El Zóhar – No sin alcance
Capítulo 9 “Descifrando el lenguaje de la Sabiduría de la Cabalá” del libro “Una guía para la sabiduría oculta de la Cabalá”
Capítulo 9 “Descifrando el lenguaje de la Sabiduría de la Cabalá” del libro “Una guía para la sabiduría oculta de la Cabalá”
Capítulo 9 “Descifrando el lenguaje de la Sabiduría de la Cabalá” del libro “Una guía para la sabiduría oculta de la Cabalá”
(Continuación del artículo «Matan Torá»)
Todo Israel es responsable el uno por el otro (Sanedrín, 27: 72)
17) Esto se refiere a Arvut, la garantía mutua, cuando todo Israel se hizo responsable el uno por el otro, ya que no se les entregó la Torá sin antes preguntarles a cada miembro de Israel, si estaba de acuerdo en recibir el precepto de amor al prójimo en toda su extensión, «Ama a tu prójimo como a ti mismo”, así como está explicado en el párrafo 2 y 3, palabra por palabra. Es decir que cada miembro de Israel asumirá la responsabilidad de preocuparse y trabajar por cada miembro de la nación y satisfacer todas sus necesidades, no menos que lo que se preocuparía naturalmente por sus propias necesidades.
Después de que toda la nación estuvo unánimemente de acuerdo, dijeron «Lo haremos y escucharemos»; desde aquel momento cada miembro de Israel se hizo responsable de que no le faltara nada a los demás miembros de la nación. Entonces se hicieron merecedores de recibir la Torá, ya que con esta completa responsabilidad, cada miembro de la nación se desprende de toda preocupación personal y entonces puede cumplir el precepto de amar al prójimo como a sí mismo en su máxima potencia y dar todo lo que tiene al que lo necesite, ya que no se preocupa por sus propias necesidades puesto que está completamente seguro que seiscientos mil personas que lo quieren y le son leales se encuentran a su alrededor y están dispuestos a preocuparse por él.
Por lo dicho anteriormente, no estaban preparados para recibir la Torá en la época de Abraham, Itzjak y Iacov, sino después de haber salido de Egipto y de haberse convertido en una sola nación; sólo entonces se hizo realidad el hecho de que cada uno dejó de preocuparse por sus necesidades personales.
Lo que si sucede, es que al estar aún mezclados entre los egipcios, obligatoriamente, una parte de sus necesidades estaban en manos de paganos llenos de amor para sí mismos, por lo tanto esa parte de las necesidades no estaban aseguradas para los miembros de Israel, ya que sus amigos no las podían satisfacer, pues no estaban en sus manos y como ya está comprobado, que mientras la persona esté preocupada por sus propias preocupaciones, no es capaz de cumplir con el precepto de amar al prójimo como a sí mismo.
Por lo tanto la entrega de la Torá tuvo que demorarse hasta que salieran de Egipto y se convirtieran en una nación por sí mismos, es decir, hasta que la satisfacción de todas sus necesidades estuviera en sus propias manos sin depender de los demás. Fue entonces cuando fueron capaces de recibir la garantía (Arvut) de la que hablamos y por lo tanto se les entregó la Torá. Aún después de recibir la Torá, si alguien de Israel los traicionara y volviera al sucio amor propio, sin tener en consideración a los demás, esas necesidades que son puestas en manos de unos pocos, se convertirán en la preocupación de cada uno de Israel.
Esos pocos no se compadecerán y se detendrá el cumplimiento del precepto del amor al prójimo a todo Israel, de tal manera que estos vándalos son los causantes de que los que cumplen con la Torá, permanezcan en la suciedad del amor propio, ya que no se podrán ocupar del cumplimiento del precepto de amar al prójimo como a sí mismo y completar su amor por el prójimo sin la ayuda de estos.
Podemos ver que todo Israel es responsable el uno por el otro, en lo positivo y en lo negativo. Por el lado positivo si cumplen con la garantía mutua, de tal forma que cada uno satisface las necesidades de su compañero, entonces pueden cumplir con la Torá y las Mitzvot en su totalidad, es decir, complacer a su Creador (Punto 13). Y por el lado negativo, si una parte de la nación no quiere cumplir con la garantía mutua (Arvut) sino que prefieren sumirse en el amor propio, entonces ellos son los causantes de que el resto de la nación permanezca sumida en la suciedad y la bajeza, sin poder encontrar jamás la salida.
18) El Tana (Rabí Shimon Bar Yojai) nos explica acerca de la garantía mutua (Arvut) diciéndonos que se asemeja a dos hombres que se encontraban en un bote, cuando uno de ellos comenzó a hacer un agujero en el bote, su amigo le preguntó: ¿Por qué haces ese agujero? Su amigo le respondió ¿Qué te importa?, yo estoy agujereando debajo mío, no debajo de ti, a lo que el otro replicó, tonto, los dos nos hundiremos juntos con el bote.
Por lo tanto comprendemos que debido a que los vándalos, están sumidos en el amor en ellos mismos, con sus actos construyen un alambrado de hierro que evita que los que observan la Torá comiencen a observar la Torá y las Mitzvot como es debido, es decir así como está escrito, ama a tu prójimo como a ti mismo, que es la escalera para alcanzar la adhesión al Creador. Cuánta razón tenía el proverbio que decía: ¡Tonto! Los dos nos hundiremos juntos con el bote.
19) Rabí Eliazar, hijo de Rabí Shimon, se expande aún más en la explicación de la garantía mutua (Arvut), diciendo que no es suficiente que todo Israel sea responsable unos de otros, sino que todo el mundo debe ser responsable el uno por el otro. No es necesario discutirlo, ya que todos están de acuerdo que para comenzar es suficiente una nación que observe la Torá y comience con la corrección del mundo, ya que es imposible empezar con todas las naciones al mismo tiempo, como lo dijeron los maestros, acerca de que el Creador recorrió todas las naciones con la Torá y no la quisieron recibir, es decir, estaban sumidos en la suciedad del amor en sí mismos hasta por la cabeza, algunos ocupados en el adulterio, otros en robar, asesinar etc. A tal punto que era imposible por aquella época hablar con ellos acerca de si estaban dispuestos en abandonar el amor en sí mismos.
Por lo tanto, el Creador no encontró ningún idioma ni nación que fueran merecedoras de recibir la Torá, excepto los hijos de Abraham, Itzjak y Iacov, que recibieron el legado de sus antepasados y como dijeron los maestros: «Los padres observaban la Torá aún antes de recibirla», refiriéndose a que por lo elevado de sus almas, podían ir por todos los caminos del Creador, en lo que se refiere a la espiritualidad de la Torá, todo esto proveniente de su adhesión al Creador, sin que tengan en cuenta el lado práctico de la Torá, lo cual no tenían posibilidad de cumplir, como está escrito en «Matán Torá«, Punto 16.
Sin lugar a dudas, tanto la pureza física como la elevación espiritual de nuestros santos antepasados, influyeron en sus hijos y en los hijos de sus hijos y fueron así dignos de ese derecho, de esa generación en la que cada uno de los miembros de la nación asumió ese altísimo trabajo y cada uno dijo con entera convicción: «Haremos y escucharemos». Por esto fuimos elegidos, por necesidad, por ser un pueblo con una virtud especial entre todos los pueblos. Y resultó que sólo el pueblo de Israel asumió la garantía mutua (Arvut) necesaria y no los otros pueblos del mundo pues no participaron y esa es la realidad. ¿Cómo podría estar en desacuerdo Rabí Eleazar?
20) Sin embargo la corrección final, se llevará a cabo al hacer partícipe a todo el mundo en los misterios de la labor del Creador, así como está escrito» Y el Señor será Rey sobre toda la tierra: en aquel día el Señor será Uno solo y su Nombre Uno solo» Zacarías, 14:9). Y precisó escribiendo «En ese día» y no antes. Y también dice: «Porque la Tierra estará llena de conocimiento del Señor…y afluirán a Él todas las naciones.
Sin embargo el rol de Israel hacia el mundo, se asemeja al rol de nuestros santos ancestros hacia la nación israelita, es decir, así como el legado que heredamos de nuestros ancestros nos ayudó a evolucionar y a purificarnos hasta que fuimos merecedores de recibir la Torá, que si no hubiera sido porque nuestros padres observaron la Torá antes de recibirla, entonces no nos distinguiríamos del resto de las naciones (Punto 12).
Por lo tanto la nación de Israel tiene el deber a través de la Torá y las Mitzvot de capacitarse y capacitar al mundo hasta que evolucionen lo necesario para asumir el elevado trabajo de amor al prójimo, que es la escalera para llegar al propósito de la creación, que es la de adhesión (Dvekut) con el Creador.
De tal modo que todos y cada uno de los preceptos que el individuo de Israel cumpla, será para complacer al Creador y no para obtener algún beneficio o por amor a sí mismo. Esto tendrá como resultado ayudar a la evolución de los hombres del mundo, pues no se hace de una sola vez, sino por una evolución gradual hasta aumentar de tal manera, que pueda llevar a todos los seres humanos a la purificación deseada. Y esto es lo que los maestros denominan, “inclinar la balanza a favor”, es decir que ha concluido el peso de la purificación deseada y han comparado esto con el peso de la balanza, donde el cambio de equilibrio es llegar al peso deseado.
21) Estas son las palabras que Rabí Eleazar le dijo a Rabí Shimon, que el mundo es juzgado de acuerdo a su mayoría, refiriéndose al rol de la nación de Israel, de capacitar al mundo para una cierta purificación hasta que sean merecedores de asumir la labor del Creador, no menos de lo que fue Israel cuando recibieron la Torá. Esto es lo que los maestros denominan haber conseguido la mayoría de los derechos, y si inclinan la balanza hacia el platillo del deudor, esto es amor a sí mismo.
Por supuesto que si el platillo de la balanza a favor, que es el entendimiento de la calidad del amor al prójimo es mayor que el platillo de las sucias deudas, serán entonces capaces de llegar a un resultado final y decir “Haremos y Escucharemos”, así como dijo Israel, pero si antes de esto, es decir antes de lograr la mayoría de los derechos, vence el platillo del amor por uno mismo, entonces deberemos de aceptar su carga.
Los maestros dijeron: “El que hace una Mitzvá se sentencia así mismo y a todo el mundo a favor”, es decir, que el individuo de Israel que agrega su propia parte al peso final es como aquel que pesa los granos de sésamo y va agregando uno a uno a la balanza hasta que la balanza se inclina. Ciertamente, cada uno toma parte en el acto de pesar y sin la parte de cada uno no se podría llegar a un resultado final. Lo mismo decimos acerca del acto del individuo de Israel, que pesa a todo el mundo a favor. Esto es porque cuando todo esto termina y se inclina el platillo a favor del mérito, entonces cada uno tiene parte en ese resultado final ya que si no fuera por su acto el resultado no sería completo.
De esto se desprende que Rabí Eleazar no discrepa con el artículo de los maestros, acerca de que todo Israel está en garantía mutua, sin embargo Rabí Eleazar, hijo de Rabi Shimon habla acerca de la corrección de todo el mundo en un futuro y los maestros hablan acerca del presente, donde sólo Israel recibe la Torá.
22) Y Rabí Eleazar, hijo de Rabí Shimon se basa en la Micrá «Un pecador puede hacer perder mucho» porque ya ha sido demostrado que el sentimiento de admiración que siente el hombre al ocuparse de las Mitzvot entre el hombre y el lugar (Creador) es equivalente al sentimiento de admiración que siente al ocuparse de las Mitzvot entre el hombre y su semejante. El hombre está obligado a cumplir con las Mitzvot en Su nombre (Lishmá) sin ninguna esperanza de realizarlas por amor a sí mismo, es decir que no tiene ni un destello de esperanza de que por su esfuerzo reciba una recompensa, entendiendo que en ese punto máximo, el amor al Creador y el amor a su semejante se unen y se transforman en uno sólo.
Entendemos que él logra de esta manera progresar en la escalera del amor al prójimo entre todas las personas del mundo; esto es porque ese escalón, del que el individuo es responsable en menor o mayor grado, finalmente se une para que en un futuro la balanza se incline a favor, ya que también su parte se tiene en cuenta y se une al resultado final (alegoría del peso del sésamo).
Aquel que comete una falta, lo que significa que no puede sobreponerse y doblegar el sucio amor por sí mismo, es como si entrara a robar; entendemos así que esta persona se sentencia a sí misma y al mundo entero en contra. Porque al revelar la suciedad del amor a sí mismo, la natural bajeza de la creación vuelve y se refuerza; es como si redujera la cantidad de la balanza que se inclina a favor, como aquel que vuelve y substrae de la balanza el único grano que su amigo dejó allí; es como si elevara el platillo de la deuda y así hace retroceder al mundo; es por esto que se dice que un pecador puede hacer perder mucho ya que por no poder reprimir sus pequeñas pasiones, hace retroceder la espiritualidad del mundo entero.
23) Con lo dicho se aclara lo que se dijo anteriormente (Punto 5), acerca de que la Torá le fue entregada al pueblo de Israel, en cuanto a esto no hay discrepancia, siendo que el propósito de la Creación es de la responsabilidad de todo el género humano: tanto negro como blanco o como amarillo, sin ninguna diferencia.
Sin embargo al haber llegado la naturaleza humana a las profundidades más bajas, como hemos explicado anteriormente, debido a que es dominada por el amor a sí mismo, no hay forma de negociar y explicarles que acepten hacerse responsables aunque solo sea como promesa, salir de las estrechas miras al amplio mundo del amor al prójimo; únicamente el pueblo de Israel aceptó, porque ellos habían estado bajo el yugo de Egipto cuatrocientos años de grandes y terribles sufrimientos.
Nuestros maestros dijeron: «Como la sal endulza la carne, los sufrimientos limpian al hombre de los malos actos cometidos». Es decir, que le traen al cuerpo la purificación; además tenían en su haber el legado de la pureza de sus antepasados (ver Punto 16); esto es lo importante, así como lo atestiguan algunos versículos de la Torá.
Los dos prólogos anteriores nos permiten comprender el porqué fueron escrito en singular; «Y acampó Israel ante la montaña» y según nuestros maestros significa, como un solo hombre con un solo corazón, pues cada uno de los miembros de la nación se desprendió por completo del amor por sí mismo y su único interés fue el de servir a su compañero, como hemos visto anteriormente (Punto 16) sobre el significado de la Mitzva, “Ama a tu prójimo como a ti mismo”, que todos los individuos en la nación se unieron como un corazón y un hombre, pues solo entonces fueron merecedores de la Torá.
24) Por lo tanto, sin otra alternativa, le fue entregada la Torá al pueblo de Israel, raza de Abraham, Itzjak y Iacov, ya que era inconcebible que algún extraño participara en esto. Debido a lo cual la nación de Israel fue construida como una especie de pasadizo y a través de ella fluirán las chispas de la pureza hacia el género humano del mundo entero.
De tal forma, que esas chispas se multiplicarán día a día de manera inimaginable, hasta que alcancen la cantidad deseada y evolucionen de tal manera que sean capaces de comprender la tranquilidad y la paz impregnadas en la semilla del amor al prójimo, ya que entonces comprenderán que deben de inclinar el platillo a favor, para poder así ponerse a Su disposición, bajo Su bendita carga y el platillo de la falta desaparecerá de la faz de la tierra.
