nuevo sistema de navegación

Se necesita un nuevo sistema de navegación

El mundo está cambiando tan rápido que no podemos seguir su pista. Solíamos estudiar sobre la globalización en la escuela o la universidad, pero nunca la sentimos como un problema real en nuestra vida. Ahora es suficiente asomarse por la ventana en Europa occidental y ver que el cielo azul pálido, se volvió grisáceo por el humo de los incendios en la costa oeste de Estados Unidos, para comprender que realmente que estamos en un barco.

Navegamos por el mundo como si fuera un mundo tridimensional, pero no es así; vivimos en una esfera y cada punto de esa esfera toca todos los demás puntos. Todo lo que hacemos, decimos o incluso pensamos, afecta al mundo entero. Es un pensamiento aterrador, pero es cierto. Estoy de acuerdo con el exsecretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, quien recientemente conectó los problemas del mundo con la “falta de asociación global”, pero creo que es más profundo que la asociación; nuestra supervivencia se conectó.

De hecho, la primera lección que nos enseñó el coronavirus, fue que cambiamos a una nueva dimensión de existencia, una esférica, donde cada elemento tiene impacto en todos los demás.

Muchos usaron la frase, “Una infección en cualquier lugar es una infección en todas partes”, para describir nuestra responsabilidad mutua con respecto al coronavirus, pero es igualmente cierto, con respecto a todo lo demás.

Por eso, aunque no nos agradamos y en muchos casos nos deseamos lo peor, no podemos permitirnos mantener esta actitud; nos hará daño de manera muy directa y muy personal. Nos hicieron responsables de los otros, en el pleno sentido de la palabra. Deberíamos preocuparnos por los incendios y huracanes en EUA, como si ocurrieran en nuestra propia ciudad; deberíamos preocuparnos por los millones de personas que mueren a causa de Covid, como si fueran nuestra familia y deberíamos preocuparnos por los millones de personas en el mundo que no tienen suficiente comida, agua, refugio ni condiciones de salud. Deberíamos preocuparnos por todos los que están sufriendo, porque hoy son ellos, mañana seremos nosotros, así de simple y literal.

Y no es que no podamos hacer nada. Hay mucha comida y agua para todos; hay mucho que podemos hacer para frenar a la Covid e incluso curarla y hay mucho que podemos hacer para ayudar a la Tierra a equilibrar su clima. Pero en la actitud actual de perro come perro, no vamos a hacer nada y todos nos ahogaremos en el barco hundido de la Tierra.

Así, lo primero que debemos hacer es cambiar la forma en que nos relacionamos entre nosotros. Si cambiamos la atmósfera social, de repente se sentirá muy natural ayudarnos unos a otros. Cuando eso suceda, los vastos recursos que almacenamos para nuestras necesidades y que les negamos a los demás, encontrarán rápidamente el camino hacia donde más se necesitan. Podemos cambiar la faz de la Tierra y el destino de la humanidad en cuestión de meses; es sólo pasar de una actitud negativa a una actitud positiva, hacia los demás. Si lo hacemos, será el cielo en la Tierra. Si no lo hacemos, no necesitaremos morir para ir al infierno; vendrá a nosotros.

 

De michaellaitman.com/es

fantasía y realidad

Realización

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Extractos adicionales sobre «El poder espiritual de la Cabalá

«Durante la lectura en los escritos de Cabalá debemos enfocarnos en que esas fuerzas nos influyan en su cualidad. Que nos conviertan en semejantes a ellas. La lectura actúa sobre nosotros y lentamente nosotros empezamos a acercarnos, de acuerdo a nuestros esfuerzos. Como niños que juegan y el juego los hace crecer y desarrollarse».

Dr. M. Laitman

«Quien se desarrolla espiritualmente y se conecta a la interioridad de las palabras escritas, descubre  el contenido de todo el mundo. Este comienza a darse cuenta que el texto es como un sistema que trabaja para él. Es decir que el texto no es sólo un texto, sino que es un programa (software) que se aplica en él y empieza a trabajar con su deseo. Este construye su deseo según el sistema superior». 

Dr. M. Laitman

«Yo me encuentro dentro de un gran y amplio sistema, el cual no siento o entiendo. En este sistema espectacular, yo vivo en un pequeño lugar llamado «este mundo». ¿Cuál es el medio para descubrir todo el sistema, saber todo, sentir todo, ser el dueño? La atracción de la Luz se encuentra en el sistema. Esta es la fuerza que me abrirá los sentidos, mis canales internos. Una fuerza de vida que me devolverá la conciencia. Esa Luz se encuentra alrededor mío en la realidad superior. Ella se encuentra ahí también ahora, solo que yo no la siento porque mis cualidades son opuestas a ella. Pero yo puedo despertar su influencia en mí y esta influencia se llamará «Luz circundante». La Luz me rodea, me acaricia, me hace crecer, hasta que me despierte«.

