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El camino de la Torá y el camino del sufrimiento

No Hay Nadie Más Sabio que el Experimentado

Desde el mosquito que no te deja dormir, pasando por el vecino que arroja la basura desde la ventana, y acabando con el tsunami que deja a medio país enterrado bajo las aguas – algo no concuerda con la determinación de los cabalistas – que el bien absoluto dirige toda la Creación. “Si esto es bueno, entonces, ¿¡qué será lo malo!?”, te preguntas a ti mismo cuando vuelves a conmocionarte con las noticias diarias. El Creador es el bien absoluto. Así les fue revelado a los cabalistas dentro de sus vasijas de recepción y así ellos lo escriben en sus libros. De todas maneras, a nuestros ojos se presenta un cuadro completamente diferente. La vida misma nos lleva a la conclusión, que si existe una fuerza buena que maneja la creación, entonces, en el mejor de los casos, simplemente nos está dando la espalda.

¿Cuál es el motivo de la contradicción entre lo que dicen los cabalistas y la realidad en la que vivimos? ¿Estamos condenados a vivir en una realidad en donde el mal eclipsa al bien? ¿Cómo podemos hacer para que el Creador dirija su mirada hacia nosotros? ¿Y tal vez somos nosotros quienes debemos volver nuestros rostros hacia Él? Sobre estas y otras preguntas, nos ocuparemos en esta parte de la unidad de estudio, y mientras nos ocupamos en ellas, aclararemos el tema central de la lección: el principal beneficio del estudio de la sabiduría de la Cabalá.

Desde la creación del mundo, el universo se encuentra en continuo desarrollo. Todo cambia, nada queda fijo. La tierra cambia, la vida en ella cambia y también las personas se encuentran en un cambio permanente. La fuerza del desarrollo, o “la providencia”, como la llaman los cabalistas, dirige el mundo y empuja a la vida al desarrollo, a pasar de un estado a otro de acuerdo a un plan determinado y perfectamente organizado. La materia inanimada en el universo se transforma en galaxias, soles y planetas, la materia vegetal y animal de la tierra, se desarrolla en una gama extensa de plantas y animales.

Los cabalistas descubrieron que el desarrollo de la Creación no es aleatorio o banal, sino determinado, orientado hacia una “meta”. Existe un objetivo final hacia el cual apunta la fuerza de desarrollo. Cada detalle en la creación y el universo entero, se encuentran en un proceso gradual de desarrollo, a modo de causa y efecto, hasta llegar a cumplir sus propósitos. Así, por ejemplo, la tierra pasó un proceso de desarrollo hasta llegar a ser un lugar apto para la creación de vida, el fruto en el árbol, atraviesa un proceso de desarrollo hasta madurar y llegar a ser comestible, y el gusano, pasa por un proceso similar hasta que se convierte en mariposa.

Resulta, que el buen propósito se revela solo al final del desarrollo y no antes, y los diferentes estados de desarrollo, no solo no nos muestran el estado final, el propósito, lo bueno, sino como adrede, se revelan como si de forma completamente opuesta al objetivo final. Por ejemplo: la manzana que pende del árbol y aún no ha madurado, es amarga, verde y escuálida, y el gusano, al salir del huevo es torpe y sin gracia antes de transformarse en mariposa. Esta diferencia entre los estados de desarrollo, en donde falta el estado final perfecto, se revela en los niveles de desarrollo de toda criatura, y cuanto más desarrollada es, más grande es esta brecha.

El ejemplo más notable de esto es la diferencia entre los estados de desarrollo del hombre y del animal. Un ternero se para en sus patas minutos después de haber nacido, y sabe cuidarse de cualquier mal. En cambio, un ser humano recién nacido es indefenso, y depende por completo de sus padres. Pasarán muchos años hasta que aprenda a activar su cuerpo de forma correcta y familiarizarse con el entorno en que se encuentra. Si aterrizara en nuestro mundo un ser de otro planeta, seguramente diría, que el ternero fue destinado a algo grande, y en cambio el bebé no tiene futuro. Concluyendo: la providencia del Creador sobre la Creación, está dirigida hacia un propósito, y el buen propósito del desarrollo es revelado solo al final del proceso, en la concertación de la meta del desarrollo. La providencia, con un propósito dirigido, no tiene en cuenta en absoluto los estados intermedios del desarrollo, que tienden justamente a confundirnos y ocultarnos el buen propósito.

Baal HaSulam escribe sobre esto en el artículo “La esencia de la religión y su propósito”: “Y sobre esto nosotros decimos: –No hay nadie más sabio que el experimentado-, porque solo aquel que tiene experiencia tiene la oportunidad de observar la Creación en todas sus formas de desarrollo hasta llegar a su integridad. En este caso, esta persona puede guardar la calma, y no alarmarse por esas imágenes corruptas a la que la criatura se aferra durante sus fases de desarrollo, sólo creer en su hermosa maduración final y su pureza.”

De todo lo dicho hasta aquí podemos contestar al menos parcialmente a la pregunta con la cual iniciamos esta lección: si el Creador es la bondad absoluta, ¿por qué sentimos Su providencia como mala? El Creador es la bondad absoluta, pero puesto a que Su providencia tiene un propósito determinado, Su bondad, se revela solo al final del proceso de desarrollo, con la implementación de la meta.

Lo Bueno de lo Malo

La providencia general que desarrolla a la humanidad tiene un plan permanente, que de acuerdo a él, empuja a la humanidad a pasar de un estado a otro. Todo estado se desarrolla por medio de dos fuerzas. La primera, es una fuerza constructiva – fuerza que cambia un estado malo y lo transforma en otro mejor. La segunda, es una fuerza destructiva – fuerza que transforma toda situación en una peor, hasta que obliga a la humanidad a salir del estado malo y construir un estado nuevo, mejor.

La humanidad se encuentra bajo la influencia de estas dos fuerzas, y bajo esta influencia, va cambiando, se va desarrollando, pasa de un estado a otro, construye un estado bueno sobre las ruinas del estado malo y así sucesivamente. Un ejemplo de esto, es el desarrollo del Feudalismo en Europa. El Imperio Romano, que trajo una gran prosperidad económica al mundo, empezó a desmoronarse en los Siglos VI y VII. Como resultado, aumentaron las guerras, la situación económica desmejoró, y el ciudadano común estaba desvalido de seguridad personal. Como respuesta, se desarrolló un sistema social que de acuerdo a él, los campesinos recibían protección y tierras de cultivo, y a cambio, pagaban impuestos y se comprometían a ser fieles a sus patrones.

Al principio, este sistema era bueno para todos, pero lentamente, los nobles comenzaron a esclavizar a los campesinos cada vez más, la situación de estos empeoró y quedaron bajo el dominio de la nobleza. Comienza la lucha de clases, que llega a un final muy violento, el cual conocemos como la Revolución Francesa. La época del Feudalismo termina, y sobre sus ruinas comienza a construirse la Era de la Democracia.

Este patrón de desarrollo de contraste (“desarrollo dialéctico”) es fijo, y en definitiva, el deseo humano responde a dos tipos de estímulos básicos: éste está dispuesto a esforzarse por una ganancia futura o para escaparse de problemas. La fuerza que hace que el deseo de recibir persiga un beneficio futuro se llama, en la sabiduría de la Cabalá, “fuerza de atracción”, porque es como si arrastrara al deseo a esforzarse para salir del estado presente, y pasar a un estado nuevo, mejor. La fuerza que hace que la persona escape de los problemas, se llama “fuerza de empuje”, porque empuja al deseo de recibir, en contra de su voluntad, para salir del estado presente, también hacia un estado mejor.

Las dos fuerzas obligan al hombre a salir de un estado y pasar a otro, y así desarrollarse. La fuerza de atracción, hace esto de manera que el individuo la siente como buena y agradable, y en cambio, la fuerza de empuje, es percibida como mala y desagradable. Pero si observamos el proceso desde el punto de vista de la meta final, veremos que las dos fuerzas son necesarias y actúan por una buena causa; las dos obran para revelar el estado perfecto, el estado final, el propósito de la evolución, porque ambas llevan al hombre a su encuentro. Para entenderlo mejor, imaginemos el desarrollo de toda la Creación como un eje horizontal, donde el extremo derecho representa el principio del desarrollo y el extremo izquierdo – el final del mismo y la revelación del estado bueno (Ver Gráfico N° 7). Dividiremos todo el eje en X fases del desarrollo que la Creación debe atravesar hasta que llega a la perfección del estado final. El paso entre una etapa de desarrollo y otra (y como resultado, el acercamiento al estado bueno, perfecto, al estado final) es posible solamente por medio de la revelación del mal en el estado presente. Si no descubrimos lo malo en nuestra situación actual, o en otras palabras, mientras nos sintamos bien con el estado presente, no veremos la razón para dejarlo y querer pasar a otro nivel de desarrollo más avanzado. Resulta, que justamente el descubrimiento del mal, es lo que impulsa el desarrollo hacia adelante, hacia lo bueno.

 

En el articulo “Crítica al marxismo”(Publicado en el periódico «HaUmá»), describe Baal HaSulam el mismo proceso en relación al desarrollo de las teorías políticas. Y así escribe:

“Cada movimiento y cada estado que recibió la humanidad en el liderazgo político, no es más que una negación del estado anterior. Y cada estado político, dura hasta que de su interior se revelen las carencias y la maldad que existe en él. Y mientras se van manifestando los defectos que hay en él, se encuentra dando paso a un nuevo estado, libre de estas imperfecciones. Y resulta, que estas deficiencias que se revelan en situaciones y lo destruyen, es toda la fuerza de desarrollo de la humanidad, porque elevan a la misma a un estado más corregido que el anterior.

Y la revelación de los errores en el segundo estado, lleva a la humanidad a un tercero, mejor que el anterior, y siempre así, uno tras otro. Y estas fuerzas negativas que se van revelando en cada etapa, son la causa de la evolución de la humanidad, que a través de ellas se eleva como trepándose por los peldaños de una escalera. Y están seguros de su rol, llevar a la humanidad hasta la última etapa de la evolución – esa es la situación esperada, libre de cualquier desgracia y de cualquier defecto.”

La comprensión que el reconocimiento del mal nos promueve hacia lo bueno, nos acerca otro paso más hacia la resolución del conflicto entre el mal que se revela en la Creación y el bien absoluto que la dirige. En la primer parte de la lección estudiamos que el Creador, Bueno y Benefactor, controla la Creación con una providencia dirigida hacia una meta, y por lo tanto, Su beneficio se revela solo cuando se llega al objetivo, al final del desarrollo, pero como ya sabemos, en esa parte de la lección entendimos que las diferentes etapas de desarrollo no son esencialmente malas, sino que todas nos acercan al buen propósito final. Y por esa razón, ellas también son esencialmente buenas.

Ponte a prueba:

  • ¿Cómo se produce la transición de un determinado estado de desarrollo al siguiente estado ?

El Camino de la Torá y el Camino de los Sufrimientos

Después de conocer el mecanismo que impulsa el desarrollo de la Creación y de cada uno de nosotros como parte integrante de ella, podremos comprender también, la manera de participar en el desarrollo de modo que nos resulte placentero y satisfactorio. A este tema dedicaremos la próxima parte de la lección.

Cuando una persona empieza sus estudios universitarios, recibe el plan de estudios, el cual debe completar; uno sabe exactamente qué cursos y cuántos años deberá estudiar, y puede pensar cuánto le costará estudiar, sabe que invertirá esfuerzos y dinero a cambio de un diploma, que le permitirá ganar más dinero en el futuro y le concederá una posición más honorable.

En el ámbito académico, el individuo se desarrolla conscientemente, sabe cuáles son los beneficios y cuánto deberá invertir, y así, decide si está dispuesto a invertir o no. La carrera puede ser difícil y desafiante, pero el individuo puede superarlo, porque ve frente a sus ojos el objetivo, y sabe que sus esfuerzos son por tiempo limitado. Este tipo de desarrollo se llama desarrollo consciente. Cuando un bebé aprende a gatear, sus padres lo dejan en el piso, desparraman juguetes a su alrededor y esperan que comience a mover sus manos y piernas. El niño, es totalmente inconsciente de que se encuentra en pleno desarrollo. Puede llegar a llorar, puede negarse a gatear, pero sus padres continuarán dejándolo en el piso, hasta que aprenda a gatear.

A veces, este proceso puede llegar a ser muy frustrante para el bebé, pero finalmente, no tendrá otra alternativa y se desarrollará, sin saber en absoluto que ha pasado algún tipo de etapa en su vida. Este tipo de desarrollo se llama desarrollo inconsciente.

La diferencia entre las dos formas de desarrollo es significativa. En el desarrollo consciente, el individuo sabe hacia dónde se dirige, lo hace por propia voluntad, y experimenta las dificultades que surgen en el camino como desafíos que debe superar. En el desarrollo inconsciente, la persona, no comprende qué es lo que debe hacer, detesta las dificultades que se le presentan, y puede sentir también dolor y frustración. El desarrollo inconsciente, puede llegar a ser a veces muy prolongado si el que se está desarrollando se niega a cumplir su parte.

Hasta ahora, la humanidad fue evolucionando de forma inconsciente. Durante decenas de miles de años pasamos de un nivel de desarrollo a otro, sin saber hacia dónde nos conduce este y cuál es su objetivo. Las dificultades que se fueron revelando en el camino, nos causaron dolor, sufrimiento y una gran frustración.

A partir de ahora, que el punto en el corazón se despierta en más y más personas, se abre ante nosotros la posibilidad de desarrollarnos conscientemente, ahorrarnos un tiempo valioso y problemas. El desarrollo consciente, transforma los sufrimientos que sentimos bajo la presión evolutiva, en dulces tormentos de amor – y esa es toda la sabiduría, conocer por nosotros mismos el mecanismo que impulsa el proceso de desarrollo y evolucionar de forma consciente, sin sufrimientos innecesarios.

Sobre el mecanismo que activa el proceso de desarrollo, estudiamos ampliamente en la lección anterior. Aprendimos, que lo malo que se revela en un nivel determinado de desarrollo, es lo que nos impulsa a pasar al próximo nivel evolutivo. Este es un punto muy importante, porque toda la diferencia entre el desarrollo consciente e inconsciente, se resume en la manera de reconocer el mal.

En el desarrollo inconsciente, no vemos el proceso de desarrollo, el mal se revela en la práctica, “en carne propia”, y nos obliga, inconscientemente, a pasar al próximo nivel de desarrollo. En cambio, en el desarrollo consciente, reconocemos el mal de antemano, en el pensamiento, antes de que se implemente, y nos basta con reconocer el mal para pasar al próximo nivel evolutivo. En el desarrollo consciente, no tenemos que sentir el mal, necesariamente.

Tenemos dos opciones: a) esperar que llegue el mal (y llegará necesariamente) y nos empuje al próximo nivel de desarrollo. b) conocer el mal de antemano, estar conscientes de él, antes que se haya revelado en la práctica y desarrollarse conscientemente.

Resulta que el desarrollo consciente tiene dos ventajas importantes: es más rápido y está exento de dolor y sufrimiento. Si deseamos acelerar nuestro proceso de desarrollo, debemos apresurar el reconocimiento del mal en cada uno de sus estados. En lugar de esperar que el mal se revele, nosotros lo localizamos de antemano y aceleramos nuestro desarrollo. Y aparte, si esclarecemos el mal con el pensamiento, antes de que se implemente, no solo aceleraremos el proceso, sino que nos ahorraremos el sentimiento de dolor en la práctica con los sufrimientos en este mundo.

Esto es comparable a un enfermo cuya enfermedad aún no ha sido descubierta, pero ya está anidando en su cuerpo y espera manifestarse. Un buen médico puede localizar la enfermedad de antemano, medicarlo correctamente y evitarle todo el dolor al que estaría condenado si no se trata a tiempo.

Sobre la diferencia que existe entre el camino de la Torá y el camino de los sufrimientos, escribe Baal HaSulam   en el artículo “La paz en el  mundo”:

“Hay dos gobiernos que actúan durante dicho desarrollo: Uno es el ‘Gobierno de los cielos’, que se compromete a tornar todo lo malo y dañino – en bueno y productivo. Solo que esto ocurrirá ‘a su debido tiempo’, en forma lenta y dolorosa. Y cuando el ‘objeto en desarrollo’ es un ser vivo y sensible, sufre terribles dolores y tormentos mientras se encuentra bajo la prensa del desarrollo, una prensa, que lo presiona con gran crueldad. En cambio, el ‘Gobierno de la tierra’, representa a las personas que tomaron dichas leyes de desarrollo bajo su control, y tienen el poder de liberarse completamente de las ataduras del tiempo, y están muy apresurados por conseguir el final, es decir, terminar la maduración y corrección del objeto, que sería el final de su propio desarrollo.”

Cuando se despierta en el hombre el punto en el corazón, como consecuencia se siente atraído hacia un lugar donde pueda estudiar la sabiduría de la Cabalá. Las preguntas que le van surgiendo sobre el sentido de su existencia, ya no le permiten seguir siendo dirigido inconscientemente por los caminos de la vida. La lectura de los libros de los cabalistas y la atracción de la Luz que reforma, lo ayudan a esclarecer cuál es el propósito de su vida y qué es el “mal” que le impide alcanzar ese propósito (sobre el reconocimiento del mal ampliaremos en la próxima unidad). Y así, dentro del reconocimiento del mal que se revela en cada etapa necesaria del desarrollo, va pasando rápidamente y felizmente al próximo nivel evolutivo, camino a descubrir el buen propósito al final del desarrollo.

El desarrollo consciente se llama en la sabiduría de la Cabalá “el camino de la Torá”, y el desarrollo inconsciente, se denomina “el camino de los sufrimientos”. Este camino, como indica su nombre, lo pasamos prolongadamente y con grandes sufrimientos. El “camino de la Torá”, el camino del desarrollo consciente mediante el estudio de la sabiduría de la Cabalá, acelera el proceso de desarrollo y transforma los sufrimientos en dulces “tormentos de amor”, que aumentan el anhelo por el bien prometido al final del camino. Este es el beneficio primordial del estudio de la sabiduría de la Cabalá – la transición del camino de sufrimientos al camino de la Torá.

De una u otra manera, el plan de nuestro desarrollo es sabido de antemano, como así también todas las etapas del desarrollo. No podemos saltear ninguna de ellas, todas son necesarias para conducirnos al final de la corrección, a la sensación de lo bueno y benefactor. Todo lo que podemos hacer es aceptar el proceso y acelerarlo.

 

Ponte a prueba:
  • ¿Cuál es la diferencia entre el camino de sufrimientos y el camino de la Torá?

Resumen de la Unidad

Puntos Principales

  • La Providencia del Creador sobre la Creación tiene un propósito determinado, y el buen propósito de la evolución es revelado solo al final del proceso, con la implementación de la meta del Este tipo de providencia no toma en cuenta en absoluto los estados del desarrollo, que tienden justamente a confundirnos y ocultarnos el buen propósito final.
  • Los diferentes estados de desarrollo no son malos en su esencia, todos nos acercan al buen propósito final, y por lo tanto, también son esencialmente
  • Hay dos formas de desarrollarse: desarrollo consciente (camino de la Torá) y desarrollo inconsciente (camino de sufrimientos). El desarrollo consciente tiene dos ventajas importantes: es más rápido y está libre de dolor y sufrimientos. Si deseamos acelerar nuestro proceso de desarrollo, debemos apresurar el reconocimiento del mal en cada uno de los estados En lugar de esperar que se revele el mal, nosotros lo detectamos de antemano y aceleramos nuestro desarrollo. Además, si esclarecemos el mal con el pensamiento, antes de su aparición en la práctica, no solo estaremos acelerando el proceso, sino que nos ahorra- remos el sentimiento de dolor como lo sentimos en este mundo.

Términos

Providencia: La fuerza de desarrollo. El plan de acuerdo al cual el Creador dirige la Creación.

Fuerza de atracción: Fuerza que provoca que el deseo de recibir persiga el beneficio futuro.

Fuerza de empuje: Fuerza que incita al deseo de recibir a escapar de las dificultades.

Camino de los sufrimientos: Avance inconsciente en las fases de desarrollo. Camino largo y doloroso.

Camino de la Torá: Avance consciente en las fases de desarrollo hasta alcan- zar la Meta de la Creación. Camino corto y ligero.

visualizar la conexión

Cómo visualizar la conexión entre nosotros.

Pregunta: ¿Cómo podemos visualizar la conexión entre nosotros?

Respuesta: Aquellos que no han alcanzado la espiritualidad y solo quieren entrar, pueden imaginarla en diferentes formas. La conexión entre nosotros ya existe, simplemente no las vemos. Nos será revelada en la medida en que adquiramos la intención de otorgar.

¿Alguna vez has visto cómo se revelan los rayos láser al usar un spray especial en la habitación?  Después de usar el spray especial, los rayos se vuelven visibles. Pero sin el spray, son invisibles porque no hay nada que los revele.

Esto es exactamente lo que tenemos que hacer porque nuestras conexiones ya existen. Sólo debemos esforzarnos para que nuestras relaciones sean lo más amorosas posible. Y así estos hilos invisibles comenzarán a brillar y sentiremos que realmente existen. De esta manera, podremos descubrir la red que nos conecta y que ya está disponible.

Gradualmente revelaremos la gran y creciente complejidad y veremos que estamos interconectados por multitud de hilos. Estos lazos se volverán más espirituales, es decir, dirigidos al otorgamiento.

Esto sucederá en cada paso, como se dice, «el desperdicio de lo superior es alimento para lo inferior». Es decir, necesitamos mejorarnos constantemente para hacer que nuestras relaciones sean más cualitativas y altruistas.

En última instancia, el mundo entero se unirá a esta red de conexiones porque todos somos una sola vasija espiritual.

De la lección sobre El libro de Zohar 24/dic/17

Descubriendo la Verdad: 6 mitos infundados sobre la función de la Cabalá en nuestras vidas

Cientos de miles de personas en todos los extremos de la sociedad tienen de una manera u otra alguna referencia de la Cabalá, y aun así, existen creencias falsas y un velo de misterio que envuelven a esta milenaria sabiduría. Decidimos ordenar y romper varios mitos a los que nos hemos acostumbrado sin preguntar por qué.

A pesar de que en los últimos años, muchas personas -seculares o religiosas, de Israel y del mundo-, han encontrado un gran interés en la Cabalá como un medio para recibir decisiones correctas y para dirigir procesos incluso a nivel diario de forma más efectiva; aun así permanecen falsas creencias sobre qué es la Sabiduría de la Cabalá, cuál es su origen y qué función tiene en la vida moderna.

MITO: “LA CABALÁ ES RELIGIÓN”

La verdad: No, no lo es. Si bien los principios originales de la Cabalá fueron implementados por primera vez en épocas del patriarca Abraham, dentro de un pequeño grupo que recibió el nombre de “Pueblo de Israel” -que es el origen de la religión judía que se fundará muchos años después-, la Cabalá no nos ata al cumplimiento de costumbre alguna y no nos obliga a actuar según alguna Halajá (conjunto de reglas religiosas). Por el contrario, la implementación de principios de la Cabalá nos enseña a actuar de acuerdo a las leyes de la naturaleza, lo que llamamos en el lenguaje moderno: “Vivir adecuadamente”. La Cabalá nos ayuda a descubrir el significado de lo que hacemos y el propósito de nuestras vidas sin importar el estilo de vida que hayamos elegido. Esa es la razón por la cual podrán ver a personas seculares que estudian la Cabalá a la par de personas tradicionales e incluso quienes no son siquiera judíos.

MITO: “NO CUALQUIERA PUEDE ESTUDIAR CABALÁ. SE NECESITAN ANTECEDENTES DE TORÁ O ENLOQUECERÍAMOS”

La verdad: Todo lo contrario. Precisamente en la inconstante realidad de nuestra época, en un período en el que el mercado está repleto de infinitos entrenadores personales e instructores de todo tipo, muchos de nosotros nos sentimos confundidos, perdidos, o simplemente nos ahogamos en un vaso de jugo de germen de trigo. La Sabiduría de la Cabalá no trata sobre el número de ángeles que están en los cielos o magias energéticas de todo tipo, sino explica de forma racional que todos los problemas del mundo, entre ellos la economía, la salud, la educación, las relaciones de pareja, la seguridad, la ecología, etc., tienen una raíz única que es el egoísmo. Es decir, nuestra tendencia a tomar para nosotros mismos todo lo que podemos y atribuir la menor importancia posible a los demás. La Cabalá nos ofrece herramientas para enfrentarnos exitosamente con crisis y problemas, en base a la firmeza de las relaciones correctas y positivas entre las personas.

MITO: “LA CABALÁ SE BASA EN CREENCIAS Y NO EN LA CIENCIA”

La verdad: La Cabalá no nos pide creer en algo que no se pueda poner en juicio. Por el contrario, nos presenta una gama completa de sabiduría, de introspección y profundo conocimiento de patrones de conducta humana, planteando constantemente preguntas, presentando dudas, sin aceptar nada como “datos que vienen de arriba”. En la práctica, la Sabiduría de la Cabalá es la ciencia que investiga la fuerza general que motiva la naturaleza, incluyendo partes que nuestro conocimiento no alcanza. Esto, a la par de una observación personal del carácter individual de cada uno de nosotros, la percepción de la realidad que nos maneja, la disposición de aceptar o hacer cosas, y la búsqueda de la vía correcta para cada uno de nosotros. No es novedad que las personas están activadas por el sentimiento y el intelecto. La Cabalá se maneja con ambas partes y enseña cómo combinarlas en la forma deseada.

MITO: “LA CABALÁ NO ESTÁ ADAPTADA A LA VIDA MODERNA, A NUESTRA GENERACIÓN”

La verdad: No puede no estar adaptada. Es mucho más simple de lo que pensamos; la Sabiduría de la Cabalá pretende ilustrarnos el camino adecuado para vivir y llegar al verdadero significado de todo lo que hacemos, especialmente, en nuestra generación, la cual busca satisfacciones inmediatas en este momento, y se sumerge en una sensación de vacío en el momento siguiente.

No es ningún secreto que tenemos fuertes fundamentos de egoísmo, el cual ha llevado a la humanidad a erigir sistemas de vida en los que cada uno trata de conseguir para sí mismo lo máximo posible, aun a costas de los demás. Este proceso llega hoy en día a su cúspide, y lo vemos muy claro sin esforzarnos demasiado. Muchos sistemas que el hombre ha creado hoy en día están en crisis y podemos denotar algunos: la economía se desmorona, los sistemas educativos no se adaptan al ritmo y las capacidades mentales de los niños de la generación Alfa, el núcleo familiar está en deterioro, la ecología sufre un estado de desequilibrio completo, etc.

La Sabiduría de la Cabalá sostiene que para mejorar este estado, debemos conocer las leyes según las cuales se rige la realidad, para mantenerse en armonía con la naturaleza. Rambam (Maimonides) escribió: “los grandes males que ocurren entre los hombres, de uno hacia otro, provienen de la falta de conocimiento. Si el hombre tuviera el conocimiento referente a la forma humana, se frenaría todo daño que él provoca a sí mismo y a su prójimo. El conocimiento de la verdad rechaza el odio y la hostilidad y anula el daño que se hacen unos a otros” (Guía de perplejos). La Cabalá pretende asistirnos para comprender cómo nos conviene utilizar las herramientas que tenemos hoy, como los Smartphone, las innovaciones tecnológicas y diferentes modas sociales, para vivir mejor.