25) Ahora sólo nos queda completar lo que aclaramos (Punto 16), acerca de que la Torá no les fue entregada a los antepasados porque el precepto de «Ama a tu prójimo como a ti mismo» que es el eje de la Torá sobre el que giran las Mitzvot y para esclarecer esto debemos comprender que no es merecedora de existir solo para ser observada por un individuo, sino a través de la aceptación de la nación entera.
Es por esto que todo duró hasta la salida de Egipto; solo entonces fueron merecedores de observarla y se les preguntó si cada uno de los miembros de la nación estaba de acuerdo en cumplir con ese precepto y sólo después de aceptar, les fue entregada la Torá, aunque aún es necesario aclarar: ¿Dónde encontramos en la Torá que les fue hecha esta pregunta a los hijos de Israel y que ellos aceptaron cumplir con el precepto antes de recibir la Torá?
26) Es necesario comprender, que todo esto le es revelado a todo entendido, en esa invitación que envió el Creador a Israel a través de Moisés nuestro maestro, aún antes de recibir la Torá, como está escrito (Éxodo, 19:5) “’Ahora, pues, si de veras escucháis Mi Voz y guardáis Mi pacto, vosotros seréis Mi tesoro personal entre todos los pueblos, porque Mía es toda la tierra; y seréis para Mí un reino de sacerdotes y una nación santa. Estas son las palabras que has de decir a los hijos de Israel’. Fue pues Moshé y convocó a los ancianos del pueblo y les expuso todas estas palabras que el Señor le había mandado. Entonces todo el pueblo respondió a una, diciendo: ‘Nosotros haremos todo cuanto ha dicho el Señor’. Y Moshé llevó al Señor las palabras del pueblo».
De acuerdo a esto, las palabras no concuerdan, ya que el sentido común nos dice que si una persona le pide a su amigo que le haga un trabajo y espera que su amigo acepte, debe explicarle en qué consiste el trabajo y debe acordar cuanto pagará, sólo entonces podrá su amigo decidir si acepta o no el trabajo.
Pero en este caso, aparentemente no encontramos un ejemplo del trabajo ni el pago por el mismo, ya que dice: ’Ahora, pues, si de veras escucháis Mi Voz y guardáis Mi pacto’, y no nos explica nada acerca de la Voz ni en qué consiste el pacto y luego añade, ‘Vosotros seréis Mi tesoro (*) personal entre todos los pueblos, porque Mía es toda la tierra’. De lo dicho no podemos saber si Él nos ordena que nos esforcemos en ser el pueblo elegido entre todos los pueblos o es una promesa en nuestro beneficio.
También debemos comprender lo relacionado a «Porque Mía es toda la tierra’. Las tres traducciones: la de Unkalos, la de Yonatan Ben Uziel y la de Yerushalmi, y todos los intérpretes, RaShi, RamBan y demás, tratan de corregir el significado literal y Even Ezra dice, en nombre de Rabi Marinos, que la palabra «porque» significa «aunque» y lo interpreta de la siguiente manera, «Vosotros seréis Mi propiedad personal entre todos los pueblos, aunque Mía es toda la tierra». Even Ezra se inclina a estar de acuerdo con esto, pero esa interpretación no coincide con la de nuestros maestros, que dijeron que «porque» es utilizable de cuatro formas: «o», «no sea que», «eso» «pero».
Él aún agrega otra quinta forma “aunque» e interpreta así el final de la frase: “Y seréis para Mí un reino de sacerdotes y una nación santa». Sin embargo tampoco de este contexto se puede probar si es un precepto y una obligación forzada o una promesa beneficiosa. Tampoco las palabras «reino de sacerdotes» no tienen explicación ni se repiten en las Sagradas Escrituras.
Debemos enfocarnos principalmente en examinar las palabras «reino de sacerdotes» y «nación santa» pues el significado de sacerdocio y santidad significan lo mismo y es obvio que un reino donde todos son sacerdotes es una nación santa es decir que las palabras «nación santa» está de más.
27) Sin embargo, por las aclaraciones del artículo hechas hasta el momento aprendemos que el verdadero significado de lo escrito debe ser visto como el rol ejemplar, merecedor de ser interpretado, negociado y aceptado, es decir, que Él les ofrece la forma y el contenido que se encuentra en servir la Torá y observar las Mitzvot y una digna recompensa.
Ya que la forma de servir a la Torá y cumplir con las Mitzvot está expresada en las palabras, «Y seréis para Mí un reino de sacerdotes», ya que reino de sacerdotes significa, que todos, desde el joven hasta el anciano son como sacerdotes. De la misma manera en que los sacerdotes no tienen posesiones materiales en la tierra, ya que el Creador es su posesión, así toda la nación se organizará de manera tal que estará dedicada por completo para servir al Creador. Y nadie tendrá que ocuparse de nada más que de observar los preceptos del Creador y de satisfacer las necesidades del prójimo para que no le falte nada, de manera tal que ninguna persona necesitará preocuparse por sus propias necesidades.
De Esta manera, hasta los trabajos cotidianos como la siembra y la cosecha, se consideran como los sacrificios que los sacerdotes realizaban en el Gran Templo. ¿De qué manera pueden ser diferentes si mi intención al llevar a cabo la Mitzva positiva (**) es servir al Creador? ¿O si cumplo con el precepto de ama a tu prójimo como a ti mismo? Resulta que el que cosecha su campo con el fin de alimentar a sus compañeros, es como el que ofrenda un sacrificio al Creador. Además parece que el precepto «Ama al prójimo como a ti mismo» es más importante que el que hace el sacrificio, como hemos demostrado antes (Puntos 14, 15).
De hecho, este no es el final de la misma, debido a que toda la Torá y las Mitzvot les fueron dadas con el único propósito de purificar a Israel, que es la purificación del cuerpo (ver punto 12) tras lo cual se le concederá la verdadera recompensa, que es la adhesión a Él, lo cual es el propósito de la creación (artículo 15) y la recompensa se expresa en las palabras» una nación santa» y a través de la adhesión a Él nos santificamos, como está escrito «Sed santos, porque yo, el Señor, tu Dios, soy santo».
Y ves que las palabras «Reino de sacerdotes» expresan todo tipo de obra que gire por sobre, «Ama al prójimo como a ti mismo», es decir, un reino formado sólo por sacerdotes, que el Creador es su posesión y no tienen ninguna posesión material propia y obligatoriamente debemos admitir que esta es la única definición a través del cual podemos entender estas palabras
«Un reino de sacerdotes». Ya que no se puede interpretar lo que se refiere a los sacrificios en el altar, y no se puede decir esto de toda la nación porque ¿quiénes son los que tienen que hacer los sacrificios?
Además con respecto a tomar regalos del sacerdocio, ¿quiénes serían los que lo dan? Y también, para interpretar la santidad de los sacerdotes, ya se ha dicho «Una nación santa»; lo que sucede es que obligatoriamente el significado de esto es sólo que el Creador es su posesión, que carecen de toda posesión material, es decir que el precepto de «Ama al prójimo como a ti mismo», abarca toda la Torá. Y las palabras «Una nación santa» expresan la recompensa completa, que es la adhesión (Dvekut) a Él.
28) Ahora se comprenden perfectamente las palabras, ’Ahora, pues, si de veras escucháis Mi Voz y guardáis Mi pacto’, significa, hacer un pacto por lo que estoy diciendo aquí, es decir, ‘Vosotros seréis Mi tesoro personal entre todos los pueblos’, lo que significa que ustedes serán mi tesoro y las chispas de la pureza pasarán a través de ustedes a todos los pueblos y naciones del mundo, ya que las naciones del mundo aún no están preparadas para ello, por lo tanto, necesito de una nación para empezar con ella, para que sea como un remedio para todas las naciones. Y finaliza diciendo, “Porque Mía es toda la tierra», lo que significa que todos los pueblos de la tierra me pertenecen a Mi y están destinados a adherirse a Mi (Artículo 20).
Pero ahora, mientras todavía son incapaces de llevar a cabo esta tarea, es que necesito al pueblo virtuoso y si ustedes aceptan esto, es decir, de ser el remedio para todos los pueblos, yo les ordeno que sean para Mí un «Reino de sacerdotes» que es el amor al prójimo en todo su sentido, es decir, amar al prójimo como a ti mismo, que es el eje por donde gira toda la Torá y las Mitzvot. Y una «nación santa» es la recompensa final de adhesión (Dvekut) a Él, que incluye todas las recompensas que pueden ser concebidas.
Estas son las palabras de nuestros maestros al esclarecer la parte final, ‘Estas son las palabras que has de decir a los hijos de Israel’, precisando «Estas son las palabras», ni más ni menos. Esto desconcierta, pues ¿cómo se puede decir que Moisés agregue o reduzca las palabras del Creador, hasta el punto que el Creador tuvo que advertirle al respecto? Y no encontramos algo semejante en toda la Torá, por el contrario, la Torá dice de él, «Él es de toda confianza en Mi casa».
29) Ahora podemos comprender completamente lo relativo a las características del trabajo como se explica en las palabras «un reino de sacerdotes», que es la definición final de «Ama al prójimo como a ti mismo»; es lo que llevó a Moisés a contenerse y abstenerse de revelar la obra en su totalidad, no fuese que Israel no quisiera desprenderse de todos los bienes materiales y de ofrecer al Creador toda su fortuna, según lo escrito «un reino de sacerdotes».
Parecido a lo escrito por el Rambam acerca de que a, las mujeres y a los niños no se les debe revelar la esclavitud limpia que se debe cumplir para no recibir recompensa alguna, y esperar hasta que crezcan y se conviertan en personas inteligentes y tengan el valor para ejecutarlo. Por lo tanto el Creador les advirtió «no menos» sino que les propuso la verdadera naturaleza de la obra en toda su sublimidad, expresada en las palabras «un reino de sacerdotes».
Y con respecto a la recompensa explícita en las palabras «una nación santa» le fue posible a Moisés contemplar la interpretación y ampliar la información acerca de lo agradable y de la sutileza sublime que lleva encerrada la adhesión a Él para persuadirlos de aceptar esta enorme extensión, desprenderse por completo de cualquier posesión mundana, como lo hacen los sacerdotes. Por lo tanto se le advirtió «no más», callar y no explicar lo referente a la recompensa incluida en las palabras «una nación santa».
La razón de ello es, que si les revelaba las cosas maravillosas que se encuentran en la esencia de la recompensa, seguramente se confundirían y asumirían servirlo con el fin de obtener la mejor recompensa para ellos. Esto se consideraría trabajar para sí mismos, por amor a sí mismos, que es como falsificar el propósito (artículo13).
Así vemos que con respecto a la forma de la obra expresada en las palabras «un reino de sacerdotes» se le dijo «no menos» y acerca del misterio de la recompensa expresado en las palabras «una nación santa» se le dijo » no más» (Punto 13).
(*) Nota del Traductor: El texto bíblico en hebreo emplea la palabra Segula, que de hecho significa remedio, o poder, pero que aquí en el texto se traduce como ‘Tesoro”.
(**) Una Mitzva para realizar una acción.
Capítulo 9 «Descifrando el lenguaje de la Sabiduría de la Cabalá» del libro «Una guía para la sabiduría oculta de la Cabalá»
Capítulo 9 «Descifrando el lenguaje de la Sabiduría de la Cabalá» del libro «Una guía para la sabiduría oculta de la Cabalá»
«Toda la sabiduría de la Cabalá no es más que conocer la dirección de la voluntad superior. La razón por la que creó todas estas criaturas, qué desea de ellas, y qué será al fin de todas las vueltas del mundo.»
El “Ramjal”, Rabí Moshé Jaim Luzzato, 138 Puertas de sabiduría, Entrada 30
El Zóhar es el “Libro de los libros” de la sabiduría de la Cabalá, la sabiduría de la verdad. Hoy se revela para encaminarnos hacia una dimensión más elevada.
¿Qué hay tan especial en el Zóhar y en la Cabalá? ¿Cuáles son las razones por las que la sabiduría irrumpe al centro de la existencia humana precisamente hoy y se desarrolla en un ritmo nunca visto?
La humanidad evoluciona todo el tiempo. En la época antigua los deseos del hombre eran básicos – deseos de comida, sexo, familia, refugio, etc., deseos naturales que son necesidad existencial. A continuación se desarrollaron en nosotros deseos mayores – deseos de riqueza, dominio, honor y conocimiento.
Durante toda la historia, generación tras generación, tratamos de llenar todos estos deseos que se despertaron en nosotros, encontrar la felicidad, el amor y la buena vida en toda esta evolución. Hoy vemos que esta carrera ha sido en vano. Cierto es que cada generación es más desarrollada materialmente, pero también es cierto que sufre más. El uso común de drogas como escape, de medicamentos para la depresión y demás, son síntomas del vacío interior.
En cada momento, los medios de comunicación y publicación y aquellos que nos rodean, despiertan en nosotros más y más deseos, y nosotros, por nuestra parte, nos apuramos a llenarlos. Esto puede ser una nueva prenda de vestir, un coche, un apartamento, un puesto de trabajo más respetable, un título prestigioso, un viaje al exterior o, incluso, una comida en un buen restaurante. Pero cada vez que conseguimos una u otra cosa, después de un tiempo no muy prolongado, el placer se esfuma. ¿Y ahora qué? Vuelve a despertar un nuevo deseo y la persecución continúa…
¿Hasta cuándo? Esta es precisamente la pregunta que comienza a despertar en los corazones de más y más personas en nuestra generación. Y no sólo “hasta cuándo”, sino también “por qué”- ¿por qué la vida se desarrolla así? ¿Por qué corremos todo el tiempo y nunca llegamos al “descanso”? ¿Por qué todo se torna aburrido e insulso después de haberlo conseguido? Y en general, si así es la vida y no tenemos lo que hacer al respecto, ¿para qué queremos todo este “asunto”?
Nunca antes hubo una situación igual, en la que se despiertan en las personas preguntas sobre el significado de la vida y su propósito. ¿Para qué, en realidad, vivimos? ¿Hacia dónde nos conduce todo esto? ¿Acaso es posible que existan placeres de otro tipo, que no se esfuman?
Anteriormente simplemente no preguntábamos. “Se vive porque se vive”… Pero en nuestra generación, este tipo de preguntas que se despiertan repentinamente en el corazón, al final del día, no nos dejan descansar. Estas preguntas nos empujan hacia adelante, y después de distintas búsquedas llegamos a la sabiduría de la Cabalá – la sabiduría que nos enseña cómo recibir más de la vida. Antes no teníamos necesidad de ella, por lo tanto estaba oculta. Esta es la primera razón de la revelación de la sabiduría de la Cabalá en nuestra generación. La segunda razón es el estado especial en el que nos encontramos. El desarrollo tecnológico y los medios de comunicación han convertido al mundo en una pequeña aldea, en la que la dependencia mutua es muy fuerte. Pero juntamente a esto el ego de cada uno de nosotros ha crecido y con éste también el odio de uno hacia otro.