Dr. M. Laitman

“No se necesitan conocimientos previos para estudiar la Cabalá. La Torá de la verdad, es decir la interioridad de la Torá que es la sabiduría de la Cabalá, hoy en día no se le pone al individuo ninguna condición previa. Todos pueden estudiar. Incluso si la persona no sabe leer y sólo escucha  las lecciones, solo el escuchar actúa y finalmente empieza a sentir. En la Torá de la verdad no se avanza por medio de la mente, sino por medio del deseo de desarrollarse espiritualmente. En realidad, en gente que menos entiende el material que se estudia y sienten frustración interna y un sentimiento de falta, los nuevos instrumentos de sentimiento se desarrollan más rápido»

Dr. M. Laitman

«Cuando leemos en los escritos de la Cabalá, debemos esperar a «la Luz que reforma». ¿con qué lo podemos comparar? Con un enfermo que recibe una transfusión. Con cada gota el remedio entra dentro de la vena. Así nosotros, con cada palabra, debemos esperar a la Luz que reforma. Al principio no sabemos exactamente qué es la Luz y cómo nos reforma, y tampoco sabemos cuál es el «bien» al que debemos aspirar… de todas maneras, lo principal es esperar el remedio del estudio. Los escritos de Cabalá nos posibilitan conectarnos a una fuente de fuerza de otra dimensión. Por medio de ella gotea la transfusión del Mundo Superior y nos lleva a la vida espiritual»

Dr. M. Laitman

 

El problema no es el cambio climático: Es la ausencia de cambio en la humanidad.

 

Recientemente la naturaleza nos ha enviado imponentes advertencias de su inmenso poder.

Dos serios terremotos –los más fuertes en décadas– sacudieron el sur de California días atrás. Una tormenta extrema de granizo golpeó México. Mientras tanto, Alaska experimentó temperaturas récord en verano y gran parte de Europa atravesó una ola de calor sin precedentes provocando incendios forestales y alertas sanitarias de emergencia.

Si bien los humanos nos sentimos impotentes ante estas adversidades, es precisamente en el nivel humano –el más grande e influyente dentro de todo el sistema de la naturaleza– donde es posible lograr un equilibrio en el planeta. ¿Cómo? Mejorando la calidad de las relaciones humanas. Tendría un impacto mucho más positivo sobre nuestro planeta que los acuerdos climáticos y las campañas ecológicas.

La retirada de Estados Unidos del Acuerdo Climático de París ha sido criticada por la comunidad internacional que sostiene que esa acción desoye la extrema urgencia de abordar el problema del cambio climático.

Pero estoy de acuerdo con el presidente Trump en que purificar el ecosistema no es el quid de la cuestión, aunque son muchos los que creen que esa puede ser la panacea. Se han asignado miles de millones de dólares para llevar a cabo medidas que no tendrán ningún efecto positivo en la ecología. Más bien, esos fondos deberían destinarse a una educación que nos ayude a establecer relaciones más armoniosas entre las personas: eso es lo que nos llevaría a un mundo mejor en todos los aspectos.

¿Cómo es posible que una mejora en las relaciones humanas pueda tener un efecto positivo en la ecología? Podremos entenderlo si observamos brevemente los cuatro niveles de la naturaleza: inerte, vegetal, animal y humano. Cada nivel inmediatamente superior es más poderoso que el anterior y controla el nivel que hay por debajo de él. Por lo tanto, que la naturaleza en su conjunto vire hacia un desarrollo positivo solo puede lograrse desde el nivel más desarrollado y significativo de todos: el nivel humano. Por el momento, los impactos humanos en el sistema son negativos, pero pueden transformarse en positivos. Debemos entender que modificar el sistema de la naturaleza no se lleva a cabo como comúnmente se piensa, esto es, con acciones para preservar el equilibrio ecológico, ya sea salvando árboles o ciertas especies animales, frenando la contaminación de los océanos o del aire, y otras tantas medidas que podríamos idear para tratar de ser más amables con el medio ambiente. Ninguna de estas acciones ayudará al medio ambiente porque no atacan la causa fundamental del problema.

¿Dónde está entonces la raíz del problema ecológico? El problema está en los seres humanos. Para ser más precisos, está en cómo nos relacionamos unos con otros.

Debido a nuestro inherente ego humano –nuestro deseo de beneficiarnos a costa de los demás– pasamos por encima de todos y de todo, incluida la naturaleza, con tal de beneficiarnos. Por lo tanto, si queremos llegar a un nuevo nivel de equilibrio ecológico, en lo único que debemos centrarnos es en reparar nuestras conexiones a nivel humano.

Incluso si mañana mismo toda la humanidad dejara de contaminar, dejara de quemar combustibles fósiles o evitara el uso de pesticidas, continuaríamos presenciando desastres naturales en todas partes porque, por encima de todos los niveles de la naturaleza, las relaciones humanas, que son el aspecto más influyente en la naturaleza, seguirían estando rotas. Nuestras relaciones –basadas en la explotación, la manipulación y el abuso entre personas– seguirán causando un efecto negativo en todos los niveles de la naturaleza. Seguirán creando un círculo de retroalimentación negativa que se volverá sobre nosotros como reacción de la naturaleza al factor humano.

Si, por el contrario, lográramos establecer unas conexiones emocionales positivas para lograr un equilibrio entre nosotros y la naturaleza, ¿tendríamos que poner en práctica paralelamente las medidas ecológicas que se nos recomiendan?

Puede sonar sorprendente, pero la respuesta es no. ¿Por qué? Porque la propia naturaleza, desde un nivel superior, se encargaría de equilibrar todos estos fenómenos. El principio es el siguiente: el nivel superior que rige la naturaleza es capaz de corregir todas las corrupciones de los niveles inferiores. En la sabiduría de la Cabalá, este principio es llamado “el amor cubre todas las transgresiones”.