MITO: “LOS CABALISTAS SON PERSONAS CON FUERZAS OCULTAS”

La verdad: Un cabalista es una persona común y corriente que decidió buscar respuestas a sus preguntas esenciales, las cuales ocuparon su pensamiento durante mucho tiempo respecto a la vida, y tal como un investigador académico que busca profundizarse en las preguntas de su investigación para encontrar medios para explicarlas, así escudriña el cabalista en las escrituras dejadas por investigadores que durante generaciones completas han profundizado en la verdad hasta lograr las respuestas que una persona común, que no adquirió esas herramientas, no puede alcanzar. Podemos decirlo así: el cabalista es quien adquirió capacidades de entender mejor el sistema en el que vivimos, y las leyes de la naturaleza que la activan.

Después de alcanzar un nivel más alto de conocimiento (por ejemplo, como un profesor de universidad), quiere transmitir su conocimiento a los demás y así otras personas pueden comprender cosas que ellas mismas no aprendieron. Se trata de personas que tienen sus puestos de trabajo, estudian y cumplen con sus obligaciones familiares y con su país, como cualquier otro ciudadano.

MITO: “LA CABALÁ ES MÍSTICA, AMULETOS Y SUPERSTICIONES”

La verdad: Quizás pueda desilusionar a algunos, pero la auténtica Sabiduría de la Cabalá no está relacionada con mística, numerología, amuletos y milagros, magia y brujerías, hilos de color púrpura, agua bendita, cartas, astrología, etc. Los sabios de la Cabalá tienen una ley de hierro: “no definimos por nombre todo aquello que no está a nuestro alcance”. Esto significa que no nos aferramos a lo que no sentimos su presencia en nuestra realidad, hasta que lo averigüemos y resulte real. Es decir que los cabalistas utilizan en sus escritos solamente nombres y términos que podemos implementar en nuestras vidas.

Además está el hecho de que hoy se puede encontrar gente que estudia Cabalá entre una gran diversidad de personas incluso quienes se rigen por lo racional. Es muy probable que a ellos no les caiga en gracia que se le pida algún amuleto.

La intención de esta publicación es disolver algunos mitos pero no convencer a nadie sobre la forma cómo vivir sus vidas, principalmente para sacar de medio todo tipo de errores que la gente atribuye a una sabiduría que, por no ser comprendida, se le han atribuido tantas vanidades como las nombradas anteriormente, que la convierten en lo que no es.

Después de esta “limpieza”, pueden abrirse paso a descubrir qué es realmente esta sabiduría maravillosa y milenaria, tan relevante para la humanidad de hoy.

Esta es nuestra vida

¿Cómo quieres vivir la vida?

La sabiduría de la Cabalá y la filosofía

¿Qué es la espiritualidad?

La filosofía ha atravesado por  una gran cantidad de dificultades para probar que la corporalidad es el vástago de lo espiritual y que el alma engendra al cuerpo. A pesar de eso, sus palabras no resultan de ninguna manera aceptables para el corazón. Y su principal error es su percepción equivocada de la espiritualidad, que la espiritualidad dio nacimiento a la corporalidad, lo cual es indudablemente una mentira.

Todo padre debe tener alguna similitud con su progenie. La relación padre-hijo es la vía y el camino por el cual se extiende su continuidad Además, cada operador debe tener alguna relación con su operación para conectarse con ella. Dado que se dice que la espiritualidad niega cualquier incidente material, entonces tal camino no existe. Siendo así, ¿qué relación puede tener lo espiritual con lo material, para contactar con lo material y ponerlo en movimiento de alguna manera?

De cualquier modo, comprender el significado de la palabra «espiritualidad» no tiene nada que ver con la filosofía. ¿Cómo pueden discutir algo que nunca han visto o sentido? ¿En qué se basan sus fundamentos?

Si existe alguna definición que pueda explicar lo espiritual separado de lo material, sólo le pertenece a aquellos que han alcanzado y sentido algo espiritual. Estas personas son los cabalistas genuinos; siendo así, lo que necesitamos es la sabiduría de la Cabalá.

La filosofía en relación con Su Esencia

La filosofía ama interesarse en Él y probar cuáles reglas no se aplican a Él. Sin embargo, la Cabalá no tiene tratos de ningún tipo con Su esencia, porque ¿cómo puede definirse lo inalcanzable e imperceptible?. A decir verdad, una definición negativa es tan válida como una positiva. Por ejemplo, si uno ve un objeto a lo lejos y reconoce sus negativos, es decir, todo lo que no es, esto también se considera como ver y cierta medida de reconocimiento. Si un objeto está realmente fuera del alcance de nuestra vista, entonces ni siquiera son claras sus características negativas.

Por ejemplo, si vemos a lo lejos una imagen oscura, pero aún podemos determinar que no es ni una persona ni un pájaro, esto también se considera visión. Si hubiera estado aún más lejos, no podríamos determinar que no se trata de una persona.

Este es el origen de la confusión y la invalidez de la filosofía; a ella le gusta enorgullecerse de comprender todos los negativos acerca de Su esencia. Sin embargo, los sabios de la Cabalá cubren sus bocas en este punto, y no le dan a Él siquiera un nombre simple, porque no definimos con un nombre o una palabra aquello que no alcanzamos. Esto se debe a que la palabra designa algún grado de alcance. No obstante, los cabalistas se ocupan mucho de hablar acerca de Su iluminación en realidad, es decir que todas esas iluminaciones que han obtenido realmente son tan válidas como un alcance tangible.

Lo espiritual es una fuerza sin cuerpo

Esto es lo que los cabalistas definen como «espiritualidad»  y sobre lo cual hablan. No tiene ni imagen ni espacio ni tiempo ni ninguna relación con lo material. En mi opinión, la filosofía generalmente ha cubierto con un manto aquello que no le es propio, ya que sustrajo definiciones de la Sabiduría de la Cabalá, e hizo delicadezas con su comprensión humana. Si no hubiera sido por esto, nunca hubieran pensado en inventar esas perspicacias.  De cualquier modo, esta es sólo una fuerza potencial, es decir, no una fuerza que revestida en un cuerpo ordinario, como es habitual en este mundo, sino como una fuerza sin cuerpo.

La vasija espiritual es llamada «una fuerza»

Este es el lugar para señalar que la fuerza de la cual habla la espiritualidad no es la Luz espiritual misma. Esta Luz espiritual, se extiende directamente desde Su Esencia y es por lo tanto lo mismo que Su Esencia. Esto significa que no tenemos alcance en la Luz espiritual que podamos definir con ese nombre. Incluso el nombre «Luz» es metafórico y no es real. Entonces, debemos saber que el nombre «Fuerza» sin cuerpo se refiere únicamente a la «vasija espiritual».

Luces y vasijas

Por lo tanto, debemos preguntarnos cómo los sabios de la Cabalá, que llenan toda la sabiduría con sus conocimientos, diferencian entre las diversas luces. Esto se debe a que estas observaciones no se refieren a las Luces mismas, sino a la impresión en la vasija, que es la fuerza mencionada anteriormente, que es afectada por la Luz que se encuentra con ella.

Vasijas y Luces (el significado de las palabras)

Y aquí es donde debe trazarse la línea entre el regalo y el amor que éste genera. Las Luces, es decir, la impresión en la vasija, que es asequible, son llamadas «forma y sustancia». Es accesible porque la impresión es la forma superior, y la forma superior es la sustancia.

No obstante, el amor creado por ésta se considera una «forma sin sustancia.» Esto significa que si separamos el amor del regalo mismo, como si nunca hubiera revestido un regalo, sino sólo en el nombre abstracto, «el amor a Dios», entonces sería considerado una forma. En ese caso, la práctica de éste es considerada como «Cabalá figurativa.» No obstante, aún se lo consideraría real, sin ninguna similitud con la Filosofía Figurativa, pues el espíritu de este amor permanece en el alcance. Está completamente separado del regalo, siendo la Luz misma.

Sustancia y forma en la Cabalá

Y la razón detrás de esta situación es que aunque este amor es meramente una consecuencia del regalo, todavía es más importante que el regalo mismo. Es como un gran rey que le regala a una persona un objeto poco importante. Aunque el regalo en sí no tenga ningún valor, el amor y la atención del rey es lo que lo hace invaluable y precioso. Siendo así, está absolutamente separado de la sustancia, que es la Luz y el regalo, de modo que el trabajo y los conocimientos quedan grabados en el alcance, con sólo el amor mismo. El regalo en sí, sin embargo, parece ser olvidado por el corazón. Por lo tanto, ese aspecto de la sabiduría es llamado «La Sabiduría figurativa de la Cabalá». De hecho, esta es la parte más importante de la sabiduría.

ABYA

Este amor consiste en cuatro partes que son muy parecidas al amor humano: cuando primero recibimos el regalo no nos referimos al dador del presente como alguien que nos ama, tanto más si es alguien importante, y si quien recibe no es igual al que da.

No obstante, el hecho de regalar en forma repetitiva y la perseverancia harán que incluso la persona más importante se parezca a un amante igual y verdadero. Esto se debe a que hay una regla que dice que en el amor no hay más grande o más pequeño, y que dos personas que se aman se sienten iguales.

Por lo tanto, aquí se pueden apreciar cuatro grados de amor. El primer incidente se denomina Asiyá, la repetición de regalar se denomina Yetzirá, y la aparición del amor mismo, se denomina Briá.

Y aquí es donde empieza el estudio de la Sabiduría Figurativa de la Cabalá, porque es en este grado que el amor se separa de los regalos. Este es el significado de las palabras, «y creó la oscuridad», significando que la Luz es removida de Yetzirá y el amor se queda sin Luz, sin sus regalos.

Luego viene Atzilut. Después que probó y separó por completo la forma de la sustancia, como en, «y creó la oscuridad», se hizo digna de ascender a Atzilut, donde la forma se revistió en la sustancia una vez más. Ahora, Luz y amor son uno nuevamente.

El origen del alma

Todo lo espiritual es percibido como una fuerza separada del cuerpo porque no tiene imagen física. Sin embargo, debido a ello ésta permanece aislada y completamente separada de lo físico. En tal estado, ¿cómo ésta puede poner en movimiento algo físico, mucho menos engendrar algo físico, cuando no tiene forma de ponerse en contacto con lo físico?

El elemento ácido

Sin embargo, la verdad es que la fuerza misma es considerada también como una sustancia genuina, tanto como cualquier otras sustancia física en el mundo concreto, y el hecho de que no tenga una imagen que los sentidos humanos puedan percibir no reduce el valor de la sustancia, es decir, «la fuerza».

Tomemos como ejemplo una molécula de oxígeno: es un componente de la mayoría de los materiales en el mundo. Pero, si se toma una botella de oxígeno puro que no esté mezclado con alguna otra sustancia, nos encontraremos con que parece que la botella estuviera completamente vacía. No seremos capaces de notar nada en ella; será completamente como el aire, intangible e invisible a nuestros ojos.

Y si quitamos la tapa y la olemos, no hallaremos ningún olor; si lo probamos, no le encontraremos ningún gusto, y si lo colocamos sobre una balanza, no pesará más que la botella vacía. Lo mismo ocurrirá con el hidrógeno, tampoco tiene gusto, olor ni peso.

No obstante, cuando combinamos estos dos elementos, inmediatamente se convierten en líquido, agua potable, que tiene tanto gusto como peso. Si colocamos agua dentro de cal viva, inmediatamente se mezclará con ésta y se convertirá en una sustancia tan sólida como la cal misma.

Por lo tanto, ¿cómo podemos definir las fuerzas naturales que no son sustancias físicas, precisamente porque no están disponibles para que nuestros sentidos puedan percibirlas? Más aún, podemos ver claramente que la mayoría de las sustancias tangibles en nuestro mundo están compuestas primariamente del elemento oxígeno, que los sentidos humanos son incapaces de percibir y sentir.

Inclusive lo sólido y lo líquido en la realidad tangible que podemos percibir vívidamente en nuestro mundo, pueden convertirse en aire y vapor a cierta temperatura. Así como los vapores pueden transformarse en sólidos cuando la temperatura desciende.

En ese caso, nos asombrará, ¿cómo uno puede dar aquello que no posee? Podemos ver claramente que todas las imágenes tangibles provienen de elementos que no son en sí mismos tangibles, y que no existen como sustancias en sí mismas. Asimismo, todas las imágenes fijas que conocemos y utilizamos para definir a las sustancias, son inconsistentes y no existen por su propio derecho. Más bien, sólo se visten y desvisten de formas bajo la influencia de condiciones tales como el calor y el frío.

La parte primaria de la sustancia física es la «fuerza» que hay en ella, aunque todavía no somos capaces de distinguir por separado estas fuerzas, como con los elementos químicos. Quizás en el futuro sean descubiertas en sus formas puras, así como sólo recientemente descubrimos los elementos químicos.

Igual fuerza en lo espiritual y en lo físico

En una palabra: todos esos nombres que atribuimos a los materiales son completamente inventados, es decir que no provienen de la percepción concreta de nuestros cinco sentidos. Ellos no existen en y por sí mismos. Por otro lado, cualquier definición que atribuimos a la fuerza, que la separa de lo material, también es inventada. Aún cuando la ciencia alcance su último desarrollo, seguiremos considerando únicamente la realidad tangible. Es decir que dentro de cualquier operación material que vemos y sentimos, debemos percibir a su operador, que es también una sustancia, como la operación misma. Hay una correlación entre ambos, o no hubieran llegado a éste.

Debemos saber que este error de separar al operador de la operación proviene de la Filosofía Figurativa, que insistió en demostrar que los actos espirituales influyen sobre la operación física. Esto trajo como resultado supuestos erróneos como el mencionado, que la Cabalá no necesita.

Cuerpo y alma en los Superiores

La opinión de la Cabalá sobre este tema es clara como el cristal, excluyendo toda mezcla de filosofía. Esto es porque la opinión de los sabios de la Cabalá es que aún las entidades espirituales separadas, que la filosofía niega que tengan alguna corporeidad y exhiben como una sustancia puramente conceptual, aunque ellas son de hecho espirituales, más sublimes y abstractas, consisten en cuerpo y alma igual que el humano físico.

Por lo tanto, no nos debe asombrar cómo es que dos pueden ganar el premio y decir que ellos se componen de capas. Además, la filosofía cree que todo lo complejo eventualmente se desintegrará y descompondrá, es decir, morirá. Entonces, ¿cómo uno puede declarar que ambos son complejos y eternos?

Luces y vasijas

En verdad, sus pensamientos no son los nuestros, porque el camino de los sabios de la Cabalá es encontrar pruebas reales del alcance, haciendo imposible considerar su revocación a través de lo intelectual. Pero déjeme dejar en claro estas cuestiones para que cualquier persona las pueda comprender:

En primer lugar tenemos que conocer que la diferencia entre Luces y vasijas es creada inmediatamente en el primer ser emanado desde Ein Sof. Naturalmente, la primera emanación también es la más completa y noble de todas las cosas que la siguen. Es cierto que este goce y esta perfección es recibida desde Su Esencia, que quiere dar aquello más que cualquier goce y placer.

Es sabido que la medida del placer es esencialmente el deseo de recibir ese placer. Esto es porque lo que más queremos y sentimos es lo más placentero. Debido a ello, debemos discernir dos aspectos en la primera emanación: el «deseo de recibir», esa esencia recibida, y la esencia del objeto mismo. También debemos saber que el deseo de recibir es lo que percibimos como el «cuerpo» de lo emanado, es decir, el núcleo de su esencia primaria, que es la vasija para recibir la bondad. El segundo (aspecto) es la esencia del bien que es recibido, que es la Luz que se extiende eternamente hacia la emanación.

Se infiere que necesariamente debemos distinguir dos opuestos que se visten uno al otro aún en los asuntos más espirituales y sublimes que el corazón puede contemplar. Es lo opuesto a la opinión de la filosofía, que inventó que los diferentes individuos no son sustancias combinadas. Es necesario que ese «deseo de recibir» que es obligatorio en los seres emanados (que sin él no habría placer sino coerción, y ninguna sensación de placer) está ausente en Su esencia. Esta es la razón del nombre «emanado», en tanto ya no es más Su esencia, porque ¿de quién recibiría Él?

No obstante, la abundancia que uno recibe es necesariamente una parte de Su esencia, porque no sería necesaria ninguna innovación. Y por lo tanto, vemos esa gran diferencia entre el cuerpo renovado y la abundancia recibida, considerada Su Esencia.

Cómo lo espiritual puede engendrar lo físico

Aparentemente resulta difícil entender cómo lo espiritual puede engendrar y extender algo físico. Esta cuestión es una antigua duda filosófica y se derramó mucha tinta para tratar de resolverla.

La verdad es que este interrogante sólo es una dificultad si uno sigue su doctrina. Esto se debe a que ellos determinaron la forma de la espiritualidad sin ninguna conexión con algo físico. Esto produce la difícil cuestión: ¿cómo puede lo espiritual conducir o engendrar algo físico?

Pero la opinión de los sabios de la Cabalá es que no se trata de algo difícil en absoluto, en tanto sus conceptos son completamente opuestos a los de los filósofos. Ellos sostienen que toda cualidad espiritual se asemeja a lo físico como dos gotas de agua. Por lo tanto, las relaciones son absolutamente afines y no hay separación entre ellas excepto en la sustancia, es decir que lo espiritual consiste en una sustancia espiritual y lo físico consiste en una sustancia física.

No obstante, todas las cualidades de las sustancias espirituales residen también en las sustancias físicas, como explica el artículo La esencia de la Sabiduría de la Cabalá.

La antigua filosofía presenta tres opiniones como obstáculos ante mi explicación:

  1. Su decisión de que el poder del intelecto humano es el alma eterna, la esencia del hombre.
  2. Su conjetura de que el cuerpo es un resultado del alma.
  3. Su dicho de que las personas espirituales son simples y no complejas.

Psicología Materialista

No sólo que éste es el lugar equivocado para discutir con ellos acerca de sus conjeturas inventadas, sino que también su tiempo ya pasó y su autoridad ha sido revocada. También debemos agradecer por ello a los expertos de la psicología materialista, de haber construido su pedestal sobre la ruina de los anteriores, ganando el favor del público. Ahora todos admiten la nulidad de la filosofía, por no estar construida sobre fundamentos concretos.

La vieja doctrina se convirtió en una piedra en el camino y en una espina mortal para los sabios de la Cabalá. Donde ellos debían haber dominado ante los sabios de la Cabalá y tomado sobre sí abstinencia y prudencia antes de admitir siquiera la cosa más pequeña en espiritualidad, recibieron fácilmente lo que habían querido de la filosofía figurativa. Sin ningún pago o precio los regaron desde su fuente de sabiduría hasta la saciedad, y dejaron de esforzarse en la sabiduría de la Cabalá. Como consecuencia, la sabiduría casi ha sido olvidada en Israel.

Por esta razón, estamos agradecidos a la psicología materialista por haberle propinado un golpe mortal.

Yo soy Salomón

Lo anterior es como una fábula que cuentan nuestros sabios: «Asmodeo (el diablo) expulsó al Rey Salomón a cuatrocientas parsas (una medida de distancia) de Jerusalén y lo dejó sin dinero ni medios de subsistencia. Luego se sentó en el trono del Rey Salomón mientras el rey mendigaba de puerta en puerta. A cada lugar al que iba decía: «Yo soy Eclesiastés», pero nadie le creía. Y entonces caminó de un pueblo a otro declarando «Yo soy Salomón», pero cuando llegó al Sanedrín (los sabios del Talmud) éstos le dijeron: «Un tonto no pronuncia la misma tontería todo el tiempo, diciendo «Una vez fui rey».

Pareciera como si el nombre de la persona no fuese la esencia de esa persona, sino que el dueño del nombre lo es. Por lo tanto, ¿cómo un hombre sabio como el rey Salomón no fue reconocido si, de hecho, era el dueño de ese nombre? Más aún, es la persona la que dignifica el nombre, ¡y debería haber demostrado su sabiduría a la gente!.

Tres prevenciones

Hay tres razones que nos impiden conocer al dueño de un nombre:

  1. Debido a la veracidad de esta sabiduría, se aclara únicamente cuando todos los detalles aparecen en conjunto. Por lo tanto, hasta no conocer la sabiduría completa, es imposible vislumbrar aunque sea un pequeño fragmento de ésta. Así pues, es la publicidad de su veracidad lo que necesitamos, así como tener primero suficiente fe en ella para hacer un gran esfuerzo.
  2. Así como Asmodeo, el demonio, se vistió con las ropas del Rey Salomón y heredó su trono, de igual forma, la filosofía se sentó en el trono de la Cabalá con conceptos más sencillos de captar, pues la mentira se acepta rápidamente. Por consiguiente se nos presenta aquí un doble problema: primero, la sabiduría de la verdad es profunda y laboriosa, mientras que la filosofía es falsa y de fácil comprensión; segundo, es superflua, porque la filosofía satisface por completo.
  3. Así como el demonio alega que el Rey Salomón está loco, así la filosofía se burla y desestima a la Cabalá.

Sin embargo, mientras la sabiduría es sublime, se eleva por encima de la gente y se separa de ella. Pues el Rey Salomón era el hombre más sabio y también era superior a cualquier otro hombre. Por lo tanto, los mejores eruditos no podían comprenderlo. Sólo sus amigos, es decir, el Sanedrín, aquéllos a los que enseñó su sabiduría cotidiana por días y años, entendieron y proclamaron su nombre en todo el mundo. La razón para ello es que la sabiduría diminuta se percibe en cinco minutos y por lo tanto es fácilmente pregonada y accesible a cualquier persona. Sin embargo, un concepto de peso no será comprendido siquiera en algunas horas. Incluso puede llevar días o años, dependiendo de la inteligencia. Conforme a esto, los más grandes eruditos serán comprendidos únicamente por unos pocos selectos en su generación, ya que los conceptos profundos están basados en muchos conocimientos previos.

Entonces no resulta sorprendente que el más sabio de los hombres, exiliado en un lugar donde no lo conocían, no podía demostrar su sabiduría ni siquiera mostrar un indicio de ella, antes de que creyeran que él era el dueño del nombre.

Ocurre lo mismo con la sabiduría de la Cabalá en nuestra época: las dificultades y el exilio que nos ha sobrevenido nos llevó a olvidarla. Además, si hay personas que la practican, no es a favor de la Cabalá sino en su desmedro. Esto se debe a que no la recibieron de un sabio Cabalista. Por lo tanto, la Cabalá se encuentra en la misma situación hoy en día que la que estaba el Rey Salomón en el exilio, clamando: «Yo soy la sabiduría y todos los sabores de la religión y la Torá se encuentran en mí.» Y nadie le cree.

Pero esto es desconcertante, ya que si ésta es una sabiduría genuina, ¿no puede exponerse como todas las otras sabidurías? No, no puede. Así como el Rey Salomón no pudo mostrar la profundidad de su sabiduría a los eruditos en el lugar de su exilio y tuvo que ir a Jerusalén, el lugar del Sanedrín, quienes lo conocían y atestiguaban acerca de la profundidad de su sabiduría, del mismo modo la Cabalá requiere de grandes sabios que examinen sus corazones y la estudien durante veinte o treinta años. Únicamente entonces, podrán dar testimonio de ella. Y así como el Rey Salomón no pudo impedir que Asmodeo se sentara en su trono y actuara como un impostor pretendiendo estar con él hasta que él arribó a Jerusalén.

Los sabios de la Cabalá también observan la teología filosófica, y se quejan de que los teólogos filosóficos han robado la cáscara superior de su sabiduría, que Platón y sus antecesores habían adquirido mientras estudiaban con los discípulos de los profetas de Israel. Han robado componentes elementales de la sabiduría de Israel y se han vestido con un manto que no les pertenece. Y hasta estos días, la teología filosófica se ha sentado en el trono de la Cabalá, siendo cabello debajo de su señora.

¿Quién le creerá a los sabios de la Cabalá, mientras haya otros sentados en su trono? Es como cuando no le creyeron al Rey Salomón en el exilio, porque sabían que había alguien sentado en su trono, es decir, el demonio Asmodeo. Así como con el Rey Salomón, no hay esperanza de que la verdad sea expuesta, ya que es profunda y no puede ser expresada con un testimonio o por mera experimentación. Sólo le es mostrada a aquellos que creen y se dedican a ella con el corazón y el alma.

Y así como el Sanedrín no reconoció al Rey Salomón mientras no apareció la falsedad de Asmodeo, asimismo la Cabalá no podrá probar su naturaleza y su veracidad hasta que se descubra la futilidad de la teología filosófica que ha tomado su trono. Hasta ese momento, ningún tipo de revelación será suficiente para que la gente la reconozca.

Por lo tanto, no había salvación para Israel hasta el momento en que apareció la psicología materialista, asestándole un golpe mortal en la cabeza a la teología filosófica.

Ahora, toda persona que busque al Señor debe devolverle su trono a la Cabalá y restaurar su pasada gloria.

La asamblea del corazón

Lección N° 9 Unidad 1– Ir ‘Directo hacia  Él’

En esta unidad estudiaremos sobre Israel y las naciones del mundo / La pureza y el espesor / La Meta de la Creación y la corrección de la Creación

Cerca y Lejos de la Luz

En uno de los mejores y más exitosos sketch del programa israelí cómico ”El quinteto de Cámara”, un par de políticos israelíes irrumpen en la pista de carreras de una competencia internacional, y le piden al árbitro alemán que le permita al corredor israelí comenzar la carrera con una “ventaja” de 6 metros.

“Solo un poquito de consideración.”

Los competidores de las otras nacionalidades, altos y especialmente robustos, el israelí de baja estatura y realmente ridículo, los políticos israelíes particularmente corruptos y el árbitro alemán claramente avergonzado.

En su intención de convencer al alemán, los políticos israelíes presionan cualquier postema, incluyendo, “Acaso no han sufrido mucho los judíos”,  y cuando consiguen lo propuesto y abandonan la pista, el árbitro se estira nuevamente como si fuera un soldado, grita algunas palabras con un fuerte acento alemán y dispara el arma.

Y así, en una atmósfera de circo absurdo, se comprimen 2,000 años de exilio y más, en menos de cinco minutos, cuando en el camino se iluminan otras tantas esquinas oscuras en la saga interminable de odio hacia Israel. El corto sketch del “Quinteto” es otro ejemplo (sumamente exitoso) de la complejidad de las relaciones entre Israel y las naciones del mundo, y de la carga emocional que despierta el tema. ¿Qué tiene para decir sobre esto la sabiduría de la Cabalá?, ¿Quiénes son “Israel” y “las naciones del mundo” según la sabiduría? Estas y otras preguntas consideraremos en esta parte de la unidad de estudio.

