciones humanas se proyectan sobre todas las partes, pues son las más desarrolladas de la creación.

De acuerdo a la Ley de otorgamiento, cada uno de nosotros está comprometido a actuar en relación a todos los demás con otorgamiento, es decir, preservar el equilibrio correcto entre nosotros y el resto de las partes de la creación, de modo que sus acciones no afecten al cuerpo general. Ese trabajo, que cada uno de nosotros debemos realizar(y mientras tanto no estamos haciendo, pues el deber de cumplirlo está oculto para nosotros) se denomina en la sabiduría de la Cabalá: “Trabajo del Creador”. Es también el trabajo, que en el artículo “La Paz”, Baal HaSulam demuestra que hay que dedicarse a él. De hecho, toda la sabiduría de la Cabalá es una investigación científica del deber de servir al Creador, que es el trabajo de otorgamiento hacia el prójimo.

El Bien, el Mal y la Creación

Si creemos en los fanáticos del fútbol, entonces, el Creador existe, pero solo los días en que su equipo gana; cuando pierde, Su existencia es cuestionable. Desde siempre, la humanidad ha buscado la fórmula de conexión entre la presencia de eventos “buenos” y “malos” y la existencia de la Fuerza Superior, o al menos, algún orden o justicia, que determine claramente cuán- do recibirán una recompensa y cuando un castigo. Por naturaleza, deseamos saber que existe un determinado orden y buscamos una respuesta clara a la pregunta: ¿por qué ocurren episodios “buenos” junto a episodios “malos”? Pero es difícil de encontrar tal orden.

La persona que observa la realidad con ojo crítico, descubre dos fenómenos contrapuestos. El primero apunta a que la naturaleza es buena y toda ella está dirigida en un orden perfecto e impresionante. Tomemos por ejemplo la maravilla de la creación de la vida. De una diminuta célula se forma un cuerpo que contiene billones de células, que componen cientos de sistemas sumamente sofisticados, y todos trabajan en perfecta armonía para la existencia del feto. Todo aquel que investigue los caminos del desarrollo del cuerpo, que comienza con una célula solitaria y termina en el nacimiento, seguramente se admirará de la disposición ejemplar en la que el cuerpo se desarrolla, de acuerdo a un plan claramente definido de antemano que prevé todas las necesidades del feto, y finalmente, pone al recién nacido en brazos de los amantes padres. Sin embargo, después que la “joya” crece y madura, es como que le botaran sin piedad a una guerra de supervivencia en un mundo desordenado e injusto. Pareciera que no existe ley alguna. Cada uno construye su éxito sobre la destrucción del otro, los malos gozan y la buena gente es pisoteada por ellos.

A lo largo de la historia, se dieron distintas explicaciones sobre la inaceptable diferencia que existe entre la buena providencia de la naturaleza durante las primeras etapas de desarrollo humano y la cruel batalla por la supervivencia, que se impone inmediatamente después de crecer. En cada generación, los seres humanos trataron de comprender ¿cómo puede ser que del Creador, que es todo bondad, sale el mal? Es decir, el Creador puede sacar de Sí mismo solo lo que hay en Él, y si es absolutamente Bueno, entonces, no existe en Él ningún mal.

Hay quien solucionaron el problema mediante la “división del trabajo” entre dos autoridades, un Creador es el responsable de lo bueno y otro Creador es el responsable de lo malo: “Dios” que crea el bien y lo sostiene, y el “diablo”, que crea el mal y lo sostiene. Están quienes perfeccionaron el método y designaron una fuerza superior para cada acción: una fuerza responsable de la riqueza, la segunda de la belleza, la tercera de los alimentos y otras fuerzas, de la muerte, la mentira, y así sucesivamente. El mejor ejemplo de ello es la mitología griega. Mientras que la familiaridad de la gente con el mundo circundante era limitada, se podía vivir pensando que existe un “dueño” único que administra todas las cuestiones. Pero a medida que la ciencia se fue desarrollando, y se fue aclarando que la creación funciona como un solo cuerpo, conforme al único programa que conecta a todas las partes juntas como una sola entidad – el argumento de que la creación es dirigida por más de una fuerza perdió su validez.

Se despertó la necesidad de una nueva explicación a la contradicción entre el bien y el mal, y esta no tardó en llegar. El reconocimiento de que la creación actúa como un solo cuerpo, llevó a la gente a deducir que esa fuerza única que dio origen a la creación, es ciertamente el bien absoluto, y con mucha sabiduría, e creó al mundo. Pero precisamente a causa de su grandeza, esta fuerza considera a nuestro mundo como algo falto de valor, y no tiene interés en manejar nuestros asuntos mezquinos. Por lo tanto, nos ha dejado en paz y cada uno hace lo que le viene en gana. De aquí proviene la causa de todos los males del mundo. Tales ideas se reflejan en las enseñanzas del filósofo alemán Friedrich  Nietzsche.

Sin embargo, a pesar de todas las explicaciones sobre la contrariedad entre el bien y el mal, “el mundo sigue obrando como de costumbre”, tal como escribe Baal HaSulam en el artículo “La Paz”: “y esta grande y terrible brecha (entre el bien y el mal), no solo no la repararemos , sino por el contrario, se irá ampliando ante nuestros ojos como un terrible abismo, sin ver ni esperar encontrar una salida o refugio de él”.

El abismo se expande, porque estamos buscando la solución lejos de nosotros, cuando se halla debajo de nuestras narices. Debemos intentar resolver la contradicción entre el bien y el mal comprendiendo la naturaleza de la Providencia, tenemos que entender que la raíz del problema está en nosotros, en nuestra naturaleza, y allí también se encontrará la solución. El problema no está en el Supervisor. La causa del enorme abismo entre el bien y el mal es la naturaleza humana, y allí también se encuentra la corrección de esa enorme disparidad.

Ponte a prueba:
  • ¿Cuál es la diferencia principal entre los diferentes enfoques para resolver la pregunta del bien y el mal en la creación y el enfoque de la sabiduría de la Cabalá sobre este tema?

Regla Inflexible

Las reglas, presuntamente, son asunto serio. Los legisladores, tienen a ve- ces la tendencia de ser más serios de lo necesario; y cuando esto sucede, todo este asunto se torna ridículo. En Tennessee, Estados Unidos, por ejemplo, promulgaron una ley que prohíbe disparar a un animal que viaja en un vehículo, excepto a la ballena (una prohibición especialmente interesante, considerando que ese país no se encuentra a las orillas de ningún mar). En Francia, tendrás que rendir cuentas si llamas “Napoleón” a tu cerdito, Y en California, el estado de Arnold Schwarzenegger, todo ciudadano tiene derecho de disfrutar del sol, según la ley. Qué bueno que hay una ley.

Hasta aquí lo concerniente a las leyes de un país. Las leyes de la naturaleza, son ya un caso completamente diferente. Son simples y concisas, y su mecanismo de aplicación mucho más eficaz. Si, por ejemplo, sales a pasear a través de la ventana de un quinto piso, esto no terminará bien. La ley de gravedad no es compatible con acciones de esta índole. Toda acción que se opone a las leyes de la naturaleza invoca automáticamente una reacción negativa, y ningún buen abogado le ayudará en este tema.

Conforme a lo que dijimos anteriormente, la sabiduría de la Cabalá nos enseña a reconocer la ley de la naturaleza universal, la ley de otorgamiento y amor, de la que se desprenden todas las leyes de la naturaleza de nuestro mundo. La ley de la naturaleza universal, la ley de otorgamiento y amor, se denomina en la sabiduría de la Cabalá “Dios”. La obediencia a la ley de amor y otorgamiento se denomina en la sabiduría de la Cabalá “cumplimiento de Mitzvá” (Mitzvá/Mitzvot, del heb: decreto/precepto). El trabajo de cumplir  la ley de otorgamiento, se llama, como mencionamos antes, trabajo del Creador. Baal HaSulam escribió en el artículo “La Paz”: ”Por lo tanto, nos conviene llegar a un acuerdo y aceptar lo que dijeron los cabalistas, que el término “la naturaleza,” numéricamente, equivale al nombre “Dios”, es decir, el número compuesto de las letras hebreas Pey y Vav (en Gematría – (valor numérico de las letras hebreas ) equivalen al número 86 al igual que “Elohim” (Dios), y entonces, las leyes del Creador se podrán llamar con el nombre de “preceptos de la naturaleza”, o viceversa, porque es lo mismo”.

Tanto la ciencia, como la sabiduría de la Cabalá, hablan de un mundo regido por leyes que estamos obligados a cumplir. La diferencia es, que de acuerdo a la ciencia, debemos cumplir las leyes de la naturaleza por esencialidad, no con un propósito específico, y conforme a la sabiduría de la Cabalá, debemos cumplir las leyes de la naturaleza para el propósito determinado de implementar el Plan de la Creación.

De cualquier manera, resulta conveniente conocer las leyes por las que nos regimos, porque cuando actuamos en contra de la ley, somos castigados. Nosotros conocemos bien las leyes que actúan en la naturaleza que nos rodea. Sabemos cómo vivir de acuerdo a ellas, e incluso cómo aprovecharlas para nuestras necesidades. La cuestión es, que al igual que la naturaleza que nos rodea, las relaciones entre nosotros, entre las personas en nuestro mundo, están también ordenadas de acuerdo a leyes estrictas. El problema es que no somos conscientes de ello. En el artículo “La Paz”, Baal HaSulam señala tres leyes fundamentales que conforme a ellas está ordenada la sociedad humana. Las describiremos resumidamente:

Ley N° 1: El individuo debe vivir en sociedad.

En cada especie de la naturaleza existe una estructura social que la caracteriza: hay seres que viven de forma particular, aislada, hay otros que viven en pareja y están los que viven en un enorme enjambre compuesto por millones de unidades. También los seres humanos poseen una estructura social natural, que es la forma comunitaria. Los hombres están obligados a vivir juntos conforme a la ley de la naturaleza.

Nosotros siempre aspiramos a mejorar nuestra situación económica, nuestro estado de seguridad y nuestra situación social y vivir en alegría y felicidad dentro de lo posible. Todo esto es factible solo cuando varias personas viven juntas en colaboración. Si un individuo elige vivir solo, entonces, él mismo se condena a una vida de pobreza, trabajo duro y aburrimiento. Ese es el castigo por desobedecer la ley que obliga al individuo a vivir una vida social.

Leyes N° 2 y 3: Dentro de la vida social, estamos obligados a cumplir otras dos leyes de la naturaleza: recepción y otorgamiento.

La ley de recepción, compromete a cada uno a preocuparse de su prosperidad y bienestar personal. La ley de otorgamiento, compromete a preocuparse de la prosperidad y el bienestar de la sociedad (esa ley es denominada “ley  de otorgamiento”).

Nosotros cumplimos la ley de recepción por motivación natural. Y como vemos, la gente está dispuesta a invertir horas y horas en su prosperidad personal. Si no cumpliéramos la ley de recepción, inmediatamente sentiríamos el daño que esto causa. Por ejemplo, una persona que deja de trabajar, se hallará rápidamente en una escasez económica que le obligará a hacerse cargo de su vida. La vida misma nos obliga a cumplir la ley de recepción. El problema principal es que no somos estrictos con la ley de otorgar. No tenemos ningún deseo ni motivación fuertes para invertir y preocuparnos por la prosperidad social, porque el castigo por el incumplimiento de esta ley, no es visible a nuestros ojos. El deseo de recibir, nuestra naturaleza, nos oculta el deseo de otorgar. Por el contrario, nos parece que si logramos evitar darle a la sociedad, saldríamos ganando. De todas las leyes de la naturaleza, la ley del otorgamiento es la que está oculta para nosotros.

La necesidad de ocultarnos la ley de otorgamiento la estudiamos en la unidad anterior, y la ampliaremos en esta unidad de estudio. Brevemente podemos decir que, a diferencia del resto de las leyes de la naturaleza, no solo que debemos cumplir la ley de otorgamiento al estar obligados, sino también con el fin de asemejarnos al Creador, ser realmente como Él. Es posible asemejarse a la ley de otorgamiento solo con un deseo independiente; y el deseo independiente de otorgar, puede despertarse en nosotros solamente estando en una realidad donde la necesidad de otorgar esté oculta ante nosotros.

De una manera o de otra, ignorar la ley no nos exime de castigo. “Y por lo tanto”, conforme a lo escrito por Baal HaSulam(23) con su lenguaje cortante, “La humanidad es freída en el fuego de una terrible cacerola, y la destrucción y el hambre no se han detenido hasta ahora”. La causa de todo el mal en el mundo es que no cumplimos la ley de otorgamiento en relación a la sociedad. Así de simple. Esta es también la causa de la contradicción entre el bien y el mal, sobre la que ampliamos en el comienzo de la lección.

De todo lo dicho hasta ahora, queda claro también el deber del trabajo del Creador, o en otras palabras, observar la ley de otorgamiento. Si aprendemos a otorgar, nos ahorraremos todo el sufrimiento y las aflicciones, y con eso, no sólo ordenaremos la relación entre nosotros, en nuestro mundo, sino que también alcanzaremos el mundo espiritual.

Una de las fuerzas que obran sobre nosotros para descubrir – y finalmente también para cumplir – la ley de otorgamiento, es la globalización. Este tema lo ampliaremos en la próxima parte de la lección.

Ponte a prueba:
  • ¿Cuáles son las tres leyes que de acuerdo a ellas está organizada la sociedad humana?

¿Cuál es la Conexión?

Mohamed Bouazizi, un joven tunecino, graduado en ciencias de la computación, se ganaba la vida vendiendo frutas en un puesto ilegal en uno de los mercados de Túnez. Un día, en el mes de diciembre de 2010, el gobierno cerró el puesto de Bouazizi. Como respuesta, este se prendió fuego hasta morir, y con su muerte, se encendió una ola de disturbios en todo Túnez, que condujo finalmente al derrocamiento del gobierno.

La caída del gobierno tunecino provocó una reacción en cadena en otras naciones árabes. En Yemen, en Bahréin, en Egipto, en Siria y en Libia, se iniciaron insurrecciones contra el gobierno. Como resultado de la falta de estabilidad política en las naciones árabes, saltaron los valores del petróleo. Como consecuencia del incremento del precio del mismo, se produjo un considerable aumento de los productos básicos y un fuerte golpe a la situación económica de millones de personas en todo el mundo. El aumento de los precios, fue “la gota que rebasó el vaso” para miles de jóvenes españoles, que abandonaron sus casas como protesta e inspirados por la serie de rebeliones del mundo árabe, se trasladaron a vivir en tiendas de campaña en las plazas de las ciudades principales, a lo largo de España.

La bola de nieve que comenzó a rodar en el puesto de frutas en Túnez, pasó por los países árabes, aceleró su galope en las plazas de España, y probablemente siguió y seguirá pasando en otras estaciones hasta que lean estas líneas, este es solo un ejemplo de los muchos que existen en el mundo global en el cual vivimos. El fortalecimiento de los lazos culturales y económicos entre las naciones, entre las empresas y entre las personas, se va haciendo tan notable a principios del siglo XXI, que a veces pareciera, que es realmente posible escuchar el murmullo de miles de vínculos tejidos.

Los sociólogos que estudian el fenómeno de la globalización, señalan al desarrollo tecnológico, económico y político, como las principales razones de su expansión. La sabiduría de la Cabalá, indica una razón totalmente diferente. Según la misma, las conexiones, que se van multiplicando entre las naciones y las personas en todo el mundo, no se forman, sino que ya existen. Simplemente, ahora se revelan.

Los cabalistas escriben, que el mundo es en su esencia global e integral, es decir, que funciona como un solo cuerpo en el que todos los órganos están relacionados entre sí a través de conexiones próximas y estrechas de relaciones recíprocas. Hasta ahora descubrimos estas conexiones en los niveles inanimado, vegetal y animado. El desequilibrio entre las diferentes partes en estos niveles, conduce a graves resultados. El ejemplo más prominente es el calentamiento global. En la actualidad, comienzan a revelarse conexiones similares también en el nivel humano, como una etapa de desarrollo predecible en el proceso de corrección del deseo. Como lo explica la sabiduría de la Cabalá, el descubrimiento de las conexiones integrales y globales, que nos conectan como sociedad humana, es de hecho el descubrimiento de las leyes de la naturaleza. La globalización es la expresión externa de todas las leyes que describimos en la parte anterior de la lección, de la imperiosidad de vivir una vida social y la necesidad de recibir y dar a la sociedad.