Actualmente tenemos actitudes tóxicas hacia los demás: nos relacionamos sistemáticamente a través de un prisma egoísta –beneficio propio a expensas de los demás– y por eso no podemos reparar nada en los niveles inerte, vegetal o animal porque simplemente introducimos nuestra actitud egoísta en el sistema y eso regresa a nosotros en forma negativa. Centrarnos exclusivamente en el nivel humano ­–conseguir unas conexiones humanas positivas– activará el cambio más inmediato y dinámico: en cuanto demos un cambio a positivo en las relaciones humanas, inmediatamente los niveles más bajos de la naturaleza experimentarán los efectos beneficiosos.

¿Cuán rápido y hasta qué punto debemos activarnos para salvar al planeta y a nosotros mismos? ¿Necesitamos todos alcanzar unas relaciones armoniosas de inmediato? ¿O basta con que tengamos una inclinación hacia las conexiones positivas? Con solamente empezar a moverme hacia la meta de “ama a los demás como a ti mismo”, por muy inalcanzable que parezca, tan solo dando el primer paso hacia ello, ya estoy propiciando un cambio en todo el sistema de la naturaleza. ¿Por qué? Porque mi actitud ha cambiado.

Si cambio mi actitud hacia la naturaleza, es decir, si deseo relacionarme global e integralmente con ella, como con un sistema unitario, con una actitud de atención y preocupación, entonces, aunque parezca que solo estoy fomentando esa nueva dirección, también estoy activando todo el sistema y dirigiéndolo hacia la unificación positiva. No se nos pide más que eso.

Solo tenemos que ocuparnos de las relaciones humanas. Los niveles inferiores de la naturaleza se ajustarán y se equilibrarán junto con nosotros cuando armonicemos las conexiones entre seres humanos. En suma, lo único que necesitamos es una educación y unas influencias que nos lleven a lograr unas conexiones humanas positivas. Y de ese modo podremos disfrutar de una vida en armonía con todo el sistema de la naturaleza.

Artículo de Michael Laitman.
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Selección de preguntas sobre el estudio del Zóhar

La virtud en el Libro del Zóhar

Se encuentra en él una virtud majestuosa, que todos los que se ocupan de ella, a pesar de no entender aun lo escrito, se purifican con ella y acercan las Luces superiores.

Baal HaSulam, artículo “La teoría de la Cabalá y su esencia”

 

Pregunta: No tengo bien claro cómo actúa  exactamente  esta virtud que está oculta en el Libro del Zóhar…

En nuestro estado presente es difícil entenderlo, y por eso es que se le llama “virtud”.

Me dicen: “Si saltas diez veces en el mismo sitio, se prenderá la lámpara que está en la pared”. Yo realmente no sé cuál es la relación de las cosas. Es muy posible que hayan puesto bajo el piso un intermitente y contador que causan que la lámpara se encienda después de diez saltos, pero yo no lo sé. Supuestamente hay una relación, pero está oculta para mí. Una relación oculta de este tipo se conoce en la Cabalá como “Segulá” (virtud).

Es decir que la “virtud” es una ley que existe en la naturaleza, pero yo no la conozco aun. Aquellos que ya se han investigado a sí mismos y a esta ley, me dicen: “si la usas de esta y esta forma, la activarás. No lo ves, pero así la activas”.

Si llegara a nuestro mundo una criatura de otro mundo, ésta miraría a un bebé y a un ternero recién nacido, y diría que el ternero crecerá y de él saldrá algo grande como Napoleón, mientras que del bebé saldrá diminuto e impotente como una rana. Pero nosotros sabemos que si les damos a los dos lo que necesitan para su desarrollo, de uno saldrá un animal y del otro un humano. ¡Esto es un milagro, una virtud! Es que nosotros, simplemente, estamos acostumbrados a que esto es lo que sucede, pero en realidad esto es un milagro.

El pequeño bebé de pronto comienza a entender, a reaccionar y a realizar todo tipo de acciones. Día tras día aparecen en él nuevas costumbres. ¿Cómo sucede esto? Nosotros no hemos hecho nada. Nos acostumbramos a que hay un proceso de desarrollo, pero en realidad ésta es la revelación de la fuerza de la vida, la fuerza espiritual que obra en el creado y se manifiesta de esta forma.

Así también ocurre con nuestro desarrollo espiritual, ya que las leyes de este desarrollo no son excepcionales; es que este desarrollo está aun oculto, no estamos acostumbrados a él. Pero no está lejos el día en el que las personas usarán estas leyes exactamente como usan el resto de las leyes de la naturaleza.

Los cabalistas nos dicen: “en la naturaleza hay una fuerza, que podemos invocar su efecto. ¿Cómo? Toma el Libro del Zóhar, y cuanto más leas en él, así te convertirás más fuerte, sabio y sensible. Gracias a esto se revelará para ti la espiritualidad.

¿Por qué? Porque este libro tiene la capacidad de cambiarte. Pero hay muchos libros que me cambian.

“Cierto. Pero otros libros sólo ordenan tus tendencias, tus cualidades, tus fundamentos. Ellos solamente organizan tu sistema interior y lo desarrollan, mientras que el Libro del Zóhar y el resto de los escritos cabalísticos realizan en ti un cambio especial, ¡ya que por medio de ellos invocas la influencia superior sobre ti! Como resultado de ésta, comienzas a captar, sentir y revelar dentro de ti otro sistema, con el cual descubres un mundo nuevo, el mundo espiritual”.