Es difícil para nosotros tolerar a los demás. Esto comienza en el nivel más personal – cada uno desea estar solo, en su dormitorio, en su apartamento, en su coche. Las personas sienten dificultad de vivir en una relación verdadera – el número de parejas que se divorcia es exponencial. El núcleo familiar prácticamente se desmorona. Y esto llega hasta el nivel internacional.
Vivimos juntos sobre un planeta pequeño, odiándonos unos a otros y no sabemos cómo convivir juntos. La cantidad de armamento de destrucción masiva que se ha acumulado en el mundo nos lleva a un estado de lo más peligroso. A nuestro alrededor, todo es inesperado y muy amenazante. Se puede decir, definitivamente, que hemos perdido la capacidad de administrar el mundo.
Si miramos hacia adelante, y continuamos en la dirección hacia la que marchamos, no está claro de qué forma sobreviviremos, a qué mundo traemos nuestros hijos. Esta es la primera generación en la que las personas dejaron de pensar que a sus hijos les espera una vida mejor. Sobre este fondo es que se revelan el Libro del Zóhar y el resto de los orígenes de la sabiduría de la Cabalá. Éstos nos explican que el estado en el que nos encontramos era sabido de antemano.
La primera vez que existió un estado semejante fue hace miles de años en la antigua Babilonia. El cuento bíblico sobre la construcción de la torre de Babel describe personas que se agruparon juntas en un sitio y deseaban construir una torre que tocara el cielo… Esta es la expresión del gran ego que se había despertado entre ellos; el odio combinado con la dependencia mutua – y precisamente en ese sitio y en ese estado fue que se reveló la sabiduría de la Cabalá.
¿Qué ofrece esta sabiduría? Algo simple. Ella dice que fuera de la realidad que nosotros percibimos ahora, hay una realidad adicional, más amplia y más grande – una realidad superior. De esta realidad superior llegan fuerzas a nuestro mundo y lo dirigen. La evolución por la que hemos transitado durante las generaciones, ha sido para empujarnos a reconocer las fuerzas que actúan sobre nosotros y nos dirigen.
Cuando descubramos la realidad superior, comprenderemos que todo el desarrollo de miles de años sucedió únicamente para traernos al reconocimiento y a una sensación más amplia de la realidad; que no nos quedemos en ese estado “diminuto” en el que vivimos y morimos, vivimos y morimos nuevamente, sino que conozcamos la vida en su forma eterna, amplia e ilimitada.
El hombre ha sido creado para levantar el cielo
Rabí Menajem Mendel de Kotsk
Volvamos a la Antigua Babilonia. El patriarca Abraham, ciudadano de Ur de Caldea, fue un investigador que descubre que el plan de desarrollo de la humanidad la promueve hacia la revelación de la nueva realidad. Abraham comprendió que al fin, el desarrollo terrenal-material del hombre sobre el planeta llegará a su colmo, y el hombre descubrirá que debe haber algo más allá de la satisfacción de los deseos mundanos, ya que de otra forma la vida sobre la tierra es inútil y sin sentido.
Abraham descubrió que al fin de la evolución material comienza la evolución espiritual. Después de haber realizado al máximo todos sus deseos anteriores y bien conocidos, se despertó en él un nuevo deseo de comprender para qué vive.
En la Cabalá, todos los deseos terrenales son análogos al corazón del hombre, mientras que el deseo de descubrir el sentido de la vida es análogo a un “punto en el corazón”; este es un pequeño punto que se despierta en nuestro corazón y nos jala hacia “arriba”. Este nuevo deseo condujo a Abraham al comienzo del descubrimiento de la realidad integral, la realidad espiritual.
La sabiduría de Abraham es conocida como la “Sabiduría de la Cabalá”. Esta nos describe la red de fuerzas de la naturaleza y el camino para aprender el programa según el cual estas fuerzas obran sobre nosotros. Se trata de leyes, de fuerzas y de ecuaciones de acción, de mundos superiores.
La Cabalá explica cómo comenzó la realidad a expandirse desde el mundo de Ein-Sof (Infinidad), a través de los mundos de Adam Kadmón (Hombre Primordial), Atzilut (Nobleza), Briá (Creación), Yetzirá (Creatividad) y Asiyá (Acción), hasta este mundo. Ella nos cuenta cómo descendieron las almas y se “vistieron” en los cuerpos en este mundo, y cómo podemos de aquí en más causar que nuestra alma ascienda de regreso, hasta el mundo de Ein-Sof.
Abraham fue el primer cabalista que enseñó a la gente cómo descubrir el alma y sentir en ella, gradualmente, un mundo más y más superior. Existen cinco mundos superiores, en cada uno de ellos hay cinco peldaños, que cada uno de ellos se divide en cinco peldaños adicionales. Si multiplicamos 5x5x5, recibiremos 125 peldaños por los que ascendemos en la sensación, la comprensión y el alcance espiritual, hasta que descubrimos toda la realidad.
Este proceso ocurre mientras estamos en nuestro cuerpo, aquí, en este mundo. La realidad se hace entonces más y más amplia, y nosotros sentimos las fuerzas que actúan sobre el mundo en el que nos encontramos. Esto se parece a un tapiz. Por delante vemos cierto dibujo, por ejemplo – flores, y por la parte de atrás vemos los nudos entre todos los hilos que crearon la imagen que hemos visto.
Cuando observamos nuestro mundo y lo que sucede en él, vemos la imagen exterior. La sabiduría de la Cabalá nos ayuda a ver el lado posterior de la imagen. Así comenzamos a comprender la relación entre las cosas: por qué sucedió lo que sucedió, y cómo podemos influir por medio de un detalle sobre otro.
En otras palabras, comenzamos a ver, aparte de la imagen de este mundo, también el sistema operativo. Sólo entonces podemos controlar nuestra vida, nuestro destino, y llegar al estado de perfección.
Nuestra vida, así nos explica la sabiduría de la Cabalá, está compuesta intencionadamente de tal forma que surgen frente a nosotros problemas de todo tipo, para que no nos quede otra alternativa más que conocer el sistema operativo. Si no salimos a la dimensión superior, conocemos las fuerzas que obran sobre nosotros, y comenzamos a dirigir nuestras vidas a través de ellas – no tendremos la capacidad de seguir arreglándonos en la vida. Por eso es que se revela esta sabiduría y nos da la posibilidad de conocer los mundos superiores.
La Cabalá explica todo lo que sucedió en la historia humana, por qué precisamente así y no de otra manera, por qué ocurrieron todas las guerras y los cambios que hemos pasado, y se refiere también al futuro y describe la forma en la que podemos evolucionar de aquí en adelante.
Nos enfrentamos a dos caminos:
Los sabios de la Cabalá previeron nuestro estado de antemano y sabían que sin la Cabalá no podremos sobrevivir. Ellos señalaron el fin del siglo veinte como el tiempo en el que se revelará la sabiduría en forma pública. De acuerdo a sus palabras, si no pasamos del avance negativo al avance positivo, seremos empujados a ello de manera muy cruel. (1)
Y nos esperan problemas no sólo a nivel social, sino también en el plano ecológico: erupciones de volcanes, terremotos, olas Tsunami, tormentas Huracán, incendios, olas de calor y de frío muy intensos. Todo esto llegará solamente para obligarnos a continuar evolucionando. La naturaleza nos sacude por medio de la fuerza negativa, para que tomemos por nuestra propia mano la fuerza positiva.
Para avanzar, primeramente, debemos descubrir las fuerzas que descienden y obran sobre nosotros, y aprender cómo entrar al nivel superior de la naturaleza para dirigirlas. Aun cuando estamos interesados en desarrollar tecnologías que mejoren nuestras vidas, primero estudiamos la naturaleza y descubrimos qué leyes existen en ella y cómo se conduce. Dado a que en la Cabalá se trata de fuerzas más superiores, fuerzas ocultas, entonces también el proceso de su revelación es más complejo. Este es un asunto excepcionalmente fascinante, sobre el cual ampliaremos en el próximo capítulo.
Esta sabiduría no es ni más ni menos que el orden de raíces, que descienden a nivel de causa y resultado en las leyes fijas y absolutas que se conectan y apuntan a una sola meta muy sublime, denominada “revelación del Creador a sus creados en este mundo”.
Baal HaSulam, artículo “Esencia de la Sabiduría de la Cabalá”
En los tiempos de Abraham, hace unos 3,800 años, hasta hace dos mil años atrás, la sabiduría de la Cabalá era conocida solamente entre los hijos de Israel. Desde la destrucción del templo hace dos mil años y hasta nuestra generación, la Cabalá ha sido oculta de la vista de la multitud y ha sido transmitida de generación en generación secretamente, sólo entre unos pocos cabalistas.
En el período en el que la sabiduría ha estado oculta, se le han pegado todo tipo de estigmas. Han dicho que es mística, que se ocupa de brujerías, magia y demás. Nadie sabía precisamente de qué trata y de aquí los errados rumores. Tampoco la próspera industria que crece en nuestra generación y hace uso mercantil del nombre de la Cabalá para vender servicios y productos de tal o cual tipo, no está relacionada en absoluto con la esencia oculta de la sabiduría.
Pero el período de ocultamiento ha finalizado. Hoy, nuevamente, se revela la sabiduría de la Cabalá original. Para todos, para todos los humanos estén donde estén, sin diferencia de sexo, edad, nacionalidad, religión o raza. La Cabalá es una ciencia superior. No pertenece a ninguna religión o fe ni exige restricciones o condiciones de ningún tipo. Toda persona que desea comprender el mundo en el que vive, conocer el alma, saber cuál es su destino y aprender cómo manejarlo – está invitado a hacerlo.
“Si mi pueblo me escuchara… estudiarían con niños de nueve años el Libro del Zóhar”, dijo el cabalista Rabí Ytzjak Isaac de Komarno ya en el siglo diecinueve.
Después de él, otros cabalistas recomendaron inculcar estos conocimientos en el niño desde temprana edad, explicarle sobre el mundo que lo rodea, sobre las relaciones entre sus partes y las fuerzas que actúan sobre él. A través de este tipo de educación crece una persona llena de seguridad en sí misma, conectada a la fuente de la abundancia y siente que el mundo está abierto ante ella. Esta persona sabe utilizar favorablemente todas estas fuerzas y comprende que la vida no es limitada.
El sagrado Zóhar conecta la persona al Ein-Sof (Infinidad)
Rabí Moisés Israel Bar Eliyahu, “El Remanente de Israel”
El Libro del Zóhar es un libro central en la sabiduría de la Cabalá. Fue escrito precisamente en un punto en el tiempo en el que la sabiduría de la Cabalá pasó de una sabiduría expuesta a una sabiduría oculta. Los autores del Zóhar sabían de antemano que el mundo tendrá necesidad de este libro solamente después de miles de años, y por ello, después de haber terminado su composición, este libro fue archivado.
El Libro del Zóhar fue escrito, en realidad, para nosotros, para sacarnos del estado de “exilio espiritual” – un estado que nos ha desconectado de la sensación de la fuerza superior y de la realidad amplia. Si deseamos mejorar nuestra situación, debemos convertir el Libro del Zóhar en el libro principal del mundo. El Zóhar no es un libro más, el Zóhar es el medio de conexión entre nosotros y la fuerza superior.
Cuando aprendamos a leer el Zóhar correctamente, descubriremos que es un medio para captar la abundancia y veremos cómo todo cambiará gracias a él. En el sentimiento, en el intelecto, en la percepción, en la sensación. Gradualmente comenzaremos a sentir que una fuerza adicional, una fuerza buena y superior, se encuentra aquí y nos envuelve. Que aquí obra algo, que el aire se torna denso…
Para resumir, la naturaleza nos ha traído hoy a un punto especial en la evolución humana, un momento antes del próximo peldaño de la existencia. Nos encontramos ante un salto cualitativo hacia el peldaño espiritual, y por ello es que se revela este trampolín – la sabiduría de la Cabalá, y en su centro – el Libro del Zóhar.
En la profundidad del alma humana, la voz de Dios invoca constantemente. El tumulto de la vida únicamente puede aturdir el espíritu, hasta que en la mayoría de sus épocas de vida este no escuchará esta voz, que es en realidad toda la esencia de la vida humana… y también en aquellos que se esfuerzan por escapar de ella y acallarla, este escape y este acallamiento, no hacen más que revelar aun más la conexión interna del espíritu a esa imponente voz, que no cesa de bramar también en sus corazones y de desearlos también a ellos. Ciertamente son vanos todos los intentos de escapar de ella y toda artimaña para acallarla.
El Rav Kuk, artículos del Raya, página 113
El más destacado de los cabalistas en nuestros tiempos fue Rabí Yehuda Ashlag (1884-1954), y gracias a él comenzó a revelarse el Zóhar. Él es conocido por su apodo “Baal HaSulam” (heb: Autor de la Escalera), por su interpretación “La Escalera” sobre el Libro del Zóhar. En sus últimos años escribió Baal HaSulam las “Escrituras de la Última Generación” que comienzan así:
“He aquí una alegoría sobre un grupo de hambrientos y sedientos perdidos en el desierto, y he aquí que uno de ellos encontró un lugar de asentamiento abundante, y comenzó a recordar a sus miserables hermanos, solo que ya se había distanciado de ellos a tal punto que no sabía dónde localizarlos. ¿Qué hizo? Comenzó a dar grandes gritos y a soplar el cuerno (shofar), quizás sus hambrientos y miserables amigos escucharan su voz y se acercaran a él y vendrían también a ese asentamiento lleno de abundancia.»
«Así es el asunto que tenemos aquí – he aquí que nos hemos extraviado en el terrible desierto junto a toda la humanidad, y ahora hemos encontrado un tesoro inmenso lleno de abundancia, esto es – los libros de la Cabalá que se encuentran en el tesoro. …»
… «Ahora, señores, he aquí frente a ustedes pronto y dejado de lado en este armario, el libro en el que está escrita y explícita toda la sabiduría de las naciones y todas las órdenes del individuo y del público las cuáles sucederán en el final de los días, esto es – los libros de Cabalá… Abran estos libros y encontrarán todas las buenas órdenes que serán reveladas al final de los días, y de los cuáles recibirán la mejor lección sobre cómo organizar también hoy el orden de las cosas.»
Baal HaSulam, “Escrituras de la Última Generación”, Preámbulo
Nota:
Hazte de un Rav y cómprate un amigo (2)
Artículo Nº 8, 1984-85
Tomando en consideración lo que discutimos en el Artículo Nº 1 (1984- 5), debemos hacer ciertos discernimientos.
Debemos distinguir entre
a) la persona y el Creador,
b) la persona y su amigo,
c) la persona y el resto de la gente, quienes no son sus amigos, aunque existe un dicho: «Todos en Israel son amigos».