Como cualquier otro término en la sabiduría de la Cabalá, también “Israel” y las “naciones del mundo”, son antes que nada, discernimientos internos del deseo, y al igual que otros discernimientos internos, estos se manifiestan también en la realidad material, como pueblo de Israel y el resto de las naciones del mundo. Existe el asunto de “Israel” y “naciones del mundo” en la interioridad del hombre y del mundo, y existe el sentido de “Israel” y “naciones del mundo” en su exterioridad. La exterioridad es resultado de la interioridad, y por lo tanto, si deseamos posarnos sobre la verdadera naturaleza de Israel y las naciones del mundo en exterioridad, debemos entender primero su naturaleza espiritual. Esto lo haremos en la primer parte de la lección. El deseo de recibir es la materia con la cual está formada toda la creación y cada una de sus partes. Se puede dividir al deseo de recibir en dos partes se lo principales: una parte más pura, más cercana a la naturaleza de la Luz, al atributo de otorgamiento, y otra más densa, por naturaleza más alejada de la Luz. La parte que naturalmente se encuentra más cercana a la Luz, es más fácil de corregir y la que está más alejada de la misma, es más difícil de corregir.

La parte del deseo puro, más cercano a la luz, se llama en la sabiduría de la Cabalá “Israel”, del término Yashar (directo) – El (Dios), es decir, es un deseo dirigido directamente al Creador, deseo que tiene una preparación natural para la corrección, para la renovación del vínculo con el Creador. La parte del deseo que está naturalmente más alejado del Creador, y es esencialmente más tosco, se llama en la sabiduría de la Cabalá “naciones del mundo” (Ver gráfico N° 8).

En todo el mundo y en cada uno de nosotros, podemos distinguir entre estos dos tipos de deseos – deseo más cercano al atributo de otorgamiento, y deseo más cercano al atributo de recepción. A estos dos tipos de deseos se refiere la sabiduría de la Cabalá cuando habla de “Israel” y “Naciones del mundo”.

Podemos encontrar las dos clases de deseos, “Israel” y “naciones del mundo”, en cada corte de la Creación. Por ejemplo, si observamos el desarrollo de la humanidad a lo largo de decenas de miles de años, encontraremos que los deseos revelados en la humanidad en sus comienzos, eran naturalmente más puros y más cercanos a la Luz, y con el desarrollo de la humanidad, se fueron revelando en ella deseos de mayor espesor, más alejados de la luz (esta es también la razón por la cual en tiempos ancestrales, la corrección era más natural y en cambio en nuestros días, se necesita de un método especial para la corrección del hombre).

Una de las leyes básicas de la sabiduría de la Cabalá se denomina “el colectivo y el individuo son iguales”. Según esta ley, cada detalle o parte de la Creación contiene en su interior todas las partes de la misma. Y en consecuencia, también en el hombre de nuestra generación, se puede apreciar las dos formas de deseos – pura y densa, más cercana al otorgamiento o más cercana a la recepción. Todo aquel que se despierta en él el punto en el corazón, sin distinción de religión, raza o género, se siente atraído al estudio de la Cabalá y a la corrección del deseo, son las partes del deseo más puro, llamado “Israel”. Y las personas que aun no se sienten atraídas hacia la corrección, son las partes del deseo más denso, llamado “naciones del mundo”.

En síntesis, “Israel” y “naciones del mundo” son dos formas de deseo – deseo más puro y deseo más denso – que se puede distinguir entre ellos en cada nivel de la Creación, solo que la división entre estas dos formas de deseo no es tan sencilla ni tan clara. En realidad, estas dos formas se mezclan entre sí formando innumerables combinaciones. Hay deseos en sentido de Israel, que tienen mezclados en ellos, en diferentes medidas, partes del deseo en sentido de las naciones del mundo, y por lo contrario, hay deseos en sentido de las naciones del mundo, que llevan mezclados en ellos, en diferentes medidas, deseos en el sentido de Israel. Y justamente esta mezcla, es la que permite trabajar con ambas clases de deseos y corregir también el deseo más denso.

Ponte a prueba:
  • ¿Qué son Israel y las naciones del mundo según la sabiduría de la Cabalá?

El “Israel” en el Hombre

“Qué significa ser israelí / un lugar en el mapa o algo en mí /servir en el ejército / contar un chiste / pararme firme cuando suena la sirena / buscar el amor / cortar de buena manera / abrazar cuando se está mal / esperar juntos al próximo diluvio / o dirigirse en dirección a Él / ir directo hacia la Luz / elevarse directo a Él / elevarse directo a Él / elevarse directamente a la Luz”.

Estas sencillas y emotivas palabras, tomadas de la canción “Ser israelí” del grupo “HaDor Hajarón” (La última generación), es la mejor manera de comenzar esta parte de la lección, que trata del nivel de “Israel” en el hombre.

Entonces, ¿qué significa ser israelí? En la parte anterior de la unidad estudiamos que “Israel” es un discernimiento en el deseo, parte del deseo que está más cercana en sus características a la Luz. También estudiamos, que contrariamente a la forma de Israel en el deseo, nosotros distinguimos otra parte, que está naturalmente más alejada de la Luz, denominada “naciones del mundo”. En el mundo en general estas dos formas de deseo se manifiestan dividiendo a las personas en dos grupos principales: aquellas que se encuentran por su naturaleza más cerca de la corrección, y las que se hallan naturalmente más lejos de la corrección.

Y como en el mundo, así en el hombre. También podemos dividir los deseos en nosotros en dos grupos principales: deseos en nivel de “Israel” y deseos en nivel de “naciones del mundo”. También en nosotros hay deseos más burdos, más densos, que aparentemente nos alejan de la espiritualidad, y hay deseos más puros, que nos atraen hacia ella. Así por ejemplo, el deseo con el cual estamos sentados ahora leyendo este libro de estudio, es un deseo puro entre nuestros deseos, y se llama “Israel” que está dentro de nosotros. Y por supuesto, hay en nuestro interior también otros deseos, que aparentemente nos alejan del estudio de la sabiduría de la Cabalá. Esos son los deseos más densos que se encuentran en nuestro interior, llamados las “naciones del mundo” que hay en nosotros.

Con lo aprendido hasta ahora, seguramente ya saben que los deseos que aparentemente nos alejan de la espiritualidad, cumplen justamente un rol muy importante en nuestro camino espiritual. Sin el nivel de las naciones del mundo en el hombre, sin los obstáculos e impedimentos que se nos van revelando en nuestro camino espiritual, no obtendríamos toda la profundidad que existe en la espiritualidad. Justamente, las dificultades que surgen en el camino, son las que nos permiten renovar nuestro vínculo con el Creador en todo su fulgor. El mismo principio lo encontramos en nuestra vida material. También en nuestro mundo, las dificultades que van apareciendo respecto a la implementación de una meta determinada, se revelan finalmente como una “especia” que ha agregado a todo el plato su sabor especial.

Debemos aprender a trabajar con las dos partes del deseo que se revelan en nosotros, “Israel” y “naciones del mundo”, y acrecentar en todo lo posible nuestro deseo hacia la espiritualidad a través de ambos. Como un hombre enamorado de una mujer, tanto, que el amor no lo deja dormir, así debemos utilizar el nivel de “Israel” que hay en nosotros, a través de nuestro anhelo de relacionarnos con el Creador, para aumentar la importancia de la espiritualidad. Y como la mujer que se oculta del hombre para encender su amor, así deberíamos utilizar el nivel de las “naciones del mundo” que hay en nosotros, con los deseos que nos alejan supuestamente del Creador, para despertar en nosotros un deseo más intenso por la espiritualidad, hasta llegar al nivel necesario.

Entonces, ¿qué es realmente ser israelí? Según la sabiduría de la Cabalá, ser israelí significa despertar dentro de nosotros el ansia de relacionarnos con el Creador. “Israel”, del término Yashar-El, directo hacia el Creador. Quien tiene su deseo dirigido hacia el Creador, a la renovación del vínculo con el Creador, con el atributo de otorgamiento, se llama, en la sabiduría de la Cabalá, “israelí”, y no tiene importancia cuál es su nacionalidad o religión.

El Rabino Baruj Shalom Ashlag (Rabash), primogénito de Baal HaSulam, escribe sobre esto en el articulo “Aquel que reforzó su corazón” de 1985(Escritos del Rabash parte A): “quien desea ir por el camino del Creador, se le llama Yashar-El, que va en sentido directo al Creador, o sea, que todas las acciones que realiza, desea que se eleven directo al Creador, y no desea que haya otra intención más que esta”.

Es decir, en el sentido espiritual, “israelí” es aquel que tiene ansias del Creador, y no importa si es americano o ruso, africano o asiático, moldavo o camboyano, iraquí o israelí – no importa el color de su piel, sexo o religión – si se despertó en el hombre el punto en el corazón, si se le despertó el deseo de renovar el vinculo con el Creador, él es llamado “Israel”. Hoy en día, cuando el deseo único que fue creado en el Plan de la Creación se despierta por primera vez para implementar el propósito de su existencia, millones de alumnos alrededor del mundo, sin diferencia de religión, raza o género, se unen a la maravillosa aventura del estudio de la sabiduría de la Cabalá. Decenas de miles de personas en el mundo ya estudian Cabalá metódicamente en marcos oficiales de estudio de “Cabalá para todos”, y otros millones alrededor del mundo consumen con diferente regularidad, material de la academia. Nuevos grupos de estudio que se van abriendo continuamente, invitan a todo el que desee estudiar la sabiduría de la verdad.

Y aun así – en la sabiduría de la Cabalá, las cosas no son tan sencillas. Quien ha nacido en este mundo material, de padres judíos, lo que es llamado “pueblo de Israel” en exterioridad, tiene a pesar de todo, según la ley de raíz y rama, un rol especial que debe cumplir. Sobre este papel estudiaremos ampliamente al final de esta lección.

Ponte a prueba:
  • Según la sabiduría de la Cabalá, ¿quién es israelí?

Dos que Son Uno

Un Midrash (interpretación bíblica) conocido(Mejilta de Rabí Ismael, Jetró) cuenta que antes de entregar la Torá a Israel en el Monte Sinaí, dio vueltas el Creador entre los pueblos del mundo y se las ofreció primero a ellos. Uno por uno, fue pasando el Creador entre los pueblos y les preguntaba si querían recibir la Torá, y cada vez le contestaban que no, hasta que llegó al pueblo de Israel. Hasta aquí el Midrash, de aquí en adelante la historia es más o menos conocida.

Lo que a primera vista pareciera una simple fábula o el mito de un pueblo, es en realidad una descripción profunda de las fuerzas más internas que se encuentran en la base de la Creación. Este relato nos explica cómo debemos ordenar dentro de nosotros la relación correcta entre las dos partes del deseo, llamadas “Israel” y “naciones del mundo”, y cómo debemos corregirlas por medio de la sabiduría de la Cabalá, llamada “Torá”.

Sobre la relación correcta entre las dos partes del deseo y sus correcciones, estudiamos en partes anteriores de la lección. Para poder entender el Midrash con el cual abrimos esta lección, debemos ampliar un poco más sobre este importante tema.

Según la sabiduría de la Cabalá, no existe el bien y el mal en el sentido habitual de nuestro mundo. Todo lo que se revela en el mismo, tanto interna como externamente, es parte del Plan de la Creación para conducirnos hacia el final de la corrección, y por lo tanto, es bueno en esencia. Solo depende cómo nos referimos a él y cómo lo utilizamos. La sabiduría de la Cabalá distingue entre dos tendencias diferentes y complementarias en el Plan de la Creación:

La Meta de la Creación.

La corrección de la Creación.

La Meta de la Creación, como sabemos bien, es beneficiar a sus creados, es decir, llenar todo el deseo de recibir que fue creado, con el placer que el Creador desea otorgarle. Solo que no está en nuestras posibilidades recibir ese beneficio en forma directa dentro del deseo de recibir.

Si lo recibimos directamente, se despertará en nosotros la sensación de vergüenza – vergüenza de recibir gratuitamente. Para evitar este sentimiento, debemos “pagar” por el regalo, esforzarnos para recibirlo. Y el esfuerzo que debemos hacer, es corregir el deseo de manera tal que trabaje en forma de amor y otorgamiento al prójimo. La corrección del deseo es llamada también corrección de la Creación.

Para lograr implementar la Meta de la Creación, que es disfrutar, necesitamos las partes más densas del deseo. Siempre que utilicemos los deseos más grandes y más densos, podremos recibir más del placer que el Creador desea otorgarnos. Más aun, el uso de las partes más grandes y gruesas del deseo, es una condición para recibir toda la abundancia. Solo cuando todas esas partes del deseo se hayan llenado, recibiremos los beneficios que el Creador quiere otorgarnos. (ver Gráfico N° 9)

Sin embargo, para implementar la corrección de la Creación, como condición para recibir la abundancia, necesitamos las partes más puras del deseo, las más cercanas por naturaleza a la Luz. Solo por medio de ellas podremos adquirir el atributo de la Luz y aprenderemos a amar, a asemejarnos al Creador y recibir toda la abundancia que nos fue prometida en el Plan de la Creación. Resulta, que por parte de la corrección de la Creación, los Kelim (vasijas) más importantes son los de otorgamiento, que se llaman “nivel de Israel”, y por parte de la Meta de la Creación, los Kelim más importantes son los de recepción, los más espesos, llamados “naciones del mundo”. No existe la perfección si falta una de las dos partes, ambas son necesarias e importantes en la misma medida, el valor de cada una de ellas se mide según su valor específico en la corrección de la Creación.

De aquí podemos entender también el Midrash con el cual comenzamos la lección. El Creador se dirige con la Torá primero a las naciones del mundo, porque de acuerdo a la Meta de la Creación ellas son más importantes. Solo cuando las partes más gruesas del deseo se llenen de Luz, se implementará la Meta de la Creación completamente.

Para comprender mejor de qué estamos hablando, daremos un ejemplo de la vida cotidiana, conocido por todos. Toda madre se llena de placer cuando ve a su hijo comer bien, y más aún, cuando come su comida. Imaginen la siguiente situación: sábado en casa, la mesa llena de manjares, todas las comidas que les gustan, solo que curiosa y lamentablemente, simplemente no tienen apetito. Con gran esfuerzo, y para darle el gusto a la madre, comen solo la ensalada de lechuga.

Ahora digan ustedes: en una escala del 1 al 10, ¿cuán feliz está vuestra madre? En el mejor de los casos, está triste, para ella no han comido nada. En cambio, si hubieran llegado con gran apetito y comido todo lo que ella preparó, estaría inmensamente feliz. Así, al igual que la cocina de mamá, salvando todas las diferencias, si deseamos complacer al Creador y recibir todo lo bueno que quiere brindarnos, debemos ir hacia Él con el mayor y más grueso deseo. Solo en él podremos recibir todo el beneficio que desea otorgarnos. Resulta, que para la Meta de la Creación, el deseo grueso es el más importante.

Pero por parte de la corrección de la Creación, el deseo más puro es el más importante, o en otras palabras, la intención de otorgar que monta sobre el deseo, es la más importante. Así como comemos todos los manjares servidos a la mesa solo para darle placer a nuestra madre, que lo ha preparado todo para nosotros, así, salvando las diferencias, recibiremos toda la abundancia que el Creador nos ha preparado, solo para otorgarle.

Ahora podemos entender más profundamente el Midrash con el que abrimos la lección. Ciertamente, el Creador “se dirige” primero a las naciones del mundo – así tiene que ser según el orden de realización de la Meta de la Creación – pero los deseos gruesos no están preparados para recibir la Torá (sistema de corrección para el cambio de intención) como condición para recibir lo “bueno”. Solo “Israel”, parte más pura del deseo, está preparado por ahora para recibir la Torá y corregirse. Y con su corrección, permitirá finalmente, que la Luz llene todas las partes del deseo, incluyendo las más densas. Es por eso, que solo Israel recibe la Torá.

En resumen, “Israel” y las “naciones del mundo” son dos partes necesarias para implementar la Meta de la Creación. En este sentido, ninguna es mejor que la otra. Debemos recordar esto tanto en el trabajo interno de la corrección de los deseos que se van revelando dentro de nosotros, como en el orden de la corrección del mundo, como se manifiesta en la realidad material en las relaciones entre Israel y las naciones del mundo, como detallaremos en las próximas unidades.

Ponte a prueba:

¿Qué parte del deseo es más importante – la parte más pura llamada “Israel” o la parte más gruesa llamada “naciones del mundo”?

Resumen de la Lección

Puntos Principales

  • La parte del deseo puro, cercano por naturaleza a la Luz, se llama en la sabiduría de la Cabalá “Israel”, de la lengua Yashar -El, o sea, es el deseo dirigido directamente hacia el Creador, deseo que tiene una preparación natural respecto a la corrección, hacia la renovación del contacto con el La parte del deseo que se encuentra por naturaleza más alejada del Creador, y es esencialmente más densa, se llama, según la sabiduría de la Cabalá “naciones del mundo”. En todo el mundo y en cada uno de nosotros, podemos distinguir entre estos dos tipos de deseos – deseo más cercano al atributo de otorgamiento, y deseo más cercano al atributo de recepción. A estos dos tipos de deseo se refiere la sabiduría de la Cabalá cuando habla de “Israel” y “naciones del mundo”.
  • También podemos dividir los deseos en el hombre en dos grupos principales: “Israel” y “naciones del mundo”. También en nosotros hay deseos más toscos, más gruesos, que nos alejan, aparentemente, de la espiritualidad, y deseos más puros, que nos empujan hacia la Debemos aprender cómo trabajar con ambos: utilizar el nivel de “Israel” que está dentro de nosotros, anhelando conectarnos con el Creador, para incrementar la importancia de la espiritualidad, y utilizar el nivel de “naciones del mundo” dentro de nosotros, los deseos que nos alejan, supuestamente, del Creador, para despertar en nosotros un deseo intenso por la espiritualidad, hasta la medida necesaria.
  • Por parte de la corrección de la Creación, los Kelim (vasijas) más importantes son los Kelim de otorgamiento, que llamados “nivel de Israel”. Y por parte de la Meta de la Creación, los Kelim más importantes son los de recepción, los más gruesos, llamados “naciones del mundo”. No existe perfección si falta una de las dos partes. Ambas son necesarias e importantes de la misma manera, y el valor de cada una de ellas, se mide de acuerdo a su valor específico en la corrección de la creación.

Términos

Puro – cercano por su naturaleza a la Luz, al atributo de otorgamiento, más fácil de corregir.

Espeso –lejano por su naturaleza a la Luz, al atributo de otorgamiento, más difícil de corregir.

Israel – la parte más pura del deseo de recibir.

Naciones del mundo – la parte más densa del deseo de recibir.

Ley “el colectivo y el individuo son iguales” – Todo elemento o parte de la Creación, contiene todas las partes de la misma. Así como distinguimos en toda la creación entre deseos puros y deseos densos, también en el hombre podemos distinguir entre ellos.

Preguntas  y respuestas

Pregunta: ¿Qué es “Israel” y “naciones del mundo” según la sabiduría de la Cabalá?

Respuesta: “Israel” y “naciones del mundo” son dos discernimientos del de- seo de recibir. Israel es la parte más pura del deseo, naturalmente más cercana a la Luz, y por lo tanto, más fácil de corregir. Naciones del mundo, es la parte más gruesa del deseo, más alejada de la Luz por naturaleza, y por lo tanto, más difícil de corregir.

Pregunta: ¿Según la sabiduría de la Cabalá, quien es israelí?

Respuesta: según la Cabalá, israelí es toda persona a quien se le ha desperta- do el punto en el corazón y anhela la conexión con el Creador, la revelación de la espiritualidad, sin importar su sexo, raza, nacionalidad o religión – si se despertó en el individuo el punto en el corazón, se le considera “israelí” y puede comenzar a estudiar la sabiduría de la Cabalá para poder implementar su deseo por la espiritualidad.

Pregunta: ¿Qué es más importante, la parte más pura del deseo llamado “Israel” o la parte más densa llamada “naciones del mundo”?

Respuesta: Por parte de la corrección de la creación, el sentido de “Israel” es más importante, y por parte de la Meta de la Creación el sentido de “naciones del mundo” es más importante. Para poder recibir toda la abundancia que el Creador preparó para nosotros en el Plan de la Creación, debemos utilizar todas las partes del deseo. Pero para recibir todo lo bueno de la Creación, debemos corregir primero el deseo de recibir, con la intención con el fin de otorgar.

Lección N° 9 Unidad 2 – Desde Babilonia hasta el Estado de Israel

En esta Unidad estudiaremos sobre: La historia del pueblo de Israel según la sabiduría de la Cabalá / El exilio de Israel en las naciones del mundo

Pueblo de Israel –Manual de Instrucciones

En la lección anterior estudiamos sobre el sentido de “Israel” y “naciones del mundo”, y su expresión en la interioridad del deseo. Esta próxima unidad la dedicaremos a la forma en que estos dos sentidos se manifiestan en el mundo material, como pueblo de Israel y como naciones del mundo.

Según la ley de raíz y rama, todo resultado material en nuestro mundo tiene una raíz espiritual. Las raíces espirituales del pueblo de Israel y del resto de las naciones, son las dos partes del deseo que hemos estudiado ampliamente en la lección anterior. La parte del deseo más puro, cercano por naturaleza a la Luz, llamado también “deseo de otorgar”, es la raíz espiritual del pueblo de Israel en el sentido material. La parte más densa del deseo, llamado también “deseo de recibir”, es la raíz espiritual de las naciones del mundo en el sentido material.

La relación entre estas dos formas del deseo en el mundo espiritual, determina el desarrollo y la corrección del pueblo de Israel y de las naciones del mundo, también en el mundo material. Si en la espiritualidad se corrige primero el deseo más puro y luego el más denso, el mismo orden de corrección se mantiene también en nuestro mundo: primero Israel y luego las naciones del mundo. Si en la espiritualidad, el deseo de recibir y el deseo de otorgar necesitan mezclarse entre ellos para lograr la corrección del deseo de recibir, lo mismo sucede en el mundo material, el pueblo de Israel sale al exilio y se mezcla con las naciones del mundo.

Según la ley de raíz y rama, la historia del pueblo de Israel es, en realidad un prolongado proceso de preparación, necesario para la corrección de toda la humanidad y la implementación del Plan de la Creación. En los siguientes párrafos describiremos ampliamente este proceso.

Todo comenzó hace aproximadamente 4,000 años. En el año III A.C., la mayor parte de la población del mundo, se hallaba concentrada en la zona de la Mesopotamia, en la antigua Babilonia. En esa época, la gente se conformaba con una vivienda sencilla y con alimentos básicos; la vida transcurría plácidamente y cooperaban con naturalidad, hasta que de repente – todo cambió.

Un buen día, los babilonios se despertaron con la sensación de que la vida sencilla sobre el césped o bajo la copa de un árbol, se había vuelto gris e insuficiente. El ego humano (preocupación del beneficio personal a expensas del bien común) estalló y los empujó a buscar formas más sofisticadas para aprovecharse el uno del otro.

Con la velocidad de un rayo, la agricultura moderna se fue materializando, y se establecieron las primeras bases de los métodos comerciales, del uso del dinero y los impuestos. Junto a ellos se desarrollaron sistemas de régimen y gobierno, que asentaron por primera vez procedimientos clásicos de orden y organización. Los cambios sociales engendraron también una desigualdad social en la población. El ego, que impulsó a los babilonios a desarrollarse, los convirtió en egocéntricos, y también los dividió como una cuchilla. En la cumbre del brote del ego, los babilonios comenzaron a pensar que tenían el poder de dominar las leyes de la naturaleza que dirigen el mundo. Ellos querían traspasar el cielo, y construyeron la famosa torre. Sin embargo, en el frenesí del brote del ego, un babilonio llamado Abraham, se negó a aceptar la situación y decidió remar contra la corriente. Comenzó a buscar la fuerza que se encuentra detrás de los telones y que maneja todos los eventos de la vida, hasta que logró descubrirla y desarrollar un sistema para revelarla. Él ofreció este sistema a todo aquel que le interesara.

Así lo describe Maimónides (Rabí Moshé ben Maimón“Mishné Torá”, Libro de la Ciencia, Leyes de idolatría, 11-17.): “a los cuarenta años, conoció Abraham a su Creador…y se paseaba y leía y congregaba a los pueblos de ciudad en ciudad y de reino en reino…hasta que se agruparon decenas de miles, y esa es la gente de la casa de Abraham, y sembró en sus corazones ese gran principio, y escribió un libro…y esto fue aumentando entre los hijos de Jacob y sus acólitos, y se formó en el mundo una nación que conoce a Dios.”

El próximo paso del desarrollo del pueblo de Israel es el traslado de Abraham y su grupo de alumnos a Eretz Israel (Tierra de Israel). La Tierra de Israel, como el pueblo de Israel, es una rama material del deseo espiritual de conectarse con el Creador. Esto también está implícito en el nombre: Eretz, del heb: “ratzón” (“deseo”) e Israel, del término hebreo “Yashar- El”, deseo dirigido directo al Creador. A quien se le ha despertado el punto en el corazón, sentirá forzosamente una atracción inexplicable hacia la Tierra de Israel y un fuerte vínculo con ella. De aquí se entiende el motivo por el cual todos los cabalistas, durante todos los años de exilio, anhelaban regresar a la Tierra de Israel, y una gran parte de ellos lo lograron. Sobre este vínculo especial entre el pueblo de Israel y la Tierra de Israel, ampliaremos en la próxima parte de la lección.

Para acercar a Israel un paso más hacia la revelación de la conexión con el Creador en toda su profundidad, un nuevo nivel del ego se revela y los hijos de Israel descienden a Egipto. Aquí, se le revela a Israel un deseo de recibir más intenso, y para poder superarlo, se requiere un nuevo método de corrección. Este método es la Torá, que le fue entregada al pueblo de Israel en la escena del Monte Sinaí.

También “Egipto”, “Moisés”, ”Faraón”, ”Torá” y “Monte Sinaí” son en esencia, discernimientos internos del deseo de recibir de cada uno de nosotros, y en el interior del deseo debemos descubrirlos. Y al igual que el pueblo de Israel y la Tierra de Israel, ellos también se representan en nuestro mundo. Podrán leer sobre el sentido espiritual del relato de la salida de Egipto, y los demás capítulos de la historia del pueblo de Israel, cuya raíz espiritual no se explica en este libro ni en otros libros publicados por “Bnei Baruj”, en nuestros sitios web. Los hijos de Israel, que en Egipto se convirtieron en pueblo, regresan a la Tierra de Israel y levantan el primer Templo. Como otros estadios en la historia del pueblo de Israel, también “templo”, es primeramente un discernimiento espiritual. La corrección del deseo de recibir con la intención con el fin de otorgar se llama según la sabiduría de la Cabalá “Beit Mikdash” (casa santificada)”. Kedushá (Santidad) en la espiritualidad es otorgamiento; Kadosh (santo) proviene del término hebreo “diferenciado” o “separado”. Casa, en espiritualidad, representa el deseo de recibir. El estado denominado “Beit Mikdash”, es por lo tanto, el deseo de recibir corregido con la intención con el fin de otorgar.

Durante el período del segundo Templo, alcanzó todo el pueblo de Israel, como un solo cuerpo, el nivel espiritual más elevado. Se cuenta, que incluso los niños pequeños percibían la realidad espiritual. En el Talmud Bavlí está escrito(Sanhedrin 94: 72): “desde Dan a Beer Sheva, no había un solo niño o niña que no conocieran las leyes de pureza e impureza.” Es decir, que todo el pueblo de Israel, desde el anciano hasta el más pequeño, sabía cómo utilizar correctamente el deseo de recibir, con la intención con el fin de otorgar (pureza en la sabiduría de la Cabalá – uso del deseo de recibir con intención con el fin de otorgar. Impureza – uso del deseo de recibir con intención con el fin de recibir).