 

El mundo de los deseos

La persona que está en la oscuridad y ésta siempre ha sido su morada, cuando se desea alumbrarle, hay que abrirle primero una luz pequeña, como el ojo de la aguja. Y así, cada vez más, hasta que se le ilumina toda la Luz como es debido.

Zóhar para todos, Parashat VaYishlaj, punto 91

 

Pregunta: Si yo escucho que todo está en mi interior, dentro de mí, ¿cómo debo referirme a los que me rodean? ¿Cómo debo ver al mundo? ¿Cómo referirme a mi gente querida,   a mis enemigos, y en general – a todo lo que sucede a mi alrededor?

Tenemos que entender que está lo existente y está lo deseable. Lo existente es lo que sentimos. Lo deseable, es lo que se revelará en el futuro, en nuestros estados corregidos.

Mientras tanto, sólo estudiamos que existe una realidad distinta, en la que todo se percibe por dentro. Por ahora, todo esto no es real para nosotros, y es posible que todo lo que nos imaginamos como una imagen futura, no sea en absoluto como lo imaginamos.

No tenemos la menor idea cómo cambiará nuestra vida cuando descubramos esta imagen. No es que nuestro mundo cambiará de alguna forma, sino que un nuevo mundo se revelará ante nosotros. Por lo tanto, cuando leemos en el Libro del Zóhar, debemos desconectarnos de todo lo que conocemos, y tratar de sumergirnos en él, entrar en su interior. Ahora no podemos estar en los dos mundos a la vez. Mientras tanto, podemos estar sólo en uno de los mundos.

Es por eso que nos desconectamos de esta realidad material e intentamos construir una imagen diferente, como un niño que quiere crecer. Él quiere ser grande en todo – en su forma de vestir, su comportamiento, a los ojos de los demás, quiere que todos lo traten como un adulto.

Así tenemos que describirnos a nosotros mismos, con todas las posibilidades que tengamos al alcance, en todas nuestras fantasías, que el Libro del Zóhar habla de nuestro nuevo mundo, en el cual nos encontramos. Es decir, este libro habla de nuestras cualidades internas, en las que nos encontramos y vemos una realidad distinta. Este juego nos lleva a la influencia de la Luz que reforma sobre nosotros, y el nuevo mundo se revela.

El nuevo mundo se revela, y el viejo desaparece, ¿y nosotros volamos al cielo? No. Nosotros descubrimos que vivimos dentro de nuestros deseos. Dos deseos

– el nuestro y el del Creador – se revelan dentro de nosotros en oposición uno al otro. Los sentimos y nos encontramos entre ellos como una línea media, como nuestro “yo”. Y fuera de esto no hay nada. Entre estas fuerzas – yo.

La diferencia entre la Torá y el Zóhar

Revelaré mis ojos y veré maravillas de tu Torá. Cuán tontos son los humanos, que no saben y no procuran dedicarse a la Torá, ya que la Torá es toda la vida, y toda la libertad, y todo lo bueno.

Zóhar para todos, Parashat Jayei Sara (La vida de Sara), punto 119

 

Pregunta: ¿Para qué necesitamos el Libro del Zóhar si tene- mos el libro de la Torá (Pentateuco)?

El Zóhar es la interpretación cabalística de la Torá. Moisés realmente escribió el fundamento, pero la Torá es un libro codificado. Tiene un único código, pero muy profundo – la Torá está escrita en el “lenguaje de las ramas”.[1] La sabiduría de la Cabalá explica el lenguaje de las ramas y ayuda a leer la Torá y comprender lo que realmente quiso decirnos Moisés.

Acostumbramos a referirnos a la Torá como a una narración histórica sobre las travesías de una tribu antigua. Pero la Cabalá nos permite ver a través de ésta, las raíces superiores, las fuerzas que despiertan acciones como estas en nuestro mundo. Mediante la Cabalá podemos subir al grado del sistema de las fuerzas que controla nuestro mundo, y de allí corregir y manejar la realidad.

La Torá sirvió de método de corrección para aquellas personas que vivieron en los tiempos de Moisés hasta la destrucción del templo que simbolizó la desconexión del mundo espiritual. Entonces se reveló que la Torá de Moisés está tan alejada de nosotros y nosotros no podemos corregirnos directamente mediante ella.[2]

La Torá es demasiado codificada, y no puede servir como guía para aquellas almas que cayeron a la mundanería. Esta caída creó la necesidad de otro estilo de guía. Entonces fue que se escribió el Libro del Zóhar. Solo que el Zóhar no fue escrito para personas que vivieron en aquellos días (comienzo de la diáspora) sino en nuestros días (finales de la diáspora).

 

¡Ay de aquel que dice que la Torá viene a contar cuentos en simpleza, y trivialidades de Esaú y Laban, etc! Porque si fuese así, incluso en este tiempo podemos hacer Torá con trivialidades, e incluso más lindas que estas. Y si la Torá indica asuntos del mundo, incluso los líderes del mundo tienen asuntos mejores. Entonces vayamos tras ellos y hagamos de ellos Ley, de esta misma forma. Sin embargo todas las palabras de la Torá tienen significados superiores.