En cierto momento, encontramos que las palabras: «Hazte de un Rav (maestro) y cómprate un amigo», son el camino de la corrección. Y en otro momento, esto se encuentra en las palabras: «Y juzga a cada persona según una balanza de méritos (favorablemente)» (Avot, Cap. 1). Debemos entender la diferencia entre «hacer» y «comprar», y el significado de juzgar favorablemente. Deberíamos interpretar «hacer» como llegar a excluir a la razón. Esto es porque cuando la razón no puede entender si algo es digno de hacerse o no, ¿cómo puede determinar lo que es bueno para mí? O viceversa, si la razón los considera iguales, ¿quién determinará lo que la persona debe hacer? Así, el acto puede definir. Deberíamos saber que existen dos caminos ante nosotros: trabajar con el fin de otorgar, o trabajar con el fin de recibir. Existen partes en el cuerpo del hombre que le dicen: Tendrás mayor éxito en la vida si trabajas con el fin de otorgar, y de esta forma disfrutarás de la vida». Este es el argumento de la inclinación al bien, como nuestros sabios dijeron: «Si lo haces así, serás feliz en este mundo y feliz en el mundo por venir».
Y el argumento de la inclinación al mal es opuesto: «Es mejor trabajar con el fin de recibir». En este estado, sólo la fuerza llamada: «acción que está por encima de la razón» es la fuerza determinante, y no el intelecto o la emoción. Por eso «hacer» se llama: «por encima de la razón» y «por encima del sentido común»; y esta fuerza es llamada «fe que está contra el intelecto». «Comprar» está dentro de la razón. Normalmente, la gente desea ver lo que quiere comprar; entonces el comerciante le muestra las mercancías y negocian si el precio que el comerciante le pide es o no conveniente. Si la gente piensa que no lo es, no compra. De ese modo, «comprar» está dentro de la razón. Ahora explicaremos el asunto del «Rav» y el asunto del «amigo». Un amigo se llama, algunas veces, «grupo» cuando la gente se reúne y desea unirse. Esto puede suceder a través de la equivalencia de forma, preocupándose cada uno del amor al prójimo. Por eso, se unen y se vuelven uno.
Por tanto, cuando se establece una asociación para ser un sólo grupo, vemos que la gente que considera crear tal grupo, normalmente busca a personas que sean parecidas en sus puntos de vista y atributos, a quienes puedan ver como más o menos iguales. De otra manera, no los aceptarán en el grupo que desean establecer. Y después de eso, comienza el trabajo de amor a los amigos. Pero si no tienen equivalencia con las metas del grupo desde el principio, incluso antes de que hayan entrado al grupo, no se puede esperar que salga algo de aquella vinculación. Sólo si había igualdad aparente entre ellos antes de que entraran en el grupo, se puede decir que pueden comenzar a esforzarse en el trabajo del amor al prójimo.
Entre el hombre y el Creador
Entre el hombre y el Creador el orden comienza con: «Hazte de un Rav«, y después: «cómprate un amigo». En otras palabras, primero, uno debe creer, por encima de la razón, que el Creador es grande; como está escrito en El Zóhar (Comentario Sulam, pág. 185, Punto 191): «El temor principal es, que el hombre debe temer a su Señor porque Él es grande (Rav) y gobernante». Hasta el punto en que uno crea en la grandeza del Creador, quien es llamado Rav («Grande»), se tiene la fuerza de dar para «comprar», es decir, comprar a través de dar concesiones sobre su amor propio, con el objetivo de alcanzar equivalencia de forma, lo que es llamado Adhesión con el Creador. Y esto es llamado un Javer (amigo): uno que está en Jibur (una conexión) con el Creador. Cuando compramos cosas materiales, debemos ceder dinero, honor, o simplemente hacer un esfuerzo para obtenerlas. De manera similar, cuando una persona desea adquirir lazos con el Creador, debe deshacerse de su amor propio; porque de otra manera no puede alcanzar la equivalencia de forma. Cuando la persona ve que es incapaz de hacer concesiones, para comprar la equivalencia de forma, no es porque nació con un carácter débil y que por eso no puede superar su amor propio. Por el contrario, la falla está en «Hacerse de un Rav«, es decir, no estar trabajando en la cuestión de la fe, pues en la medida de la importancia de su fe en la grandeza del Creador, en esa medida lo será su poder para hacer concesiones. Además, la persona debe saber que si desea medir su nivel de fe, puede verlo en el grado de concesiones que pueda hacer en el amor propio, y así sabrá el grado que tiene en el trabajo de fe por encima de la razón. Esto se puede aplicar entre el hombre y el Creador.
Entre el hombre y su amigo
Entre el hombre y su amigo debemos empezar con «Cómprate un amigo» y después «Hazte de un Rav«. Esto es así porque, cuando una persona busca a un amigo, debe examinarle primero para ver si realmente vale la pena unirse a él. Después de todo, vemos que se ha establecido una plegaria especial acerca de un amigo, la cual pronunciamos, después de las bendiciones en el rezo «Hágase Tú voluntad»: «Te ruego…aléjanos de una mala persona y de un mal amigo». Significa que antes de aceptar para sí un amigo, se le debe examinar en cada forma posible. En ese momento, uno debe usar su razón. Por eso no se dijo: «Hazte de un amigo», ya que «hacer» implica ir por encima de la razón. Por lo tanto, en lo concerniente a un hombre y su amigo, debe ir con su razón y analizar, tanto como pueda, si su amigo está bien, como rezamos cada día: «aléjanos de una mala persona y de un mal amigo». Y cuando ve que vale la pena unirse a ese amigo, debe pagar con el fin de unirse a él, es decir, hacer concesión en su amor propio y, a cambio, recibir la fuerza del amor a los demás. Y entonces, puede esperar ser recompensado también con el amor al Creador.
Después de haberse unido a un grupo de personas, que deseen alcanzar el grado de amor del Creador y desee tomar de ellos la fuerza para trabajar, con el fin de otorgar y conmoverse por sus palabras sobre la necesidad de obtener el amor del Creador, él debe considerar a cada uno de los amigos en el grupo como más grandes que él mismo. Como está escrito en el libro Matan Torá (La Entrega de la Torá, pág. 143), que uno no es impresionado por el grupo como para apreciarlos en algo, a menos que considere al grupo como más grande que él. Esta es la razón del porqué cada uno debe sentir que es el más pequeño de todo el grupo; pues aquel que es más grande no recibe de aquel que es más pequeño, y mucho menos puede ser impresionado por sus palabras. Al contrario, sólo el más pequeño es quien se impresiona a través del reconocimiento del más grande.
Resulta que en el segundo paso, cuando cada uno debe aprender de los demás, está la cuestión de «Hazte de un Rav«. Esto es porque para ser capaz de decir que su amigo es más grande que él mismo, debe usar el «hacer», que es acción sin la razón; pues sólo por encima de la razón puede ver que su amigo se encuentra en un grado más alto que él mismo. Por tanto, entre un hombre y su amigo, el orden es comenzar con «Cómprate un amigo» y después «Hazte de un Rav«.
Entre una persona y las demás personas
La Mishná nos dice: «Hazte de un Rav, cómprate un amigo, y juzga a cada persona favorablemente» (Avot, Cap. 1) Hemos explicado que entre un hombre y su amigo, el orden es que primero uno vaya y se compre un amigo –y explicamos que comprar es con la razón– y después, se debe comprometer en «Hacerse de un Rav«. Y entre al hombre y el Creador, el orden es primero «Hacerse de un Rav» y después «comprarse un amigo». Deberíamos entender el significado de decir: «Juzga favorablemente», en lo que se refiere a cada persona. ¿Esto es «comprar» o «hacer»? Según lo anterior, debemos interpretar el significado de: «Y juzga a cada persona favorablemente» como «hacer» y no como «comprar».
Por ejemplo, asumamos que hay muchas personas en la congregación, y que una pequeña cantidad de entre ellos decide, que desean unirse en un grupo que se comprometa en el amor a los amigos. Y digamos que, por ejemplo, hay 100 hombres en la congregación, y diez de ellos deciden unirse. Deberíamos examinar el por qué estos 10 individuos específicos decidieron unirse entre ellos, y no con otros en la congregación. ¿Esto es porque hallaron que esas personas son más virtuosas que el resto de las personas de la congregación, o porque ellos son peores que los otros y sienten que deben emprender alguna acción, para ascender en la escalera de la Torá y el temor? Según lo mencionado anteriormente, podemos interpretar que la razón por la que estas personas accedieron a unirse en un grupo particular, que se ocupe en el amor a los amigos, es que cada uno de ellos siente que tiene un deseo de poder unir todos sus puntos de vista, para recibir la fuerza del amor a los otros.
Existe una máxima famosa de nuestros sabios: «Así como sus rostros difieren, sus puntos de vista también difieren». Así pues, aquellos quienes acordaron entre ellos unirse en un grupo, entendieron que no hay gran distancia entre ellos, en el sentido de que entienden la necesidad de trabajar en el amor al prójimo. Por tanto, cada uno de ellos será capaz de hacer concesiones a favor de los demás, y pueden unirse alrededor de eso. Pero el resto de la gente no tiene la comprensión de la necesidad de trabajar en el amor al prójimo, por eso es que no pueden unirse con ellos.
De esto resulta que, cuando se comprometen en la unidad del amor a los amigos, cada uno examina al otro, tanto su mente como sus atributos, para ver si reúne los requisitos o si es digno de unirse al grupo al cual decidieron permitirle ingresar. Es como cuando rezamos: «aléjanos de una mala persona y de un mal amigo», dentro de la razón. Resulta que él mismo se enorgullece por encima del resto de la gente de la congregación. ¿Cómo se permite esto? Después de todo, esto va en contra de una ley explícita que dice: «Rabí Levitas, hombre de Yavne, diría: «Sé muy, muy humilde» (Avot, Cap. 4).
Rabí Yehoshua Ben Perajia dice sobre esto: «Juzga a cada persona favorablemente» (Avot, capítulo 1) es decir, que con respecto al resto de la gente, él debería ir por encima la razón, lo cual es llamado «hacer», es decir, actuar y no razonar. Esto es así, porque su razón le muestra que ellos no son tan apropiados como la gente a quien él mismo se asoció, y esto es lo que cada uno se dice a sí mismo. Así, cada uno se enorgullece de sí mismo por encima de los demás. El consejo para esto es lo que él dice: «Y juzga a cada persona favorablemente».
Significa que, con respecto a cada persona, es decir, con respecto al resto de la gente en esa congregación, debería juzgarlos favorablemente y decir que realmente son personas más importantes que él mismo, y es culpa suya el que no pueda apreciar la grandeza e importancia de todos en general, quienes son llamados por nuestros sabios: «Cada persona». Así, dentro de su razón, él no ve la grandeza de los demás, y podemos decir que entre un hombre y si amigo debería haber «compra»; pero, en este caso, se debe usar el «hacer», lo cual es por encima de la razón. Y a esto se le llama: «Juzga a cada persona favorablemente».
Hazte de un Rav y cómprate un amigo (1)
Artículo Nº 1, 1984-85
En la Mishná (Avot, 1), Yehoshua Ben Perajia dice: «Hazte de un Rav (grande/maestro), cómprate un amigo, y juzga a cada persona según una balanza de méritos (favorablemente)». Vemos que aquí hay tres cosas:
1) Hazte de un Rav.
2) Cómprate un amigo.
3) Juzga a cada persona favorablemente.
Significa que además de hacerse de un Rav, hay algo más que debe hacer en relación con el público en general. En otras palabras, comprometerse en el amor a los amigos no es suficiente. Además, debe ser considerado con toda persona y juzgarla favorablemente. Debemos entender la diferencia entre el léxico de «hacer», «comprar», y «favorablemente». Hacer es una cosa práctica. Significa que no hay implicación de la mente, sino sólo acción. En otras palabras, incluso si uno no está de acuerdo con lo que desea hacer, sino al contrario, la mente le hace ver que no vale la pena: esto se llama hacer, es decir, la fuerza pura, sin inteligencia, ya que está en contra de su razón.
En consecuencia, debemos interpretar en relación al trabajo, que el hecho de que uno tiene que asumir el yugo del Reino de los Cielos se llama «un acto». Es como poner el yugo a un buey, para que pueda arar la tierra. Aunque el buey no desea encargarse de ese trabajo, no obstante le obligamos a la fuerza. Del mismo modo, con el Reino de los Cielos también deberíamos obligarnos y esclavizarnos a nosotros mismos porque son los preceptos del Creador, sin más. Esto es así porque el hombre debe aceptar el Reino de los Cielos, no porque el cuerpo sienta que le pueda llegar algún tipo de beneficio en consecuencia, sino a fin de dar satisfacción al Creador.
Pero, ¿cómo puede el cuerpo estar de acuerdo con eso? Esta es la razón por la cual el trabajo debe realizarse por encima de la razón. Esto se llama Hazte de un Rav, ya que el Reino de los Cielos, debe cumplirse porque «Él es grande y gobernante». Está escrito en El Zóhar (Introducción al Libro del Zóhar hoja 185): «El temor es lo más importante, el temor reverencial del hombre a Lo Superior, porque Él es grande y gobernante, la esencia y la raíz de todos los mundos, y todos son intrascendentes comparados con Él. Por lo tanto, hay que temer al Creador, porque Él es grande y gobierna sobre todo. Él es grande, porque es la raíz a partir de la cual todos los mundos se extienden, y Su grandeza se ve por Sus acciones. Y Él gobierna sobre todo porque todos los mundos que Él creó, tanto los superiores como los inferiores, son considerados como apenas nada en comparación con Él, ya que no aportan nada a Su esencia».
Por lo tanto, el orden de trabajo es empezar por «hacerse de un Rav«, y tomar sobre sí mismo la carga del Reino de los Cielos por encima del sentido común y de la razón. Esto es lo que se llama «hacer», refiriéndose sólo a la acción, a pesar de la desaprobación del cuerpo. Después, «Cómprate un amigo». Comprar es igual, a cuando una persona desea comprar algo –debe dejar algo que ya ha adquirido. Da lo que ha obtenido hace algún tiempo y, a cambio, adquiere un objeto nuevo. Con el trabajo al Creador es igual. Para lograr Adhesión al Creador, como en «Así como Él es misericordioso, sé tú también misericordioso», debe ceder muchas de las cosas que tiene, para adquirir la unión con el Creador. Este es el significado de «Cómprate un amigo». Antes de que una persona se haga de un Rav, es decir, el Reino de los Cielos, ¿cómo puede comprarse un amigo, o sea, el vínculo con el Rav? Después de todo, aun no tiene un Rav. Sólo después de haberse hecho de un Rav, tiene sentido pedir al cuerpo que haga concesiones, para así comprar el vínculo con el que desea satisfacer al Creador.
Por otra parte, debemos entender que tiene la fuerza para observar «cómprate un amigo» en la misma medida, de la grandeza del Rav. Esto es así porque él está dispuesto a hacer concesiones con el fin de vincularse al Rav, en la misma medida en que siente la importancia del Rav, ya que entiende que la obtención de Adhesión al Creador merece cualquier esfuerzo. Pues resulta que si uno ve que no puede vencer al cuerpo, porque piensa que no es lo bastante fuerte, que nació con un carácter débil, no es así. La razón es que no siente la grandeza del Rav. En otras palabras, aun no tiene la importancia del Reino de los Cielos, por lo que no tiene fuerzas para superarse, en algo sin importancia. Pero, con algo que sí le importa, cualquier cuerpo puede hacer concesiones de las cosas importantes que ama, para recibir lo que desea. Por ejemplo, si una persona está muy cansada y se va a dormir alrededor de las 11 pm y se despierta a las 3 am, por supuesto, dirá que no tiene energía para levantarse a estudiar porque está muy cansada. Y si se siente un poco débil o tiene un poco de fiebre, el cuerpo sin duda no tendrá fuerzas para levantarse a la hora a la que está acostumbrado a hacerlo.