Como dijimos, en todo lo concerniente a la necesidad de recibir no tenemos problema alguno. Cada uno de nosotros sabe tomar lo que necesita. El problema es que no sabemos dar, y en el mundo global, el descubrimiento de las conexiones mutuas entre nosotros, sólo agudiza el problema. El mejor ejemplo, es la gran crisis financiera mundial del 2008. Las estrechas conexiones mutuas entre las economías por un lado, y las cuentas egoístas de los economistas por el otro, derrumbaron la economía mundial como una torre de naipes.

La vida en la aldea mundial global enfatiza dos importantes discernimientos paralelos: por un lado, se va haciendo muy claro que todos (en el mundo entero) dependemos unos de los otros. Por otro lado, como consecuencia del crecimiento del ego, resulta, que no nos soportarnos unos a otros.

Estas dos fuerzas contrapuestas, que se van revelando con mayor intensidad, enfatizan cada vez más la necesidad de un método por medio del cual podamos poner en funcionamiento, de forma correcta, la red de comunicación entre nosotros. Nosotros ya nos hallamos en esa red, conectados unos a otros, pero debido a que cada uno se preocupa por su propio bienestar, percibimos las relaciones entre nosotros en forma negativa.

Si hasta el día de hoy pudimos permitirnos menospreciar la ley de otorgamiento y desarrollarnos sólo bajo la ley de recepción, en el mundo integral, en el que todos somos parte de un solo cuerpo y dependemos unos de otros, no es posible continuar haciéndolo. En el pasado, el daño producido en una zona determinada quedaba limitado a esa zona, mientras que hoy en día, cada problema puede desatar una reacción de cadena en todo el mundo. Nos hemos convertido en interdependientes, nos volvimos un sistema integral.

No tenemos alternativa. La naturaleza es más fuerte que nosotros. Está compuesta de tal manera que no podemos escapar de ella. No nos queda otra opción más que obedecer a la ley de otorgamiento. Todas las crisis mundiales que la humanidad experimenta – crisis en la educación, en la economía, en el consumo excesivo que conduce a la explotación de recursos naturales sin control alguno – desaparecerán, sólo si acatamos regularmente las leyes de la naturaleza, si aprendemos cómo combinar juntas la ley de recepción y la de otorgamiento.

Ponte a prueba:
  • ¿Cómo se relacionan la ley de otorgamiento y la revelación de las conexiones globales-integrales entre nosotros?

Resumen de la Lección

Puntos Principales

  • Para mantener una vida social adecuada, debemos cumplir dos órdenes (leyes): Recibir de la sociedad lo que necesitamos para nuestra existencia y brindar a la sociedad lo necesario para su
  • La naturaleza humana nos oculta la necesidad de otorgar a la sociedad lo que ésta necesita para su
  • La causa de todo el mal en el mundo es, que no cumplimos con la orden de proporcionar a la sociedad lo que esta necesita para su existencia, o en otras palabras, no cumplimos la ley de
  • La revelación de las conexiones globales-integrales entre nosotros, es de hecho, la revelación de la ley de otorgamiento en nuestro mundo. La revelación de esas conexiones, marca la necesidad de la sabiduría de la Cabalá como método para un correcto cumplimiento de la red de rela- ción entre

Términos

MItzvá (precepto) – del término hebreo Tzivúi – imperativo, cumplimiento de la ley de otorgamiento y amor.

Preguntas y Respuestas

Pregunta: ¿Cuál es la principal diferencia entre los distintos enfoques para resolver la cuestión del bien y el mal en la creación, y el enfoque de la sabiduría de la Cabalá sobre este aspecto?

Respuesta: La sabiduría de la Cabalá busca la respuesta al tema del bien y el mal en la naturaleza humana, mientras que otros métodos descritos en este capítulo, buscan la respuesta en la naturaleza de la providencia.

Pregunta: ¿Cuáles son las tres leyes mediante las cuales está ordenada la sociedad humana?

Respuesta: A) El hombre debe vivir en sociedad; B) El hombre debe recibir de la sociedad lo que necesita para su existencia; C) El hombre debe brindar a la sociedad para asegurar su existencia.

Pregunta: ¿Qué relación hay entre la ley de otorgamiento y la revelación de las conexiones globales-integrales entre nosotros?

Respuesta: La revelación de las conexiones globales-integrales entre nosotros, es de hecho la revelación de la ley de otorgamiento en nuestro mundo. La revelación de esas conexiones, marca la necesidad de la sabiduría de la Cabalá como método para un cumplimiento correcto de la red de contacto entre nosotros.

Lección Nº5 Unidad 2 – Del Amor a los Creados al Amor al Creador

En esta lección estudiaremos: La dificultad en el trabajo directo frente al  Creador / Las ventajas del trabajo frente al prójimo /  La  diferencia  entre  Cabalá  y Ética

Imagen Falsa

Una broma conocida cuenta que si quieres hacer reír al Creador, lo que tienes que hacer es contarle tus planes. Y yo digo, supongamos que algo de verdad hay en las cosas y el Creador se riera de verdad – muchos de mis pla-nes también me darían risa, retroactivamente – la pregunta es: ¿de qué modo, exactamente, le cuento de mis planes?

La sabiduría de la Cabalá nos enseña que debemos llegar a una relación con el Creador. La cuestión es, ¿cómo lo hacemos? En la lección anterior aprendimos que la corrección de la relación entre la persona y el entorno humano en el cual vive, es decir el poder de la persona de recibir y darle a la sociedad de manera equilibrada, es la solución a todos los males del mundo. En esta próxima lección, aprenderemos que la corrección de la relación de la persona respecto a la sociedad no es solo una fórmula para la solución del sufrimiento y el dolor en el mundo, sino, también, la condición para la revelación de la relación con el Creador.

Para ser sinceros, la comunicación entre nosotros y el Creador no es gran cosa. Cada vez que tratamos de hablar con Él no está disponible, y las pocas veces que logramos comprenderlo en algo, resulta que Él tiene planes completamente distintos para nosotros. En verdad, no queda claro por qué nos merecemos una relación como esta. ¿¡Qué es, en definitiva, lo que nosotros queremos?! Un poco de dinero para cuidar a la familia, un poco de respeto cuando paseamos por el barrio, y si es posible, que todos nos presten atención. Es simple, ¿¡no?! Con exigencias básicas como estas, no queda muy claro cuál es el problema. ¡¿El Creador no tiene porque ser agradable y con- siderado?! Por lo menos que venga y explique por qué, qué es lo que quiere a cambio, nosotros estamos dispuestos a ser flexibles.

Rabí Baruj Ashlag, primogénito de Baal HaSulam y su sucesor, nos trae en uno de sus artículos(24), una parábola que demuestra muy bien la situación. Un padre y su hijo pequeño salen de paseo. El niño llora amargamente con un llanto que parte el corazón. A veces, cae el niño al suelo y se niega a levantarse. Por alguna razón, el padre se desentiende de los lamentos de su hijo, lo toma de la mano y lo arrastra detrás de él. Una persona en la calle, que es incapaz de soportar la crueldad del padre, se le acerca para aclarar el tema. “¿Por qué es usted tan cruel con su hijo?” pregunta. “Mi amado hijo quiere un alfiler, y yo no quiero dárselo, por eso llora,” explica el padre.”Entonces dele el alfiler y se calmará”, propone el hombre. “El problema es”, contesta el padre, “que él quiere el alfiler para pinchar sus ojos, pues sufre de un picor en   ellos”.

Hasta aquí la parábola y su moraleja. El Creador es absolutamente bueno, así lo presentan los cabalistas. Lo bueno que el Creador quiere otorgarnos es ser como Él, asemejarnos a Él, porque es absolutamente bueno. El problema es que el Creador desea que otorguemos y nosotros queremos recibir completamente lo contrario. Por lo tanto, todo lo que nos parece bueno, de parte del Creador es a nivel de “un alfiler para rascarse el ojo”. Él y nosotros transmitimos en dos frecuencias Para estar en contacto con Él, para comprenderlo aunque sea un poco, y sentir el beneficio que quiere otorgarnos, debemos aprender la manera de otorgar, ser semejantes a Él, al menos en cierta medida.

En ese punto exactamente, es decir, en nuestro aprendizaje sobre cómo asemejarnos al Creador, se esconde una trampa que podría distraernos del objetivo, y es importante que la conozcamos.

Si el objetivo es asemejarnos al Creador, debemos encontrar alguna medida, que en relación a ella podamos evaluar cuánto nos parecemos a Él, si esto ocurriera. Aparentemente, lo que debemos hacer, es describir en nuestra mente una imagen del Creador, del otorgamiento, y analizar en qué medida nos asemejamos a ella. ¡Pero ese es justamente el problema! Si colocamos frente a nosotros una imagen del Creador, la imagen del otorgamiento como nosotros la describimos, y tratamos de analizarnos directamente frente a ella, erraremos inevitablemente. Nuestra escala será incorrecta.

No podemos analizarnos directamente frente al Creador y entrar en un contacto directo con Él. ¿Por qué? Porque el Creador está oculto para nosotros, y ¿quién nos puede asegurar que no estamos imaginándolo de manera errónea? Precisamente, debido a que está oculto, es muy sencillo equivocarse y pensar que ya nos encontramos en contacto con Él, cuando en realidad, no sabemos quién es. Y como vemos, nuestro mundo está lleno de personas que creen estar seguras de encontrarse estrechamente relacionadas con el Creador. Dado que no existe un Creador en nuestra realidad, nada nos impide describirlo como nos plazca y vivir bajo la ilusión de que estamos en contacto con Él – en lugar de acercarnos a Él, nos alejamos.

¿Cómo podemos analizarnos correctamente en relación al atributo de otorgamiento? Estudiaremos este tema en la parte siguiente de la lección.

Ponte a prueba:
  • ¿Por qué no podemos describir una imagen correcta del Creador (del atributo de otorgamiento)?

El Camino Hacia la Verdad

¿Se preguntaron alguna vez dónde pasa el límite entre la verdad y la mentira? Es una pregunta interesante. Dedíquenle unos minutos y piensen al res- pecto; ¿cuál es el lugar hasta donde llega la mentira y de allí en más comienza la verdad?; ¿hasta cuándo vivimos en la mentira, y en qué momento subimos al camino de la verdad? Cada uno se alegrará de conocer la respuesta. O tal vez no…

Rabí Baruj Ashlag (Rabash) dio una respuesta simple e instructiva. Nos escribe(25) que el límite entre la verdad y la mentira pasa por el lugar donde la persona comienza a ser consciente de que se halla en la mentira. En otras palabras, la conciencia de la mentira es también una brecha para salir de ella. Desde el momento en que la persona comienza a estar consciente de que se encuentra en la mentira, sube al camino de la verdad. Ahora, después que entendimos un poco acerca de la verdad y la mentira, por favor lean el siguiente fragmento de los escritos de Rabash:

“Es necesario saber, que en el amor a los amigos hay una virtud, que no hay persona que pueda engañarse y decir que ama a la sociedad… sin embargo respecto al amor al Creador, uno no puede analizarse, si su intención es la del amor al Creador, o sea, si su deseo es otorgar al Creador o recibir con el fin de recibir para sí mismo(26).

Recordemos la pregunta con la que terminamos la primera parte de la lección: ¿Cómo saber si nos hallamos realmente en otorgamiento? La respuesta está en las palabras de Rabash.

Para comprender las palabras de Rabash, primero debemos detenernos en el significado cabalístico del concepto “amor”- según la sabiduría de la Cabalá amor es otorgamiento, entrega sin un ápice de beneficio personal. Cuando Rabash escribe sobre el amor al Creador, se refiere al otorgamiento al Creador. A este elevado escalón debemos llegar cada uno de nosotros. No obstante, como aprendimos en la parte anterior de la lección, el problema es que en el trabajo directo frente al Creador, no podemos analizarnos a nosotros mismos. Si tratáramos de trabajar en otorgamiento, directamente frente al Creador, necesariamente nos mentiríamos y pensaríamos que ya estamos en contacto con Él.

La mentira no es algo superfluo. Y en nuestro mundo, no hay nada innecesario, cada cosa en este mundo fue creada con gran sabiduría para llevarnos a implementar el propósito de nuestra vida. La mentira, como hemos aprendido ahora, es una etapa fundamental en el camino hacia la verdad. El tema es, que para que la mentira nos conduzca hacia la verdad, debemos ser conscientes de ella.

El principal problema del trabajo directo frente al Creador, es que la persona tiende a pensar que ya se halla en contacto con Él y no es consciente de que está en una mentira. Es una especie de trampa de miel. Todo se ve tan maravilloso, al grado que no hay posibilidad alguna de zafarse de la situación.

Hasta que no nos corrijamos y adquiramos cierta enseñanza sobre el atributo de otorgamiento, el Creador será un término totalmente abstracto para nosotros, por lo tanto, no podemos juzgarnos a nosotros mismos y evaluar – si realmente le otorgamos. ¿Cuál es nuestra actitud hacia Él? ¿Estamos realmente limpios de todo interés personal en nuestra relación con Él, en otorgamiento hacia Él? No obstante, en el “amor a los amigos”, es decir, en el intento de otorgar a las personas que nos rodean, hay un gran mérito: no podemos engañarnos a nosotros mismos. A diferencia del Creador, las personas de nuestro alrededor tienen una presencia palpable y muy real. Ellas poseen sus propios deseos, sus propias opiniones y sentimientos. Podemos comprobar verdaderamente, si en realidad trabajamos con sus deseos  como si fueran los nuestros, si estamos realmente limpios de todo interés personal en relación a ellas y sólo queremos su bien. Y de acuerdo a lo que escribe Rabash, no podemos engañarnos a nosotros mismos y pensar que les estamos otorgando, si realmente no es así.

Este importante principio en el trabajo espiritual de la persona – la prueba de nuestra relación con el prójimo como medida de nuestra relación con el Creador, con el atributo de otorgamiento, se denomina “del amor a los creados al amor al Creador”. Sólo intentando otorgar al prójimo es posible alcanzar la revelación del Creador. No es posible revelar al Creador directamente. Para que aprendamos a otorgarle, el Creador se ocultó y nos dejó en compañía de otras personas como nosotros, para que al corregir nuestra relación hacia ellos  lo descubramos.

En este punto, es importante enfatizar, que la corrección de nuestra relación con el prójimo no significa sonreír a todos en la calle, ayudar a los necesitados o pagar los impuestos a tiempo. La corrección de la que habla la sabiduría de la Cabalá es interna, es la corrección de la intención. Ninguna acción externa será útil, si la intención que se halla detrás de ella está corrupta.

Sólo en el trabajo frente al prójimo, podemos comprobar hasta qué punto realmente nos hallamos en otorgamiento. Y si descubrimos que no estamos en otorgamiento, significa que todavía actuamos con la intención de un beneficio propio, entonces, ya estamos conscientes de la mentira en la cual nos encontramos y podemos apelar a la Luz que reforma con una petición fuerte y esclarecida para la corrección, para adquirir el atributo de otorgamiento, para la conexión con el Creador.

A partir de aquí comienza el camino hacia la verdad.

Ponte a prueba:
  • ¿Cuál es la ventaja del trabajo frente al prójimo, en lugar del trabajo directo frente al Creador?

“¡Cuidadito!”

La corrección de la relación con el prójimo como condición para la revelación del Creador, provoca que muchos alumnos que realizan sus primeros pasos en el estudio de la sabiduría, piensen que la sabiduría de la Cabalá es una doctrina moral. La última parte de la lección la dedicaremos a aclarar la diferencia entre una doctrina moral y la sabiduría de la Cabalá.

El mundo es un lugar peligroso para vivir en él. No es necesario ser Albert Einstein para comprenderlo. De todos modos, cuando le preguntaron al genial físico, por qué cree que el mundo es un lugar peligroso, su respuesta se lució en su típicas lucidez y agudeza: El mundo es peligroso para vivir, dijo Einstein, no por culpa de los que hacen el mal, sino por aquéllos que no hacen nada al respecto.

Con simples y sabias verdades como esta no tiene sentido discutir. Es evidente que para erradicar el mal es necesario actuar en su contra. No importa cuán alta sea la valla alrededor de la mansión, o cuán fuerte cerremos las persianas, si no hacemos nada en contra del mal que se desencadena afuera, finalmente, llegará también al salón de nuestra casa.

Hasta aquí está todo claro. La pregunta es, ¿qué debemos hacer?

Aparentemente, la respuesta es simple: debemos aprender cómo frenar nuestro ego (el deseo de recibir). Toda persona sensata cuéntalo notará. Y ciertamente, a lo largo de la historia humana, muchos señalaron al ego como la fuente del mal en el mundo. De hecho, toda lección de sistemas éticos se basan en este concepto. A medida que el ego se va revelando, se va esclareciendo más y más que es él el causante de todos nuestros males. Parecería que si supiéramos cómo limitarlo y restringirlo, podríamos construir una sociedad sana y vivir en un mundo mucho mejor.