El mundo superior y el mundo inferior son considerados con el mismo peso. Israel abajo corresponde a ángeles superiores arriba. Está escrito sobre los ángeles superiores: “¿Quién hace vientos de sus ángeles?”, y cuando ellos descienden abajo, se visten en vestiduras de este mundo. Y de no vestirse en vestidura como la de este mundo, no podrían tolerar este mundo, y este mundo no los toleraría a ellos.

Y si así es con los ángeles, es más aun con la ley que creó los ángeles y todos los mundos, y estos existen para ella. Cuando ésta bajó a este mundo, si no se hubiese vestido con las vestiduras de este mundo, que son los cuentos y palabrerías, el mundo no habría podido tolerarlo.

Por lo tanto, este cuento de la Torá es la vestidura de la Torá. Aquel que piensa que esa vestidura no es más que la propia Torá, maldecido será su espíritu y no tomará parte en el próximo mundo.

Por lo tanto, esta historia en la Torá es una vestimenta de la Torá. Y uno que considera esta vestimenta como la Torá real y nada más, maldecido será su espíritu y no tendrá parte en el mundo venidero.

Zóhar para todos, BeHaalotja (Cuando te elevas), puntos 58-60

***Este capítulo es apenas una degustación del Zóhar. Hemos tratado de acompañarles en la lectura de los fragmentos del Zóhar, para facilitarles la participa- ción en el estudio. En los apéndices de este libro podrán encontrar una recopilación de artículos elegidos del Zóhar y también una colección de citaciones de los más destacados de Israel sobre la importancia del estudio del Zóhar. Si desean profundizar más en las palabras de Baal HaSulam sobre la actitud res- pecto al Zóhar, podrán encontrar interés en el apéndice “Introducciones de Baal HaSulam al Libro del Zóhar”.

Aunque nos parezca al principio que no sentimos nada durante la lectura del Zóhar, después de diez clases a través de Internet, ya se puede sentir muy bien cómo actúa el Zóhar sobre nosotros.

La influencia del estudio del Zóhar es muy fuerte, y no depende en absoluto de nuestra medida de comprensión sino de nuestros esfuerzos por captar sobre qué habla el Zóhar. Hay que escuchar, simplemente, arder por dentro, querer sentir. Es la única forma de conocer el mundo – nuestro mundo y el mundo espiritual.

El Libro del Zóhar es una soga de salvación que nos fue lanzada por el Creador. Si nos agarramos del extremo de esta soga, podremos trepar hacia arriba hasta Ein-Sof.

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Cuan grande es tu bondad, la cual has reservado para los que te veneran.

Cuan grande es tu bondad, cuan sublime y preciosa es aquella Luz Superior llamada “bien”, como está escrito: Y vió el Creador que buena es la Luz.

Y esta es la Luz oculta con la que el Creador hace bien al mundo, y Él no la niega cada día, ella es la que sostiene el mundo y sobre ella se mantiene.

Zóhar para todos, Emor (Di), punto 3

 

Notas

[1] Los cabalistas estudian el mundo superior, que está fuera del alcance de la percepción del individuo egoísta. Según ellos, de todo objeto en el mundo espiritual, que se llama “raíz”, una fuerza se desprende y desciende a nuestro mundo y produce un objeto aquí, que se llama “rama”. En su artículo “La Esencia de la Sabiduría de la Cabalá”, Baal HaSulam explica de la siguiente manera: “No hay elemento en la realidad, o acontecimiento de la realidad en el mundo inferior, que no se encuentra su semejanza en el mundo superior a él, de forma idéntica como dos gotas de agua. Y se les llama ‘raiz y rama’. Esto significa que el elemento en el mundo inferior se considera una rama de su patrón, que se encuentra en el mundo superior, que es la raíz del elemento

[2] Para más información sobre este tema, véase “Introducción al Estudio de las Diez Sefirot”, Baal HaSulam

Los amigos

Todos estos amigos que no se quieren unos a otros, se van de este mundo antes de llegar su tiempo. Todos los amigos en los días de Rabi Shimon Bar Yojai, tenían entre ellos amor de alma y espíritu. Y por esto, en su generación estuvieron al descubierto los ocultamientos de la Torá, y decía que todos los amigos que no se quieren entre sí, se evitan ellos mismos de ir por el camino derecho. Es más, que hacen daño a la Torá. Porque la Torá, hay en ella amor, hermandad y verdad.

Abraham amaba a Isaac, Isaac amaba a Abraham, los cuales se abrazaban entre ellos. Jacob, los dos estaban aferrados a él con amor y hermandad, y daban su espíritu el uno por el otro. Los amigos deben ser como ellos, y no hacerles daño. Y si faltara en ellos el amor, dañarían su valor Arriba, en Abraham, Isaac, Jacob, que son Jésed, Guevurá, Tiféret.

Zóhar para todos, Parashat Ki-Tisá (Cuando portas), punto 54

 

El Zóhar fue escrito por un grupo de cabalistas, y por ello puede ser comprendido sólo dentro del grupo. Para conectarse a lo que está oculto en él, debemos conectarnos a todas las demás personas que también lo anhelan. Juntos, constituimos un “grupo”.

Sólo la conexión entre nosotros nos permitirá abrir el libro, porque todo sobre lo que el libro nos habla se encuentra entre las almas. Si querremos unirnos, nuestros deseos se llamarán “almas”, y en la conexión entre ellas revelaremos al Creador, la Luz que nos conecta en conjunto.