Aparentemente, aquí tendría que haber terminado toda la historia. Pero en realidad, aquí recién comienza. Las naciones del mundo aún no están corregidas, ellas ni siquiera son conscientes de la necesidad de corrección. Y como hemos dicho, la Meta de la Creación es beneficiar a todos los creados, sin distinción de religión, sexo o nacionalidad.

Con el fin de corregir también las naciones del mundo, hay que mezclarlas con Israel. Y por esta razón, el deseo de recibir, vuelve a aflorar en el pueblo de Israel, y esta vez con todas sus fuerzas, causando la pérdida del nivel espiritual del pueblo y la destrucción del primer y segundo Templo. El pueblo de Israel sale a un largo exilio de 2,000 años. Del estado de amor gratuito cae al odio gratuito, y su conexión con la espiritualidad se corta.

Sólo al final del exilio, en estos tiempos exactamente, se puede comenzar a corregir todas las partes del deseo, corregir a toda la humanidad.

Ponte a prueba:

  • ¿Cuál es el orden de corrección de Israel y las naciones del mundo?

Del Exilio a la Redención

Cuentan, que Rabí Akiva y sus tres amigos, estaban fuera del Templo destruido, en señal de duelo. Cuando vieron escapar un zorro de entre las ruinas del Templo, sus tres amigos se echaron a llorar, Rabí Akiva se rió, le preguntaron sus compañeros “¿Por qué te ríes? Y él les respondió con una sonrisa: “mientras no se haya cumplido la profecía del exilio, no se cumplirá la profecía de la redención. Ahora, que se ha cumplido la profecía del exilio, seguro que se cumplirá la profecía de la redención”.

Rabí Akiva era un gran cabalista, desde la altura de su alcance espiritual, vio lo que sus amigos no pudieron ver. Rabí Akiva sabía que la destrucción y el exilio son fases necesarias en el camino hacia la corrección del deseo de recibir en su integridad (lo que se llama “redención”); que lo bueno que se nos ha prometido en el Plan de la Creación, podrá revelarse solamente cuando todas las personas del mundo estén capacitadas para recibirlo, también las naciones del mundo. Y para permitir la corrección de las naciones del mundo, el pueblo de Israel debe salir al exilio y mezclarse con ellas. Estas etapas de la corrección, están arraigadas a la estructura espiritual del deseo. El deseo de recibir está compuesto por dos partes principales: deseo puro, más cercano por naturaleza a la luz, y deseo denso, naturalmente más alejado de la luz. El deseo denso, es imposible de corregir tal como se presenta, es completamente contrario al otorgamiento. Para corregirlo, es necesario introducir en él chispas de otorgamiento, y por medio de ellas, corregirlo también a él. Por lo tanto, primero corregimos el deseo más puro, llamado “Israel”, y después de su corrección, se rompe y se mezcla con el deseo más denso, llamado “naciones del mundo”.

Tal como es en lo espiritual, también es en lo material. El pueblo de Israel llega al alcance espiritual en la época del primer y segundo Templo, y para llevar a la corrección también a las naciones del mundo, pierde su grado espiritual, sale al exilio, y se mezcla con dichas naciones. El exilio es una fase necesaria para la revelación de la redención. Y en el momento en que se revela, no existen dudas de que también la redención llegará. Por eso, Rabí Akiva se rió.

La pérdida del nivel espiritual del pueblo de Israel y su salida al exilio, son, como dicen, una señal segura de que la espiritualidad será revelada a todo ser humano en el mundo, en el momento en que termine el exilio. Como resultado, inmediatamente después de la salida del pueblo de Israel al exilio, se revela en el mundo la fuerza espiritual que atraería a toda la humanidad hacia la espiritualidad, al finalizar el exilio – el “Libro del Zóhar”.

Si bien las condiciones para la escritura del libro del “Zóhar” eran las propicias, para su revelación a toda la humanidad, no lo eran. El libro del “Zóhar” será revelado a todas las personas, solo cuando en el mundo se revele su necesidad, es decir, solo cuando el deseo de recibir se manifieste con toda sus fuerzas y culmine su desarrollo en este mundo. Por lo tanto, el libro del “Zohar” fue escrito e inmediatamente después fue encubierto durante 2,000 años, hasta que haya necesidad de él.

El libro del “Zohar” es el libro más importante en la sabiduría de la Cabalá. Está cargado con una fuerza espiritual inmensa, que solo por medio de él es posible unir y corregir todas las partes del deseo único que fue creado para llevar a toda la humanidad al final de la corrección. El libro, fue escrito en el Siglo II D.C., por Rabí Shimón Bar Yojai y sus nueve discípulos, y fue oculto inmediatamente al finalizar su escritura. En el propio libro está escrito, que solo cuando toda la humanidad esté lista para comenzar la corrección, él será descubierto. Y así es, en nuestros días, el libro del “Zóhar” se revela. Después de la destrucción del segundo Templo y la caída de “amor fraternal” (espiritualidad) a “odio gratuito” (materialismo), el pueblo de Israel sale al exilio y comienza a mezclarse lenta y gradualmente, durante miles de años, con las naciones del mundo. Como se ha dicho, la fusión de Israel con las naciones del mundo, es, en esencia, un proceso en el cual el deseo puro de la creación se mezcla con el deseo denso. Este deseo se va revelando lenta y gradualmente, y mientras no se haya manifestado completamente, continúa el exilio (externamente) y la mezcla de los Kelim (vasijas) (internamente). (Ver Gráfico N° 10)

 

 

En el Siglo XVI, casi mil trescientos años después de la escritura del “Libro del Zohar”, comienzan a revelarse en el mundo los deseos más gruesos, más desarrollados, que para corregirlos, fue escrito el “Libro del Zohar”. La revelación del deseo de recibir desarrollado, pone a todo el mundo en un torbellino nunca antes visto. La revolución industrial y científica y una serie de rebeliones civiles y guerras que tuvieron lugar en Europa, son solo parte de los cambios extremos que sucedieron en los años posteriores. Paralelamente, a finales del siglo XVI, aparece en el mundo el primer cabalista desde la escritura del “Libro del Zóhar”, que sabe interpretar este “libro” y acercar la sabiduría de la Cabalá al deseo de recibir que se manifiesta con un nuevo espesor. El nombre de este cabalista es Rabí Yitzjak Luria, conocido como “el sagrado Arí.

El Arí, simboliza el comienzo de los días del Mesías. “Mesías”, según la sabiduría de la Cabalá, es la fuerza que jala a toda la humanidad de lo material a lo espiritual, de la recepción al otorgamiento – Mesías, derivado del verbo “jalar”. De la época de Arí en adelante, la fuerza impulsora comienza a revelarse, en contra de los deseos más burdos y más desarrollados, del mayor nivel de densidad, que comienzan también ellos a revelarse. A medida que estos deseos van apareciendo, se va haciendo cada vez mayor la necesidad de la sabiduría de la Cabalá como sistema de corrección del deseo de recibir.

El proceso de desarrollo del deseo de recibir, llega a su final en el siglo XX, y con él, también el exilio del pueblo de Israel. Este ya no es más necesario. El deseo de recibir se reveló con toda su violencia, y en todo él se mezclaron chispas de otorgamiento. Ahora, es posible comenzar a corregirlo. Después de 2,000 años de exilio, el pueblo de Israel regresa a la Tierra de Israel, para entregar a todo el mundo la sabiduría de la Cabalá. El mundo ya está preparado para ello.

La humanidad está madura para la revelación de la sabiduría de la Cabalá, y por lo tanto, la sabiduría se da a conocer. Baal HaSulam – el Rav Yehuda Ashlag, y su primogénito y seguidor de su camino, el Rav Baruj Ashlag, trabajan para llevar la Cabalá a todo aquel que lo desee. Ellos adaptan la sabiduría de la Cabalá a nuestra generación, de modo que cualquier persona puede estudiarla y descubrir la espiritualidad.

Después de más de 5,000 años, al término de un prolongado proceso de preparación, el pueblo de Israel está preparado para comenzar a implementar su verdadera misión: entregar la sabiduría de la Cabalá al mundo entero. Sobre esto estudiaremos en la próxima Unidad.

Ponte a prueba:

  • Por qué el pueblo de Israel salió al exilio?

Resumen de la Unidad

Puntos Principales

  • La relación entre la parte del deseo denso y la parte del deseo puro en el mundo espiritual, determinan el desarrollo y corrección del pueblo de Israel y de las naciones del mundo también en el mundo material. Si en la espiritualidad primero se corrige el deseo más puro y luego el más denso, el mismo orden de corrección se sigue en nuestro mundo: primero Israel y luego las naciones del mundo. Si en la espiritualidad el deseo de recibir y el deseo de otorgar deben mezclarse, para que sea posible corregir también el deseo de recibir, de la misma forma sucede en el mundo material, el pueblo de Israel sale al exilio y se mezcla con las naciones del mundo.
  • Las estaciones principales en el desarrollo del pueblo de Israel: a) el ego irrumpe en la antigua Abraham descubre el método para trascender el ego y unirse en otorgamiento; b) el nuevo nivel del ego se revela, el pueblo de Israel desciende a Egipto. Moisés recibe el sistema de corrección acorde al nuevo ego (Torá), y el pueblo de Israel regresa a la Tierra de Israel; c) el pueblo de Israel corrige el deseo de recibir en su nuevo nivel de densidad y construye el primer y segundo Templo. El ego vuelve a irrumpir, el pueblo de Israel sale al exilio y comienza a mezclarse con las naciones del mundo. La salida del pueblo de Israel al exilio es un signo seguro de la revelación de la espiritualidad a todos los hombres del mundo al finalizar el exilio. Como resultado, inmediatamente después de la salida del pueblo de Israel al exilio, es descubierta en el mundo la fuerza espiritual que impulsará a toda la humanidad hacia la espiritualidad al terminar el exilio – el “Libro del Zóhar”.
  • La mezcla de Israel con las naciones del mundo, es, en su esencia, el proceso en el cual el deseo puro de la creación se fusiona con el deseo denso. El deseo denso se va manifestando lenta y gradualmente, y mientras no se revele en su totalidad, continua el exilio (exteriormente) y la mezcla de los Kelim (vasijas) (interiormente). En el siglo XVI, comienzan a aparecer partes del deseo más denso, y paralelamente, aparece el sagrado Arí, cabalista que sabe como acercar la sabiduría de la Cabalá al nuevo deseo revelado. En el siglo XX, termina el proceso de crecimiento del deseo de recibir, y con él, el El pueblo de Israel regresa a la Tierra de Israel. Baal HaSulam y Rabash nos entregan el método de corrección del deseo de recibir.

Términos

Eretz: Deseo

Eretz Israel (Tierra de Israel): Deseo dirigido directamente al Creador, de- seo de otorgar.

Casa: deseo de recibir.

Kedushá (santidad): Otorgamiento.

Templo (casa de santidad): el deseo de recibir corregido con la intención con el fin de otorgar.

Pureza: uso del deseo de recibir con intención con el fin de otorgar

 

Impureza: uso del deseo de recibir con intención con el fin de recibir

Mesías: la fuerza que jala a toda la humanidad hacia la corrección

Preguntas y Respuestas

Pregunta: ¿Cuál es el orden de corrección del pueblo de Israel y las naciones del mundo?

Respuesta: Según la ley de raíz y rama, primero se corrige el pueblo de Israel y luego las naciones del mundo. Para corregir a estas naciones, salió el pueblo de Israel al exilio y se mezcló con las naciones del mundo.

Pregunta: ¿Por qué motivo el pueblo de Israel sale al exilio?

Respuesta: El deseo de recibir está formado por dos partes principales: puro y denso. Para corregir el deseo de recibir, hace falta introducir en él chispas de otorgamiento. Por lo tanto, según la ley de raíz y rama, sale el pueblo de Israel al exilio, también en el mundo material, y se mezcla con las naciones del mundo. El exilio continúa exteriormente, siempre y cuando el deseo de recibir denso (en sentido de las “naciones del mundo”) se siga manifestando interiormente. En el siglo XX, cuando el deseo de recibir surge con todo su vigor, el pueblo de Israel regresa a Eretz Israel, para comenzar a corregirse y entregar el sistema de corrección a toda la humanidad.

 

Lección N° 9 Unidad 3 – El Rol del Pueblo de Israel

En esta lección estudiaremos sobre la relación entre el pueblo de Israel y la Tierra de Israel

Interioridad y Exterioridad

“Por lo tanto, nos hemos reunido nosotros, los miembros del consejo del pueblo, representantes de la comunidad hebrea y del Movimiento Sionista, en el día del término del mandato británico sobre la Tierra de Israel, y cumpliéndose nuestro derecho natural e histórico, sobre la base de la Asamblea General de las Naciones Unidas, declaramos por la presente el establecimiento de un estado judío en la Tierra de Israel – el Estado de Israel”.

La voz es la voz de Ben Gurión, y las palabras conocidas por todos. Cientos de miles de corazones en Israel y en el mundo pararon de latir cuando ellas fueron pronunciadas. La muchedumbre salió a las calles a festejar con un impetuoso baile popular israelí, muchos otros tuvieron que salir al campo de batalla, nadie pensó que esto iba a ser una fiesta, y de todas maneras, los corazones de los judíos de Israel y de todo el mundo, se llenaron de esperanza. Decenas de años pasaron. Las palabras siguen siendo las mismas… y la esperanza…no está muy claro qué quedó de ella. Aunque existe un estado, pero como observaron los espías que fueron enviados a explorar este mismo país hace más de 3,000 años, este país se come a sus habitantes – se los traga vivos. Pareciera, que en algún tramo del camino, algo se complicó.

En realidad nada se complicó en el camino, simplemente, todo estaba mal desde el principio. El cimiento sobre el cual se construyó el Estado –“resolución de la Asamblea de las Naciones Unidas”- es un terreno inestable, y por lo tanto, todo el edificio tiembla. Aunque en la declaración de independencia se menciona también nuestro derecho natural sobre la tierra de Israel, pero, como si fuera adrede, lo que falta en ella especialmente, es la comprensión y el reconocimiento de la raíz espiritual de ese derecho natural. Solo sobre esa base espiritual podremos asegurar nuestra existencia en la Tierra de Israel. La raíz espiritual de esta Tierra, es el deseo a la espiritualidad, otorgar, que se logra corrigiendo nuestras relaciones mutuas de odio gratuito a amor gratuito. Solo sobre esa base, en el marco de una sociedad corregida que funciona según el mandato “Ama a tu prójimo como a ti mismo”, podremos vivir con seguridad, desde el desierto hasta el mar. Mientras no actuemos para implementar la garantía mutua entre nosotros, continuaremos luchando por nuestra existencia en el país.

El mandato interno que condujo a Abraham, a Moisés y a nosotros, al final del exilio a Eretz Israel, apunta al hecho de que aquí se encuentra nuestra raíz espiritual, la fuerza que nos guarda y nos protege, la fuerza de otorgamiento. Para que en este país todo vaya mejor, debemos conocer esta fuerza e identificarnos con ella. Cuando comencemos a asemejarnos al atributo de otorgamiento, aunque sea que empecemos a desearlo solamente, se nos irán revelado gradualmente todas las bondades de la Tierra de Israel. La tierra que come a sus habitantes, se convertirá en tierra de leche y miel.

La relación entre el pueblo de Israel y la tierra de Israel, es un vínculo estrecho y radical. Cuando el pueblo de Israel vivía en alcance espiritual, en la época del primer y segundo Templo, vivía en la Tierra de Israel. Cuando el pueblo perdió su conexión con la espiritualidad, perdió también su conexión con la Tierra de Israel, y salió al exilio. Hoy día, después de 2,000 años de exilio, regresamos a Eretz Israel, porque según el Plan de la Creación, llegó el momento de renovar nuestro vínculo con la espiritualidad. El problema, es que no hacemos nada al respecto, por lo menos, no en la medida que se espera de nosotros.

Regresamos al país, secamos, plantamos, germinamos, luchamos, construimos, pavimentamos, fabricamos, pero todavía no comenzamos el verdadero trabajo que debemos hacer en esta tierra – aún no nos dedicamos a corregir la relación entre nosotros, de amor propio a amor al prójimo. Llegamos a Israel, porque estamos preparados para comenzar la corrección del deseo y vivir de acuerdo a la raíz espiritual de Eretz Israel, pero interiormente, todavía estamos en el exilio. Desde el punto de vista de la espiritualidad, la tierra nos fue entregada, pero aún no la hemos recibido.

Baal HaSulam escribe sobre esto en el “Artículo de finalización del Zóhar: “Nuestra generación, es la generación de los días del Mesías. Y por lo tanto, hemos recibido la redención de nuestra Tierra Santa de manos de extranjeros. También hemos recibido la revelación del “Libro del Zóhar”. Pero en ambos casos, lo hemos recibido solo en sentido de entrega por parte del Creador, pero nosotros, en nuestras manos, aun no hemos recibido nada”. Para que recibamos la Tierra de Israel, debemos comenzar la corrección, realmente. Mientras no lo hagamos, la Tierra misma nos presionará para hacerlo, así como lo sentimos en carne propia.

El final del exilio y el regreso del pueblo de Israel a Eretz Israel, son signos determinantes del comienzo de la corrección. Según la sabiduría de la Cabalá, el paso del exilio a la redención, es en realidad un cambio interno y profundo en la percepción de la vida del hombre – el paso de una realidad que glorifica lo exterior, lo que parece a simple vista, los resultados en este mundo, a otra realidad, que venera la interioridad, lo que siente el corazón, las razones espirituales de la realidad en nuestro mundo, la corrección del deseo y la intención.

En el punto 66 del artículo “Introducción al libro del Zóhar” escribe Baal HaSulam, que todo el mundo se divide en interioridad y exterioridad, y también el nivel de Israel se divide de la misma manera. Israel interna, son esas personas que se ocupan de la interioridad de la Torá, o sea de la corrección del hombre por medio de la sabiduría de la Cabalá. Israel externa, son aquellos que se ocupan de la exterioridad de la Torá, no con intención de corregir el deseo. Con la finalización del exilio y el paso de exterioridad a interioridad, debemos elevar la importancia de lo interno sobre lo externo y comenzar con la corrección del deseo. Si no lo hacemos, seremos una vez más inadecuados a la raíz espiritual de la Tierra de Israel y expulsados del país.

Baal HaSulam describe esto con palabras, que quizá sean duras de escuchar, pero es muy importante escucharlas: “Pero si ocurriera lo contrario, Dios no lo permita, es decir, que el hombre de Israel degrade la virtud de la interioridad de la Torá y Sus secretos, respecto a la importancia de la exterioridad de la Torá, considerando la parte práctica solamente, con esto, ocasiona una degración y un descenso cada vez mayor de la interioridad del mundo, que son los hijos de Israel y aumenta la exterioridad del mundo sobre ellos. Es más, con esto, ellos hacen que incluso la exterioridad de las naciones del mundo supere a su interioridad, porque los peores de las naciones del mundo, que dañan y destruyen al mundo, cobran fuerza y ascienden más y más por encima de sus interioridades, y entonces, ellos realizan todas las destrucciones, masacres y amenazas, que nuestros contemporáneos fueron testigos de ellas, Dios nos guarde de aquí en más».

Ponte a prueba:

  • ¿Qué debemos hacer para asegurar nuestra existencia en la Tierra de Israel?

Saco de Nueces

“Y en esto, nosotros nos parecemos a un saco de nueces, unidos por fuera como un solo cuerpo, mediante una bolsa que las envuelve y las une. Pero esa medida de unión, no las hace un cuerpo unificado, y cualquier pequeño movimiento en la bolsa, genera en ellas conmoción y las lleva a separarse entre sí. Y cada vez, se vuelven a producir nuevas uniones y configuraciones parciales. Y toda la carencia se halla en la falta de unidad natural interior. Y todo el poder de la unión es un elemento externo. En relación a nuestro tema – esto, hace doler mucho el corazón”

Escritos de Baal HaSulam, periódico «HaUma», el individuo y la sociedad

Más de 70 años pasaron desde que Baal HaSulam escribiera esta alegoría del saco de nueces, y sigue siendo más relevante que nunca, las cascaras de las nueces se van endureciendo cada vez más, año tras año, y las sacudidas exteriores van aumentando. La llama interna de garantía mutua, que unió a nuestro pueblo a lo largo de todos los años de su existencia, se apagó. Lamentablemente, la única razón que nos lleva a conectarnos en la realidad de la vida de Israel de los años 2,000, son los golpes externos. La guerra nos une por un momento, las catástrofes naturales nos unen por un momento, el terror nos une por un momento, y cuando la amenaza desaparece, enseguida regresamos a la separación y hacemos todo lo posible para terminar el trabajo que el enemigo externo no ha finalizado. Incluso, la unión en momentos de crisis, no es la misma que antes, también, ella, es de la boca para afuera.

La separación, es la causa de todas las malas enfermedades y las crisis que castigan a nuestra sociedad a un ritmo creciente. La bancarrota en el sistema de salud – separación. La desorientación en el sistema educativo – separación. La desintegración de la célula familiar – separación. Las amenazas externas – separación. La incompetencia y corrupción del sistema político – separación. Las dificultades económicas en la lección media – separación.

Según el Plan de la Creación, nuestro rol como pueblo, es unirnos y dar ejemplo al mundo de una vida corregida. Con el final del exilio y el regreso a la Tierra de Israel, llegó el momento de comenzar realmente a cumplir nuestra misión, y por el hecho de que no avanzamos y no hacemos nada al respecto, la realidad nos empuja a conectarnos. El Creador tiene Sus métodos para implementar Sus planes.

Imagínense una larga fila que conduce a una pequeña ventanilla, y del otro lado se encuentra un rey bondadoso, que reparte a todo aquel que se acerca, todo lo bueno que él desea, y más aún. En nuestro estado actual, nosotros, o sea el pueblo de Israel, estamos atascados en la ventanilla demasiado tiempo ya, y la fila detrás de nosotros, hace mucho que ha perdido la paciencia. Esta hace todo lo posible para apurarnos, pero nosotros estamos parados en el lugar. No es extraño que el mundo esté perdiendo la paciencia con nosotros.

De aquí queda claro también el motivo espiritual del odio hacia Israel. En algún lugar del subconsciente de todas las naciones del mundo, anida la sensación de que el pueblo de Israel es la causa de todos los males del mundo. La corrección del mundo depende de Israel, así están dispuestas las cosas en el Plan de la Creación. Y como no hacemos lo suficiente para la corrección del mundo, el dedo acusador se dirige hacia nosotros, aunque inconscientemente, pero con razón.

Como hemos dicho, el regreso a Israel después de 2,000 años de exilio es un signo claro de que todo está preparado para comenzar la corrección. La “integración”, la mezcla de Israel con las naciones del mundo, ha finalizado. El deseo de recibir ha alcanzado su máximo de desarrollo en nuestro mundo, y como resultado, trae la sensación de vacío que se expande por el mundo. El proceso evolutivo, que se remonta más allá de las fronteras del tiempo, en el Pensamiento del Creador de beneficiar a sus creados, llega en nuestros días a su término. Toda la escenografía está preparada, todas las entradas están vendidas, pero el actor principal se empecina en no subir al escenario.

Los golpes que caen sobre el pueblo de Israel no cesarán hasta que comencemos a cumplir nuestro cometido sobre la tierra, entregar el método de corrección a todo el mundo. Si nos seguimos deteniendo, las fuerzas de la naturaleza continuarán empujándonos para cumplir nuestro papel. Y cuanto más nos demoremos, más aumentará la presión.

Debemos elevar la importancia de la interioridad sobre la exterioridad, la importancia de la unión por encima de la separación, en todo el pueblo de Israel y en todo el mundo, a toda persona, según su nivel de preparación, en diferentes niveles de entendimiento y profundidad. El único deseo que fue creado en el Plan de la Creación, está listo para comenzar su corrección.

Todos los ojos del mundo están dirigidos (por el momento de forma inconsciente) hacia nosotros, hacia esas personas llamadas “Israel” en su interior y hacia el pueblo de Israel exterior. Llegó el momento de pasar de un mundo ficticio y material de separación , a otro de verdadera unión espiritual.

“Toda la humanidad merece unirse en una sola familia”, escribió el Rav Kook en su libro “Luces”(Pagina 156): “Y cesaron entonces todos los enfrentamientos y todos los vicios que resultan de las divisiones de los pueblos y sus fronteras. Pero el mundo, necesita una indicación concisa de que la humanidad se perfecciona a través de ello con la riqueza de las características especiales de cada nación. Y esa carencia, la completará la Asamblea de Israel, cuya característica es como un gran tesoro espiritual, que incluye en su interior todo el talento y toda la tendencia espiritual superior».

Ponte a prueba:
  • ¿Cuál es la razón del odio hacia Israel?

Seguir la Cadena

Terminaremos la tercera y última unidad de estudio de esta lección, y el curso entero, explicando la importancia de la difusión de la sabiduría de la Cabalá a nuestra generación. El tema puede sonar secundario, pero tiene suma importancia, como parte inseparable del estudio de la sabiduría de la Cabalá.

Cuando estudiamos sobre la sabiduría de la Cabalá en general y la importancia de su difusión en particular, es muy importante distinguir la diferencia esencial entre el estudio de la sabiduría de la Cabalá en generaciones anteriores, y su estudio en nuestra generación. La sabiduría de la Cabalá, es una sabiduría de 5,000 años de antigüedad, que acompaña a la humanidad desde los primeros días. Ella siempre estuvo presente. Pero desde el punto de vista de su implementación, todos esos miles de años, fueron solo una preparación para su revelación en nuestros días.

La sabiduría de la Cabalá, fue otorgada para todos los seres humanos como método de corrección del deseo y revelación de la realidad espiritual. Pero solo en nuestra generación, maduraron por primera vez las condiciones para su revelación a todas las personas del mundo. Durante los miles de años en que la sabiduría estuvo oculta, la humanidad atravesó un proceso de desarrollo que la fue preparando para la revelación de la sabiduría en nuestros tiempos, y paralelamente, también la Cabalá pasó por un proceso de desarrollo para poder ser revelada a la humanidad. Y he aquí, llegó el momento “el novio y la novia” pueden finalmente encontrarse. Baal HaSulam escribe sobre esto en el articulo “La sabiduría de la Cabalá y su esencia”: “Estoy feliz de haber nacido en una generación, en donde ya se permite publicar la sabiduría de la verdad. Si me preguntan ¿cómo sé que está permitido? Yo les responderé: porque me fue dado el permiso para revelarla, es decir, que hasta ahora, no se le ha dado a ningún sabio los medios con los que se puede tratar públicamente ante cualquier pueblo o comunidad y explicar cada palabra respecto a su modalidad, …y lo que me ha otorgado el Creador en pleno , como es habitual en nosotros, no depende de la genialidad del mismo sabio, sino del estado de la generación, como dijeron nuestros antepasados “digno era el pequeño Samuel, etc., pero su generación no lo era, “y por eso dije, que mi logro en el camino hacia el descubrimiento de la sabiduría, es a razón de mi generación.”