Pero si una persona que está muy cansada, se siente enferma, se va a dormir a medianoche, pero se despierta a la 1 am y le dicen: «Hay fuego en el jardín, y está a punto de llegar a tu habitación. Rápido, levántate y salvarás tu vida a cambio del esfuerzo que estás haciendo», no pondrá ninguna excusa por el hecho que está cansado, atolondrado o enfermo. Es más, incluso si está muy enfermo, hará todo lo posible por salvar su vida. Evidentemente, como obtendrá algo importante, el cuerpo tiene la energía para hacer todo lo posible para conseguir lo que quiere. Por lo tanto, mientras trabaja en «Hacerse de un Rav«, y cree que es «Porque es nuestra vida y la extensión de nuestros días», en la medida en que siente que se trata de su vida, el cuerpo tiene la fuerza suficiente para superar todos los obstáculos. Por esta razón, en todas las obras de la persona, en el estudio o en la plegaria, debe concentrar todo su trabajo en la obtención de la grandeza y de la importancia del Rav. Debe dedicar mucho trabajo y muchas oraciones sólo a eso. En palabras de El Zóhar, esto se llama «Elevar la Divinidad desde el polvo», lo que significa elevar el Reino de los Cielos, el cual está humillado en el polvo. En otras palabras, uno no pone una cosa importante en el suelo y lo que no es importante se tira al suelo. Y como el Reino de los Cielos, llamado «Divinidad», «Se humilla hasta lo más bajo», por eso se dice en los libros que antes de cada acción espiritual, hay que rezar para «elevar la Divinidad desde el polvo», es decir, rogar que podamos ver el Reino de los Cielos como algo importante y que valga la pena esforzarse por él y elevarlo a su grandeza.
Ahora podemos entender lo que decimos en oración de la víspera de Rosh HaShaná (Año Nuevo): «Da gloria a Tu pueblo». Esto parece bastante desconcertante. ¿Cómo se autoriza a orar por el honor? Nuestros sabios dijeron: «Sé muy, muy humilde», así que ¿cómo podemos rezar para que el Creador nos otorgue gloria? Debemos interpretar que oramos, para que el Creador otorgue la gloria de Dios a Tu pueblo. No tenemos la gloria de Dios, sino que «La ciudad de Dios se humilla hasta lo más bajo», llamada «Divinidad en el polvo». Además, no apreciamos la verdadera importancia en la cuestión de «Hazte de un Rav«. Por lo tanto, en Rosh HaShaná, el cual es el momento en que tomamos la responsabilidad del Reino de los Cielos, le pedimos al Creador, dar la gloria de Dios a Tu pueblo, para que el pueblo de Israel sienta la gloria del Creador. Y entonces seremos capaces de mantener la Torá y las Mitzvot en su totalidad.
Por lo tanto, debemos decir: «Da la gloria de Dios a Tu pueblo», lo que significa que Él dará la gloria de Dios al pueblo de Israel. Esto no quiere decir que Él dará la gloria de Israel al pueblo de Israel, sino que el Creador le dará la gloria de Dios al pueblo de Israel, porque esto es todo lo que necesitamos para sentir la importancia y la grandeza de la Adhesión con el Creador. Si apreciamos su importancia, cada persona será capaz de esforzarse y no habrá nadie en el mundo, que diga que no tiene fuerzas para salvar su vida, y que quiere seguir siendo una bestia, si siente que la vida es algo muy importante, porque puede disfrutar de la vida. Pero si una persona no siente que la vida tiene un sentido, muchas personas eligen morir. Esto es así porque nadie está capacitado para experimentar el sufrimiento en su vida, porque esto está en contra del propósito de la creación. Puesto que el objetivo de la creación fue hacer el bien a Sus creaciones, lo que significa que disfruten de la vida. Por lo tanto, cuando la persona ve que no puede ser feliz ahora o, al menos, más tarde, se suicida, porque no posee la meta de la vida.
De ello se deduce que lo único que nos falta es «Hazte de un Rav«, para sentir la grandeza del Creador. Entonces, todo el mundo será capaz de alcanzar la meta, que es la adhesión con Él.
Y también debemos interpretar las palabras del Rabí Yehoshua Ben Perajia que dice tres cosas:
1) Hazte de un Rav.
2) Cómprate un amigo.
3) Juzga a cada persona favorablemente, respecto al amor de los amigos.
Es lógico pensar, que la amistad se refiere a dos personas con el mismo nivel de habilidades y cualidades, ya que entonces les resulta fácil comunicarse y se unen como una sola persona. Y luego, «Cada uno ayudará a su amigo», como dos personas que crean una sociedad y cada uno invierte la misma energía, recursos y trabajo. Entonces, los beneficios también se dividen por igual entre ellos. Sin embargo, si uno es superior al otro, es decir, si invierte más dinero o más experiencia o más energía que el otro, la división de los beneficios también es desigual. Esto se llama «una sociedad a un tercio» o «una sociedad a un cuarto». Por lo tanto, no se considera una verdadera alianza, porque uno tiene un estatus más elevado que el otro.
Resulta que la amistad verdadera − es cuando cada uno hace el pago necesario para comprar a su amigo, y es, precisamente, cuando ambos poseen el mismo estatus, y entonces ambos pagan por igual. Es como un negocio material, donde ambos dan todo por igual, o no puede haber una verdadera sociedad. Por lo tanto, «Cómprate un amigo», ya no puede haber unión −cuando cada uno compra su amigo− salvo cuando son iguales.
Pero, por otro lado, es imposible aprender el uno del otro, si la persona no ve que su amigo es más grande que él. Pero si el otro es más grande, no puede ser su amigo, sino su Rav, y a la persona se le considera como un estudiante. En ese momento, la persona puede aprender conocimientos o virtudes del otro.
Por eso se dice: «Hazte de un Rav y cómprate un amigo«, ambos deben existir. En otras palabras, cada persona debe considerar al otro como un amigo, y entonces hay lugar para comprar. Significa que cada uno debe pagar con concesiones al otro como un padre concede su descanso, trabaja para su hijo, y dedica dinero a su hijo, y todo por amor. Sin embargo, aquí se trata del amor natural. El Creador dio el amor natural para criar a los hijos para que hubiera perpetuidad en el mundo. Si, por ejemplo, el padre criara a los hijos porque es una Mitzvá, sus hijos tendrían alimento, ropa y otras cosas necesarias para los niños, en la medida en que una persona se compromete a observar todas las Mitzvot. Algunas veces observaría las Mitzvot y otras veces sólo haría lo mínimo, por lo que sus hijos podrían morir de hambre.
Por ello el Creador dio a los padres el amor natural a sus hijos, para que pudiera perpetuarse el mundo. Esto no es así con el amor a los amigos. Aquí todo el mundo debe hacer un gran esfuerzo por sí mismo, para crear el amor a los amigos en su corazón. Lo mismo sucede con «Y cómprate un amigo». Una vez que comprenda, al menos intelectualmente, que necesita ayuda y que no puede hacer el trabajo sagrado, si entiende que necesita ayuda, en la medida en que lo entiende en su mente, comienza a comprar, a hacer concesiones por el bien de su amigo.
Esto es así porque entiende que el trabajo consiste principalmente en otorgar al Creador. Sin embargo, está en contra de su naturaleza porque el hombre ha nacido con el deseo de recibir sólo para su propio beneficio. Por lo tanto, se nos dio la cura de cómo salir del amor propio hacia el amor a los demás, y mediante este, poder llegar al amor al Creador.
Por lo tanto, la persona puede encontrar a un amigo a su nivel. Pero después, hacer del amigo un Rav, lo que significa sentir que su amigo está en un grado más alto que él, es algo que uno no puede ver, que su amigo es como un Rav y él es como un estudiante. Pero si él no considera a su amigo como un Rav, ¿cómo va a aprender de él? A esto se le llama «Hacer«, es decir, una acción sin razonamiento. En otras palabras, debe aceptar, por encima de la razón, que su amigo es más grande que él, y a esto se le llama «Hacer», es decir, actuar por encima de la razón.
En el ensayo, Entrega de la Torá (Hoja 142) está escrito: «Para recibir la primera condición, cada estudiante debe sentirse como el más pequeño entre todos los amigos. En ese estado, uno puede apreciar la grandeza del superior». Así, está afirmando explícitamente que todos deben verse a sí mismos como al más pequeño entre los estudiantes. Y, sin embargo, ¿cómo puede la persona verse como la más pequeña de los estudiantes? Aquí sólo viene al caso por encima de la razón. A esto se le llama «Hazte de un Rav«, lo que significa que a cada uno de ellos lo considera un Rav en comparación consigo misma, y a sí misma se considera una simple estudiante. Esto es un gran esfuerzo, ya que existe una regla en la que «las deficiencias de los demás son siempre visibles mientras los defectos propios siempre están ocultos». Y, sin embargo, debe considerar al otro como un ser virtuoso, y que merece la pena aceptar lo que dice o lo que hace, y aprender de las acciones del otro.
Pero el cuerpo no está de acuerdo con esto, porque cada vez que uno debe aprender de otro, significa que si se tiene en alta estima al otro, el otro le compromete a esforzarse, y el cuerpo revoca las opiniones y acciones del otro. Como el cuerpo quiere descansar, es mejor y más conveniente para él descartar las opiniones y acciones de su amigo, para no tener que hacer ningún esfuerzo.
Por eso se le llama «Hazte de un Rav«. Significa que, para que el amigo sea su Rav, tú tienes que hacerlo. En otras palabras, no es mediante la razón, puesto que la razón afirma lo contrario, y a veces incluso le muestra todo lo contrario, que él puede ser el Rav y el otro su estudiante. Por eso se llama «Hacer», es decir, hacer y no razonar.
3) «Y juzga a cada persona favorablemente».
Después de decir: «Cómprate un amigo», nos queda la pregunta: «¿Qué pasa con el resto de la gente?» Por ejemplo, si una persona elige a unos pocos amigos de su congregación y deja a los demás y no se relaciona con ellos, la pregunta es: «¿Cómo debería tratarles?» Después de todo, no son sus amigos, ¿y por qué no les eligió? Probablemente podríamos decir que no encontró virtudes en ellos, dignas de dedicar su tiempo en relacionarse con ellos, es decir, que no les aprecia. Por lo tanto, ¿cómo debe tratar al resto de la gente de su congregación? Y lo mismo se aplica para el resto de personas que no forman parte de la congregación, ¿cómo debe tratarles? Rabí Yehoshua Ben Perajia dice al respecto: «Y juzga a cada persona favorablemente», es decir, hay que juzgar a cada uno favorablemente. Significa que el hecho de que no les encuentre cualidades no es culpa de ellos. Por el contrario, no está en sus manos el poder ver las cualidades del público en general. Por esta razón, ve según las cualidades de su propia alma. Esto será exacto de acuerdo a su alcance, pero no de acuerdo a la verdad. En otras palabras, existe tal cosa como la verdad en sí misma, independientemente de aquel que la alcanza. O sea que existe la verdad que cada uno percibe dependiendo de su propio alcance, es decir, que la verdad cambia según quien la alcance. O sea, que está sujeta a cambios según los estados cambiantes de quien alcanza.Pero en realidad la verdad no cambió en su esencia. Por eso, cada persona puede alcanzar lo mismo de manera diferente. Por lo tanto, a los ojos del público, puede que el público esté bien, pero él ve de manera diferente según su propia cualidad. Por eso, dice: «Y juzga a cada persona favorablemente», lo que significa que debe juzgar a todos los demás, exceptuando a sus amigos, favorablemente. Es decir, que todos son dignos dentro de su propio valor y que no tiene ninguna queja en cuanto a su comportamiento. Pero a nivel de su propio valor, o sea, con el fin de poder aprender algo de ellos, y no por no tener ninguna equivalencia de forma con ellos».
Artículo Nº 13, 1984-85
En la canción de Januká decimos: «Poderosa roca de mi salvación, alabarte es un deleite; restaura mi casa de rezo, y allí llevaremos una ofrenda de agradecimiento». La canción comienza con palabras de alabanza: «Alabarte es un deleite», y luego comienza con palabras de rezo: «Restaura mi casa de rezo». Después, vuelve a palabras de agradecimiento y alabanza: «Y allí llevaremos una ofrenda de agradecimiento».
Por lo tanto, hay tres asuntos aquí, en un orden parecido al del rezo:
1) Los tres primeros de los Dieciocho (Tfilat Shmoné Esré es una secuencia de rezos) son de alabanza y agradecimiento.
2) Los tres de en medio son súplicas.
3) Los tres últimos son de alabanza y agradecimiento nuevamente.
Así, empezamos con el presente, como dice: «Alabarte es un deleite», lo que significa que Te agradecemos y alabamos por el bien que hemos recibido de Ti. Es como nuestros sabios dijeron: «Uno debe siempre alabar al Creador y luego rezar» (Brajot [Bendiciones], 32).
La razón es que aquel que cree que el Creador es misericordioso y clemente, y que Él desea hacer el bien a Sus creaciones, tiene lugar para el rezo. Esa es la razón por la que primero debemos establecer la alabanza al Creador, es decir, que la propia persona debe establecer la alabanza del Creador. Eso no significa que el Creador debe ver que la persona está alabándolo, ya que el Creador no necesita de los creados. Más bien, la propia persona debe ver la alabanza al Creador, y luego puede pedir que le ayude, pues Su comportamiento es hacer el bien a Sus creaciones.
Así pues, después de decir: «Alabarte es un deleite» llega el rezo y decimos: «Restaura mi casa de rezo». Y, ¿qué es «Mi casa de rezo»? Significa, tal como está escrito: «Incluso a ellos les llevaré a Mi montaña sagrada, y les alegraré en Mi casa de rezo». En «Mi montaña sagrada». Har (montaña) se deriva de la palabra Hirhurim (pensamientos/contemplaciones), lo que significa que Él les traerá pensamientos de Kdushá (santidad), es decir, que todos sus pensamientos serán sólo de Kdushá. «Y les alegraré en Mi casa de rezo» es el corazón del hombre, para que haya allí un lugar para la presencia Divina. La Divinidad es llamada «rezo», como es sabido que Maljut es llamada «rezo», tal como está escrito: «y yo soy todo rezo». Después de «Restaura mi casa de rezo» viene «Y allí llevaremos una ofrenda de agradecimiento». De ahí se deduce que primero hay una alabanza, luego hay oración, y después alabanza nuevamente, como el orden del rezo, que concluye con alabanza y agradecimiento.
Pero, ¿qué puede hacer la persona, si quiere empezar con alabanza pero su corazón está cerrado, y siente que está lleno de defectos y no puede abrir su boca y cantar y alabar? El consejo es ir por encima de la razón y decir que todo es «Jasadim encubiertas». En otras palabras, debe decir que todo es Jésed (gracia), pero que está oculto a él porque aun no está calificado para ver el deleite y placer que el Creador ha preparado para Sus creaciones. Y después de establecer la alabanza del Creador –lo que significa que cree por encima de la razón que todo es bueno y lleno de gracia– debe rezar para que el Creador enmiende su corazón y lo convierta en «Mi casa de rezo», lo que significa que las bendiciones del Creador aparecerán allí. A esto se le llama «Jasadim reveladas».