 

He aquí que bueno y placentero es sentarnos los hermanos también juntos. Estos son los amigos, al estar sentados juntos, y no se separan uno del otro. Al principio pareciera como si fueran pendencieros, que quieren matarse unos a otros. Y luego, vuelven a estar en amor fraternal.

El Creador, ¿qué dice sobre ellos? He aquí que bueno y placentero es sentarnos los hermanos también juntos. La palabra “también” viene para incluir en ellos a la Shejiná (Divinidad). Y aun más, el mismo Creador escucha sus conversaciones, y recibe placer y se regocija en ellos.

Y ustedes, los amigos que están aquí, así como estuvieron en afición, en amor, anteriormente, también de ahora en adelante no se separarán, hasta que el Creador se regocije con ustedes, y traiga paz sobre ustedes, y encontrará gracias a su mérito habrá paz en el mundo. Éste es el significado de las palabras: “Por mis hermanos y amigos diré: haya paz en ti.”

Zóhar para todos, Ajarei Mot (después de la muerte [de Jacob]), puntos 65-66

 

Si no pensamos en la unión entre nosotros durante la lectura del Zóhar, perderemos lo principal. Pero un momento, hasta ahora hablamos sobre la necesidad de sentir las cosas en nuestro interior, y dentro de nuestros deseos buscar los detalles nombrados en el Zóhar, y ahora hablamos de la unión con los demás, una unión a un grupo que está fuera de nosotros.

El asunto es que tampoco el grupo se encuentra fuera de nosotros. Debemos recordar en cada momento que todo lo que sentimos como externo a nosotros, se encuentra en realidad en nuestro interior.

Tenemos que conectar el término “yo” con nuestro interior, con el término “prójimo” que está en nuestro interior. Nosotros no sentimos un “prójimo” que se encuentra fuera de nuestro cuerpo, sino que éste también está en nuestro interior, dentro de nuestros deseos. Así se dividen nuestros deseos – hay Kelim internos y Kelim externos, y sólo tenemos que corregir la conexión entre ellos.

Entonces, ¿quiénes son los demás en el grupo? Las primeras partes nuestras que uniremos nuevamente a nosotros.

 

En mi lecho por las noches pedí a quien ama mi alma

En mi lecho por las noches pedí a quien ama mi alma. Kneset (asamblea) de Israel habló ante el Creador y cuestionó respecto al exilio, porque se encuentra entre el resto de las naciones con sus hijos, y está postrada en el polvo. Y por estar postrada en otra, impura, tierra dijo: “pedí en mi lecho”, por estar postrada en el exilio, y el exilio se llama “noches” De ahí que pedí a quien ama mi alma, que me saque de éste.

“Lo busqué pero no lo encontré”, ya que no acostumbra a copular en mí, solamente en su vestíbulo y no en el exilio. Lo llamé y no me contestó. Porque estaba entre otros pueblos y ellos no escuchan Su voz, fuera de Sus hijos, como está escrito: “¿ha escuchado algún pueblo la voz del Creador?”

“En mi lecho por las noches”, dijo Kneset Israel, la Divinidad. En mi lecho me enfade ante Él, pidiéndole que copule conmigo para deleitarme – de la línea izquierda – y bendecirme – por la línea derecha – con dicha completa – de la línea media. Cuando el Rey, ZA, copula con la asamblea de Israel, varios justos heredan la herencia de la sagrada legacía, Mojin superiores, y varias bendiciones se encuentran en el mundo.

Zóhar para todos, Ki Tazría (cuando la mujer insemina), puntos 1-3

 

Debemos traducir cada palabra del Zóhar en su significado interno-espiritual, y no entenderla en su forma material conocida. Si nos quedamos con el significado terrenal, estamos bajando la Torá del mundo superior a este mundo, y no para esto fue escrita. Con su ayuda debemos aspirar ascender de este mundo al mundo superior.

Si queremos llegar a ZA (Zeir Anpin) – al Creador, y estar en contacto con Él, debemos pasar a través del mecanismo que se llama “Maljut de Atzilut” o “Kneset (asamblea de) Israel” – a través de un conjunto de almas que están unidas Yashar-El (directo al Creador), es decir – en amor y entrega. No hay otra forma.

Si yo no me veo uniendo todas las almas rotas que hay en mí, y trayendo esta unión al Creador, en contacto y copulación con Él – entonces no hay “Yo”. Esta es una imagen mandatoria que debe estar frente a mi vista. Si no es así, no estoy sobre la pista para nada.

“Yo”, significa que me he transportado a través de ese mecanismo de unión entre las almas. Sólo así puedo abrirme al Libro del Zóhar. ¿Por qué? Porque la fuerza del Libro del Zóhar está designada para cumplir la unión entre todas estas partes mías, que ahora me parecen que no lo son.

Demostremos esto así: llega algo como un rayo fino de luz como un rayo de laser, y yo tengo que entrar precisamente por debajo de este rayo para que esto me influya. Si me moví tan sólo un milímetro a un costado de este punto de unión, no lo veo. Esto puede ocurrir solamente con la condición de que yo me conecte con los demás.