Sin embargo, la experiencia humana nos enseña que los sistemas éticos sencillamente no funcionan. El método de corrección según la sabiduría de la Cabalá, es significativamente diferente de todos los sistemas éticos. Si logramos distinguir la singularidad del método de la Cabalá, nos ahorraremos muchos errores innecesarios en el estudio de la Cabalá, y sabremos precisamente qué debemos hacer frente a los peligros que van aumentando en el mundo.

Según los sistemas éticos, la solución para el ego en crecimiento es la represión, principalmente por mecanismos de castigo y opinión social. Esto comienza casi desde el día en que nacemos – desde el clásico e inevitable “¡cuidadito!” de papá y mamá – y continúa hasta el día de nuestra muerte. Cada persona que roba, miente, golpea o actúa en contra del interés general de la sociedad, es castigada y “se gana” la actitud negativa de la sociedad. Esta es la simple lógica que yace detrás de todos los sistemas éticos.

El punto es, que todo lo que hacemos para frenar nuestro ego, es en vano. Por lo contrario, cuanto más tiempo pasa, más crece, y cuanto más se intenta frenarlo se vuelve más intenso. Realmente como un monstruo mitológico, que cada vez que se lo decapita, produce el doble de cabezas nuevas. La razón es simple: de acuerdo al Plan de la Creación, el deseo de recibir tiene un programa de evolución propio, y no podemos hacer nada para detenerlo. Por consiguiente, la sabiduría de la Cabalá, que se desprende hasta nosotros desde el Plan de la Creación, no se ocupa en absoluto de la corrección del deseo de recibir en sí. Según el método de la Cabalá, no es posible corregir el deseo, y tampoco hay necesidad de hacerlo. El problema no está en nuestra naturaleza, recibir, sino en el modo en que la utilizamos, únicamente para beneficio propio. En otras palabras, el problema no reside en el deseo sino en la intención, y eso es lo que debemos corregir.

En realidad, el enfoque cabalístico del trabajo con el deseo de recibir de la persona, es totalmente opuesto al de los sistemas éticos. Si estos sistemas hablan sobre la represión del deseo o su reducción, la Cabalá habla precisa- mente del crecimiento del deseo. La persona que estudia la sabiduría de la Cabalá, siente que su deseo de recibir crece cada vez más. Aprende a conocer- lo en toda su magnitud, su vehemencia y su gloria, y al mismo tiempo, aprende a utilizarlo de modo correcto y recibir en su interior la abundancia prometida en el Plan de la Creación (Ver Gráfico No. 1). A medida que descubre más deseo de recibir con el propósito de corregirlo, así va acelerando su desarrollo espiritual, como dijeron nuestros sabios: “Cuanto más enaltecido es uno, en relación a su prójimo, su ego es aun mayor”(27).

En resumen, a pesar que la sabiduría de la Cabalá habla de la corrección de la relación entre nosotros, el método de corrección cabalístico es totalmente diferente a los sistemas éticos. La Cabalá no cree en el castigo o la represión. Según esta sabiduría, podemos corregir la relación entre nosotros sólo cambiando la intención, y para eso nos fue dada la sabiduría de la Cabalá. Ninguna solución externa ayudará.

Otra diferencia entre la sabiduría de la Cabalá y los diferentes sistemas éticos es que la sabiduría de la Cabalá es el método para la revelación del Creador a sus creados en este mundo. A diferencia de las doctrinas éticas, no es un método para corregir la sociedad humana. La sabiduría de la verdad, nos fue otorgada para elevarnos a un nivel de existencia mucho más alto que el nivel de existencia en este mundo. Según la sabiduría de la Cabalá, la corrección de la relación con el prójimo, es sólo una condición para descubrir la realidad espiritual y no el propósito en sí.

Y existen otras diferencias. Nos referiremos a ellas a continuación del curso.

Ponte a prueba:
  • ¿Cuál es la diferencia principal entre los sistemas éticos y la sabiduría de la Cabalá?

Resumen de la Lección

Puntos Principales

  • El Creador, (atributo de otorgamiento) está oculto ante Debido a esto, no podemos imaginarnos qué es el atributo de otorgamiento y asemejarnos a él. Por ese motivo, necesitamos una escala diferente, que no esté oculta de nosotros.
  • La única manera de examinar en qué medida nos asemejamos al atributo de otorgamiento, es nuestra actitud hacia el prójimo. La gente que nos rodea tiene una presencia tangible y muy real. Tiene deseos propios, opiniones y Debido a ello, podemos comprobar realmente, si trabajamos con sus deseos como si fueran nuestros.
  • La expresión “Del amor a los creados al amor al Creador” representa la condición para la revelación del Sólo si reparamos la actitud hacia el prójimo, se revelará el Creador.

 

Términos

Amor – Otorgamiento, entrega sin prever en lo mínimo un beneficio propio.

Amor al Creador – Otorgamiento al Creador.

Preguntas y Respuestas

Pregunta: ¿Por qué no podemos describir una imagen correcta del Creador (atributo de otorgamiento)?

Respuesta: El Creador está oculto de nosotros, por ese motivo, podemos describirlo como se nos ocurra. No tenemos ninguna posibilidad de saber si lo estamos describiendo correctamente.

Pregunta: ¿Cuál es la ventaja del trabajo frente al prójimo en lugar del trabajo frente al Creador?

Respuesta: En el trabajo frente al prójimo, no podemos engañarnos a nosotros mismos. A diferencia del trabajo frente al Creador, la gente que nos rodea tiene una presencia tangible y muy concreta. Tienen deseos propios, emociones y sentimientos. Nosotros podemos evaluar realmente si de ver- dad estamos trabajando con sus deseos como si fueran nuestros, si de verdad los amamos y sólo queremos el bien para ellos.

Pregunta: ¿Cuál es la diferencia principal entre los sistemas éticos y la sabi- duría de la Cabalá?

Respuesta: Los sistemas éticos reprimen el ego (el deseo de recibir) y tratan de frenarlo. En el estudio de la sabiduría de la Cabalá, nosotros aprendemos a conocer al ego en toda su intensidad y a construir por encima de él nuestra actitud corregida hacia el prójimo.

Secuencia Lógica

(Orden de Desarrollo del Curso)

Aprendimos que la sabiduría de la Cabalá es un método para la revelación del Creador a los creados en este mundo.

Aprendimos que para descubrir al Creador debemos cambiar nuestra intención de ‘con el fin de recibir’ a ‘con el fin de otorgar’.

Aprendimos que en los libros cabalísticos se oculta una fuerza espiritual especial, llamada la Luz que reforma, que contiene el poder de cambiar nuestra intención de ‘con el fin de recibir’ a ‘con el fin de otorgar.

 

Aprendimos que sólo esclareciendo nuestra actitud hacia el prójimo podemos producir en nuestro interior una referencia real hacia la Luz que reforma.

En la parte siguiente aprenderemos cuáles son las condiciones para clarificar la actitud hacia el prójimo.

 

T

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hacer la vida

La Luz que reforma. El poder espiritual de la Cabalá

Lección No. 3  Unidad 1 – Ley de Raíz y Rama

En esta lección estudiaremos sobre: La certeza de la sabiduría de la Cabalá / La ley de la raíz y la rama / El lenguaje de las ramas

¿Abstracto o Real?

Uno de los libros de aventuras más populares de todos los tiempos, “La historia interminable” que cuenta sobre las experiencias vividas por Bastián Baltasar Bux, un joven adolescente, que al leer un libro de leyendas, de pronto se encuentra viviendo dentro de una realidad mágica, la cual es descrita en el libro. Por más sorprendente que parezca, la lectura en los libros de Cabalá, se asemeja de alguna forma a esta experiencia. En los libros de Cabalá, se encuentra una fuerza que permite a quien los lee, salir de la realidad en la que vive a una realidad maravillosa descrita en los libros de Cabalá – a una realidad espiritual.

La tercera y última parte de esta unidad de estudio de “Fundamentos de la Cabalá”, trata del lenguaje de la Cabalá y los libros de Cabalá. Si en la primera parte de la unidad aprendimos que la espiritualidad es un método de revelación del Creador, una ley de la naturaleza general, y en la segunda parte aprendimos que la condición para la revelación del Creador, es el cambio del método de trabajo con el deseo de recibir, en esta parte aprenderemos cómo implementarlo; cómo es posible cambiar el método de trabajo con el deseo de recibir mediante la lectura en los libros de Cabalá. Primeramente estudiaremos sobre el lenguaje en el que están escritos los libros, llamado “lenguaje de las ramas”, y luego ampliaremos sobre la fuerza espiritual que se oculta en los libros de Cabalá.

En el artículo “Esencia de la sabiduría de la Cabalá”, escribe Baal HaSulam que “muchos creen que todas las palabras y los nombres que aparecen en la sabiduría de la Cabalá, son nombres abstractos”. Y en realidad, el intento de comprender lo escrito en los libros de Cabalá sin la instrucción apropiada, puede llevarnos a la misma conclusión. Aquel que no es conocedor de la sabiduría de la Cabalá, tendrá dificultades para asociar las palabras y los nombres en los libros de Cabalá a una realidad verdadera y tangible. Tanto las palabras como el contenido mismo de los libros le sonarán abstractos.

Por ejemplo, una de las citas del libro “Árbol de la vida” del Arí (Puerta 1, Rama 2): “Debes saber que antes de que fueron emanados los nobles y creados los creados, había una Luz Superior simple que llenaba toda la realidad”. Si bien las palabras son conocidas y el conjunto tiene algún sentido, no está claro en absoluto de qué se trata: ¿qué es “luz superior simple?, ¿de qué realidad habla antes de la creación de los creados?, etc.

La persona que da sus primeros pasos en el estudio de la sabiduría de lo oculto, puede pensar que los libros de Cabalá se ocupan de asuntos abstractos, pero en realidad, no hay en los libros de Cabalá, ni una palabra que no tenga un sentido real. Uno de los fundamentos de la sabiduría de la Cabalá es: “Todo lo que no alcanzamos, no lo definiremos con nombre o palabra”. Es decir, los cabalistas escriben únicamente sobre los logros espirituales que ellos alcanzaron de hecho, en sus sentidos, y no escriben de cosas que no alcanzaron ellos mismos.

La realidad espiritual que el cabalista alcanza, no es menos real que la realidad material que nosotros alcanzamos en nuestro mundo. De hecho, si tomamos en cuenta que la imagen del mundo material es una ficción temporal, que se revela dentro del deseo de recibir, mientras este no está corregido, entonces precisamente la eterna realidad espiritual que se revela con la corrección del deseo, es real y verdadera.

Aquí volvemos a remarcar un principio importante referente a la percepción de la realidad espiritual: los cabalistas no perciben al Creador mismo tal como es en Su esencia. Del mismo modo, nosotros no captamos la esencia de las cosas en nuestro mundo. Esto es dado a que el individuo siempre capta la realidad a través del deseo de recibir y nunca sabe cuál es la verdadera realidad, sino cómo se impresiona de ella, de lo que está por fuera de ella.

Y así, del mismo modo que no sabemos, por ejemplo, cuál es la esencia interior de la electricidad, o qué es realmente ese papel que estamos mirando ahora, tampoco los cabalistas perciben al Creador tal como Él es en Su esencia, sino tal como lo perciben en sus deseos de recibir. Y de todos modos, estas limitaciones de la percepción no les molestan para captar una imagen clara y suficiente de la realidad espiritual y describirla en sus libros.

Ponte a prueba:
  • Explica por qué la realidad espiritual que alcanza el cabalista es real, no menos que la realidad.

Raíces y Ramas

Seis mil novecientos nueve – si alguna vez se preguntaron cuantas lenguas hay en el mundo, este es el número más actualizado – 6,909 lenguas, incluyendo 122 diferentes lenguajes de sordos y lenguas de tribus primitivas. Muchas lenguas. Pero todas, sin excepción, describen solamente una parte limitada de la realidad – la parte restringida que captamos en el marco de los límites de tiempo, movimiento y lugar en nuestro mundo – la realidad material.

A diferencia de la materialidad, la espiritualidad se encuentra por encima del tiempo, el movimiento y el lugar. Puesto que es así, no hay lengua en nuestro mundo que pueda describir la espiritualidad. Cualquier intento de describir la realidad espiritual mediante una lengua material es, en cierta medida, similar al intento de describir a una persona ciega de nacimiento qué es el color rojo. Obviamente no lo lograremos, puesto que el objeto que queremos describir no es captado en los sentidos.

De todos modos, la mayoría de los libros de Cabalá están escritos en hebreo. Y por si no fuera suficiente, parte de las palabras que aparecen en los libros de Cabalá, como por ejemplo “emparejamiento” y “besos”, son tan “terrenales”, hasta que es sorprendente encontrarlas en libros que se tratan de espiritualidad. La pregunta es: ¿cómo es eso?

Para responder a esta pregunta, debemos conocer una de las leyes fundamentales de la sabiduría de la Cabalá: la “ley de raíz y rama”. Según esta ley, todo lo que ocurre en nuestro mundo, es una copia de lo que ocurre en el mundo espiritual. El mundo espiritual se llama, en la sabiduría de la Cabalá, “mundo de las raíces”, y nuestro mundo se llama “mundo de las ramas”, y según la ley de raíz y rama, cada “rama” en este mundo, tiene su única “raíz”, de la cual se desprende hacia este mundo (Ver Gráfico Nº 8). Como han dicho los antiguos sabios: “no tienes una hierba abajo que no tiene un ángel de Arriba que lo golpea y le dice – ¡crece!” (Bereshit Rabá, 10:6, Midrash).

Y así suena en la lengua de Baal HaSulam, en el artículo de la esencia de la sabiduria de la Cabalá:

“Todo mundo inferior, es sellado de un mundo superior a él. Y por esto, todas las formas que hay en el mundo superior, en toda su cantidad y calidad, son copiadas íntegramente, y vienen también en el mundo inferior, de modo que no tienes detalle de la realidad o de los casos de la realidad, que se encuentra en el mundo inferior, que no encuentres su similar en el mundo superior a él, de forma exacta como dos gotas de agua. Y se denominan “raíz y rama”. Es decir, que el mismo detalle que se encuentra en el mundo inferior, se discierne como rama, a nivel de su ejemplo, el cual se encuentra y el mundo superior, que es la raíz del objeto inferior. Puesto a que de allí se ha sellado y consolidado este detalle, en el mundo inferior”.

¿Complicado? He aquí un ejemplo que nos ayudará a entender de qué se trata. Imagínense la imagen de cualquier computadora. Digamos que les permitimos ser un poco sentimentales, e imaginarse que en la imagen vemos a nuestra querida suegra. Ella luce una camisa de botones azul, estilo Mao Tse Tung, y su mirada está llena de ira, por alguna razón desconocida. ¿Es esta imagen una realidad verdadera? Afortunadamente, no. La imagen es el resultado de varias líneas de códigos que están codificados en la profundidad de la computadora, y al dar la orden, son trasladadas como información a la pantalla de la computadora y se presentan como una imagen. Y si queremos, podemos divertirnos y poco cambiando el color de la camisa de nuestra suegra de azul estilo Mao Tse Tung a naranja fosforescente, o formar una sonrisa en sus labios. ¿Cómo lo hacemos? Vamos a las líneas de codificación, por supuesto, y las ordenamos de otra forma, ya que la imagen en la pantalla de la computadora no es más que el resultado, y las líneas de codificación, son la razón.

Según la ley de raíz y rama, la imagen de la realidad expuesta a nuestra vista, es solamente un resultado – una “rama” de la causa espiritual. Y puesto a que cada rama en nuestro mundo tiene una raíz espiritual propia, los cabalistas pueden usar los nombres de las ramas en nuestro mundo para explicarnos las raíces espirituales. Ellos utilizan el nombre de la rama, y tienen claro de qué raíz espiritual se trata.

El lenguaje que crearon los cabalistas en base a la ley de raíz y rama, es el lenguaje en el que están escritos los libros de Cabalá, y se llama “lenguaje de las ramas”. En la próxima parte de la lección, ampliaremos la explicación al respecto.

Ponte a prueba:
  • Defina brevemente la ley de raíz y rama

El Lenguaje de las Ramas

Los biólogos desarrollaron un microscopio para identificar bacterias. Los investigadores de las estrellas construyeron telescopios para agrandar la extensión de su visión. Los sabios de la Cabalá, sin embargo, son personas que desarrollaron un sentido especial que les permite sentir la realidad espiritual.