De aquí podemos entender la diferencia esencial entre el estudio de la sabiduría de la Cabalá hasta nuestros días y el estudio de aquí en adelante. Hasta nuestra generación, se estudiaba en forma oculta, en grupos pequeños sola- mente. También en los tiempos del primer Templo, en donde todo el pueblo de Israel implementaba el método y se vivía en espiritualidad, la sabiduría estaba abierta solo para Israel. La humanidad entera aun no la necesitaba. Actualmente, después del regreso del pueblo de Israel a la Tierra de Israel, y más exactamente desde el año 1995 (según Baal HaSulam), la humanidad entera va revelando la necesidad de la sabiduría de la Cabalá.

Y nosotros, somos quienes debemos revelar la sabiduría a la humanidad. Todo aquel que se le haya despertado el punto en el corazón, debe pasar la sabiduría a toda persona en el mundo, conforme a sus deseos.

Hay dos caminos para la difusión de la sabiduría: difusión interna y difusión externa. En su forma interna, la transmitimos con cada pensamiento, deseo e intención que agregamos al estudio de la sabiduría de la Cabalá. Como partes que arman juntas una sola alma, el alma del primer Hombre, cada esfuerzo interno que realizamos en el estudio de la sabiduría, actúa, forzosamente, sobre todas las partes del alma y sobre el alma entera. Los resultados no se sienten inmediatamente, pero justamente este esfuerzo interno, es el más efectivo.

Debemos recordar esto a la hora de estudiar la sabiduría de la Cabalá. Con nuestro esfuerzo personal, influimos sobre todos y los acercamos, paso a paso, a la revelación del Creador en nuestro mundo. Debemos estudiar la sabiduría de la Cabalá, con la intención de corregir la humanidad entera, ya que estudiamos que siempre y cuando haya en el mundo una persona que sufre, a nadie le irá bien. Durante el estudio, y la preparación para el estudio, debemos tratar, por lo tanto, de dirigir el mismo hacia la corrección de toda la humanidad.

Y, por supuesto, es posible difundir la sabiduría de la Cabalá también en forma externa: simplemente participando del esfuerzo general para llevar la sabiduría de la Cabalá y su mensaje a todo aquel que ya esté preparado para absorberlos. La organización “Cabalá La´am” de Bnei Baruj, activa un canal televisivo que transmite las 24 hs, (“Canal Cabalá”) edita cada año decenas de libros sobre el tema de la sabiduría de la Cabalá, opera un sitio en Internet para el estudio de la sabiduría en hebreo y otras decenas de diferentes idiomas, realiza estudios en decenas de centros de “Academia para el estudio de la Cabalá”, y promueve eventos sociales para los alumnos de Israel y del mundo. Cada uno, conforme a su deseo, puede participar en esta extensa gama de actividades y presentar la sabiduría de la Cabalá a todo aquel que esté interesado. Una regla importante en la difusión de la sabiduría de la Cabalá es “no hay coerción en la espiritualidad”, o sea, no se debe imponer esta sabiduría a nadie. La Cabalá está abierta para todos, cada uno está invitado a tomar de ella lo que quiera. Rabash (Rabí Baruj Ashlag), lo describe de la siguiente manera: “cada mañana me levanto a abrir el almacén, quien quiera entrar, es bienvenido, la puerta está abierta”. Nosotros, solo debemos procurar que el material sea accesible y el estudio disponible para cualquier persona. El resto, es según el deseo de cada uno.

La difusión de la sabiduría de la Cabalá es uno de los utensilios más importantes que tenemos para agrandar la parte corregida, que ama y está unida dentro del alma única y general de todos nosotros. Y cuanto más va creciendo la parte corregida del alma del primer Hombre, más crece su influencia sobre nosotros, el valor de la espiritualidad va creciendo a nuestros ojos, y como resultado, nos vamos acercando más a ella.

En realidad, aunque estemos conscientes o no de ello, toda nuestra vida es difusión, porque en nuestro interior, en nuestros deseos y pensamientos, todos nosotros estamos unidos en una sola red. En todo momento, nos pasamos mensajes ocultos y directos entre nosotros, nos transmitimos información y nos influimos mutuamente. Por eso, si de todas maneras participamos en el “juego”, es preferible que influyamos unos sobre los otros en algo bueno, lo mejor, el método de cómo amar realmente.

El libro que tienen en sus manos, fue escrito con ese deseo.

Ponte a prueba:

  • ¿Por qué es importante diseminar la sabiduría de la Cabalá?

Resumen de la Lección

Puntos Principales

  • El vínculo entre el pueblo de Israel y la Tierra de Israel, es un vínculo estrecho y Cuando el pueblo de Israel estaba en el nivel espiritual, en la época del primer y segundo Templo, vivía en la tierra de Israel. Al perder el contacto con la espiritualidad, el pueblo de Israel perdió también el vínculo con la Tierra de Israel, y salió al exilio. Hoy día, después de 2,000 años de exilio, regresamos a Eretz Israel, porque según el Plan de la Creación, llego el momento de renovar nuestro vínculo con la espiritualidad. Solo sobre esa base espiritual, podremos asegurar nuestra existencia en Israel.
  • Según el Plan de la Creación, nuestra misión como pueblo es unirnos y mostrar al mundo el ejemplo de una vida Con la finalización del exilio y nuestro regreso a la Tierra de Israel llego el momento de comenzar a cumplir nuestro designio, y porque estamos estancados y no hacemos nada al respecto, la realidad nos está empujando a conectarnos. Esto explica también el motivo espiritual del odio hacia Israel. En alguna parte del subconsciente de todas las naciones del mundo, anida la sensación de que el pueblo de Israel es la causa de todos los males en el mundo. La corrección del mundo depende del pueblo de Israel, así están dispuestas las cosas en el Plan de la Creación. Y puesto a que no estamos haciendo lo suficiente para corregir al mundo, el dedo acusador apunta hacia nosotros, aunque inconscientemente, pero con razón.
  • Actualmente, después del regreso del pueblo de Israel a Eretz Israel, más exactamente desde el año 1995 (según Baal HaSulam), la humanidad entera va descubriendo la necesidad de la sabiduría de la Cabalá. Y nosotros, somos los que debemos revelarles la sabiduría. Toda persona que se le ha despertado el punto en el corazón, debe pasar esta sabiduría a las demás personas en el mundo, acorde a su Hay dos caminos para la difusión de la sabiduría: difusión interna y difusión externa. Internamente, diseminamos en cada pensamiento, deseo e intención que agregamos al estudio de la sabiduría de la Cabalá. Externamente, podemos participar del esfuerzo general para llevar la sabiduría de la Cabalá y su mensaje a quien esté ya preparado para asimilarlos, utilizando todo medio posible: televisión, radio, libros, aprendizaje sistemático, etc.

Términos

“No hay coerción en la espiritualidad” – La sabiduría de la Cabalá se es- tudia solo por voluntad . No se puede imponer su estudio a nadie.

Preguntas y Respuestas

Pregunta: ¿Qué debemos hacer para asegurar nuestra existencia en Eretz Israel?

Respuesta: Para asegurar nuestra existencia en la tierra de Israel, debemos comenzar a adaptarnos a la raíz espiritual de esta Tierra. La raíz espiritual de Eretz Israel es el deseo de otorgar. Por lo tanto, solo cuando comencemos a corregir las relaciones entre nosotros, de odio gratuito a amor gratuito, y a conectarnos con lazos de otorgamiento, lograremos descubrir todo lo bueno de esta Tierra y vivir en ella con prosperidad y seguridad.

Pregunta: ¿Cuál es la razón del odio hacia Israel?

Respuesta: La corrección de todo el mundo depende de la corrección de Israel, y puesto a que el pueblo de Israel está demorado en su corrección, condena con esto a todo el mundo a vivir una vida de sufrimientos. En el subconsciente de todas las naciones del mundo se despierta la sensación de que el pueblo de Israel es el culpable de todos los males del mundo. Este es el motivo del odio hacia Israel.

Pregunta: ¿Por qué es importante diseminar la sabiduría de la Cabalá?

Respuesta: Son varios los motivos: 1) la humanidad está preparada para la sabiduría de la Cabalá. 2) nuestra misión como pueblo, es llevar los mensajes de esta sabiduría a toda persona en el mundo. 3) con la difusión de la sabiduría de la Cabalá ampliamos la vasija única corregida del alma del primer Hombre, y cuanto más va creciendo, más influye sobre nosotros, eleva en nosotros la importancia de la espiritualidad y nos hace avanzar más hacia ella.

Secuencia Lógica

(Sinopsis del Desarrollo del Curso)

Aprendimos que la sabiduría de la Cabalá es el método de revelación del Creador a los creados en este mundo.

Aprendimos, que para descubrir al Creador debemos cambiar la intención de con el fin de recibir a con el fin de otorgar.

Aprendimos que en los libros de Cabalá se oculta una fuerza espiritual especial llamada “Luz que reforma”, que tiene el poder de cambiar nuestras intenciones, de “con el fin de recibir” a “con el fin de otorgar”.

Aprendimos que solo esclareciendo nuestra relación con el prójimo podemos producir en nuestro interior una referencia verdadera hacia la Luz que reforma.

Aprendimos que solo eligiendo un entorno para el desarrollo espiritual podemos aclarar exactamente nuestra actitud en relación al prójimo.

Aprendimos que los puntos en el corazón son las partes rotas del alma del primer Hombre, y que en la construcción de un entorno espiritual con los otros puntos en el corazón, creamos el pedido de corrección, de unión entre las partes rotas, y atraemos la Luz que reforma.

Aprendimos que la base de una referencia verdadera respecto a la Luz que reforma es “No hay nada más que Él”, o sea, atribuir todos los casos que van surgiendo a un Creador único, origen de todas las causas.

Aprendimos que descubriendo el control sobre el deseo de recibir (intención con el fin de recibir) construimos dentro de nosotros el pedido verdadero de corrección.

Estudiamos sobre el orden de la corrección: las vasijas más puras (“Israel”), primero, y las vasijas más gruesas (“naciones del mundo”), después.

Algo para el Postre

Así es, hemos terminado y completado el curso “Introducción a la sabiduría de la Cabalá” a falta de una última lección resumen. Durante el mismo, hemos adquirido un conocimiento básico en todas las áreas de estudio de la sabiduría de la Cabalá, y no menos importante, hemos comprendido cuál es la actitud correcta hacia el estudio de la sabiduría de la Cabalá. El conocimiento adquirido y la actitud correcta hacia el estudio, nos brindará una amplia base, profunda y estable para continuar ahondando en el aprendizaje de la sabiduría.

Esperamos que hayan disfrutado. Finalmente, el propósito es disfrutar. Tomemos una “golosina” del libro “Sabor a Luz” de Rav Dr. Michael Laitman, para que nos quede un buen sabor en la boca y en el corazón.

“Imagínense siete mil millones de personas que se hallan en unión, en amor, en garantía mutua. No necesitas buscar garantes para recibir un préstamo en el banco, no necesitas esconder nada de los demás. Nadie tiene que cuidar lo que tiene, poner límites.

No hace falta decretar leyes para cada cosa, como no hacen falta leyes para explicar a una mujer como tratar al bebé que le acaba de nacer. El amor la orienta naturalmente. Cuando hay amor no existen leyes, fuera de una – la ley del amor.

Es difícil para nosotros captar cuán sencillo sería todo si solo tuviéramos el atributo del amor. No tendríamos que vigilar a nadie, decir nada a nadie. Cada uno buscaría solamente la manera de beneficiar a los demás y recibiría a cambio un placer infinito.”

 

 

 

Cada final es un nuevo comienzo en el camino de la Cabalá

Lección 10 Unidad 1 Cada final es un nuevo comienzo en el camino de la Cabalá

En esta Unidad estudiamos sobre: “El fin de la acción comienza en el pensamiento previo”/ El mecanismo de desarrollo de la Creación /La vía de la Torá y la vía de sufrimientos

No Hay Nadie Más Sabio que el Experimentado

Desde el mosquito que no te deja dormir, pasando por el vecino que arroja la basura desde la ventana, y acabando con el tsunami que deja a medio país enterrado bajo las aguas – algo no concuerda con la determinación de los cabalistas – que el bien absoluto dirige toda la Creación. “Si esto es bueno, entonces, ¿¡qué será lo malo!?”, te preguntas a ti mismo cuando vuelves a conmocionarte con las noticias diarias. El Creador es el bien absoluto. Así les fue revelado a los cabalistas dentro de sus vasijas de recepción y así ellos lo escriben en sus libros. De todas maneras, a nuestros ojos se presenta un cuadro completamente diferente. La vida misma nos lleva a la conclusión, que si existe una fuerza buena que maneja la creación, entonces, en el mejor de los casos, simplemente nos está dando la espalda.

¿Cuál es el motivo de la contradicción entre lo que dicen los cabalistas y la realidad en la que vivimos? ¿Estamos condenados a vivir en una realidad en donde el mal eclipsa al bien? ¿Cómo podemos hacer para que el Creador dirija su mirada hacia nosotros? ¿Y tal vez somos nosotros quienes debemos volver nuestros rostros hacia Él? Sobre estas y otras preguntas, nos ocuparemos en esta parte de la unidad de estudio, y mientras nos ocupamos en ellas, aclararemos el tema central de la lección: el principal beneficio del estudio de la sabiduría de la Cabalá.

Desde la creación del mundo, el universo se encuentra en continuo desarrollo. Todo cambia, nada queda fijo. La tierra cambia, la vida en ella cambia y también las personas se encuentran en un cambio permanente. La fuerza del desarrollo, o “la providencia”, como la llaman los cabalistas, dirige el mundo y empuja a la vida al desarrollo, a pasar de un estado a otro de acuerdo a un plan determinado y perfectamente organizado. La materia inanimada en el universo se transforma en galaxias, soles y planetas, la materia vegetal y animal de la tierra, se desarrolla en una gama extensa de plantas y animales.

Los cabalistas descubrieron que el desarrollo de la Creación no es aleatorio o banal, sino determinado, orientado hacia una “meta”. Existe un objetivo final hacia el cual apunta la fuerza de desarrollo. Cada detalle en la creación y el universo entero, se encuentran en un proceso gradual de desarrollo, a modo de causa y efecto, hasta llegar a cumplir sus propósitos. Así, por ejemplo, la tierra pasó un proceso de desarrollo hasta llegar a ser un lugar apto para la creación de vida, el fruto en el árbol, atraviesa un proceso de desarrollo hasta madurar y llegar a ser comestible, y el gusano, pasa por un proceso similar hasta que se convierte en mariposa.

Resulta, que el buen propósito se revela solo al final del desarrollo y no antes, y los diferentes estados de desarrollo, no solo no nos muestran el estado final, el propósito, lo bueno, sino como adrede, se revelan como si de forma completamente opuesta al objetivo final. Por ejemplo: la manzana que pende del árbol y aún no ha madurado, es amarga, verde y escuálida, y el gusano, al salir del huevo es torpe y sin gracia antes de transformarse en mariposa. Esta diferencia entre los estados de desarrollo, en donde falta el estado final perfecto, se revela en los niveles de desarrollo de toda criatura, y cuanto más desarrollada es, más grande es esta brecha.

El ejemplo más notable de esto es la diferencia entre los estados de desarrollo del hombre y del animal. Un ternero se para en sus patas minutos después de haber nacido, y sabe cuidarse de cualquier mal. En cambio, un ser humano recién nacido es indefenso, y depende por completo de sus padres. Pasarán muchos años hasta que aprenda a activar su cuerpo de forma correcta y familiarizarse con el entorno en que se encuentra. Si aterrizara en nuestro mundo un ser de otro planeta, seguramente diría, que el ternero fue destinado a algo grande, y en cambio el bebé no tiene futuro. Concluyendo: la providencia del Creador sobre la Creación, está dirigida hacia un propósito, y el buen propósito del desarrollo es revelado solo al final del proceso, en la concertación de la meta del desarrollo. La providencia, con un propósito dirigido, no tiene en cuenta en absoluto los estados intermedios del desarrollo, que tienden justamente a confundirnos y ocultarnos el buen propósito.

Baal HaSulam escribe sobre esto en el artículo “La esencia de la religión y su propósito”: “Y sobre esto nosotros decimos: –No hay nadie más sabio que el experimentado-, porque solo aquel que tiene experiencia tiene la oportunidad de observar la Creación en todas sus formas de desarrollo hasta llegar a su integridad. En este caso, esta persona puede guardar la calma, y no alarmarse por esas imágenes corruptas a la que la criatura se aferra durante sus fases de desarrollo, sólo creer en su hermosa maduración final y su pureza.”

De todo lo dicho hasta aquí podemos contestar al menos parcialmente a la pregunta con la cual iniciamos esta lección: si el Creador es la bondad absoluta, ¿por qué sentimos Su providencia como mala? El Creador es la bondad absoluta, pero puesto a que Su providencia tiene un propósito determinado, Su bondad, se revela solo al final del proceso de desarrollo, con la implementación de la meta.

Lo Bueno de lo Malo

La providencia general que desarrolla a la humanidad tiene un plan permanente, que de acuerdo a él, empuja a la humanidad a pasar de un estado a otro. Todo estado se desarrolla por medio de dos fuerzas. La primera, es una fuerza constructiva – fuerza que cambia un estado malo y lo transforma en otro mejor. La segunda, es una fuerza destructiva – fuerza que transforma toda situación en una peor, hasta que obliga a la humanidad a salir del estado malo y construir un estado nuevo, mejor.

La humanidad se encuentra bajo la influencia de estas dos fuerzas, y bajo esta influencia, va cambiando, se va desarrollando, pasa de un estado a otro, construye un estado bueno sobre las ruinas del estado malo y así sucesivamente. Un ejemplo de esto, es el desarrollo del Feudalismo en Europa. El Imperio Romano, que trajo una gran prosperidad económica al mundo, empezó a desmoronarse en los Siglos VI y VII. Como resultado, aumentaron las guerras, la situación económica desmejoró, y el ciudadano común estaba desvalido de seguridad personal. Como respuesta, se desarrolló un sistema social que de acuerdo a él, los campesinos recibían protección y tierras de cultivo, y a cambio, pagaban impuestos y se comprometían a ser fieles a sus patrones.

Al principio, este sistema era bueno para todos, pero lentamente, los nobles comenzaron a esclavizar a los campesinos cada vez más, la situación de estos empeoró y quedaron bajo el dominio de la nobleza. Comienza la lucha de clases, que llega a un final muy violento, el cual conocemos como la Revolución Francesa. La época del Feudalismo termina, y sobre sus ruinas comienza a construirse la Era de la Democracia.

Este patrón de desarrollo de contraste (“desarrollo dialéctico”) es fijo, y en definitiva, el deseo humano responde a dos tipos de estímulos básicos: éste está dispuesto a esforzarse por una ganancia futura o para escaparse de problemas. La fuerza que hace que el deseo de recibir persiga un beneficio futuro se llama, en la sabiduría de la Cabalá, “fuerza de atracción”, porque es como si arrastrara al deseo a esforzarse para salir del estado presente, y pasar a un estado nuevo, mejor. La fuerza que hace que la persona escape de los problemas, se llama “fuerza de empuje”, porque empuja al deseo de recibir, en contra de su voluntad, para salir del estado presente, también hacia un estado mejor.

Las dos fuerzas obligan al hombre a salir de un estado y pasar a otro, y así desarrollarse. La fuerza de atracción, hace esto de manera que el individuo la siente como buena y agradable, y en cambio, la fuerza de empuje, es percibida como mala y desagradable. Pero si observamos el proceso desde el punto de vista de la meta final, veremos que las dos fuerzas son necesarias y actúan por una buena causa; las dos obran para revelar el estado perfecto, el estado final, el propósito de la evolución, porque ambas llevan al hombre a su encuentro. Para entenderlo mejor, imaginemos el desarrollo de toda la Creación como un eje horizontal, donde el extremo derecho representa el principio del desarrollo y el extremo izquierdo – el final del mismo y la revelación del estado bueno (Ver Gráfico N° 7). Dividiremos todo el eje en X fases del desarrollo que la Creación debe atravesar hasta que llega a la perfección del estado final. El paso entre una etapa de desarrollo y otra (y como resultado, el acercamiento al estado bueno, perfecto, al estado final) es posible solamente por medio de la revelación del mal en el estado presente. Si no descubrimos lo malo en nuestra situación actual, o en otras palabras, mientras nos sintamos bien con el estado presente, no veremos la razón para dejarlo y querer pasar a otro nivel de desarrollo más avanzado. Resulta, que justamente el descubrimiento del mal, es lo que impulsa el desarrollo hacia adelante, hacia lo bueno.

 

En el articulo “Crítica al marxismo”(Publicado en el periódico «HaUmá»), describe Baal HaSulam el mismo proceso en relación al desarrollo de las teorías políticas. Y así escribe:

“Cada movimiento y cada estado que recibió la humanidad en el liderazgo político, no es más que una negación del estado anterior. Y cada estado político, dura hasta que de su interior se revelen las carencias y la maldad que existe en él. Y mientras se van manifestando los defectos que hay en él, se encuentra dando paso a un nuevo estado, libre de estas imperfecciones. Y resulta, que estas deficiencias que se revelan en situaciones y lo destruyen, es toda la fuerza de desarrollo de la humanidad, porque elevan a la misma a un estado más corregido que el anterior.

Y la revelación de los errores en el segundo estado, lleva a la humanidad a un tercero, mejor que el anterior, y siempre así, uno tras otro. Y estas fuerzas negativas que se van revelando en cada etapa, son la causa de la evolución de la humanidad, que a través de ellas se eleva como trepándose por los peldaños de una escalera. Y están seguros de su rol, llevar a la humanidad hasta la última etapa de la evolución – esa es la situación esperada, libre de cualquier desgracia y de cualquier defecto.”

La comprensión que el reconocimiento del mal nos promueve hacia lo bueno, nos acerca otro paso más hacia la resolución del conflicto entre el mal que se revela en la Creación y el bien absoluto que la dirige. En la primer parte de la lección estudiamos que el Creador, Bueno y Benefactor, controla la Creación con una providencia dirigida hacia una meta, y por lo tanto, Su beneficio se revela solo cuando se llega al objetivo, al final del desarrollo, pero como ya sabemos, en esa parte de la lección entendimos que las diferentes etapas de desarrollo no son esencialmente malas, sino que todas nos acercan al buen propósito final. Y por esa razón, ellas también son esencialmente buenas.

Ponte a prueba:

  • ¿Cómo se produce la transición de un determinado estado de desarrollo al siguiente estado ?

El Camino de la Torá y el Camino de los Sufrimientos

Después de conocer el mecanismo que impulsa el desarrollo de la Creación y de cada uno de nosotros como parte integrante de ella, podremos comprender también, la manera de participar en el desarrollo de modo que nos resulte placentero y satisfactorio. A este tema dedicaremos la próxima parte de la lección.

Cuando una persona empieza sus estudios universitarios, recibe el plan de estudios, el cual debe completar; uno sabe exactamente qué cursos y cuántos años deberá estudiar, y puede pensar cuánto le costará estudiar, sabe que invertirá esfuerzos y dinero a cambio de un diploma, que le permitirá ganar más dinero en el futuro y le concederá una posición más honorable.

En el ámbito académico, el individuo se desarrolla conscientemente, sabe cuáles son los beneficios y cuánto deberá invertir, y así, decide si está dispuesto a invertir o no. La carrera puede ser difícil y desafiante, pero el individuo puede superarlo, porque ve frente a sus ojos el objetivo, y sabe que sus esfuerzos son por tiempo limitado. Este tipo de desarrollo se llama desarrollo consciente. Cuando un bebé aprende a gatear, sus padres lo dejan en el piso, desparraman juguetes a su alrededor y esperan que comience a mover sus manos y piernas. El niño, es totalmente inconsciente de que se encuentra en pleno desarrollo. Puede llegar a llorar, puede negarse a gatear, pero sus padres continuarán dejándolo en el piso, hasta que aprenda a gatear.

A veces, este proceso puede llegar a ser muy frustrante para el bebé, pero finalmente, no tendrá otra alternativa y se desarrollará, sin saber en absoluto que ha pasado algún tipo de etapa en su vida. Este tipo de desarrollo se llama desarrollo inconsciente.

La diferencia entre las dos formas de desarrollo es significativa. En el desarrollo consciente, el individuo sabe hacia dónde se dirige, lo hace por propia voluntad, y experimenta las dificultades que surgen en el camino como desafíos que debe superar. En el desarrollo inconsciente, la persona, no comprende qué es lo que debe hacer, detesta las dificultades que se le presentan, y puede sentir también dolor y frustración. El desarrollo inconsciente, puede llegar a ser a veces muy prolongado si el que se está desarrollando se niega a cumplir su parte.

Hasta ahora, la humanidad fue evolucionando de forma inconsciente. Durante decenas de miles de años pasamos de un nivel de desarrollo a otro, sin saber hacia dónde nos conduce este y cuál es su objetivo. Las dificultades que se fueron revelando en el camino, nos causaron dolor, sufrimiento y una gran frustración.

A partir de ahora, que el punto en el corazón se despierta en más y más personas, se abre ante nosotros la posibilidad de desarrollarnos conscientemente, ahorrarnos un tiempo valioso y problemas. El desarrollo consciente, transforma los sufrimientos que sentimos bajo la presión evolutiva, en dulces tormentos de amor – y esa es toda la sabiduría, conocer por nosotros mismos el mecanismo que impulsa el proceso de desarrollo y evolucionar de forma consciente, sin sufrimientos innecesarios.

Sobre el mecanismo que activa el proceso de desarrollo, estudiamos ampliamente en la lección anterior. Aprendimos, que lo malo que se revela en un nivel determinado de desarrollo, es lo que nos impulsa a pasar al próximo nivel evolutivo. Este es un punto muy importante, porque toda la diferencia entre el desarrollo consciente e inconsciente, se resume en la manera de reconocer el mal.

En el desarrollo inconsciente, no vemos el proceso de desarrollo, el mal se revela en la práctica, “en carne propia”, y nos obliga, inconscientemente, a pasar al próximo nivel de desarrollo. En cambio, en el desarrollo consciente, reconocemos el mal de antemano, en el pensamiento, antes de que se implemente, y nos basta con reconocer el mal para pasar al próximo nivel evolutivo. En el desarrollo consciente, no tenemos que sentir el mal, necesariamente.

Tenemos dos opciones: a) esperar que llegue el mal (y llegará necesariamente) y nos empuje al próximo nivel de desarrollo. b) conocer el mal de antemano, estar conscientes de él, antes que se haya revelado en la práctica y desarrollarse conscientemente.

Resulta que el desarrollo consciente tiene dos ventajas importantes: es más rápido y está exento de dolor y sufrimiento. Si deseamos acelerar nuestro proceso de desarrollo, debemos apresurar el reconocimiento del mal en cada uno de sus estados. En lugar de esperar que el mal se revele, nosotros lo localizamos de antemano y aceleramos nuestro desarrollo. Y aparte, si esclarecemos el mal con el pensamiento, antes de que se implemente, no solo aceleraremos el proceso, sino que nos ahorraremos el sentimiento de dolor en la práctica con los sufrimientos en este mundo.

Esto es comparable a un enfermo cuya enfermedad aún no ha sido descubierta, pero ya está anidando en su cuerpo y espera manifestarse. Un buen médico puede localizar la enfermedad de antemano, medicarlo correctamente y evitarle todo el dolor al que estaría condenado si no se trata a tiempo.