El portón encima del abismo

Estos tres hijos de Noé, son la persistencia del mundo entero… de ellos se dispersó toda la tierra, y provienen todas las almas de los humanos, porque ellos son el significado de los tres colores superiores en Biná, tres líneas…

Cuando el río, que se extiende y sale de Edén, Zeir Anpin, regó el jardín, la Nukva (femenina), y ésta fue regada con la fuerza de estas tres líneas superiores, de la Biná superior, y de allí se expandieron los colores, blanco, rojo y negro…

Y cuando veas el significado de los peldaños, descubrirás cómo se ex- panden los colores, en todas las direcciones – derecha, izquierda, centro, hasta que entran abajo a Maljut, como los 27 tubos de las puertas que cubren el abismo.

Zóhar para todos, Noé, puntos 302-303

 

Cuanto más podamos asemejarnos a la Luz, a su atributo de amor y entrega, así nos uniremos a él y descubriremos sus tubos de abundancia. De hecho, ahora también nos encontramos en el mundo de Ein-Sof, solo que éste se oculta de nosotros por medio de todos los mundos – ocultamientos – que existen en nuestro interior, dentro de nuestro deseo, por ser opuesto al atributo del mundo de Ein-Sof.

Las 27 letras, incluyendo las 5 letras finales (MaNTZePaCh) de Maljut, son veintisiete canales que traen a ella la abundancia, de las cuales se han hecho puertas para cubrir los Dinim en Maljut, denominados “abismos”.

Zóhar para todos, Noé, puntos 303

 

Nosotros mismos construimos estos tubos en nuestro interior, y las puertas que están sobre ellos. Una vez esas puertas abren el camino para la Luz y otra lo cierran, como válvulas que se abren y se cierran según la medida de nuestra semejanza a la Luz. Nuestros esfuerzos deben estar dirigidos a una sola meta – equivaler todos nuestros atributos a los de la espiritualidad, y recibir en ellos Luz.

En la medida en la que apocamos el deseo de recibir con la intención de recibir que tenemos (el egoísmo), y lo convertimos en semejante a la Luz (recibir con la intención de dar), estamos descubriendo en nuestro interior el atributo del Creador y el plan de la Creación. Dentro del Libro del Zóhar hay una parte especial llamada “Safra de Zniuta” (Libro de la humildad) que habla sobre esto, y por eso se dice: “Más con los humildes está la sabiduría”(Proverbios, 11:2).

 

¿Qué es el infierno?

“Mejor es el que es innoble y tiene un siervo, que el que juega el hombre de rango y carece de pan”. Esto versa la inclinación al mal ya que siempre se queja de las personas. Y la inclinación al mal eleva el corazón y el deseo del hombre con orgullo. Y el hombre lo sigue, encrespa su pelo y su cabeza, hasta que la inclinación al mal se enorgullece sobre él y lo empuja al infierno.

Zóhar para todos, VaYishlach [Jacob mandó], punto 16

 

¿Debemos también nosotros sentir el estado de infierno? ¿Y de dónde saben esto los cabalistas? Ellos lo han pasado. Es imposible que una persona descubra algo si no es por experiencia propia. Entonces, ¿debemos todos estar en el infierno? Resulta que sí…

Siempre debemos primeramente entrar dentro de la tendencia al mal, hundirnos en ella, y sólo entonces descubrimos qué es esta tendencia en realidad. En principio no entendemos que es algo malo, ya que si lo entendiéramos no entraríamos en él. En principio nos parece atractivo, llamativo, brillante, bueno y maravilloso. Así nos engaña el egoísmo.

El Zóhar habla aquí del hombre que averigua las distintas partes dentro de su alma. Él debe complicarse, y desde esta complicación descender al estado de infierno. Este estado existe en cada escalón, y de esto se dice: “Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque”(Eclesiastes, 7:20). Sólo cuando el hombre se encuentra en este estado, puede averiguar el mal que se oculta en él, y así descubre cuánto pierde como resultado del mal que hay en él, cuan incapaz es de hacer algo consigo mismo sin la ayuda del Creador.

Es conveniente recordar que todo lo que fue escrito por los cabalistas está basado en su alcance interior, porque “lo que no alcancemos, no podremos darle nombre y palabra”[1]. Los autores del Zóhar pasaron todos estos estados ellos mismos. Esperemos que también nosotros alcancemos estos estados, ya que son parte del camino a la revelación de la verdad.

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Nota

[1] Baal HaSulam, “La esencia de la sabiduría de la Cabalá”

Los grandes monstruos marinos

“Ven a Faraón”. Deberia haber dicho: “Ve a Faraón”, sin embargo Él permitió que Moisés entrara en habitaciones dentro de habitaciones, a un fuerte monstruo marino superior, que varios peldaños se desprenden y descienden de él.

Y Moisés le teme y no se acerca, excepto a esos Nilos que son sus peldaños. Pero temía del propio monstruo marino y no se acercaba, porque vió que está arraigado en las raíces superiores.

Dado a que el Creador vio que Moisés teme y ninguno de los emisarios asignados podía acercársele, dijo el Creador, “He aquí, yo estoy contra ti, Faraón, rey de Egipto, el gran monstruo que se recuesta dentro de sus ríos. El Creador tuvo que luchar en su contra, y no otro, como está escrito: “Yo, y no un emisario”. Y explicaron el secreto de la sabiduría del gran monstruo que descansa dentro de sus ríos a aquellos que viajan en el camino, que saben el secreto de su Señor.