El alcance del mundo espiritual presenta a los cabalistas un desafío especial: transmitir sus logros uno al otro, a pesar de que es imposible describirlos con palabras. Para resolver este asunto, los cabalistas desarrollaron una lengua especial, basada en la ley de raíz y rama, llamada “Lenguaje de las ramas”. La próxima parte de la lección será dedicada a una breve introducción a este lenguaje.

Cuando observamos cierto fenómeno que ocurre en nuestro mundo, no podemos señalar su raíz espiritual, puesto que el mundo de las raíces está oculto para nosotros. No obstante, un cabalista que ha transcendido a la sensación del mundo superior, ve claramente la conexión entre los dos mundos, entre la rama material y su raíz espiritual. La capacidad única de conectar entre la raíz espiritual y la rama material, permite a los cabalistas señalar las raíces espirituales a través de las ramas materiales compatibles, y describir por medio de ellas sus alcances espirituales.

Y es esto exactamente lo que hacen. Los cabalistas describen en sus libros el mundo espiritual a través de las ramas materiales. Los libros que compusieron los cabalistas, cuentan únicamente del mundo espiritual, pero usan las palabras de nuestro mundo para describir las raíces y los eventos en el mundo espiritual.

“Los sabios de la Cabalá han encontrado un tesoro de palabras – escribe Baal HaSulam en el artículo “La esencia de la sabiduría de la Cabalá” – suficiente para el grado de lenguaje hablado entre ellos, increíblemente maravillosa, que pueden comunicarse uno con el otro mediante las raíces espirituales de los mundos espirituales. Es decir, mencionando a sus compañeros solamente la rama inferior, tangible, que está en este mundo, definido para los sentidos materiales. Y quienes los escuchan comprenden la raíz espiritual que esta rama señala, la cual le ha sido atribuida con el fin de servirle de sello”.

La necesidad de interpretar las palabras en su significado espiritual, nos presenta un desafío dificultoso, puesto que conocemos la mayoría de las palabras en los libros de Cabalá de la lengua hebrea, y es muy cómodo tentarse a interpretarlas según su sentido material el cual es conocido para nosotros. Efectivamente, uno de los problemas principales que causan una mal interpretación de la sabiduría de la Cabalá es la tendencia a materializar la sabiduría, a pesar de que no hay en ella ni una sola palabra que describa la realidad material de nuestro mundo.

Muchos de los prejuicios sobre la sabiduría de la Cabalá están arraigados en la comprensión equivocada del texto. Así, por ejemplo, en varios sitios en el “Libro del Zóhar”, en los que se describen detalladamente diferentes combinaciones de marcas características en las palmas de la mano y en el rostro, que llevaron, inevitablemente, a la errada conclusión de que la sabiduría de la Cabalá está relacionada a la lectura de la palma de la mano y características del rostro humano. En realidad, la descripción detallada de las marcas de la palma de la mano y características del rostro, no son más que una descripción de estados espirituales, según la ley de raíz y rama, y lo correcto es leerlo solamente bajo esta condición. Cualquier otra interpretación es una infracción al mandato “No te harás imagen, ni ninguna semejanza”(Éxodo 20:3).

Una parte importante de los primeros pasos en el estudio de la sabiduría de la Cabalá, es la adquisición de un nuevo léxico, que ayuda al estudiante a recordar el significado espiritual correcto de las palabras en los libros de Cabalá. Aquí traemos varios ejemplos de términos del lenguaje de las ramas; todos los términos han sido tomados del libro de Baal HaSulam “Talmud Eser Sefirot”, Parte A, “Tabla de referencias para el significado de las palabras”:

Luz (Or): Todo lo que se recibe en los mundos superiores a nivel de “existencia de la existencia”, que incluye todo fuera del material de los Kelim (vasijas).

Tiempo (Azman): Cierta suma de discernimientos que se desprenden uno del otro y se entrelazan uno en el otro a razón de causa y efecto.

Oscuridad (Joseh): La cuarta fase del deseo de recibir, que no puede recibir en su interior la Luz Superior por causa de la restricción.

Lugar (Makom): El deseo de recibir que existe en el creado, es el “lugar” para toda la abundancia y la Luz que hay en él.

Cabeza (Rosh): Aquella parte en el creado que más se equipara con la forma de la raíz llamada “Cabeza”.

Espíritu (Ruaj): La Luz de Jasadim se llama Ruaj.

Luz: La fuerza de otorgamiento que activa y llena a todas las almas.

Ponte a prueba:
  • ¿Qué tenemos que tratar de hacer durante la lectura de los libros de Cabalá, y por qué es dificultoso hacerlo?

 

Resumen de la Lección

Puntos Principales

  • Todos los libros de Cabalá han sido escritos desde el alcance práctico de la realidad espiritual, según la regla: todo lo que no hemos alcanzado, no le daremos nombre o palabra.
  • El individuo alcanza la realidad (espiritual o material) a través del deseo de recibir, y nunca sabe cuál es la realidad misma, solo cómo impresionarse de ella.
  • Según la ley de raíz y rama, cada “rama” en este mundo tiene una “raíz” única y especial propia, de la cual se desprende hasta este
  • El lenguaje de las ramas describe las raíces espirituales a través de los nombres de sus “ramas” en nuestro
  • Cuando nos topamos, en los libros de Cabalá, con palabras que conocemos de nuestra vida diaria, debemos recordar que estas nos dirigen a las raíces espirituales y no a lo que ocurre en nuestro

Términos

Raíz – Causa.

Rama – Efecto.

Mundo de las raíces – El mundo espiritual.

Mundo de las ramas – El mundo material.

Lenguaje de las ramas – Lenguaje que describe la realidad espiritual a través de nombres de las “ramas” materiales.

Preguntas y Respuestas

Pregunta: Explique por qué la realidad espiritual que alcanza el cabalista, es eral tanto como la realidad material.

Respuesta: El cabalista alcanza la realidad espiritual a través del sentido, del deseo de recibir, tal cual nosotros alcanzamos la realidad material.

Pregunta: Defina brevemente la ley de raíz y rama.

Respuesta: Según la ley de raíz y rama, cada “rama” en este mundo tiene una “raíz” única y especial propia, de la cual se desprende hasta este mundo.

Pregunta: ¿Qué tenemos que tratar de hacer durante la lectura de los libros de Cabalá, y por qué es dificultoso hacerlo?

Respuesta: Tenemos que tratar de interpretar correctamente las palabras en su sentido espiritual. Es difícil hacerlo porque gran parte de las palabras en los libros de Cabalá son conocidas para quien habla el hebreo, y es muy fácil tentarse a interpretarlas en su sentido material.

 

Lección No. 3 Unidad 2 – La Luz que  Reforma

En esta lección estudiaremos sobre: Cómo estudiar la sabiduría de la Cabalá correctamente / La Luz que reforma / Las cuatro lenguas de la Santidad

El Inferior Aprenderá del Superior

En un mundo caótico como el nuestro, es bueno tener unas cuantas verdades claras y fijas que siempre ayudan al individuo a reorganizarse después de un ataque de mareo por el carrusel de la vida. El sol, por ejemplo, siempre despunta en el oriente, tu esposa siempre tiene la razón, y todo lo que tiene que salir mal, saldrá mal. De la misma forma, cuando alguien llega a estudiar la sabiduría de la Cabalá y se encuentra un tanto confundido por la lluvia de términos desconocidos y por las nuevas direcciones del pensamiento, al menos se consuela con saber que si estudia con empeño, después de un tiempo comenzará a dominar el material y entenderá de qué trata. El asunto es que… no es así…

Por más extraño que parezca, la sabiduría de la Cabalá no se aprende con el intelecto sino con el deseo. La sabiduría de la Cabalá no se aprende como cualquier otra sabiduría. En la sabiduría de la Cabalá, no hay que acumular conocimientos y conectar correctamente las partes de la información en una sola imagen clara. En la sabiduría de la Cabalá, para entender, tienes que querer – querer cambiar, querer corregir. La espiritualidad se puede comprender únicamente partiendo del deseo corregido con la intención de otorgar. La sabiduría de la Cabalá no es un estudio teorético; la condición para comprenderla es vivirla, o sea, sentir en la práctica la realidad espiritual.

Solo sintiendo la espiritualidad es posible entender qué es. Así aprendimos en la unidad anterior. Para comprender el texto en los libros de Cabalá, hay que elevarse primero al grado espiritual que describen estos libros. Solo alcanzando la raíz espiritual podremos entender el lenguaje de las ramas. Mientras nos encontramos en la realidad de nuestro mundo, los libros de Cabalá están sellados para nosotros, no comprendemos qué está escrito en ellos.

Y no solo los libros están sellados para nosotros. Mientras nos encontremos en nuestro mundo, la realidad espiritual integra está cerrada y sellada para nosotros. Tomen un lápiz o lapicera y subrayen esta frase: desde nuestro mundo es imposible comprender qué es la espiritualidad. Este es un principio sumamente importante en el estudio de la sabiduría de la Cabalá, porque nos define claramente qué podemos hacer y qué no somos capaces de hacer para llegar a la espiritualidad. Para alcanzar la espiritualidad hay que atender los consejos de los cabalistas, que se encuentran en la espiritualidad. No hay otra forma. Desde nuestra realidad en este mundo no existe posibilidad ninguna de entender, imaginar o siquiera adivinar cuál es el camino al alcance espiritual.

Es más, aunque queramos solamente entender qué sucede aquí, en nuestro mundo, debemos elevarnos por encima de él, al mundo de las causas, puesto a que únicamente partiendo del alcance del mundo espiritual es posible entender la causa de lo que sucede en este mundo, tal como escribe Baal HaSulam: “el inferior aprenderá del  superior” (La esencia de la sabiduría de la Cabalá).

Incluso los límites de nuestra comprensión en este mundo están marcados de la misma forma. Por ejemplo, nosotros podemos investigar y comprender los grados evolutivos inferiores al nuestro– el nivel inanimado, el nivel vegetal y el nivel animal. También contamos con un entendimiento suficiente del funcionamiento del cuerpo humano. Los interrogantes comienzan a surgir cuando hablamos de la interioridad del hombre. No tenemos claro según que reglas, si es que las hay, están organizados los contactos entre nosotros. La estructura interna-psicológica de cada uno de nosotros, tampoco es clara lo suficiente para nosotros. Respecto a este tema, lo oculto excede a lo revelado.

¿Por qué? Porque no tenemos la posibilidad de investigar nuestra esencia y comprenderla desde el grado en el que nos encontramos. Para comprender quiénes somos realmente, debemos observarnos desde un punto de vista exterior, más elevado. En otras palabras, para comprender quiénes somos debemos ascender a un nivel superior de existencia – a la espiritualidad.

Ponte a prueba:
  • ¿Cuál es la condición para entender la sabiduría de la Cabalá?

Maravillosa Virtud

Como una lluvia en pleno verano, como un elefante en medio de Manhattan, como Gustav Mahler en pleno mercado del vecindario – una sola pregunta se planta en medio de la explicación sobre el lenguaje de las ramas y exige una respuesta. Y la pregunta es simple y consistente: si no comprendemos nada de lo escrito en los libros de Cabalá, ¿qué sentido tiene aprender de ellos?

La verdad es que esta pregunta es muy importante y no es de extrañarse que tenga tanta carga, porque en la respuesta a esta pregunta se encuentra la llave para la entrada al mundo espiritual – el único medio para el cambio del método de trabajo con el deseo de recibir; el secreto que separa entre nosotros y el mundo espiritual – ese secreto que los cabalistas cargan durante miles de años.

¿Suena interesante? Permítannos dejarlos un poco en tensión. La respuesta a esta pregunta la revelaremos en unos párrafos más adelante. Mientras tanto, para enfatizar la pregunta aun más, resumamos los principios del capítulo anterior. Aprendimos que es imposible describir la espiritualidad mediante el lenguaje material. Por lo tanto, los cabalistas escribieron sus libros en el lenguaje de las ramas. Puesto a que cada rama material se desprende de su única raíz espiritual, los cabalistas pueden usar los nombres de las ramas en nuestro mundo para describir las raíces espirituales. Y eso es lo que hacen, a través del lenguaje de las ramas. De aquí comprendemos que la condición básica para comprender el lenguaje de las ramas es el alcance de la raíz espiritual de cada rama material.

En otras palabras, para comprender el lenguaje de las ramas tenemos que estar en el alcance espiritual. En el artículo “Esencia de la sabiduría de la Cabalá”, escribe Baal HaSulam, que el lenguaje de las ramas hay que aprenderlo de boca de un cabalista, y es posible comprenderla “solamente si quien la escucha es sabio por sí mismo, o sea, que conoce y comprende las relaciones de las ramas con sus raíces”, o sea, tiene alcance espiritual.

De hecho, los cabalistas escriben sus libros para quien ya se encuentra en la espiritualidad, para trasmitir unos a otros, información sobre el mundo espiritual. Cuando un cabalista lee lo que escribió otro cabalista, este puede recrear en su interior el texto y sentir exactamente a qué se refirió su compañero, así como un músico recrea sonidos de un compositor de hace 500 años (mediante las notas musicales), o así como expresamos el lenguaje de la aritmética mediante las cifras.

De aquí surge la pregunta con la que abrimos: ¿qué sentido tiene que alguien que no se encuentra en la espiritualidad lea los libros de Cabalá? El mismo Baal HaSulam contesta a esta pregunta en el artículo “Introducción al Talmud Esser Sefirot” (punto 155): “efectivamente esto contiene un gran asunto, digno de ser publicado, porque tiene una virtud invalorablemente maravillosa, para quien se dedique a la sabiduría de la Cabalá, y a pesar de que no comprendan lo que estudian, más bien a través de su fuerte deseo y voluntad por comprender lo que estudian, despiertan a las Luces que circundan a su alma sobre ellos… las cuales acercan mucho al hombre, para que llegue a su integridad”.

Para simplificar, como escribe Baal HaSulam, en los libros de Cabalá se encuentra una fuerza espiritual especial; y si leemos estos libros con el deseo de comprender lo escrito en ellos, despertamos esta fuerza espiritual que yace en su interior, y esta actúa sobre nosotros y nos acerca a la espiritualidad, a nuestro estado perfecto.

¿Cómo funciona esto? Según la sabiduría de la Cabalá, ya nos encontramos en el estado perfecto, llenos de todo lo bueno y todo el placer prometido. Solo nos resta descubrirlo. Mientras no sentimos nuestro estado perfecto, la Luz no ilumina en nuestro interior sino por fuera de nosotros. Las Luces que iluminan por fuera de nosotros se llaman, en la sabiduría de la Cabalá, “Luces circundantes”. Y así como escribe Baal HaSulam, cuando despertamos las Luces circundantes, estas nos acercan a nosotros a nuestra perfección.

¿Cómo despertamos las Luces circundantes? Baal HaSulam escribe que nosotros despertamos las Luces a través de nuestro deseo por entender el texto, pero esto no se refiere a la comprensión en el sentido común en nuestro mundo. La comprensión en la espiritualidad es posible solamente dentro del deseo de cambiar, y al final, desde el alcance, desde el cambio interno del deseo y la sensación de la realidad espiritual de facto. Solo así se puede entender lo que está escrito en los libros de Cabalá, solo desde el alcance mediante el sentido del mundo espiritual. Por lo tanto, cuando leemos los libros de Cabalá, tenemos que anhelar alcanzar la sensación de la espiritualidad. Solo de ese modo despertaremos las Luces circundantes.

La Luz que corrige se llama en la sabiduría de la Cabalá con el nombre “Torá”, de la palabra “Orá” (iluminación). El estudio de la Torá, según la sabiduría de la Cabalá, es un estudio con la intención de atraer la Luz que reforma, que nos llevará a la sensación de la espiritualidad.

El próximo párrafo está dedicado a todo aquel que la explicación sobre las Luces circundantes, y las Luces en general, le suena demasiado “volátil”, místico y de ninguna manera científico. Según la sabiduría de la Cabalá, hay dos fuerzas situadas en los fundamentos de la Creación: la fuerza de otorgamiento y la fuerza de recepción, Luz y Kli (vasija). La Luz, quiere otorgar. El Kli, quiere recibir. La relación entre ambos es simple: si el Kli quiere recibir lo que la Luz quiere otorgarle, la Luz lo iluminará de inmediato. Es una ley natural. Dado a ello, cuando leemos los libros de Cabalá con el deseo de pasar del estado de recepción al estado de otorgamiento y llegar al alcance espiritual, a la abundancia que la Luz quiere brindarnos, estaremos invocando necesariamente una reacción de parte de la Luz, que nos acerca a la espiritualidad.