Y entonces «llevaremos una ofrenda de agradecimiento», lo que significa que dará gracias por haber sido privilegiado con poder ofrecer las vasijas de recepción. A eso se le llama «Allí llevaremos una ofrenda de agradecimiento», por haber sido merecedor de sacrificar su deseo de recibir, y a cambio de esto llega el deseo de otorgar, que es llamado «el lugar del Templo». Pero el asunto importante para la persona es tener, primero, un deseo de sacrificar el deseo de recibir. Y como el deseo de recibir es la esencia misma del creado, por eso ama al deseo de recibir y le es muy difícil entender que debe ser anulado o, de lo contrario, es imposible ser merecedor de algo espiritual. En la corporalidad, vemos que la persona tiene un deseo y una carencia que le concierne, que le llega de las entrañas de su cuerpo, y hay deseos que uno adquiere desde el exterior, y no desde sí mismo. En otras palabras, si no hubiera gente en el exterior que engendrara esa carencia en él, nunca sentiría que le hace falta; Solo la gente en el exterior engendra ese deseo en él. Por ejemplo, una persona, que esté sola, seguirá queriendo comer, beber, dormir, etc., incluso cuando no haya otras personas a su alrededor. Sin embargo, si hay gente en su entorno, está la cuestión de la vergüenza, en lo que los otros le obligan. Entonces debe comer y beber lo que le impone la gente que le rodea.
Eso es evidente fundamentalmente en cuanto a la ropa. En casa, la persona lleva puesto lo que le resulta cómodo. Pero cuando está entre la gente, debe vestir conforme a la manera en que los otros entienden como correcto. No tiene opción, ya que la vergüenza lo obliga a perseguir sus gustos. Es lo mismo en la espiritualidad. La persona tiene un deseo por la espiritualidad en su interior, que proviene desde dentro de sí mismo. En otras palabras, incluso cuando está solo y no hay gente a su alrededor que le afecte y de quien absorba algún deseo, recibe un despertar y anhela ser un siervo del Creador. Pero su propio deseo tal vez no sea suficiente para no necesitar agrandar ese mismo deseo, y poder trabajar con él para obtener la meta espiritual. Por lo tanto, existe una manera –al igual que en la corporalidad– de intensificar ese deseo a través de la gente del exterior, que le impulse a seguir sus opiniones y su espíritu.
Eso se hace a través de la unión con gente, que él ve que también tiene una necesidad espiritual. Y el deseo que tiene esa gente del exterior, engendra un deseo en él, y así recibe un gran deseo por la espiritualidad. En otras palabras, además del deseo que siente en su interior, recibe un deseo por la espiritualidad que ellos engendran en él, y entonces adquiere un gran deseo con el cual puede alcanzar la meta. Por lo tanto, en el asunto del amor a los amigos, es donde cada persona del grupo, además de tener un deseo propio, obtiene el deseo de los amigos. Eso es una gran adquisición que sólo se puede obtener a través del amor a los amigos. Sin embargo, se debe tener gran cuidado de no ir con amigos que no tengan el deseo de examinarse a sí mismos, es decir, a la base de su trabajo –ya sea para otorgar o para recibir– y para ver si están haciendo lo indicado para llegar al sendero de la verdad, que es el camino de otorgamiento puro.
Sólo dentro de un grupo así es posible inculcar en los amigos el deseo de otorgar, lo que significa que cada uno absorberá la carencia de los amigos, o sea que le falte el poder de otorgar. Y, a donde quiera que vaya, buscará con impaciencia un lugar donde quizá alguien tenga la posibilidad de darle el poder de otorgar. Por lo tanto, cuando llega a un grupo en el que todos están sedientos de la fuerza de otorgar, cada uno recibe esa fuerza de todos los demás. Esto se considera que está recibiendo fuerza desde el exterior, además de la pequeña fuerza que tiene en su interior. Sin embargo, y en oposición a esto, existe una fuerza en el exterior de la cual está prohibido recibir ninguna asistencia, a pesar de que esa fuerza, que puede recibir desde el exterior, le dará el combustible para trabajar. Se debe ser muy cuidadoso de no recibirla. Y se necesita tener mucho cuidado porque el cuerpo tiende a recibir fuerza para el trabajo particularmente de la gente en el exterior. Llega a la persona cuando oye que se dice acerca de él, por ejemplo, que es una persona virtuosa, o un discípulo sabio, o un hombre con temor al cielo, o cuando se dice de él que es un hombre que busca la verdad. Cuando la persona escucha esas cosas, las palabras que escucha −que su trabajo es apreciado−, le dan fuerza para el trabajo porque está recibiendo respeto por su labor.
Y entonces no necesita fe por encima de la razón ni el poder de otorgar, es decir, que el Creador le ayudará y que esa será su motivación. En lugar de esto, recibe el combustible del exterior. En otras palabras, la gente externa le obliga a esforzarse en la Torá y las Mitzvot (preceptos). Ese es el asunto en cuanto a ser humilde –una de sus razones es que no habrá nutrición a los externos. Por eso cada uno debe caminar humildemente, como está escrito: «Y camina humildemente con el Señor tu Dios». Los externos son gente que se encuentran fuera de él. Ellos lo nutren por su trabajo, pero luego –es decir, después de escuchar que es respetado– aprende a trabajar por las personas del exterior y no por el Creador. Esto es así porque ya no necesita que el Creador lo acerque a Su trabajo, porque ahora él trabaja, porque la gente del exterior le da el combustible para estudiar y trabajar para ellos. En otras palabras, ellos son quienes le obligan a trabajar y no es el Creador quien le obliga a trabajar para Él. Más bien, otros le inspiran a trabajar por ellos –para que le respeten, etc. Se deduce que esto es similar a trabajar para un dios extraño. Esto es, ellos le ordenan trabajar por la recompensa del respeto y similares, lo cual le darán a cambio de esforzarse en la Torá y las Mitzvot. Eso significa que si ellos no conocen su trabajo, y él no vio que hay alguien que lo observa y se dedica a la Torá, no hay quien le obligue a trabajar. Esto se llama «aferramiento de los externos» y es por esto por lo que la persona debe trabajar de manera oculta.
Sin embargo, trabajar de manera oculta no es suficiente. Aunque es cierto que ahora sólo el Creador le impulsa a hacer el trabajo sagrado, debe haber una cosa más: la persona no debe trabajar para recibir recompensa. Eso es un asunto completamente diferente porque ello está en contra de nuestra naturaleza. Somos creados con la naturaleza llamada «deseo de recibir». Pero ahora debemos trabajar sólo en el trabajo de otorgamiento, y no recibir nada para nosotros mismos. Para eso, debemos buscar un grupo, en donde cada uno piense que debemos trabajar para otorgar. Como esta es una pequeña fuerza dentro de la persona, debe buscar personas que también estén buscando tales fuerzas. Pero unidos, cada uno de ellos puede recibir fuerza de los demás y eso es todo lo que le falta. Y el Creador enviará ayuda desde arriba para que podamos caminar en el sendero del otorgamiento.
Hay una alegoría acerca de amigos que están perdidos en el desierto, hambrientos y sedientos. Uno de ellos ha encontrado un asentamiento colmado abundantemente con todos los placeres. Recordó a sus pobres hermanos, pero hacía mucho que se había apartado de ellos y no sabía dónde se encontraban. ¿Qué hizo? Comenzó a tocar muy fuertemente el cuerno; quizá sus pobres y hambrientos amigos oirían su voz, se aproximarían y vendrían a ese abundante asentamiento colmado de placeres.
Así está la cuestión ante nosotros: nos hemos perdido en un terrible desierto junto con toda la humanidad, y ahora hemos encontrado un gran y abundante tesoro, en otras palabras, los libros de Cabalá en el tesoro. Ellos colman nuestras almas anhelantes y nos colma abundantemente con exuberancia y armonía; estamos saciados y hay más.
Sin embargo el recuerdo de nuestros amigos que se fueron sin esperanza al terrible desierto permanece profundamente dentro de nuestros corazones. La distancia es grande, y las palabras no pueden cruzarla. Por esa razón hemos construido este cuerno, para tocarlo fuertemente para que nuestros hermanos puedan escuchar y acercarse y ser tan felices como nosotros.
Sepan, hermanos nuestros, – nuestra carne – que la esencia de la sabiduría de la Cabalá consiste en el conocimiento de cómo descendió el mundo desde su elevado y celestial lugar, hasta nuestro innoble estado. Esta realidad era necesaria, dado que «el fin de una materia está en el primer pensamiento», y Su pensamiento actúa instantáneamente, dado que Él no necesita herramientas prácticas como nosotros. De este modo, fuimos engendrados en el Infinito en total perfección desde el comienzo, y vinimos a este mundo (es decir: en el pensamiento del Creador de hacer el bien a Sus criaturas).
Por lo tanto es muy fácil hallar todas las correcciones futuras destinadas a venir de los mundos perfectos que nos precedieron dentro de la Sabiduría de la Cabalá. A través de ella sabemos cómo corregir nuestro rumbo de aquí en adelante. El mérito del hombre sobre las bestias es que el espíritu de las bestias desciende, lo que significa que sólo ve desde su futuro, sin el intelecto y la sabiduría para hacer memoria y de este modo corregir el futuro.
El mérito del hombre sobre las bestias, es que el espíritu del hombre asciende hacia el pasado. El hombre contempla el pasado como uno se mira en el espejo y ve sus propias imperfecciones para así corregirlas. Del mismo modo, la mente ve lo que pasó y corrige su conducta futura.
Por consiguiente, las bestias no evolucionan; están fijas, en el mismo estado en que fueron creadas, dado que no poseen, como el hombre, el espejo a través del cual ver cómo corregir las cosas y evolucionar gradualmente. El hombre se desarrolla día tras día hasta que se afiance y perciba su mérito. Pero todo esto se refiere a las vías naturales y superficiales, es decir la naturaleza de nuestra realidad circundante, la comida y los asuntos de este mundo. Para esto, la mente natural es totalmente suficiente.
Sin embargo, internamente, en nuestra personalidad, a pesar de que algo evolucionamos, evolucionamos y mejoramos al ser empujados desde atrás a través del sufrimiento y derramamiento de sangre. Esto es así porque no tenemos ningún artificio a través del cual obtener un espejo para mirar dentro del hombre, como lo tuvieron en las generaciones pasadas.
Esto es así aún más con respecto al interior de las almas y de los mundos, y cómo llegaron a la tan terrible ruina de hoy en día; la destrucción es tan grande que no tenemos ninguna seguridad en nuestras vidas. Seremos objeto de todo tipo de masacres y muerte en el futuro cercano, y todos admiten que no tienen ninguna recomendación para evitarlas.
Imaginen, por ejemplo, que hoy fuera encontrado un libro histórico que les reseñe las últimas generaciones, que estarán diez mil años a partir de ahora, que describa el comportamiento de los individuos y la sociedad. Nuestros líderes buscarían cualquier recomendación para organizar la vida aquí en consecuencia, y llegaríamos a «no hay privilegios ni lamentos en nuestras calles». Cesarían la corrupción y el sufrimiento terrible, y todo llegaría pacíficamente a su lugar.
Ahora, distinguidos lectores, este libro se encuentra ante ustedes en un armario. El mismo enuncia explícitamente toda la sabiduría del arte de gobernar y el comportamiento en la vida privada y pública que existirá en el final de los días. Este es el libro de la Cabalá, donde se establecen los mundos corregidos. Ellos surgen perfectos, como se menciona más arriba, la perfección surge primero del Creador, luego la corregimos y llegamos a la perfección completa y permanente en el Mundo Superior.
Esto se origina en el Creador como «el fin de una acción se encuentra en el inicio del pensamiento». Debido a que desde lo completo no se expande inmediatamente lo incompleto, sino de manera progresiva, y dado que no hay ausencia en lo espiritual, todo persiste y se describe en la sabiduría de la Cabalá en su forma e imagen perfecta, en particular y en general.
Abran estos libros y encontrarán todos los buenos comportamientos que aparecerán y el final de los días, y encontrarás dentro de ellos la buena lección a través de la cual ordenar los asuntos de este mundo también hoy. Nosotros podemos examinar la historia y a través de ello corregir el futuro.
Yo he visto todo eso, y ya no puedo restringirme. He resuelto revelar las conductas de la corrección de nuestro futuro concreto que he hallado a través de la observación y la lectura de estos libros. He decidido salir a la gente del mundo con este cuerno (shofar) y creo y estimo que esto bastará para reunir a todos los que sean dignos de comenzar a estudiar e investigar en estos libros. De este modo se someterán a ellos mismos y a todo el mundo a una escala de mérito.
2. La Necesidad Absoluta de Aceptar el Trabajo de Dios
Ya hemos expresado que la naturaleza necesita que la especie humana lleve una vida social. Esto es simple. Sin embargo, debemos examinar los preceptos que la naturaleza nos obliga a seguir como resultado de ese estado, es decir de llevar una vida social.
Hablando en general, hay sólo dos preceptos de los cuales debemos ocuparnos en la sociedad. Estos pueden ser definidos por los nombres «recepción y otorgamiento». Esto significa que cada miembro está obligado por la naturaleza a recibir sus necesidades de la sociedad, y también beneficiar a la sociedad por medio de su trabajo. Si uno quebranta cualquiera de estos dos preceptos, uno debe ser castigado sin compasión.
El precepto de recepción requiere sólo una pequeña consideración ya que el castigo para él se da instantáneamente. De este modo nunca lo desatenderemos. Sin embargo, el castigo para el segundo precepto, el de otorgamiento a la sociedad, no se recoge instantáneamente, sino que nos llega indirectamente.
En consecuencia, este precepto no se observa como debiera, y por ello, la humanidad se está friendo en una terrible sartén, y el hambre, la ruina y sus resultados no han terminado hasta ahora. Es asombroso que la naturaleza, como un juez competente, nos castigue al mismo tiempo que considera nuestro desarrollo. Después de todo, vemos cómo junto con la evolución de la humanidad, el dolor y el sufrimiento provistos para nuestro sustento y bienestar se incrementan.
De este modo tienen ante ustedes una base científica empírica que demuestra que estamos controlados por Su guía a observar el precepto de otorgamiento sobre nuestros semejantes con nuestro corazón y nuestra alma con absoluta precisión. Ni un solo miembro entre nosotros deberá trabajar en menor medida de la necesaria para el éxito de la sociedad y su felicidad.
Mientras seamos perezosos en observarlo en su totalidad, la naturaleza continuará castigándonos y desquitándose en contra nuestra. Además de la golpiza con la que estamos afectados en este tiempo, debemos también tomar en consideración la espada vívidamente desenvainada del futuro. Debemos elaborar la conclusión correcta, es decir que la naturaleza finalmente nos vencerá, y seremos obligados a observar Sus preceptos en la máxima medida requerida de nosotros.