Sobre la diferencia que existe entre el camino de la Torá y el camino de los sufrimientos, escribe Baal HaSulam   en el artículo “La paz en el  mundo”:

“Hay dos gobiernos que actúan durante dicho desarrollo: Uno es el ‘Gobierno de los cielos’, que se compromete a tornar todo lo malo y dañino – en bueno y productivo. Solo que esto ocurrirá ‘a su debido tiempo’, en forma lenta y dolorosa. Y cuando el ‘objeto en desarrollo’ es un ser vivo y sensible, sufre terribles dolores y tormentos mientras se encuentra bajo la prensa del desarrollo, una prensa, que lo presiona con gran crueldad. En cambio, el ‘Gobierno de la tierra’, representa a las personas que tomaron dichas leyes de desarrollo bajo su control, y tienen el poder de liberarse completamente de las ataduras del tiempo, y están muy apresurados por conseguir el final, es decir, terminar la maduración y corrección del objeto, que sería el final de su propio desarrollo.”

Cuando se despierta en el hombre el punto en el corazón, como consecuencia se siente atraído hacia un lugar donde pueda estudiar la sabiduría de la Cabalá. Las preguntas que le van surgiendo sobre el sentido de su existencia, ya no le permiten seguir siendo dirigido inconscientemente por los caminos de la vida. La lectura de los libros de los cabalistas y la atracción de la Luz que reforma, lo ayudan a esclarecer cuál es el propósito de su vida y qué es el “mal” que le impide alcanzar ese propósito (sobre el reconocimiento del mal ampliaremos en la próxima unidad). Y así, dentro del reconocimiento del mal que se revela en cada etapa necesaria del desarrollo, va pasando rápidamente y felizmente al próximo nivel evolutivo, camino a descubrir el buen propósito al final del desarrollo.

El desarrollo consciente se llama en la sabiduría de la Cabalá “el camino de la Torá”, y el desarrollo inconsciente, se denomina “el camino de los sufrimientos”. Este camino, como indica su nombre, lo pasamos prolongadamente y con grandes sufrimientos. El “camino de la Torá”, el camino del desarrollo consciente mediante el estudio de la sabiduría de la Cabalá, acelera el proceso de desarrollo y transforma los sufrimientos en dulces “tormentos de amor”, que aumentan el anhelo por el bien prometido al final del camino. Este es el beneficio primordial del estudio de la sabiduría de la Cabalá – la transición del camino de sufrimientos al camino de la Torá.

De una u otra manera, el plan de nuestro desarrollo es sabido de antemano, como así también todas las etapas del desarrollo. No podemos saltear ninguna de ellas, todas son necesarias para conducirnos al final de la corrección, a la sensación de lo bueno y benefactor. Todo lo que podemos hacer es aceptar el proceso y acelerarlo.

 

Ponte a prueba:
  • ¿Cuál es la diferencia entre el camino de sufrimientos y el camino de la Torá?

Resumen de la Unidad

Puntos Principales

  • La Providencia del Creador sobre la Creación tiene un propósito determinado, y el buen propósito de la evolución es revelado solo al final del proceso, con la implementación de la meta del Este tipo de providencia no toma en cuenta en absoluto los estados del desarrollo, que tienden justamente a confundirnos y ocultarnos el buen propósito final.
  • Los diferentes estados de desarrollo no son malos en su esencia, todos nos acercan al buen propósito final, y por lo tanto, también son esencialmente
  • Hay dos formas de desarrollarse: desarrollo consciente (camino de la Torá) y desarrollo inconsciente (camino de sufrimientos). El desarrollo consciente tiene dos ventajas importantes: es más rápido y está libre de dolor y sufrimientos. Si deseamos acelerar nuestro proceso de desarrollo, debemos apresurar el reconocimiento del mal en cada uno de los estados En lugar de esperar que se revele el mal, nosotros lo detectamos de antemano y aceleramos nuestro desarrollo. Además, si esclarecemos el mal con el pensamiento, antes de su aparición en la práctica, no solo estaremos acelerando el proceso, sino que nos ahorra- remos el sentimiento de dolor como lo sentimos en este mundo.

Términos

Providencia: La fuerza de desarrollo. El plan de acuerdo al cual el Creador dirige la Creación.

Fuerza de atracción: Fuerza que provoca que el deseo de recibir persiga el beneficio futuro.

Fuerza de empuje: Fuerza que incita al deseo de recibir a escapar de las dificultades.

Camino de los sufrimientos: Avance inconsciente en las fases de desarrollo. Camino largo y doloroso.

Camino de la Torá: Avance consciente en las fases de desarrollo hasta alcan- zar la Meta de la Creación. Camino corto y ligero.

Preguntas y Respuestas

Pregunta: ¿Cuál es la característica de la providencia del Creador sobre la Creación?

Respuesta: La providencia del Creador sobre la Creación tiene una finalidad, es decir, cada detalle de la creación y la creación misma, atraviesan un proceso de desarrollo gradual, en forma de causa y efecto, hasta llegar a implementar sus objetivos. El buen propósito del desarrollo se revela solo al final del proceso, concretando la meta del desarrollo y no antes.

Pregunta: ¿Cómo se produce la transición entre un estado determinado de desarrollo y el estado siguiente?

Respuesta: Esta transición de un estado a otro, se produce como resultado de sentir que el estado presente es malo, o al menos, no lo suficientemente bueno. Siempre que el deseo de recibir se sienta bien con su estado, no hará nada por cambiarlo.

Pregunta: ¿Qué diferencia existe entre el camino de sufrimientos y el camino de la Torá?

Respuesta: Por el camino de sufrimientos, avanzamos en forma inconsciente, el mal que se revela en la realidad, nos obliga, inconscientemente, a pasar al próximo estado de desarrollo. Por el camino de la Torá avanzamos voluntariamente, conscientemente, reconociendo el mal de antemano, antes de su aparición en la realidad, y dentro del reconocimiento del mal, pasamos al próximo estado de desarrollo. El camino de sufrimientos es largo y difícil, en cambio, el camino de la Torá es corto y ligero.

 

Lección N° 10 Unidad 2– Conocer el Mal

En esta lección estudiaremos sobre: El conocimiento del mal / Medios para revelar el mal / Cabalá y Ética

¿Qué es Bueno?

En la Unidad anterior estudiamos que la fuerza que nos impulsa a avanzar hacia nuestro próximo nivel de desarrollo, es la sensación de sentirnos incómodos en nuestro estado presente o en una versión más optimista, la sensación de que el futuro puede ser mucho mejor (o en una versión más realista, la sensación de que nos sentimos mal con nuestra situación actual).

De una forma u otra, la carencia – el sentimiento de vacío o falta de satisfacción – es la fuerza que nos promueve a nosotros y a toda la Creación a avanzar paso a paso en el programa de corrección del Plan de la Creación. Baal HaSulam escribe (artículo «La Paz», punto: «La prueba de Su trabajo a través de la experiencia») que sin la sensación de carencia, no haríamos un solo movimiento; 70 años, nos quedaríamos con las manos apoyadas sobre la mesa sin moverlas un solo centímetro – contentos de estar así. La sensación de carencia, o la mala sensación revelada en nuestro estado presente, es lo que nos empuja al próximo estado.

La evidente conclusión de lo dicho anteriormente, es que si deseamos acelerar el proceso de nuestro desarrollo, debemos acelerar el reconocimiento del mal en cada estado. En lugar de esperar a que el mal se revele, descubrirlo por nosotros mismos con antelación. Pero resulta, que no es tan sencillo. Primero, tenemos que aclarar qué es el mal que debemos revelar (asunto complicado de por sí), y luego, debemos esclarecer cómo revelarlo exactamente. Si tenemos las respuestas a estas dos preguntas, podremos pasar del desarrollo por el camino de sufrimientos al desarrollo por el camino de la Torá. Estas preguntas las aclararemos en la próxima lección.

Para averiguar qué es el mal, primero debemos entender qué es el bien. Bien, según la sabiduría de la Cabalá, es el estado final de nuestro desarrollo, es decir, la total equivalencia de forma con el atributo de otorgamiento, lo que es llamado en la sabiduría de la Cabalá “adhesión”. En términos más simples, “bueno” según la Cabalá, es la sensación de conexión armónica con todas las partes de la Creación como un solo cuerpo, es la unión con amor, corrigiendo la intención de recepción a otorgamiento.

Si lo bueno es la sensación de conexión, entonces lo malo es la sensación de separación, o mejor dicho, la fuerza que nos provoca la sensación de división. Sobre esta fuerza estudiamos ampliamente durante todo el curso – es la intención con el fin de recibir, el ego, el atributo que dirige al deseo de recibir, de modo que todo el trabajo con él está dirigido hacia el interior, solo para nuestro beneficio personal.

A lo largo de todos sus escritos, Baal HaSulam vuelve a explicar, que la causa de todo el mal en el mundo es nuestra forma de trabajo con el deseo de recibir, o sea, solo para nuestro propio beneficio, sin tomar en cuenta a los demás y en un total contraste con las leyes de la naturaleza. La falta de equivalencia de forma entre nosotros y el atributo de otorgamiento, como resultado del trabajo con el deseo con intención con el fin de recibir, es lo que nos impide experimentar la buena y verdadera realidad, dirigida por el Único Creador, Bueno y Benefactor.

Así escribe por ejemplo en el “Prefacio al libro del Zohar punto 69: “Ven y Ve, cuando todos los seres humanos consientan por unanimidad, eliminar y erradicar el deseo de recibir para ellos mismos que existe en su interior, y no tengan otro deseo más que el de otorgar a sus amigos, entonces, se anularían de la tierra todas las preocupaciones y los daños, y cada uno se sentiría seguro, viviendo una vida plena y saludable, ya que cada uno de nosotros tendría un gran mundo que se preocuparía por él, y satisfaría todas sus necesidades. Pero, mientras se tenga solo el deseo de recibir para sí mismo, aparecerán todas las preocupaciones, los sufrimientos, las guerras y las matanzas, de las cuales no podemos escapar, y debilitan nuestros cuerpos con todo tipo de enfermedades y dolencias”.

Podemos identificar la intención con el fin de recibir en nuestra relación con el prójimo, en todo lo que nos parece que está fuera de nosotros. Esta intención, orienta a nuestro deseo de recibir de tal manera que el único cálculo de su parte hacia todo lo que le parece externo es en qué medida puede utilizarlo para su propio beneficio. Y como estudiamos en partes anteriores del curso, incluso, aquellas acciones que hacemos que nos parecen desinteresadas, si examinamos profundamente nuestra motivación, encontraremos, también en estos actos, la intención con el fin de recibir que sigue el mismo cálculo de beneficiarnos a nosotros solamente.

El mal que debemos detectar es, por lo tanto, la intención con el fin de recibir, o en otras palabras, nuestra deficiente relación con los demás. En primer lugar, debemos reconocer que estamos realmente manejados por la intención con el fin de recibir, y luego, sentirla como “mala”, o sea, considerar el valor de la conexión, que se convierte en lo “bueno”. Y así, cada vez que identifiquemos una parte de la intención con el fin de recibir, la veremos necesariamente como mala, y forzosamente, pasaremos al próximo nivel de desarrollo, hasta alcanzar el bien absoluto al final de la corrección.

Este trabajo interno de esclarecer la intención con el fin de recibir como el mal que nos impide la espiritualidad, se denomina en la sabiduría de la Cabalá, “reconocimiento del mal”.

El reconocimiento del mal es, en realidad, la corrección del mal. Todo lo que tenemos que hacer para anular la intención con el fin de recibir, es reconocerla como mala. Esto se asemeja a esos monstruos de los cuentos de niños, que mirándolos profundamente a los ojos, se esfuman y desaparecen. La corrección de la intención con el fin de recibir, comienza y termina siendo conscientes de ella. Si lo pensamos, nos daremos cuenta que no hace falta nada más que eso. Si identificamos la intención con el fin de recibir como la fuerza que nos impide lo bueno, la espiritualidad, inmediatamente, se activa dentro de nosotros el deseo de corregirla, y como aprendimos a lo largo de todo este curso, lo único que se nos pide es el deseo de corrección.

El trabajo del reconocimiento del mal, es en cierta forma, similar a las pruebas de calidad del agua. En lugar de beber el agua contaminada, enfermarnos y sufrir, nosotros analizamos de antemano la cantidad de bacterias que con- tiene la misma por medio de un microscopio, y nos evitamos un sufrimiento innecesario. Del mismo modo, también en el trabajo del reconocimiento del mal, nosotros nos evitamos la sensación de sufrimiento en la práctica, “en carne propia”. En lugar de avanzar por el camino de sufrimientos, podemos utilizar la sabiduría de la Cabalá, reconocer el mal de antemano, antes de que se manifieste, y pasar del camino de sufrimientos al camino de la Torá. De una manera u otra, siempre que la intención con el fin de recibir esté oculta dentro de nosotros y nos maneje inconscientemente, no tendremos la posibilidad de corregirla y acercarnos otro paso hacia nuestro estado corregido. Baal HaSulam escribe sobre esto en una de sus cartas a sus alumnos (Carta nº 5) “Aunque me quejo y lamento las corrupciones que aún no han sido reveladas y las que habrán de revelarse, puesto a que la corrupción oculta no tiene ninguna esperanza, ya que la gran salvación de los cielos está en su revelación, según la regla que no puede ofrecerse lo que no se tiene, y si se revela ahora, no hay ninguna duda que ya existía desde un principio pero estaba oculta, y es por eso que me alegro de que salieran de sus agujeros, porque pondrás tus ojos en ellos y se convertirán en un montón de huesos”.

Hasta aquí lo referente a la pregunta cuál es el mal que debemos reconocer. En la próxima parte de la lección estudiaremos cómo podemos identificarlo.

Ponte a prueba:
  • ¿Qué es el mal que debemos identificar?

Conectándonos con lo Bueno

Aprendimos hasta ahora que el Creador nos creó para beneficiarnos, y que en el camino hacia lo bueno se van revelando estados aparentemente malos. Comprendimos que si nos referimos a los estados “malos” que se revelan como promovedores hacia la meta, veremos, que también ellos son buenos. Dijimos, que justamente lo malo que se revela en cada situación, es lo que nos promueve al próximo estado de desarrollo, y si lo descubrimos antes, podremos acelerar los estados de nuestro desarrollo espiritual. Después de todo esto, no nos queda otra cosa por hacer que aclarar qué es lo malo, para poder reconocerlo y acelerar el desarrollo. Y así encontramos, que la intención con el fin de recibir, es lo malo que nos impide descubrir lo bueno.

En esta parte de la lección esclareceremos la manera de llegar al “reconocimiento del mal”, o sea, cuáles son las acciones que debemos realizar para identificar el mal que nos impide llegar al bien. Antes de arremangarnos y ponernos a trabajar, es importante que conozcamos uno de los principios básicos del trabajo interno del individuo en el estudio de la sabiduría de la Cabalá, y teniéndolo en cuenta, podremos entender más claramente qué debemos hacer.

En uno de sus artículos(Escritos del Rabash parte A, artículo «Asunto por encima de la razón».1986), nos presenta el Rabino Baruj Shalom Ashlag (conocido como “Rabash”), hijo primogénito y seguidor de Baal HaSulam, una breve y bonita metáfora que ilustra perfectamente el principio que deseamos aclarar. Rabash escribe, que cuando la casa está a oscuras, no se ve en ella suciedad alguna. Solo cuando se enciende una luz, puede verse la suciedad. Ejemplo sencillo para un principio sencillo: para reconocer el mal debemos referirnos al bien. No podemos ver el mal (la suciedad) sin un poco de bien (luz).

Al igual que el ejemplo de Rabash, también nosotros nos encontramos en una habitación a oscuras y también nosotros debemos encender la luz para poder descubrir la suciedad que hay en ella. Como un agujero negro que aspira toda la realidad que lo rodea hacia una oscuridad completa en su interior, así, la intención con el fin de recibir atrae a toda la realidad que esta fuera de nosotros hacia el espacio negro que se encuentra en nuestro interior. Y para identificar la intención con el fin de recibir que nos dirige desde adentro y nos impide lo bueno, debemos atraer dentro de nosotros un rayo de luz. Solo en relación con la luz, podremos discernir la intención que se le contrapone.

Dos potentes herramientas nos fueron otorgadas para alumbrar la oscuridad dentro de nosotros: la Luz que reforma y la influencia del entorno. La Luz que reforma, es en realidad lo bueno que nos ilumina desde nuestro estado espiritual corregido. Pero, mientras no estemos corregidos, esta ilumina por fuera de nosotros y actúa en nosotros de diferentes maneras para acercarnos a la corrección. A esta luz se refiere Rabash cuando escribe que debemos encender la luz para poder ver la suciedad.

Cuando leemos en los libros de los cabalistas sobre nuestros estados corregidos y anhelamos descubrirlos, sentirlos en la realidad, nuestras ansias por descubrir la espiritualidad atraen hacia nosotros una iluminación especial de la espiritualidad, que nos muestra cuán lejos estamos de ella. Aparentemente, pareciera que salimos perdiendo, queríamos luz y recibimos oscuridad, pero como explicamos ampliamente en la parte anterior, justamente la revelación de la oscuridad en contraposición de la luz, es lo que nos hace avanzar hacia el próximo estado en el proceso del “reconocimiento del mal”, camino a la revelación del bien.

No debemos temer, por lo tanto, si el estudio nos lleva a la revelación del mal, a la sensación de alejamiento de los demás, a las dudas y desacuerdos, porque precisamente por sobre todos estos obstáculos construimos un anhelo mayor y más fuerte por la espiritualidad. Los cabalistas escriben, que si uno estudia Cabalá y el estudio lo lleva a un estado de satisfacción, no está estudiando Cabalá, realmente. La luz que nos ilumina durante el estudio debe desarrollarnos, despertar en nosotros nuevas carencias para una mayor conexión con el atributo de otorgamiento, recuerden: una nueva carencia es la oportunidad de renovación, de desarrollo y de revelaciones. Todo lo que se pide de nosotros es la carencia correcta, el pedido de conexión.

En el artículo «Qué es la santidad y la purificación en le trabajo» de los Escritos del Rabash parte B nos dice:

“El comienzo del trabajo del hombre es el reconocimiento del mal, es decir, que el individuo le pide al Creador sentir cuán malo es el deseo de recibir. Y este conocimiento, de que al deseo de recibir se lo llama “mal”, solo el Creador puede hacérselo sentir…y entonces, puede pedir luego, que cambie el deseo de recibir y le dé a cambio el deseo de otorgar”.

Otra herramienta importante para el trabajo con “el reconocimiento del mal” es el entorno espiritual en el cual actuamos, o más precisamente, la influencia del entorno sobre nosotros. Lo bueno que debemos atraer a nuestro estado para esclarecer lo malo en relación a él, no es solo la Luz que reforma, sino también la importancia que le damos al atributo de otorgamiento. Solo elevando este atributo a la cima de nuestra escala de valores, podremos percibir la división como mala. En la medida que valoremos el atributo de otorgamiento, reconoceremos la división como mala. El instrumento más efectivo para elevar la importancia del atributo de otorgamiento es el entorno. Todos somos “animales sociales”, y todos estamos influenciados por la opinión social. Si organizamos a nuestro alrededor un entorno que eleva el valor del atributo de otorgamiento, no tendremos más remedio que valorar ese atributo. Poseemos una predisposición interna para eso. Si el medio valora algo, también nosotros, por nuestra naturaleza, lo valoraremos obligatoriamente. Así exactamente, influyen sobre nosotros las agencias de publicidad: un nuevo producto sale al mercado, nadie lo necesita, pero todos comienzan a hablar de él. Al principio escuchas y sonríes, luego escuchas y te callas, más tarde comienzas a interesarte, y finalmente lo compras.

Y como ocurre con lo material, ocurre también en la espiritualidad. Solo el entorno espiritual en el cual nos desarrollamos, puede elevar la importancia del valor espiritual sobre el material. Ninguno de nosotros puede hacer esto por sí mismo, y menos aún, cuando la espiritualidad (atributo de otorgamiento) es contraria a nuestra naturaleza y muchas veces es percibida como oscuridad.

Para finalizar esta parte, aclararemos la relación que hay entre “No hay nada más que Él”, y el reconocimiento del mal. Si se preguntaron en qué punto se cruzan el trabajo del reconocimiento del mal con el de “No hay nada más que Él”, aquí está la respuesta. Cada vez que la espiritualidad se revela como oscuridad, como falta de deseo de estudiar la sabiduría de la Cabalá, como una indiferencia a la idea espiritual o una dificultad mundana que nos impide ocuparnos de la sabiduría de la Cabalá, antes que nada, debemos atribuir todo esto a un sola fuerza que nos envía todas las situaciones en nuestras vidas, porque “No hay nada más que Él”. Y si recordamos de dónde proviene todo y nos preparamos correctamente en pos de la meta, que en su nombre nos fue enviado el obstáculo, podremos aclarar con más profundidad qué es exactamente lo que nos molesta (el reconocimiento del mal) y formar en nuestro interior el pedido correcto de corrección.

Y de esta forma vamos aclarando el deseo de espiritualidad. El trabajo se produce dentro de nosotros por medio del reconocimiento del mal. Y como hemos aprendido en la parte anterior de la lección, en este trabajo no necesitamos la revelación del mal en la práctica para pasar de un nivel a otro.

En resumen, para descubrir el mal debemos dirigirnos en lo posible hacia el bien, mediante la Luz que reforma y por medio del entorno. Pero lo que puede sonar como sencillo y trivial, podría revelarse como difícil de imple- mentar. Hay algo en nuestra naturaleza que nos atrae justamente a ocuparnos de lo malo, especialmente cuando damos nuestros primeros pasos en el estudio de la sabiduría de la Cabalá. Hay algo en el sentimiento de dolor que nos despierta orgullo, y mientras no estemos corregidos, no podremos negarnos a saborearlo. No siempre es fácil adherirse a lo bueno, elevar el valor de la espiritualidad por sobre toda interferencia, pero si lo que deseamos es avanzar por el camino espiritual, esta es la acción que debemos hacer.

Ponte a prueba:

  • ¿Cuáles son los dos medios para reconocer el mal?

División Moral

James “Sonny” Crockett y su compañero de patrulla Ricardo “Rico” Tavas, pareja de detectives del Departamento de Ética de la policía de Miami, eran en definitiva lo que solemos calificar, “buenos muchachos”. En la pantalla de televisión, en un mundo ficticio que crearon para ellos los guionistas de la serie “Miami Vice”, ambos se esforzaban con todas sus fuerzas para mantener el jopo y la fachada, cuando tratan de imponer un poco de orden en las calles de Miami e inculcar moral a sus delincuentes.

Sí lograron mantener el jopo, y la fachada, la moral, bastante menos… y está muy bien, resultados más o menos parecidos alcanzamos nosotros también en el mundo real. Es más fácil mantener el jopo que la moral. En realidad, es más fácil mantener cualquier cosa que la moral.

Muchos comparan la sabiduría de la Cabalá con la moral. Un entendimiento erróneo de la sabiduría de la Cabalá, los lleva a pensar que el propósito de dicha sabiduría es convertirnos en más éticos, hacer de nosotros mejores personas en este mundo. Están equivocados. La sabiduría de la Cabalá está tan lejos de las doctrinas morales, como el oriente del occidente.

Sobre la diferencia entre la sabiduría de la Cabalá y las otras disciplinas morales, nos hemos referido anteriormente,  cuando averiguamos la relación de la sabiduría de la Cabalá con el trabajo sobre el deseo de recibir. Preguntas sobre la diferencia entre moral y Cabalá surgen también explicando el trabajo del “reconocimiento del mal”, y ellas constituyen una buena oportunidad para enfatizar aún más la diferencia entre ambas disciplinas.

La sabiduría de la Cabalá y las doctrinas éticas, comparten, aparentemente, una misma finalidad: erradicar el mal de nuestro interior y consolidar en nosotros una actitud diferente, corregida, respecto al entorno en el cual vivimos. Partiendo de esta semejanza, están los que coinciden en que también la sabiduría de la Cabalá es una disciplina ética. Una comprensión más profunda de la esencia de la sabiduría de la Cabalá, nos lleva a la conclusión de que lo que nos parece un común denominador, es una similitud, y nada más que eso. De hecho, se trata de dos enfoques completamente diferentes entre sí, en todos los sentidos.

Distinguimos tres diferencias principales entre ellas, las detallaremos y explicaremos una por una:

El fundamento sobre el cual están basadas ambas disciplinas – es diferente. La recompensa que prometen ambas disciplinas es diferente. El objetivo de ambas es diferente.

La primera diferencia entre los métodos, es, como hemos dicho, el fundamento en el cual están basados. Desde este punto de vista, la brecha entre la Cabalá y la Moral es igualmente abismal que la brecha que existe entre el Creador y el creado. Esto es porque la sabiduría de la Cabalá extrae su fuerza y conocimiento del Plan de la Creación, y en cambio las doctrinas morales están totalmente basadas en los pensamientos del ser humano.

La Moral, es un sistema basado en nuestra experiencia de vida como seres humanos. Cuando la vida nos enseña que cierto comportamiento del individuo afecta al bien general, nosotros le presionamos para que no se comporte de tal manera. En general, este es un sistema ético. Así, por ejemplo, nosotros repudiamos actos como la mentira y el robo, y en caso de necesidad, promulgamos leyes que nos impidan mentir o robar.

La sabiduría de la Cabalá, no está basada en nuestra experiencia de vida como seres humanos. Esta sabiduría se desprende desde la cima de la Creación, del Plan de la Creación de beneficiar a los creados, y al contrario del sistema moral, limitado dentro del marco del pensamiento humano, la sabiduría de la Cabalá nos abre una imagen completa de la realidad, que no depende de los limites de nuestra percepción como seres humanos.

Esta significativa diferencia, define necesariamente un enfoque completamente diferente del “bien “y el “mal” (el cual explicamos ampliamente en partes anteriores de la lección). Según los métodos éticos, los valores de “bueno” y “malo” se miden en relación al beneficio social, y en cambio, según la sabiduría de la Cabalá, los valores de “bueno” y “malo” son medidos de acuerdo a un índice de valores completamente diferente, en relación a la implementación del Plan de la Creación. Y como fue explicado en las clases anteriores, desde este punto de vista, también lo que nos parece “malo” se transforma  en “bueno”.

La segunda gran diferencia entre los métodos, es el beneficio prometido a quienes se dedican a ellos: la sabiduría de la Cabalá promete al individuo un beneficio que trasciende a la naturaleza de este mundo, y en cambio la Moral, le promete recompensas dentro del marco de este mundo. El trato con la sabiduría de la Cabalá, cambia la naturaleza del hombre de recepción a otorgamiento, y lo eleva por encima de los límites de este mundo, hacia la obtención de la espiritualidad y eternidad. En cambio, el mayor beneficio que los métodos morales pueden ofrecer al hombre, es una sociedad corregida dentro de las fronteras de este mundo – recompensa digna sin lugar a dudas, pero siempre que nos encontremos dentro de los límites de este mundo, no podremos alcanzarlo, porque no podemos renunciar a nuestro beneficio personal a favor del beneficio de la sociedad.