De aquí que podremos entender también el significado de la palabra “Segulá” (virtud) que Baal HaSulam hace referencia a ella. Según la sabiduría de la Cabalá, todas las partes de la Creación están conectadas entre sí mediante leyes estrictas, según un plan premeditado, y por eso, no hay en la Creación lugar a fenómenos místicos y milagros. No obstante, en nuestro estado actual, la mayoría de las conexiones entre las partes de la Creación están ocultas a nuestra vista. Por eso no siempre sabemos distinguir la relación de la causa y el efecto entre diferentes fenómenos, y no tenemos la capacidad de explicarlas. Esta falta de relación se llama “Segulá”.

Imagínense un individuo que pertenece a una tribu alejada, que por primera vez en su vida se para frente a las puertas de un supermercado, que se abren por sí solas ante él. Seguramente que enseguida caería de rodillas en un intento de complacer a la fuerza sobrenatural que se acaba de revelar ante él. Por su parte, se trata de un milagro inexplicable. La secuencia de acciones en base a causa y efecto que hizo que la puerta se abriera es algo que está oculto para él. Del mismo modo, nosotros no comprendemos la conexión entre la lectura de los libros y la influencia de la Luz sobre nosotros.

Y no hay ningún problema con esto. No se nos exige comprenderlo. Por el contrario, los intentos de explicar racionalmente la influencia de las Luces circundantes sobre el individuo, no alcanzan el objetivo. Antes de finalizar esta parte, es importante repasar y recalcar el principio que Baal HaSulam nos explica una y otra vez en diferentes referencias en sus escritos: no se estudia la sabiduría de la Cabalá con el fin de acumular conocimientos, filosofar y hacernos más inteligentes. La sabiduría de la Cabalá se aprende desde el deseo, el deseo de corregirse. El deseo es que define. Recuérdenlo.

La espiritualidad se alcanza solamente desde el deseo, el deseo de estar en la espiritualidad. El deseo correcto atrae la Luz que reforma, que actúa sobre el deseo y lo cambia. Y cada vez que el deseo cambia, aunque sea solo un poco, y se reajusta hacia la espiritualidad, nos acercamos más a la comprensión de la espiritualidad. Esto es lo que denominamos “el corazón comprende”.

Ponte a prueba:
  • ¿Qué son las Luces circundantes, y cómo nos pueden acercar a la espiritualidad?

Cuatro Lenguas

Antes era mucho mejor. Antes se podía vivir. Hoy incluso nos han sacado hasta el placer de la nostalgia del pasado. Olas de Tsunami de información y estímulos inmediatos ahogaron en su interior los vestigios de nuestros héroes de la niñez. Aun así, una heroína sigue en pie frente a los agentes del siglo 21, y no pueden contra ella – Bilá Zuckerman, la leyendaria maestra de estudios bíblicos en el colegio primario.

Ya entonces, la insistencia era su segundo nombre. Nada podía moverla de su lugar, especialmente cuando se trataba de cuentos bíblicos. Ella tenía una su propio plan. Como un espíritu profético que pronosticó el circo de incertidumbre en el que vivimos, Bilá Zuckerman procuraba cuidar la simpleza y la constancia. “¿Cómo es que no entiendes cómo una ballena se traga una persona y esta sale de su estomago tres días y tres noches después?”, se enfurecía cada vez, “es tan simple como lo escuchas”.

Simple, seguro que no es. Lo sabíamos entonces y lo sabemos hoy. Lo que aun no sabemos es qué era realmente lo que quiso el autor decir, o sea, cuál es la forma correcta de comprender los cuentos bíblicos. Vean lo que escribe el “Libro del Zóhar” sobre la Torá: “Pobre de aquel que dice que la Torá viene a contarnos cuentos con simpleza… y si la Torá viene a demostrarnos los asuntos del mundo, hay entre los gobernadores del mundo quienes tienen palabras más sobresalientes. Entonces, vayamos tras ellos y hagamos de ellos Torá. Resulta que las palabras de la Torá son secretos superiores”(«Interpretación del Sulam Beaalutjá, 58).

La verdad es que no solo la Torá viene a contarnos cuentos simples. Todos los libros sagrados para el pueblo judío, son secretos superiores. La biblia, la literatura de los antiguos sabios, la Mishná, el Talmud, la literatura de la Leyenda y, por supuesto, la literatura de la Cabalá – todos fueron escritos por cabalistas, y en su interpretación interna, profunda, todos describen únicamente la realidad espiritual. Y puesto a que es así, el significado interno oculto en estos libros, está escondida para nosotros.

Los cabalistas usan cuatro lenguas:

La lengua de la Torá – la cual describe el mundo superior en un lenguaje narrativo.

La lengua de la Halajá (recopilación de las principales leyes judías) – lenguaje con el que se escribieron la Mishná y el Talmud.

La lengua de la Hagadá (leyenda) – un lenguaje muy profundo y difícil de entender.

La lengua de la Cabalá – un lenguaje muy preciso y práctico.

Todas estas lenguas (fuera de la de la Hagadá), hacen uso del lenguaje de las ramas, y cada lengua tiene sus ventajas y desventajas: una de ellas describe la realidad espiritual en forma general y la otra – detalladamente, una es fácil de entender y otra es difícil.

Daremos varios ejemplos del significado interior oculto en las lenguas sagradas:

Lengua de la Torá:

“En el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Génesis 1:1)

La sabiduría de la Cabalá nos enseña que el Creador creó una realidad que está compuesta de dos fuerzas: el deseo de dar y el deseo de recibir – el ego. En el cuento de la Creación, estos se denominan “cielo y tierra”. Para implementar el Plan de la Creación, el creado tiene que utilizar estas dos fuerzas y no solo una de ellas. Si solo tuviéramos el deseo de dar, o sea ´cielo´, entonces seríamos como los ángeles, daríamos y ya está, sin elección. Si tuviéramos únicamente el deseo de recibir, o sea la ´tierra´, entonces solo querríamos recibir, como recién nacidos. A través de las diferentes lenguas, la sabiduría de la Cabalá nos explica cómo combinar estas dos fuerzas correctamente.

Lengua de la Halajá:

“Dos se agarran de un Talit (manto de rezo)… este dice que es todo suyo, y este dice que la mitad le pertenece… este toma tres partes y el otro una cuarta parte” (Baba Metzía, 2:71).

Los cabalistas que compusieron la Guemará, explicaron en ella ampliamente cómo utilizar correctamente el deseo de recibir y el deseo de otorgar. En este ejemplo de la lengua de la Halajá, el creado se denomina “Talit”. Cuando el individuo comienza su camino espiritual, dos fuerzas – el deseo de dar y el de recibir – lo “agarran”, o sea, lo dominan. En cierto momento quiere unificarse con el prójimo y dar, y en otro momento lo domina de pronto el segundo deseo y quiere solamente disfrutar del prójimo y usarlo. Cuando se avanza en la espiritualidad, se aprende a dominar estas dos fuerzas y determinar en cada estado la combinación y la actitud correcta entre las dos.

Lengua de la Hagadá:

“Y se alteraban los hijos en sus entrañas. Cuando pasaba por las puertas de la Torá de Shem y Eber – Jacob se alteraba y se contraía para salir, pasaba por delante de las puertas de la idolatría – Esaú se contraía para salir” (Rashi, Génesis, 25:22).

Los cabalistas eligieron la lengua de la Hagadá para explicarnos sobre estados espirituales que eran difíciles para describir en otras lenguas. ´Jacob´, en este caso, es la fuerza positiva que ayuda al creado para elevarse al grado del Creador y ser amador como Él. ´Esaú´, en esta historia, es la fuerza que, supuestamente, obstaculiza al creado para conseguir esa meta. En esta historia, se explica cómo determinar la relación entre las fuerzas, cuál de ellas actuará en ti. Todo depende de la comunidad de personas con las que elijas estar. Hay un entorno que te ayudará a avanzar en la espiritualidad y te convertirá en una persona que ama al prójimo, y hay un entorno que te alejará de la espiritualidad y te hará sentir que todo el mundo está en deuda contigo.

Lengua de la Cabalá:

“He aquí esa forma de compartir de Maljut en Biná…se hizo en ella un nuevo fin sobre la Luz Superior, es decir, en el lugar de Biná” (Baal HaSulam, Introducción a la sabiduría de la Cabalá, punto 59).

Así como en los otros fragmentos, también en esta cita se trata de dos fuer- zas que actúan en la Creación: el deseo de recibir y el deseo de otorgar. “Maljut”, en la lengua de la Cabalá, es el deseo de recibir, y “Biná” es el deseo de otorgar.

La lectura en cada uno de los libros sagrados, con el deseo de llegar al alcance espiritual, despierta la influencia de las Luces circundantes. Pero la mejor lengua para el estudio de la sabiduría de la Cabalá, es la lengua de la Cabalá.

¿Por qué? Porque en el resto de las lenguas, el peligro de materializar las cosas, es muy grande. La lectura en la Biblia o en Shuljan Aruj, por ejemplo, puede llevar al individuo a pensar que se trata de moral o cuentos sobre nuestro mundo. Sin embargo, la lengua de la Cabalá describe la realidad espiritual en la lengua de las Sefirot, y nos facilita para mantener la intención correcta durante el estudio y despertar la influencia de las Luces circundantes.

Ponte a prueba:
  • ¿Qué está escrito en los libros sagrados, y qué literatura, entre los libros sagrados, es la más adecuada en el estudio de la sabiduría de la Cabalá?

Resumen de la Lección

Puntos Principales

  • La sabiduría de la Cabalá no es un estudio teorético. La condición para entenderla es vivirla, sentir de forma práctica la realidad
  • El inferior aprenderá del Es imposible comprender la espiritualidad desde la materialidad.
  • En los libros de Cabalá se encuentra una fuerza espiritual especial llamada Luz que reforma, que tiene la capacidad de acercarnos a la espiritualidad.
  • La condición para atraer la Luz que reforma es leer los libros con el deseo de llegar a la sensación de la realidad
  • Los libros de Cabalá son los mejores libros para estudiar la sabiduría de la Cabalá

Términos

Superior – El próximo nivel.

Inferior – El nivel anterior.

Luces circundantes – Las Luces que iluminan fuera de nosotros, mientras no estamos en el estado corregido.

La Luz que reforma – La fuerza que corrige la naturaleza egoísta y la eleva al atributo de otorgamiento.

Torá – La Luz que reforma. Torá – proviene de la palabra “Orá” (luz)

Preguntas y Respuestas

Pregunta: ¿Cuál es la condición para entender la sabiduría de la Cabalá?

Respuesta: La condición para entender la sabiduría de la Cabalá es llegar al alcance espiritual. La sabiduría de la Cabalá no es un estudio teorético. La condición de entenderla es vivirla, sentir de forma práctica la realidad espiritual.

Pregunta: ¿Qué son las Luces circundantes y cómo pueden acercarnos a la espiritualidad?

Respuesta: Las Luces circundantes son las Luces que iluminan fuera de nosotros mientras no estamos corregidos. Tienen una virtud que nos acerca a la espiritualidad, con la condición de que leamos los libros de Cabalá con el deseo de alcanzar esa sensación de la realidad espiritual.

Pregunta: ¿Qué está escrito en los libros sagrados, y qué literatura, entre los libros sagrados, es la más adecuada en el estudio de la sabiduría de la Cabalá?

Respuesta: En el estrato interior oculto de los libros sagrados, los cabalistas describen la realidad espiritual. Los libros de Cabalá son los más apropiados para estudiar la sabiduría de la Cabalá, puesto a que la posibilidad de que los materialicemos durante la lectura, es la menor a comparación de otros libros sagrados. 

Lección Nº 1 Unidad 3 – Libros de Cabalá

En esta lección estudiaremos acerca de: Los escritos de Rabí Yehudá Ashlag – Baal HaSulam / Escritos de Rabí Baruj Shalom Ashlag – Rabash

¡Abran los Libros!

Días de veda en Israel, a principios de la década de los cincuenta del siglo anterior. En medio de una gran habitación, en un edificio ruinoso y pobre, se encuentra una vieja prensa de imprenta. Un hombre, de unos sesenta años, está inclinado sobre la prensa y ordena letras sobre la plancha de imprenta. El espacio de la sala está impregnado de un fuerte y amargo olor a plomo. El hombre que trabaja sobre la impresión tipográfica es Rabí Yehudá Ashlag; hace muy poco terminó de componer la obra más importante entre todas sus composiciones, la cual se revelará como uno de los escritos más importantes de la historia de la sabiduría de la Cabalá – “Interpretación del Sulam (Escalera) del Libro del Zóhar”. Ahora está trabajando en su publicación.

Puesto a que no tiene la posibilidad de pagar a un cajista, trabaja doblado durante horas sobre la prensa de imprenta, ordenando las letras de impresión por sus propios medios, dado la gran importancia que le adjudica a la publicación de la “Interpretación de la Escalera”. Así pasa día tras día, durante muchos días, a pesar de su edad avanzada. Muchas horas invertidas ordenando la litografía, hasta que después de muchos días se descubrió que el plomo afecto su salud.

Es imposible descartar la gran importancia que le daba Baal HaSulam a la impresión de sus libros. Si comprendemos el valor especial de los libros de Cabalá en general, y el valor especial de los libros del Rabino Ashlag en particular, podremos comprender también la gran importancia que le atribuía Baal HaSulam a la publicación de sus libros.

Los libros de Cabalá son la única conexión entre nuestro mundo y el mundo espiritual, y por lo tanto, son el medio más importante para implementar el propósito de nuestras vidas. Mediante estos libros, los cabalistas conectan entre el sistema espiritual que ellos alcanzaron y el individuo que vive en nuestro mundo, el cual, por ahora, se encuentra en una incomprensión total y falto de consciencia, pero deseando llegar al alcance espiritual.

No solo Baal HaSulam veía la gran necesidad de la publicación de sus escritos. Muchos cabalistas, a lo largo de la historia, dejaron tras de sí libros, como el “Libro de Yetzirá (Creación)” del patriarca Abraham, el “Libro del Zóhar” de Rashbi, el “Libro de la vida” del Arí o “El camino de Dios” de Ramjal. La próxima lección la dedicaremos a una explicación sobre los libros de Cabalá en general y en particular, a los libros designados para el estudio en nuestra generación.

Una de las características más prominentes de los libros de Cabalá, son las circunstancias inusuales y a veces misteriosas, de su composición y su exposición. Así, por ejemplo, una cantidad significante de libros de Cabalá, escritos a lo largo de los años, fue archivada o quemada parcialmente después de su composición, y solo después de muchos años, volvió a revelarse. Muchos de los cabalistas no escribieron sus libros, sino sus discípulos fueron anotando lo que escuchaban de sus maestros. Un buen ejemplo de esto es el “Libro del Zóhar”, que fue escrito por Rabí Aba, alumno de Rabí Shimón Bar Yojai (Rashbi), fue archivado después de ser escrito y revelado cientos de años después en circunstancias que no están claras hasta el día de hoy. Otro ejemplo es los escritos del Arí, que fueron anotados por su alumno, Rabí Jaim Vital, que dio la orden de enterrarlos junto a él y archivarlos, solo que su tumba fue asaltada, y los escritos fueron extraídos de ella.

La razón de este extraño fenómeno, es la necesidad de revelar la sabiduría y al mismo tiempo, ocultarla. Mientras la humanidad no estuviera lista para la sabiduría de la Cabalá, esta fue revelada solamente a virtuosos, para que ellos la adapten a su generación. Solo que, a la par, ellos debían ocultarla del resto de la gente, que aun no estaban listos para revelarla. Estos cabalistas obraron según la ley de “revelar una parte y cubrir dos”, o sea, revelaron la sabiduría solamente en la medida necesaria y al mismo tiempo, procuraron ocultarla – ya sea en la forma en la que escribieron los libros o en hechos, archivando los escritos o quemándolos.

Así, a lo largo de la historia, los cabalistas escribieron muchísimos libros. En el artículo “La teoría de la Cabalá y su esencia”, Baal HaSulam explica por qué lo hicieron: “La sabiduría de la verdad… tiene que ser entregada a cada generación, y cada generación agrega un eslabón sobre los anteriores, y de esa forma se va desarrollando la sabiduría y con ello se va convirtiendo en apta para una expansión más extensa entre la multitud”. Tratamos este tema brevemente en la lección 1, donde vimos que la sabiduría de la Cabalá se revela de acuerdo al desarrollo del deseo de recibir, y los cabalistas escriben sus libros para adaptar la sabiduría de la Cabalá al nuevo nivel del deseo que se revela en su generación.