Zóhar para todos, Bo [Ven], puntos 36-38

 

El Libro del Zóhar habla de nosotros, nos cuenta en una forma extraña y muy rara, como si fuera un libro histórico y a veces legendario, sobre lo que nos sucede interiormente, y únicamente interiormente. Tenemos pulmones, riñones, bazo y otros órganos, y fuera de eso, dentro de nuestra sensación, hay muchísimos deseos, atributos, pensamientos y diferentes impulsos. Es decir que fuera del cuerpo físico, existe también el hombre que está en nosotros.

¿Quién es ese hombre que está en nosotros? Nosotros debemos desarrollarnos y observar. ¿Y qué veremos? Lo que escriben los autores del Zóhar. En el hombre que está en nosotros están los atributos de Moisés y Faraón, cocodrilos y nilos, etc., etc. Nosotros debemos localizarlos en nuestro interior. Y esto, ¿qué nos da? En realidad esto no nos da nada, pero por medio del esfuerzo por localizar estos atributos, llega a nosotros la “Luz que reforma”, y esta Luz es la que anhelamos. No hay peligro de equivocarnos o confundirnos – aunque entendamos todo al revés, no importa. Lo que cuenta es el esfuerzo.

Digamos que uno sale de la clase del Zóhar y se dice: “¡Lo logré! Sentí que entendí hoy qué es Moisés y qué es Faraón” – esto no quiere decir nada. Es posible que la próxima vez sienta – “no entendí nada, todo es seco, fuera de un minuto aquí y allá, no logré concentrarme en absoluto”. Pero precisamente esos minutos contados son su ganancia.

No porque sí escribe Baal HaSulam en la “Introducción al Talmud Esser Sefirot”, que los estados de ocultamiento son estados en los cuales uno puede esforzarse. Aquel que se esfuerza en la oscuridad y siente que no tiene sentido, tiene que entender que estos estados – en los que le dan a uno para esforzarse sin recibir nada que reviva en él su ego, su orgullo, su comprensión, su intelecto y su sensación – son muy efectivos para el avance espiritual. Debemos alegrarnos en los estados que no tienen sentido, porque mediante ellos, crecemos.

“Y creó el Creador a los grandes monstruos marinos”, que son la ballena y su pareja. A la palabra “monstruo” le falta la letra Yod porque mató a la hembra. Y el Creador la elevó a los justos. Y por eso no quedó más que un solo monstruo. Y debes saber que la ballena es un pez puro.

La ballena y su pareja son de una raíz muy alta. Esto es dado a que el mar es Maljut discernido de Jojmá, y la criatura más importante en el mar es la ballena. Esto es porque ella es la generalidad de Jojmá en el mar, a pesar de que no se extiende de la propia Jojmá sino de Biná que regresó a Jojmá, la línea media que hay en ella, denominada “punto de Shuruk”. Y por esto es que se ha escrito sobre ellos: “Y creó el Creador a los grandes monstruos marinos”, porque Biná se llama “Beriá” (creación).

Ciertamente no se ha determinado su sitio en el propio mar, que es Maljut de Atzilut, sino que fue preparado un sitio en el mundo de Beriá, fuera de Atzilut, debajo de Maljut de Atzilut, que son los diez Nilos.

Zóhar para todos, Bo [Ven], punto 39

 

¿De qué nos sirve esta proyección, si no la entendemos y no sabemos cómo conectarla a nosotros? Baal HaSulam podría habernos explicado las palabras del Zóhar más allá de la explicación en el lenguaje de la Cabalá, también de manera más sensitiva, más cerca a nosotros. Sin embargo, nos deja lugar para esforzarnos, para buscar – ¿qué es esto?, ¿para qué?, ¿dónde está todo esto en nuestro interior?

Claro que esto sucede en nosotros, ya que nos encontramos en Ein-Sof, y desde nuestra sensación actual hasta Ein-Sof hay 125 ocultamientos. Debemos intentar sentir nuestro verdadero estado más y más, recuperar el conocimiento. Nos dan especialmente este cuento, para que comencemos a buscar. La búsqueda hará nacer en nosotros nuevas cualidades y nuevos discernimientos, por los cuales comenzaremos a sentir lo que ahora no sentimos. De no ser así, no se desarrollará en nosotros el sentido de la espiritualidad.

Debe haber aquí un esfuerzo de nuestra parte, así como está escrito: “Según la medida de la angustia, será la recompensa”. Aquí no hay nada más que el esfuerzo, y por eso se dice: “te has esforzado y has triunfado, créelo”. ¿Cuándo llegará el encuentro? Cuando la Luz Superior obre sobre nosotros lo suficiente, y el sentido espiritual se complete en nuestro interior en su primera medida.

El conocimiento aquí no tiene ningún sentido, sólo el deseo. Debemos que- rer sentir lo que realmente sucede aquí y no las palabras. El alcance espiritual es una tendencia sutil de la delicadeza de espíritu, como dijo “Jasón Ish”39, Rabí Abraham Yeshaya Karelitz, y por lo tanto no se puede adquirir con el intelecto, sino con el deseo del corazón.

No es casualidad que el Libro del Zóhar sea un libro cerrado. Cuando abrimos ese portón sellado, entramos a través suyo a la espiritualidad. Una vez tras otra, día tras día, sin que entendamos cómo sucede, avanzaremos a un estado en el que, de repente, comenzaremos a sentir algo. De pronto, comenzarán a aparecer en nosotros reacciones internas hacia las palabras. Y así, de manera natural, sentiremos cómo se proyecta en nuestro interior la realidad, cómo se construye en nuestro interior un nuevo mundo.