No importa cuánto limitemos al hombre o lo disuadamos para no actuar en contra de la sociedad, finalmente, su actitud “corregida” hacia los demás, será de la boca para afuera y nada más. Muy dentro suyo, de todas maneras, pensará en su propio beneficio, y en la primera oportunidad que se le presente, se preocupará realmente de actuar en beneficio propio a costa de los demás. Preocuparse por los otros a cuenta de mi propio beneficio, es una acción que se encuentra por sobre la naturaleza humana, y para implementarla, también la ganancia que se le promete al hombre, debe estar por encima de su naturaleza. La tercera gran diferencia entre Cabalá y Moral, que es el pro- pósito de ambos métodos, la señalamos en realidad más de una vez, cuando explicamos las otras diferencias, y de todas formas, es importante describirla por sí misma. El propósito de la Moral es establecer una sociedad corregida en nuestro mundo. La meta de la sabiduría de la Cabalá, es elevar al hombre al nivel del Creador.

La sabiduría de la Cabalá, no nos fue entregada para convertirnos en mejores personas dentro del marco de este mundo, sino para elevarnos por encima de los límites de este mundo.

Ponte a prueba:

  • ¿Sobre qué fundamentos se basan la Moral y la sabiduría de la Cabalá?

Resumen de la Unidad 2

Puntos Principales

  • Lo “malo” que debemos reconocer para transitar por el camino de la Torá, es el dominio del deseo de El motivo de todo lo malo en el mundo es nuestro método de trabajo con el deseo de recibir, es decir, para su propio beneficio solamente, sin considerar a los demás y en un contraste total con las leyes de la naturaleza. La falta de equivalencia de forma entre nosotros y el atributo de otorgamiento, como resultado del trabajo con el deseo con la intención con el fin de recibir, es lo que nos impide sentir la buena y verdadera realidad, dirigida por un solo Creador, Bueno y Benefactor.
  • Dos potentes herramientas nos fueron otorgadas para iluminar la oscuridad dentro de nosotros: la Luz que reforma y la influencia del entorno. La Luz, nos indica hasta cuánto el deseo de recibir nos aleja de la espiritualidad; el entorno nos da la importancia de la espiritualidad, que en relación a ella reconocemos el deseo de recibir como malo. El reconocimiento del dominio del deseo de recibir, por un lado, y la importancia de la espiritualidad, por el otro, crea en nosotros un anhelo por la espiritualidad y deseo de corrección.
  • La sabiduría de la Cabalá y los métodos éticos están alejados uno del otro como el oriente del Los principios sobre los cuales están basados son diferentes: la Moral se basa sobre nuestra experiencia de vida como seres humanos, y la Cabalá se desprende desde el Plan de la Creación, y no está sujeta a los limites de nuestra percepción como personas. La recompensa asegurada al hombre en ambos métodos es básicamente diferente: la Moral le asegura al hombre una recompensa dentro de los límites de este mundo (una sociedad corregida), y la Cabalá – una ganancia por encima de este mundo (espiritualidad). La recompensa que la Moral le propone al hombre, no es suficiente para que renuncie a su propio beneficio en favor de la sociedad, porque tal renuncia, trasciende a nuestras fuerzas. La meta de la Moral es una sociedad corregida y la de la sabiduría de la Cabalá es la espiritualidad, y debido, a que el propósito de ambos métodos es diferente, los valores del bien y el mal también lo son.

Términos

Reconocimiento del mal: Aclarar la intención con el fin de recibir como lo malo que nos impide la espiritualidad.

La Luz que reforma: la Luz que nos ilumina desde fuera de nosotros siem- pre que no estemos corregidos. Estudiando correctamente la sabiduría de la Cabalá, la Luz que reforma actúa sobre nosotros y nos acerca a la corrección.

Preguntas y Respuestas

Pregunta: ¿Qué es el mal que debemos reconocer?

Respuesta: el mal que debemos reconocer es la intención con el fin de recibir, o más exactamente, el hecho de que estamos dirigidos por la intención con el fin de recibir, que nos conduce a aprovecharnos de los demás en lugar de unirnos a ellos y otorgarles.

Pregunta: ¿Cuáles son los dos métodos para detectar el mal?

Respuesta: los dos métodos son: la Luz que reforma y la influencia del entorno. La Luz que reforma, que nos ilumina mientras leemos los libros de Cabalá con la intención correcta de corregir el deseo, nos muestra cuán lejos estamos de la espiritualidad, o sea, que estamos inmersos en la naturaleza del deseo de recibir. Y la sensación de distanciamiento (el reconocimiento del mal) despierta en nosotros el deseo de corrección. Del entorno espiritual en el cual actuamos, recibimos la importancia del atributo de otorgamiento, que en relación a ella, estimamos el dominio del deseo de recibir y la separación de la espiritualidad como malo.

Pregunta: ¿sobre qué se basan la Moral y la sabiduría de la Cabalá respec- tivamente?

Respuesta: la Moral se basa en nuestra experiencia de vida como seres humanos en este mundo. Cuando la vida nos indica que nuestro comportamiento personal afecta al bien general, nosotros presionamos a la persona para que no se comporte de tal manera. La sabiduría de la Cabalá, extrae su conocimiento del Plan de la Creación y no está sometida a los límites de nuestra percepción como seres humanos en este mundo.

Secuencia Lógica

(Sinopsis del Desarrollo del Curso)

Aprendimos que la sabiduría de la Cabalá es el método de revelación del Creador a los creados en este mundo.

Aprendimos que para descubrir al Creador, debemos cambiar la intención de “con el fin de recibir” a “con el fin de otorgar”.

Aprendimos que en los libros de Cabalá se oculta una fuerza espiritual es- pecial llamada “Luz que reforma”, que tiene el poder de cambiar nuestras intenciones, de “con el fin de recibir” a “con el fin de otorgar”.

Aprendimos que solo aclarando nuestra relación con el prójimo podemos crear dentro de nosotros una demanda verdadera hacia la Luz que reforma.

Aprendimos que solo eligiendo el entorno correcto para el desarrollo espiri- tual, podemos esclarecer con exactitud nuestra actitud hacia el prójimo.

Aprendimos que los puntos en el corazón son las partes rotas del alma del primer Hombre, y que al construir un entorno espiritual con los otros pun- tos en el corazón, creamos el pedido de corrección, de unión entre las partes rotas, y atraemos la Luz que reforma.

Aprendimos que la base de una referencia verdadera hacia la Luz que reforma es “No hay nada más que Él”, o sea atribuir todos los casos que se revelan al único Creador, origen de todas las causas.

Aprendimos que atribuyendo al Creador todas las situaciones que se presen- tan, acortamos el proceso de corrección y nos ahorramos dolor y sufrimiento.

En la próxima lección estudiaremos sobre el orden de la corrección del deseo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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El alma del primer hombre

Lección No. 7 Unidad 1 – Cinco mundos

En esta lección estudiaremos: Las cuatro fases de la Luz directa / Los cinco mundos espirituales / Dónde se hallan los mundos espirituales

La Luz Crea el Kli (Vasija)

En las lección anterior, nos ocupamos de la pregunta del libre albedrío. Clarificamos el tema a partir de la realidad de la vida en nuestro mundo, desde el especial punto de vista de la sabiduría de la Cabalá. En la lección 6, dejaremos de lado por un momento la realidad de la vida en nuestro mundo y profundizaremos en la estructura de los mundos espirituales. El conocimiento de la estructura de estos mundos y del proceso de su creación, nos permitirá comprender con mayor profundidad la realidad en la que nos desempeñamos y la cuestión del libre albedrío. Comencemos por el principio – El Plan de la Creación es beneficiar a Sus creados. De la corrección del deseo, los cabalistas perciben que el Creador es el deseo de otorgar, la fuerza de otorgamiento, donde todo Su propósito es entregar a los demás el bien que hay en Él. Por consiguiente, el Creador crea al creado, deseo de recibir, para que reciba toda Su bondad. Si es así, el principio de la creación es el Plan del Creador de beneficiar a los creados. Este Plan, es la razón y el programa de la creación entera.

El deseo de otorgar se llama “Luz”, el deseo de recibir se llama “Kli” El deseo de recibir fue generado por el deseo de otorgar en el proceso de desarrollo de cuatro fases -“cuatro fases de la Luz directa”. En estas etapas, la Luz construye el Kli, de manera que esté preparado para recibir la abundancia.

El proceso comienza en la Fase 1 – en el punto donde el Kli es creado y se llena de Luz, y termina en la Fase 4 – en el deseo del creado de ascender al nivel del Creador y alcanzar el mayor placer que existe en la Creación (ver Gráfico Nº4). En cada una de sus etapas de desarrollo, el Kli acumula un discernimiento determinado, hasta que en la Fase 4, se convierte en un Kli adecuado para la recepción de la Luz.

Antes de las cuatro fases, existe un programa de acción, llamado “Plan de la Creación de beneficiar a Sus creados”. Este es el plan que existe en la raíz de la Creación, por lo tanto es llamado “Fase de Shóresh (raíz)”. La Fase de Shóresh, es en realidad el deseo de otorgar, que va sacando de su interior el deseo de recibir en sus cuatro fases de evolución.

 

La primera etapa de la evolución del deseo es llamada “Fase 1”. En esta fase, fue creado un deseo de recibir lleno de Luz. La Luz crea el Kli, el deseo de recibir (ver Gráfico Nº 4), que es totalmente compatible con la Luz que lo ha creado, de modo que la Luz llena el Kli y le proporciona placer.

Cuando el deseo en la Fase 1, siente que la Luz le llega de alguien que le otorga la Luz, comprende que el placer verdadero no se halla en la recepción, sino en el otorgamiento. Como resultado, comienza a desear dar. Esta nueva etapa de la evolución del deseo se denomina “Fase 2” (ver Gráfico Nº 4). En esta fase, el deseo de recibir quiere recibir placer del otorgamiento y no de la recepción. Si en la Fase 1 fue creado el deseo de recibir, en la Fase 2 es creado el deseo de otorgar. El deseo de recibir en la Fase 2 quiere otorgar. La pregunta es, si puede hacerlo. La respuesta es no, debido a que no tiene qué otorgar, no tiene qué dar. La única fuente de otorgamiento en la Creación es el Creador. El creado, sólo puede recibir la abundancia, pero no tiene la capacidad de dar nada de sí mismo. El deseo de otorgar en la Fase 2, es por lo tanto sólo deseo, no está claro cómo es posible implementarlo.

La solución al problema se halla en la naturaleza del Creador. El Creador quiere dar, y para llevar a cabo su deseo de otorgar, creó el deseo de recibir – porque sin el deseo de recibir, el Creador no puede otorgar. Resulta, que lo que el creado desea recibir, es en definitiva, lo que puede brindarle al Creador. La única manera que el creado puede otorgar, es recibiendo del Creador el beneficio que quiere darle. Sólo que debe recibirlo no para su propio beneficio sino para beneficio del Creador, para permitirle realizar Su deseo de otorgar.

Y así lo hace. El deseo de recibir, recibe del Creador con el fin de otorgarle, y esta recepción se denomina Fase 3 (ver Gráfico Nº 4). En esta fase, el deseo de recibir recibe, y de ese modo, le devuelve (otorga) a la Fase de Shóresh, al Creador. Ahora se genera un círculo perfecto en el que todos otorgan: la Fase de Shóresh (el Creador) otorga al deseo de recibir (Fase 1), y el deseo de recibir, luego de pasar por las Fases 1, 2 y 3, le devuelve (otorga) al Creador, de modo que Él recibe del deseo de recibir. En la Fase 3, la acción es de recepción, como en la Fase 1, pero su intención es de otorgamiento, como en la Fase 2.

En la Fase 3, el deseo de recibir otorga realmente, y por primera vez siente qué es ser como el Creador, qué es otorgar. Recuerden, “Creador”, en la sabiduría de la Cabalá, es el “deseo de otorgar”, y el único camino que el creado tiene de sentir al Creador, conocerlo y comprenderlo, consiste en hacer acciones de otorgamiento como Él. Esta acción, se realiza por primera vez en la Fase 3.

La Fase 3 siente qué es ser como el Creador, y como resultado, se despierta en ella un nuevo deseo, quiere recibir el placer que se revela en la condición del Creador, quiere disfrutar de todo lo que existe y del Creador mismo. Este nuevo deseo, se llama Fase 4, y es el último deseo que se crea (ver Gráfico Nº 4).

A diferencia de la Fase 3, el deseo en la Fase 4 no quiere otorgar y no calcula sus movimientos en la medida en que puede otorgar. Sólo le interesa una cosa- disfrutar de todo – también, y principalmente, del propio Creador, del placer que se revela al estar en Su condición. Imagínense que se les revela la posibilidad de conocer todos los secretos de la Creación, todos los lazos que unen todas las partes de la realidad, dominar cada detalle, y dirigir toda la Creación en vuestro beneficio. El primer premio de la lotería, sería “dinero chico” comparado a las posibilidades que se abrirían frente a ustedes. ¿Quién de nosotros no aceptaría esto?

De este modo, desde el punto de vista limitado de nuestro mundo, podemos imaginar el placer de ser como el Creador. En espiritualidad, las cosas en verdad se sienten totalmente diferentes, sólo cuando las alcancemos, sabremos de qué se tratan. Pero de todos modos, este ejemplo imaginario nos puede ayudar a comprender en algo, cuál es el deseo que se revela en la Fase 4.

Para finalizar, repasemos brevemente todo el proceso: la Fase de Shóresh, el deseo de otorgar, saca de sí la Fase 1, el deseo de recibir, y la llena de Luz. La Fase 1 siente que existe alguien que le da la Luz y quiere parecerse a Él y otorgar, de ese modo, se crea la Fase 2. Para que la Fase 2 pueda realizar su deseo de otorgar, recibe en la Fase 3, sólo para permitirle a la Fase de Shóresh realizar su deseo de otorgar. Y cuando la Fase 3 siente realmente qué es ser como el Creador, quiere recibir dentro de ella también todo el placer que se revela en la condición del Creador. Este nuevo deseo es la Fase 4, llamada también “Maljut”. La Fase 4, es el deseo de recibir que se ha creado. Todas las fases anteriores no se consideran deseo de recibir, sino discernimientos de la Luz anteriores a la aparición del deseo de recibir. El deseo de recibir en la Fase 4 es la Creación que creó el Creador: dentro de ella distinguimos los niveles de inanimado, vegetal y animado en nuestro mundo y los niveles de inanimado, vegetal y animado en los mundos espirituales. Cada elemento de nuestro mundo y cada elemento de los mundos espirituales son, en su esencia, deseo de recibir (ver Gráfico Nº 5).

En este punto es importante aclarar que el deseo de recibir en la Fase 4 aún no es un ser que pueda corregirse a sí mismo y alcanzar la adhesión con el Creador. Aún debe atravesar muchas etapas de evolución para que se cree en su interior un ser semejante.

Ponte a prueba:
  • Resumir brevemente las cinco etapas de la formación del deseo de re-

Cinco Mundos

La primera condición para la creación de un ser que pueda recibir el beneficio que el Creador desea brindarle, es que el creado desee independientemente recibir el beneficio. Por lo tanto, no es posible beneficiar a alguien por coerción, sin que lo desee. El deseo de recibir, debe querer por sí mismo el beneficio que el Creador desea brindarle. Supuestamente, un deseo como este se creó en la Fase 4, pero la creación del deseo en la Fase 4 (como todo el proceso de evolución del deseo de recibir) se realizó sin que el creado sea consciente de ello. En las cuatro fases de la Luz directa, la Luz saca de su interior el deseo de recibir mecánicamente, sin la intervención del deseo.

Un deseo independiente por parte del creado, es posible solamente en una realidad en la que el Creador se oculta del creado. Si el Creador se revelara ante el creado, éste se anularía frente al Creador. Esto es similar a las relaciones padres e hijos en nuestro mundo – mientras los hijos están bajo la protección de los padres, ellos no pueden ser realmente independientes.

Y existe otro modo de describir la necesidad del ocultamiento. Para despertar en el creado un deseo independiente por el placer, el cual le fue asegurado en el Plan de la Creación, la sensación de placer debe llenarlo una vez y luego evaporarse. Sólo bajo esas condiciones puede producirse el deseo de placer. También en nuestro mundo (de acuerdo a la ley de raíz y rama) existen condiciones parecidas. Por ejemplo, para que se despierte en nosotros el deseo por una comida determinada, debemos sentir su sabor una vez, y sólo luego que el gusto desaparezca, se despertará en nosotros un deseo propio por ese gusto. 

Por lo tanto, después de la salida del deseo de recibir en la Fase 4, el Creador aleja de Sí el deseo de recibir mediante un sistema de cinco mundos. El sistema de los mundos, oculta gradualmente al Creador del deseo de recibir. La palabra mundo, “Olam”, proviene del término hebreo “He´elem” (desaparición). Y así hasta la realidad de este mundo, en el cual no existe en el deseo de recibir ninguna sensación del Creador, el Creador está completamente oculto de nosotros.

Los cinco mundos salen de acuerdo a la estructura de las cuatro fases de la Luz directa. Frente a la Fase de Shóresh sale el mundo de Adam Kadmón, frente a la Fase 1 sale el mundo de Atzilut, frente a la Fase 2, el mundo de Briá, frente a la Fase 3 el mundo de Yetzirá, y frente a la Fase 4 sale el mundo de Asiyá (ver Gráfico Nº 6). Por debajo del mundo de Asiyá se encuentra este mundo.

Los cinco mundos, son, como ya se ha dicho, cinco fases de ocultamiento de la Luz del Creador (placer) del deseo de recibir. En el mundo de Adam Kadmón, el deseo de recibir siente el 100% del placer, en el mundo de Atzilut siente el 80% del placer, en el mundo de Briá el 60%del placer, en el mundo de Yetzirá el 40% del placer, en el mundo de Asiyá siente el 20% del placer, y en este mundo el 0%. En nuestro mundo, no sentimos al Creador en absoluto, y justamente, dentro de esta situación, se puede producir en nosotros el deseo independiente de conectarnos con Él.

Es importante destacar que la Luz en sí, no cambia, tal como escriben los cabalistas: “la Luz infinita (Ein Sof) se halla en reposo absoluto» (Escritos de Baal HaSulam, Talmud Eser Sefirot, parte A, Luz interior, pág. 9, punto 2.). Sólo el Kli (vasija) – el deseo de recibir – es el que se modifica, y de acuerdo a eso, siente la única Luz simple de maneras diferentes.

En el desprendimiento de los cinco mundos de arriba hacia abajo, el deseo de recibir va descubriendo cada vez más cuán opuesto es en su naturaleza a la naturaleza de la Luz. La Luz es deseo de otorgar, mientras que él es deseo de recibir. Y esta oposición, que se revela más y más con el desprendimiento de los mundos, oculta la Luz en escala ascendente, hasta la completa ocultación. En cada mundo, el deseo de recibir se hace más tosco, más denso, más inmerso en la naturaleza de la recepción. Y al llegar a este mundo, la naturaleza de recibir lo controla absolutamente y le oculta la Luz por completo (Ver Gráfico  Nº 6).

Como se ha dicho, la salida de los cinco mundos se realiza de acuerdo a la estructura de las cuatro fases de Luz directa. En realidad, cada elemento en la Creación, está construido de acuerdo a la estructura de las cuatro fases de la Luz directa. Las cuatro fases, y la Fase de Shóresh que las precede, son como un modelo básico, que de acuerdo a él está construida toda la Creación y cada elemento dentro de ella.

Por lo tanto, cada mundo está dividido también en cinco partes interiores, llamadas “Partzufim”, y cada Parztuf (cierto estado espiritual) está dividido también en cinco partes, llamadas “Sefirot”. Resulta, que los mundos espirituales están divididos en 125 partes, según el siguiente cálculo: cinco mundos por cinco Partzufim en cada mundo por cinco Sefirot en cada Partzuf. Estas 125 partes, son los 125 escalones espirituales que se desprenden de arriba hacia abajo, los cuales subiremos en nuestro camino de regreso de abajo hacia arriba.

Ponte a prueba:
  • Detalla la estructura de los mundos espirituales, y escribe cuál es motivo de la salida de los

Todo Está por Dentro

Uno de los pensamientos que inquietan a las personas que estudian la sabiduría de la Cabalá, y principalmente a los alumnos nuevos, es que es imposible de alcanzar la espiritualidad, que su seguimiento se asimila al de Sísifo persiguiendo a la virtuosa princesa en los libros de cuentos. Pero la espiritualidad está mucho más cerca de nosotros de lo que suponemos. Precisamente porque está tan próxima a nosotros, es que no la percibimos. Es como el polvillo sobre el cristal de las gafas, que está oculto a nuestra vista, precisamente, por estar tan cerca de nuestros ojos.

La verdad es que los mundos espirituales están mucho más cerca de nosotros que ese polvillo. Para alcanzar la espiritualidad, no necesitamos viajar a ninguna parte, ni siquiera caminar, o extender la mano ni tampoco hacer algún movimiento microscópico hacia el exterior. Los mundos espirituales, sencillamente, no se hallan fuera de nosotros. Como toda la estructura espiritual, y como la espiritualidad misma, los mundos espirituales están en nuestro interior.

No existe un mundo fuera de nosotros. También el mundo material, es en realidad, una imagen interior que se dibuja dentro de nosotros (como aprendimos en la primera unidad de estudio). Cada uno de los cinco mundos espirituales, es un discernimiento interior de nuestro deseo, un estado en el cual nos encontramos en mayor o menor medida de conexión con el prójimo y de comunicación con el Creador. Si nos conectamos con el prójimo, en vínculos de amor verdadero, descubrimos los mundos espirituales, y ascendemos a los mundos de Asiyá, Yetzirá, Briá, Atzilut y Adám Kadmón, hasta el final de la corrección. Si nadie descubre los mundos, los mundos no existen.

“Nosotros no innovamos nada”, dijo el gran cabalista del Siglo XVIII, el Rabino Menajem Mendel de Kotzk, “Todo nuestro trabajo únicamente consiste de iluminar lo que se esconde en el interior de la persona”. Todos los niveles de conexión corregida con el prójimo, de la más pequeña a la más grande, ya se hallan como potencial en cada uno de nosotros. Sólo esperan ser revelados. Igual que un niño, que de acuerdo a su desarrollo descubre las capacidades ocultas en su interior: sentarse, caminar y hablar, así, la persona se desarrolla en la espiritualidad, descubre en cada etapa de su desarrollo lazos más estrechos de otorgamiento entre él y el prójimo, y en consecuencia, sube los escalones espirituales, y alcanza en su interior la conexión con el Creador con mayor fuerza.

Los cabalistas nos escriben, que todos nos hallamos ya en un estado corregido. Solo nos resta descubrirlo. Nos resulta difícil comprenderlo, pero el Creador no es preso de las cadenas del tiempo, movimiento y lugar, y por lo tanto, no tiene límites de tiempo, movimiento o lugar para concretar Su Plan de beneficiar a los creados. En el mismo instante que surgió el plan de beneficiar a los creados, también se concretó. Nosotros ya nos hallamos en el estado corregido, pero se nos ha ocultado, para que podamos descubrirlo en todo su poder y magnificencia. Los cabalistas resumen todas las fases del desarrollo de la Creación en tres etapas principales: Etapa A – el Plan de la Creación: Etapa B – corrección de la Creación: Etapa C – final de la corrección, la Meta de la Creación (ver Gráfico Nº 7). En el final de la corrección, estamos conectados unos a otros con vínculos de amor y otorgamiento, y en un solo deseo común, que al unirse juntos, brilla la Luz del Creador. Para que podamos alcanzar este estado en toda su intensidad, este se oculta de nosotros, y nosotros debemos descubrirlo dentro del ocultamiento, en lo que se llama “corrección de la Creación”.

El cabalista Baruj Shalom Ha Levy Ashlag, hijo primogénito de Baal HaSulam, hace una bonita descripción sobre este tema. Imagínense, escribe, que un tío rico de América depositó en el banco un millón de dólares a vuestro nombre, pero pidió que no les revelasen esta importante noticia hasta que se den las condiciones adecuadas para recibir esa información. Ustedes viven sus vidas sin saber nada sobre el dinero. Y entonces, un buen día, llaman desde el banco y les informan sobre los fondos ocultos. El dinero estaba allí todo el tiempo, lo único que cambió es vuestro conocimiento. Como el dinero, salvando las diferencias, también el final de la corrección – nosotros ya estamos allí, sólo que no lo sabemos. Debemos descubrirlo.

El descubrimiento de nuestro estado corregido se realiza gradualmente, ascendiendo de mundo en mundo, desde este mundo hasta el mundo de Adám Kadmón. El ascenso por la escalera espiritual, se realiza por medio de la corrección del deseo de recibir, del uso con la intención con el fin de recibir, al uso con la intención con el fin de otorgar. En la corrección del deseo, adquirimos un Kli adecuado para la recepción de la Luz.

Una y otra vez, corregimos otra parte del deseo de recibir, hasta que todo el deseo esté corregido, e ilumine en él todo el placer que el Creador le destinó al creado en el Plan de la Creación. La corrección de la intención de recepción a otorgamiento, se realiza atrayendo la Luz que reforma durante el estudio de la sabiduría de la Cabalá.

En resumen, con el fin de desarrollar en nosotros un deseo independiente grande y cualitativo, tanto como sea posible, el Creador se oculta detrás de los cinco mundos espirituales. Para corregir la intención de “con el fin de recibir” a “con el fin de otorgar”, mediante la Luz que reforma, nosotros subimos de regreso por los peldaños espirituales y logramos el placer espiritual.

Ponte a prueba:
  • ¿Dónde se encuentran los Mundos espirituales, y cómo asciende el in- dividuo por sus peldaños?

Resumen de la Lección

Puntos Principales

  • La Luz crea al deseo de recibir en un proceso de cuatro etapas denominado “Cuatro fases de la Luz directa”.
  • La Fase 4, de las cuatro fases de la Luz directa, es el deseo de recibir que se creó, y todas las fases anteriores a la misma, son discernimientos de la Luz.
  • Para permitir al creado tener un deseo independiente, el Creador aleja de Sí el deseo de recibir a través de cinco mundos espirituales (Adam Kadmón, Atzilut, Briá, Yetzirá y Asiyá) hasta este mundo, lugar en el que el Creador está totalmente oculto de nosotros.
  • Todos los mundos espirituales se encuentran dentro de la Los mundos espirituales son revelados ante nosotros mediante la corrección del deseo de recibir con la intención con el fin de otorgar. En la corrección del deseo, paso tras paso, ascendemos por la escalera de los mundos espirituales hasta la corrección final.

Términos

Luz – Deseo de otorgar.

Kli (vasija) – Deseo de recibir.

Cuatro fases de Luz directa – Proceso de crear un Kli a partir de la Luz.

Maljut – El deseo de recibir que fue creado en las Cuatro fases de Luz directa.

Respuestas a las Preguntas

Pregunta: Resume brevemente las cinco etapas de la creación del deseo de recibir.

Respuesta: Fase de Shóresh: Deseo del Creador de otorgar a los creados. Fase 1: Deseo de recibir. Fase 2: Deseo de otorgar. Fase 3: Deseo de recibir con el fin de otorgar. Fase 4: Deseo de disfrutar de la posición del Creador.

Pregunta: Detalla la estructura de los mundos espirituales, y explica la causa de la salida de los mundos.