De aquí comprendemos la razón por la cual los libros de Baal HaSulam son los más adecuados para el estudio de la sabiduría de la Cabalá en nuestra generación. Baal HaSulam escribió sus libros para el deseo de recibir que se reveló en su último grado evolutivo a finales del siglo 20, en el tiempo en el que cada ser humano es apto – o, mejor dicho, debe – estudiar la sabiduría de la Cabalá. De aquí que lo que más resalta entre todos los escritos de Baal HaSulam es el método ordenado y claro para el estudio de la Cabalá, adaptado para toda persona, descrito en sus libros.

Ponte a prueba:
  • ¿Por qué es tan importante para los cabalistas escribir libros de Cabalá y publicarlos?

Los Escritos de Baal HaSulam

La perspectiva diferente y revolucionaria de la sabiduría de la Cabalá, causó, en muchos casos, la marginación de los cabalistas de las comunidades en las que vivían, o al menos, fueron ignorados públicamente. Así como muchos que lo precedieron, tampoco Rabí Ashlag tuvo satisfacción alguna de la actitud del público hacia su teoría y sus escrituras. Cuando falleció en el año 1954, muy pocos conocían sus composiciones y menos aun fueron los que continuaron estudiándolas.

En la introducción al libro “La última generación”, el profesor Eliezer Schweid (galardonado con el Premio Israel, en Filosofía Judía) describe con mucha sensibilidad las circunstancias del anonimato al que fue condenado Rabí Ashlag durante su vida:

“Esto no fue causado por la dificultad de entender la profundidad de sus ideas ni su pesada forma de expresión. Por lo contrario – Rabí Ashlag tuvo la rara virtud de decodificar secretos. Sus palabras son transparentes y claras, al grado que, por medio de ellas, todo lector alcanza la verdad que él presenta.

Rabí Ashlag se esforzó para que se le conozca públicamente, con el fin de traer la redención al mundo, pero él hablaba como un individuo que se refería directamente a todos los de su pueblo dondequiera que estaban, como individuales, más allá de sus tendencias políticas y sin mediación política alguna. El hecho de que pertenecía a cierta comunidad judía no lo convirtió en representante de los intereses de ninguna institución, y por ello, ninguna institución lo respaldaba.

Ese fue, por lo tanto, el precio que pagó Rabí Ashlag por su entereza, su libertad de pensamiento, su transparencia y su valor. Pero gracias a todo esto, sus palabras no se hicieron esclavas de la estrecha visión de ideologías institucionales contemporáneas, y parecen pertenecientes y convincentes tal como eran en su momento, y quizás aun más, porque mucho de lo que él anticipó, está ocurriendo hoy en día y sus explicaciones son válidas como una digna herramienta para hacer frente a los retos del futuro de la humanidad, del pueblo judío, y del Estado de Israel”.

Efectivamente, a partir del año 1995, tal como lo predijo el mismo Baal HaSulam, el interés por sus escrituras y sus enseñanzas, va en aumento. El mundo global que se revela a nuestra vista, y los nuevos desafíos que nos presenta, enfatizan más aun la relevancia y la importancia de los escritos de Baal HaSulam, como el único medio de solución de los graves problemas que se revelan en nuestros días, tanto a nivel individual como a nivel general.

Baal HaSulam escribía mucho. Durante su vida, y después de su muerte, se publicaron decenas de sus artículos. Rabí Ashlag escribió también, entre otras cosas, interpretaciones de escrituras de otros cabalistas e incluso publicó un periódico cabalista llamado “HaUmá” (La nación). Las dos obras mayores, fruto de muchísimos años de trabajo, cada una de ellas se desarrolla a través de miles de páginas, son “Interpretación del Sulam (Escalera)” que escribió sobre el “Libro del Zóhar” y “Talmud Eser Sefirot”, la interpretación de los escritos del Arí.

Baal HaSulam invirtió enormes esfuerzos en la escritura de la interpretación del “Libro del Zóhar”. Sus alumnos cuentan que se sentaba y escribía durante largas horas cada día, hasta que se dormía con la pluma en mano, y era difícil de quitársela de entre sus dedos entumecidos.

La importancia que veía Baal HaSulam en la publicación de la “Interpretación del Sulam del Libro del Zóhar” provenía, primeramente, de la importancia del mismo “Libro del Zóhar”. La fuerza espiritual que yace en el mismo, es extremadamente especial, y no existe fuerza igual en todos los libros de la Cabalá. Esto es puesto a que está designado a la corrección del deseo de recibir en su último y mayor grado de evolución, el cual se revela en estos días. Y por ello, Baal HaSulam se esmeró tanto en la escritura de la “Interpretación del Sulam para el Libro del Zóhar”.

El “Libro del Zóhar” está escrito mayormente en arameo, y con abundantes parábolas materiales. Por lo tanto, es muy fácil equivocarse en su interpretación y confundir a los demás, tal como sucedió muchas veces a lo largo de la historia. Para eliminar este obstáculo, Baal HaSulam tradujo el “Libro del Zóhar” del arameo al hebreo, e interpretó todas las parábolas materiales según el lenguaje de las Sefirot de forma que es imposible equivocarse en su interpretación. Solo que el trabajo de Baal HaSulam sobre la “Interpretación del Sulam”, no se resumió solo a esto. Desde la altura de su elevado nivel espiritual, desde el cual se escribió también el “Libro del Zóhar”, Baal HaSulam organizó su interpretación para el “Libro del Zóhar”, de modo que lo escrito en él actúe sobre nuestras almas con la máxima eficiencia.

Como hemos mencionado, otra obra muy significativa de Baal HaSulam, a la par de la “Interpretación del Sulam”, es el “Talmud Eser Sefirot” – la interpretación de los escritos del Arí. Similarmente a la “Interpretación del Sulam”, también el “Talmud Eser Sefirot” una obra comprehensiva y amplia, que se detalla a lo largo de miles de páginas. El libro describe detalladamente la estructura de los mundos espirituales y su desprendimiento desde el Plan de la Creación hasta este mundo. Así como en el “Sulam”, también en el “Talmud Eser Sefirot”, Baal HaSulam procuró interpretar las palabras del original de modo que no se caiga en el error de materializarlas.

El “Talmud Eser Sefirot” fue escrito como un libro de estudio en todos los sentidos. Está compuesto de dieciséis partes, divididas en capítulos y subcapítulos. Al final de cada capítulo, hay un capítulo especial que resume toda la unidad de estudio, y al final de este, un glosario de términos y una tabla de preguntas y respuestas. La organización del “Talmud Eser Sefirot” como un libro de estudio en todo sentido, señala el enfoque de Baal HaSulam referente al estudio de la sabiduría de la Cabalá como el estudio de cualquier otra ciencia.

Aparte de la “Interpretación del Sulam” y del “Talmud Eser Sefirot”, Baal HaSulam compuso decenas de artículos más. Entre los más importantes se encuentran los artículos que publicó en el libro “Entrega de la Torá”, así como cuatro introducciones que escribió para la “Interpretación del Sulam del Libro del Zóhar”: “Prefacio a la sabiduría de la Cabalá”, “Prefacio al Libro del Zóhar”, “Introducción al Libro del Zóhar” y “Prefacio a la interpretación del Sulam”. En los artículos de “Entrega de la Torá” y otros artículos que publicó, Baal HaSulam explica el camino espiritual del hombre desde su principio hasta el final. En estas composiciones, Baal HaSulam presenta un método claro y práctico para alcanzar la espiritualidad de manera accesible a todo el mundo.

Ponte a prueba:
  • Señale tres características importantes de la “Interpretación del Sulam del Libro del Zóhar”. ¿De qué trata el “Talmud Eser Sefirot”?

El Último Mohicano

El Rabino Baruj Shalom Ashlag, conocido como Rabash (1907-1991), hijo y seguidor de Baal HaSulam, el Rabino Yehudá Ashlag, era un cabalista oculto, en todo el sentido de la palabra. A pesar de su inmensa altura espiritual, fue una persona muy modesta a la cual le fastidiaba la publicidad y pasaba todo su tiempo estudiando y escribiendo. No obstante, es muy difícil encontrar palabras para describir, aunque sea en lo mínimo, cuan grande fue la contribución de este gran cabalista para nuestra generación y para las generaciones venideras.

En cierto modo, Rabí Baruj Ashlag era el “último de los mohicanos”. Él fue el último eslabón en la gloriosa cadena de los cabalistas más grandes, que comenzó con el primer cabalista, Abraham, y continuó hasta su padre, Rabí Yehudá Ashlag. La función de Rabash en esta cadena es, quizás, la función más significativa de nuestro días – conectar entre todos los grandes cabalistas y el hombre en nuestro mundo y adaptar el método de la Cabalá a las almas que se revelan en nuestra generación.

A pesar que él mismo se encuentra en el tope de la escalera espiritual, sus pies nunca se separaron del piso, y todos sus escritos están dirigidos a la persona común que desea revelar si existe algo más alto de lo que este mundo puede ofrecer. Desde su elevado alcance espiritual, Rabí Baruj Ashlag comprendió la necesidad del individuo, a finales del siglo 20, de descubrir el secreto de la vida, y logró adaptar la sabiduría de la Cabalá a esa necesidad de la forma más simple y accesible.

En el año 1983, sucedió un punto de inflexión en la vida de Rabash. Hasta esa etapa, él enseñaba a unos pocos alumnos que le acompañaban a lo largo de los años. De pronto, llegaron a su grupo 40 estudiantes nuevos, jóvenes y laicos de todo el país, que anhelaban revelar el secreto de la vida. Estos provenían de una variedad de niveles de la sociedad israelí y eran muy distintos a los alumnos que había conocido hasta el momento.

En su trabajo peculiar trabajo con los nuevos aprendices, Rabash desarrolló el método espiritual más adecuado para nuestra generación. Cada semana les escribía un artículo, en el que describía detalladamente y en un lenguaje simple, cada una de las fases del trabajo interno del individuo que se encuentra en el camino espiritual. Los artículos escritos por Rabash sirven de fundamento en el estudio de la sabiduría de la Cabalá en nuestra generación. Últimamente, todos los artículos han sido recopilados en una serie de libros llamados “Escritos de Rabash”.

Ponte a prueba:
  • ¿Cuál es la función de Rabash en la cadena de los grandes cabalistas?

Resumen de la Lección

Puntos Principales

  • Los libros de Cabalá son la única conexión entre el mundo espiritual y nuestro
  • Muchos de los libros de Cabalá fueron escritos y archivados porque el deseo de recibir no estaba lo suficientemente desarrollado para la revelación de la sabiduría de la Cabalá.
  • Los escritos de Baal HaSulam son los más adecuados para el estudio de la sabiduría de la Cabalá en nuestra generación, puesto a que los compuso para el deseo de recibir que se revela en esta generación.
  • Las dos composiciones más importantes de Baal HaSulam son “Interpretación del Sulam para el Libro del Zóhar” y “Talmud Eser Sefirot”.
  • Los escritos de Rabí Baruj Ashlag (hijo de Baal HaSulam), constituyen un nexo de unión entre nosotros y la cadena de los grandes cabalistas, que comienza con Abraham y termina con Baal HaSulam

Términos

Descubrimiento de una parte y ocultando dos – La revelación de la sabiduría de la Cabalá en la medida deseada, y de acuerdo a ello, su ocultamiento en la medida deseada.

Interpretación del Sulam para el Libro del Zóhar – La interpretación de Baal HaSulam sobre del “Libro del Zóhar” de Rabí Shimón Bar Yojai. .

Talmud Eser Sefirot – Interpretación de Baal HaSulam a los escritos del Arí.

Preguntas y Respuestas

Pregunta: ¿Por qué es tan importante para los cabalistas escribir libros de Cabalá y publicarlos?

Respuesta: Los libros de Cabalá son la única conexión entre el mundo material y el mundo espiritual. Mediante estos escritos, los cabalistas conectan entre el sistema espiritual que alcanzaron y la persona común que vive en nuestro mundo.

Pregunta: Describa tres características importantes de la “Interpretación del Sulam para el Libro del Zóhar

Respuesta: 1) Traducción del arameo al hebreo; 2) Aclaración de las parábolas materiales en su sentido espiritual, de modo que no se puedan materializar; 3) Organización de la escritura de modo que lo que está escrito en el “Libro del Zóhar” actúe sobre nuestra alma de la forma más efectiva.

Pregunta: ¿De qué trata el “Talmud Eser Sefirot”?

Respuesta: De la aclaración de la estructura de los mundos espirituales.

Pregunta: ¿Cuál es la función de Rabash en la cadena de los grandes cabalistas?

Respuesta: La conexión entre los grandes cabalistas y la persona común en nuestro mundo, y la adaptación del método de la Cabalá para las almas que se revelan en nuestra generación.

Secuencia Lógica

(Sinopsis del Desarrollo del Curso)

Aprendimos que la sabiduría de la Cabalá es el método para la revelación del Creador a los creados en este mundo.

Aprendimos que para revelar al Creador, tenemos que cambiar la intención de “con el fin de recibir” a “con el fin de otorgar”.

Aprendimos que en los libros de Cabalá se esconde una fuerza espiritual especial llamada Luz que reforma, que tiene la capacidad de cambiar nuestra intención de “con el fin de recibir” a “con el fin de otorgar”.

 

La Percepción de la realidad: imaginación y realidad

 

Lección No. 2 Unidad 1 – ¿Realidad o Imaginación?

En esta lección estudiaremos sobre: Diferentes enfoques de la percepción de la realidad / La conexión entre el deseo de recibir y la percepción de la realidad/ La ley de equivalencia de forma

Éramos Como los que Sueñan

Era una mañana común y corriente en la ciudad italiana Monza. Las aguas del río Lambro corrían lentamente, como todos los días, cruzando la ciudad de norte a sur, camino a la bahía de Génova. Nadie podía predecir lo que iba a ocurrir.

Al mediodía sucedió: el consejo de la ciudad publicó una regla municipal nueva y escandalosa, según la cual – pongan atención – los residentes de la ciudad no podrán tener más peces dorados en cuencos de cristal redondos. Así es, la vida puede ser cruel, a veces.

En vista de las cejas ceñidas por el desconcierto, el parlante de la municipalidad, Gianpietro Mosca tuvo que verter un poco de luz sobre esta insólita decisión. Mediante un comunicado a la prensa explicó Mosca, que la vida dentro de los redondos acuarios, convierten a los indefensos peces en miserables, ya que las curvadas paredes de madera, los obliga a ver el mundo de forma distorsionada.

Desde entonces, muchas aguas han corrido en el río Lambro. La calidad de vida de los peces dorados en la ciudad mejoró dramáticamente. Aun así, quedo una pregunta pendiente en el aire: ¿será verdad que la realidad que ven los peces dorados en un acuario redondo, es diferente a la nuestra? Pero, ¿quién puede asegurar que esta sea menos real? En general, ¿qué seguridad tenemos de que la imagen que tenemos de la realidad es la verdadera?

Bienvenidos a la segunda lección “Introducción a la sabiduría de la Cabalá”. El tema que averiguaremos en esta parte es, indiscutiblemente, el más interesante y desafiante del estudio de la sabiduría de la Cabalá – la percepción de la realidad. No se preocupen, no se trata de un sofisma filosófico, como puede parecer. Por lo contrario, si entendemos cómo percibimos a la realidad, podremos enfrentar de manera más clara varias de las preguntas esenciales sobre nuestra vida, darles una respuesta e implementarla en la práctica.

Con el fin de entender más fácilmente el enfoque de la sabiduría de la Cabalá sobre el tema de la percepción de la realidad, repasaremos brevemente el camino a través del cual se desarrolló el enfoque científico de este tema a lo largo de los años.

Según el enfoque clásico que representa Newton, el mundo existe por sí mismo, sin relación al hombre, y su forma es constante. Luego Einstein descubrió que el mundo es mucho más amplio de lo que se percibe. Nuestra percepción es relativa y depende de nuestros sentidos, y por lo tanto no podemos decir cuál es precisamente el mundo que está por fuera de nuestro “acuario”. Todo  depende del observador que percibe la realidad.

El enfoque científico moderno de la percepción de la realidad, basada en la física cuántica, sostiene que el espectador influye sobre el mundo y como resultado de ello, cambia la imagen que percibe. La imagen de la realidad es como un promedio entre las cualidades del observante y las cualidades del objeto o del fenómeno que capta.