Un adversario aún podría alegar que de este modo he demostrado únicamente que uno debe servir a su semejante, ¿pero dónde está la prueba práctica de que uno debe observar este precepto en beneficio del Creador? De hecho, la historia misma se ha preocupado en nuestro favor, y preparó para nosotros un hecho implacable, suficiente para una evaluación completa y conclusiones incuestionables.
Todos nosotros podemos ver cómo una sociedad tan grande como el Estado de Rusia, con sus cientos de millones y un territorio que supera el de toda Europa, con una posesión casi inigualable de materias primas, ha consentido conducir una vida comunal, y ha abolido efectivamente la propiedad privada. Cada uno de ellos no tiene otra inquietud más que el bienestar de la sociedad, y han adquirido en apariencia la virtud de otorgamiento hacia sus semejantes en todo sentido, tanto como la mente humana puede alcanzar.
Imaginen si cada persona en esta sociedad estuviera tan ansiosa de observar el precepto del Creador en toda la extensión de las palabras, «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, y con toda tu fuerza.» Imaginen también hasta que extremo cada uno estaría atento y preparado para satisfacer las necesidades y deseos de sus amigos en la plena medida impresa en los humanos de satisfacer sus propios deseos, como dice, «Ama a tu prójimo como a ti mismo».
Si el Creador había tenido el propósito de que cada trabajador trabajara en su trabajo por el bien común, y si el trabajador contara con adherirse al Creador, al origen de toda la verdad, bondad, afabilidad y mansedumbre a través de este trabajo para la sociedad, no cabe ninguna duda que en pocos años habrían sobrepasado en riqueza a todas las naciones del mundo juntas. Hubieran sido capaces de utilizar las materias primas que se encuentran en su rico suelo y serían realmente un ejemplo para todas las naciones; serían considerados benditos por el Creador.
Sin embargo, cuando todo el trabajo de otorgamiento a nuestros semejantes está basado únicamente en el bienestar de la sociedad, es una base tambaleante, ¿para quién y qué haría que uno se esforzara por el colectivo? Es imposible esperar que cualquier fuerza inspiradora provenga alguna vez de un principio tan seco y carente de vida. Esto es verdad para los individuos evolucionados, y aún más para la gente no desarrollada.
De este modo no enfrentamos con la pregunta: ¿Dónde tomaría el granjero o el trabajador la fuerza inspiradora que lo impulse a trabajar, cuando la medida de nuestro pan diario no se incrementará o disminuirá al consumir nuestra energía, y ninguna recompensa y pago nos enfrenta? (Fuerza inspiradora: una fuerza, propósito. Es la fuerza que opera y pone cualquier cuerpo en movimiento y le proporciona su cuota de energía para el trabajo como el combustible hace en una máquina.)
Es sabido por los científicos naturalistas que uno no hará ni siquiera el más pequeño movimiento sin una fuerza motivadora, es decir sin beneficiarse en algo. Por ejemplo, cuando uno mueve su mano de la silla a la mesa, es sólo porque piensa que obtendrá mayor placer dejando su mano sobre la mesa. Si no hubiera pensado así, habría dejado su mano sobre la silla inmóvil por el resto de su vida; tanto más en lo que se refiere a mayores esfuerzos.
Si usted dice que este asunto puede resolverse colocando supervisores sobre los trabajadores, castigar al haragán quitándole su pan diario, entonces yo pregunto: «Dígame, ¿dónde encontrarían los supervisores mismos la fuerza motivadora para trabajar?» Estar parado inmóvil vigilando a la gente y motivándola para trabajar también es un gran esfuerzo, ¡quizá más que el trabajo mismo! De este modo, parece como si uno quisiera poner una máquina en funcionamiento sin combustible.
Por lo tanto, están condenados naturalmente al fracaso. Las leyes de la naturaleza los castigarán debido a que no se adaptan para observar sus mandamientos, es decir realizar estos actos de otorgamiento hacia su semejante para beneficio del Creador, observarlo y a través de eso alcanzar el propósito de la creación, es decir la adhesión con Él.
Se ha explicado que esta adhesión viene al trabajador como un placer cada vez más abundante, en la medida deseada para el ascenso en el reconocimiento de Su verdad. Esto se desarrolla hasta que uno adquiere la gran exquisitez implícita en las palabras, «ni ojo alguno ha visto un Dios además de Ti».
Imaginen que el trabajador y el granjero tuvieran este propósito ante sus ojos mientras trabajan para la felicidad de la sociedad. No necesitarían supervisores por encima de ellos en absoluto, dado que tendrían una fuerza inspiradora realmente suficiente para hacer grandes esfuerzos, suficientes para elevar a la sociedad a una exaltación sublime.
Al mismo tiempo es verdad que comprender la cuestión de manera tal requiere gran cuidado y un orden confiable, también es sencillo ver que no tienen ningún derecho de existir desde la perspectiva de la obstinada e inflexible naturaleza. Esto es lo que quise demostrar aquí.
De este modo, he mostrado que desde la perspectiva del intelecto empírico, y a través de la historia real que se revela ante nuestros ojos, no hay ningún remedio en absoluto para la humanidad excepto el tomar sobre sí el mandamiento de la providencia, es decir el otorgamiento a nuestro semejante para ofrecer satisfacción al Creador.
Lo anterior debe ser hecho en el espíritu de dos frases: «Ama a tu prójimo como a ti mismo», el atributo del trabajo mismo. Esto significa que el esfuerzo de otorgar a nuestro prójimo para el bien de la sociedad no debe ser menor que la cantidad marcada en uno para cuidar de sus propias necesidades. Es más, uno debe colocar las necesidades de los demás por encima de las propias.
La segunda frase es: «Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu fuerza.» Este es el propósito que uno debe tener ante sus ojos mientras trabaja para su amigo. Esto significa que uno funciona y se esfuerza sólo para ser apreciado por el Creador, como dice, y harán Su voluntad.
«Si estáis dispuestos y sois obedientes, comeréis el bien de la tierra», ya que los pobres dejarán de serlo, y los torturados y explotados no estarán más sobre la tierra; la alegría de cada persona se elevará cada vez más en grado y medida.
Sin embargo, si aún rechazas y no deseas avenirte al pacto del trabajo del Creador en su máxima medida, como se ha explicado, entonces la naturaleza y sus leyes están preparadas para tomar venganza. No nos pasará por alto, como hemos puesto en evidencia, hasta que nos derrote y aceptemos su gobierno en lo que nos dice.
De esta manera, les he presentado una investigación práctica científica basada en la inteligencia crítica experimental, acerca de la necesidad de que toda la gente tome a su cargo el trabajo del Creador con todo su corazón y con toda su alma y fuerza.
3. Principios de la Futura Sociedad
1. El comunismo es un ideal, es decir que es moral. El propósito «trabajar de acuerdo a su capacidad y recibir de acuerdo a su necesidad» da testimonio de ello.
2. Cada moral debe tener una base que la haga necesaria; la educación y la opinión pública son bases muy imperfectas, y la prueba de ello es Hitler.
3. Dado que cualquier concepto de la mayoría tiene asegurado su triunfo, es innecesario decir que la puesta en práctica del comunismo corregido es por la mayoría del público. De este modo, ellos deben establecer el nivel moral de la mayoría del público que necesite y garantice que el comunismo corregido nunca será corrompido. El ideal predeterminado en los humanos es insuficiente, dado que muy pocos lo poseen, y son insignificantes comparados con la mayoría del público.
4. La religión es la única base segura para elevar el nivel del colectivo al nivel moral de «trabajar de acuerdo a su capacidad y recibir de acuerdo a su necesidad».
5. El comunismo debe alejarse del concepto, «Lo que es mío es mío y lo que es tuyo es tuyo», el cual es una ley sodomita, hacia el concepto, «Lo que es mío es tuyo y lo que es tuyo es tuyo», es decir altruismo absoluto. Cuando la mayoría del público acepte esta ley de hecho, será el tiempo de «trabajar de acuerdo a la capacidad y recibir de acuerdo a la necesidad». El vínculo debe ser que cada uno trabajaría como un trabajador contratado. Por lo tanto, hasta que la mayoría de la gente no esté dispuesta para otorgar a sus semejantes, el régimen comunista altruista no debe ser establecido.
6. Está prohibido nacionalizar la propiedad antes que el público alcance este nivel moral. El colectivo no tendrá incentivo para trabajar antes de que haya un factor moral confiable en el público.
7. Si nos está prohibido explotar a nuestros semejantes, ¿por qué debe permitírsele a una nación explotar a sus naciones aliadas? ¿Qué ocupación justifica que una nación disfrute de la tierra más que las otras naciones? Por consiguiente, debe ser fundado el comunismo internacional.
Así como hay individuos que han sido privilegiados por la perseverancia, oportunidad o herencia de sus antepasados por una participación mayor que los negligentes, exactamente así es entre las naciones. Por lo tanto, ¿por qué la guerra sobre los individuos debe ser más grande que contra las naciones?
En otras palabras, ¿qué privilegio y derecho de posesión de las materias primas de la tierra tiene una nación sobre las otras? ¿Quién estableció las leyes de ocupación, especialmente las que se han obtenido por la fuerza de las bayonetas y espadas? ¿Por qué una nación debe explotar a otra si esto es injusto para cada individuo?
Como conclusión, así como es justo anular la propiedad privada, también es justo para todas las naciones, dado que sólo entonces habrá paz sobre la tierra. Consideren esto: si la posesión y la ley de herencia no concede derechos de propiedad al individuo, ¿por qué debe serle concedido a toda una nación? Además, así como debe haber una división justa entre los miembros de una nación, así también debe haber una división igual internacionalmente en materias primas, medios de producción y la propiedad acumulada de todas las naciones.
No debe haber ninguna diferencia entre blancos y negros, civilizados y primitivos, exactamente como entre los individuos de la misma nación. No debe haber discriminación alguna entre los individuos, una nación, o todas las naciones del mundo. Mientras haya diferencias, la guerra no terminará.
8. El mundo entero es una familia. La estructura del comunismo de acuerdo a la Torá debe finalmente abarcar a todo el mundo con un nivel de vida igual para todos. Sin embargo, el proceso real es gradual. Cada nación en la que la mayoría acepta estos elementos básicos de un modo práctico, y que ya han crecido para otorgar a sus semejantes y tengan una causa firme como incentivo, pueden entrar en la estructura del comunismo internacional inmediatamente.
Todas las naciones que ya hayan ingresado a la estructura del comunismo internacional tendrán los mismos niveles de vidas. El excedente de riqueza o una nación diligente mejorará el nivel de vidas de los que fracasen o las naciones pobres en materias primas y medios de producción.
9. La forma religiosa y económica que garantiza el comunismo será una para todas las naciones. Esto significa que la forma religiosa de todas las naciones debe primero obligar a sus miembros a otorgar a sus semejantes en la forma de «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». El propósito es que el talentoso y el afortunado no disfrutarán más de la sociedad que los miembros atrasados. Esta será la religión colectiva para todas las naciones que pertenezcan a la estructura del comunismo, excluyendo las formas religiosas que no tenga que ver con la vida económica.
En otras cuestiones de comportamiento, cada uno tendrá su propia forma, la cual no debe ser cambiada. En otras palabras: excepto por la cuestión «Amarás a tu prójimo como a ti mismo», cada nación puede seguir su propia religión y tradición, y uno no debe interferir con la otra.
10. Las leyes de la religión colectiva, iguales para todos, son:
A. Uno debe trabajar para el bienestar de la gente tanto como pueda e incluso más si es necesario, hasta que no haya una sola persona con hambre o sed en todo el mundo.
B. Uno puede ser diligente, pero ninguna persona deberá disfrutar de la sociedad que el atrasado. Habrá un nivel de vida igual para todas las almas.
C. Aunque haya religión, los símbolos honoríficos deben impartirse de acuerdo a la religión; con cuantos más beneficios uno contribuya a la sociedad, más alta será la condecoración que reciba.
D. El abstenerse de trabajar diligentemente en beneficio de la sociedad motivará un castigo de acuerdo a las leyes de la sociedad.
E. Todos y cada uno está obligado al trabajo de elevar constantemente el nivel de vida de la sociedad mundial, de este modo toda la gente en el mundo disfrutará de sus vidas y sentirá cada vez más felicidad.
F. Lo mismo se aplica para la espiritualidad, aunque no todos están obligados a ocuparse en la espiritualidad salvo sólo la gente especial, dependiendo de sus necesidades.
G. Habrá una especie de corte suprema. Los que quieran dedicar su trabajo para la vida espiritual les será permitido hacerlo por esta corte.
11. El mundo no debe ser corregido en asuntos religiosos antes que esté garantizada la corrección económica para todo el mundo.
12. Debe haber un programa detallado de todas las leyes mencionadas anteriormente y el resto de las leyes necesarias a este sentido. Cualquiera que está bajo la jurisdicción del comunismo debe jurar que observará todo eso porque Dios así lo ha ordenado. Por lo menos uno debe comprometerse a enseñar a sus hijos que Dios así lo ha ordenado.
Los que dicen que el ideal es suficiente para ellos serán aceptados y puestos a prueba. Si es así, pueden ser aceptados. Sin embargo, aún deben prometer no pasar sus formas heréticas a sus hijos, sino poner su educación en manos del estado. Si uno no acepta, no debe ser aceptado, ya que estropearía los esfuerzos de sus amigos y perdería más de lo que ganaría.
13. Primero, debe haber un pequeño establecimiento en el que la mayoría es altruista del modo expuesto anteriormente. Esto significa que trabajarán diligentemente como trabajadores contratados diez o doce horas por día y más. Cada uno trabajará de acuerdo a su fuerza y recibirá de acuerdo a sus necesidades.
Tendrá todas las formas del gobierno de un estado. De este modo, incluso si la estructura de esta institución contuviera a todo el mundo, y el gobierno de la fuerza bruta fuera abolido, nada tendría que ser cambiado, tanto en el gobierno como en el trabajo.
Esta institución será como un punto focal global con naciones y estados rodeándolo hasta los rincones más alejados del mundo. Todo el que ingrese en esta estructura comunista deberá tener el mismo programa y el mismo liderazgo que el centro. Serán como una nación en los beneficios, en las pérdidas y en los gastos de producción.
14. Está absolutamente prohibido para cualquiera de la institución dirigirse a cualquiera de los establecimientos del régimen de la fuerza bruta. Todos los conflictos deben ser resueltos entre ellos mismos, es decir entre las partes interesadas. La opinión pública, que condena el egoísmo, condenará a los culpables de explotar la rectitud de su amigo.
15. El Comunismo Altruista finalmente anulará completamente el régimen de la fuerza bruta, debido a que «cada hombre hizo lo que era correcto a sus propios ojos». Esto no debería sorprendernos, ya que era increíble que los niños pudieran ser educados con explicaciones, sino sólo mediante bastonazos. Sin embargo, hoy en día, la mayoría de la gente lo ha aceptado y ha reducido las reglas drásticas sobre los niños.
Esto atañe a los niños que no tienen ni paciencia ni conocimiento, pero aún más en relación a un colectivo de gente educada y conocedora, educada en el altruismo. Ellos ciertamente no necesitan el régimen de la fuerza bruta. En realidad, no hay nada más humillante y degradante para una persona que estar bajo el gobierno de la fuerza bruta.