Respuesta: El mundo más superior es el de Adam Kadmón, le sigue el mundo de Atzilut y los mundos de Briá, Yetzirá y Asiyá. Debajo del mundo de Asiyá, se encuentra este mundo. La causa de la salida de los mundos, es la necesidad de ocultar al Creador del creado. Los cinco mundos espirituales, son de he- cho, niveles de ocultamiento, que se van incrementando, del Creador hacia el creado.

Pregunta: ¿Dónde se encuentran los mundos espirituales y cómo asciende la persona por sus peldaños?

Respuesta: Todos los mundos espirituales se encuentran dentro de la perso- na. Estos mundos son distintos niveles del deseo corregido con la intención con el fin de otorgar. En la corrección del deseo, paso tras paso, subimos por las escaleras de los mundos espirituales.

 

Lección N° 7 Unidad 2 – Almas en los Mundos

En esta lección estudiaremos sobre: El Alma del Primer Hombre / El pecado del Árbol del Conocimiento del Bien y el Mal

El Alma del Adam HaRishón (Primer Hombre)

En la lección anterior, estudiamos cómo la Luz saca de su interior el deseo de recibir en las cuatro fases de la Luz directa. También estudiamos, cómo de acuerdo a la estructura de las cuatro fases, se desprendieron de Arriba hacia abajo los cinco mundos espirituales, que ocultan la Luz al deseo de recibir.

Aparentemente la imagen es clara, el Creador se oculta a Sí mismo en cinco mundos espirituales, para que el creado, en este mundo, lo descubra mientras va ascendiendo por esos mundos. El tema, es que la realidad del creado en este mundo, que anhela la espiritualidad, requiere, necesariamente, la realidad de un creado espiritual en contraposición a él. Como oposición a la rama material en nuestro mundo, que se expresa como un deseo de espiritualidad, debe haber una raíz espiritual. Y esa raíz, aún no ha sido revelada en la salida de las cuatro fases de la Luz directa y los cinco mundos espirituales. Sobre la salida de esa raíz espiritual, llamada “Alma del Primer Hombre”, estudiaremos en esta segunda unidad.

En la creación del Kli (vasija), a partir de la Luz en las cuatro fases de la Luz directa, aún no se encuentra el creado. En estas cuatro fases, fue creado solamente el deseo de recibir, que es la materia de la Creación. Aun no salió de su interior el creado en sí. Tampoco en el desprendimiento de los mundos de Arriba hacia abajo, existe aún la presencia del creado. En la salida de los cinco mundos espirituales, fue creado solamente el entorno adecuado para la creación del creado, para que pueda corregirse a sí mismo por medio del estudio de la sabiduría de la Cabalá. El creado en sí, aún no se ha creado. Los cinco mundos espirituales, no son más que un entorno inanimado, que en su interior será posible crear al creado.

Y efectivamente, después de la salida de los mundos espirituales, se creó al creado. No se trata por supuesto de la persona de nuestro mundo, sino de un discernimiento espiritual – parte especial del deseo de recibir, cuyo propósito es alcanzar la equivalencia de forma con el Creador. Éste fue creado en el mundo de Atzilut y se llama “Alma del primer hombre” (Ver Gráfico Nº 8).

En esta etapa del estudio, donde nuestro conocimiento de la sabiduría de la Cabalá no es tan amplio, no podemos comprender cuál es la esencia intrínseca del “Primer Hombre”, de qué parte del deseo fue creado y en qué condiciones. Por ahora, tendremos que conformarnos con la siguiente definición: “Alma del Primer hombre” es una parte del deseo de recibir, donde cada una de sus partes están relacionadas entre sí por lazos de otorgamiento y amor y trabajan juntas, como un solo cuerpo.

 

En términos más simples, el Alma del Primer hombre, es el deseo que trabaja en otorgamiento. Deseo, donde todas sus partes están relacionadas entre sí con la intención con el fin de otorgar y ellas actúan como partes conectadas en un solo sistema. Y en este único sistema, en la conexión entre todas sus partes, se revela la Luz única – el Creador.

El mejor ejemplo en nuestro mundo de un sistema similar, es el cuerpo humano. Tanto el cuerpo humano, como el Alma del Primer Hombre, están compuestos de muchísimas partes, células y órganos, todos conectados juntos y trabajando por el bienestar del cuerpo en general. También en el cuerpo humano, la conexión entre todas sus partes, crean una plenitud maravillosa que no se encuentra en cada parte por separado.

El Alma del Primer Hombre, es de hecho, nuestro estado corregido, estado en el cual todos los seres humanos están conectados en conjunto como un solo cuerpo, en vínculos de otorgamiento y amor. Y surge la pregunta: si el deseo ya se halla en su estado corregido, en el Alma del Primer hombre,

¿cuál es la necesidad de la existencia de la persona en este mundo, que tiene que corregir su deseo mediante el estudio de la Cabalá? ¿Para qué nos impusieron nuestro estado corrupto, si ya nos hallamos en el estado corregido?

Para responder a esta pregunta debemos retroceder un poco atrás, a la Fase 1 de las cuatro fases de la Luz directa. También en la Fase 1 se revelaron condiciones semejantes a las que se revelan en el Alma del Primer Hombre, y también en relación a ella surge una pregunta similar. Si conociéramos mejor el estado revelado en la Fase 1, podríamos comprender por qué con la salida del Alma del Primer Hombre no termina el proceso de la corrección del deseo.

En la Fase 1 fue creado el deseo de recibir. La Fase de Shóresh saca de su interior a la Fase 1 como deseo de recibir, para que pueda materializar su deseo de otorgar. Ella, llena de Luz el deseo de recibir, y así implementa su deseo de otorgar. Como en el Alma del Primer Hombre, también en la Fase 1 se dan aparentemente todas las condiciones para concretar el Plan de la Creación. Existe un Creador que desea otorgar el bien, y un creado que recibe Su beneficio. ¿Qué más falta?

La respuesta es simple: falta independencia. El deseo de recibir en la Fase 1 fue creado en un estado especial, fue creado con Luz en su interior. La carencia y el llenado se revelan juntos, y como resultado, el llenado anula la sensación de carencia. Esto se asimila a la sensación de saciedad que sentimos en nuestro mundo, cuando la comida (el llenado) apaga la sensación de apetito (la carencia). En otras palabras, en la Fase 1 no existe la sensación de carencia, de deseo. La Luz anula a la vasija, y por lo tanto, el deseo de recibir no siente su existencia. No es consciente de sí mismo, y con certeza, tampoco está consciente del Creador que está fuera de él. En ese estado, no es posible implementar el Plan de la Creación, porque todavía no hay un deseo independiente de recibir la Luz, y como ya aprendimos, un deseo semejante, es la condición básica para la implementación del Plan de la Creación.

Lo bueno que el Creador quiere otorgar al creado es elevarlo a Su nivel, al mayor estado de consciencia posible: ser como Él, conocer el programa general de la Creación en cada detalle, el Plan mismo de la Creación. Pero el deseo de recibir en la Fase 1, se halla en estado totalmente inverso a este, no es consciente de sí mismo en absoluto. El placer que lo llena también lo anula, y no siente su existencia. Eso no es asemejarse al Creador. Por lo tanto, el proceso de desarrollo del deseo continúa.

Un estado similar al de la Fase 1, se revela, como dijimos, también en el Alma del Primer Hombre. El Alma del Primer Hombre, fue creada dentro del estado de otorgamiento, cuando está llena de Luz. Ella nunca sintió cuál es el estado inverso al otorgamiento, y por eso, no puede sentir qué es verdaderamente otorgar. En cierto sentido, tampoco ella, como la Fase 1, es consciente de su estado.

El objetivo de la Creación es, como mencionamos antes, elevar al creado al nivel del Creador, en otras palabras, no solo que esté en el estado de otorgamiento, sino que alcance el pensamiento que se encuentra detrás de ese estado y que sepa llevarlo a cabo por sí mismo. Para que el creado pueda llegar a ese elevado nivel, el Alma del Primer Hombre se rompe en el proceso llamado “Pecado del Primer Hombre”. Cuando conectamos juntas todas las partes rotas, no solo reconstruimos el estado corregido de la conexión en cual ya estuvimos, sino adquirimos el intelecto que da existencia a ese estado, el propio Plan de la Creación.

Sobre el rompimiento y sus consecuencias, ampliaremos en la próxima lección.

Ponte a prueba:
  • ¿Qué significa “Alma del Primer Hombre”?

Seiscientas Mil Almas

El individuo es la única criatura en el mundo que no se halla en otorgamiento. Todo inanimado, vegetal y animado, obedecen absolutamente a la ley de la naturaleza, la única, que dirige la Creación. Todos actúan en armonía completa como un solo cuerpo, siempre en beneficio del cuerpo entero – todos, excepto el ser humano. El humano, es la única criatura en el mundo que actúa en contra de las leyes de la naturaleza. Y en consecuencia de esto, sufre.

Es extraño. ¿Por qué precisamente nosotros? ¿Qué sentido tiene crear un ser tan desarrollado como nosotros y arrojarlo a nuestro mundo, solo para que una y otra vez suba con su auto estropeado a la carretera y viaje nueva- mente, sin alternativa, en sentido contrario al tráfico?¡¿Quién disfruta con todo esto?! Yo no, eso es seguro. Es muy probable que ustedes tampoco. Pero si nos detenemos por un momento y tratamos de comprender la lógica que existe detrás de este teatro absurdo, veremos que hubiera sido imposible ordenar las cosas de otra manera. Solamente dentro de esa contrariedad, puede revelarse todo lo bueno y beneficioso que es para nosotros el Plan de la Creación.

Los niveles inanimado, vegetal y animado en nuestro mundo, aunque se hallan en completo otorgamiento y armonía, no tienen consciencia de ello. El Creador los conduce interiormente, como marionetas, conforme a las leyes de la Creación, y ellos no preguntan por qué. “Ángeles”, así son llamados en la sabiduría de la Cabalá – fuerzas, que con su ayuda el Creador dirige la Creación. Los niveles inanimado, vegetal y animado no tienen independencia, y tienen muy poca consciencia de su estado, si es que la tienen.

“El hombre fue creado para levantar los cielos”, dijo el Rabino Mendel de Kotsk. Como el resto de las palabras de los cabalistas, también las del Rabino de Kotsk son tan profundas como el mar, y para comprender realmente, debemos llegar a su nivel. De todas maneras no nos equivocaremos si llegamos a la conclusión de que no fuimos creados para ser marionetas.

El humano, es el único creado naturalmente opuesto al atributo de otorgamiento, porque precisamente dentro de esa oposición, es posible elevarse al nivel más alto de la Creación. Si aprendemos a elevarnos desde el estado de separación al estado de otorgamiento, no solo estaremos en otorgamiento y armonía con toda la Creación, sino que en nuestro camino hacia el estado corregido, adquiriremos también el intelecto que dirige la Creación, y podremos dar existencia a ese estado por nosotros mismos.

La Meta de la Creación es beneficiar a los creados, y el beneficio que nos fue asignado es ascender al nivel del Creador, conocer el programa de la Creación en todos y cada uno de sus detalles y cumplirlo. Para llegar a eso, debemos contener en nuestro interior toda la diferencia que existe entre la recepción total y el otorgamiento total. Solo estudiando la separación se puede llegar a la integridad. Por lo tanto, la persona tiene que nacer en nuestro mundo bajo el dominio del deseo de recibir, y justamente dentro de esa oposición, elevarse de la separación a la conexión, de la recepción al otorgamiento.

 

Para posibilitar estas condiciones, fue creada el Alma del Primer Hombre en el mundo de Atzilut en el estado corregido, y luego se rompió. Cada uno de nosotros, los seres humanos, somos el resultado del rompimiento del Alma del Primer Hombre. En cada uno de nosotros existe una chispa del Creador, parte pequeña de esa alma rota, y nuestra misión común es unir nuevamente todas esas “chispas” en un solo alma, como estuvimos conecta- dos juntos en el Alma del Primer Hombre.

En el rompimiento del Alma del Primer Hombre, se rompió el contacto del otorgamiento y el amor, que conectaba entre todas las partes. Como consecuencia, también en nuestro mundo, el contacto entre nosotros está roto. Nosotros vivimos en una realidad de separación, y dentro de esa realidad, mediante el estudio de la sabiduría de la Cabalá, tenemos que lograr la conexión que ya teníamos. Solo que esta vez, debemos lograrla a partir de un deseo independiente y consciente.

Para comprender más profundamente el trabajo que debemos realizar en el ascenso desde nuestro mundo hacia la espiritualidad, ampliaremos un poco la explicación sobre el proceso espiritual llamado “Rompimiento del Alma del Primer Hombre”. Comenzaremos con una importante aclaración: el Primer Hombre que fue creado en el mundo de Atzilut, no es el mismo personaje que vivió en nuestro mundo hace 5.774 años y que fue el primero en descubrir la espiritualidad. Se tratan de dos discernimientos totalmente diferentes. El Alma del Primer Hombre en Atzilut, es un discernimiento espiritual, que no tiene, de manera alguna, forma material. El primer hombre en nuestro mundo, era una persona de carne y hueso. El Primer Hombre que fue creado en el mundo de Atzilut, es ese mismo Primer Hombre sobre el cual se habla al principio del Génesis. Todas las historias de la Torá, como todos los escritos sagrados posteriores, son de hecho, narraciones de los discernimientos espirituales. El Pecado del Árbol del Conocimiento del bien y el mal, que figura en la Torá, y el Destierro del Paraíso, describen, en realidad, el proceso espiritual llamado “Rompimiento del Primer Hombre”.

Como hemos dicho, en el rompimiento del Primer Hombre, se ha roto el contacto de otorgamiento que conectaba entre sus partes. Como consecuencia de ello, los cabalistas escriben, se dividió el Primer Hombre en seiscientas mil partes rotas del alma, que descendieron del mundo de Atzilut a los mundos de Briá, Yetzirá y Asiyá (Ver Gráfico Nº 9). Cada alma rota en los mundos espirituales se divide también ella en sendas chispas de alma, que cayeron en nuestro mundo. Esas chispas de alma, son los puntos en el corazón que despiertan en cada uno de nosotros. En cada uno de nosotros hay un fragmento del deseo del Alma del Primer Hombre, que quiere volver a la conexión, al contacto con el Creador, a la espiritualidad. Debemos conectar esos deseos nuevamente, juntos en un solo deseo, del mismo modo que estuvimos co- nectados antes del rompimiento. Y debido a que en la ascensión de abajo hacia Arriba, nos conectaremos dentro de nuestro deseo libre y consciente, lograremos el contacto con el Creador en toda su profundidad.

Así suenan las palabras de boca de Rabash (Escritos de Rabash, parte A, artículo “El hombre siempre venderá las vigas de su casa”,1984, artículo “Según lo explicado sobre el asunto de ‘ama a tu prójimo como a ti mismo,
1984.”): «Hay en cada uno chispas del amor al prójimo, más una chispa no podría encender la luz del Amor… por lo tanto, acordaron que conectándose juntas – de todas las chispas se hará una llama grande… y cuando tenga una fuerza enorme, entonces, en su interior tendrá la fuerza para implementar el amor al prójimo. Y de ese modo, podrá llegar al amor al Creador”.

Ponte a prueba:
  • ¿Por qué se rompió el Alma del Primer Hombre?

De Arriba Hacia Abajo y de Regreso .

Finalizaremos esta lección de estudio, como prometimos, uniendo todas “las piezas del rompecabezas” que hemos estudiado hasta el momento, en una imagen lo más amplia y comprensible. Uno a uno, pondremos en sus lugares todos los detalles principales, que conforman la realidad en la cual trabajamos en la elevación de abajo hacia Arriba. Todo esto, haciendo hinca- pié en la importancia del entorno y el tema del libre albedrío.

En el artículo “La esencia de la sabiduría de la Cabalá”, escribe Baal HaSulam:

 

“La sabiduría de la Cabalá es el orden de las raíces, que se desprenden según causa y efecto y continúa en base a leyes fijas y determinantes las cuales se unen y acomodan hacia un objetivo Superior, denominado: revelación del Creador a sus creados en este mundo”. En otras palabras, la sabiduría de la Cabalá es la sabiduría del orden del desarrollo de la Creación desde su comienzo hasta su final. Ella nos enseña qué es el Plan de la Creación, cómo se manifiesta, de qué manera se implementa y cómo nosotros tomamos parte en su implementación.

Los cabalistas, son personas que han corregido su intención de “con el fin de recibir” a “con el fin de otorgar”, y como resultado, alcanzaron la realidad espiritual. Dentro de su alcance, ellos nos escriben que el pensamiento que se halla en la base de la Creación es “Beneficiar a los creados”. Escriben también, que ese beneficio se manifiesta en el estado llamado “adhesión”, cuan- do el creado equipara su forma con la del Creador y ambos se hacen Uno. Lo bueno que nos aseguran en el Plan de la Creación, es por consiguiente, elevarse al nivel del Creador, ser como Él.

La condición fundamental para implementar la Meta de la Creación, es que el creado posea un deseo independiente de implementarla. Aparente- mente, es una cuestión simple, pero tal deseo independiente solo es posible en un estado en donde el creado sea libre (supuestamente) del dominio del Creador. Por lo tanto, para permitir una realidad como esta, el Creador aleja al creado de Sí mediante un sistema de cinco mundos, llamado “ Adám Kad- món”, “Atzilut”, “Briá”, “Yetzirá” y “Asiyá”, hasta la realidad de este mundo, en el cual el creado no siente la presencia del Creador.

En el proceso de alejamiento del Creador, el creado va reconociendo que su naturaleza es opuesta a la del Creador, y la consciencia de esa oposición es la que lo aleja de Él. En cada mundo que se desprende de Arriba hacia abajo, el deseo de recibir se vuelve más burdo y denso, hasta que en este mundo se revela en su forma espesa y gruesa, la más alejada del atributo de otorgamiento. Solamente dentro de esa oposición, el creado puede desarrollar un deseo independiente de adhesión al Creador. El dominio del deseo de recibir y el sentimiento de separación en nuestro mundo son el resultado material del proceso espiritual, llamado “rompimiento del Alma del Primer Hombre”. El Alma del Primer Hombre es la raíz espiritual del creado en nuestro mundo. Esta fue creada en el mundo de Atzilut, con deseo de que todas sus partes trabajen en otorgamiento, y entonces se rompió. El lazo de otorgamiento y amor que unía a todas las partes se rompió. Como resultado de esa ruptura, se dividió el alma única en seiscientas mil almas, que cayeron a los mundos de Briá, Yetzirá y Asiyá.

En cada alma rota de los mundos de Briá, Yetzirá y Asiyá cayeron chispas del alma en nuestro mundo. Estas chispas, son los puntos en el corazón, el deseo de contacto con el Creador, latente en cada persona de este mundo. Durante decenas de miles de años, se despertó el punto en el corazón a un número relativamente pequeño de personas, que fueron los cabalistas de las generaciones anteriores. Actualmente, cuando el deseo de recibir ha agotado todas las etapas de su desarrollo en nuestro mundo, el punto en el corazón comienza a despertar en muchas personas, y es el que las encausa al estudio de la sabiduría de la Cabalá.

Todo el proceso de desarrollo de la Creación, desde el Plan de la Creación, hasta el despertar del punto en el corazón, ocurre de manera mecánica, con- forme al programa escrito de antemano y sin elección por parte de la persona. Durante todo este complejo proceso, el Creador ordena las condiciones para el desarrollo espiritual de la persona y lo hace sin consentimiento alguno.

Y entonces, cuando se despierta en la persona el punto en el corazón, esta es guiada al lugar donde se estudia la sabiduría de la Cabalá. En ese momento, cambian las reglas de juego totalmente. De ahí en adelante, el Creador no promoverá a la persona ni siquiera un paso hacia adelante, sin que el individuo lo desee. Por primera vez, se abre ante él la posibilidad del libre albedrío (Ver Gráfico Nº 10).

Hasta que no se despierta el punto en el corazón, no tenemos elección. Hasta que no se despierte en nosotros el deseo de espiritualidad, seremos conducidos desde nuestro interior por el deseo de recibir, que siempre preferirá el máximo placer con el mínimo esfuerzo, y siempre para su propio beneficio. Este cálculo frío y “económico”, lo hace nuestro deseo conforme a dos determinaciones, que también ellas nos han sido impuestas, sin nuestra elección: nuestras tendencias innatas y la escala de valores de lo bueno y lo malo que determina para nosotros la sociedad.

Cuando llega el momento y se despierta en la persona el punto en el corazón, la ecuación cambia. Los valores que la sociedad estipulaba como buenos ya no son tan buenos para ella. Se revela en la persona un vacío. Ya no se siente atraída por los objetivos que la sociedad estima como buenos y convenientes. El nuevo deseo de espiritualidad que se despierta en ella, no puede materializarse en el marco de este mundo, y el resto de los deseos que le surgen ya no la llenarán. Ese vacío porta obligatoriamente una gran noticia. Precisamente este vacío, permite al individuo clasificar de nuevo los valores de lo bueno y de lo malo, y esta vez, dentro del libre albedrío. A partir de allí, puede elegir entre espiritualidad y materialidad, es decir, si encontrarse en un entorno que eleva el valor de la interioridad y la espiritualidad sobre la exterioridad y el materialismo, o hallarse en un entorno que consagra los valores  opuestos.

Nuestro libre albedrío reside en la elección de un entorno adecuado para el desarrollo espiritual. Y nuestro trabajo en ese entorno, es el de conectarse a los otros puntos en el corazón que lo componen y armar juntos, un gran deseo común de espiritualidad.

La conexión de todos los puntos en el corazón en una sola vasija, se hará a través de la Luz que reforma (Ver Gráfico Nº 10). El individuo no puede trascender al cálculo de lo que es bueno para él por sus propias fuerzas y conectarse al deseo del prójimo como si fuera su propio deseo. Solamente la Luz que creó a la vasija, puede corregirla. Como dijeron nuestros sabios, “Creé la inclinación al mal (la intención con el fin de recibir), creé la Torá como condimento”(Talmud Bavlí, Kidushin). La Luz que reforma influye sobre nosotros cuando leemos libros de Cabalá, que describen nuestro estado corregido en el Alma del Primer Hombre. Pero influye sobre nosotros solo con la condición de que exijamos la corrección correcta: la conexión entre nosotros para el des- cubrimiento del Creador en la vasija compartida.

En la conexión de todos los puntos en el corazón juntos, nosotros subimos los 125 peldaños de la espiritualidad (ver Gráfico Nº 10). En cada escalón, corregimos otra parte del deseo de recibir con la intención “con el fin de otorgar” y nos conectamos más, hasta que renovamos la conexión rota en el Alma del Primer Hombre.

Ponte a prueba:
  • Describe los tres ejes centrales en la implementación del Plan de la Creación.

Resumen de la Lección

Puntos Principales

  • La raíz espiritual del deseo de recibir que se despierta en nosotros en este mundo se llama “Alma del Primer Hombre. Fue creada en el mundo de Atzilut, en el estado en que cada una de sus partes están unidas en otorgamiento, conectadas entre sí por lazos de otorgamiento y amor, como un solo
  • Para alcanzar el estado corregido en el Alma del Primer Hombre y el Plan de la Creación que lo respalda, el Alma del Primer Hombre se rompió, y nuestro trabajo en la ascensión desde nuestro mundo hasta el final de la corrección, es conectar nuevamente todas las partes rotas, en conexiones de otorgamiento y
  • El Plan de la Creación es beneficiar a los Para implementarlo, el Creador se oculta del creado por medio de cinco mundos espirituales y rompe el Alma del Primer Hombre. Como resultado del ocultamiento del Creador y del rompimiento, nos encontramos en este mundo en una realidad de separación, sin ningún contacto con el atributo de otorgamiento. Cuando se despierta en el individuo el punto en el corazón, este está dispuesto a comenzar a unir nuevamente el contacto roto con el resto de las partes del Alma del Primer Hombre. Esto lo hace atrayendo la Luz que reforma al estudiar los libros de Cabalá, hasta la conexión de todas las partes rotas del alma en una conexión única, en la cual se revela el Creador.

Términos

Alma del Primer Hombre –discernimiento espiritual – parte especial del deseo de recibir en la que están conectadas juntas todas las partes del alma en conexiones de otorgamiento y amor. El Primer Hombre fue creado en el mundo de Atzilut.

 

Pecado del Árbol del conocimiento del bien y el mal– rompimiento del Primer Hombre. Desconexión de los contactos de otorgamiento que unían las partes.

Seiscientas Mil Almas – partes del alma rotas en los mundos de Briá, Yetzirá y Asiyá.

Torá – la Luz que reforma.

Mitzvá –la corrección de la parte del deseo se denomina “hacer Mitzvá (precepto)”

Respuestas a las Preguntas

Pregunta: ¿Qué es el alma del Primer Hombre?

Respuesta: El alma del Primer Hombre es nuestro estado corregido, estado en el que todos los seres humanos están conectados, juntos, como un solo cuerpo, en conexiones de otorgamiento y amor.

Pregunta: ¿Por qué fue rota el Alma del Primer Hombre?

Respuesta: El alma del Primer Hombre fue rota para permitirnos construir nuevamente la conexión entre sus partes, y alcanzar nuestro estado corregido desde un deseo independiente.

Pregunta: Describir los tres ejes centrales en la implementación del Plan de la Creación.

Respuesta: A) El desprendimiento de Arriba hacia abajo. Para posibilitar al deseo de recibir materializar la Meta de la Creación, el Creador aleja al creado de Sí a través de un sistema de cinco mundos: Adam Kadmón, Atzilut, Briá, Yetzirá y Asiyá; B) El desarrollo de nuestro mundo. El deseo de recibir en nuestro mundo se va desarrollando hasta la revelación del punto en el corazón, el deseo de renovar el contacto con la espiritualidad, con el Creador; A) El ascenso de abajo hacia Ascenso de 125 escalones de los mundos espirituales dentro de la corrección del deseo de recibir de “con intención con el fin de recibir” a “con intención con el fin de otorgar”, mediante la conexión de todas las partes rotas del Alma del Primer Hombre.

Secuencia Lógica

(Orden del Desarrollo del Curso)

Estudiamos que la sabiduría de la Cabalá es el método de revelación del Creador a los creados en ente mundo.

Estudiamos, que para descubrir al Creador, debemos cambiar la intención de con el fin de recibir a con el fin de otorgar.

Aprendimos que en los libros de Cabalá se oculta una fuerza espiritual especial llamada Luz que reforma, que tiene el poder de cambiar nuestra intención, de “con el fin de recibir” a “con el fin de otorgar”.

Aprendimos que solo esclareciendo nuestra relación con el prójimo podemos crear en nuestro interior  una referencia verdadera hacia la Luz que reforma.

Aprendimos que solo eligiendo el entorno correcto para el desarrollo espiritual, podemos aclarar exactamente nuestra relación con el prójimo.

Aprendimos que los puntos en el corazón son las partes rotas del Alma del Primer Hombre, y que en la construcción de un entorno espiritual con los otros puntos en el corazón, creamos el pedido de corrección, de conexión entre las partes rotas, e invocamos la Luz que reforma.

(En la próxima unidad de estudio aclararemos con más detalle cómo creamos el pedido de  corrección.)