¿De qué se trata esto? Los físicos descubrieron que las pequeñas partículas que comprenden todos los detalles de la realidad – no tienen un espacio definido, ni una velocidad definida, ni siquiera un tiempo definido. Curiosa- mente, todos estos datos se definen únicamente cuando alguien los mide, y todas las medidas son válidas igualmente.

¿Confuso? Escuchen qué tiene para decir la sabiduría de la Cabalá al res- pecto: según la sabiduría de la Cabalá, el mundo que está por fuera de nosotros es, de hecho, una ilusión. En realidad, no tiene ninguna forma propia.

En el artículo “Introducción al libro del Zóhar punto 21, explica Baal HaSulam, que todo ese gran maravilloso mundo que vemos, supuestamente por fuera de nosotros, en realidad es una imagen interna que se dibuja solamente en nuestro interior.

Y así lo dice Baal HaSulam con sus palabras: “por ejemplo, nuestro sentido de la vista, que vemos frente a nosotros un mundo inmensamente grande, y toda su maravillosa integridad. En realidad, no vemos todo eso sino en nuestra propia interioridad, o sea, en la parte de atrás del cerebro, donde hay como una cámara fotográfica que ilustra en ella todo lo que vemos, y nada fuera de nosotros”.

Para poder ilustrar estas palabras, imaginemos que el hombre es una caja cerrada en la que hay cinco canales de entrada: ojos, oídos, nariz, boca y manos (Ver Gráfico Nº 6). Estos órganos representan los cinco sentidos: vista, oído, olor, gusto y tacto, a través de los cuales el hombre capta algo que, supuestamente, se encuentra fuera de él.

A través de estas cinco aberturas en la caja, entran todo tipo de estímulos. Todos se concentran en su interior y pasan procesos diferentes relacionados con la información que se encuentra en la memoria de esta persona y en base a su deseo. El resultado que se recibe es cierta imagen de la realidad, la cual es proyectada sobre un tipo de “pantalla cinematográfica” que se encuentra en la parte posterior del cerebro. Esta imagen que se dibuja en la parte posterior del cerebro es nuestra imagen de la realidad. En otras palabras, según la sabiduría de la Cabalá, la persona es quien determina su percepción de la realidad.

¿Qué hay en realidad fuera de nosotros? No lo sabemos.

Nosotros vemos a nuestra vista un mundo lleno de infinidad de detalles, pero no podemos saber qué son esos detalles por sí mismos, en su esencia. Lo único que sabemos es cómo los percibimos. También el Creador, del cual nos habla la sabiduría de la Cabalá, es según la forma en la que lo captamos nosotros en nuestra percepción (en condiciones muy específicas que detalla- remos a continuación) y no como es realmente. El Creador, tal como es por sí mismo, se llama en la sabiduría de la Cabalá “Su Esencia”, y la sabiduría de la Cabalá no trata de Él en absoluto.

Resumimos en breve los tres enfoques sobre la percepción de la realidad como las hemos repasado hasta el momento y el enfoque de la sabiduría de la Cabalá: según la física clásica, la realidad tiene una existencia objetiva fuera de nosotros. Según Einstein, la imagen de la realidad es un asunto relativo, que depende del observador. Según la física cuántica, la imagen de la realidad es un promedio entre las cualidades del observador y las cualidades de lo que se encuentra fuera de este. Según la sabiduría de la Cabalá, la realidad fuera de nosotros no tiene imagen alguna. El individuo es quien define la imagen de su realidad.

 

¿Por qué es tan importante este conocimiento sobre el individuo que determina su imagen de la realidad? Puesto a que la conclusión que surge de estas palabras es que un cambio interno del individuo conduce inevitablemente a una percepción diferente de la realidad. Y efectivamente es así que se revela la realidad espiritual – desde el cambio interior que ocurre en dentro de nosotros.

Ponte a prueba:
  • Según la sabiduría de la Cabalá, ¿cómo se crea la imagen de la realidad en el individuo?

¿Quién ha Dado la  Orden?

La sabiduría de la Cabalá es la raíz de todas las ciencias. Así escribe Baal HaSulam en el artículo “La teoría de la Cabalá y su esencia”: «Todas las sabidurías del mundo, de lasmás chicas a las más grandes, se incluyen en ella (en la Cabalá), en una forma impresionante que compara todas las diferentes sabidurías unas con otras… de modo que equipara entre otras, osea, hasta que el orden de toda sabidurá se deriva en sus caminos».

No es de sorprenderse entonces, que después de miles de años de evolución, la ciencia se vaya acercando a la sabiduría de la Cabalá y muchas de sus conclusiones se asemejen a las de ella. De ese modo, por ejemplo, como hemos explica- do ampliamente en la parte anterior de la lección, los enfoques de la ciencia moderna y de la sabiduría de la Cabalá respecto a la percepción de la realidad, son muy cercanos. Aun así, hay una diferencia muy importante entre las dos:

si bien la ciencia explica cómo percibimos la realidad, esta no explica cuál es el propósito por el cual percibimos de ese modo la realidad. Sin embargo, la sabiduría de la Cabalá, se enfoca en la investigación del propósito.

Según la sabiduría de la Cabalá, la fuerza que se encuentra detrás de los mecanismos de la percepción de la realidad del individuo, es el deseo de recibir. Y este deseo de recibir actúa según un programa muy simple: recibir lo que es bueno para él y alejarse de lo que le perjudica. Obviamente que según esta misma lógica, el deseo de recibir administra también la forma en la que percibimos la realidad. Todos nuestros órganos sensitivos y todos los mecanismos de descodificación de la información, incluyendo la “pantalla cinematográfica” en la parte posterior del cerebro, sobre la cual se proyecta la imagen de la realidad – todos son “agentes” del deseo de recibir, que sirven su deseo: recibir lo que es bueno para él y alejarse de lo que le perjudica.

En otras palabras, vemos lo que queremos ver, y no vemos lo que no queremos ver. El deseo es el que despierta en nosotros necesidades y determina lo que le veremos o no veremos alrededor. Así, por ejemplo, una persona que se convierte en padre, comienza a poner atención a la presencia de negocios con productos para bebés en cada esquina. Los negocios estaban allí antes, pero al no tener necesidad de ellos, no se percataba de su existencia.

Naturalmente, nuestro deseo de recibir nos orienta para captar solamente lo que es bueno para nosotros (o lo que puede causarnos daño). Cuanto más se desarrolla el deseo, y con él, el intelecto, más comprendemos, más captamos, más controlamos, y de acuerdo a esto nuestra percepción de la realidad se va ampliando.

Pero – y esto es un “pero” importante” – mientras captemos la realidad a través del “lente” del deseo de recibir, nuestra percepción de la realidad seguirá limitada solo a una parte muy específica de la realidad – únicamente la parte material. Esto es porque no podemos captar el estrato oculto, espiritual, de la realidad, por medio del deseo de recibir.

Con el fin de profundizar más sobre la razón del porqué no podemos captar la realidad espiritual a través del deseo de recibir, debemos conocer una de las leyes fundamentales de la sabiduría de la Cabalá, la “ley de la equivalencia de forma”. Según la ley de equivalencia de forma, para captar algo material o espiritual, debemos desarrollar en nuestro interior, una sensibilidad hacia ese algo. En otras palabras, más científicas: la herramienta sensoria que tiene que captar cierta cosa, tiene que contener en su interior algo de la calidad de esa misma cosa que tiene que captar.

Un simple ejemplo, relativamente, podrá ayudarnos a comprender de qué se trata. Fuera de nosotros existen infinidades de ondas de sonido en infinitas frecuencias. Con el fin de captar cierta frecuencia, por ejemplo la frecuencia de alguna estación de radio, sincronizamos la radio según esa frecuencia (girando el selector de frecuencias). En realidad lo que hacemos es crear dentro de la radio una frecuencia igual, y según la equivalencia de forma, captamos la estación que quisimos escuchar.

Así también en lo referente a la espiritualidad. Para captar la espiritualidad, debemos crear en nuestro interior una “frecuencia” espiritual, insertar dentro del deseo de recibir, algo del atributo de otorgamiento. ¿Cómo se hace? Esto lo averiguaremos en la próxima lección. Por ahora, es suficiente con que comprendamos que mientras que el deseo de recibir esté completamente su- mido en la recepción, y no tenga nada en él del atributo de otorgamiento, no podemos comprender qué es el otorgamiento y no tenemos la capacidad de captar la realidad espiritual.

En resumen, captamos la realidad a través de los cinco sentidos, que actúan según el programa del deseo de recibir. Si enturbiamos o perturbamos la acción de uno de los sentidos, o Dios no permita, alguno de ellos se afecta, percibiremos la realidad de forma distinta completamente. Aun si intensificamos los sentidos (mediante aparatos auxiliares), percibiremos la realidad diferentemente.

Podemos cambiar el alcance de la captación de nuestros sentidos, y de acuerdo a ello ampliar o restringir nuestra imagen del mundo, pero de todos modos, nunca pasaremos los límites de la imagen de la realidad de nuestro mundo. ¿Por qué? Porque en definitiva, siempre captaremos la realidad según el programa interno del deseo de recibir, y como hemos aprendido anteriormente, el deseo de recibir nos limita solamente a una percepción parcial de la realidad, a la percepción de la realidad material. Según la sabiduría de la Cabalá, la materialidad se refiere a todo lo que captamos a través del “lente” del deseo de recibir.

Si queremos comenzar a avanzar de nuestro estado actual, ampliar nuestra realidad, saber dónde nos encontramos y para qué, debemos ocuparnos únicamente de lo que se encuentra en nuestro interior – en el deseo. Profundamente adentro, se encuentra el deseo, y es este el que activa todas nuestras herramientas de absorción, así como al intelecto y también el pensamiento.

¿Cómo podemos captar la realidad más amplia, la espiritual, que no está limitada por nuestro deseo de recibir? Para lograrlo, debemos cambiar el programa según el cual obra el deseo de recibir. ¿Cómo se cambia este programa? Precisamente de esto se ocupa la sabiduría de la Cabalá.

Ponte a prueba:
  • ¿Qué tenemos que hacer para captar la imagen de la realidad espiri- tual?

Resumen de la Unidad 1

Puntos Principales

  • Según la sabiduría de la Cabalá, la realidad por fuera de nosotros no tiene forma El individuo que capta la realidad es quien le da forma. En otras palabras, el hombre forma la imagen de su realidad.
  • También el Creador del cual habla la sabiduría de la Cabalá, es el Creador como lo captamos nosotros y no como es en El Creador, tal como es realmente, se llama en la sabiduría de la Cabalá “Su Esencia”, y la sabiduría de la Cabalá no trata de Él.
  • El deseo de recibir es un programa interno que dirige el mecanismo de nuestra percepción de la realidad. Nosotros vemos lo que queremos Para captar la realidad espiritual, debemos cambiar el programa según el cual captamos la realidad, o sea, el deseo de recibir.
  • Según la ley de equivalencia de forma, para captar la realidad espiritual, debemos desarrollar dentro del deseo de recibir, una sensibilidad respecto a la espiritualidad, o en otras palabras, introducir en su interior algo del atributo de

Términos

Ley de equivalencia de forma – Para captar algo, debemos desarrollar en nuestro interior una sensibilidad respecto a ese algo. Para alcanzar la realidad espiritual, debemos contener el atributo de otorgamiento, porque la espiritualidad es otorgamiento.

Su Esencia – La sabiduría de la Cabalá se ocupa únicamente de la forma en la que percibimos al Creador, y no del Creador mismo tal como es. El Creador, tal como es, se llama, en la sabiduría de la Cabalá, “Su Esencia”.

Preguntas y Respuestas

Pregunta: ¿Cómo se crea en el individuo la imagen de la realidad según la sabiduría de la Cabalá?

Respuesta: Uno capta la información que está por fuera de él a través de los cinco sentidos, la procesa mediante el intelecto, y como resultado, recibe en su cerebro posterior, la imagen de la realidad.

Pregunta: ¿Qué debemos hacer para captar la imagen de la realidad espiritual?

Respuesta: Debemos cambiar el “programa” que maneja el mecanismo de la percepción de nuestra realidad, o sea, cambiar el deseo de recibir, de recibimiento a otorgamiento.

 

Lección No. 2 Unidad 2 – La Verdadera  Realidad

En esta lección estudiaremos sobre: Deseo y intención/ Intención con el fin de recibir e intención con el fin de otorgar / Percepción del “yo” y el mundo por fuera de mí / ¿Qué es el  otorgamiento?

¿A qué te Refieres, Exactamente?

Esa partícula, pequeña, que vuela a la velocidad de la luz, se encuentra en un curso de colisión. Nuestro amigo microscópico se está por estrellar contra un átomo de plutonio, fisionar su núcleo y liberar una enorme cantidad de energía. Va a ser una explosión. Una explosión atómica.

Sí, así sucede, más o menos. Un ingenuo neutrón se encuentra con un núcleo de uranio o plutonio a una velocidad de relámpago, el núcleo se divide y libera de su interior una energía atómica enorme – una energía que se puede utilizar para terribles necesidades, tales como las que vimos a finales de la Segunda Guerra Mundial, o para necesidades buenas y útiles, como la investigación y la medicina. Se puede dividir un núcleo para matar, y se puede dividir un núcleo para revivir – todo depende de la intención.

¡La intención, amigos míos, ahí está el asunto! Pónganse los cinturones de seguridad, ha llegado el momento de sumergirse en las profundidades de la creación – al sitio donde actúan las fuerzas más delicadas, más abstractas, más ocultas, y también, más potentes de la realidad – bienvenidos al mundo de las intenciones.

La vida en nuestro mundo nos enseña que, cuanto más abstracta es cierta fuerza, así la potencia que se encierra en su interior es mayor. Piensen, por ejemplo, en un gran garrote de madera – cuánto daño se puede provocar con él o cuánto beneficio se puede extraer de él, a comparación del daño o beneficio que se puede extraer de un pequeño núcleo de átomo de uranio. El átomo, que es invisible a la vista, está cargado de una potencia increíblemente mayor que la de un tangible garrote. Imagínense, entonces, cuánta energía se atesora en fuerzas abstractas más grandes que las del átomo – nuestros pensamientos y nuestras intenciones. Como hemos dicho, “cierren sus cin- turones”, esto será un estallido…

Con el fin de comprender qué significa la intención según la sabiduría de la Cabalá, primero debemos aclarar un punto importante respecto a la materia de la Creación – el deseo de recibir. En la lección anterior y durante todo el curso, aprendimos que nuestra naturaleza, el deseo de recibir, nos oculta al Creador. El deseo de recibir quiere solamente recibir, el Creador quiere so- lamente dar, y esta contradicción es la que nos impide revelar al Creador. Los cabalistas escriben que el ocultamiento o la revelación del Creador, se miden según nuestra semejanza a Él. Cuanto más otorga el creado, más el Creador se revela a él. Y viceversa, cuanto más se encuentra el creado bajo la influencia de la fuerza de recepción que hay en él, más se oculta el Creador de él.

La lógica conclusión de todo lo dicho es que debemos corregir el deseo de recibir. Aparentemente parecería que si invertimos nuestra naturaleza del recibimiento al otorgamiento, se revelará ante nosotros la realidad espiritual y con ella todo lo bueno de la Creación. Solo que el deseo de recibir no es el origen del problema y no es a este que tenemos que corregir. El deseo de recibir no es ni bueno ni malo. El deseo de recibir es la materia de la Creación – materia y nada más que eso. La corrupción que exige corrección no es el deseo de recibir, sino el modo de uso que le damos a este deseo. La corrección, según la sabiduría de la Cabalá, es el cambio del uso del deseo, de recibimiento a otorgamiento.

El modo de uso del deseo de recibir, en la sabiduría de la Cabalá, se llama “intención”. Según la sabiduría de la Cabalá se puede utilizar el deseo de recibir de dos modos:

  1. Para beneficio propio
  2. Para beneficio del prójimo.

El uso del deseo de recibir para beneficio propio se llama “recibir con la intención de recibir”. El uso del deseo de recibir para beneficio general, se llama en la sabiduría de la Cabalá “recibir con la intención de otorgar”.

Un acto con la intención con el fin de otorgar significa un acto que no tiene ni siquiera el mínimo pensamiento de beneficio propio. Así como el Creador que es íntegramente otorgante, y no tiene interés propio ninguno, así tiene que ser la acción de otorgamiento del creado. El asunto es que mientras nos hallemos en nuestro mundo, todo acto que hacemos está contaminado obligatoriamente, en tal o cual medida, de ganancia propia. Incluso una madre que da de sí misma a sus hijos, lo hace por cálculos de su propio beneficio.