Ni siquiera será necesario un palacio de justicia, a menos que ocurra un acontecimiento inusual, cuando los vecinos no influencien un individuo excepcional. Es ese caso, serán necesarios pedagogos especiales para recuperar a la persona a través del razonamiento y la explicación del beneficio de la sociedad, hasta que la persona se restablezca en la línea.
Si alguien es obstinado, y todo es en vano, entonces el público se apartará de la persona como si se tratara de un descastado, hasta que esa persona se reconcilie con las leyes de la sociedad. De otro modo, ella puede corromper también a otros de la sociedad.
Resulta ser que luego que se haya establecido una comunidad de Comunismo Altruista, con una mayoría de gente que haya tomado activamente estas leyes sobre sí mismos, inmediatamente decidirán no llevarse entre sí a ninguna corte, agencia gubernamental o cualquier otro tipo de fuerza, sino que por el contrario todo se hará a través de la persuasión moderada. Por lo tanto, ninguna persona será aceptada dentro de la sociedad antes de ser examinada para ver si es tan burda que no puede ser preparado para ingresar al altruismo.
16. Es un hecho que los judíos son odiados por la mayoría de las naciones, y cada vez son menos gracias a ellos. Esto es cierto para los religiosos, los laicos y los comunistas. No hay ninguna defensa ante esto, excepto promover la verdadera ética altruista dentro del corazón de las naciones.
17. Si vivieses en una isla de salvajes que no puedes aproximarlos a la ley y el orden excepto a través de la religión, ¿entonces dudarías y les permitirías destruirse unos a otros? Es lo mismo con el altruismo: ellos son salvajes y no aceptarán a ningún abogado si no es a través de la religión. ¿Quién vacilaría abandonarlos para que se destruyan unos a otros con bombas de hidrógeno?
18. Hay tres rudimentos para la expansión de la fe:
1) Satisfacción de los Deseos;
2) Prueba
3) Circulación
A. Satisfacción de los Deseos: En cada persona, incluso laica, hay una chispa que exige la unificación con el Creador. Cuando despierta, a veces despierta para conocer al Creador, o para negarlo, lo cual es lo mismo. En otras palabras, la negación de Dios también proviene de esa chispa, ya que sin ella, uno no tendría ningún sentimiento acerca de Dios en absoluto. En lugar de ello la gente viviría sin ningún pensamiento acerca del Creador, bueno o malo.
Si alguien genera la satisfacción de este deseo en esa persona, ella estará de acuerdo en todo. Para eso debemos incluir lo que respecta a la inmortalidad del alma, la recompensa en el otro mundo, la gloria del individuo y la gloria de la nación, es decir que uno será el orgullo de la nación.
B. Prueba: No hay existencia para el mundo sin esto, aún más en una época de bombas atómicas.
C. Circulación: Si se hace diligentemente, también puede reemplazar a la prueba. Por lo tanto, la gente debe ser contratada para divulgar las palabras anteriores al público. Para el propósito de la expansión y divulgación debe mencionarse el sufrimiento, la pobreza, la corrupción y la guerra, también a las viudas y huérfanos en el mundo, que buscan la salvación.
No hay ningún remedio para ellos excepto en el Comunismo Altruista. En un estado así la gente no hallará tan difícil dedicar toda su vida a esto, para salvarlos de la destrucción y de terribles sufrimientos. Esto es aún más de este modo con los jóvenes, cuyos corazones no han sido entorpecidos por sus propias imperfecciones. Indudablemente ellos lo apoyarán con su corazón y su alma.
19. Debido al ansia de posesiones, es imposible que se origine el Comunismo Altruista a menos que primero venga el Comunismo Egoísta, como lo han puesto de manifiesto todas las sociedades que desearon establecer el Comunismo Altruista con anterioridad al Marxismo. Sin embargo, ahora que la tercera parte del mundo ya ha asentado los rudimentos de un régimen Comunista Egoísta, es imposible establecer un Comunismo Altruista duradero basado en una estructura religiosa.
20. Es importante hacer dichas correcciones, que ninguna persona exija sus necesidades de la sociedad. En su lugar, habrá gente seleccionada que examinará las necesidades de cada uno y las cubrirá para cada individuo. La opinión pública denunciara al que reclame algo para sí mismo, como por ejemplo al ladrón y al bribón de hoy en día.
De este modo, los pensamientos de cada uno estarán consagrados al otorgamiento a nuestro semejante, tal como se encuentra en la naturaleza de cualquier enseñanza que la fomente, incluso antes que uno sienta sus propias necesidades.
Todo esto está basado en el hecho de que vemos que somos como cualquier otro animal en nuestro consumo. También, cualquier acto despreciable en el mundo se origina en el consumo. Por otro lado, vemos que todo lo bueno y placentero que actúa en el mundo viene de la propiedad de otorgamiento a nuestros semejantes.
Por lo tanto, debemos rechazar los pensamientos avaros de consumo para sí, y llenar nuestras mentes con pensamientos de otorgamiento a nuestros semejantes, lo cual es posible de la manera expuesta más arriba. Debemos recordar que si queremos saltar sobre una mesa, debemos prepararnos para saltar más alto que la mesa, y luego caer sobre la mesa. Sin embargo, si queremos saltar sólo tan alto como la mesa, nos caeremos.
21. Sin duda alguna, el Comunismo Altruista no es más que un paso en el camino, un tipo de «Desde Lo Lishmá a Lishmá» (desde no para Su Nombre hasta para Su Nombre). Pero yo digo que el tiempo para la segunda fase, es decir el Comunismo Altruista, ha llegado.
Primero debe ser establecido en un país, como modelo. Luego de eso los países en la primera fase lo aceptarán sin lugar a dudas. El tiempo es crucial, debido a que las limitaciones y la fuerza bruta utilizada en el Comunismo Egoísta, desalienta a la mayor parte del mundo cultural a aceptar este método en su conjunto.
De este modo, el mundo debe ser introducido al comunismo perfecto, y entonces la mayoría de los países civilizados en el mundo lo aceptarán sin ninguna duda. Es de suma importancia que el imperialismo elimine al comunismo del mundo, pero si nuestro método perfecto se difundiera realmente, el imperialismo será sin duda abandonado como un rey sin ejército.
22. Es evidente que no es posible una vida social estable y adecuada excepto cuando las controversias entre los miembros de la sociedad se resuelven por la mayoría. Es una consecuencia lógica que no puede existir un buen régimen en una sociedad a menos que la mayoría sea buena. Una sociedad buena significa que la mayoría en ella es buena, y una sociedad mala significa que la mayoría de ella es mala. Como he expresado anteriormente, el comunismo no debe ser establecido antes que la mayoría de la gente funcione con un deseo de otorgar.
23. La falta de circulación puede afianzar un gobierno coercitivo sobre las futuras generaciones, y ni la opinión pública ni la educación ayudarán en este caso, ya que ellas se debilitan naturalmente, a diferencia de la religión, que se fortalece naturalmente. Vemos que a través de la experiencia que las naciones que han aceptado las religiones primero coercitiva y compulsivamente, las observan voluntariamente en la siguiente generación. Además, están dedicadas y consagradas a ella.
Debemos comprender que aunque los padres adoptaron para sí mismos el comunismo porque eran idealistas, no hay ninguna garantía de que sus hijos los sigan en este régimen. No es necesario decir que, si los padres adoptaron el comunismo por coerción, como es el comportamiento en el Comunismo Egoísta, no perdurará durante generaciones, sino que finalmente será doblegado y anulado. Un régimen no puede ser impuesto salvo a través de la religión.
24. Cuando digo que el régimen comunista no debe ser establecido antes de que haya una mayoría altruista, no supongo que dicha mayoría será idealista de buena gana. Esto más bien significa que la cuidarán por razones religiosas, además de la opinión pública. Esta coerción de de un tipo que perdurará durante generaciones, dado que la religión es el impulsor primario.
25. Los mentirosos son los que dicen que el idealismo es un atributo humano natural o el resultado de la educación familiar. Más bien, es una consecuencia directa de la religión. Mientras la religión no se expandió tan ampliamente en el mundo, la mayoría del mundo era bárbaro sin ningún remordimiento de conciencia.
Sin embargo, luego de haber proliferado los trabajadores de Dios, los descendientes de los agnósticos se convirtieron en idealistas. De este modo, los idealistas cuidaron los mandamientos de sus padres, pero este es un mandamiento huérfano, es decir sin un mandamiento. En el caso de que se terminara la religión en el mundo, todos los gobernantes se convertirían en ‘Hitlers’; nada resistirá de esta manera.
La diferencia entre los religiosos y los idealistas es que los actos de los idealistas son infundados. No pueden explicarle a nadie convincentemente por qué prefieren la justicia y quién la necesita. Quizá ésta sea la única debilidad del corazón, como lo afirmó el filósofo Nietzsche. Esa persona no tendría una sola palabra con sentido para expresar, y esa es la razón de que Hitler y Stalin los subyugue. Sin embargo, los religiosos responderán audazmente que este es el mandamiento de Dios y darían su alma por esto.
26. El Comunismo Altruista es algo poco común para el espíritu humano. Por lo tanto, un pueblo más noble, es decir el pueblo de Israel, debe encargarse de dar el ejemplo al mundo. Esto es así porque estamos mejor calificados que todas las otras naciones, no porque somos más idealistas que ellos, sino porque hemos sufrido más que las otras naciones. Por esa razón nosotros estamos más preparados que ellos para ir en busca de consejo para terminar con la tiranía de la tierra.
El Judaísmo debe dar a las naciones algo nuevo; esto es lo que ellas esperan del regreso de Israel a su tierra. No se trata de otras enseñanzas, en las que nunca nos innovamos y siempre fuimos sus discípulos. Más bien, es la sabiduría de la religión, la justicia y la paz. En esto, la mayoría de las naciones son nuestros discípulos, y esta sabiduría es atribuida sólo a nosotros.
27. La nación está en peligro porque cada persona escapará a cualquier parte antes que la economía se estabilice. No todos pasarán la prueba mientras puedan vivir cómodamente en otros países ricos. Lentamente huirán del sufrimiento hasta que no sean una cantidad suficiente para ser llamados un estado, y serán tragados entre los árabes.
Esto es aún más así con los Kibutzim. Toda su existencia está construida sobre el idealismo, que disminuirá naturalmente en las futuras generaciones, dado que los ideales no son hereditarios, y serán destruidos sin duda alguna en primer lugar.
En el método del Comunismo Altruista, el ideal brillara para cada persona, proporcionando razones suficientes para soportar el sufrimiento. También serán capaces de controlar sus almas y reducir su nivel de vida cuando sea necesario. También estarán en condiciones para trabajar duro para asegurar la estabilidad de la economía del estado.
Además, la congregación de la diáspora continuará desde todos los países ya que la inquietud y la lucha por la supervivencia en otros países los motivará a regresar pacífica y justamente a su tierra.
28. Si todo Israel adopta esta religión, será posible reconstruir el Templo, y restaurar la antigua gloria. Esto ciertamente probaría a todas las naciones que es justo que Israel regrese a su tierra, incluso a los árabes. Sin embargo, un regreso secular, como el de hoy en día, no causará buena impresión a las naciones en absoluto; hay una preocupación de que venderán su independencia para satisfacer sus necesidades, más todavía con respecto a la reintegración de Jerusalén.
29. Cualquier método práctico también necesita alimento idealista sobre el que pensar, es decir filosofía. En relación con eso, ya hay una filosofía completa y disponible, aunque esto significa sólo para los líderes, es decir las enseñanzas de la Cabalá.
30. La libertad del individuo debe ser mantenida mientras no sea perjudicial para la sociedad. Sin embargo, el que desea irse a favor de otra sociedad no debe ser detenido de ninguna manera, incluso si es perjudicial para la sociedad, aunque debe ser hecho de manera tal que la sociedad no se dañe totalmente.
4. Sumario
El deseo de recibir impreso en cada criatura está en disparidad de forma con el Creador. Por esta razón el alma fue separada de él como un órgano amputado del cuerpo. Una disparidad de forma en espiritualidad es como un hacha que corta en lo físico.
Por lo tanto es claro que lo que el Creador quiere de nosotros es la equivalencia de forma, momento en el cual nos adherimos a Él una vez más, como antes de que fuéramos creados. Nuestros sabios han dicho «Adherirse a Sus características; así como Él es misericordioso, también tú sé misericordioso.»
Al cambiar nuestras características, que son en principio nuestro deseo de recibir, y adoptando el rasgo del creador, es decir sólo otorgar, todos nuestros actos serán hacer el bien a nuestros semejantes y beneficiarlos todo lo que podamos. De este modo alcanzamos el objetivo «adherirse a Él», lo cual es equivalencia de forma.
Lo que uno hace para sí mismo por necesidad, es decir el mínimo necesario para mantener a nuestra familia, no se considera disparidad de forma, como «la necesidad no se condena ni se elogia.» Esta es la gran revelación que aparecerá en su totalidad sólo en los días del Mesías. Cuando esta enseñanza sea aceptada alcanzaremos la completa redención.
Ya he mencionado que hay dos caminos para revelar la perfección: el camino de la Torá y el camino del sufrimiento. Por lo tanto, el Creador aconteció y le dio a la humanidad la tecnología, hasta que inventaron la bomba atómica y la bomba de hidrógeno.
Si la destrucción total que ellas están destinadas a traer aún no es evidente para el mundo, entonces pueden esperar una tercera guerra mundial, o una cuarta y así sucesivamente. Las bombas harán lo suyo y las reliquias después de la destrucción no tendrán ninguna alternativa salvo tomar sobre sí mismas este trabajo, «que tanto los individuos como las naciones no trabajarán para sí mismos más que lo necesariamente indispensable para sus sustento, y todo el resto se hará para el bien de los demás.» Si todas las naciones del mundo están de acuerdo con eso, entonces ya no habrá más guerras en el mundo, dado que ninguna persona estará preocupada por su propio bien en absoluto, sino sólo por el bien de los demás.
Esta enseñanza de la equivalencia de forma es la enseñanza del Mesías. Acerca de eso se dice, «Acontecerá en los postreros tiempos que el monte de la casa de Jehová será establecido por cabecera de montes, y más alto que los collados, y correrán a él los pueblos. Vendrán muchas naciones, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, y a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y andaremos por sus veredas; porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. Y él juzgará entre muchos pueblos, y corregirá a naciones poderosas hasta muy lejos…» (Miqueas 4).
De esto se desprende que el Mesías enseñará el trabajo de Dios en la equivalencia de forma, la cual es la enseñanza y la ley del Mesías. «Y Él juzgará entre mucha gente», es decir que Él les demostrará que si no toman sobre sí mismos el trabajo de Dios, todas las naciones serán destruidas por las guerras.
Pero si aceptan Sus enseñanzas, está dicho «Y se tornarán sus espadas en arados y sus lanzas en podaderas; nación no alzará espada contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.» De este modo, es preferible que sigamos el camino de la Torá y aceptemos sus enseñanzas.
Si no lo hacemos, entonces transitaremos el camino del sufrimiento, es decir que se declararán guerras con bombas atómicas y de hidrógeno, y todas las naciones del mundo buscarán un camino fuera de la guerra. Entonces vendrán a Jerusalén, al Mesías y Él les enseñará esta ley.