En el artículo “Entrega de la Torá punto 13, escribe Baal HaSulam: “cada movimiento que hace el individuo, lo hace por amor propio, lo hace por alguna recompensa que, en definitiva, volverá a él y lo beneficiará… pero hacer cualquier movimiento o molestia, solamente por amor al prójimo, o sea, sin ninguna expectativa de alguna recompensa que vuelva a él, es algo para evitar, sin dudas, por parte de su naturaleza”.

No existe en nuestro mundo ejemplo alguno de trabajo con el deseo de recibir con la intención de otorgar. Todos los seres humanos en nuestro mundo actúan con la intención de recibir. Para comprender qué significa la intención con el fin de otorgar, debemos adquirirla mediante el estudio de la sabiduría de la Cabalá, aprender cómo trabajar con el deseo de recibir, no para beneficio propio, sino para beneficio general. Y hasta que lo logremos, no podremos comprender qué significa la intención con el fin de otorgar.

Para resumir, no es el deseo de recibir el que está corrupto, sino la intención. Y mejor dicho aun, la intención con el fin de recibir. Cuando los cabalistas escriben que el deseo de recibir es el que hay que corregir, lo dicen así con motivos de abreviar palabras. Como todo material en la Creación, el deseo de recibir no puede ser bueno o malo. En valores de bueno o malo se puede juzgar solamente el modo de uso del individuo del deseo de recibir, o sea, la intención con la que lo usamos.

Resulta que también a la espiritualidad (como cualquier otra cosa), la alcanzamos con el deseo de recibir, pero el deseo corregido con la intención de otorgar. Como aprendimos en la lección anterior, no podemos hablar de nada tal como es, sino como lo percibimos con el deseo de recibir. Al Creador (la espiritualidad) también lo percibimos mediante el deseo de recibir, pero con el deseo corregido con la intención de otorgar.

Si se preguntaron cómo se relaciona esto con la percepción de la realidad, esta es la respuesta: la intención con el fin de recibir, es el programa según el cual obra el deseo de recibir en nuestro mundo, y es este el que oculta de nosotros la realidad espiritual. Para revelar la realidad espiritual, debemos corregir la intención: convertirla de “con el fin de recibir” a “con el fin de otorgar”. La condición de la transición de la percepción de la realidad material a la realidad espiritual, reside en la corrección de la intención.

La sabiduría de la Cabalá se llama “sabiduría de lo oculto”, entre otras cosas porque se ocupa de los estratos internos del hombre, que solo están revelados para él mismo y ocultos para los demás. La sabiduría de la Cabalá se ocupa de los pensamientos, los deseos y las intenciones del hombre. Debemos dirigirnos hacia adentro. Allí, en nuestros deseos y nuestras intenciones, se encuentra el lugar de trabajo, y allí se nos revela la espiritualidad. Ningún acto externo, sea cual fuese, revelará ante nosotros la realidad espiritual, mientras este se haga con la intención incorrecta, con la intención con el fin de recibir. El cambio que debemos pasar es interno: el cambio de nuestras cualidades internas, el cambio de la intención.

Ponte a prueba:
  • ¿Cuál es la intención con el fin de recibir, y cuál es la intención con el fin de otorgar?

Un Mundo Completo Afuera

Grande. En Estados Unidos de América, todo es grande – inmensos son sus espacios, altos son las torres que rozan sus cielos, ilimitadas son las abiertas posibilidades ante los que entran por sus puertas, y si no son lo suficientemente grandes, siempre se pueden agrandar un poco más.

Hay algo conmovedor en esa ansiedad por lo grande. Quizás porque es tan básica, y quizás porque al final del día tiene sitio en el corazón de cada uno de nosotros. Después de todo, la locura de grandeza americana no es más que otro ejemplo de la persecución constante e inútil de toda la humanidad tras algo más grande. Tal como dicen los ancianos de Manhattan: “no importa cuán grande es el rascacielos, nunca será lo suficientemente grande”.

Según la sabiduría de la Cabalá, es natural que queramos más. La verdad es que no hay algo más natural que eso. Después de todo, el Creador (la naturaleza) nos creó para que disfrutemos de todo lo bueno de la Creación. Aun así, en vez de recibir todo, recibimos solo un poco. En vez de la imagen amplia y completa de la realidad, se nos revela a la vista una imagen restringida y parcial. Piénsenlo, ¡ni siquiera sabemos qué sucederá dentro de un momento! No es de asombrarse que profundamente, en cada uno de nosotros anida la sensación que se puede más. No en vano, a lo largo de la historia, intentamos descubrir partes adicionales de la imagen completa, entender más profunda- mente la realidad en la que vivimos.

Solo que las ganas de revelar más dentro de nuestras herramientas sensoria- les comunes, nos conduce a un callejón sin salida. No importa cuanto más se expanda nuestra imagen de la realidad, al final de cuentas, esta imagen seguirá siendo muy limitada. ¿Por qué? Puesto a que el mecanismo de nuestra percepción de la realidad está dirigido por nuestra intención egoísta, la intención con el fin de recibir. Todo el tiempo estamos centrados en nosotros mismos, en el beneficio que ganaremos en toda acción, y por eso, nuestra percepción de la realidad se limita a los límites de nosotros mismos.

Puesto a que nuestro deseo y nuestra memoria trabajan según la intención con el fin de recibir, estamos limitados como células individuales, a la percepción de una imagen limitada y estrecha de toda la realidad. A los efectos de sentir toda la realidad, la realidad espiritual, debemos ampliar nuestros contenedores sensoriales. (Ver Gráfico Nº 7)

El asunto es que “conectarse a los deseos de los demás” no es algo tan fácil. Para hacerlo, debemos sentir sus deseos como si fueran los nuestros. Y la única manera de hacerlo es cambiar la intención que monta sobre el deseo – de la intención interna-egoísta, con el fin de recibir, a la intención con el fin de otorgar. Solo con la intención con el fin de otorgar podremos sentir el deseo exterior. Y solo conectando los deseos del prójimo, podremos descubrir la imagen de la verdadera realidad.

Según la sabiduría de la Cabalá, la regla “Ama a tu prójimo como a ti mismo”, no es una ley moral con el propósito de obligarnos a tratar bien al prójimo, sino una ley de la naturaleza que tenemos que cumplir para descubrir la realidad espiritual completa. Así como el Creador maneja la Creación como un solo cuerpo, que todas sus partes están conectadas entre sí en lazos invisibles de amor, así también nosotros tenemos que conectarnos entre nosotros, según la regla de “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. La corrección de la intención de “con el fin de recibir” a “con el fin de otorgar”, de hecho, es la corrección de nuestra actitud hacia el prójimo, de un objeto que uso para mis propias necesidades a una verdadera parte de mí mismo. Y como hemos dicho, la corrección de la actitud hacia el prójimo es la condición de la revelación de la realidad espiritual.

Ahora podremos entender cuál es el beneficio en la forma en la que percibimos la realidad. Precisamente la imagen de la realidad que separa entre nuestro “yo” y todo lo que se encuentra por fuera de nosotros, nos permite hacer el trabajo de conexión y asemejarnos al Creador. Si nos hubieran crea- do en una imagen de realidad en la que existe solo “yo”, no podríamos realizar la corrección necesaria, y si nos crearan en una imagen de realidad en la que todos ya estamos conectados en un solo deseo común, nos faltaría el deseo independiente de cambiar la intención.

En resumen, para captar la realidad verdadera, el mundo de la verdad, debemos salir de nosotros mismos hacia afuera y comenzar a conocer lo que hay realmente. Entonces revelaremos que la vida no depende del cuerpo del individuo, de sus sentidos, de su deseo egoísta interno o de su memoria; la vida depende únicamente de la medida en la que uno anexa, conecta a sí mismo, todo lo que supuestamente se encuentra por fuera de uno, los deseos extraños.

Baal HaSulam escribe sobre esto en una de las cartas que escribió a sus alumnos (Carta 4): “y no te falta nada, más que salir al campo que Dios bendijo, y juntar todos aquellos miembros gastados que han caído de tu alma, y unirlos a un solo cuerpo. Y en el interior de ese cuerpo integro Dios depositará su Shejiná (Divinidad) permanentemente, sin cesar. Y la fuente de la gran sabiduría, y ríos superiores de Luz, serán como manantiales incesantes”.

Ponte a prueba:
  • ¿Qué relación hay entre los deseos del prójimo y la percepción de la realidad espiritual?

¡Qué Justo!

“Ojalá se pudiera unir toda la humanidad en un solo cuerpo, para poder abrazarlos a todos”. Estas cálidas y sabias palabras de boca del Rav Kook – fuera de ser una pequeña degustación del océano de sabiduría de este gigante cabalista, resumen todo el proceso de corrección que tenemos que pasar. En definitiva, cada uno de nosotros tiene que adquirir la intención con el fin de otorgar, sentir los deseos del prójimo como si fueran los suyos propios, y unir a toda la humanidad en un solo cuerpo. Y en ese cuerpo unificado, se revela el Único Creador.

El tema es que en un mundo tan egoísta e intensivo como el nuestro, es muy difícil ver cómo es posible acercarse a tales grados de conexión, y ni hablar de vivir en ellos. Mientras tanto, en cada momento que pasa, parecería que el tren vuela precisamente para el lado contrario. El homosapiens del Siglo XXI, está ensimismado de manera obsesiva. Un ejemplo increíble de esto es el de una señora de Taiwán que se compro un vestido de novia, alquiló una sala de eventos y… se casó consigo misma (increíble pero real).

“Oh”, pensarán ustedes moviendo la cabeza de lado a lado, “¿qué significa esta totalidad?” Solo hay que cambiar los anteojos negros con unos rosados y descubrir que no todos están tan sumergidos en sí mismos. A la prueba está, hay aun quien se preocupa por los desvalidos, y quien ayuda sin recompensa a los enfermos y se preocupa por el bienestar de nuevos inmigrantes. Nosotros también hemos donado dinero, tiempo y energía, más de una vez. En resumen, el espíritu voluntario no ha pasado del mundo.”

Este tipo de argumentos, solo enfatizan la perspectiva diferente de la sabiduría de la Cabalá. Según la sabiduría de la Cabalá, no hay persona en nuestro mundo que no esté motivada, en cada una de sus acciones, por cálculos de beneficio propio. Cada uno de nosotros, cada persona sobre la faz de la tierra, funciona según un programa interior que le obliga a preocuparse por sí mismo. A veces, los cálculos son complejos y es difícil identificar la motivación real detrás de la acción, pero también en estos casos, el incentivo es el mismo incentivo – beneficio propio.

Por ejemplo, una persona que da caridad en secreto, puede que lo haga partiendo del pensamiento que algún día él mismo o alguien de su familia pueden hallarse en una situación similar. A través de su generosidad, se tranquiliza a sí mismo de que si llegase a encontrarse en un estado igual, habrá quien le ayude a él también, y ni hablar del orgullo que acompaña este tipo de acción – ésta también es una digna recompensa para el deseo de recibir. Cada acción de entrega en nuestro mundo está motivada por intereses de recibimiento. En este asunto (y no solo en él), este discernimiento de los cabalistas es cortante: o trabajas con la intención con el fin de recibir o trabajas con la intención con el fin de otorgar. Y en nuestra realidad, en este mundo, todos trabajamos con la intención de recibir.

La intención es lo principal. No importa qué acción se haga – aunque par- tamos el cielo con oraciones por la paz del mundo, salvemos a los delfines de la extinción, protejamos los derechos de los refugiados – si la intención que se encuentra detrás de esta acción es “¿en qué me beneficio?”, no se trata de un acto de otorgamiento. No es de este tipo de otorgamiento y entrega a lo que se refiere la sabiduría de la Cabalá.

La intención es lo que debemos corregir, nuestra actitud interna más profunda respecto al prójimo. Debemos salir del cálculo de beneficio propio y vivir según el cálculo del beneficio general; llegar al estado en el que sentimos que los deseos del prójimo, son realmente como nuestros. Esto es otorgamiento de acuerdo a la sabiduría de la Cabalá. Y solo cuando la alcancemos, se nos abrirá la imagen del mundo espiritual. No se trata de un cambio tan simple. Tenemos que cambiar nuestra propia naturaleza. Obviamente no es algo que podamos hacerlo por nuestros propios medios. Para eso, se nos ha entregado la sabiduría de la Cabalá.

De aquí podemos entender la diferencia entre la sabiduría de la Cabalá y las teorías morales. Durante la historia, muchos han señalado al ego como el origen de todos los problemas. No hay que ser cabalista para entender que si sabemos manejar correctamente al ego, nuestra vida será mucho mejor. Solo que a diferencia de la sabiduría de la Cabalá, la solución que ofrecen los diferentes métodos morales es una acción directa en contra del ego: achicarlo, encerrarlo en una caja, no dejarlo irrumpir.

Pero el ego es más fuerte que cualquier intelecto humano. No hay caja que pueda encerrarlo en su interior, y no hay método que pueda achicarlo. Según el Plan de la Creación, el ego tiene que crecer – y crece. El mejor ejemplo de la falta de capacidad de reprimir el ego y la impotencia de los métodos de moral, es el sistema educativo. El sistema educativo ha tratado de imponer a los niños la conducta apropiada durante años, y el sufrimiento de los niños comenzó a borbotear lentamente como lava candente. Hoy, el volcán ha entrado en erupción.

Según la sabiduría de la Cabalá, no tiene ningún sentido ejercer actos directos contra el ego. En vez de intentar reprimirlo o restringirlo, los cabalistas nos enseñan cómo usarlo correctamente, cómo adquirir, por encima de él, una intención distinta, la intención con el fin de otorgar. En esta intención, adjuntamos a nosotros los deseos de los demás, ampliamos nuestra vasija de recepción y conseguimos la realidad espiritual.

Ponte a prueba:
  • ¿Qué es el otorgamiento según la sabiduría de la Cabalá?

Resumen de la Unidad 2

Puntos Principales

  • El deseo de recibir por sí mismo no es ni bueno ni malo; es la materia de la Creación. El bien y el mal se miden únicamente en relación al uso que le damos al deseo de recibir, en beneficio propio o en beneficio del prójimo.
  • El uso del deseo de recibir en beneficio propio se llama “intención con el fin de recibir”. El uso del deseo de recibir en beneficio del prójimo, se llama “intención con el fin de otorgar”.
  • Cada persona en nuestro mundo trabaja según la intención con el fin de Para cambiar la intención con el fin de recibir, tenemos que estudiar la sabiduría de la Cabalá.
  • Corrigiendo nuestra actitud hacia el prójimo, de la intención con el fin de recibir a la intención con el fin de otorgar, conectamos a nosotros los deseos del prójimo, ampliamos nuestras vasijas de recepción y captamos la realidad espiritual en el Kli (vasija)
  • La diferencia entre la sabiduría de la Cabalá y otros métodos de moral es, que en la sabiduría de la Cabalá no se reprime el deseo si no se corrige la intención.

Términos

Intención – La forma de uso del deseo de recibir.

Intención con el fin de recibir – El uso del deseo de recibir para beneficio propio.

Intención con el fin de otorgar – El uso del deseo de recibir para beneficio del prójimo.

Corrección – Cambio del uso del deseo de la intención con el fin de recibir a la intención con el fin de otorgar.

 

Otorgamiento – Estado en el que sentimos que los deseos del prójimo, son como propios.

Preguntas y Respuestas

Pregunta: ¿Qué es la intención con el fin de recibir, y qué es la intención con el fin de otorgar?

Respuesta: Intención con el fin de recibir es el uso del deseo de recibir en beneficio propio. La intención con el fin de otorgar es el uso del deseo de recibir en beneficio general.

Pregunta: ¿Qué relación hay entre los deseos del prójimo y la percepción de la realidad espiritual?

Respuesta: Para poder sentir la realidad espiritual, debemos ampliar nues- tras vasijas de recepción. Debemos salir del cálculo egoísta y estrecho del “beneficio propio” y conectarnos a los deseos de los demás.

Pregunta: ¿Qué es otorgamiento según la sabiduría de la Cabalá?

Respuesta: Un estado en el que sentimos los deseos del prójimo como nuestros.

Secuencia Lógica

(Orden del Desarrollo del Curso)

Aprendimos que la sabiduría de la Cabalá, es el método de revelación del Creador a los creados en este mundo.

Aprendimos que con el fin de revelar al Creador, debemos cambiar la in- tención de “con el fin de recibir” a “con el fin de otorgar”.

En la próxima lección estudiaremos como a través de los libros cabalísticos cambiar la intención

 

 

 

 

 

 

La luz que reforma